Introducción
Los trabajadores transfronterizos o commuters internacionales son aquellas personas que viven en un país y que diariamente, o al menos una vez por semana, cruzan una frontera internacional para ir a trabajar a otro país y que al terminar su jornada laboral vuelven a cruzar la frontera para regresar a sus hogares. Estas personas llevan una vida binacional donde su tránsito entre dos países les permite aprovechar las diversas oportunidades de consumo, recreativas y laborales que se ofertan en ambos lados de la frontera.
El fenómeno del trabajo transfronterizo tiene una presencia importante en la región fronteriza México-Estados Unidos. En 2020, la población de commuters internacionales que residía en los municipios de la frontera norte de México ascendió a 87 675 personas, de las cuales 55 553 eran nacidas en México y 31 998 en Estados Unidos. También existe otro grupo de transfronterizos que residen en las entidades estadounidenses contiguas a la frontera sur de dicho país y que laboran en México y cuya población es de aproximadamente 16 723 personas.1
Este artículo analiza la evolución reciente de las y los trabajadores transfronterizos o commuters internacionales que residen en México y laboran en Estados Unidos y cuantifica su importancia económica en sus municipios y entidades de residencia. Estimar el impacto de este contingente sobre sus localidades es importante porque, si bien constituyen únicamente una fracción del total de trabajadores de la región, sus altos niveles de ingreso y consumo implican que tienen la capacidad de afectar a diversos sectores de la economía. Además, su relevancia y los efectos que generan no se limitan a México, dado que los transfronterizos pagan diversos impuestos y ejercen una parte importante de su gasto en Estados Unidos. Por tanto, al analizar a los commuters y su contribución a la economía, el estudio representa un insumo adicional para entender de mejor manera la dinámica económica y social de la región fronteriza México-Estados Unidos.
La presencia de trabajadores transfronterizos en el norte de México se remonta a finales del siglo XIX, cuando ante su rápida expansión ciudades estadounidenses como El Paso empezaron a reclutar a trabajadores mexicanos (Herzog, 1990). Hasta la década de 1920, los mexicanos que residían a lo largo de la frontera podían transitar libremente entre los dos países, no obstante, las dificultades económicas y la falta de trabajos llevaron a que el gobierno de Estados Unidos cambiara su política migratoria y estableciera la ley de inmigración de 1924, en la cual se les exigía a los commuters mexicanos una visa de inmigrante forma 1-151, 551 o que tuvieran una green-card o la residencia permanente (Estrella Valenzuela, 1993). A mediados del siglo XX, diversas ciudades fronterizas del sur de Estados Unidos dependían de trabajadores mexicanos para satisfacer parte de sus necesidades laborales (Herzog, 1990). De acuerdo con estimaciones de la agencia de Servicio de Inmigración y Naturalización de Estados Unidos (INS, por sus siglas en inglés), en 1969 había 49 770 trabajadores transfronterizos con una green-card y alrededor de 20 000 ciudadanos estadounidenses que vivían en México y trabajaban en el vecino país del norte (Estrella Valenzuela, 1993).
Los trabajadores transfronterizos son un grupo diverso y heterogéneo. Por un lado, entre la población que está autorizada para laborar legalmente en Estados Unidos se encuentran los ciudadanos estadounidenses que generalmente son de ascendencia mexicana, las personas nacidas en México y que tienen la residencia permanente estadounidense, y aquellas que tienen una visa de trabajo. Por otro lado, algunos commuters no están autorizados para trabajar legalmente en Estados Unidos, aunque de todos modos lo hacen. Este grupo está constituido principalmente por individuos que ingresan a dicho país legalmente, pero con documentos que no les permiten trabajar como una visa de visitante temporal, es decir, una visa B1/B2 o una tarjeta de cruce fronterizo (BCC, por sus siglas en inglés).2 Mientras intentan cruzar la frontera, deben de convencer a los agentes fronterizos que están ingresando a Estados Unidos para realizar compras o llevar a cabo actividades recreativas y no por motivos laborales (Chávez, 2016).
Para los residentes de la región fronteriza norte de México, los incentivos económicos para laborar en Estados Unidos son sustanciales. En 2020, los mexicanos de la región percibieron en promedio un salario mensual de 8 808.3 pesos mexicanos (MXN), mientras que entre los que laboraron en Estados Unidos su salario se ubicó en 26 969.1 MXN. En el caso de los estadounidenses que residen en la región, los que laboran en México recibieron un salario mensual de 13 877.5 MXN, cifra menor a los 30 329.2 MXN que percibieron los commuters.3 A pesar de esto, gran parte de las personas que viven y trabajan en la región fronteriza norte, incluidas aquellas que tienen una visa de visitante temporal estadounidense, no están interesadas en trabajar ilegalmente en Estados Unidos. No obstante, existe otro grupo de personas que no tiene acceso a esta documentación y que, por lo tanto, no tienen manera de insertarse en el mercado de trabajo estadounidense ya sea de manera documentada o indocumentada y su única opción para hacerlo es emigrando ilegalmente a dicho país.
Dado que son relativamente pocos los estudios que se centran en los trabajadores transfronterizos en la región fronteriza México-Estados Unidos, el presente artículo hace distintas aportaciones a la literatura. Primero, se estima el número de commuters y se analizan sus características socioeconómicas según su país de nacimiento. Segundo, a través de estadística descriptiva, se cuantifica la importancia económica de los transfronterizos para sus municipios de residencia. Esto se hace calculando su aportación a la masa salarial y analizando, a nivel hogar y de manera agregada, los gastos que realizan en México y los que ejercen en Estados Unidos, lo cual permite cuantificar parcialmente su aportación a las economías fronterizas. Tercero, mediante análisis de regresión, lineales y censuradas, se examina la evolución de la prima salarial asociada al trabajo transfronterizo y cómo se asocia el tener a un commuter en el hogar con los niveles de gasto en México y en Estados Unidos.
El texto se estructura de la siguiente manera. A continuación, se presenta el marco teórico y se hace una recapitulación de la literatura relacionada. Posteriormente, se describen las bases de datos utilizadas, se explica la estrategia metodológica y se presentan los resultados. Por último, se hace una breve recapitulación de los hallazgos y se discuten avenidas futuras de investigación.
