Introducción
La utilización de mallas plásticas para sombrear o como pantallas termorreflectoras es una técnica de control de la temperatura cada vez más extendida en la horticultura protegida, con la cual se busca disminuir la intensidad de la radiación, para evitar altas de temperatura durante los períodos cálidos (Valera et al., 2001), o para el ahorro de energía en invierno (Anglés, 2001). Las mallas utilizadas con dichos fines son negras y aluminadas, respectivamente. Las primeras se usan más que las segundas porque cuestan menos, pero son poco selectivas a la calidad de la luz; es decir, sombrean por igual en toda la banda del espectro electromagnético, causando disminución de la fotosíntesis y consecuentemente en el rendimiento agrícola (Valera et al., 2001). De ahí que recientemente se haya iniciado el desarrollo de mallas plásticas de sombreo con propiedades ópticas especiales, como un nuevo enfoque para mejorar el uso de la radiación solar en los cultivos agrícolas (Ganelevin, 2008). Éstas son mallas sombra de colores, cada una de las cuales modifica específicamente el espectro de la luz filtrada en las regiones ultra-violeta, visible y rojo lejano, e intensifica su dispersión (luz difusa), y afecta sus componentes térmicos (región infrarroja), en función de los aditivos cromáticos del plástico y el diseño del tejido (Oren-Shamir et al., 2001; Shahak et al., 2004).
De acuerdo con Shahak (2008), la nueva tecnología fomenta la estimulación diferencial de algunas respuestas fisiológicas reguladas por la luz tales como la fotosíntesis, que transforma la energía solar en energía química utilizando luz de longitudes de onda entre 400 y 700 nm, conocida como radiación fotosintéticamente activa (RFA), absorbida principalmente por los pigmentos clorofílicos; y la fotomorfogénesis, que incluye efectos sobre la elongación del tallo, expansión foliar, desarrollo de cloroplastos, síntesis de clorofila, y muchos otros metabolitos secundarios, en respuesta a la incidencia de luz azul (400 a 500 nm), roja (600 a 700 nm) y roja lejana (700 a 800 nm), percibidas por fotorreceptores biológicos, principalmente fotocromos y criptocromos, presentes en pequeñas cantidades en las plantas (Decoteau et al., 1993).
El objetivo del presente trabajo de investigación fue valorar agronómicamente la fotoselectividad de mallas sombra de colores, que empiezan a aparecer en la escena de los textiles agrícolas, así como de las mallas sombra negra y aluminada, tradicionalmente usadas en invernaderos por los productores de hortalizas, para determinar su influencia sobre la cantidad y calidad de la radiación solar y, el efecto de cada color de malla sobre el crecimiento y rendimiento de frutos en plantas de tomate cultivadas en invernadero.
Materiales y métodos
El experimento se llevó a cabo en un invernadero de producción comercial localizado en Culiacán, Sinaloa (24° 48’ 30” N, 107° 24’ 30” O y 38.54 m de altitud). El invernadero está orientado de norte a sur, es de estructura metálica, altura de 4.5 m al canal pluvial y 8.0 m a la cumbrera. Está conformado por seis naves de 8.0 m de ancho en una superficie total de 5280 m2. La cubierta es en forma de doble arco cerrada con película de plástico incolora (LDPE 180 μm, estabilización tipo Hals, transmisividad ≥ 87%, turbidez ≤ 35%). Sus ventanas son cenitales y perimetrales cerradas con malla anti-insectos (16 × 16 hilos cm-2). Contiene sistemas de producción hidropónica, sombreo, tutoreo y monitoreo de temperatura y humedad relativa.
Se utilizaron plántulas de tomate cv. Alondra injertada (tomate cv. Beaufort) producida en charolas de poliestireno expandido de 128 cavidades, la cual se trasplantó a una densidad de 2.4 plantas m-2, colocando dos plantas por cada bolsa de polietileno (blanca, 100 μm) con 15 L de tezontle negro. La fertirrigación se manejó conforme al programa de la empresa agrícola mediante un equipo Xilema NP 35.
