Introducción
La discusión sobre el rol que juegan las remesas internacionales en los países receptores es un tema con una larga tradición en el campo de las ciencias sociales y el discurso público y político. A escala global, la magnitud del fenómeno ha despertado la atención de académicos y responsables gubernamentales sobre los efectos que podrían provocar en diversas dimensiones de la organización social en los países receptores. Organismos internacionales como el Banco Mundial (World Bank, 2006) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID/Fomin, 2006) se han enfocado en los mecanismos a través de los cuales las remesas podrían reducir la pobreza y ser un instrumento de desarrollo. También a escala global, ciertos académicos críticos (Binford, 2003; Canales y Montiel Armas, 2004; Canales, 2008; Delgado Wise, Márquez Covarrubias y Rodríguez Ramírez, 2007; Márquez, 2010; Delgado Wise y Márquez Covarrubias, 2007) señalan que las transferencias monetarias tienen un carácter privado y pertenecen exclusivamente al ámbito familiar, por más que sean contabilizadas en las balanzas de pagos. Se argumenta que las remesas no pueden sustituir al Estado como motor del desarrollo y el bienestar de la sociedad. En las diferentes posturas analíticas y metodológicas no hay consenso sobre el papel de las remesas internacionales.
Gran parte del debate estuvo centrado en la migración mexicana hacia Estados Unidos, por lo que discutir tales implicancias en el Cono Sur de América Latina adquiere importancia. En nuestro caso, lo destacable es comprender las interrelaciones entre los procesos migratorios y de subdesarrollo en dicha región. Paraguay recibe remesas del sur global pero también del norte global, lo cual nos permite problematizar estos procesos en el contexto de hogares receptores interconectados con múltiples espacios. No hay una definición universal del "sur global", una noción que incluso no está relacionada con la posición geográfica (Bakewell, 2009); de esta manera el interés en una clasificación así de amplia no es tanto de orden geográfico, sino que reside en el hecho de que permite ilustrar la geopolítica de las migraciones y las diferencias en la composición y las motivaciones de los desplazamientos que suceden (Gómez y Bologna, 2014). En nuestro trabajo consideramos a Paraguay, Brasil y Argentina como parte del sur global y que además comparten el atributo de ser países limítrofes, en tanto que España y Estados Unidos son considerados parte del norte global.
En este contexto, este artículo tiene como objetivo analizar las siguientes dimensiones: la importancia de las remesas en la economía paraguaya, los patrones sociodemográficos de los hogares receptores del sur global y del norte global, y finalmente detallar los mecanismos de circulación de las remesas internacionales en los hogares. Para cumplir con los objetivos propuestos, el artículo se organiza de la siguiente manera: en la primera parte se presentan las discusiones conceptuales sobre los vínculos entre las remesas internacionales, el (sub) desarrollo y los destinos que se dan a los fondos. La segunda parte se divide en dos secciones: en una se presenta información macroeconómica sobre la relevancia de las remesas en la economía paraguaya con base en datos del Banco Mundial; en la siguiente sección se utilizan microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares de Paraguay, 2009, de la Dirección General de Estadísticas y Censos paraguaya. Mediante análisis bivariado y multivariado se analizan las características de los hogares receptores de remesas del norte global y del sur global. En la tercera parte se analizan los mecanismos de circulación que tienen las remesas internacionales. Finalmente, en la cuarta se presentan las conclusiones.
Las remesas internacionales, el (sub) desarrollo y el destino de los fondos en el debate
Gran parte del análisis de las remesas internacionales en los países receptores estuvo vinculado a la discusión sobre el desarrollo. Varios autores (Binford, 2003; Canales y Montiel Armas, 2004; De Haas, 2010, 2012) coinciden en que existió un renacimiento del optimismo por parte de académicos, responsables de políticas públicas e inclusive de organismos internacionales sobre los efectos positivos de las remesas para el desarrollo (Ratha, 2003; World Bank, 2006). Gran parte de esos debates se dieron en el contexto de la migración sur-norte. A pesar de las diferentes tradiciones conceptuales, para Taylor (1999), Binford (2003) y Canales y Montiel Armas (2004) el debate sobre migración y desarrollo transita entre dos grandes paradigmas.
El primero, que podemos llamar desarrollista según Taylor (1999), o funcionalista según otros autores (Binford, 2003; Canales y Montiel Armas, 2004; De Haas, 2010), y el segundo, denominado estructuralista (Binford, 2003; Canales y Montiel Armas, 2004; De Haas, 2010) o "perspectiva del síndrome migratorio" según Taylor (1999). La forma en que el debate se estructuró también tuvo implicancias en las metodologías y modalidades de comprender el papel que juegan las remesas internacionales en los países receptores.
En la perspectiva estructuralista el modelo analítico se situó en explicaciones macroteóricas, donde los individuos se encuentran inscritos en totalidades sociales. Las motivaciones para migrar y los efectos en términos de desarrollo deben ser comprendidos en ese marco, a partir de la inserción del fenómeno migratorio y las remesas en estructuras sociohistóricas particulares. Gran parte de estos trabajos no hacen referencia específica a las remesas internas o internacionales, sino más bien a la dimensión migratoria en términos generales. En América Latina los textos de Aníbal Quijano (1968) y Omar Argüello (1973) son las principales referencias y están vinculados al grupo de trabajo de CLACSO sobre migración y desarrollo en los años setenta del siglo pasado.
Considerando las áreas de origen este enfoque postula que la migración produce un flujo de personas que como consecuencia deja a estas zonas sin su trabajo, desplazando la producción local de bienes. Como la migración es un proceso de autoperpetuación en el tiempo (Massey, Alarcón y Durand, 1990), comunidades, regiones y en algunos casos inclusive países se "especializan" en la migración (exportando fuerza de trabajo), sirviendo como guarderías y residencias de ancianos para su fuerza de trabajo migrante.
