En los últimos años se generó un amplio interés por comprender la compleja relación entre salud y trabajo. El tema que dominó en la discusión se centró en los riesgos psicosociales o en síntomas como el aumento de casos de estrés, ansiedad, frustración y, en caso extremo, de suicidios. Los malestares que afectan la vida productiva de trabajadores -dentro y fuera del lugar de trabajo- abrieron el debate sobre las herramientas que acompañan la modernización perpetua de las empresas, la sujeción a una lógica económica de corto plazo y la racionalización de la subjetividad en la reorganización de la producción y del trabajo.
La obra de Guillaume Tiffon contribuye a este campo al analizar el proceso de conversión productiva de la empresa pública de energía eléctrica y sus implicaciones en el trabajo de investigación que se desarrolla en el Departamento de Innovación y Desarrollo (id) de la empresa francesa. En este lugar, las y los investigadores participan en la construcción, en sus diferentes etapas, de proyectos que buscan innovar, por ejemplo, en la producción y el consumo eficiente de energéticos.
En Le travail disloqué, Tiffon expone, en el marco de la apertura del mercado energético y de cambios profundos en la conceptualización de las misiones de la empresa pública y en la organización del trabajo, la experiencia vivida por los investigadores en el lugar de trabajo. El concepto del trabajo dislocado subraya la desorientación y hasta pérdida de referentes que expresan las y los trabajadores y que pone en tensión la actividad principal que es, en principio, la investigación y contribución en un campo de estudio. La obra cobra relevancia al cuestionar las retóricas del management y exponer los costos subjetivos que se producen con la conversión de la empresa pública: si bien la empresa, con el dominio de una lógica gerencial, controla los costos financieros en la ejecución de los proyectos, corresponde a los trabajadores cubrir los costos subjetivos de la reorganización de la producción.
La obra de Tiffon, reconocida recientemente como mejor investigación en el campo de los estudios del trabajo, recopila un conjunto de evidencias y de narrativas que dan cuenta de la organización de los grupos de investigación en la empresa pública con la transición de una reorganización matricial a una organización por proyectos: el pasaje de un organigrama que distribuye responsabilidades de manera vertical y escalonada a un modelo en la que la constitución de los grupos de trabajo o de investigación es cambiante y “autorregulada” por sus propios integrantes. Los cambios en el Departamento de id de la empresa trastocan el trabajo de investigación, por lo que la conceptualización de mercancías o de servicios por parte de los equipos de investigación incorpora, en palabras del autor, la lógica de mercado. Corresponde a las y los investigadores y a los directivos del área hacer viable el proyecto.
La reorganización de la actividad de investigación industrial por proyectos y las exigencias de rentabilidad que enmarca la conversión de la empresa crean también procesos de alienación en el trabajo de investigación, por lo que pensar en los efectos o en lo que estos “hacen” al trabajo que se desarrolla en el Departamento de id cobra relevancia. En este sentido, la obra se apoya en un diseño metodológico riguroso, compuesto por diversas etapas. Destaca la observación in situ de las actividades de los equipos de investigación, el análisis de situaciones concretas de trabajo y la recopilación, con entrevistas formales o informales, de las narrativas y testimonios de los trabajadores y las trabajadoras. A partir de ello, Tiffon nos presenta evidencias sobre los costos de la organización por proyecto y la sobrecarga de trabajo que experimentan los trabajadores y las trabajadoras objetiva y subjetivamente: las jornadas de trabajo se prolongan y se desbordan al espacio doméstico, pero también crean una paradoja con la pérdida de sentido y hasta de motivación en el trabajo, un efecto contraproductivo.
Tiffon subraya que la lógica de mercado se introduce en el área de investigación industrial y que la organización por proyecto crea un ambiente de “competencia” (ínter e intragrupal) entre los investigadores y los grupos de investigación. A partir de los datos generados en las encuestas y en las entrevistas, el autor nos comparte el sentir generalizado de los investigadores que trabajan de manera apresurada, simultánea y, en muchas ocasiones, con retraso con relación con los objetivos planeados: laborar bajo una lógica de urgencia o de emergencia se corresponde con el imperativo de ajustarse permanentemente a las exigencias productivas de cada proyecto en el que se participa. Trabajar de esta forma es la parte más visible de las consecuencias que emanan de la organización por proyecto, pues también ejerce una presión en la subjetividad en los investigadores que exponen la “necesidad” de hacerse o de estar visibles y empleables de manera permanente, ya sea en el curso del proyecto o en la construcción de nuevos equipos de investigación para la ejecución de uno nuevo.
La reorganización del área de id se corresponde con el interés gerencial de controlar los costos que se ejercen en la conceptualización de innovaciones o en la creación de productos que deben ser comercializables; esto produce, entre otras situaciones, una disonancia cognitiva en quienes “echan mano” de los referentes del servicio público para recalcar o subrayar la ruptura con el modelo de la empresa pública. La obra de Tiffon contribuye a los estudios que se han realizado sobre la reestructuración del sector energético y la recomposición de la empresa pública, en particular al abordar un campo poco explorado en el sector público como el impacto de la conversión productiva en la investigación industrial y en la trayectoria de personal (investigadores e investigadoras) altamente calificado. Evidentemente, la respuesta a estos procesos es diferenciada en función de la posición de cada trabajador y trabajadora en la empresa, del régimen contractual y de la formación y la trayectoria escolar de los investigadores. Estos aspectos son analizados con detalle en el texto con el apoyo de testimonios.
