Introducción
Orchidaceae está compuesta por cerca de 25,000 especies; son un grupo de plantas con flores llamativas que presentan diferentes hábitos de crecimiento, pudiendo ser epífitas, litófitas, terrestres, acuáticas, semiacuáticas o micoheterotróficas (Chase et al., 2015; Phillips et al., 2020; Pérez-Escobar et al., 2022). En Colombia se ha registrado cerca de 20% de la riqueza de especies de Orchidaceae (aproximadamente 5000 spp.), la cual se presenta principalmente en los ecosistemas andinos (Betancur et al., 2015). Para el departamento de Caquetá, cuyo territorio se divide entre los Andes y la Amazonia, se han registrado más de 400 especies (Arias et al., 2023).
La subtribu Catasetinae (Cymbidieae: Epidendroideae) está compuesta por 354 especies pertenecientes a ocho géneros: Catasetum Rich. ex Kunth, Clowesia Lindl., Cyanaeorchis Barb. Rodr., Cycnoches Lindl., Dressleria Dodson, Galeandra Lindl., Grobya Lindl. y Mormodes Lindl. (Pérez-Escobar et al., 2017), con presencia en el Neotrópico (Chase, 2009; Pridgeon et al., 2009; Chase et al., 2015). Esta subtribu se caracteriza por ser dioica; es decir, desarrolla las flores estaminadas y pistiladas en la misma inflorescencia, o en inflorescencias diferentes de un mismo individuo. En algunos casos pueden presentarse flores pistiladas y estaminadas en la misma inflorescencia, o flores protándricas, que primero actúan como donadoras de polen y luego como receptoras, como en algunas especies de Mormodes. Esta subtribu es la excepción dentro de Orchidaceae que suele presentar los órganos reproductivos de ambos sexos fusionadas en una misma estructura denominada ginostemio o columna (Dressler, 1993; Rudall y Bateman, 2002).
El género Cycnoches es originario de la Amazonia, contiene 34 especies epífitas que se distribuyen desde el sur de México hasta Bolivia y el centro de Brasil (Pérez-Escobar et al., 2017). Once de estas especies se encuentran reportadas para Colombia, tres de ellas se consideran endémicas, y seis no están soportadas por ejemplares de herbario (Bernal et al., 2016; Betancur et al., 2015). En los géneros Cycnoches, Catasetum y Mormodes se ha identificado que las flores tienen una Determinación Sexual por el Ambiente - DSA (ESD en inglés) en donde la exposición a la luz solar afecta la concentración de etileno en las plantas, determinando si las flores producidas serán estaminadas o pistiladas (Gregg, 1982). Debido a este fenómeno, algunas especies han sido descritas únicamente con individuos estaminados, o con una descripción breve de las flores pistiladas. Esto ocurre con Cycnoches suarezii Dodson, conocida de una sola localidad en Ecuador, donde fue colectado el ejemplar tipo y cuya descripción de la flor pistilada es sucinta y no se incluye en la ilustración (Dodson, 1989).
En expediciones botánicas que desarrollamos en las cuencas hidrográficas de los ríos Anaya y Caraño, en el piedemonte Andino-Amazónico del departamento Caquetá, encontramos poblaciones de una especie de Cycnoches compuestas por pocos individuos. Uno de ellos tenía una inflorescencia estaminada, que no correspondía con C. egertonianum Bateman ni con C. haagii Barb. Rodr., que son las especies del género registradas para Caquetá (Arias et al., 2023), pero tampoco se correspondía con las demás especies reportadas para Colombia. Luego de revisar la literatura sobre el género Cycnoches y las especies descritas en este, determinamos que la planta encontrada se corresponde con C. suarezii. En consecuencia, establecimos como objetivos para el presente trabajo: 1) reportar esta especie por primera vez para Colombia, 2) establecer su categoría de riesgo de extinción siguiendo los lineamientos de la UICN y 3) plantear estrategias para su protección y conservación.
