SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.23 número2Vivir en un centro histórico en Latinoamérica. Percepciones de los hogares de profesionales en la ciudad de Puebla índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • No hay artículos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Estudios demográficos y urbanos

versión On-line ISSN 2448-6515versión impresa ISSN 0186-7210

Estud. demogr. urbanos vol.23 no.2 Ciudad de México may./ago. 2008  Epub 30-Ago-2019

https://doi.org/10.24201/edu.v23i2.1317 

Reseñas y notas bibliográficas

Claude Bataillon, Un geógrafo francés en América Latina. Cuarenta años de recuerdos y reflexiones sobre México, México, El Colegio de México, CEH/El Colegio de Michoacán/Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos, 2008

María Eugenia Negrete Salas* 

*Profesora investigadora del Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales de El Colegio de México. Correo electrónico: menegret@colmex.mx.

Bataillon, Claude. Un geógrafo francés en América Latina. Cuarenta años de recuerdos y reflexiones sobre México. México: El Colegio de México, CEH, El Colegio de Michoacán, Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos, 2008.


Este pequeño libro de 165 páginas es un cofre de tesoros. En él se encuentran reflexiones sobre la larga y fructífera experiencia de Claude Bataillon en México y otros países de América Latina. Además de ser una memoria personal de sus viajes, estancias y tareas personales y profesionales, el autor nos ofrece una mirada comprensiva sobre la realidad geográfica, social y cultural de México en los últimos cuarenta años, desde la perspectiva de un hombre extranjero inteligente, culto, genuinamente interesado en el devenir de nuestra sociedad, y que aprendió a amar a México más que muchos mexicanos. Su acercamiento a otros países de América Latina y el Caribe fue casual y menor, y le sirvió sobre todo para contrastar aspectos de su desarrollo y continuar descubriendo año tras año al país que llama “su México” frente a otras realidades latinoamericanas.

La lectura del libro me hizo revivir la sensación de estar en alguna de sus conferencias como estudiante, en alguna charla entre colegas o en una simple conversación de amigos, pues mantiene ese lenguaje coloquial que detrás de una admirable modestia poco común entre los académicos, nos regala siempre materiales ricos para reflexionar, mezclando la seriedad del relato con la reflexión de humor “culto”, no siempre fácil de descifrar, pero disfrutable sin duda.

Esa modestia propia de los grandes seres humanos, junto con la honestidad intelectual que lo caracteriza, hacen que no tenga empacho en reconocer que no ganó becas, no siempre aconsejó bien a sus estudiantes, o no posee suficientes dotes políticas. Admite también que en sus estancias iniciales en México tenía una visión ingenua y no entendía del todo muchos rasgos de esta sociedad, lo que lo llevó a seguir intentando entenderla, interpretándola y reinterpretándola al paso del tiempo y a la luz de nuevos acontecimientos. Igualmente supo aceptar críticas como la de Ángel Bassols respecto a sus regiones geográficas de México y reconocer la fragilidad de algunos de sus equipos de trabajo. Relata también las dificultades que tuvo para llevar a cabo tareas de investigación en México, así como lo inesperado de sus efectos al publicarse los resultados. Tal modestia contrasta con la relevancia de sus tareas.

Después de un breve capítulo introductorio en el que cuenta el ambiente en que nació su interés por el Tercer Mundo, el libro se organiza cronológicamente y cubre prácticamente toda su vida profesional relacionada con México y América Latina, en primer lugar como geógrafo, interpretando paisajes naturales pero sobre todo humanos, pero siempre acompañado de ocupaciones y preocupaciones por reforzar institucionalmente los vínculos culturales y académicos entre Francia y México. Ambos intereses se van tejiendo a lo largo del texto, sin perder la sazón de un relato profundamente humano, familiar, personal, casi íntimo.

Bataillon nos ofrece en este libro, al igual que en todo su trabajo, una mirada enriquecedora poco común, producto de un equilibrio entre proximidad y alejamiento de la realidad que, como él mismo nos dice, le permite descubrir la “originalidad de la vida cotidiana de los mexicanos” mediante viajes, paseos y visitas a distintas porciones del territorio nacional, que obedecen a su declarada fascinación por nuestro país. Su mirada lo lleva a hacer reflexiones acertadas pero poco comunes por poner el dedo en la llaga de algunos rasgos no muy halagüeños sobre la sociedad mexicana, como el decir que en este país “las relaciones de confianza se tejen lentamente”, o que México “ha sido siempre una sociedad violenta con apariencia civilizada”.

