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Revista mexicana de sociología

versión On-line ISSN 2594-0651versión impresa ISSN 0188-2503

Rev. Mex. Sociol vol.72 no.1 Ciudad de México ene./mar. 2010

 

Reseñas

 

Boaventura de Sousa Santos. Epistemología del sur

 

Jaime Ortega Reyna*

 

(México: siglo XXI Editores, 2009), 368 pp.

 

* Posgrado en Estudios Latinoamericanos

 

Quien haya seguido la vasta y prolífica obra de Boaventura de Sousa Santos, uno de los sociólogos más comentados y discutidos en los últimos tiempos, encontrará en este libro una serie de textos imprescindibles para seguir su itinerario intelectual. El volumen que aquí reseñamos está compuesto por una serie de trabajos que, redactados en épocas distintas, dan cuenta de los problemas que han ocupado la centralidad de su reflexión, a saber, el problema de la ciencia, de la crisis de la misma y de las alternativas epistemológicas a esta crisis, que se traducirían además en un cierto posicionamiento político. Es este tema el que atraviesa el conjunto de la obra; sin embargo, es correcto advertir que desde el inicio el autor ha dejado claro que su intento por construir una epistemología del sur pasa por la consideración de que el mundo en el que nos encontramos está en medio de relaciones de poder tanto coloniales como capitalistas. Es esta doble consideración lo que lo distinguiría de posturas como el postmodernismo, pero también del postcolonialismo, que sostienen un diagnóstico similar con respecto al pensamiento científico y con quienes debate intensamente.

El agrupamiento de los textos no es casual, pues inicia con un diagnóstico de lo que considera la crisis del saber occidental. Su imagen del paradigma científico dominante, basado en la cuantificación, responde a la necesidad de responder a la pregunta ¿cómo funciona?, antes de centrarse en el telos. La preeminencia de este paradigma dominante, localizado geográficamente en la Europa Occidental y en el mundo anglosajón, encontraría su sustento en una serie de dicotomías, todas insalvables. Algunas de ellas son: la escisión entre sujeto y objeto, las oposiciones entre naturaleza y ser humano, civilización y barbarie, mente y materia, colectivo e individuo. Para Sousa, no sólo el paradigma positivista, sino también sus críticas europeas —fenomenología, marxismo— abrevan de alguna de estas posiciones dicotómicas.

Este modelo de organización del saber científico repercute en cómo se ha ordenado la forma primordial de su transmisión: el saber universitario. la forma en que el paradigma opera dentro de la institución universitaria también se vería marcada por estas dicotomías, siendo la división disciplinaria su máxima expresión. Aquí la dicotomía opera entre ciencias naturales y ciencias sociales, con dominio de las primeras. Esta forma de organizar el saber universitario ha devenido en una reflexión cuya base es el pensamiento disciplinado, que establece fronteras infranqueables entre una y otra forma de entender la realidad. Además de esto, el paradigma científico dominante tendría como base un verdadero epistemicidio, esto es, su carácter de hegemónico no sería otra cosa que el resultado de la destrucción de formas diversas del conocimiento. Las alternativas epistemológicas producto de la diversidad del mundo estarían cerradas si no cumplen con los cánones de verificación del paradigma dominante. El resultado es una apuesta constante por un futuro mejor —el progreso— dentro de una totalidad cerrada —organizada y jerarquizada de antemano— con una visión lineal del tiempo.

Para Sousa nos encontramos en un momento de transición paradigmática, donde las oportunidades están abiertas para construir otro tipo de racionalidad científica. Ésa es su apuesta cuando habla de una epistemología construida desde el sur. El camino que nos propone es eliminar la vieja división entre ciencias naturales y sociales, para allanar el camino hacia "un conocimiento prudente para una vida decente" (p. 40). Se trataría de construir lo que él llama una sociología de las ausencias basada en las alternativas de conocimiento que nunca llegaron a ocurrir, o en todos esos silencios o aspiraciones que el paradigma dominante ha prohibido por considerarlos como magia, superstición, o simples creencias, etc. Dicha forma de sociología requiere una epistemología de las ausencias cuya tarea central sea expandir el concepto de realidad. Aquí la referencia a Ernst Bloch es obligada: la realidad es más que el dato fáctico, es también lo imaginado y lo emergente. Con una epistemología de este tipo nos movemos no sólo en el nivel del logos, sino también en el mito.

La función de la sociología de las ausencias sería expandir el concepto de realidad, centrándose en el presente antes que en el futuro, de tal manera que pueda ser subvertible la visión lineal y progresiva del tiempo. La epistemología de las ausencias vendría también a transformar nuestros conceptos tradiciones de saber e ignorancia, pues, dice Sousa, el saber y la ignorancia no son absolutos, sino que se trata de un saber y una ignorancia con respecto a algo particular.

Para traer al debate todos esos saberes ignorados u olvidados es necesario que se establezca un diálogo (pragmático) entre las diversas formas de validación de los conocimientos. No se trata de igualar todas las formas del saber al conocimiento científico, sino de ser flexibles en las formas de validez de éstos. Quizá para ciertos espacios–tiempos muy concretos sea más relevante un tipo de conocimiento enraizado en lo local, en lo histórico e incluso en lo moral; por tanto, su mecanismo de validación no tiene que responder necesariamente a los de la ciencia dominante.

Lo importante para Sousa, entonces, a partir de estas nuevas formas de concebir y hacer operativo el conocimiento, es asediar de diversas formas a la totalidad. Dicha totalidad no se ha totalizado y nunca lo hará. Siempre será una totalidad abierta y la intención del conocimiento será asediarla sabiendo sus propios límites.

Mención especial merece el editor del libro, José Guadalupe Gandarilla Salgado, quien en una sucinta presentación, además de señalar los nudos problemáticos del pensador portugués, rastrea con minuciosidad el paso de Boaventura de Sousa por México; algunas dependencias de nuestra Universidad han sido clave para la difusión de su pensamiento. En general se trata de un texto intenso, denso, por momentos apasionante y sobre todo polémico. Indudablemente hay una renovación conceptual digna de ser tomada en cuenta.

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