Materiales y Métodos
Las poblaciones que reportamos se hallaron durante expediciones botánicas desarrolladas en junio y septiembre de 2023 en el piedemonte Andino-Amazónico, en los municipios El Doncello y Florencia, departamento Caquetá, Colombia. En los lugares de ocurrencia (Fig. 1) registramos las coordenadas geográficas, la elevación, y las condiciones básicas del hábitat (tipo de ambiente, y cobertura vegetal). Posteriormente, colectamos muestras botánicas para su identificación y herborización, y tomamos fotografías de la planta y sus estructuras utilizando una cámara Nikon D3200 con lente de 18-55 mm (Sendai, Japón).
A continuación, revisamos la descripción de la especie y la ilustración (Dodson, 1989) para identificar el espécimen. Posteriormente, para verificar los registros de ocurrencias consultamos las bases de datos Global Biodiversity Information Facility (GBIF, 2023), SpeciesLink (SpeciesLink, 2023), Tropicos (Tropicos, 2023), Biovirtual (Biovirtual, 2023) y Catálogo de Plantas de Colombia (Bernal et al., 2016). Con base en el material colectado, describimos los ejemplares y elaboramos una lámina digital compuesta estilo Lankester (Lankester Composite Digital Plate - LCDP).
Para determinar el grado de amenaza que enfrenta esta orquídea empleamos las categorías y criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, 2022), usando el criterio B que se basa en datos de distribución, número de registros y estado de conservación del hábitat. Para la estimación del Área de Ocupación (AOO) y la Extensión de Presencia (EOO) se empleó el paquete “ConR” (Dauby et al., 2017) en RStudio v. 4.3.2 (RStudioTeam, 2021), usando para ello los registros de ocurrencia de C. suarezii (Fig. 1C). Ante la imposibilidad de estimar el EOO para cada país debido al número de poblaciones, lo calculamos dividiéndolo por la línea de frontera, y lo usamos para la categorización a nivel nacional. El estado de conservación del hábitat lo determinamos a partir de datos de deforestación de la EOO en los últimos 21 años, obtenidos de la plataforma Global Forest Change (Hansen et al., 2013).
Finalmente, proponemos acciones para la conservación de esta especie y los bosques donde crece, basados en una revisión de la literatura científica desarrollada con el motor de búsqueda Google Académico, que ha demostrado tener la mayor capacidad de recuperación de artículos (Perdomo y Bustos Singer, 2020). Como términos de búsqueda utilizamos las palabras “Orchidaceae” y “conservación”. Posteriormente, seleccionamos los artículos que presentaban estrategias, acciones o propuestas para la protección, conservación y uso sostenible de orquídeas. La búsqueda se limitó a publicaciones desde 2010 en adelante, excluyendo citas y patentes, y ordenando los resultados por relevancia. Finalmente, de las estrategias identificadas seleccionamos aquellas que, por el ambiente donde se desarrolló, las características de la especie involucrada, o su impacto social, podrían ser aplicables para C. suarezii en la zona donde fue descubierta en Colombia.
Resultados
Registramos C. suarezii por primera vez para Colombia mediante dos poblaciones encontradas en el departamento Caquetá (Fig. 1). La primera se encontró en un relicto de bosque en la cuenca hidrográfica del río Caraño, en área rural del municipio Florencia. La segunda población fue hallada en un relicto de bosque a orillas de la quebrada Anaya, en el municipio El Doncello. En cada población un individuo presentaba flores estaminadas.
Taxonomía
Cycnoches suareziiDodson, Icon. Pl. Trop., ser. 2.(5): t. 431. 1989. Fig. 2.
TIPO: ECUADOR. Napo, on the Río Napo near Puerto Misahualli, 450 m, II.1985, G. A. Suárez 200 (holotipo: RPSC, isotipo: SEL).