Se emplearon mallas tejidas tipo Rashel con un tamaño de orificio de 3 × 2 mm para 50% de sombra y 6 × 8 mm para 30% de sombra, de color rojo (RO), azul (AZ), perla (PE) y gris (GR),y de 3×6mm y 6×8mm para los mismos porcentajes de sombreo, en las mallas aluminadas (AL) y negras (NE), de acuerdo con los datos del fabricante (Polysack Plastic Industries, Ltd.). Las mallas fueron colocadas antes del trasplante, por encima de los tutores a una altura de 3.5 m, como parte del dispositivo de sombreo movible del invernadero. No obstante, en el área de influencia del presente estudio y durante todo el ciclo de cultivo, las mallas sombra de colores se mantuvieron extendidas durante el día y solamente se plegaron durante la noche para evitar excesivo incremento de la humedad relativa.
El diseño experimental utilizado en esta investigación consideró los factores color y porcentaje de sombra de las mallas, con seis y dos niveles, respectivamente. De tal manera que las combinaciones posibles formaron 12 tratamientos: NE50, NE30, GR50, GR30, AL50, AL30, AZ50, AZ30, RO50, RO30, PE50 y PE30, los cuales se establecieron en el invernadero con cuatro repeticiones, utilizándose tres camas de 8 m de largo como parcela experimental (60 m2) y como parcela útil la cama central.
Se realizaron mediciones del espectro de transmisión de radiación solar, en la banda de 350 a 1050 nm a intervalos de 1 nm, por medio de un espectrorradiómetro portátil FieldSpec Pro®VNIR (Analytical Spectral Devices, Inc.) equipado con un receptor coseno, el cual se colocó a 1 m sobre el nivel del suelo. Todas las mediciones fueron realizadas durante condiciones de cielo despejado entre 12:00 y 13:30 h (hora local) a intervalos de 3 min, en el centro de cada una de las mallas sombra. A partir de los datos obtenidos en dichas mediciones, se analizaron también los intervalos de longitud de onda de 400 a 700 nm (radiación fotosintéticamente activa), 400 a 500 nm (luz azul), 600 a 700 nm (luz roja) y 700 a 800 nm (luz roja lejana).
También se evaluaron aspectos relacionados con el crecimiento de las plantas de tomate, específicamente diámetro y longitud de los tallos, área foliar específica (área foliar por unidad de peso seco) y el contenido de clorofila en las hojas utilizando un estimador de clorofila SPAD-502 (Konica Minolta Sensing, Inc.). Cada una de estas variables fue obtenida a través del muestreo de 16 plantas por tratamiento.
El rendimiento experimental de tomate se determinó cosechando los frutos en estado de madurez comercial y se clasificaron en tomate con calidad de exportación, para mercado nacional y no comercial o de rezaga.
Los resultados se examinaron estadísticamente mediante análisis de varianza y prueba DMS (α ≤ 0.05) para la separación de medias, con el programa STATISTICA 5.1 (StatSoft, 1998).
Resultados y discusión
Los resultados obtenidos indican que las mallas modificaron la cantidad y calidad de la radiación solar percibida por las plantas de tomate (Cuadro 1), a causa del color de la malla y su porcentaje de sombra. La radiación total (RT, 350 a 1050 nm) en el cielo abierto y dentro del invernadero era de 599.5 y 272.4 W m-2, respectivamente, mientras que la RT transmitida por las mallas varió desde 105.1 y 123.4 W m-2 bajo las mallas AL50 y NE30 , hasta 204 y 211.1 Wm-2 en las mallas AZ30 y RO30, de manera respectiva. La malla RO30 transmitió 3.1, 9.4, 18.2, 18.7 y 36.3% más radiación total que las mallas azul, perla, gris, aluminada y negra, con ese mismo porcentaje de sombreo, respectivamente. Mientras que entre las mallas con 50% de sombra, la malla perla transmitió 1.2, 2.0, 6.5, 20.9 y 32.6% más radiación total que las mallas roja, gris, azul, negra y aluminada, respectivamente.
† RFA = radiación fotosintéticamente activa; ‡ Medias de cuatro repeticiones ± desviación estándar con letras distintas en la misma columna son estadísticamente diferentes (DMS, α ≤ 0.05). NE = negra; GR = gris; AL = aluminada; AZ = azul; RO = roja; PE = perla.