En la perspectiva desarrollista diversos autores reconocen que en el campo de los estudios migratorios se produce un giro conceptual e ideológico en el que se empieza a valorar el papel positivo de las remesas (Binford, 2003; Canales y Montiel Armas, 2004; De Haas, 2010, 2012). Esta postura es compartida por organismos internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID/Fomin, 2006) y el Banco Mundial (World Bank, 2006).
Uno de los enfoques más desarrollados es el de la nueva economía de las migraciones laborales. Según esta perspectiva (Taylor, 1999) se postula que: a) las decisiones migratorias son parte de estrategias para obtener ingresos, conseguir fondos para invertir en nuevas actividades y asegurarse contra los riesgos del ingreso y la producción; b) las remesas ponen en movimiento una dinámica desarrollista alentando la producción y la inversión de los hogares en un contexto de bajo desarrollo en las comunidades de origen. En estas posiciones, denominadas como "nueva economía de las migraciones laborales", frecuentemente se tiende a enfatizar el papel positivo que cumplen (Taylor, 1999; Taylor y Dyer, 2009).
El énfasis de este trabajo está en considerar el hogar como unidad de análisis y las relaciones entre: a) los patrones sociodemográficos de los hogares receptores, y b) los mecanismos de circulación y uso de las remesas internacionales. Esta decisión se fundamenta en que las perspectivas teóricas actuales convergen en considerar al hogar como la unidad de análisis privilegiada ((Wood, 1982; Massey, Alarcón y Durand, 1990; Faist, 1997; De Haas, 2012).
El hogar entre la reproducción y la inversión: las remesas internacionales y sus usos
Mucho se ha debatido sobre cómo son gastadas e invertidas las remesas y éste es un campo donde aún no existe consenso (Adams, 2011). Desde perspectivas estructuralistas se pone énfasis en que las remesas no se invierten productivamente; por el contrario, son destinadas a gastos superfluos y considerados no productivos (De Haas, 2010). Además, las remesas son canalizadas a través de débiles economías locales y regionales incrementando la dependencia. Los estudios en Paraguay muestran que una de las características del mercado laboral del país es la vulnerabilidad y precariedad, y que los hogares receptores de remesas del sur se ubican en el segmento más informal y con menores ingresos (Gómez y Bologna, 2013). Cuando las remesas son canalizadas en economías locales frágiles y su uso es "improductivo", para De Haas (2010) esto provoca: a) un incremento en el consumo y la compra de tierras por los migrantes con un efecto inflacionario; b) muchos bienes que se compran (como televisores, insumos para el hogar, ropa, etc.) no son producidos localmente, lo que implica que tengan que ser importados del exterior o de áreas urbanas. Esto origina el desplazamiento de la producción local y la intensificación de las disparidades regionales entre las zonas centrales y las periféricas; c) las escasas inversiones productivas que se dan de las remesas se hacen en áreas urbanas, lo cual aumenta las disparidades regionales.
Para Adams (2011) algunos estudios encuentran que las remesas se gastan fundamentalmente en bienes de consumo (por ejemplo, comida) y que estos patrones de gasto tienen efectos positivos nulos en las economías locales. Sin embargo, según otros estudios los hogares receptores tienden a gastar las remesas en bienes de inversión (por ejemplo, educación o vivienda) y estos patrones de gasto pueden contribuir a la formación de capital físico y humano en los países receptores.
Para Chami, Fullenkamp y Jahjah (2003), una proporción significativa de las remesas se gasta en bienes de consumo; y una parte pequeña se destina a inversión o ahorro. Sin embargo, esta proporción no puede considerarse necesariamente productiva para la economía en general. Los autores concluyen que las remesas no promueven el crecimiento económico. Estos hallazgos son contrastados con los trabajos de Adams y Cuecuecha (2010), utilizando datos de encuestas nacionales representativas de Guatemala. Utilizando la corrección de Heckman y empleando variables instrumentales, los autores encuentran que los hogares que reciben remesas internacionales gastan marginalmente menos en bienes de consumo -como comida- y más en dos bienes de inversión -como educación y vivienda- de lo que hubieran gastado si no recibieran remesas. Según estos autores, los hogares receptores de remesas internacionales tienden a gastar más marginalmente en bienes de inversión porque las remesas son un ingreso transitorio en vez de permanente y la propensión a invertir un ingreso de este tipo es más alta en relación con otro tipo de ingresos.
Uno de los tópicos más controvertidos en relación con las remesas y la inversión es si estimulan la actividad empresarial. Amuedo-Dorantes y Pozo (2006) utilizan encuestas de hogares de República Dominicana para analizar el impacto de las remesas en la formación de empresas. Las autoras encuentran que los hogares receptores de remesas internacionales no tienen más probabilidad de formación de negocios familiares que los hogares no receptores. Una de las razones propuestas por las autoras es que las remesas incrementan el "salario de reserva" de los jefes de hogares provocando una menor probabilidad de invertir en actividades empresariales. Para Woodruff y Zenteno (2007) las remesas internacionales ayudan a los hogares en México con el capital necesario para crecer y expandir sus pequeños emprendimientos (aquellos menores de 15 empleados).
