Introducción
Si bien la escolaridad de las personas depende en gran medida de sus características socioeconómicas (Espitia Carrascal & Montes Rotela, 2009), cabe esperar también que las dinámicas familiares y laborales influyan en la concepción acerca del desarrollo profesional y, con ello, del valor de lo académico (Orraca et al., 2017). Al tener en cuenta que las familias de la frontera entre México y Estados Unidos (EUA) viven en entornos multiculturales asociados a asimetrías laborales, separaciones y reencuentros familiares y experiencias que producen cambios en la conducta social de la población, en las últimas décadas se ha intensificado el estudio de los efectos, tanto positivos como negativos, que el fenómeno migratorio y transfronterizo entre estos dos países puede llegar a tener en las aspiraciones educativas de los jóvenes y su influencia en las decisiones individuales en materia de formación.
Entre los efectos positivos encontrados en la literatura suelen destacar aquellos de naturaleza económica que resultan del fomento de las actividades productivas en la comunidad de destino1 (Lindstrom, 1996; Massey & Parrado, 1998), pero también en la de origen, a través del envío de remesas (Giorguli & Serratos, 2009). Este tipo de efectos también podrían estar representados por una mayor inversión en capital humano en el mediano plazo (principalmente en educación y salud). El trabajo transfronterizo, por otro lado, permite optar a mejores salarios en términos relativos. Por último, siempre cabe la posibilidad de que los migrantes de retorno2 se conviertan en agentes de cambio y difusores de ideas novedosas que puedan ser implementadas en los lugares de origen, favoreciendo así la organización productiva y social de la comunidad (Goldscheider, 1987; Mendoza Cota, 2013).
Por otra parte, dentro de los efectos negativos están los costos sociales y emocionales de una potencial disrupción de la convivencia o de la separación de las familias. A este respecto, Antman (2011) sugiere que las personas menores de edad reducen su dedicación al estudio y participación en actividades escolares cuando hay una separación transfronteriza de los padres. Además, las propias remesas podrían llegar a ser causa de abandono escolar y de retraso en el desarrollo de la comunidad de origen (Giorguli & Serratos, 2009) al fomentar sistemas locales de producción no autosostenibles, que socavan los recursos humanos en edad escolar o laboral y frenan el cambio en la estructura productiva (Fischer et al., 1997).
En la zona geográfica que conforma la frontera entre México y EUA se produce la confluencia de diversos y heterogéneos grupos sociales que interactúan para realizar actividades laborales, turísticas, artísticas y médicas, entre otras. Durante muchos años estas actividades han logrado dar empuje a la economía fronteriza al incrementar el empleo y, en consecuencia, atraer a la población inmigrante procedente del sur. Sin embargo, el mercado laboral de esta región ha venido perdiendo capacidad de absorción, a la vez que se ha dado una sobredemanda de infraestructura pública, lo que se manifiesta, por ejemplo, en la precarización laboral (Cruz Piñeiro, 2012) y el rezago educativo.3
En relación con esto último, trabajos como los de Coubès y González Ramírez (2011) y Vargas-Valle (2012) documentan bajos niveles de escolarización en las ciudades fronterizas, en comparación con los del resto del país, debido a la alta migración interna y a la dinámica del mercado laboral fronterizo. De acuerdo con Kandel y Massey (2002), las personas menores de edad que ven con naturalidad la migración laboral internacional tienen hasta cinco veces más probabilidades de emigrar que aquellos que son ajenos a esa circunstancia. Asimismo, en algunas zonas de México, los estudiantes de educación media superior tienen el doble de probabilidad de buscar trabajo en EUA que de continuar su formación académica. Las realidades anteriores podrían tener consecuencias en la equidad educativa de zonas como la frontera.
La educación es una vía de revalorización del conocimiento y de obtención de formación y experiencias que permiten ser más productivo profesionalmente (Münch, 2005), y optar a mejores oportunidades laborales y salarios más altos (Leyva López & Cárdenas Almagro, 2002). Los gastos en educación y capacitación son inversiones en capital humano, pero también lo son aquellos realizados en materia de salud, el conocimiento sobre el mercado de trabajo o la crianza de la prole (McConnell et al., 2007). Para Becker (1964), la educación incrementa las ganancias de las personas en la medida en que el entorno en el que se desempeñan esté menos desarrollado.
Aunque en México la educación superior es entendida como el principal factor de transformación social4 (Marmolejo & León, 2000), en materia laboral se encuentra que dos terceras partes de la población adulta joven de Tijuana se desempeña como empleada u obrera. La elevada concentración en esta categoría ocupacional se vincula con la presencia de la industria maquiladora en la región. Son los jóvenes, precisamente, los que tienen mayor participación en esta forma de organización industrial (González Galbán, 2011). La facilidad para encontrar trabajo asalariado de baja calificación, junto con el arraigo de la cultura de la migración, podrían hacer a estas alternativas más atractivas para lograr la movilidad social o para alcanzar el estándar de vida deseado, que la dedicación a los estudios (Meza González & Pederzini Villarreal, 2009). Cabe destacar que, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi, 2015), 52% de los jóvenes de Tijuana forman parte de la población económicamente activa; cuatro puntos porcentuales por encima de la media nacional.
