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vol.85 número2Hubert C. de Grammont (comp.) (2021). Sara María Lara Flores. Los olvidados del campo: jornaleros y jornaleras agrícolas en América Latina. Antología esencial. México: Universidad Nacional Autónoma de México-Instituto de Investigaciones Sociales/Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, 976 pp. índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
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Revista mexicana de sociología

versión On-line ISSN 2594-0651versión impresa ISSN 0188-2503

Rev. Mex. Sociol vol.85 no.2 Ciudad de México abr./jun. 2023  Epub 05-Mayo-2023

https://doi.org/10.22201/iis.01882503p.2023.2.60571 

Reseñas críticas de libros

Alicia Ziccardi (coord.) (2021). Habitabilidad, entorno urbano y distanciamiento social. Una investigación en ocho ciudades mexicanas durante Covid-19. México: Universidad Nacional Autónoma de México-Instituto de Investigaciones Sociales-Coordinación de Humanidades-Dirección General de Divulgación de las Ciencias y las Humanidades, 336 pp.

Elsa Cecilia Cota Díaz1 

Cecilia Stephania Vásquez Ortiz2 

1Departamento de Procesos Sociales, Universidad Autónoma Metropolitana-Lerma

2Universidad Autónoma Metropolitana-Lerma

Ziccardi, Alicia. 2021. Habitabilidad, entorno urbano y distanciamiento social. Una investigación en ocho ciudades mexicanas durante Covid-19. México: Universidad Nacional Autónoma de México-Instituto de Investigaciones Sociales-Coordinación de Humanidades-Dirección General de Divulgación de las Ciencias y las Humanidades, 336p.


Este libro se inscribe en la colección Cartas desde una Pandemia, en la serie Correo Certificado, del Programa Editorial de la Coordinación de Humanidades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). La finalidad de esta colección es profundizar en los efectos de la pandemia de Covid-19 en la vida humana. Este volumen, cuarto de dicha colección, tiene como propósito analizar los efectos del confinamiento durante la pandemia en las viviendas y los territorios urbanos de distintas ciudades del país.

Para lograr dicho propósito, su coordinadora, la doctora Alicia Ziccardi, articula el trabajo de investigadoras e investigadores del país que analizan el tema en ocho zonas metropolitanas de México: Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey, Tijuana, Ciudad Juárez, Toluca, Cuernavaca y Mérida. Esta selección responde a la categorización de “Grandes regiones urbanas” (Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey), “Ciudades fronterizas” (Tijuana y Ciudad Juárez) y “Ciudades capitales” (Toluca, Cuernavaca y Mérida), categorías que a su vez estructuran el libro en tres partes.

Es importante mencionar que los resultados expuestos en los distintos casos estudiados son, en palabras de la coordinadora, “producto de una investigación exploratoria, aplicada y colectiva” (17), cuyo principal instrumento de investigación fue el cuestionario “Condiciones de habitabilidad de las viviendas y del entorno urbano ante el aislamiento social impuesto por Covid-19”, diseñado por un grupo de investigadoras e investigadores de distintos centros de la UNAM. Este cuestionario recogió información sobre la percepción de las personas acerca de los efectos que tuvieron en su vida las actividades económicas, educativas o de recreación durante el denominado distanciamiento social, “y sobre sus propuestas para que las autoridades hicieran frente a esta situación”. En la etapa de análisis de la información participaron académicas y académicos de distintos centros de investigación y universidades del país, que integran esta obra colectiva.

Para todos los casos analizados se presenta una contextualización de las ciudades, donde se incluyen datos socioeconómicos y urbanos relevantes. Se describe, brevemente, el comportamiento de la pandemia y se le relaciona con algunos datos sobre la situación sanitaria de las urbes. Cada capítulo recoge los resultados del cuestionario en torno a las condiciones físico-materiales de las viviendas, el entorno urbano, las actividades que se realizan derivadas del confinamiento y la percepción de los entrevistados sobre las acciones de los gobiernos federal, estatales y locales (gobiernos de alcaldías y municipios). Muy importante es el trabajo documental de la obra para recoger diversas experiencias del accionar de los gobiernos locales en cada ciudad y de la sociedad civil organizada que juega un papel significativo frente a la emergencia sanitaria.

La primera parte del libro, “Los efectos del Covid-19 en las grandes regiones urbanas”, recoge el análisis de la Ciudad de México, la Zona Metropolitana del Valle de México, la Zona Metropolitana de Guadalajara y la Zona Metropolitana de Monterrey. Para el caso de la Ciudad de México, en el capítulo “Ciudad de México: habitabilidad, confinamiento y comportamiento social durante la pandemia”, Alicia Ziccardi, Diana Figueroa y Job Luna enfatizan las desigualdades sociales y las dificultades de las clases populares para enfrentar la pandemia. Evidencian que las medidas de mitigación durante la primera etapa de la pandemia adoptadas por el gobierno, como “Quédate en casa” y “Lávate las manos”, tuvieron respuestas muy diferenciadas entre los habitantes de las 16 alcaldías de la ciudad, puesto que las características físico-materiales de sus viviendas, el acceso a servicios básicos, como agua potable, y el entorno urbano donde se localizan las viviendas no eran los mismos para todos.