El tema de si las remesas pueden o no estimular la inversión en actividades productivas está abierto al debate y hay investigaciones que soportan ambos argumentos. Es necesario precisar los términos: para Binford (2003), cualquier discusión sobre remesas y desarrollo se ve permeada por nociones diferentes sobre lo que es inversión. Como se pudo apreciar, lo que se considera inversión productiva varía según los distintos autores. Para Binford (2003), desde una visión estrictamente económica la inversión se define como la compra de medios de producción, materias primas y fuerza laboral, sin importar que éstos se pongan a trabajar para producir valores utilitarios. El dinero utilizado para adquirir tierras, vehículos de transporte, herramientas, semillas, se califica como inversión pero dichas inversiones rara vez representan más de 10% del total de las remesas. Otros investigadores agrupan los gastos de educación, vivienda y servicios de salud con los de consumo. En todo caso, para Binford (2003) lo que queda claro es la amplitud terminológica y la necesidad de diferenciar entre inversión con potencial de producir algún beneficio y una noción más acotada de "inversión productiva".
Dado lo vasto de las definiciones sobre lo que se considera inversión y las motivaciones que existen para generar las remesas, consideramos que éstas son el resultado de una relación social. Debemos considerar dos componentes (Márquez, 2010): a) es una relación social de producción (o sea, los migrantes que generan las remesas están sometidos a las mismas condiciones de explotación que el resto de los trabajadores). En ese sentido, los trabajos sobre la inserción laboral de los migrantes paraguayos en Argentina (Bruno, 2011, 2012; Del Águila, 2011; Cerruti y Parrado, 2001; Maguid y Bruno, 2010) muestran las condiciones laborales de los trabajadores paraguayos; y b) es una relación de reproducción (una fracción del salario generado por los migrantes es destinada a la manutención de una parte de su familia en comunidades de origen). Esta hipótesis es puesta a prueba analizando el uso que se hace de las remesas internacionales provenientes de diferentes contextos migratorios.
Es decir, las remesas cumplen la función de salario en condiciones de superexplotación (Márquez, 2010). Nosotros agregamos que para el caso paraguayo esto se produce en el interior de dos macroprocesos:1 a) una histórica migración que es ya visible desde la Guerra de la Triple Alianza, cuyo país de destino fue y sigue siendo Argentina (Marshall y Orlansky, 1983; Palau, Fischer y Pérez, 1997; Bruno, 2012), en el marco de asimétricos procesos de integración regional; y b) en el contexto de una más selectiva migración paraguaya hacia espacios del norte global (Gómez, 2013). Esto nos permite utilizar el término de interconexiones globales. Asimismo, forman parte de estrategias de supervivencia del hogar.
Fuente de datos y metodología
En este trabajo se utiliza como fuente de datos la Encuesta Permanente de Hogares, 2009 (EPH, 2009) de la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos (DGEEC), realizada por la Secretaría Técnica de Planificación del Desarrollo Económico y Social de la Presidencia de la República del Paraguay. El objetivo principal de esta encuesta es generar datos relacionados con el empleo, el desempleo, los ingresos y otras características sociales y económicas que permitan conocer la evolución del bienestar de la población paraguaya. La encuesta cubre todos los departamentos del país, excluyendo Alto Paraguay y Boquerón, que representan menos de 2% de la población total. El tamaño de la muestra es de 4 439 hogares y 18 419 individuos. El levantamiento de los datos se realizó entre octubre y diciembre de 2009. El marco utilizado para la selección de la muestra estuvo constituido por segmentos conformados a partir del Censo Nacional de Población y Viviendas, 2002. En el ámbito urbano, los segmentos utilizados como unidades primarias de muestreo (UPM) fueron el conjunto de áreas de empadronamiento contiguas hasta alcanzar un promedio de 30 viviendas; en las áreas rurales, en tanto, las UPM se crearon también a partir de las áreas de empadronamiento, que contienen en promedio 35 viviendas.
Las variables de estratificación consideradas son el departamento geográfico y el área de residencia. Para la EPH, 2009 se estableció un total de 31 estratos, que comprendían a Asunción más los 15 departamentos, divididos cada uno en estratos urbanos y rurales. Por lo tanto, la encuesta está orientada a ser representativa de todo el país, por área urbano-rural de residencia y para los departamentos de San Pedro, Caaguazú, Itapúa, Alto Paraná y Central, más Asunción.
La encuesta posee un módulo sobre empleo e ingreso laboral que indaga sobre la composición de los ingresos mensuales que reciben los miembros del hogar mayores de 10 años. El ítem sobre remesas internacionales corresponde a la categoría "ayuda familiar del exterior" de algún miembro del hogar. Además, se registran los ingresos provenientes de la ocupación principal, de la ocupación secundaria y de otras ocupaciones (si las hubiera), ingresos por alquileres o rentas, por jubilaciones o pensiones, transferencias familiares regulares en dinero provenientes del país, prestaciones por divorcios y otros ingresos.
En virtud de que los principales macroprocesos están relacionados con la recepción de remesas de España y Argentina (los vinculados a Estados Unidos y Brasil son marginales), y considerando el pequeño número de casos que cae en estas últimas categorías, se optó por agrupar los hogares según reciban remesas del norte global o del sur global. Aquí cabe destacar que ningún hogar recibe remesas de ambas regiones, sugiriendo procesos sociales relativamente homogéneos.
Como variables de análisis se consideran las relativas al jefe del hogar y al hogar. En relación con el jefe se analizan: sexo, edad, años de escolarización, estado civil (la categoría "en unión" incluye casado y unido, en tanto que la categoría "sin unión" considera separado, viudo, soltero y divorciado), idioma (hace referencia al idioma que habla el jefe la mayor parte del tiempo en su hogar: "castellano" u "otro idioma"; en la categoría "otros" se incluye aquellos que hablan "guaraní y castellano") y la condición de actividad.