De manera semejante ocurrió con la radiación fotosintéticamente activa (RFA, 400 a 700 nm), que en el cielo abierto y dentro del invernadero era de 384.5 y 139.5 W m-2, respectivamente, mientras que la malla AL sólo permitió el paso de 50.6 W m-2 comparados con 94.5 y 97.3 W m-2 registrados debajo de las mallas RO30 y AZ30, respectivamente. La malla AZ30 transmitió 2.9, 8.5, 10.2, 10.6 y 30.2% más RFA que las mallas roja, gris, aluminada, perla y negra, con ese mismo porcentaje de sombra, respectivamente. En las mallas con 50% de sombra, la de color gris transmitió 77.4 W m-2, los cuales fueron 8.5, 17.7, 19.5, 21.3 y 34.6% mayores a los que transmitieron las mallas perla, azul, negra, roja y aluminada, respectivamente.
En estos resultados se denota que las mallas sombra de colores transmitieron diferentes cantidades de radiación total y fotosintética, lo cual se debe a que en la malla negra sólo la radiación que pasa a través de los orificios de la malla es transmitida, ya que los hilos de plástico negro son esencialmente opacos. En la aluminada, parte de la luz es reflejada y dispersada. Sin embargo, las mallas de colores, las cuales son tejidas más densamente para lograr el mismo efecto de sombreo, una mayor fracción de la radiación solar pasa a través de los hilos plásticos y es filtrada selectivamente (Oren-Shamir et al., 2001; Shahak, 2008).
Así, los resultados indican que las mallas NE50 y AL50 fueron las más eficaces para reducir RT y RFA, ya que sombrearon 54.8 a 61.2 y 55.3 a 63.7%, respectivamente, mientras que las mallas AZ50, GR50, RO50 y PE50 excedieron entre 3.5 y 7.2% la radiación total, y las mallas PE50 y GR50 transmitieron 0.8 y 4.5% por arriba de la RFA prevista (50%). Las mallas AZ50 y RO50 redujeron 54.3 y 56.3% la RFA. Tal variación entre el porcentaje de sombra de las mallas encontrada en este estudio con respecto a la especificación dada por el fabricante (50%), coincide con los resultados obtenidos en Israel por Oren-Shamir et al. (2001), quienes al evaluar mallas de colores (negra, gris, aluminada, verde, roja y azul) con 50% de sombra en el rango de la RFA, encontraron que el sombreo varió de 49.2 a 57.6% en abril y de 50.8 a 59.0% en octubre. Estos hallazgos también coinciden con los resultados de Retamates et al. (2008), quienes al comparar la RFA transmitida por mallas negras, blancas, grises y rojas con 35 y 50% de sombra, reportaron que las mallas sombra blanca 35 y 50%, gris 35 y 50% y roja 35% redujeron la RFA en 29%, mientras que las mallas sombra roja 50% y negra 35 y 50% disminuyeron la RFA en 41, 47 y 53%, respectivamente, con respecto a la RFA del tratamiento testigo, sin malla. Quizá por eso, y porque son más baratas, las mallas negras son de las más utilizadas para sombrear plantas y evitar excesos de temperatura durante los períodos con alta radiación solar (> 300 W m-2) y como consecuencia más cálidos (Valera et al., 2001).
Respecto a la transmisión de luz azul (A, 400 a 500 nm), roja (R, 600 a 700 nm) y roja lejana (RL, 700 a 800 nm), de nueva cuenta la malla AL50 fue la que transmitió menos luz, con valores respectivos de 15.2, 17.2 y 17.9 W m-2, mientras que las mayores transmisiones de luz A se obtuvieron en la malla AZ30, con 29.7 Wm-2, y de luz R y RL debajo de la malla RO30, con 38.8 y 40.5 W m-2, respectivamente (Cuadro 1), revelando también la capacidad fotoselectiva de las mallas de colores para sombrear cualitativamente.