Marco teórico y revisión de la literatura
Trabajo transfronterizo
La movilidad laboral internacional y el acceder a un mercado de trabajo en el extranjero se puede lograr a través de la emigración a otro país o mediante desplazamientos transfronterizos. Esta decisión puede ser vista como una función de variables que tienen un impacto diferenciado en los costos de emigrar respecto a los relacionados con cruzar la frontera diariamente y en las disparidades en las características del país de origen y el de destino (Huber & Nowotny, 2013). Por tanto, la elección de emigrar o ser transfronterizo depende de una serie de características individuales como el ingreso, el tipo de empleo y ocupación, la duración de la jornada laboral, los costos y el tiempo de traslado al trabajo y la estructura familiar, entre otras, y también de múltiples características de los países de origen y destino como los precios de la vivienda, el acceso y calidad de los servicios públicos, la composición étnica de la población y los niveles de seguridad (Kim et al., 2005). A medida que sean mayores las comodidades y los beneficios de residir en el país de origen, a las personas les resultará más atractivo trasladarse diariamente y optarán por ser transfronterizos en lugar de emigrantes.
El ser transfronterizos les permite a las personas beneficiarse de los recursos sociales y económicos de cada país (Chávez, 2016); sin embargo, estas oportunidades no están disponibles de igual manera para todos los residentes de estas regiones binacionales, habiendo grupos que tienen acceso a ellas y otros que se ven excluidos de estos beneficios (Sarabia, 2016). Las políticas migratorias y de control fronterizo, las normas y reglamentos y las instituciones tienen la capacidad de restringir el volumen y moldear los perfiles de los trabajadores transfronterizos (Alegría Olazábal, 1992, 2002; Broersma et al., 2022). Que las personas sean capaces de sortear estos obstáculos y tener un empleo transfronterizo depende en parte de una serie de características individuales como su país de nacimiento, nivel de cualificación, sexo, conocimiento del idioma que se habla en el destino, estado civil y sus redes del otro lado de la frontera, entre otras (Gottholmseder & Theurl, 2007).
De acuerdo con la teoría neoclásica, el trabajo transfronterizo responde en parte a diferencias en factores económicos como los salarios, particularmente la brecha salarial entre los dos países, y los empleos disponibles en ambos lados de la frontera (Broersma et al., 2022). Los salarios en el país de destino pueden ser lo suficientemente altos como para compensar el costo de viajar desde el país de origen. Desde la perspectiva de la nueva economía de la migración laboral, el empleo transfronterizo también puede ser una estrategia doméstica para diversificar los riesgos, superar las dificultades económicas y maximizar las oportunidades que ofrecen los mercados laborales de ambos lados de la frontera (Coubès, 2008).
La literatura que analiza a los commuters en la frontera México-Estados Unidos se remonta a más de 50 años. Estudios pioneros examinaron su impacto en la región fronteriza estadounidense que incluían sus efectos en los salarios y en la dinámica económica de estas localidades (Ericson, 1970) y cómo este fenómeno se ha visto impactado a través del tiempo por cambios en las leyes migratorias de Estados Unidos (Estrella Valenzuela, 1993). También se han analizado las características socioeconómicas y los salarios de los transfronterizos, donde se ha observado que, a pesar de estar empleados en trabajos por lo general no cualificados en Estados Unidos, en términos de sus salarios ocupan una posición privilegiada en México (Acuña González, 1988; Arámburo Vizcarra, 1987; Orraca-Romano, 2019). En el caso de las mujeres, una parte importante de este grupo se emplea en ocupaciones relacionadas a los servicios de cuidado y de limpieza (López Estrada, 2020; Orraca Romano, 2015), mientras que los hombres trabajan mayoritariamente en actividades relacionadas al comercio minorista, la jardinería, limpieza y construcción (Escala & Vega, 2005). Otros estudios han examinado las estrategias que usan los commuters para ingresar a Estados Unidos, particularmente aquellas utilizadas por personas que trabajaban de manera no autorizada con una BCC (Chávez, 2016) y las percepciones de los transfronterizos respecto al trato que reciben por parte de los agentes fronterizos estadounidenses (Castañeda Pérez, 2022). La evidencia ha mostrado que los transfronterizos suelen tener redes binacionales, buen conocimiento del idioma inglés, automóviles para viajar y la documentación necesaria para ingresar legalmente a Estados Unidos. Además, están compuestos mayoritariamente por hombres y jefas o jefes de hogar, están ligeramente más cualificados que los trabajadores no transfronterizos y en las últimas décadas la proporción que tiene estudios profesionales se ha incrementado (Alegría, 2002; Orraca-Romano, 2019; Vargas Valle & Coubès, 2017). Comparado con los mexicanos que emigran a Estados Unidos, los commuters tienden a ser mayores, tener menores niveles de educación, estar empleados en peores ocupaciones y percibir menores salarios (Orraca Romano, 2015). Respecto a los determinantes de ser transfronterizo, esto se asocia de manera directa con las diferencias salariales entre México y Estados Unidos (Alegría, 2002) y de manera negativa con los niveles de violencia en México, donde derivado del incremento en los niveles de inseguridad y violencia en el país a partir de la década de 2000 un número importante de transfronterizos optó por emigrar a Estados Unidos (Orraca-Romano & Vargas-Valle, 2020).
Compras transfronterizas o gasto en el extranjero
Una característica de las economías de las localidades de la región fronteriza México-Estados Unidos son las compras transfronterizas o los gastos en el extranjero o del otro lado de la frontera que realizan sus residentes.
A nivel individual, en la decisión de incurrir en compras transfronterizas las personas valoran principalmente el intercambio entre los beneficios asociados a adquirir un rango de productos a menores precios y los costos asociados (incluyendo el tiempo) con el traslado. Menores precios en el destino incrementarán los gastos en el extranjero, mientras que mayores costos de traslado los disminuirán (Chandra et al., 2014; Ferris, 2010). Asimismo, acceder a otro tipo de productos en el extranjero, distintos a los que se pueden consumir en el origen, y las diferencias socioculturales entre el país de origen y el de destino, constituyen factores que para algunas personas serán atractivos y por tanto incentiven las compras transfronterizas, mientras que para otros serán repelentes y llevarán a que sus niveles de gasto en el extranjero sean bajos o nulos (Spierings & Van der Velde, 2013).