Hierba epifita, 35-40 cm de alto, cespitosa; rizoma corto; pseudobulbos patentes, 10.21-12.05 × 2.3-2.6 cm, fusiformes, provisto con seis a ocho hojas, caducas, articuladas a una vaina, los pseudobulbos antiguos sin hojas; hojas elípticas, 10.23-19.69 × 4.14-4.7 cm, dísticas, convolutas, articuladas, haz verde oscuro y envés verde claro, venas prominentes longitudinalmente en el envés; inflorescencias laterales emergiendo de los entrenudos intermedios, 26 cm de largo, racimos pendulares, hasta dos inflorescencias por pseudobulbo, con 22 flores en la más larga de ellas; flores no resupinadas, sépalos y pétalos color verde-amarillo con puntos color café oscuro, labelo con la base verde claro y amarillo crema en la parte superior, con proyecciones amarillo claro tornándose más oscuros hacia el ápice trilobado; sépalo dorsal 2.52 × 0.46 cm, oblanceolado, ápice obtuso; sépalos laterales 2.29-2.31 × 0.57-0.72 cm, falcados, oblanceolados, ápice obtuso; pétalos 2.5-2.63 × 0.68-0.82 cm, falcados, lanceolados; labelo sésil, 1.99 × 0.64 cm, lóbulos laterales digitiformes, ascendentes, con una base delgada y engrosamiento en el ápice en forma de almohadilla, a excepción de los primeros dos pares y el central, los cuales no cuentan con este engrosamiento, base linear-oblonga, acanalada (surcada) en la parte inferior, ápice ensiforme, reflejo; columna, 2.7 × 0.11 cm, verde con manchas violeta, fuertemente arqueada, terete, claviforme; polinios, antera y cápsula no observados.
Material examinado: COLOMBIA. Caquetá, municipio El Doncello, orillas de la Quebrada Anaya en las afueras del municipio, 330 m, 1°40'N, 75°17'W, 23.IX.2023, O. Perdomo et al. 679 (CUVC). Municipio Florencia, Vereda El Caraño, camino real hacia la Finca Las Brisas, cerca de la Escuela, 1027 m, 1°44'N, 75°40'W, 21.VI.2023, flor estaminada, O. Perdomo et al. 676 (CUVC).
Distribución: Cycnoches suarezii se conocía únicamente de la localidad tipo, en los bosques montanos de la provincia de Napo en Ecuador, entre 800 y 900 m de elevación, donde se halló el ejemplar a partir del cual se describió e ilustró la especie. Las poblaciones de Colombia se ubican 1200 km al norte de la distribución previamente conocida (Fig. 1C).
Hábitat: las poblaciones localizadas en Florencia y El Doncello se encuentran en el piedemonte amazónico, un área muy intervenida, con fragmentos de bosque de diferentes extensiones, presencia de cultivos de café, caña, plátano, yuca, entre otros, además de ganadería bovina y extracción de madera. Esta zona presenta clima Af: Ecuatorial, caracterizado por las lluvias distribuidas a lo largo del año con una época de mayor pluviosidad en los meses de marzo a mayo, precipitación media anual de 3700 mm y temperatura cálida (Köppen, 1936). Otra característica de estos bosques es la presencia constante de neblina, que favorece la diversidad de epífitas.
Categoría de riesgo
Proponemos la categoría En Peligro (EN) a nivel global, debido a que solo se han reportado tres poblaciones, dos de Colombia y una de Ecuador, la deforestación en el EOO en las últimas dos décadas supera 20%, y se espera que continúe incrementándose en los próximos años. Para Colombia proponemos la misma categoría, por las mismas razones, aunque la deforestación en la EOO es de 17.7%. Para Ecuador proponemos la categoría En Peligro Crítico (CR), ya que solo se ha reportado una población y su AOO es de 4 km2. Si bien la EOO correspondiente a este país supera 1600 km2, con lo cual se categorizaría en peligro (EN), la pérdida de cobertura vegetal entre 2001 y 2022 superó 29%, lo cual representa un gran deterioro de su hábitat y justifica esta categorización (Cuadro 1, Fig. 1). Además, las tres poblaciones se localizan en el piedemonte Andino-Amazónico, una de las áreas más afectadas por la fragmentación y deterioro del hábitat por pérdida de la cobertura forestal a causa de la expansión de la ganadería, la agricultura, la minería y los cultivos ilícitos (Hoffmann et al., 2018; Perdomo et al., 2020b). Si bien hasta la fecha solo se han localizado tres poblaciones, la EOO es amplia y cuenta con áreas de bosque donde se podrían encontrar nuevas poblaciones en ambos países, con lo cual se modificaría la categorización.