En este sentido, Rajapakse y Kelly (1992) evaluaron la cantidad y calidad de la luz transmitida por filtros espectrales de CuSO4 al 4, 8 y 16%, y encontraron que además de reducir la radiación total en 26, 36 y 47%, respectivamente, la cual promediaba 950 μmol m-2 s-1, también redujeron la luz R y RL e incrementaron las relaciones R:RL, A:RL y A:R de luz transmitida comparado con el testigo (filtros de agua). Por su parte, Oren-Shamir et al. (2001), al estudiar la luz transmitida por mallas cromáticas, indicaron que la malla azul presentó un amplio pico de transmitancia alrededor de los 470 nm, así como de RL más allá de los 750 nm. La malla verde tuvo una transmisión máxima alrededor de los 520 nm, así como un incremento gradual de la transmitancia en RL. La malla roja presentó mayor transmitancia a partir de los 590 nm y un pico menor alrededor de 400 nm. Mientras que las mallas negra, aluminada y gris no modificaron el espectro en el rango visible.
Las variables del crecimiento y cantidad de clorofila foliar evaluadas en las plantas de tomate, también fueron afectadas significativamente por la cantidad y calidad de radiación solar transmitida por las mallas (Cuadro 2). El diámetro de los tallos se incrementó a causa de mayores cantidades de RT (191.3 a 211.1 W m-2), RFA (87 a 97.3Wm-2) y luz A(23.2a29.7Wm-2)oR(32a 38.8 W m-2) transmitidas por las mallas RO30, AZ30 y PE30; mientras que menores transmisiones de RT (105.1a152.8Wm-2)yRFA(50.6a77.4Wm-2) encontradas bajo las mallas GR50 y AL50 provocaron que la longitud de los tallos aumentara. El área foliar específica fue mayor en plantas que crecieron bajo la influencia de las mallas AZ50 y AL50, debido a que recibieron menores cantidades de RT (105.1 a 145.9 W m-2) y RFA (50.6 a 63.7 W m-2), y consecuentemente se aumentó el área foliar por gramo de peso seco, es decir, las plantas produjeron hojas más grandes pero también más delgadas (Páez et al., 2000); mientras que bajo la influencia de las mallas PE30 y RO30 se observaron los valores más bajos, o sea, mayor peso por unidad de área foliar, traducidos en hojas de mayor espesor y fotosintéticamente más aptas (Oguchi et al., 2003). El nivel más alto de lecturas SPAD (> 40) se correspondió con incrementos en la transmisión de RT, RFA y luz A o R, obtenidos por las plantas que crecieron bajo las mallas AZ30, RO30, AL30, PE30 y GR30, lo que coincide con Murchie y Horton (1998), quienes observaron correlación entre las variables referidas.
† Peso seco; ‡ Medias de 16 repeticiones ± desviación estándar con letras distintas en la misma columna son estadísticamente diferentes (DMS, α ≤ 0.05). NE = negra; GR = gris; AL = aluminada; AZ = azul; RO = roja; PE = perla.
Dichas características están relacionadas con el vigor (Degli et al., 2003) y el estado nutricional de las plantas, especialmente afín a la concentración de nitrógeno en las hojas (Rodríguez et al., 1998), e influidas por ambientes enriquecidos con luz R y A, de mayor eficiencia fotosintética (Zeinalov y Maslenkova, 2000); también se corresponden con efectos fotomorfogénicos regulados por fitocromos y criptocromos, ligados a la extensión del tallo o la expansión foliar (Decoteau et al., 1993), el desarrollo de cloroplastos (Chun et al., 2001) y la cantidad de clorofila en las hojas (Carter y Spiering, 2002).
El rendimiento de tomate también fue afectado por las diferentes cantidades y calidades de radiación solar encontradas en cada uno de los tratamientos estudiados (Cuadro 3). Con 191.3 W m-2 de RT y 87.0 W m-2 de RFA encontradas en la malla PE se alcanzaron los valores más altos en rendimiento total comercial (RTC), con calidad de exportación (RE) y para rezaga (RR); mientras que con 145.9 W m-2 de RT y 63.7 W m-2 de RFA transmitidas por la malla AZ50 se cosechó más tomate para mercado nacional (RN). Las mallas con 30% de sombreo influyeron para conseguir mayores RTC, RE y RR, aunque sin diferencia estadística con las mallas con 50% de sombreo en el RN. Así, con la malla PE se obtuvo un RTC de 169.4 Mg ha-1, estadísticamente igual al conseguido con las mallas AZ30, PE50, NE30, GR30 y AL30; aunque en valores absolutos los superó desde 16 hasta 22%. Los menores RTC se obtuvieron con las mallas AL50 y NE50 (RT/RFA: 105.1/ 50.6 y 123.4/62.3, respectivamente), 40 y 36% menos con respecto a PE30.
