Introducción
El ácido cítrico (AC) es uno de los ácidos orgánicos más importantes en las plantas (Campbell, 2010); su exudación como anión citrato se presenta en respuesta al daño causado por Al (aluminio) o bien frente a la deficiencia de Fe (hierro) o P (fósforo) (Hu et al., 2005; Shlizerman et al., 2007), siendo proveídos los esqueletos de carbono necesarios por la PEP-carboxilasa de las raíces (Peñaloza et al., 2000). Por lo mencionado anteriormente se considera conveniente elevar la concentración de ácidos orgánicos presentes tanto en los tejidos vegetales como en la solución del suelo (López-Bucio et al., 2000).
Al respecto Hu et al. (2005) citan un aumento en la disponibilidad y absorción de P aplicando ácido cítrico en suelos calcáreos. De igual manera las aplicaciones exógenas de AC aumentaron la conductividad eléctrica, contenido de materia orgánica, pH y disponibilidad de Ca, Mg, HCO3, Cl, K, Fe, Mn, Cu y Zn en un suelo calcáreo (Ferreyra et al., 1998). Por su parte Yong-Hua y Hong-Yan (1998) mencionan un aumento en la altura y peso fresco de las plántulas, peso seco de la raíz de frijol, como respuesta a aplicaciones de AC. Finalmente Benavides et al. (2003) reportaron que la aplicación de este ácido, en la solución nutritiva, disminuyó el pH y elevó la concentración de P en fruto de tomate, mejorando el rendimiento así como el número de frutos. El objetivo del presente trabajo fue verificar el efecto de la adición de ácido cítrico en el suelo sobre el crecimiento, producción y calidad del fruto en el cultivo de tomate.
Materiales y métodos
El presente trabajo se llevó a cabo en la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, ubicada en Buenavista, Saltillo, Coahuila (25° 22' N y 101° 00' O, a 1760 m de altitud). Como material biológico se utilizó tomate (Lycopersicon esculentum) cv. Río Grande (FAX DE OCCIDENTE S.A. de C.V.). El trasplante fue realizado en macetas de polietileno color negro con 17 kg de suelo calcáreo cribado de tipo franco-arcilloso calizo, no salino, con un pH = 8.7, 1.44% de materia orgánica y concentraciones bajas de elementos: N (14.63 mg kg-1), P (3.04 mg kg-1), K (41.70 mg kg-1), S (1.87 mg kg-1), Fe (5.30 mg kg-1), B (0.88 mg kg-1), Mn (2.66 mg kg-1) y Cu (0.41 mg kg-1), exceptuando a los elementos Ca (2,755 mg kg-1), Mg (494.0 mg kg-1) y el Zn (18.0 mg kg-1). Las macetas fueron colocadas en un invernadero con 70% de la irradiancia fotosintéticamente activa natural, que alcanzó valores máximos de 1900 µM m-2 s-1, con un rango de temperatura de 20 a 30 °C y humedad relativa de 50 a 60%, sobre un suelo nivelado cubierto con polietileno negro, lo cual evitó malezas y el crecimiento de raíces fuera del volumen de la maceta. La distancia entre plantas fue de 30 cm, conduciéndose a un solo tallo. El manejo de plagas y enfermedades consistió en aplicaciones semanales de fungicidas (Benomil 50 WP y Tecto 60) e insecticidas (Imidacloprid y Evisect(r) S). La fertilización de las plantas fue por medio del sistema de riego utilizando una solución nutritiva Steiner (Steiner, 1961). Se contó con veinte plantas por tratamiento, realizándose tres muestreos a los 71, 83 y 119 días después del trasplante, correspondientes a las etapas fenológicas de floración, cuajado de fruto y primer corte.
El diseño experimental utilizado fue bloques completos al azar con cuatro tratamientos y cuatro repeticiones. La unidad experimental correspondió a una maceta con una planta. Los tratamientos consistieron en adicionar a la solución Steiner el ácido cítrico (AC) (C6H8O7*H2O) grado alimenticio en distintas concentraciones: 10-2, 10-4 y 10-6 M (1.92, 0.0192 y 0.000192 g L-1) resultando un pH de 3.06, 6.35 y 6.39, respectivamente. Mientras que el tratamiento testigo correspondió a la solución nutritiva Steiner con pH 6.30. Los tratamientos se aplicaron después del trasplante, mediante el sistema de riego, continuándose de manera constante a lo largo del ciclo del cultivo.
Se determinó el diámetro del tallo, el número de hojas, la longitud de la planta y la biomasa (fresca y seca) a los 71, 83 y 119 días después del trasplante (ddt). La producción de fruto por planta se calculó mediante la suma del peso total de frutos por planta, obtenida en los tres cortes realizados (119, 121 y 125 ddt). Se contabilizó el número, peso y diámetro de los frutos cosechados.
A los 121 ddt se tomaron cuatro frutos por cada tratamiento, macerándose el mismo día, y determinándose inmediatamente en la pulpa el índice refractométrico (% sólidos solubles), con un refractómetro manual de 0 a 32%, marca Atago modelo ATC1E, la conductividad eléctrica (CE) con un potenciómetro HI 98130 de Hanna Instruments, en tanto que el pH y potencial de óxido-reducción se determinaron con un potenciómetro pH/mV/ISE HI 98185 de Hanna Instruments. De igual manera se determinó la acidez titulable, tomando 10 ml de pulpa, a la cual se añadieron 2 gotas de fenolftaleína al 1% y se tituló con NaOH (0.1 N).