El presente trabajo pretende arrojar luz sobre el efecto que la exposición a las dinámicas demográfica y socioeducativa de la frontera, el entorno migratorio y los anhelos profesionales y soporte familiar tienen en las aspiraciones educativas y profesionales de los estudiantes de educación media superior residentes del lado mexicano de la zona fronteriza entre Tijuana, en Baja California, y San Diego, en California, la cual ha sido calificada como una de las más dinámicas del mundo (Ojeda, 2009). Se parte de las vulnerabilidades que estos niveles educativos presentan para plantear la hipótesis de que las aspiraciones de los jóvenes que los cursan son más sensibles a la exposición al entorno migratorio que al empeño, la motivación y el respaldo recibido por la familia, y que la asociación entre estas aspiraciones y la exposición al entorno migratorio es negativa.
Marco referencial
El contexto migratorio y transfronterizo de Tijuana
La dinámica fronteriza entre México y EUA no podría entenderse cabalmente sin tomar en cuenta el fenómeno migratorio. En la actualidad, el flujo de migrantes mexicanos a EUA es muy diferente al de hace algunas décadas cuando se componía principalmente de jóvenes varones en búsqueda de trabajo agrícola. Durante los últimos años, otros muchos colectivos han participado en este proceso con fines diversos, lo que lo convierte en un fenómeno mucho más complejo que antaño.
Hay dos procesos demográfico-migratorios ─contemporáneos y coyunturales─ que están relacionados con la frontera septentrional mexicana y que deben ser tomados en cuenta en virtud de que dan forma a la identidad cultural de las sociedades que los experimentan. El primero está asociado al incremento en el número de inmigrantes internacionales retornantes a los municipios fronterizos de México desde 2017 (Inegi, 2020; Masferrer & Roberts, 2012). La frontera ha dejado de ser solo el imán de la migración interna, para convertirse también en uno de migración de retorno a partir del segundo lustro del presente siglo (Canales, 2012; Vargas Valle, 2015), debido en parte a la burbuja inmobiliaria que estalló en 2008 en EUA que llevó a una crisis financiera global,5 reforzada por el surgimiento de un clima antiinmigrante en aquel país durante la administración del presidente Donald Trump.
El segundo proceso tiene que ver con la inmigración a Tijuana procedente de otras partes del país, además de la referida a Centroamérica, Sudamérica y el Caribe, a través de la cual se explica, en buena medida, el crecimiento histórico de la ciudad y por la que esta goza de una alta multiculturalidad. Sobre el particular destaca la crisis migratoria acaecida en 2016, por la que habrían llegado cerca de 3 000 haitianos a Tijuana; asimismo, durante 2018 se registró en la ciudad la llegada de más de 6 000 inmigrantes centroamericanos con la intención de pedir asilo en EUA6 (El Colegio de la Frontera Norte, 2019). Al respecto, datos de la encuesta intercensal del Inegi (2015) indican que la proporción de la población no nativa de Tijuana en 2015 era de 47%.
Kandel y Massey (2002) argumentan que, en algunas partes de México, la migración hacia EUA es vista como un elemento de transición hacia la madurez, por lo que la acción es aprobada socialmente y quien lo hace es reconocido como persona responsable y visionaria. Este anhelo se contagia a través del entorno social y por la observación del papel que juegan aquellos que lo han hecho, quienes, al regresar, suelen mostrar un cambio en sus circunstancias económicas, lo que lleva al fortalecimiento de la conjetura en los jóvenes de que la inversión en educación no es tan redituable debido a la falta de calificación de los puestos que posiblemente ocuparán, lo que hace que estos reduzcan sus esfuerzos académicos. Ellos encuentran que la aspiración de residencia en EUA generalmente no está relacionada con el anhelo de los padres sobre la continuidad educativa, aunque destacan que, en los alumnos de nivel medio superior, la intención de trabajar allende la frontera sí es inversa al interés de seguir estudiando en México.
Las acciones mediante las cuales los migrantes llegan a forjar y mantener relaciones sociales simultáneas entre su sociedad de origen y la de asentamiento (Glick Schiller et al., 1995) son una manifestación de la “transnacionalidad”7 (Zúñiga & Reyes, 2006). Muchas veces, estos migrantes se afincan en zonas próximas a la frontera, ya sea para no perder los lazos afectivos con el país de procedencia, o por contar ya con familiares o amigos en esas zonas o, en muchas ocasiones, por limitaciones presupuestarias.8 Cuando la vida cotidiana de estas familias o comunidades dependen de interconexiones constantes a través de una frontera internacional y sus integrantes se incorporan en la economía, patrones de vida cotidianos e instituciones políticas de ambos países marcan su identidad pública (Glick Schiller et al., 1992) con lo que se está ante la presencia de familias o comunidades transfronterizas.
Migración y educación: algunos resultados teóricos y empíricos
Para Vargas Valle (2015) existen fuerzas encontradas en la relación entre migración y educación, cuyo efecto conjunto en la población más joven aun es incierto. Por una parte, la migración podría generar ganancias económicas que posibiliten la dedicación exclusiva a los estudios (Taylor, 1987), pero, por la otra, podría llevar el capital social del hogar a un umbral por debajo de aquel que garantice el éxito escolar (Booth, 1995). Asimismo, cabe la posibilidad de que el fenómeno tenga un efecto negativo en las aspiraciones educativas de los jóvenes, cuando en el hogar se sobrevaloran los beneficios económicos y culturales del trabajo en EUA (Kandel & Massey, 2002). Para Vargas-Valle y Glick (2021) las aspiraciones educativas y migratorias de los estudiantes de educación media superior en Tijuana son sensibles a la experiencia trasfronteriza y al nivel de capital social que la vinculación con EUA represente en términos de ciudadanía, familiares, dominio del inglés o identificación cultural. También, los estudiantes con educación y otros vínculos transfronterizos, bajo ciertas circunstancias, tienen más probabilidades que el resto de aspirar a un título universitario, pero también de migrar o de participar en un empleo al otro lado de la frontera.9
En ciudades fronterizas como Tijuana, consideradas como receptoras del turismo y corrientes migratorias, la estructura educativa evoluciona con la de fenómenos geopolíticos y económicos. Mientras que en 2008 la proporción de estudiantes en educación básica, media superior y superior era, respectivamente, de 47%, 38% y 15% (Inegi, 2010), para 2018 estos indicadores habían cambiado a 69%, 17% y 14% (Sistema Educativo Estatal de Baja California [SEEBC], 2018); ya para 2021 se situaban en 71%, 15% y 14%.10 Aunque esto no permite asegurar que la educación media superior sea el nivel más sensible al entorno, sí es indicio de que este nivel educativo presenta el mayor reto de atención con miras a incrementar la retención en los próximos años, no solo por su magnitud actual y su importante descenso en los últimos años, sino por el grado de concentración del nivel precedente, que llegaba a 71% en 2021.