Las autoras y el autor destacan la situación de los habitantes de la Ciudad de México que dijeron tener dificultades para pagar servicios como agua, luz, gas e Internet (uno de cada cinco entrevistados) y dificultades para pagar rentas, cuotas de mantenimiento e hipotecas. Una situación que se evidencia en este capítulo es el incremento en la violencia intrafamiliar, pues se recogen datos que muestran que del 23 de marzo al 14 de junio de 2020 se reportó un aumento en las llamadas a Locatel por violencia de género. Una parte importante de la investigación señala la respuesta diferencia de las y los entrevistados a la hora de calificar las acciones del gobierno frente a la pandemia, pues para los gobiernos de las alcaldías se obtuvo una percepción más negativa que para el gobierno de la ciudad y el gobierno federal, situación que las autoras y el autor atribuyen a que las decisiones y acciones en torno a la pandemia, en el momento de realizar la investigación, estaban concentradas en los niveles federal y estatal, situación que corresponde con la información recabada en el texto sobre las acciones desarrolladas por los distintos ámbitos de gobierno para hacer frente a la contingencia sanitaria.

Todo lo anterior permite concluir que, en la Ciudad de México, existía antes de la pandemia una condición de precariedad laboral e informalidad, así como profundas desigualdades que se agravaron. Frente a esta situación, se propone rediseñar políticas públicas laborales y de protección social.

En el capítulo “Vivienda y efectos del Covid-19 en los municipios metropolitanos del Valle de México”, se analiza la situación de la metrópoli. En este texto, Ericka Arias, Olivia Chapa y Patricia Solís subrayan la terrible situación reportada por los entrevistados relacionada con la dificultad para realizar pagos, ya fueran créditos, deudas, servicios, colegiaturas, rentas o hipotecas, y proponen que los gobiernos locales podrían haber ayudado con acciones como el diferendo de pagos de servicios, particularmente en las zonas populares.

Las autoras consideran que el confinamiento implicó una situación muy difícil para varias familias, y que esto se vincula con las características de las viviendas de la mayoría de los municipios periféricos. Añaden que es el gobierno, en sus distintos niveles, y no la sociedad, el que tendría que accionar con urgencia para hacer frente a una crisis sanitaria.

El caso de Guadalajara se estudia en el capítulo titulado “Habitabilidad y políticas para el semi-confinamiento por Covid-19 en la Zona Metropolitana de Guadalajara”, donde Antonio Sánchez y Jarumy Rosas hacen una interesante reflexión sobre las repercusiones económicas de la pandemia y el confinamiento, apuntando, por ejemplo, que la mitad de las personas entrevistadas podrían haber tenido problemas para pagar rentas o hipotecas, o que en muchos hogares la pérdida del empleo de algún miembro de la familia tendrá un efecto negativo.

En el caso de esta metrópoli, se destacó que, además de los problemas derivados del confinamiento en el interior del hogar, es importante considerar aquellos que se desarrollaron en el espacio vecinal; varias de las personas encuestadas advirtieron que sus vecinos no respetaban las recomendaciones gubernamentales de sanidad, manteniendo reuniones sociales, lo que puede traducirse en conflicto en el espacio habitacional. Otra de las situaciones importantes que subrayan Sánchez y Rosas es la multiplicación de actividades en las viviendas y la carga que esto implicó para las mujeres.

Para el caso de la Zona Metropolitana de Monterrey, Socorro Arzaluz y Gustavo Vázquez realizan una excelente descripción de la ciudad: una ciudad dual (en términos de Manuel Castells), donde coexiste la riqueza en todas sus expresiones con la pobreza extrema; la destacada presencia de un sector empresarial organizado que empujó años atrás la creación de un cuerpo policial civil; la participación del Consejo de Nuevo León en materia de planeación; la violencia cotidiana y los grandes problemas ambientales que enfrenta la metrópoli.

Tras la aplicación del cuestionario en esta zona metropolitana, se recogieron datos interesantes, como las problemáticas dentro de los hogares para realizar actividades en casa y para proveerse de alimentos, situaciones a las que se enfrentaron las familias, a pesar de que en el texto se señala que el alcance del instrumento, por su forma de aplicación, llegó a sectores no populares de la población, lo que se traduce en que no se reportaron problemas de habitabilidad significativos; por ejemplo, falta de cobertura en servicios básicos o capacidad de acceso a ciertos bienes y servicios de la ciudad.

Lo que llama la atención en el caso de Monterrey es, como lo destacan la autora y el autor, la fuerte presencia de la iniciativa privada, considerada como un importante actor con capacidad de influencia en las decisiones gubernamentales. Se evidencia la agenda pendiente de investigación en torno a la habitabilidad de las viviendas en la Zona Metropolitana de Monterrey; por ejemplo, el punto de vista de los sectores populares a los que no pudo llegar el cuestionario y el foco en la distribución por sexo de las nuevas actividades en el interior de las viviendas, dada la ampliación del confinamiento.