En relación con el hogar: número de personas que comparten los gastos de alimentación; si el hogar tiene un ingreso secundario (además del principal); tipo de familia (en la categoría "nuclear" se incluyeron los hogares en los cuales están presentes ambos padres -considerados nucleares completos- y también los unipersonales; en la categoría "no nuclear" se incluyeron situaciones diversas: los hogares en que está presente sólo el padre o la madre -nuclear incompleto-, los formados por un hogar nuclear y otros parientes -extendido-, o aquellos formados por un hogar nuclear y en el que además viven otros parientes no nucleares del jefe de hogar -compuestos-); proporción de menores de 14 años, proporción entre 18 y 64 años y proporción de mayores de 64 años. Estas variables están dadas por el cociente entre la cantidad de personas en esos grupos etarios y la cantidad de miembros en el hogar.
En la primera etapa nos proponemos analizar detalladamente las particularidades de estos grupos de hogares. Para cumplir este objetivo se realiza un análisis bivariado mediante análisis de la varianza (ANOVA), pruebas t y análisis chi cuadrado. Como el lector podrá apreciar, el tamaño de los grupos difiere provocando que en algunos casos se pueda afectar el supuesto de homogeneidad de la varianza. Cuando esto ocurre se utiliza el estadístico F de Welch o el estadístico F de Brown-Forsythe. Si bien difieren en su cálculo, ambos estadísticos ponderan la varianza en los grupos no por el tamaño de los mismos sino por la inversa del tamaño muestral. Esto implica que el impacto de grandes tamaños de grupos con grandes varianzas es minimizado. En la literatura se sugiere utilizar el estadístico F de Welch (Tomarken y Serlin, 1986).
En una segunda etapa, se realiza un análisis multivariado mediante un modelo de regresión logística multinomial (Long, 1997; Long y Freese, 2005). Con este modelo se pretenden examinar las variables relacionadas con la recepción de remesas de diferentes espacios. Este abordaje provee una mayor profundidad al análisis bivariado inicial. La regresión logística multinomial se utiliza en modelos con variable dependiente de tipo nominal, con más de dos categorías, y se considera una extensión multivariada de la regresión logística binaria. Las variables independientes pueden ser tanto continuas como categóricas.
La regresión logística multinomial utiliza la estimación de máxima verosimilitud para evaluar la probabilidad de pertenencia a una categoría, asumiendo que las categorías son independientes. El modelo puede expresarse de la siguiente manera (Long, 1997):
donde Pr (yi = m | xi) es la probabilidad del resultado m de una variable dependiente con J resultados, dado un vector de variables independientes xi. Los betas representan el cambio en el log-odds de pertenecer a un grupo en relación con la categoría base como el valor de los cambios en la variable xi por cada unidad.
Finalmente, se realiza un análisis descriptivo bivariado para analizar los mecanismos de circulación de las remesas y del destino que se da a los fondos.
¿Quiénes reciben las remesas internacionales en Paraguay?
Las remesas en la economía paraguaya
La relevancia de las remesas internacionales en la economía paraguaya se presenta en la Gráfica 1. Con datos del Banco Mundial, la gráfica presenta la importancia de las remesas según el producto interno bruto (PIB), en países seleccionados de América del Sur. Como puede observarse, Paraguay es uno de los países del Cono Sur donde las remesas tienen un papel de importancia en relación con el PIB, 5%. Si analizamos de manera comparativa con otros países, en Bolivia se observa la misma relevancia en cuanto al porcentaje del producto interno bruto.
Para tener en cuenta la importancia de este flujo de ingresos presentamos una comparación a lo largo del tiempo con otras fuentes de ingresos. Como puede observarse en la Gráfica 2, en la mayoría de los años considerados las remesas superaron en importancia tanto la inversión directa extranjera como los ingresos provenientes del turismo internacional. Salvo algunos años, este proceso se produjo de manera constante. Creemos relevante esto porque, a pesar de que son ingresos monetarios generados por actores privados, tienen mucha mayor estabilidad y continuidad en el tiempo que los que pueden provenir de las inversiones extranjeras. A partir del año 2000 y hasta 2002 puede observase una caída en las remesas en un proceso que puede atribuirse en parte a las crisis económicas en Argentina. A partir del año 2003 empieza a haber un crecimiento sostenido hasta 2009. La inversión directa extranjera, por su parte, demuestra un comportamiento altamente volátil y fluctuante a lo largo del tiempo. Sólo en 1998 logran superar el ingreso proveniente de las remesas internacionales en Paraguay. Para el caso del turismo internacional, en ningún momento de los considerados logran superar en importancia el ingreso que proviene de las remesas internacionales. Gran parte del flujo de las remesas que llegan a Paraguay están vinculadas a procesos migratorios sur-sur, principalmente a Argentina. En ese sentido, Parrado y Cerrutti (2003) muestran en su trabajo que este flujo migratorio se relaciona con las características individuales de los migrantes, la extensión de las redes sociales y la experiencia, pero también con los cambios en las condiciones macroeconómicas. Los resultados de su estudio muestran que este flujo migratorio es muy sensible a las fluctuaciones de las condiciones macroeconómicas, particularmente los diferenciales de ingresos y los cambios en la valuación del peso argentino.
En la Gráfica 3 se presenta la evolución en el porcentaje de hogares receptores de remesas en la década de 2000 utilizando microdatos de la Encuesta Permanente de Hogares de Paraguay (2000-2009). Como tendencia general, puede observarse que en casi todos los años considerados el porcentaje de hogares receptores fue en aumento (salvo el periodo 2000-2001, cuando se aplicó una encuesta integrada para ambos años y se contabilizaron dos años juntos, y el año 2008). En efecto, se trata de un flujo monetario de considerable magnitud y estabilidad en el tiempo, que adquiere mayor relevancia en los últimos años. La importancia cuantitativa, así como la sostenibilidad en el tiempo de las remesas que reciben algunos hogares de Paraguay, sugieren la necesidad de ampliar los estudios que den cuenta de los vínculos entre los procesos migratorios hacia el norte y hacia el sur, y cómo esto tiene efectos sociodemográficos y socioeconómicos en el país.