Estudios como los de Hanson y Woodruff (2003) y Borraz (2005) sugieren un potencial efecto positivo de la migración sobre la educación de los más jóvenes en los casos de baja escolaridad de la madre y hogares donde se reciben remesas, aunque sus resultados se enfocan en comunidades rurales. Al respecto, para Nobles (2011), los lazos con los padres migrantes se correlacionan positivamente con los resultados escolares, lo que mitiga los costos educativos de una separación familiar. Por su parte, Antman (2011) encuentra que los menores de edad con padre migrante asignan menos tiempo a la realización de tareas escolares ante la falta de un patrón de conducta masculino. Lo anterior se debe a que las aspiraciones del menor terminarían estando relacionadas con la migración laboral o la percepción de falta de apoyo, lo que genera un costo psicológico. La autora concluye que los efectos negativos de la migración paterna podrían ser superiores a los beneficios que se pueden alcanzar a través de las remesas.
Por su parte, McKenzie y Rapoport (2011) encuentran un efecto negativo de la migración en el logro académico de los adolescentes de zonas rurales que podría reducir las posibilidades de que se complete la educación media en hasta 22%, aunque este efecto se mitiga con las remesas que relajan las restricciones sobre la inversión en educación. En este sentido, Kandel y Kao (2000) encuentran que las remesas relajan lo suficiente las presiones económicas de los hogares que las reciben como para que las personas menores de edad tengan una mayor dedicación al estudio, pero solo hasta que estas personas adquieren autonomía en la toma de decisiones durante la adolescencia, que es cuando pueden ser más fuertemente influenciados por la actividad ocupacional y educativa de sus familiares y conocidos. Sus resultados muestran también que los jóvenes con mejores calificaciones y aquellos cuyos padres cuentan con una ocupación profesional tienen menos interés en buscar trabajo fuera del país; sin embargo, cuando los estudiantes han repetido algún grado escolar, el interés aumenta.
Por su parte, Coubès y González Ramírez (2011) estudian la interrelación entre la escuela y el trabajo para la población joven de Tijuana y encuentran que los nacidos fuera del estado de Baja California, en mayor proporción que los locales, combinan el estudio con el trabajo o trabajan de forma exclusiva. También, identifican que solo 48% de los que completan la educación básica alcanzan el nivel medio superior. Los autores afirman que el mercado laboral de la juventud tijuanense es más accesible que el del resto de México, pero también de más baja calificación.
Por otro lado, Vargas Valle (2015) analiza la continuidad escolar de los jóvenes de áreas urbanas de la frontera norte de México con dos características: haber nacido en EUA y compartir hogar con personas radicadas en México que trabajan en EUA. La autora encuentra que el país de nacimiento tiene mayor asociación con el nivel de educación alcanzado, que el hecho de tener familiares con las características descritas. También, los jóvenes que residen con alguna persona con esta actividad transfronteriza podrían llegar a presentar ventajas en la conclusión de la educación básica y media superior, pero no en el caso de la universidad.
Los estudiantes radicados en México pero que nacieron y estudian en EUA aumentan su capital humano ─específico de EUA─ y, con ello, la probabilidad de poder encontrar un empleo bien remunerado al norte de la frontera (Orraca et al., 2017). Otro tipo de vinculación transfronteriza ocurre para aquellos que, aun habiendo nacido en México, cruzan frecuentemente la frontera internacional con fines turísticos, de negocios o de salud, apoyados en sus altos niveles de ingresos y estando constituidos en gran medida por lo que Sarabia (2015) denomina cosmopolitas del Sur Global, que es una clase privilegiada y móvil, compuesta por miembros de clase media y alta. Estas características hacen que los hogares con nexos transfronterizos no sean del todo comparables con los de los inmigrantes (Orraca et al., 2017).La Tabla 1 muestra las diferencias en importancia que dan los jóvenes a la educación superior en ambos lados de la frontera, las cuales se comentan a la luz de la perspectiva transversal transfronteriza del lado mexicano.