Nos relata también varias de las dificultades que tuvo en su desempeño como geógrafo extranjero: pocos y deficientes datos estadísticos y materiales cartográficos, y problemas para realizar el trabajo de campo, como al hacer entrevistas directas con campesinos con quienes no compartía un lenguaje común, pues no entendían sus preguntas o él no entendía las respuestas. Expone en síntesis lo difícil, lento e importante de la tarea de la investigación honesta. Pero también narra compensaciones como lo fácil que le resultó el aprovechar su posición de funcionario francés en América Latina para abrir puertas de tipo institucional, político o académico.

Mediante estas memorias, Bataillon nos permite asomarnos a otros mundos y nos despierta el interés por conocerlos mejor: el de los franceses estudiosos de México y sus instituciones como el Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos (CEMCA), el Instituto Francés de América Latina (IFAL), la Alianza Francesa y el Office de Recherche Scientifique Outre-Mer (ORSTOM, posteriormente IRD).

El autor evoca los avatares de la enseñanza y la práctica de la geografía en México en esos cuarenta años, junto con el nacimiento y desarrollo de instituciones universitarias relacionadas con las ciencias sociales y las humanidades. Nos habla de los geógrafos mexicanos y franceses y nos refiere a una lista muy larga de diversos especialistas en otras ciencias sociales, sus interlocutores en ambos países, como historiadores, antropólogos, arqueólogos y urbanistas, entre otros. También hace referencia al nacimiento y evolución de diversas instituciones universitarias mexicanas, como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), El Colegio de México, El Colegio de Michoacán y otros colegios y universidades de provincia. Nos divierte platicando de enemigos íntimos, y de encuentros y desencuentros entre personalidades del mundo intelectual.

Al final de su primera estancia larga en México (1962-1965) sus conclusiones sobre la investigación y la enseñanza de la geografía en el país eran severas pues en esos años ésta era aún incipiente; pero sostuvo su opinión optimista hacia el desarrollo futuro de la disciplina y su papel en el marco más general de las ciencias sociales en México, lo cual tuvo ocasión de constatar a lo largo de cuatro décadas.

De cierta manera fue pionero o acompañó el surgimiento de nuevos temas de estudio e investigación cuando éstos aún no despertaban interés suficiente en México, como la regionalización geográfica del país, la comprensión primaria del campesinado mexicano, el mundo indígena y en particular el de los indígenas cercanos a la capital, los efectos de la descentralización, el estudio sobre el México Central y las relaciones comerciales y de servicios entre la capital y su región, entre otros.

La aportación de Bataillon a los estudios urbano-regionales ha sido seminal y bien reconocida en el gremio, lo cual se manifiesta entre otras maneras en las frecuentes invitaciones que recibe para participar en coloquios y seminarios en México. Colaboró en el inicio del estudio sobre la suburbanización de la Ciudad de México, y acompañó más tarde el desarrollo del interés por lo urbano entre estudiosos y estudiantes franceses y mexicanos desde su peculiar perspectiva de geógrafo, poniendo énfasis en el uso del suelo y en las descripciones globales sobre el crecimiento y evolución de la ciudad capital, su región y sus habitantes. En 1965 tuvo el primer contacto con Luis Unikel y desde entonces ha continuado su vinculación con profesores de distintos centros de El Colegio de México.

Bataillon nos confiesa en este libro que su ambición real como investigador era estudiar las sociedades regionales, pero la historia predominantemente vista desde el centro olvidaba la “larga saga regional”, y por lo tanto le proporcionaba pocas pistas para avanzar en la tarea. En este sentido considera como punto de inflexión el libro Pueblo en vilo: microhistoria de San José de Gracia de Luis González y González.

En el balance que hace de los años setenta, destaca la mayor atención a los estudios regionales y locales, derivado del interés por frenar el crecimiento de la Ciudad de México y disminuir las desigualdades territoriales, y reconoce que al fin, en los años noventa, las realidades locales y regionales han obtenido un sitio reconocido en los estudios sobre el espacio mexicano.

Bataillon nos habla también de su amor por el trabajo editorial, que ocupó buena parte de su tiempo y de las labores de difusión y vinculación entre las culturas de ambos países. Desempeñó el trabajo editorial tanto en Francia como en México en revistas como Traces, L’Ordinaire Mexicaniste, Cahiers des Amériques Latines y Alfil.

Sus recuerdos de los últimos años, de 1990 en adelante, giran sobre los nuevos enfoques e intereses de los científicos sociales mexicanos: los valores de la democracia, la preservación ecológica, los problemas de la megalópolis, la migración internacional, entre otros. En la última parte del libro recuerda también su labor docente en Francia, orientando a colegas y doctorandos. Tuve la fortuna de encontrarme entre estos últimos, pues llevé a cabo la última tesis de doctorado bajo su responsabilidad. Agradezco a Claude Bataillon la posibilidad de compartir con sus lectores de manera tan sencilla y amena este tesoro de experiencias.

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons