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Argumentos (México, D.F.)

versión impresa ISSN 0187-5795

Argumentos (Méx.) vol.27 no.75 Ciudad de México may./ago. 2014

 

Presentación

 

La extensión del acceso a internet así como los nuevos desarrollos de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) han transformado las formas de gestación, difusión e impacto de las protestas sociales. El paradigma de la red aparece no sólo como una tecnología de comunicación, sino como una forma de organización y un ideal normativo: la horizontalidad, la ausencia de jerarquías o liderazgos estables, la difusión y apertura a cualquiera. A finales de 2010, Wikileaks difundió los cables del Pentágono, mostrando que en la nueva era tecnológica los secretos del poder no están a salvo. A su vez la red global de Activistas Anonymous irrumpió con fuerza y se multiplicó en varios países. Más recientemente las revelaciones de Edward Snowden mostraron cómo la cibervigilancia de Estados Unidos pone en riesgo el derecho a la privacidad de los ciudadanos en cualquier país. En este mismo contexto, un ciclo de luchas con un marcado carácter democrático han tomado las ciudades del mundo en forma de autoconvocatorias masivas con una serie de patrones comunicativos comunes basados en el uso intensivo de las redes digitales.

El año 2011, iniciando la Primavera Árabe, la toma de las plazas se sucedió en varios países: la Qasba de Túnez, la Plaza de la Perla de Manama, Barheim; la Plaza Tahrir de El Cairo; la Plaza del Sol en Madrid y la de Catalunya en Barcelona, entre otras del Estado español. En Grecia el 25 de mayo de 2011 una convocatoria anónima a traves de redes sociales llenó la plaza Syntagma, en el centro de Atenas. En Londres se plantaron 200 carpas ante la Saint Pauls Cathedral. La mayor movilización de la historia de Israel se dio en el bulevard Rothschild en Tel Aviv durante casi tres meses ese verano. La ocupación de Wall Street en Nueva York se extendió a más de mil ciudades de Estados Unidos. En Chile los estudiantes en lucha contra la privatización de la educación convergieron en las calles de Santiago. Lo mismo ocurrió en México con el movimiento #YoSoy132 en 2012. En Turquía, miles de personas salieron a defender el parque Gezi de Estambul en junio de 2013. El mismo mes, el movimiento Passe Livre contra el alza en el transporte devino en una ola de protestas en Brasil. En 2014, los jóvenes de Hong Kong tomaron el centro financiero de la ciudad en la llamada rebelión de los paraguas.

Cada movilización de los últimos años se ha dado en un contexto local y nacional singular que amerita un estudio detallado. Pero ¿podemos hablar de un ciclo de revueltas interconectadas?, ¿cuáles son esos elementos que se extienden y comparten en estas experiencias de la política que no tienen órgano rector y que se basan en redes?, ¿hay patrones comunicativos y organizativos compartidos? ¿tiene la comunicación digital y la web 2.0 un carácter definitorio?, ¿cómo entender los contextos y las formas de la protesta política y la disidencia hoy?

Manuel Castells caracteriza el momento actual a partir de la idea de "autocomunicación de masas" como "la producción interactiva del significado"1 es decir, la posibilidad, abonada por la digitalización y las tecnologías de la información y la comunicación, de que la gente produzca/reciba y combine sus propios mensajes, remezclando códigos y formatos, lo que diversificará y multiplicará los puntos de entrada en el proceso de comunicación, atravesando fronteras. La actividad en red representa nuevas formas de subjetivación política en un espacio multidimensional e híbrido.

Deleuze y Guattari, mucho antes de internet, proponían la metáfora botánica del rizoma, caracterizado por su "heterogeneidad y la conectividad", donde cada punto puede conectarse con cualquier otro, donde no existe un traductor lingüístico universal, sólo hay argot y dialectos, por tanto, apropiación de significados y creación de sentidos diversos. Como una colonia de hormigas, un rizoma puede ser destruido, pero inmediatamente se reconstruye. Es abierto y excéntrico: existen múltiples puntos de entrada, no hay elementos de organización central ni responde a ningún modelo, es un mapa que contribuye a la conexión de los cuerpos, es "un performance".2

El presente número de Argumentos. Estudios críticos de la sociedad busca aportar aproximaciones y cuestionamientos al estudio de las formas y fondos de la acción colectiva multidimensional que se presenta a partir de la extensión del acceso a las teconologías digitales.

Con las protestas en red cambian los imaginarios y los mitos de la transformación social. De los relatos heroicos de líderes y mártires pasamos a las iniciativas inesperadas de cualquiera que decide contar (de cuenta y de cuento) por sí mismo para denunciar la falta de democracia en un mundo cada vez más sometido a los intereses del dinero. La calidad del vínculo político en las revueltas conectadas tiene que ver con nuevas formas de afecto y de amistad; en los espacios virtuales las emociones circulan y se contagian a velocidades inusitadas. La protesta simbólica se traslada a las calles y a las ciudades de México, como con #YoSoy132 en 2012. El poder de los memes, como unidades mínimas de significado abierto, se viraliza sin reconocer barreras temporales ni fronteras espaciales. También las formas del lenguaje clandestino se trasladan a los espacios digitales para construir sus propias agregaciones simbólicas de germinación fértil. Por otro lado, la sociedad mexicana busca combatir la desinformación de los medios masivos sobre la violencia de la guerra contra el narcotráfico creando sus propios hashtags y sus formas autogestivas de información de acceso general. Aparecen entonces nuevas formas de control y de criminalización contra las prácticas y los usos de una generación socializada en las redes digitales.

La complejidad del momento civilizatorio hace que la comunicación para la organización autónoma de las personas y movimientos sociales adquiera en México el carácter de urgencia ante la violencia creciente, la desaparición forzada, la impunidad y la indistinción entre legalidad e ilegalidad.

 

Guiomar Rovira Sancho
Coordinadora

 

NOTAS

1 Castells, M., Comunicación y Poder, Alianza Editorial, Madrid 2009, pp. 88.         [ Links ]

2 Deleuze, G., Guattari, F., Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia, Pre-Textos, Valencia, 1997, pp. 13-18.         [ Links ]

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