Variable | Respuestas posibles | Tijuana (%) | San Diego (%) | p - valor del estadístico |
---|---|---|---|---|
Asistir a la universidad es… | Muy importante | 65.85 | 59.85 | 0.000 |
Importante | 28.07 | 32.37 | ||
Poco importante | 6.08 | 7.78 | ||
Trabajar duro en la escuela lleva a una carrera exitosa | Muy de acuerdo | 45.50 | 39.57 | 0.002 |
De acuerdo | 46.21 | 50.87 | ||
En desacuerdo | 6.08 | 6.81 | ||
Muy en desacuerdo | 2.21 | 2.75 | ||
Mis clases me preparan para lo que quiero ser en el futuro | Muy de acuerdo | 34.19 | 16.76 | 0.000 |
De acuerdo | 51.42 | 48.74 | ||
En desacuerdo | 11.13 | 25.76 | ||
Muy en desacuerdo | 3.26 | 8.74 | ||
Mis padres quieren que vaya a la universidad | Muy de acuerdo | 60.95 | 49.42 | 0.000 |
De acuerdo | 33.32 | 43.04 | ||
En desacuerdo | 3.35 | 5.75 | ||
Muy en desacuerdo | 2.38 | 1.79 | ||
Número de observaciones | 2 004 | 2 070 |
Fuente: Elaboración propia con datos del MMFRP 2015-2016 y con base en Aguilar Barceló y colaboradores (2020).
Nota: Los porcentajes corresponden a la frecuencia de cada respuesta en relación al total por variable
De acuerdo con la Tabla 1, el porcentaje de jóvenes que le da alta importancia a la asistencia a la universidad y que está muy de acuerdo en que la dedicación a la escuela es una vía para alcanzar un mejor futuro laboral es mayor en Tijuana que en San Diego. Una diferencia significativa entre los dos conjuntos poblacionales ocurre ante la afirmación de que las clases tomadas en el nivel medio superior contribuyen en la construcción del futuro, pues mientras que en San Diego hasta 35% de los estudiantes está en desacuerdo o muy en desacuerdo, esto ocurre solo en 14% de los casos del lado mexicano. También, hay una discrepancia notable en la opinión de los estudiantes en relación con el deseo de los padres de que asistan a la universidad, afirmación con la que está muy de acuerdo 61% en Tijuana frente a 49% en San Diego. Se debe destacar que ambas localidades coinciden en la ordenación jerárquica de sus respuestas y que no hubo diferencia estadística cuando se les preguntó acerca del papel que jugaba la universidad en la consecución de un buen trabajo. Por otro lado, la variabilidad en las respuestas (equivalente al grado de radicalización) siempre fue mayor en el caso de Tijuana.
La mayor importancia de la educación superior en las percepciones de los jóvenes de Tijuana podría tener relación con lo advertido por Marmolejo y León (2000), en el sentido de que, en México, este nivel educativo es visto como la base de un proceso de trasformación social y de superación personal con fuertes componentes de aspiraciones, mientras que en EUA es percibido como una inversión (no accesible para todos) que incrementa la probabilidad de obtener un mejor ingreso en el futuro.
Metodología
Fuentes de información
Los datos utilizados provienen del Mexican Migration Field Research Program (MMFRP) 2015-2016 de la Universidad de California en San Diego en colaboración con El Colegio de la Frontera Norte y la Universidad Autónoma de Baja California.12 Se contó con una muestra de 4 074 estudiantes de educación media superior de entre 14 y 17 años, inscritos en 63 escuelas de Tijuana y San Diego. De estos, 2 004 son estudiantes radicados en Tijuana, dentro de los que se identificó a 207 con experiencia o vínculos transfronterizos que, para efectos de este trabajo, están dados por el hecho de haber estudiado, vivido o nacido en EUA o tener o haber tenido un familiar nuclear radicando en este país. Los participantes fueron seleccionados por muestreo aleatorio ponderado en dos etapas: primero por escuela y luego por aula. Cabe señalar que, aunque este trabajo se enfoca en los jóvenes de Tijuana, para algunos indicadores se hacen comparaciones someras con sus similares de San Diego.
La muestra del presente estudio permite afirmar que 5% de los jóvenes entre 14 y 17 años radicados en Tijuana había nacido en el vecino país del norte, mientras que esto había ocurrido en 39% del subconjunto con vinculación o experiencia transnacional. Había tenido alguna experiencia académica en ese país 5% y 8% había vivido ahí por lo menos un mes. De acuerdo con Rocha Romero y Orraca Romano (2018), la mayoría de los estudiantes que radican en México y estudian en Estados Unidos nacieron en EUA, tanto en el nivel educativo básico (85.1%), como en el medio superior (74.6%) y el superior (64.8%), pero que, sin embargo, la mayoría de los residentes en México nacidos en EUA no estudia al otro lado de la frontera al encontrar algún tipo de obstáculo con los costos de la educación, los ingresos familiares, el dominio del inglés, el aprovechamiento escolar o incluso el fatigante cruce continuo.13
Modelo de regresión de respuesta cualitativa
La estimación de modelos donde la variable dependiente es cualitativa usualmente tiene como objetivo encontrar la probabilidad de que un determinado evento suceda. En este caso, se parte de un modelo de regresión lineal simple representado por:
donde,
Al respecto, el modelo logit replantea el modelo en términos de una función de distribución logística de la forma
Descripción de variables
Las variables explicativas utilizadas fueron seleccionadas con base en Kandel y Kao (2000), Antman (2011) y Vargas Valle (2015). En total se incluyen 20 variables independientes: seis de índole demográfica y socioeducativa (VDSE), ocho referidas al ámbito migratorio (VAMI) y seis más, relacionadas con el empeño, la motivación propia y el apoyo familiar (VEMA). Si bien las categorías VDSE, VAMI y VEMA no son exhaustivas ni mutuamente excluyentes, y las variables que las componen son apenas proxies de las dimensiones teóricas que pretenden medir,14 permiten diferenciar la naturaleza de la formación de las aspiraciones. La Tabla 2 presenta la descripción de las variables explicativas, su categoría y la forma que pueden tomar las respuestas.
Categoría | Variable* | Respuestas posibles |
---|---|---|
VDSE | Años cumplidos | 14, 15, …, 19 |
Número de hermanos | Ninguno, uno o dos, tres o cuatro, cinco o más | |
Tener hermanos que asistan o hayan asistido a la universidad | No tiene hermanos o no están en edad de asistir, no, sí. | |
Nivel educativo de la madre | Básico incompleto, básico, medio superior, superio | |
Nivel educativo del padre | ||
Nivel de inglés | Nulo, bajo, alto | |
VAMI | Lugar de nacimiento | México, eua |
Lugar de nacimiento de la madre | ||
Lugar de nacimiento del padre | ||
Ha asistido a una escuela en eua | No, sí | |
Ha vivido en eua | ||
Su hogar recibe remesas | ||
Cuenta con familiares cercanos en eua | ||
Los padres viven en eua | Ninguno, alguno, ambos. | |
VEMA | Horas de estudio a la semana fuera de la escuela | 2, 3, …, 12 |
País con el que más se identifica | Ninguno, eua, México, ambos | |
País dónde se ve trabajando al terminar la escuela | eua, ambos, México, otro país | |
Los padres se aseguran del cumplimiento de las tareas escolares | Muy de acuerdo, de acuerdo, en desacuerdo, muy en desacuerdo | |
Grado de acuerdo de los padres sobre la asistencia a la universidad | ||
Grado de acuerdo de los padres respecto a trabajar |
Fuente: Elaboración propia con datos del MMFRP 2015-2016.
*A menos que se indique otra cosa, las preguntas aluden al estudiante.
En el presente trabajo la variable dependiente,
Análisis de resultados
En primer término, con apoyo de estadística deductiva se describe la población bajo estudio para, posteriormente, calcular la magnitud del efecto de las variables independientes sobre las aspiraciones de asistir a la universidad, por medio de estadística inferencial correspondiente al modelo logístico.
Análisis estadístico descriptivo
La Tabla 3 muestra la distribución porcentual de las variables independientes no cuantitativas que serán utilizadas en el análisis estadístico inferencial, en función de la variable dependiente, lo que permite hacer una caracterización de los 2 004 jóvenes de Tijuana, diferenciados por su tipo de expectativa educativa.
Categoría | Variable | Respuestas posibles | No aspira a asistir a la universidad (%) | Aspira a asistir a la universidad (%) | p - valor del estadístico |
---|---|---|---|---|---|
VDSE | Tener hermanos que asistan o hayan asistido a la universidad | No tiene hermanos o no están en edad de asistir | 43.55 | 48.00 | 0.000 |
No | 34.68 | 18.10 | |||
Sí | 21.77 | 33.90 | |||
Nivel educativo de la madre | Básico incompleto | 33.93 | 20.61 | 0.009 | |
Básico | 40.53 | 33.04 | |||
Media superior | 19.37 | 31.36 | |||
Superior | 6.17 | 14.99 | |||
Nivel educativo del padre | Básico incompleto | 27.55 | 16.79 | 0.017 | |
Básico | 39.79 | 31.28 | |||
Medio superior | 26.02 | 33.50 | |||
Superior | 6.65 | 18.43 | |||
Nivel de inglés | Nulo | 50.80 | 51.75 | 0.000 | |
Bajo | 44.00 | 33.53 | |||
Alto | 5.20 | 14.72 | |||
VAMI | Su hogar recibe remesas | Sí | 24.88 | 15.95 | 0.007 |
No | 75.12 | 84.05 | |||
VEMA | País con el que más se identifica | Ninguno | 13.55 | 14.00 | 0.044 |
eua | 12.26 | 9.56 | |||
México | 54.19 | 45.43 | |||
Ambos | 20.00 | 31.01 | |||
País dónde se ve trabajando al terminar la escuela | eua | 18.06 | 15.93 | 0.029 | |
Ambos | 21.29 | 30.18 | |||
México | 52.90 | 31.98 | |||
Otro país | 7.74 | 13.91 | |||
Los padres se aseguran del cumplimiento de las tareas escolares | Muy de acuerdo | 9.68 | 9.72 | 0.031 | |
De acuerdo | 23.87 | 12.07 | |||
En desacuerdo | 29.68 | 20.96 | |||
Muy en desacuerdo | 36.77 | 57.25 | |||
Grado de acuerdo de los padres sobre la asistencia a la universidad | Muy de acuerdo | 34.19 | 64.96 | 0.000 | |
De acuerdo | 50.97 | 31.27 | |||
En desacuerdo | 10.97 | 2.01 | |||
Muy en desacuerdo | 3.97 | 1.76 | |||
Grado de acuerdo de los padres respecto a trabajar | Muy de acuerdo | 14.19 | 18.78 | 0.017 | |
De acuerdo | 54.19 | 61.27 | |||
En desacuerdo | 22.58 | 15.09 | |||
Muy en desacuerdo | 9.03 | 4.86 | |||
Número de observaciones | 257 | 1 747 |
Fuente: Elaboración propia con datos del MMFRP 2015-2016.
Nota: Los porcentajes corresponden a la frecuencia de cada respuesta en relación con el total por variable.
De acuerdo con Giorguli Saucedo y colaboradores (2010), una familia numerosa puede influir en las intenciones de los jóvenes de asistir a la universidad. Al respecto, se observa en la Tabla 3 que tener más de dos hermanos es más frecuente en los casos en los que no se aspira a asistir a la universidad, aunque si estos han asistido a la universidad podrían constituir un ejemplo académico que, compensatoriamente, incremente el interés por estudiar.