† Medias de cuatro repeticiones ± desviación estándar con letras distintas en la misma columna son estadísticamente diferentes (DMS, α ≤ 0.05). NE = negra; GR = gris; AL = aluminada; AZ = azul; RO = roja; PE = perla.
Los mayores rendimientos de frutos que se correspondieron con mayores transmisiones de RT y RFA, coinciden con lo informado por El-Aidy (1991), quien reportó que el rendimiento de pepino se incrementó conforme redujo el sombreo de 63 a 40% durante la etapa de verano. Estos resultados también son congruentes con Shahak et al. (2008), quienes utilizaron mallas roja, amarilla y perla con 30 a 40% de sombra y obtuvo rendimientos de pimiento morrón de 115 a 135% más altos comparados con el rendimiento que cosechó con la malla negra del mismo nivel de sombra. Adicionalmente, de acuerdo con Shahak et al. (2004) la malla perla (PE) tiene una mayor difusión de luz (62%) que las mallas roja (35.6%), amarilla (44.1%), azul (26.0%), gris (20.1%) y negra (11.4%). Esta última malla, incluso con un valor de luz difusa menor al 13.3% encontrado en el tratamiento sin malla (cielo abierto), demuestra que esencialmente no difunde la luz. También refieren que debido a que la luz difusa penetra mejor los doseles densos, la exposición de las plantas a la luz total bajo las mallas de colores (difusoras) es mayor que en las mallas negras. Por lo que las plantas bajo una malla de color con 30% de sombra realmente capta más luz que aquellas bajo una malla sombra negra 30%.
Las mallas también influyeron significativamente en el rendimiento de tomate con calidad para exportación. Con las cantidades de RT (191.3 W m-2) y RFA (87.0 W m-2) cuantificadas bajo la malla PE se cosechó el máximo RE, 136.8 Mg ha-1. Después se ubicaron los RE logrados con las mallas PE50 y NE30 (RT/RFA: 156.0/70.8 y 134.5/67.9, respectivamente), en las cuales se cosechó 23 y 25% menos que en PE30 (Cuadro 3). De igual manera que en el RTC, el menor RE se obtuvo con la malla AL50, seguida de las mallas AZ50 y NE50, donde se cosecharon 55, 51 y 46% menos que en la malla PE30. Estos resultados coinciden con los de Fallik et al. (2009), quienes encontraron que el pimiento morrón cultivado en una región árida bajo mallas sombra de color rojo y amarillo, tuvo un rendimiento de fruta con calidad de exportación significativamente mayor en comparación con la malla sombra negra del mismo nivel de sombreado; asimismo, concuerdan con los obtenidos por El-Aidy (1991), quien informó que la calidad de los frutos de pepino se incrementó conforme redujo el sombreo de 63 a 40% en verano, obteniendo con 40% de sombra los mejores resultados.
Con respecto al efecto ocasionado por mallas sombra de colores sobre la RFA transmitida y el rendimiento de frutos por las plantas, también hay coincidencia con los resultados de Retamates et al. (2008), quienes al comparar el rendimiento de arándano azul (Vaccinium corymbosum L.) obtenido bajo mallas de colores con respecto a un testigo sin malla, encontraron que con la malla blanca de 35% de sombra, se incrementaron los rendimientos en 90.5 y 44.6%, 59.6 y 24.9% con la malla gris 35% y, 84.2 y 31.9% con la malla roja 50% en dos años consecutivos, respectivamente. Estos autores también indicaron que la malla negra, comúnmente utilizada por los agricultores, tuvo efectos negativos sobre el rendimiento. Los rendimientos con la malla sombra negra 35% fueron 37.2 y -8%, mientras que con la malla sombra negra 50% fueron -3.2 y -28% con respecto al testigo sin malla, durante los dos años, respectivamente.