Según los datos de la Encuesta Permanente de Hogares de Paraguay, 2009 (DGEEC, 2009), 12.2% de los hogares paraguayos recibe remesas internacionales y casi 11% tiene algún miembro del hogar que emigró en los últimos cinco años. La magnitud e importancia de las remesas en la economía del país justifica su detallado análisis. En este contexto, la relación entre remesas y desarrollo es uno de los temas que más ha suscitado debates en los últimos años en el campo de los estudios migratorios. Sin embargo, no existe consenso sobre el significado, la dirección y magnitud del efecto de las remesas en las comunidades de origen.
En cuanto a los orígenes de las remesas, como puede observarse en el Cuadro 1, el principal lugar es Argentina (60.7%), seguido en importancia por España (32.2%). Con menor relevancia se encuentran Brasil y Estados Unidos (2.2 y 1.9% respectivamente). Esto sugiere dos grandes macroprocesos en la recepción de remesas: hogares receptores del norte global (claramente España como punto central y Estados Unidos de manera marginal) y del sur global (Argentina como un espacio histórico de destino de la migración paraguaya y Brasil con menor relevancia).
Las remesas provenientes del sur global en Paraguay tienen como principal país de origen a Argentina. Los paraguayos residentes en ese país según el censo de 2001 eran 325 046, representando 0.9% de la población total y 21.2% de la población extranjera que reside en Argentina. Para 2010 los paraguayos que residen en territorio argentino han pasado a 550 713, constituyendo 1.4% de la población total y 30.5% de la población extranjera que reside en dicho país (INDEC, 2012). La migración paraguaya hacia Argentina fue un fenómeno perdurable en el tiempo, vinculado en ciertos periodos a la convulsionada realidad política paraguaya y con inserciones laborales en sectores específicos de la economía argentina (Bruno, 2012).
La migración paraguaya con destino a España es un fenómeno que adquiere relevancia desde principios del año 2000 como consecuencia de la crisis económica en Argentina. Según datos presentados por la Organización Internacional para las Migraciones, para el año 2000 se registraron 2 114 personas de origen paraguayo, en tanto que para 2010 ese volumen aumentó a 134 517 personas (OIM, 2011).
Para el caso de Brasil, la emigración hacia ese país, aunque en mucha menor cantidad en comparación con la que se dirige a Argentina, también se inició inmediatamente después de la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870). Los paraguayos emigrados se ubicaron primeramente en las zonas rurales, sobre todo en el estado de Mato Grosso; a partir de 1950 la emigración se diversificó hacia las grandes metrópolis, en especial São Paulo (Palau, Fischer y Pérez, 1997). Según los datos de los dos últimos censos, se pasó de 28 822 en la ronda censal del año 2000 a 40 000 en la del 2010 (OIM, 2011).
En relación con el proceso migratorio hacia Estados Unidos, éste siempre fue mucho más selectivo y claramente de menor magnitud. Para Palau, Fischer y Pérez (1997), la migración hacia ese país estuvo caracterizada por el nivel de formación laboral e intelectual. Para el año 1960 los profesionales se dirigieron mayormente hacia Estados Unidos. Los datos de los últimos censos muestran un aumento de 13 000 en la ronda censal del año 2000 a 20 023 en la última ronda censal, de 2010 (OIM, 2011).
Análisis bivariado y multivariado de los hogares receptores de remesas
En el Cuadro 2 se presentan las estadísticas descriptivas y el análisis bivariado de tres grupos de hogares de manera comparativa: a) hogares que no reciben remesas, b) hogares que las reciben del sur global, y c) hogares que las reciben del norte global. Se presentan las características sociodemográficas del jefe y de los hogares. La hipótesis que sostenemos es que existen diferencias sociodemográficas en estos grupos de hogares vinculadas a diversos procesos migratorios. Investigaciones previas sugieren que los hogares vinculados al norte global se encuentran en mejor posición económica que los que reciben remesas del sur global (Gómez, 2013); sin embargo no se han analizado las especificidades de los patrones sociodemográficos de estos hogares. La migración hacia Argentina, y Brasil en menor medida, es de larga data, con redes consolidadas, en tanto que la migración hacia España es relativamente reciente.
* p<0.05.
Nota: Error estándar entre paréntesis.
Fuente: Encuesta Permanente de Hogares, 2009(DGEEC, 2009).
En relación con el sexo del jefe del hogar se puede observar que en los hogares que no reciben remesas el porcentaje de jefatura femenina es de 25%, en tanto que en los hogares receptores este porcentaje aumenta. Para los hogares receptores del norte global es de 36% y para los del sur global de 40%, siendo esta diferencia estadísticamente significativa. Los resultados sugieren procesos donde hay una rearticulación de la estructura familiar como consecuencia de la emigración de miembros del hogar. Al tener mayor proporción de jefaturas femeninas que en la población en general se estaría evidenciando la emigración de varones. Sin embargo, tal afirmación se problematiza al analizar la edad de estos jefes. En efecto, la edad promedio del jefe del hogar es de 46 años para los hogares sin remesas, de 54 para los hogares receptores de remesas del sur global, y de 49 para los hogares receptores de remesas del norte global. Esto sugiere jefaturas femeninas en mayor proporción que la población en general, pero de mayor edad, y acentuándose esta característica para el caso de los receptores de remesas del sur. Una hipótesis plausible es que se trate de abuelas o tutoras que quedan al cuidado de menores por la emigración de los miembros del hogar, y no solamente de la emigración de varones. Como puede observarse, la proporción de jefes inactivos es mayor entre los hogares receptores (tanto del sur como del norte). Estos resultados son coherentes con lo encontrado en otros contextos (Itzigsohn, 1995): familias envejecidas o con gran número de niños tienen mayor acceso a las remesas. Es decir, el perfil sociodemográfico de los hogares receptores se caracteriza por tener jefatura femenina, hogares envejecidos o con gran número de niños.