También, se evidencia que el nivel educativo de los padres es mayor en la población estudiantil que pretende asistir a la universidad. Hasta 46% de las madres y 52% de los padres tenían al menos educación media superior cuando estaban presentes las intenciones de los hijos de hacer una licenciatura, contra 26% y 33%, respectivamente, cuando no estaba presente este atributo. Conjuntamente, la proporción de jóvenes que tiene un nivel alto de inglés entre los que desean adquirir estudios universitarios es más del doble de la existente cuando no se tiene esta aspiración; en cualquier caso, el porcentaje no alcanza 15%.
Es de resaltar que, debido a la distribución de las respuestas, muchas variables de índole migratoria, tales como que alguno de los padres haya nacido o vivido en EUA, contar con familiares en este país o el haber estudiado, vivido o nacido en él, a priori, no permiten individualmente segregar la intención de alcanzar estudios superiores. De cualquier forma, casi en todos los casos la población que sí aspira a asistir a la universidad tiene mayor vinculación con EUA, que los que no tienen este propósito, excepto en lo que se refiere a la recepción de remesas, la cual es más frecuente en las familias de jóvenes que no aspiran a asistir a la universidad. De hecho, las remesas suelen destinarse a comida, vestido, vivienda, salud y el pago de deudas, antes que a la educación (Fundación BBVA Bancomer, A. C. & Consejo Nacional de Población [Conapo], 2016) y enfrentan retos complejos para poder llegar a convertirse en inversiones productivas (Durand et al., 1996).
Los que aspiran a asistir a la universidad se identifican menos con México y más con ambos países, que los que manifiestan no estar interesados en realizar estudios superiores. Al mismo tiempo, entre los que tienen intenciones universitarias, 32% se ve trabajando en México y 30% en ambos países mientras que estos valores son de 53% y 21% para los que no las tienen. La necesidad del aseguramiento de las tareas escolares por parte de los padres es una acción que descarta la mayoría de los potenciales universitarios. Es interesante destacar también que, aunque existe mayor acuerdo de los padres en la asistencia a la universidad cuando existe este anhelo por el estudiante, también lo hay en el sentido de apoyar sus intereses laborales.
En lo referente a la visión acerca de la educación superior en la juventud tijuanense, al distinguir entre aquellos que tienen vinculación o experiencia transnacional (207, equivalente a 10% de los radicados en Tijuana) y los que no la tienen, se encuentra que no existe diferencia estadística en la importancia que dan ambos grupos a asistir a la universidad (66% dan mucha importancia). Sin embargo, la población joven con vínculos transnacionales tiene más claridad en cuanto a la intención de asistir a una universidad estadounidense,15 lo que es pretendido por 70% de este subconjunto frente a 54% de los que no cumplen esta condición. Lo anterior es un indicio de la existencia de una relación entre las decisiones en materia de formación y el grado de vinculación transnacional que se tenga.
En cuanto al sentido de pertenencia, 23% de los jóvenes con vínculos transnacionales se identifica más con la cultura de EUA que con la mexicana, mientras que esto solo ocurre en 8% de los que no tienen esta vinculación. Asimismo, 42% de estos jóvenes transnacionales se identifica con ambos países, lo que ocurre solo en 27% de los jóvenes no transnacionales. Es de destacar que este es un indicador con diferente ordenación jerárquica entre ambos colectivos. Mientras que los transnacionales se identifican en primer término con ambos países, después con México, posteriormente con EUA y finalmente con ninguno de los dos, en el caso de los no transnacionales el orden es México, ambos, ninguno y, por último, EUA.
Análisis estadístico inferencial
Con el objetivo de explorar la relación entre las variables independientes y la dependiente (las aspiraciones de educación superior de los jóvenes de Tijuana) se estimaron cuatro especificaciones del modelo logit, nombradas esp1, esp2, esp3 y esp4, las cuales dibujan escenarios con distintas condiciones demográficas y socioeducativas (VDSE), migratorias (VAMI) y asociadas al empeño, motivación y apoyo familiar (VEMA)16 (ver Tabla 1).
Todas las especificaciones tienen su soporte en VDSE para conocer si, libre del efecto de la composición de las familias y su condición académica, el contexto migratorio o el empeño, motivación y apoyo de la familia son importantes. La segunda categoría más intensiva en el caso de esp1 y esp2 es VAMI, mientras que esp3 y esp4 descansan significativamente en VEMA.
En términos de VAMI, la propuesta esp1 considera el origen de los individuos, la asistencia a escuelas en EUA, la recepción o no de remesas y el contar con familiares cercanos en EUA, en tanto que esp2, incluye la asistencia a escuelas en EUA y el lugar donde el estudiante ha vivido y aquel donde su familia nuclear vive o ha vivido. Por otra parte, las propuestas esp3 y esp4 se diferencian en cuanto a las VEMA: esp3 incluye aspectos de empeño y motivación (las horas de dedicación a la escuela, el país con el que se identifica y aquel donde se ve trabajando en el futuro), mientras que esp4 incorpora las variables relacionadas con el apoyo de al menos alguno de los padres, con respecto al futuro académico y profesional de su hijo.