A nivel agregado, las compras transfronterizas impactan de manera positiva a los comercios del país vecino de destino donde se realizan las compras y de manera negativa a los comercios del país de origen donde viven estas personas; esto, porque un mayor número de compras transfronterizas implica una disminución de las ventas en el origen. Por un lado, en las economías expuestas a las compras transfronterizas, la política fiscal juega un papel importante debido a que diferencias en los impuestos y las tasas impositivas de los países generan oportunidades para este tipo de gasto. Asimismo, al posibilitar el gasto en el extranjero, las compras transfronterizas generan una serie de restricciones para los gobiernos en materia de política tributaria (Ferris, 2000). Por ejemplo, altos impuestos en el origen sobre ciertos productos pueden llevar a que el diferencial de precios entre productos sea tan grande respecto al destino que afecte las decisiones de las compras transfronterizas, aumentando el gasto en el extranjero y disminuyendo las ventas locales (Asplund et al., 2007; Ferris, 2000). Por tanto, para que estos negocios incrementen sus ventas es deseable que tengan acceso a una menor tasa impositiva; sin embargo, esto puede impactar de manera negativa a los niveles de recaudación (Nielsen, 2001). Además, la dinámica económica en el origen también es sensible a los impuestos que se establecen en el destino. Esto implica que los gobiernos y sus niveles de recaudación no solo se ven afectados por las compras transfronterizas, sino que igualmente tienen la capacidad de afectarlas mediante su política fiscal. Por otro lado, las compras transfronterizas también se relacionan con el tipo de cambio. Un tipo de cambio más fuerte incrementa el conjunto de productos que son más baratos en el extranjero (Chandra et al., 2014).
La literatura que analiza el gasto en el extranjero y las compras transfronterizas en la región fronteriza México-Estados Unidos lo ha hecho tanto desde la perspectiva de los consumidores mexicanos como de los comercios estadounidenses. Entre los primeros destaca el trabajo de Díaz González y González-König (2016), quienes examinan las compras de los mexicanos en Estados Unidos y muestran que el residir en la región fronteriza norte o en las entidades de tradición migratoria del oeste de México y el contar con la documentación necesaria para ingresar legalmente a dicho país son los principales determinantes para realizar compras transfronterizas. Entre los que examinan el fenómeno desde la óptica de los establecimientos estadounidenses, Fullerton y Walke (2019) cuantifican la importancia de las compras transfronterizas en los niveles de empleo en los condados estadounidenses contiguos a la frontera y muestran que el tipo de cambio MXN-USD y los niveles de crecimiento del producto per cápita en las entidades de la frontera norte de México afectan los niveles de empleo en el sur de Estados Unidos. Esto coincide con los hallazgos de Savage y Blankmeyer (1990) y Patrick y Renforth (1996) quienes observan que las compras minoristas en las ciudades fronterizas estadounidenses son sensibles al tipo de cambio MXN-USD, siendo mayores las ventas cuando el peso es fuerte o está sobrevaluado y menores cuando la moneda se deprecia o devalúa. Finalmente, también se ha observado que la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) llevó a una disminución de las compras minoristas en distintas ciudades fronterizas estadounidenses, donde esta caída se atribuye en parte al hecho de que la integración económica que produjo la apertura comercial generó mayor homogeneidad en los productos que ofrecen los comercios minoristas de los dos países y desincentivó las compras transfronterizas (Adkisson & Zimmerman, 2014; Ford et al., 2009).
Datos
Para estudiar la evolución reciente de los trabajadores transfronterizos, incluidos el tamaño de este contingente, sus características socioeconómicas y su contribución a la masa salarial en sus municipios de residencia, se utiliza información censal. De manera específica, se hace uso de los microdatos de la muestra pública del Censo General de Población y Vivienda 2000, del Censo de Población y Vivienda 2010, de la Encuesta Intercensal 2015 y del Censo de Población y Vivienda 2020. Dicha información se obtuvo por medio de Minnesota Population Center (2020) y a través del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). La muestra se limita a personas en edad laboral o de 18 a 65 años. Se denota como transfronterizo o commuter a las personas que residen en México y que reportan que trabajan en Estados Unidos.
Para analizar los gastos de los hogares mexicanos, tanto en México como en Estados Unidos, y estimar su contribución al gasto total ejercido en sus municipios y entidades de residencia, se utiliza la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), en sus ediciones de 2010, 2012, 2014, 2016, 2018 y 2020. La ENIGH es una encuesta de hogar representativa a nivel nacional y recolectada de manera bienal por el Inegi. A nivel individual, la ENIGH capta información sobre las características socioeconómicas y las diversas fuentes de ingreso de los distintos miembros del hogar. A nivel hogar, reporta los gastos realizados durante los últimos seis meses, incluyendo si estos fueron hechos en México o en el extranjero; no obstante, la encuesta no permite identificar el país en el extranjero en el cual se realizó el gasto. Para simplificar la nomenclatura, se asume que todas las compras en el extranjero fueron hechas en Estados Unidos. Lo anterior implica que los niveles de gasto en Estados Unidos estarán ligeramente sobreestimados. Asimismo, se denomina como hogar transfronterizo a todos aquellos donde al menos una persona reporta que trabaja en Estados Unidos.
Por último, el estudio se centra en las entidades y en los municipios de la frontera norte de México. Las cifras monetarias se reportan en MXN a precios de marzo de 2020. Debido al tamaño de la muestra, el censo permite analizar de manera individual o agregada a los distintos municipios. De manera contraria, la muestra de la ENIGH es mucho más pequeña y solo permite examinar a los hogares transfronterizos de manera agregada o a nivel regional. Por tanto, el análisis llevado a cabo con la ENIGH se hace de manera conjunta para todos los municipios fronterizos y también para todas las entidades de la frontera norte.