Un dato relevante que tiene relación con la ubicación de estos hogares en la estructura socioeconómica son los años de escolarización. Como puede observarse en el Cuadro 3, el promedio de escolarización es menor en los hogares receptores de remesas del sur global, de 4.5 años, en tanto que para los otros hogares es de aproximadamente 7.5 años en ambos casos. En relación con el estado civil del jefe podemos observar que en los casos analizados es predominante la unión (lo que incluye las categorías de casado y unido de hecho), aunque para el caso de los receptores del sur esta proporción es menor (65% para este grupo y 75% para los receptores del norte).
* p<0.05.
Nota: Error estándar entre paréntesis. Intervalos de confianza entre paréntesis. NR: no recibe; RSG: remesas del sur global; RNG: remesas del norte global.
N= 3 646; R2 = 0.112 (McFadden's ), 0.160 (Nagelkerke), modelo X2 (16) =357.16. Fuente: Elaboración propia.
Una diferencia sobresaliente entre los hogares la constituye el idioma utilizado por el jefe del hogar, principalmente en el hogar. Este indicador muestra el idioma que utiliza dicho jefe la mayor parte del tiempo. En los hogares receptores de remesas del sur global, 69% de los jefes hablan guaraní la mayor parte del tiempo, mientras que en los otros hogares esta proporción es mucho menor (46% en los hogares no receptores y 34% en los receptores del norte).
Los hogares receptores del sur se ubican principalmente en áreas rurales, en 62%, en tanto que para los receptores del norte esta proporción es tan sólo de 29%. Esto indica direccionalidad en la recepción de remesas; los hogares receptores del norte global son predominantemente urbanos en tanto que los otros hogares receptores son rurales. Un dato a destacar es la cantidad de miembros del hogar en los tres grupos analizados: en los hogares receptores la cantidad de miembros es superior (4.5 para los receptores del sur, 4.7 para los receptores del norte y 4.2 para los no receptores, siendo estas diferencias estadísticamente significativas). Creemos que este dato es relevante porque indica que hay una rearticulación del hogar, con mayor presencia de adultos mayores o niños. Cabe destacar esto porque al analizar el tipo de hogar preponderante se puede observar, como era de esperarse, que en los hogares receptores de remesas (de ambos orígenes) la modalidad de familia predominante es de tipo incompleto (que incluye las categorías de núcleo familiar incompleto, extendido y compuesto, en tanto que en la categoría completo se incluyen núcleo familiar completo y unipersonal).
Este mayor tamaño del hogar no parece explicarse por la presencia de menores de 14 años, pues no se observan diferencias estadísticamente significativas. Donde éstas sí se observan es en la proporción de personas entre 18 y 64 años (es decir, individuos en la población en edad económicamente activa). Esta proporción es menor en los hogares receptores de remesas y aún más pequeña en los hogares receptores del sur global, siendo esta diferencia estadísticamente significativa.
La diferencia en el tamaño del hogar se explicaría parcialmente por la mayor proporción de mayores de 64 años que tiene el hogar, siendo esta diferencia estadísticamente significativa. Es decir, si bien los hogares receptores de remesas tienen una menor proporción de personas en la población en edad económicamente activa, la cantidad de sus miembros es mayor, sugiriendo que esas personas no se encuentran entre los menores de 14 años y sí en los mayores de 64. Investigaciones previas (Cerrutti y Parrado, 2007) consideran que las personas que tienen niños que viven en Paraguay tienen seis veces más probabilidades de enviar remesas que aquellos que no. De manera convergente, los individuos cuyos padres viven en Paraguay tienen probabilidades más altas de enviar remesas.
Finalmente, una variable de interés es el monto que reciben estos grupos de hogares vinculados a macroprocesos diferentes. Como podemos observar, las remesas recibidas acusan diferencias estadísticamente significativas: los hogares receptores de remesas del sur global reciben mensualmente en promedio US$92.3, en tanto que los hogares receptores del norte global reciben US$299 (cabe aclarar que los datos registrados en la moneda local de Paraguay, guaraní, fueron convertidos a dólares según la cotización del 1 de diciembre de 2009). La prueba t conducida muestra que las diferencias son estadísticamente significativas, e indican las profundas diferencias en cuanto a los montos recibidos: para los receptores de espacios del norte la suma triplica lo recibido desde el sur global.
El análisis bivariado mostró diferencias entre los tres grupos de hogares comparados. A continuación se presenta el análisis multivariado mediante un modelo de regresión logística multinomial (MRLM); en el Cuadro 3 se presentan los coeficientes y los odds ratios para cada variable. El MRLM es más riguroso que el simple examen bivariado y analiza los principales predictores de la recepción de remesas internacionales del sur y del norte globales. La variable dependiente tiene las siguientes categorías: no recibe remesas, recibe remesas del sur global y recibe remesas del norte global. Como puede observarse, los principales factores asociados a la recepción de remesas del sur son: el sexo del jefe de hogar: los hogares con jefatura femenina tienen más probabilidad de recibir remesas del sur que los hogares con jefatura masculina. La edad: los jefes de mayor edad son más propensos a recibir del sur que a no recibir. Los años de escolarización: a medida que aumentan los años de escolaridad la tendencia a recibir remesas del sur decrece. En relación con las áreas, los hogares urbanos tienen menor propensión a recibir remesas del sur global. Como es de esperarse, las familias no nucleares, es decir incompletas, se inclinan más a recibir remesas. El efecto de la familia incompleta es fuerte. Los hogares con mayor proporción de integrantes en edades activas tienden más a no recibir y las que tienen mayor proporción de adultos también.
