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Sociológica (México)

versión On-line ISSN 2007-8358versión impresa ISSN 0187-0173

Sociológica (Méx.) vol.23 no.67 Ciudad de México may./ago. 2008

 

Reseñas

 

Explaining Social Behaviour. More on Nuts and Bolts for the Social Sciences de Jon Elster*

 

Godofredo Vidal de la Rosa**

 

* Jon Elster, Explaining Social Behaviour. More on Nuts and Bolts for the Social Sciences, Cambridge University Press, Cambridge, 2007.

 

**Profesor-investigador, Departamento de Sociología, Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Azcapotzalco. Correo electrónico: gvdr@correo.azc.uam.mx.

 

Hace 19 años Jon Elster publicó un pequeño volumen de introducción para no economistas, principalmente sociólogos, de la Teoría de la Elección Racional. Este texto estuvo destinado a ser una verdadera joya para los instructores de cursos introductorios, de nivel licenciatura, a la elección racional. Su carácter no técnico, elegante redacción y recurso a ejemplos claros lo hizo una extraña excepción en el vacío que existe en lengua española sobre este tema. La traducción que un año después presentó la editorial Gernika (Elster, 1990) estaba lejos de la perfección, a veces porque el mismo texto dejaba sin explicar algunas cuestiones en aras de la brevedad. La estructura del libro era simple. La primera parte exploraba la importancia del criterio de racionalidad de la acción y el postulado del individualismo metodológico. Ambos principios diferencian a la Teoría de la Elección Racional de sus competidoras en la teoría social. En la primera parte, Elster ahondaba en la premisa de la acción interesada que usa los mejores medios a su alcance para lograr sus objetivos. También advertía de los comportamientos motivados por causas no exactamente racionales, como las emociones. Señalaba que el criterio de racionalidad era un criterio extremadamente útil, pero que requería una y otra vez de diversas calificaciones. Por ejemplo, la miopía y la previsión son aspectos que dan contenidos y alcances distintos a la racionalidad. La racionalidad implica ciertas consideraciones de previsión, información y adaptación, y de hecho de autocontrol personal (como lo ha señalado Thomas Schelling), y no es un criterio de la acción humana visible a primera vista. La segunda parte del libro entraba de lleno a conceptos centrales en la ciencia social (y en la biología), como la existencia de estados de orden o pautas de interacción sociales regulares, o equilibrios. La existencia y fluidez de los estados de equilibrio eran en el libro capturables intuitivamente por el estudiante y despertaban la imaginación para buscar ejemplos de equilibrios sociales. Abordaba tanto las condiciones que permiten su aparición, como su preservación o su ruptura. Seguía con un capítulo sobre las normas sociales que permitía al estudiante contrastar teorías alternativas sobre las normas, su cumplimiento y violación. Por último, cerraba con un capítulo muy apretado sobre las instituciones y el cambio social y político.

Casi dos décadas después Elster presentó otra versión, que tituló Explaining Social Behaviour. More Nuts and Bolts for the Social Sciences (2007). Este libro difiere del primero en su extensión. Aquél tenía apenas menos de 200 páginas; éste casi 500. También es un libro donde se insiste en la conveniencia de que se eviten las metateorizaciones (con frecuencia, a tontas y a locas) de los "Grandes Teóricos", y se aboga por mecanismos causales explicativos discretos, siguiendo la tradición de Merton, Stichcombe, Boudon y muchos otros autores. La idea metodológica de las teorías de mediano alcance que propuso hace medio siglo Robert Merton se ha simplificado en el concepto más compacto de los mecanismos de la acción social, más cercano a las reflexiones epistemológicas contemporáneas sobre la ciencia social y las ciencias biológicas. De hecho Elster, como casi todos los proponentes de la Teoría de la Elección Racional, está convencido de la interconexión de la investigación científica. Su último capítulo ofrece una discusión acerca del estatus científico de la ciencia social, donde sostiene que la sociología se encuentra en una especie de trampa entre el Caribdis posmoderno y el Escila cientificista. Elster los rechaza a ambos, pero advierte que si hay que elegir prefiere el segundo estilo, el de la ciencia analítica, experimental, consistente y lógica, y de ser posible, replicable y predictiva. Sus notas nos recuerdan que existen activos proponentes de la unidad de la ciencia, no sólo en las alturas de la física matemática (por ejemplo, Robert Penrose) o de la biología (Edward Wilson), sino entre los mismos científicos sociales (Herbert Gintis), quienes sostienen la necesidad y la urgencia de la unificación transdisciplinaria, precisamente porque disponemos de una colección creciente de mecanismos causales explicativos de la acción biológica y social, bien estudiados y sólidamente asentados en nuestra biblioteca del conocimiento.

A diferencia de la primera versión de Tuercas y tornillos, la nueva muestra los cambios en la manera de pensar de Elster. En la versión que presenta ahora es muchísimo más ambicioso y a la vez escéptico. Aunque sigue la estructura previa amplía enormemente algunos asuntos, como el interés en el aprendizaje de disciplinas como la biología evolucionista y la psicología. Nos presenta asimismo más explicaciones sobre la simbiosis entre la Teoría de Juegos y la de la Elección Racional, así como nuevos capítulos sobre la formación de las preferencias colectivas, la confianza y el altruismo y su papel en la cooperación social. No obstante, en la versión reciente Elster es bastante más escéptico sobre el alcance explicativo de la Teoría de la Elección Racional: "Ahora creo que la Teoría de la Elección Racional tiene menos poder explicativo que el que pensaba previamente" (p. 5).