Estrategia metodológica
En primera instancia, para examinar la evolución de la prima salarial asociada al trabajo transfronterizo y si esta varía según el país de nacimiento de la persona trabajadora, se estiman para cada uno de los periodos una serie de modelos mediante el método de mínimos cuadros ordinarios (MCO). De manera específica, se estiman ecuaciones salariales fundamentadas en Mincer (1974), quien mostró que el modelo de capital humano genera un perfil de edad-ingresos cóncavo a lo largo del ciclo de vida laboral. Los modelos se definen de la siguiente manera:
donde
Posteriormente, para analizar cómo se asocia el tener a un trabajador transfronterizo en el hogar con el gasto ejercido en México y en Estados Unidos, se estiman para cada año que fue recolectada la ENIGH durante el periodo 2010-2020 un par de modelos Tobit. Este modelo, propuesto originalmente en Tobin (1958), es empleado cuando la variable dependiente es censurada y además tiene un único punto de censura, mientras que en el caso de las variables de control todos los valores de la muestra son observados. Dicho de otro modo, sea
donde, en la primera especificación,
Resultados
¿Cuántos son y dónde residen?
La Tabla 1 presenta información sobre las y los trabajadores transfronterizos. Se observa que, entre los años 2000 y 2020, la población commuter se incrementó 3.3% al pasar de 84 919 a 87 675. Al dividir a estos trabajadores de acuerdo con su país de nacimiento, se observan diferencias importantes entre los nacidos en México y los que nacieron en Estados Unidos. Por un lado, durante este periodo los transfronterizos mexicanos se contrajeron 23.1%, al pasar de 72 219 en el año 2000 a 55 553 en 2020. Por otro lado, la población commuter estadounidense aumentó 165.7%, de 12 042 a 31 998 personas. Lo anterior significa que los estadounidenses pasaron de representar 14.2% de los transfronterizos en 2000 a constituir 36.5% en 2020. Asimismo, destaca que, en términos relativos, es cada vez menor el número de personas que son commuters. Mientras que, en 2000, de los trabajadores de los municipios fronterizos 4.1% eran commuters, en 2020 esta cifra se situó en 2.6%. También se observa que, entre los estadounidenses, poco más de dos terceras partes (o 67.3%) de los que trabajan lo hacen en Estados Unidos; de manera contraria, entre los mexicanos, solo 1.7% labora en el vecino país del norte. Esto refleja el hecho de que mientras los estadounidenses tienen la posibilidad de insertarse en los mercados laborales de ambos países, para la mayoría de los mexicanos su única opción es el mercado de trabajo mexicano y sugiere que, si tuvieran acceso al mercado estadounidense, el porcentaje de transfronterizos aumentaría considerablemente. Al separar a los commuters por sexo, se observa que este grupo está constituido mayoritariamente por hombres; no obstante, dado el rápido crecimiento de los niveles de participación laboral de las mujeres en México no es sorprendente que su participación se haya incrementado de 22.8% en 2000 a 28.5% en 2020.
País de nacimiento | 2000 | 2010 | 2015 | 2020 |
---|---|---|---|---|
Número de transfronterizos | ||||
México | 72 219 | 54 698 | 58 658 | 55 553 |
Estados Unidos | 12 042 | 16 791 | 27 942 | 31 998 |
Total | 84 919 | 72 332 | 87 318 | 87 675 |
% total de transfronterizos | ||||
México | 85.0 | 75.6 | 67.2 | 63.4 |
Estados Unidos | 14.2 | 23.2 | 32.0 | 36.5 |
% que son transfronterizos | ||||
México | 3.5 | 2.2 | 2.1 | 1.7 |
Estados Unidos | 61.4 | 49.8 | 65.2 | 67.3 |
Total | 4.1 | 2.8 | 3.1 | 2.6 |
Por sexo | ||||
Mujeres | 19 352 | 21 223 | 26 718 | 25 033 |
Hombres | 65 567 | 51 109 | 60 600 | 62 642 |
% total de transfronterizos | ||||
Mujeres | 22.8 | 29.3 | 30.6 | 28.5 |
Hombres | 77.2 | 70.7 | 69.4 | 71.5 |
Nota: la tabla incluye a personas ocupadas de 18 a 65 años que residen en los municipios de la frontera norte de México. Categoría “total” incluye a todos los trabajadores transfronterizos, independientemente de su país de nacimiento. Cálculos hechos utilizando factores de expansión.
Fuente: elaboración propia con base en el Censo General de Población y Vivienda 2000, Censo de Población y Vivienda 2010, Encuesta Intercensal 2015 y Censo de Población y Vivienda 2020
La Tabla 2 presenta información sobre la población commuter en los seis municipios donde tienen mayor presencia. Una parte importante de esta población reside en Tijuana (39.4%), seguido de Mexicali (15.8%) y Juárez (13.6%). Esto se explica tanto por el lado de la oferta laboral, dado que estas ciudades constituyen aglomeraciones importantes de personas con diversas habilidades y cualificaciones con la capacidad de insertarse en el mercado de trabajo estadounidense, como por el lado de la demanda, donde el dinamismo de las economías de las ciudades estadounidenses de San Diego, Caléxico y Valle Imperial y El Paso implican que en estas localidades existe una importante demanda de trabajo y numerosos empleos que facilitan la inserción laboral.
La importancia relativa de los trabajadores transfronterizos para la fuerza de trabajo local es mayor en San Luís Río Colorado (9.0%), Tijuana (3.8%) y Mexicali (3.0%). Asimismo, durante el periodo 2000-2020, el tamaño relativo de los commuters disminuyó no solo de manera general sino también de manera individual en cada uno de los municipios presentados en la Tabla 2.