El contenido de vitamina C en el fruto, se determinó por el método de titulación con 2,6-diclorofenolindofenol (Padayatt et al., 2001). Finalmente el contenido de licopeno se determinó mediante la metodología citada por Fish et al. (2002).
Los datos fueron sometidos a un análisis de varianza y una prueba de medias según la prueba LSD de Fisher con el programa SAS (Statistical Analysis System, 2002).
Resultados y discusión
Variables Morfológicas
Las diferentes concentraciones de AC aplicadas indujeron cambios solo en tres de las variables morfológicas de las plantas, el diámetro del tallo, el peso fresco y la biomasa seca (Cuadro 1).
Las aplicaciones de AC indujeron un aumento en el diámetro de tallo, lo cual pudiera reflejar una mayor acumulación de fotosintatos (Preciado et al., 2002) en respuesta a este ácido orgánico. De igual manera las aplicaciones de AC indujeron cambios en el peso fresco, tal vez modificando la acumulación de agua en las plantas, ya que ésta constituye en mayor medida el peso fresco (Ludlow y Muchow, 1990).
En cuanto a la biomasa seca de las plantas, durante los dos primeros muestreos fue posible ver diferencias entre el testigo y el tratamiento de AC de 10-6 M, sin embargo en el último muestreo dicha diferencia ya no se observó y se encontró por el contrario un menor peso seco en las plantas con aplicación de AC 10-2 M (Cuadro 1). A pesar de ello, las plantas de este tratamiento 10-2 M no mostraron diferencias en la producción de fruto con el testigo (Cuadro 2). Las diferencias encontradas en el peso seco pueden deberse a modificaciones en el contenido nutrimental de la planta (Loomis y Connor, 1992) inducido por la adición del AC.
† Medias con la misma letra son estadísticamente iguales entre tratamientos (LSD, α ≤ 0.05). ddt = días después del transplante.
Producción de Fruto
El número de frutos por planta así como el peso seco del fruto presentaron diferencias estadísticamente significativas (P ≤ 0.05) en respuesta a la adición de AC. De acuerdo a la prueba de medias (LSD, α ≤0.05) la concentración 10-6 M de AC indujo mayor producción de fruto por planta, pero con menor peso seco, debido posiblemente a un desbalance en la relación fuente/demanda, la cual pudo manifestarse con una menor acumulación de biomasa en los frutos (Peil y Galvez, 2005).
La producción de fruto obtenida en este trabajo se encuentra dentro del rango de valores reportados por Benavides-Mendoza et al. (2007) quienes aplicaron otro ácido orgánico, el ácido benzoico, en tomate cultivado en suelo calcáreo. En lo que respecta al peso seco del fruto las diferencias encontradas pudieran explicarse a que el AC indujo una mayor cantidad de fotoasimilados producidos por la planta, los cuales son almacenados en los frutos (Peil y Galvez, 2005), tal acumulación pudiera derivarse de una mayor absorción de minerales complejados con la aplicación del AC (Maqsood et al., 2011).
Calidad del Fruto
Las variables que presentaron diferencias estadísticamente significativas (P ≤ 0.05) en respuesta a la adición de AC al suelo calcáreo se muestran en el Cuadro 3. Los tratamientos 10-6 y 10-4 M de AC elevaron la CE del fruto respecto al testigo, lo cual pudo deberse a un aumento en la disponibilidad o transporte de nutrimentos minerales ya que el ácido cítrico tiene un papel importante en el intercambio de iones en la raíz (Lobit et al., 2003) así como en el trasporte interno de los mismos (Durrett et al., 2007).
La adición de AC redujo los valores de potencial de óxido-reducción, valores bajos de esta variable indican calidad adecuada en el fruto porque indican un mayor potencial antioxidante (Benavides et al., 1999). También la acidez titulable aumentó con las aplicaciones de AC, este resultado posiblemente derive de una mejora en el balance de cationes/aniones en el citoplasma, generando menor gasto metabólico del fruto y mayor acumulación de ácido cítrico en el mismo (Lobit et al., 2003), como respuesta a la aplicación exógena de este ácido. Del mismo modo, se encontró mayor concentración de vitamina C en los tratamientos con AC, es posible que esta respuesta sea dependiente de una mayor disponibilidad de fotosintatos en la planta (Arrigoni y De Tullio, 2002).
Conclusiones
Las variables agronómicas longitud de tallo, peso fresco y biomasa seca de planta fueron modificadas favorablemente con las aplicaciones de ácido cítrico 10-6 M.
El tratamiento 10-6 M de ácido cítrico dio lugar a un aumento del 69% de la producción de fruto por planta en comparación con el testigo.
La calidad del fruto de tomate, en términos del potencial de óxido-reducción, la conductividad eléctrica, la acidez titulable y el contenido de vitamina C fueron modificados positivamente en respuesta a la adición de ácido cítrico en concentraciones de 10-6 y 10-4 M.