Los principales factores asociados a la recepción de remesas del norte son: los años de escolarización: a medida que aumenta la escolaridad del jefe la propensión a recibir remesas del norte decrece. En relación con el ingreso, en comparación con los hogares no receptores, la propensión a recibir remesas del norte aumenta cuando aumenta el ingreso; esto sugiere que los hogares con mejor posición socioeconómica son más propensos a recibir remesas del norte. Al igual que los hogares receptores del sur, la familia incompleta y la menor proporción de personas en edad económicamente activa son predictores de la recepción de remesas.
Destino de los fondos: frecuencia, medios de envío y usos
Los procesos vinculados al envío y utilización de las remesas involucran cuatro dimensiones secuenciales (Cerrutti, 2008; Cerruti y Parrado, 2007): a) el origen, quiénes son los migrantes que envían las remesas; b) las formas de envío, principalmente si se hace o no a través de canales formales; c) las características de las familias receptoras, y d) su utilización (consumo, ahorro o inversión). En la sección anterior detallamos las características de los hogares receptores. De manera específica, en esta sección se pretende analizar de manera comparativa las particularidades que presentan en cuanto a: quiénes envían las remesas, el medio de envío y el destino de estos fondos.
En el Cuadro 4 se presentan los tabulados de las personas que envían las remesas a sus comunidades de origen según la procedencia de las mismas. En el caso de las remesas provenientes del norte, son enviadas por hijos o hijas (55%), seguidas en importancia por las mandadas por los padres o madres (21%), hermanos o hermanas (15%). La situación cambia para los hogares receptores del sur: el porcentaje de hijos o hijas que envían es mayor (76%), tanto que disminuye considerablemente el porcentaje de padres o madres que mandan remesas (tan sólo 5%) y el de hermanos o hermanas es de 10%. Esta información debe ser analizada a la luz de lo arrojado por las diferencias sociodemográficas de ambos grupos de hogar. Es decir, los hogares receptores del sur se caracterizan por una edad mayor de su jefe de hogar, lo que es coherente con el dato de que la mayoría de sus remesas provienen de hijos e hijas radicados en Argentina (o en mucho menor medida en Brasil). Los hogares receptores del norte se caracterizan por tener una edad menor del jefe del hogar (lo cual sugiere que no son los hijos los que mandan dinero para el mantenimiento de sus padres); por el contrario, la evidencia sugiere que existe un porcentaje elevado de padres que envían dinero para el mantenimiento de sus hijos. Esto es coherente con lo encontrado por Cerruti y Parrado (2007), en su estudio sobre las remesas de los migrantes paraguayos en Argentina. Como es de esperar, tener hijos o padres que viven en Paraguay (es decir, fuertes lazos con la comunidad de origen) incrementa la probabilidad de enviar remesas.
Como puede observarse en el Cuadro 5, la recepción de remesas del norte se produce en más de la mitad de las ocasiones mensualmente (59%), y en segundo lugar de importancia estos envíos se producen al menos dos veces al mes (25%), sugiriendo la intensidad de los vínculos familiares. En el caso de las remesas del sur, los porcentajes en cuanto a las mismas categorías disminuyen (44% envía mensualmente y 29% al menos dos veces al mes). Cabe destacar que los envíos cada dos o tres meses son más relevantes ya que implican 20%, en tanto que en la recepción de remesas del norte este porcentaje es de tan sólo 9%. Según su estudio, Cerrutti y Parrado (2007) señalan, en relación con las remesas provenientes de Argentina hacia Paraguay, que es frecuente que se retorne al hogar con ahorros y que esto puede implicar una subestimación del total de las remesas.
Gran parte de los envíos dependen de las condiciones materiales en las cuales están inscritas las personas que generan las remesas. Es decir, en el caso de la migración paraguaya hacia los destinos del sur global se trata de una migración de menor distancia, pero que involucra a personas con menor nivel de calificación y con inserciones precarias en los lugares de destino (Bruno, 2011, 2012; Galassi y Gómez, 2010; Bologna, 2010), lo cual hace suponer que los medios difieren.
En efecto, como se presenta en el Cuadro 6, gran parte de los envíos procedentes del norte global se realizan a través de compañías especializadas como Western Union o MoneyGram (60%) o transferencias bancarias (38%), y de manera marginal por encomiendas o correos (2%). Es decir, las transferencias que implican medios formales suman 98%. La situación para el corredor migratorio sur-sur cambia: el envío de remesas que implica transferencias bancarias es de 17%, en tanto que el realizado a través de dichas compañías suma 35%. El mayor cambio está en el porcentaje de envíos realizados a través de encomiendas o correo (40%) y la relevancia que adquieren métodos más informales, como por medio de amigos o parientes (4%) o el mismo migrante cuando retorna (4%). A pesar de estas disparidades, debemos señalar lo encontrado por Cerrutti y Parrado (2007) en su estudio: existe una tendencia creciente con el paso del tiempo a optar por alternativas formales para enviar el dinero por parte de los migrantes paraguayos radicados en Argentina. Es decir, mientras que en los migrantes más antiguos lo característico era usar la vía de amigos o familiares, los migrantes actuales tienden a utilizar agencias de transferencia monetaria o encomiendas.