Municipio | 2000 | 2010 | 2015 | 2020 |
---|---|---|---|---|
Número de transfronterizos | ||||
Tijuana | 26 222 | 28 882 | 38 036 | 34 520 |
Mexicali | 17 284 | 11 457 | 13 014 | 13 830 |
San Luis Río Colorado | 6 988 | 4 089 | 6 416 | 6 771 |
Juárez | 14 193 | 9 879 | 9 604 | 11 907 |
Nuevo Laredo | 4 180 | 4 244 | 5 470 | 4 953 |
Matamoros | 3 815 | 2 920 | 3 226 | 2 743 |
% de transfronterizos | ||||
Tijuana | 5.67 | 4.61 | 5.48 | 3.81 |
Mexicali | 6.09 | 3.11 | 3.21 | 3.03 |
San Luis Río Colorado | 13.53 | 6.78 | 9.09 | 9.04 |
Juárez | 2.91 | 1.98 | 1.72 | 1.81 |
Nuevo Laredo | 3.89 | 3.09 | 3.69 | 2.91 |
Matamoros | 2.49 | 1.65 | 1.68 | 1.21 |
Nota: la tabla incluye a personas ocupadas de 18 a 65 años que residen en los municipios de la frontera norte de México y que laboran en Estados Unidos. Cálculos hechos utilizando factores de expansión.
Fuente: elaboración propia con base en el Censo General de Población y Vivienda 2000, Censo de Población y Vivienda 2010, Encuesta Intercensal 2015 y Censo de Población y Vivienda 2020
¿Cómo son y qué tanto difieren de acuerdo con su país de nacimiento?
En esta subsección se analizan las características socioeconómicas de los trabajadores transfronterizos en los años 2000 y 2020 y se examina si estas difieren según el país de nacimiento de las personas. La información se presenta en la Tabla 3.
De manera global, durante el periodo 2000-2020 la edad y los años de escolaridad promedio de los commuters aumentaron, su tasa de nupcialidad disminuyó y el porcentaje de mujeres se incrementó, al igual que el porcentaje que reporta haber residido en Estados Unidos hace cinco años. Respecto a las variables laborales, el porcentaje de transfronterizos que trabaja tiempo completo disminuyó, mientras que su ingreso por hora e ingreso mensual aumentaron.
Variable | 2000 | 2020 | ||||
---|---|---|---|---|---|---|
México | EE.UU. | Diferencia | México | EE.UU. | Diferencia | |
Edad | 37.9 | 30.2 | 7.7*** | 41.9 | 31.0 | 10.8*** |
Casados (%) | 77.3 | 66.8 | 10.5*** | 74.0 | 64.2 | 9.8*** |
Jefe del hogar (%) | 70.0 | 43.9 | 26.1*** | 61.3 | 42.5 | 18.8*** |
Hijo del jefe del hogar (%) | 13.1 | 29.8 | 16.7*** | 15.1 | 26.7 | 11.6*** |
Hombre (%) | 78.9 | 69.5 | 9.4*** | 76.2 | 67.4 | 8.8*** |
Años de escolaridad | 8.6 | 10.8 | 2.2*** | 10.4 | 11.7 | 1.3*** |
Asiste a la escuela (%) | 3.6 | 12.0 | 8.4*** | 2.2 | 5.0 | 2.8*** |
Hace 5 años en EE.UU. (%) | 8.0 | 24.3 | 16.3*** | 7.4 | 25.4 | 18.0*** |
Horas trabajadas | 42.3 | 41.7 | 0.6 | 42.5 | 40.8 | 1.7** |
Tiempo completo (%) | 89.7 | 90.1 | 0.4 | 87.8 | 86.5 | 1.3 |
Ingreso mensual | 26 659.0 | 24 436.1 | 2 222.8 | 24 399.3 | 26 056.7 | 1 657.4 |
Ingreso por hora | 183.8 | 151.7 | 32.1 | 152.2 | 168.6 | 16.4 |
Ingreso total del hogar | 37 556.7 | 39 154.4 | 1 597.7 | 34 899.8 | 38 719.5 | 3 819.6 |
Asalariado (%) | 90.6 | 91.6 | 1.0 | 91.4 | 93.8 | 2.3** |
Auto-empleado (%) | 9.2 | 8.3 | 0.9 | 6.6 | 4.6 | 2.0** |
N (Observaciones) | 4 360 | 725 | --- | 1 506 | 883 | --- |
Nota: * p<0.10; ** p<0.05; *** p<0.01
La tabla incluye a personas ocupadas de 18 a 65 años que residen en los municipios de la frontera norte de México y que laboran en Estados Unidos. Cifras monetarias en MXN de marzo de 2020. En las columnas tituladas “diferencia” se lleva a cabo una prueba t de dos colas de las medias presentadas.
Fuente: elaboración propia con base en el Censo General de Población y Vivienda 2000 y Censo de Población y Vivienda 2020
Existen diferencias importantes entre los commuters de acuerdo con si son mexicanos o estadounidenses, particularmente en sus características sociodemográficas. Con base en datos de 2020 y respecto a sus pares estadounidenses se observa que los transfronterizos mexicanos tienen mayor edad (41.9 años versus 31.0 años) y un porcentaje mayor está casado o vive en unión libre (74.0% versus 64.2%) y son jefas o jefes del hogar (61.3% versus 44.0%). Adicionalmente, los nacidos en México presentan menores niveles de escolaridad (10.4 años versus 11.7 años) y un menor porcentaje tiene experiencia migratoria internacional y reporta haber residido en Estados Unidos hace cinco años (7.4% versus 25.4%). Además, perciben un menor salario mensual (24 399.3 versus 26 056.7 MXN), a pesar de que suelen tener jornadas laborales más largas (42.5 versus 40.8 horas trabajadas por semana).
¿Cuál es su aportación a la masa salarial de sus municipios de residencia?
Una primera aproximación a la contribución de los trabajadores transfronterizos a sus economías locales se obtiene al estimar su contribución a la masa salarial total. Qué tanto contribuyen los transfronterizos a sus economías de residencia depende no solo de los salarios que perciben en Estados Unidos y de las características de los mercados laborales estadounidenses en los cuales se insertan, sino también de los salarios que perciben los trabajadores que viven y laboran en México y las características de estos mercados de trabajo. Por ejemplo, en el caso de Tijuana, si bien los ingresos de los transfronterizos tenderán a ser mayores que los percibidos en otras partes de la frontera debido a los mayores salarios que se pagan en California comparado con otros estados del sur de Estados Unidos como Arizona o Texas, también es cierto que el salario medio en Tijuana suele ser mayor que el percibido en otras ciudades de la frontera norte de México como San Luís Río Colorado o Juárez.