Cate-goría | Variable | Coeficiente (Error estándar) | ||||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
esp1 | esp2 | esp3 | esp4 | |||||||
VDSE | Años cumplidos | -0.0264*** | (0.009) | - | - | - | ||||
Número de hermanos | Uno o dos | 0.0837 | (0.059) | 0.0858 | (0.059) | 0.0980 | (0.060) | 0.0837 | (0.058) | |
Tres o cuatro | 0.0512 | (0.038) | 0.0504 | (0. 039) | 0.0595* | (0.035) | 0.0494 | (0.037) | ||
Cinco o más | 0.0491 | (0.035) | 0.0482 | (0.037) | 0.0431 | (0.035) | 0.0495 | (0.032) | ||
Hermanos en universidad | No | -0.0229 | (0.021) | -0.0283 | (0.022) | - | -0.0258 | (0.021) | ||
Sí | 0.0383** | (0.018) | 0.0376 ** | (0.018) | - | 0.0353** | (0.017) | |||
Nivel educativo de la madre | Básico | -0.0030 | (0.019) | 0.0026 | (0.019) | 0.0041 | (0.018) | 0.0017 | (0.019) | |
Medio superior | 0.0311 | (0.020) | 0.0354* | (0.020) | 0.0407** | (0.019) | 0.0303 | (0.020) | ||
Superior | 0.0307 | (0.027) | 0.0373 | (0.026) | 0.0348 | (0.025) | 0.0400* | (0.024) | ||
Nivel educativo del padre | Básico | 0.0109 | (0.019) | 0.0118 | (0.019) | 0.0222 | (0.018) | 0.0141 | (0.018) | |
Medio superior | 0.0269 | (0.019) | 0.0279 | (0.020) | 0.0360* | (0.018) | 0.0280 | (0.019) | ||
Superior | 0.0453*** | (0.023) | 0.0499** | (0.023) | 0.0522** | (0.021) | 0.0435* | (0.023) | ||
Nivel de inglés | Bajo | 0.0329** | (0.016) | 0.0358** | (0.017) | 0.0223 | (0.016) | 0.0336** | (0.016) | |
Alto | 0.0610*** | (0.020) | 0.0700*** | (0.019) | 0.0573*** | (0.020) | 0.0594*** | (0.019) | ||
VAMI | Lugar de nacimiento (eua) | -0.0033 | (0.051) | - | 0.0005 | (0.048) | - | |||
Lugar de nacimiento de la madre (eua) | -0.0223 | (0.116) | - | - | - | |||||
Lugar de nacimiento del padre (eua) | 0.0322 | (0.046) | - | - | - | |||||
Ha asistido a una escuela en eua | -0.0420 | (0.050) | -0.0024 | (0.050) | -0.053 | (0.053) | -0.0418 | (0.048) | ||
Ha vivido en eua | - | -0.0587 | (0.052) | - | - | |||||
Su hogar recibe remesas | -0.0618** | (0.026) | - | - | - | |||||
Cuenta con familiares cercanos en eua | 0.0052 | (0.024) | - | - | - | |||||
Los padres viven en eua | Alguno | - | 0.0036 | (0.032) | - | - | ||||
Ambos | - | -0.1564 | (0.178) | - | - | |||||
VEMA | Horas estudio fuera de escuela | - | - | 0.0141*** | (0.003) | - | ||||
País con el que más se identifica | eua | - | - | -0.0324 | (0.037) | - | ||||
México | - | - | 0.0021 | (0.022) | - | |||||
Ambos | - | - | 0.0234 | (0.023) | - | |||||
País trabajando al terminar escuela | Ambos | - | - | 0.0172 | (0.020) | - | ||||
México | - | - | -0.0283 | (0.019) | - | |||||
Padres aseguran tareas escolares | - | - | - | 0.0381** | (0.016) | |||||
Acuerdo padres universidad | - | - | - | 0.0622*** | (0.019) | |||||
Acuerdo padres trabajar | - | - | - | -0.0623** | (0.027) | |||||
Número de observaciones | 2 004 | 2 004 | 2 004 | 2 004 | ||||||
R2 de McFadden | 0.0745 | 0.0613 | 0.0853 | 0.0885 | ||||||
L.R. Chi-cuadrado | 71.69 | 58.94 | 82.02 | 85.11 |
Fuente: Elaboración propia con datos del MMFRP 2015-2016.
Nota: Las variables cualitativas fueron tratadas como variables ficticias. Para evitar problemas de colinealidad las primeras opciones de las variables cualitativas (ver Tabla 1) fueron tomadas como base. Se presentan los efectos marginales en lugar de los coeficientes. Significancia a *10%, **5% y ***1%.
En cuanto a la significancia de los efectos marginales17 para las VDSE se destaca de la Tabla 4 que la edad resulta significativa y negativa, lo que da muestra de que el paso del tiempo reduce los incentivos para hacer estudios superiores, acaso en parte por la mayor necesidad de contribuir con los ingresos económicos familiares (Zúñiga et al., 2008). También, el tener hermanos estudiando en la universidad, que el padre tenga estudios superiores y que la o el joven tenga un alto dominio del inglés, resultaron significativas y positivas en todas las especificaciones en que fueron incluidas, lo que llegó a incrementar las intenciones de hacer estudios superiores (medidas como probabilidad) en hasta 3.8%, 7.0% y 5.2%, respectivamente. El nivel educativo de la madre resultó significativo solo en algunas pruebas y asociado mayoritariamente al nivel educativo medio superior (esp2 y esp3).18 Lo anterior podría ser producto de la cultura patriarcal, aun predominante, bajo la cual, por una parte, el padre sigue siendo la principal referencia de desarrollo profesional y, por la otra, la madre profesionista enfrenta los costos de oportunidad de la carga de trabajo no remunerado relacionada con la dedicación a los cuidados y la familia.