Jon Elster insiste, sin embargo, en el valor analítico de las explicaciones causales, superior a las estadísticas o a las interpretaciones subjetivas, al menos para la ciencia social. El énfasis en la variedad y la amplitud de los mecanismos causales discernibles, sujetos a explicación racional, lógica, e incluso matemática, es simplemente enorme y sorprendentemente flexible y adaptable a un enorme número de situaciones del mundo real, y capaz de explicar la conducta de los más diversos organismos (es decir, vivientes), incluyendo la especie homo sapiens sapiens y sus complejas construcciones sociales. Ahora bien, una cosa es la explicación racional, es decir, la formulada a partir de mecanismos causales, y otra muy distinta los motivos de la acción social. Esta última puede ser racional, pero con demasiada frecuencia no lo es.

Elster concede en que la noción de racionalidad no es una panacea explicativa, como cuando en sus orígenes se postularon simultáneamente la Teoría de Juegos y la de la Elección Racional, pero mantiene que el criterio de elección en la acción humana define la diferencia entre el comportamiento humano y los procesos surgidos de la evolución natural. Ahora bien, Elster no está afirmando que dado el hecho de que la racionalidad no sea el único motor de la elección debamos pensar por exclusión que todas las formas no racionales son a-racionales o i-racionales. Aunque al parecer Elster es ahora mucho más sensible a la existencia de abundantes y reiteradas conductas individuales y colectivas irracionales, es decir, no sólo contrarias al interés propio sino también al colectivo. También otorga en esta ocasión un papel mucho más decisivo a la adaptación, la imitación, el seguimiento de normas y la reciprocidad en la conducta social.

La importancia de la discusión sobre la moral es imprescindible en todo teórico de la elección racional que se respete, incluso uno desilusionado como Jon Elster. En efecto la moral, junto con la capacidad de juicio, son observadas como un producto de millones de años de evolución de la especie homo sapiens sapiens. La moral se discute en este ámbito de ideas evolucionistas como lo hace la mayoría de los filósofos de la mente anglosajones, no sólo en su origen y contribución a la supervivencia de la especie. La conducta guiada por valores morales es abordada por Elster con más detenimiento y curiosidad que hace dos décadas.

El nuevo libro de Jon Elster merece una buena traducción al español. Aunque menos útil como manual introductorio y más exigente para el lector, el libro es una brillante introducción a problemas fundamentales de la ciencia social contemporánea, que con demasiada y exasperante frecuencia se encuentran ausentes en los cursos de teoría social en las facultades de sociología latinoamericanas. Las causas de esta ignorancia son extrañas y difíciles de rastrear, pero su omisión es ahora inadmisible. Elster es, por méritos propios, un gigante de la ciencia social, y viaja en compañía de otras igualmente magnificas mentes brillantes. Sea como sea, la elección racional no sólo llegó para quedarse, ¡sino que está evolucionando!, como lo dice bien Herbert Gintis (2000). La teoría de la elección racional nació como una respuesta ideológica a la economía socialista y a la economía del bienestar. Su origen fueron la Guerra Fría (Amadea, 2003) y la ciencia económica. La elección racional fue identificada como el triunfo ideológico, lógico y matemático del homo economicus frente al nuevo hombre que prometió el socialismo. Aunque después de esa victoria el homo economicus empezó a mostrar anomalías fundamentales. Los avances en la biología del comportamiento, la psicología experimental, la antropología, y aun de la sociología, llevaron a declarar la obsolescencia analítica del homo economicus para la teoría de la elección racional. Y después le siguió la misma noción de racionalidad, acotada por los filósofos de la mente y por los mismos biólogos y psicólogos. Sin el leiv motiv del egoísmo y el interés propio como piedra angular de la explicación, y sin la racionalidad como fundamento del orden social, lo que queda es un campo inmenso por explorar. Una enormidad de problemas replanteados a la luz de la transdisciplinariedad; una cantidad masiva de cuestiones antes intratables lógica y matemáticamente que son ahora analizadas con el beneficio del rigor formal.

El libro de Jon Elster muestra que las ciencias sociales avanzan, pero por caminos sinuosos, con resultados no intencionales de acciones iniciadas en la búsqueda de la verdad y el compromiso con el rigor y la consistencia lógica.

Lo reitero. Debería traducirse, con corrección y cuidado, y ponerse al alcance de los estudiantes de ciencias sociales, y en particular de sociología, de habla hispana.

 

Bibliografía

Amadea, S. M. 2003 Rationalizing Capitalist Democracy. The Cold War Origins of Rational Choice Liberalism, University of Chicago Press, Chicago y Londres.         [ Links ]

Elster, Jon 1990 Tuercas y tornillos. Una introducción a los conceptos básicos de las ciencias sociales, Gernika, Barcelona.         [ Links ]

Gintis, Herbert 2000 Game Theory Evolving, Princeton University Press, Princeton, Nueva Jersey.         [ Links ]

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