El RN tuvo su mejor expresión con la radiación solar transmitida por la malla AZ50 (48.4 Mg ha-1). Sin embargo, su valor fue estadísticamente igual al RN obtenido con la cantidad y calidad de la radiación solar presente bajo las mallas GR50 AZ30, AL30, GR30 y AL50, con las cuales se superó el rendimiento logrado en el testigo comercial (NE50), en porcentajes que fluctuaron desde 10 hasta 28%.
La mayor cantidad de tomate de rezaga (RR) ocurrió con la radiación solar trasmitida por la malla PE30, donde se obtuvieron 13.5 Mg ha-1. El menor RR (3.7 Mg ha-1) se obtuvo en las mallas AL50 y AZ50. Dichos volúmenes de frutos, comparados con el RTC bajo las mismas condiciones, representaron 8, 4 y 3%, respectivamente.
La radiación solar transmitida por la malla PE30 promovió mayores rendimientos de tomate en cuatro de los cinco calibres más grandes analizados (22, 32, 35 y 39), aunque en dos de ellos fue estadísticamente igual a los rendimientos obtenidos con las mallas GR30 y NE30 (32) o la malla AZ30 (35). Los mayores rendimientos de tomate calibre 28 se lograron con las mallas GR30 y NE30. Bajo las mallas rojas, perladas, grises, negras y AZ30 se presentaron los mayores rendimientos de tomate calibre 45, mientras que la radiación solar transmitida por la malla GR50 influyó para que el rendimiento de tomate del calibre más pequeño (52) fuera mayor (Cuadro 4).
Conclusiones
- El porcentaje de sombra o diseño del tejido de las mallas y la pigmentación del plástico influyeron en la capacidad de transmisión de radiación solar. Las mallas negras y aluminadas con 50% de sombra transmitieron las menores cantidades de radiación total (105.1 a 123.4 W m-2) y fotosintética (50.6 a 62.3 W m-2), es decir, fueron las mallas más eficaces para sombrear. Las mallas de colores con 30% de sombra, excepto la negra, transmitieron mayores cantidades de radiación total (171.6 a 211.1 W m-2) y fotosintética (87 a 97.3W m-2).
- Tales propiedades fotométricas de las mallas influyeron en el crecimiento de las plantas de tomate. El diámetro de los tallos se incrementó a causa de una mayor cantidad de radiación total (191.3 a 211.1 W m-2), fotosintética (87 a 97.3 W m-2) y de luz azul (23.2 a 29.7 W m-2) o roja (32 a 38.8 W m-2) transmitidas por las mallas roja, azul y perla con 30% de sombra; mientras que las mallas gris y aluminada con 50% de sombra, con las menores transmisiones de radiación total (105 a 152.8 W m-2) y fotosintética (50.6 a 77.4 W m-2), promovieron alargamiento de plantas. El área foliar específica fue mayor bajo la influencia de la radiación solar transmitida por las mallas azul y aluminada con 50% de sombra; mientras que la radiación filtrada por las mallas perla y roja con 30% de sombra promovió los valores más bajos. Un mayor contenido de clorofila en hojas se correspondió con más radiación total y fotosintética encontrada en cada una de las mallas azul, roja, aluminada, perla y gris con 30% de sombra.
- Consecuentemente, también se obtuvieron diferentes respuestas de rendimiento y calidad de tomate. Con la radiación solar transmitida por la malla perla con 30% de sombra se cosecharon los mayores rendimientos, total y con calidad para exportación, incluyendo cuatro de cinco calibres comerciales (22, 28, 32, 35 y 39) clasificados también como frutos extragrandes, grandes y medianos. Los menores niveles de radiación solar transmitidos por las mallas negra y aluminada con 50% sombra causaron los rendimientos totales y exportables más bajos. Con la radiación solar transmitida por la malla azul con 50% de sombra se consiguió el mayor rendimiento para mercado nacional, mientras que la radiación encontrada en las mallas rojas y perladas ocasionó los menores rendimientos de esta calidad de tomate. La radiación solar filtrada por las mallas perladas, con 30 y 50% de sombreo, originó también las mayores cantidades de tomate no comercial o de rezaga.