Con respecto a las VAMI, la recepción de remesas resultó significativa y con efectos negativos en las aspiraciones de asistir a la universidad. Sobre esto, estudios como los de Durand y colaboradores (1996), Giorguli y Serratos (2009) y Fundación BBVA Bancomer, A. C. & Conapo (2016) han identificado que la transformación de las remesas en inversiones productivas no es automática, se llega a encontrar que estas desincentivan la continuidad escolar debido al ajuste en la percepción del valor y costo de la educación ante la posibilidad de una migración laboral.19
En cuanto a las VEMA, en línea con los resultados de Antman (2011), cada hora de dedicación académica semanal fuera de la escuela incrementa en 1.4% las aspiraciones de realizar estudios universitarios. Sin embargo, las perspectivas acerca del país con el que la persona más se identifica o aquel en el que se visualiza desempeñando una profesión no parecen relacionarse significativamente con las intenciones académicas de acuerdo con las regresiones logit (lo cual contrasta con el resultado de la prueba chi-cuadrado de independencia para cada variable de la Tabla 3).
Finalmente, las tres variables que tienen que ver con el apoyo de los padres sobre esta decisión potencial de los jóvenes resultaron significativas, aunque de distinto signo. El asegurarse del cumplimiento de las tareas20 y el acuerdo sobre la asistencia a la universidad tuvieron un efecto positivo en las aspiraciones (de 3.8% y 6.2%, respectivamente), mientras que el efecto de alentar planes distintos a los de estudiar, es negativo (-6.2%). Lo anterior deja ver que el empeño y el respaldo recibido por la familia resultan relevantes en la conformación de las aspiraciones. Se debe notar que, aunque en el caso de los jóvenes con aspiraciones universitarias hay mayor conciliación entre su visión y la de sus padres, tanto en materia académica como laboral (ver Tabla 3), esta termina teniendo un efecto compensatorio por el cual el apoyo laboral contrarresta el impulso del apoyo académico.
Al comparar el
Conclusiones
Este trabajo buscó conocer si las aspiraciones de los jóvenes de educación media superior que radican en Tijuana, Baja California son más sensibles a la exposición al entorno migratorio que al empeño, la motivación y el respaldo recibido por la familia, al tomar en cuenta su condición de frontera internacional con San Diego en California.
Salvo en el caso de la recepción de remesas, las aspiraciones resultaron poco sensibles a muchas de las circunstancias migratorias y transnacionales. Al mismo tiempo, los anhelos académicos de los jóvenes dependen de sus estudios previos, tener hermanos que hayan asistido a la universidad y el nivel educativo de sus padres. Además, estas aspiraciones son altamente sensibles al apoyo y soporte familiar por parte de los padres, así como al empeño del joven.
De esta forma, aunque la evidencia muestra una relación negativa entre la exposición al contexto migratorio y transfronterizo (por ejemplo, el lugar de nacimiento y residencia de los padres o la experiencia académica en EUA) y las aspiraciones de estudios superiores, al no ser significativa, no es posible aceptar la hipótesis planteada en esta investigación. Sin bien es cierto que el resultado anterior podría estar relacionado con las limitaciones en el tamaño de la muestra, la especificidad del rango de edad de la población estudiada y el uso de una definición acotada del transfronterismo, también da muestra de que las características socioeducativas, la composición familiar y el soporte que esta pueda constituir tienen un peso importante en las decisiones sobre educación fronteriza.
Un reto destacable para el progreso de la ciudad de Tijuana, generalizable al de otras situadas en la frontera norte de México, es el de superar el rezago educativo de sus jóvenes.21 La posibilidad de migrar en busca de opciones de empleo, la alta oferta de trabajo de baja calificación en su país de residencia, sumado a problemas socioeconómicos como la desigualdad, la marginación y el desarraigo social hacen que no sea sencillo construir comunidades con proyección académica sólida en aquellos grupos de edad en los que la posibilidad de trabajar o de migrar empieza a ser considerada. Las autoridades en las zonas fronterizas deben abordar el reto del diseño e implementación de políticas públicas, con acciones afirmativas dirigidas a la juventud con nexos transfronterizos, en las que también sea incorporada la juventud migrante retornante y la proveniente de otras regiones (tanto del país como del extranjero), con miras a la integración y asentamiento de sus familias, de tal forma que puedan resarcirse los rezagos educativos y sociales y fortalecerse el capital humano y el tejido social, para el aprovechamiento de este bono demográfico.
Las instituciones educativas deben incorporar en sus planes de estudios el perfil del capital humano que se requiere en la nueva economía local a partir de un esquema de economía globalizada. A la ecuación habría que incorporar también la visión de los jóvenes y de sus familias acerca del desarrollo local de la frontera y sobre la vecindad entre los dos países y, por consecuencia, de “lo transfronterizo” (Ojeda, 2009). Las ideas de Ganster (1994) siguen teniendo vigencia, en el sentido de la importancia de que las universidades evalúen las necesidades futuras de los sectores público, privado, social y académico, y que precisen los ajustes que requieren sus programas de estudio a fin de que los jóvenes profesionistas cuenten con las habilidades necesarias para desenvolverse en esta cambiante región binacional.
Sin duda, dada su heterogeneidad tanto desde el punto de vista ideológico como socioeconómico, se requiere más investigación sobre las comunidades estudiantiles con nexos transfronterizos para poder conocer los determinantes de sus expectativas y decisiones. Por ejemplo, tal como lo puntualizan Orraca y colaboradores (2017), no queda claro si después de la educación media superior los estudiantes con vínculos transfronterizos, que en su momento manifestaron aspiraciones de alcanzar la educación profesional, continuaron efectivamente estudiando, y en qué país lo hicieron.