La Tabla 4 muestra que, en 2020, la contribución de los commuters a la masa salarial fue mayor en San Luis Río Colorado (21.6%), seguido de Tijuana (10.3%) y Mexicali (6.5%). De manera contraria, en Matamoros (3.6%), Juárez (6.1%) y Nuevo Laredo (6.1%) su aportación fue sustancialmente menor. Destaca que, a excepción de Tijuana y Juárez, durante el periodo 2000-2020 la aportación de los commuters a la masa salarial de sus municipios disminuyó, lo que alude a una caída en la importancia económica de este grupo. De manera conjunta, su contribución a la masa salarial de los municipios fronterizos disminuyó de 8.4% a 7.3% entre 2000 y 2020. Alegría (1990) estima que en 1990 los transfronterizos representaron alrededor de 8.0% de la población en edad de trabajar de la región y aportaron entre el 14.0% y 20.0% de la masa salarial. Esto sugiere que durante las últimas tres décadas ha habido una reducción notable en la importancia relativa de estos trabajadores y en su aportación a la economía de la región.
Debido a que los trabajadores transfronterizos transitan entre dos países, una parte importante de su ingreso se destina a compras transfronterizas o lo gastan en Estados Unidos. Por tanto, para tener una mejor aproximación del impacto económico sobre sus localidades de residencia en México es necesario hacer esta diferenciación. Esto se hace en la siguiente subsección con base en datos de la ENIGH.
Municipio | 2000 | 2010 | 2015 | 2020 |
---|---|---|---|---|
Tijuana | 9.99 | 11.42 | 10.97 | 10.29 |
Mexicali | 13.15 | 6.65 | 6.79 | 6.49 |
San Luis Río Colorado | 26.45 | 17.04 | 22.39 | 21.60 |
Juárez | 5.65 | 4.11 | 3.67 | 6.10 |
Nuevo Laredo | 6.40 | 3.94 | 6.06 | 6.12 |
Matamoros | 5.04 | 3.27 | 3.39 | 3.60 |
Total | 8.43 | 6.69 | 7.02 | 7.26 |
Nota: contribución a la masa salarial calculada con base en las personas ocupadas de 18 a 65 años. Categoría “total” incluye a todos los municipios de la frontera norte de México.
Fuente: elaboración propia con base en el Censo General de Población y Vivienda 2000, Censo de Población y Vivienda 2010, Encuesta Intercensal 2015 y Censo de Población y Vivienda 2020
¿Cuáles son sus ingresos y gastos en México y en Estados Unidos?
En esta subsección se analizan los ingresos y egresos de los hogares transfronterizos de manera individual y de manera agregada.
En 2020, el ingreso promedio trimestral de los hogares no transfronterizos de la frontera norte se situó en 61 274.4 MXN, mientras que entre los transfronterizos ascendió a 156 333.4 MXN, monto 155.1% mayor. En cuanto a los egresos, como lo muestra la Figura 1, los no transfronterizos realizaron prácticamente todo su gasto en México (99.8%) y solo 0.2% en Estados Unidos; de manera contraria, entre los transfronterizos estas cifras se ubicaron en 93.9% y 6.1%, respectivamente. Los bajos niveles de gasto en Estados Unidos durante 2020 se explican en parte por la pandemia del COVID-19, cuando a raíz de la contingencia sanitaria se cerró parcialmente la frontera internacional y los cruces hacia Estados Unidos se limitaron a viajes esenciales. De 2010 a 2018, los no transfronterizos ejercieron entre 1.1% y 2.8% de su gasto total en Estados Unidos, mientras que entre los transfronterizos estos montos se situaron entre 8.3% y 12.0%. Asimismo, si bien históricamente los commuters han destinado una mayor proporción de sus egresos a compras transfronterizas en Estados Unidos, sus altas percepciones salariales también se reflejan en mayores niveles de consumo en México. De manera específica, mientras que el gasto promedio trimestral de los hogares no transfronterizos en México es de 32 296.5 MXN, entre los transfronterizos es de 64 644.1 MXN. Además, el mayor ingreso de los transfronterizos implica que tienen mayores niveles de ahorro.
Nota: la gráfica incluye a los hogares localizados en las entidades de la frontera norte de México. Gasto en Estados Unidos incluye todas las compras realizas en el extranjero o fuera de México. Cifras monetarias en MXN de marzo de 2020. Cálculos hechos utilizando factores de expansión.
Fuente: elaboración propia con base en las ENIGH 2010, 2012, 2014, 2016, 2018 y 2020
Nota: las gráficas incluyen a los hogares localizados en las entidades y municipios de la frontera norte de México. Cifras monetarias en millones de MXN de marzo de 2020. Cálculos hechos utilizando factores de expansión.
Fuente: elaboración propia con base en las ENIGH 2010, 2012, 2014, 2016, 2018 y 2020
Al analizar la evolución del ingreso de los hogares durante el periodo 2010-2020 se observa que en promedio este aumentó. En el caso del gasto, disminuyó ligeramente entre los hogares no transfronterizos y aumentó entre los transfronterizos. Asimismo, si bien entre los transfronterizos sus niveles de gasto en Estados Unidos en 2020 fueron similares a los observados en 2010, entre los no transfronterizos fueron mucho menores. Esto se explica por distintos motivos. Primero, a raíz de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 se dificultó el ingreso documentado e indocumentado a Estados Unidos y se incrementaron los tiempos de cruce hacia dicho país, lo cual impactó de manera negativa a las compras transfronterizas (Ferris, 2010). Segundo, los altos niveles de inmigración interna hacia las entidades de la frontera norte de México durante las últimas décadas sugieren que una creciente proporción de la población no tiene vínculos transfronterizos y/o no cuenta con la documentación necesaria para ingresar legalmente a Estados Unidos. Tercero, a raíz del proceso de apertura económica que vivió México a finales del siglo XX y la entrada en vigor del TLCAN la variedad de productos que se venden en el país se incrementó de manera gradual. Esto llevó a ciertos hogares que anteriormente realizaban sus compras en Estados Unidos a realizar una mayor parte de estas en México (Adkisson & Zimmerman, 2014; Ford et al., 2009). Cuarto, la depreciación del tipo de cambio MXN-USD durante el periodo 2010-2020 (cuando este pasó de 13.1 MXN por 1.0 USD a 18.9 MXN por 1.0 USD, equivalente a una depreciación de 44.4%), pudo haber desincentivado a las personas a realizar compras transfronterizas y gastar en Estados Unidos. Esto es consistente con lo observado por Cabral y colaboradores (2022), quienes muestran que los cruces de la frontera México-Estados Unidos son sensibles a variaciones en el tipo de cambio MXN-USD. Finalmente, el creciente clima antiinmigrante en Estados Unidos también parece haber impactado de manera negativa al número de cruces fronterizos de mexicanos hacia el país vecino del norte (Cabral et al., 2022; Castañeda Pérez, 2022).