Estrategias de conservación
Nuestra búsqueda arrojó 5331 resultados, de los cuales seleccionamos 17 que contenían la información requerida sobre estrategias empleadas en la conservación de orquídeas (Apéndice). Este proceso se puede explorar desde tres tipos de estrategias: in situ, ex situ y circa situm. Las estrategias in situ se centran en la conservación de las poblaciones de orquídeas mediante la protección de su hábitat y puede ser desarrollada mediante la creación de Áreas Naturales Protegidas (ANP) de carácter público o privado (Wraith et al., 2020; Vitt et al., 2023). Una de las alternativas de conservación in situ exitosa ha sido el uso de las orquídeas como elemento central en el desarrollo de proyectos ecoturísticos, ayudando a la generación de empleo en el entorno local (Guevara Rosero et al., 2019; Rodríguez Gutiérrez et al., 2019). Otras estrategias in situ que pueden aplicarse en la conservación de C. suarezii son su inclusión en colecciones vivas de orquídeas, la restauración de su área de ocurrencia y las acciones de educación ambiental (Damon, 2017).
Una estrategia un poco polémica es la extracción de porciones de la planta para su reproducción de forma vegetativa. En algunos casos, como Laelia furfuracea Lindl., se ha demostrado que la población tolera la extracción de un pseudobulbo con flores por planta para fines comerciales, ayudados por la recolección de divisiones o plantas enteras que cayeron de sus forofitos, manteniendo los ejemplares que permanecen sobre los árboles (Orozco‐Ibarrola et al., 2021). Esta técnica puede emplearse como una forma de aprovechar sustentablemente este recurso mediante la reproducción y comercialización de plantas. Sin embargo, esta estrategia puede desencadenar la explotación descontrolada que, ante la falta de control, conlleve a la disminución o la extinción de las poblaciones silvestres (Phelps et al., 2014; Cruz-Garcia et al., 2015).
Una estrategia ex situ con gran proyección es la reproducción in vitro de orquídeas con fines comerciales y de conservación a partir de semillas, usando los servicios de alguno de los laboratorios existentes en el país, categorizadas como Productos Forestales No Maderables (PFNM) y susceptibles de aprovechamiento en bosques y ANP (Jolman et al., 2022). Así mismo, un gran avance para la conservación de orquídeas se ha dado mediante el uso de embriones encapsulados o semillas artificiales, para la restauración de poblaciones mediante su dispersión en ambientes degradados o con poblaciones reducidas, una estrategia que podría aplicarse a cualquier especie de orquídea (Zhao et al., 2021; Cárdenas Guarín et al., 2022). Esta estrategia mantiene la diversidad genética, además de integrar los hongos micorrícicos en la siembra, con lo cual se obtiene un mayor éxito en la germinación y establecimiento de los nuevos individuos (Zhao et al., 2021).
Dentro de las estrategias ex situ aplicadas en Orchidaceae, la de mayor éxito es el cultivo en jardines botánicos (Merritt et al., 2014; Damon, 2017). Otras opciones son la criopreservación de germoplasma y el cultivo in vitro de tejidos. Aunque estas afectan la viabilidad de las semillas, reducen la diversidad genética y su aplicación se limita a fines comerciales (Swarts y Dixon, 2009; Merritt et al., 2014; Damon, 2017). También es necesario identificar los hongos micorrícicos con los cuales las orquídeas tienen relaciones simbióticas vitales para su germinación y crecimiento, usando la criogenia para su conservación (Swarts y Dixon, 2009; Reiter et al., 2016; Phillips et al., 2020). Estas estrategias requieren de la inversión de recursos para la recolección del material, su cultivo y mantenimiento (Damon, 2017; Phillips et al., 2020). Para C. suarezii proponemos colectar plantas y depositarlas en diferentes jardines botánicos del país, para que a partir de este material se puedan explorar métodos para su reproducción.
