Cuando hablamos de una biblioteca, hablamos de un sistema, una organización; nos referimos a una comunidad, de una diversidad cultural; hablamos de un edificio, de un espacio físico e intelectual; hablamos de un centro donde se conjunta el saber, un sitio donde la información se convierte en conocimiento mediante el proceso del pensamiento; en fin, hablamos de un sinnúmero de referentes envueltos en un único concepto: biblioteca.
La biblioteca, origen y destino, es expuesta desde las diversas perspectivas en el libro Impacto académico y social de la construcción de espacios en los servicios de información de bibliotecas y archivos. Así, el concepto de biblioteca, como expone el arquitecto Manuel Fermín Villar, ha sufrido una gran modificación al pasar de ser sólo un centro de acumulación de libros a convertirse en un centro integral de aprendizaje, en el que desde los servicios hasta la arquitectura han debido modificarse para adaptarse a las necesidades de una nueva sociedad. Pero los cambios de un concepto nunca son aislados, sino que dependen de la realidad, y es así que las bibliotecas en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí han sufrido cambios sustanciales, pues se han ido adaptando y extendiendo por el estado, con el fin de satisfacer las necesidades informativas de la sociedad potosina, así como buscando adecuarse a las particularidades de cada una de las localidades del estado, desde particularidades culturales hasta climáticas.
Estos cambios en las bibliotecas académicas son abordados desde una perspectiva más general por Alberto Arellano, quien expone cómo las bibliotecas del futuro deberán satisfacer las necesidades de una sociedad que cada día cambia más. La evolución tecnológica, los cambios en el modelo educativo, los problemas ecológicos y, en México en particular, el incremento de la matrícula en las universidades públicas, la reducción de los recursos financieros, la falta de tecnología adecuada, etc., llevarán a las bibliotecas a realizar grandes cambios para poder satisfacer los requerimientos de la sociedad moderna. Los retos, como puede observarse, son bastantes y, como bien señala el autor, la educación universitaria, hoy en día, es un medio crucial para impulsar el desarrollo social. Es por eso que la biblioteca, como herramienta primordial, debe cambiar junto con ésta y adaptarse a la sociedad actual y futura.
Importante es, pues, que se tenga en cuenta la relación arquitectura-bibliotecología o archivología, como exponen Patricia Guadalupe Ramos y Beatriz Rodríguez, pues así como han evolucionado los servicios de la biblioteca y del archivo, debe evolucionar el espacio-biblioteca, que es también un espacio-archivo. Las autoras de este artículo explican qué requisitos debe cumplir un edificio y porqué es necesario que los encargados de las bibliotecas no sólo sepan cómo satisfacer las necesidades informativas del usuario, sino que ayuden a distribuir y a hacer cómodos los espacios, con el fin de que las personas se sientan invitadas a permanecer allí. Ellas remarcan así la importancia de que las universidades impartan materias relacionadas con el diseño y la distribución de los espacios a los especialistas de las áreas bibliotecológicas y archivísticas.
De manera precisa, el arquitecto Roberto Ancone expone, en la cuarta parte del libro, qué debe tenerse en cuenta al momento de construir una biblioteca. Él ejemplifica mediante la Biblioteca del Parque Científico y Tecnológico del estado Yucatán y cuenta cómo deben calcularse los espacios acorde a las colecciones que hay y al crecimiento de las mismas, al mismo tiempo considerando las distintas áreas del lugar, sitios de lectura, de consulta, cubículos, etc. La biblioteca debe, así mismo, prever su crecimiento a futuro.
Juan René García hace una breve reseña histórica de las bibliotecas de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Él nos cuenta cómo inicialmente casi todas las bibliotecas de las diversas escuelas de la Universidad carecían de bibliotecas adecuadas, no contaban con libros ni revistas suficientes y fueron instaladas en edificios adaptados, de este modo tampoco existía ninguna organización que se encargara de ajustar las bibliotecas a una política ni que señalara objetivos o aglutinara presupuestos, carecían de todo control y no usaban siquiera los mismos sistemas de clasificación ni contaban con reglas ni personal capacitado. Fue hasta 1994 que se llevó a cabo un plan de reestructuración del sistema bibliotecario de la universidad. Así, el Maestro Juan René García explica todo lo que debió hacerse para que el sistema de bibliotecas se desarrollara, pasando desde la generación de una Dirección General del Sistema de Bibliotecas, la adquisición de libros y otros recursos materiales, la incorporación de profesionales hasta la construcción y readaptación de edificios. Su clara exposición nos muestra el complejo camino para la creación y gestión de un sistema bibliotecario académico.
En el sexto capítulo del libro, Rosa María Martínez, Juan Miguel Castillo y Celia Mireles resaltan la relevancia social de los archivos y la importancia de la preservación de los archivos históricos. Ellos remarcan, pues, la importancia de que los recintos que resguardan este patrimonio sean adecuados, por lo que es preciso que los archivólogos desarrollen competencias arquitectónicas.
Para cerrar con broche de oro, Edgar Encina nos relata diversas historias sobre la pérdida de libros y documentos valiosos. Al inicio, relata la historia del incendio del archivo de Zacatecas, luego nos narra cómo los españoles incendiaron diversos libros de las culturas indígenas; también nos habla de libros perdidos de los que se sabe por medio de referencias, libros que se volvieron leyendas, bibliotecas de los que se sabe por oídas, como aquella famosa de Alejandría. La pérdida del conocimiento antiguo, de las bibliotecas, de los libros, ha marcado tanto al ser humano que se ha inmortalizado en mitos, en leyendas, como la pérdida de los libros enterrados de Noé.
Así, desde su origen mítico hasta su futuro digital, desde su construcción y planeación hasta su destrucción tras el fuego, el libro nos invita a reflexionar desde diversos ámbitos sobre qué es una biblioteca y qué es un archivo, cuál es su significado para la sociedad, para el individuo y para el ser humano en general.
Impacto académico y social de la construcción de espacios en los servicios de información de bibliotecas y archivos es un libro que se despliega, como un abanico, brindándonos el panorama entero de un concepto y sus significados desde distintas perspectivas. Cabe resaltar que el libro está ilustrado con imágenes a color que nos invitan a imaginar más de cerca la biblioteca, ese espacio del pasado, del presente y del futuro.
Los invito, pues, a leer este libro dedicado al espacio en que los libros y los lectores se encuentran; en que los estudiantes se convierten en los científicos, en los humanistas o en los artistas del futuro; espacio que preserva la información para que ésta se convierta en saber