La Figura 2 presenta la evolución del gasto trimestral agregado realizado por los hogares transfronterizos localizados en las entidades de la frontera norte y en los municipios fronterizos. En 2020, el ingreso total de los hogares transfronterizos en los municipios fronterizos se situó en 14 024.1 millones de MXN. Además, su gasto en México ascendió a 5 845.6 millones de MXN. Esto representó 7.5% del gasto total realizado por los hogares de la región. Asimismo, su gasto en Estados Unidos o el destinado a compras transfronterizas fue de 399.5 millones de MXN. Entre 2010 y 2020, los hogares transfronterizos ejercieron entre 7.1% y 8.8% del gasto total efectuado en los municipios contiguos a la frontera con Estados Unidos.
¿Cuál es la prima salarial asociada al trabajo transfronterizo y cómo se asocia el tener a un commuter en el hogar con los niveles de gasto?
Con el objetivo de estimar los incrementos al salario y al nivel de gasto asociados al trabajo transfronterizo, en esta subsección se presentan los resultados del análisis de regresión.
La Figura 3 presenta la evolución de la prima salarial asociada al trabajo transfronterizo con base en los coeficientes obtenidos a través de la ecuación (1).5 Se observa que, en todos los casos, los efectos son positivos y altamente significativos (p<0.01). Destaca que la prima al trabajo transfronterizo se incrementó durante el periodo de análisis de 0.73 puntos logarítmicos en 2000, a 0.79 en 2010 y 0.84 en 2020. En términos porcentuales, esto equivale a una prima asociada al trabajo transfronterizo de 106.9% en 2000 y de 132.5% en 2020. El incremento en los salarios relativos de los commuters en comparación con el de sus contrapartes que trabajan en México se explica en parte por la creciente diferencia salarial entre México y Estados Unidos, donde la brecha entre el salario medio de los dos países se ha incrementado paulatinamente a partir de la crisis económica de 1995 (Calderón Villarreal et al., 2017).
Nota: la gráfica incluye a las personas ocupadas de 18 a 65 años que reportan salarios positivos y residen en los municipios de la frontera norte de México. Presenta el coeficiente asociado a la variable “trabajador transfronterizo” obtenido de la ecuación (1). El grupo de referencia está constituido por las personas ocupadas que no son trabajadores transfronterizos. Todos los coeficientes son estadísticamente significativos (p<0.01).
Fuente: elaboración propia con base en el Censo General de Población y Vivienda 2000, Censo de Población y Vivienda 2010 y Censo de Población y Vivienda 2020
Al separar la muestra según el país de nacimiento de las personas, se observa claramente que la prima asociada a ser commuter es mayor entre los estadounidenses que entre los mexicanos. Por ejemplo, en 2020, entre los mexicanos la prima fue de 0.85 puntos logarítmicos o 128.3%, mientras que entre los estadounidenses ascendió a 0.91 puntos logarítmicos o 139.2%. Esta diferencia se puede explicar por distintos motivos. Primero, diversos estudios han mostrado que los mexicanos en Estados Unidos sufren cierto nivel de rezago salarial respecto a los estadounidenses (Borjas & Katz, 2007; Orraca Romano & García Meneses, 2016). Segundo, si bien todos los nacidos en Estados Unidos son ciudadanos de dicho país, entre los mexicanos una proporción importante es residente temporal o labora con una visa de trabajo o visa de turista. La evidencia previa indica que en el mercado de trabajo estadounidense los ciudadanos perciben un mayor salario que los residentes (Chiswick & Miller, 2010) y que además existe una penalización para las personas que trabajan de manera indocumentada (Borjas & Cassidy, 2019). De acuerdo con Velasco Ortiz (2016), los trabajadores transfronterizos que no están autorizados para laborar legalmente en Estados Unidos suelen percibir menores salarios que aquellos que trabajan de manera documentada. También, sus empleos tienden a ser más inestables en términos del número de horas que trabajan y sus salarios. Tercero, dadas las limitaciones del censo, existen variables que no están incluidas en el análisis (por ejemplo, si los nacidos en México cuentan con la residencia o ciudadanía estadounidense, si los commuters mexicanos trabajan de manera legal o ilegal en Estados Unidos, los niveles de dominio del idioma inglés o el país donde se adquirió la mayor parte de la educación formal) que influyen sobre el salario y pueden explicar en parte porque la prima al trabajo transfronterizo es mayor entre los estadounidenses.
Nota: la gráfica incluye a los hogares localizados en las entidades de la frontera norte de México. Cada barra representa el efecto marginal incondicional asociado a la variable “hogar transfronterizo” de un modelo Tobit. El grupo de referencia está constituido por los hogares que no tienen a un trabajador transfronterizo. Todos los coeficientes son estadísticamente significativos (p<0.05). Gasto en Estados Unidos incluye todas las compras realizadas en el extranjero o fuera de México. Cifras monetarias en MXN de marzo de 2020. Cálculos hechos utilizando ponderadores poblacionales.