Se analiza a continuación uno de los puntos centrales en el análisis, el destino que se da a los fondos, y se presentan los tabulados diferenciando según la procedencia de los mismos. Como se muestra en el Cuadro 7, en ambos casos hay un porcentaje sumamente amplio destinado a alimentación y vestimenta (95% en el caso del sur global y 85% en el del norte global). Sin embargo, pueden apreciarse diferencias ya que un porcentaje mayor de los hogares que reciben del norte invierten en la educación para sus hijos u otro miembro del hogar, y ahorran o destinan los fondos a mejoras en la vivienda (15%), en relación con los que reciben del sur global (5%), y esta diferencia es estadísticamente significativa. Como mencionamos anteriormente, el debate sobre cómo son gastadas e invertidas las remesas es uno de los ejes para comprender las potencialidades de éstas como factor de desarrollo. Gran parte de las remesas se usan en bienes de consumo como alimentos y vestimenta, y esto ocurre en mayor proporción en los hogares receptores del sur. Estos hallazgos concuerdan con los trabajos realizados con migrantes paraguayos en Argentina (Cerrutti y Parrado, 2007), que muestran que el uso de las remesas que envían los migrantes es fundamentalmente para cubrir gastos del hogar (comida, ropa), y que sólo una proporción muy pequeña envía dinero con el propósito de que sea invertido en actividades productivas.
Esto problematiza el argumento de algunos autores que sostienen que los ingresos "transitorios", como las remesas, tienden a ser invertidos. En efecto, para el caso de los hogares receptores del norte las remesas muestran patrones de mayor frecuencia en su recepción, constituyendo una fuente de ingresos relativamente estable y que sin embargo no puede invertirse en bienes considerados productivos. En una definición más amplia de lo que constituye inversión, podemos decir que inclusive los gastos de educación y vivienda (que son mayores para los hogares receptores del norte) no son relevantes.
Aquí debemos considerar que las remesas se canalizan a través de un mercado laboral paraguayo con alta informalidad y precariedad, y que esto es más acentuado para los hogares receptores del sur global (Gómez y Bologna, 2013). Este punto es problemático porque la inversión depende en gran medida de la estructura de oportunidades y ésta es limitada.
La evidencia empírica sugiere que las remesas cumplen la función de reemplazar el salario y no la de un complemento de los ingresos que pueda ser canalizado a través de algún tipo de inversión productiva. El hecho de que sea un reemplazo se evidencia en que en los hogares receptores gran parte de la población en edad económicamente activa está ausente, sugiriendo que en caso de no migrar colaboraría con su fuerza laboral.
Es decir, no son ni una forma de ahorro ni una fuente de inversión para los hogares receptores del sur, sino que son una fracción salarial generada en condiciones precarias de inserción laboral que se destina a la reproducción material familiar y al consumo. Para los hogares receptores del norte se presenta la misma situación; sin embargo, un porcentaje pequeño se destina a actividades consideradas productivas, lo cual se explica porque el estatus socioeconómico de los hogares receptores condiciona el uso de las remesas. Los hogares con mejor posición socioeconómica pueden invertir en actividades consideradas productivas y los hogares con niveles socioeconómicos más bajos invierten prioritariamente en satisfacer necesidades de consumo básicas.
Conclusiones
El objetivo de este trabajo fue analizar los patrones sociodemográficos de los hogares receptores de remesas internacionales provenientes del norte global y del sur global, el destino que se da a estos fondos y los mecanismos de circulación en Paraguay. La información disponible consiste en datos secundarios que fueron enriquecidos con la inclusión de un nuevo módulo (a partir del año 2009), lo cual tiene las limitaciones propias de no haber sido generados para fines específicos; no obstante, consideramos que los datos obtenidos son sumamente valiosos.
Según los datos disponibles, las remesas han experimentado un crecimiento que si bien tuvo altibajos presenta una tendencia a aumentar (en relación con el volumen de acuerdo con los datos del Banco Mundial y en cuanto al porcentaje de hogares receptores según las encuestas de hogares). Esta importancia de los flujos destaca su influencia en la economía paraguaya y la economía doméstica de los hogares. Sin embargo, a pesar de ser relevantes en cuanto a la comparación con flujos como la inversión extranjera directa o el turismo internacional, creemos que no pueden ser considerados bajo la misma óptica. En efecto, se trata de microtransferencias individuales que corresponden al ámbito privado de las familias y los individuos y que forman parte de un recurso con que cuentan los hogares receptores en el marco de estrategias de vida.
Esto genera dudas sobre dos procesos potenciales: a) efectos positivos para la economía paraguaya y los hogares, o b) acentuación de economías domésticas altamente dependientes de los flujos económicos de países con desiguales grados de desarrollo (principalmente Argentina y en menor medida Brasil en el sur global) y de países extrarregionales (principalmente España y en menor medida Estados Unidos en el norte global).
Las remesas son una fracción salarial generada por los migrantes en condiciones de precariedad laboral en la mayoría de los casos (principalmente en los de Argentina, España y Brasil y en menor medida de Estados Unidos), que se destinan a la reproducción familiar. En efecto, las remesas cumplen la función de reemplazo del salario y no son un tipo de ahorro exógeno, por lo que los posibles efectos multiplicadores discutidos en parte de la literatura no difieren de los que podría provocar una remuneración estrictamente salarial.
La evidencia empírica analizada sugiere que existen diferencias sociodemográficas y socioeconómicas entre los hogares vinculados al norte global y aquellos relacionados con el sur global. El principal destino que se da a las remesas internacionales es en bienes de consumo y esto es más acentuado en los hogares receptores del sur global. Es decir, el estatus económico de los receptores condiciona el uso de las remesas. Mientras que los hogares con mejor posición socioeconómica y que reciben del norte invierten un porcentaje mayor en actividades consideradas productivas, aquéllos con niveles socioeconómicos más bajos y que reciben del sur invierten en satisfacer necesidades de consumo básicas. La frecuencia en la recepción indica que mayoritariamente son un reemplazo del salario y que esto es más acentuado en los hogares receptores del norte.
Sin embargo, debemos remarcar que a pesar de estar destinados exclusivamente a la reproducción familiar, en el marco de estrategias de vida de los hogares permiten aliviar las precarias condiciones estructurales y económicas en las cuales se encuentran insertos.