Otro tipo de estrategias son las circa situm, que promueven el uso sustentable de los recursos naturales en las comunidades rurales, aunque también se han realizado registrando los viveros como unidades de manejo, reduciendo la presión sobre las poblaciones al disminuir la extracción de plantas (Menchaca García et al., 2018). Aquí también se puede incluir la conservación participativa a través de su cultivo dentro de los paisajes agrícolas, sistemas agroforestales, huertas caseras y comunitarias (Dawson et al., 2013; Flórez-Espinosa et al., 2023). Este tipo de estrategias con enfoque agroecológico han sido poco exploradas, a pesar de representar una alternativa viable para conservar de la mano con las comunidades campesinas.
Discusión
El reporte de C. suarezii se suma al de otras especies de orquídeas que se han registrado por primera vez para Colombia o han sido descritas en los últimos años; todas provenientes de los bosques de la vertiente amazónica de la Cordillera Oriental de los Andes (Perdomo et al., 2020a,b, 2023, 2024; Rincón-González et al., 2020; Arias et al., 2023; Rodríguez-S et al., 2023, Rojas-P et al., 2023, Cuellar et al., 2024). Estos reportes indican la alta diversidad de la orquideoflora de esta región. Desafortunadamente estos bosques presentan degradación por fenómenos asociados a la deforestación, instalación de cultivos (lícitos e ilícitos), la extracción de madera y la expansión de las explotaciones ganaderas (Myers et al., 2000; Armenteras et al., 2007; Malhi et al., 2008). Por lo tanto, las especies que aquí se encuentran ven amenazada la permanencia de su hábitat y de sus poblaciones.
Para C. suarezii hemos propuesto la categoría de En Peligro (EN) a nivel global y para Colombia, así como En Peligro Crítico (CR) para Ecuador, debido a la notable pérdida de hábitat y el número muy reducido de poblaciones conocidas. Por lo tanto, proponemos a continuación el desarrollo de estrategias y políticas de conservación en diferentes frentes para proteger esta especie y su hábitat (Mirenda, 2011; Damon, 2017; Thomé-Ortiz et al., 2017). Las estrategias de conservación in situ, ex situ y circa situm que pueden aplicarse a C. suarezii requieren la inversión de recursos y el trabajo mancomunado con la sociedad civil y las autoridades ambientales.
En el caso de las estrategias in situ, que implica el aprovechamiento sustentable de las orquídeas, deben aplicarse con cautela, y siempre ligada a procesos de educación ambiental de la mano con las autoridades ambientales para evitar deteriorar las poblaciones (Phelps et al., 2014; Cruz-García et al., 2015). Así mismo, las medidas de conservación ex situ requieren de la recolección de material para su producción in vitro, ya sea sexual (semillas) o asexual (tejidos), con lo cual se genera más presión sobre las poblaciones de la especie, que ya se encuentran en lugares degradados (Swarts y Dixon, 2009; Reiter et al., 2016; Phillips et al., 2020).
En este contexto las estrategias circa situm presentan una alternativa donde se incluye a la comunidad, lo cual genera un compromiso diferente de quienes comparten el espacio con estas especies, pudiendo integrarlas a la identidad cultural de las regiones (Dawson et al., 2013; Menchaca García et al., 2018; Flórez-Espinosa et al., 2023). Este tipo de iniciativas tienen un gran impacto, ya que integran el componente socio-económico y facilitan el desarrollo de las comunidades a la vez que se impulsa la conservación.