Fuente: elaboración propia con base en las ENIGH 2010, 2012, 2014, 2016, 2018 y 2020
La Figura 4 muestra los efectos marginales no condicionados de tener a un trabajador transfronterizo en el hogar en el gasto trimestral en México y en Estados Unidos. Se observa que, en todos los años, el tener un commuter en el hogar se asocia con mayor gasto en ambos países (p<0.05). Por un lado, el tener a un transfronterizo en el hogar se relaciona con un gasto en México al trimestre que excede entre 7 931.9 MXN y 26 671.7 MXN el gasto ejercido por los otros hogares; por otro lado, su gasto en Estados Unidos supera el de otros hogares entre 480.5 MXN y 3 168.5 MXN al trimestre. Destaca que, entre 2018 y 2020, el efecto marginal asociado al gasto en Estados Unidos de los hogares transfronterizos disminuyó 72.3%. Es probable que esto sea en parte producto de la pandemia del COVID-19, donde entre sus diversas repercusiones se encuentra que durante la contingencia sanitaria numerosas personas transitaron al trabajo a distancia o desde casa, lo cual los llevó a trasladarse con menor frecuencia a Estados Unidos, resultando en que los commuters disminuyeran sus compras transfronterizas y por tanto la proporción de su gasto ejercido en Estados Unidos.
Por último, de acuerdo con los resultados del análisis de regresión, se estima que un aumento de los hogares transfronterizos de 100% en las entidades de la frontera norte resultaría en un aumento del gasto anual en México de al menos 9 290.4 millones de MXN. Adicionalmente, esto también se reflejaría en un aumento en el gasto ejercido en Estados Unidos de 707.2 millones de pesos.6 Esto refleja la importante derrama económica generada por los hogares transfronterizos, lo cual es un componente positivo e importante en la dinámica económica de la región, tanto para México como para Estados Unidos.
Conclusiones
Este estudio examinó las características socioeconómicas de los trabajadores transfronterizos, sus diferencias según su país de nacimiento y proporcionó una primera aproximación a su importancia económica para sus economías de residencia, mediante el cálculo de su contribución a la masa salarial y al gasto individual y agregado de los hogares.
Se observó que, durante el periodo 2000-2020, el tamaño de la población commuter se incrementó ligeramente, que cada vez está constituida en mayor medida por estadounidenses y que el porcentaje de trabajadores de los municipios fronterizos que son transfronterizos disminuyó, al pasar de 4.1% en 2000 a 2.6% en 2020. Asimismo, existen diferencias importantes en las características socioeconómicas de los transfronterizos mexicanos y estadounidenses, donde en promedio estos últimos son más jóvenes, tienen más años de escolaridad y cuenta con mayor experiencia migratoria internacional. Respecto a su importancia económica, en 2020 los transfronterizos aportaron 7.3% de la masa salarial de los municipios de la frontera norte de México; no obstante, esta cifra es menor a su aportación de 8.4% en 2000. También en 2020, su gasto en México ascendió a 5 845.6 millones de MXN, lo que representó 7.5% del gasto total realizado por los hogares de la región, mientras que su gasto en Estados Unidos fue de 399.5 millones de MXN. De manera agregada, entre los años 2010 y 2020 los hogares transfronterizos ejercieron entre 7.1% y 8.8% del gasto total efectuado en los municipios contiguos a la frontera con Estados Unidos. Además, el tener a un trabajador transfronterizo en el hogar se asocia con un gasto en México 56.8% mayor al que presentan los hogares sin transfronterizos. Dicho de otro modo, la prima al gasto en México asociada al trabajo transfronterizo se sitúa entre 7 931.9 MXN y 26 671.7 MXN al trimestre; mientras que la prima al gasto en Estados Unidos o al consumo transfronterizo ronda entre los 480.5 MXN y 3 168.5 MXN trimestrales, equivalente a un monto 283.1% mayor.
Debido a que son relativamente pocos los estudios que analizan a los commuters en la región fronteriza del norte de México existen múltiples avenidas de investigación aún por abordar. Por ejemplo, los altos salarios de los transfronterizos implican que su presencia se asocia con un incremento en los niveles de desigualdad en sus lugares de residencia. De manera específica, con base en el Censo de Población y Vivienda 2020, si se incluye a los commuters se obtiene que la desigualdad salarial en los municipios de la frontera norte medida a través del índice de Gini aumenta de 0.3655 a 0.3857, lo que equivale a un incremento en los niveles de desigualdad de 5.5%. Los efectos sociales y económicos de esta mayor desigualdad ameritan atención. De manera similar, aunque indudablemente sus altos niveles de gasto en México son un componente positivo e importante en la dinámica económica de la región, al ser personas con ingresos sustancialmente mayores que el resto de la población, los transfronterizos pueden generar distorsiones en sus economías de residencia. Por ejemplo, con base en distintas ediciones de la ENIGH de 2010 a 2020, estimaciones preliminares de la asociación entre ser commuter y el monto mensual de la renta pagada en México muestran que, una vez controlado por una serie de variables, esto se asocia con una renta mensual de 1 775.3 MXN mayor a lo que pagan los hogares sin transfronterizos, lo cual sugiere que el impacto de los commuters no solo es producto de sus mayores ingresos. Por un lado, es posible que los transfronterizos enfrenten un trato discriminante por parte de los ofertantes de vivienda; por otro, es probable que valoren ciertas amenidades de manera distinta al resto de la población y por tanto demanden otros tipos de productos y servicios. En caso de ser así, esto alude al hecho de que los transfronterizos difieren del resto de los trabajadores en términos de sus características observables y no observables. Las posibles distorsiones que generan los commuters y el trato discriminante o preferencial al que están sujetos es un tema que merece ser examinado. Por último, el fenómeno del trabajo transfronterizo no se limita a la región norte de México. En años recientes distintos trabajos como Nájera-Aguirre (2020) o Rojas Pérez (2020) se han enfocado en el mercado de trabajo transfronterizo en el sur del país. Un análisis comparativo de las similitudes y diferencias de los mercados de trabajo transfronterizos en las fronteras norte y sur puede ser invaluable.
Dados los menores costos de vida que se tienen en México, el ser transfronterizo o commuter representa para las personas y los hogares del norte del país con posibilidades de laborar en Estados Unidos una estrategia efectiva para maximizar su ingreso y poder acceder a un mejor nivel de vida. Asimismo, se prevé que, ante los altos y crecientes costos de la vivienda en Estados Unidos, el número de commuters aumente de manera importante en los próximos años (Kamin, 2022). Este fenómeno, como muchos otros, refleja los distintos vínculos económicos y sociales que están presentes día a día en la región fronteriza México-Estados Unidos.