Son diversas las investigaciones que abordan la perpetua modernización de las empresas, la fragilidad de los procesos productivos con la instrumentalización de innovaciones sociotécnicas y el uso de las herramientas gerenciales en la reestructuración de las empresas públicas o privadas. En esta misma línea, el autor analiza los costos de la reorganización desde el punto de vista de los trabajadores (investigadores) que integran las consignas de asegurar la continuidad de su trabajo, de ajustarse permanentemente y de laborar de manera simultánea en diferentes proyectos. El malestar que expresan los investigadores se corresponde con la sobrecarga física y mental que exponen los trabajadores y las trabajadoras y con el desbordamiento del trabajo hacía el espacio doméstico, pero conviene subrayar que es la transformación de la actividad de investigación lo que produce dicho malestar, como el sentir de muchos de sus entrevistados de que no hay tiempo suficiente para cumplir con las actividades planeadas ni para concentrarse en la actividad principal, aquella que da sentido a los investigadores. El trabajo dislocado da cuenta de este desajuste experimentado por los trabajadores y las trabajadoras, así como de los costos subjetivos que ello produce. Los diversos testimonios que se integran en la obra dan cuenta del malestar que se crea con el exceso de trabajo administrativo y la burocratización de la actividad mediante herramientas informáticas dedicadas a la gestión de los proyectos y el control del trabajo en equipo.
En su análisis, Tiffon nos propone una tipología que toma en cuenta las trayectorias, las identidades y los perfiles profesionales de sus entrevistados. Si bien trabajar por proyecto constituye una innovación organizacional que busca favorecer el intercambio de ideas y gestionar “mejor” las competencias del grupo de investigación, también introduce los imperativos de la rentabilidad de corto plazo y de la calidad. Frente a ello, el autor nos expone las respuestas diferenciadas a este proceso no sólo en términos de la resistencia o de la oposición a la reorganización productiva, sino del impacto (ascendente o descendente) que crea en las trayectorias profesionales y, en general, en las relaciones sociales que se construyen dentro y fuera del lugar de trabajo.
La contribución de Tiffon va más allá de la distinción entre el trabajo ideal y el trabajo real. El trabajo dislocado, siguiendo al autor, se observa en el terreno subjetivo, temporal y cognitivo. Esas tres dimensiones son desarrolladas ampliamente en el texto, por lo que invitamos a dar lectura a la obra; sin embargo, basta señalar que en su análisis llama la atención la desilusión que expresan los investigadores entrevistados. Esta desilusión representa una pérdida de sentido, pero también una evidencia que permite sostener que la retórica managerial o cultura del éxito entra en tensión con las condiciones en que se trabaja y que limitan, paradójicamente, desarrollarse personal y profesionalmente en la empresa. Para el autor, la producción “liquida”, en alusión al trabajo de Zygmunt Bauman, se inscribe en el debate sobre la fragilidad de los procesos productivos que reclama ajustes permanentes y sobre la dispersión de actividades y la desestabilización o la pérdida de referentes en la carrera profesional.
En la lectura del texto podemos Sentir (con mayúscula) la presión que viven los trabajadores y las trabajadoras ante la exigencia de ajustarse o de ceñirse a los costos, la calidad, los tiempos de entrega y los objetivos que se registran en el planning del proyecto, pero también el agotamiento físico y mental que les produce laborar de manera simultánea en diferentes proyectos.
La invitación a leer el libro cobra fuerza ahora que se discute, en distintos territorios, la recomposición de las empresas públicas energéticas y la regulación de los mercados eléctricos. En cada país entran en juego la trayectoria del Estado y los arreglos políticos y productivos que enmarcan la organización del servicio eléctrico. Por ello, la pertinencia de estudios comparados cobra relevancia, considerando incluso que en el debate energético que se lleva a cabo en México, la experiencia de la empresa eléctrica francesa aparece en la narrativa de actores políticos, muchas veces sin tener claridad de los procesos de conversión productiva que han impactado en general en las empresas eléctricas. En este sentido, el texto abona a la discusión sobre la recomposición de la empresa pública de energía eléctrica y el impacto de la conversión productiva en la trayectoria profesional de los trabajadores y las trabajadoras.
Finalmente, la obra se suma a una lectura más profunda sobre la reorganización de la actividad de investigación industrial bajo los imperativos del mercado, la desestabilización de los referentes profesionales y la fragilidad de las relaciones en el colectivo de trabajo con la organización por proyectos. Al abundar en el análisis, es posible hacer un paralelo con la reorganización del trabajo académico y la excesiva burocratización que se despliega en el control del trabajo de investigación, aspectos que han llamado fuertemente nuestra atención (consultar al respecto: <https://bit.ly/3EBUVH5>.