La segunda parte del libro está dedicada a ciudades fronterizas. Primeramente, se analiza el caso de Tijuana, donde Gerardo Ordóñez ofrece una mirada contextual muy completa de la ciudad como polo de atracción de migración nacional e internacional y la alarmante situación que se vivió durante los primeros meses de la pandemia, pues Tijuana se posicionó con una de las tasas de letalidad por Covid-19 más altas del país, situación que el autor atribuye a su condición fronteriza. Destaca que 55% de las familias encuestadas atravesaron por problemas laborales y de ingresos vinculados con la pandemia. Señala también las acciones emprendidas por los tres ámbitos de gobierno y propone que es necesario un plan de apoyo a las comunidades más vulnerables, así como incentivar una convivencia vecinal más respetuosa.

Posteriormente se estudia el caso de Ciudad Juárez. Marina Contreras y Héctor Padilla describen la situación alarmante que vivió la ciudad, al ser la que presentó la tasa de letalidad más alta del país durante los primeros meses de la pandemia. Subrayan también los efectos económicos derivados del confinamiento y del cierre parcial de la frontera, así como la controversia obrero-patronal surgida de las actividades o su suspensión en la industria maquiladora.

Destaca el análisis de los efectos del Covid-19 por zonas de la ciudad, que permite observar que la pandemia y sus efectos no se vivieron de la misma forma. La autora y el autor hacen una importante labor de distinción de las zonas donde se concentran la pobreza, la vivienda de interés social, la característica de cercanía o lejanía con el centro de la ciudad, y las zonas donde habitan las personas con mayores ingresos. Este análisis está acompañado del estudio de la presencia de la industria de maquila, cuyas actividades resultaron en varios brotes de Covid. Como lo señalan la autora y el autor, la ciudad se caracteriza por una segregación socio-espacial; la pandemia agudizó las desigualdades existentes, y las afectaciones al sector industrial ocasionaron la movilización de obreros, que llamaron al fortalecimiento de los protocolos de salud y a garantizar los derechos laborales.

La tercera parte del libro analiza los casos de algunas ciudades capitales. Una de ellas es la Zona Metropolitana de Toluca. Las autoras Carolina Pedrotti y Elsa Cota realizan una contextualización de la metrópoli de cara a la pandemia, anotando cuáles eran los recursos disponibles en materia de infraestructura de salud para enfrentarla y el comportamiento de los casos y la mortalidad durante los primeros meses tras el primer caso registrado. Al analizar las condiciones de habitabilidad en las viviendas durante el confinamiento, reportadas en los resultados del cuestionario, se señala que cumplir con aquél depende, en buena medida, de las posibilidades que ofrezcan las viviendas para albergar a las familias y las actividades que realizan; es decir, de acuerdo con las autoras, hay elementos que considerar, como la disponibilidad de computadoras y otros dispositivos para conectarse con el exterior, así como la conectividad a Internet y el servicio de telefonía fija y móvil, entre otros bienes que se convierten en “básicos” ante esta situación.

En este capítulo, las autoras señalan la nula coordinación gubernamental intermunicipal entre los municipios de la Zona Metropolitana de Toluca para diseñar y desarrollar acciones conjuntas, pues mientras en algunos municipios se imponían acciones más restrictivas (como el cierre de negocios no considerados de primera necesidad, cancelación de tianguis, vigilancia y sanitización de mercados, etcétera), hubo municipios en los que no se tomó prácticamente ninguna medida emergente.

Otra de las ciudades capitales analizadas es Cuernavaca, a cargo de Merardo Tapia. Tras el estudio de los resultados recabados por el cuestionario, se observa que buena parte de los ciudadanos tuvieron dificultades para realizar pagos; señalaron que salir a comprar alimentos podía poner en riesgo su salud. Resulta importante resulta conocer que las colonias populares de la ciudad son las que presentaron las tasas más altas de contagio. Otro aporte de este texto es la descripción diferenciada por municipio de las condiciones de habitabilidad reportadas por los informantes encuestados, así como una descripción de las acciones realizadas en cada municipio de la zona metropolitana y la participación y acción del Comité Estatal de Seguridad en Salud, actor encargado de tomar medidas para la prevención, contención y mitigación de la pandemia.

Finalmente, se estudia el caso de Mérida. Al respecto, Susana Pérez ofrece un panorama general de la ciudad, del desarrollo de la pandemia (contagios y letalidad) y de las condiciones de habitabilidad que reportaron las personas encuestadas. En esta zona metropolitana, se señala como preocupante la imposibilidad de 50.02% de la población para confinarse en sus casas, por trabajar en actividades consideradas esenciales, y la de otro 24.7% por trabajar en la informalidad; únicamente cuando el paro de actividades también redujo la demanda de los servicios ofrecidos por personas autoempleadas, éstas se quedaron en casa.

Un problema manifestado por la autora fue la dificultad que tuvieron los habitantes de la ciudad para realizar actividades de abasto, lo que hizo necesario poner en marcha acciones como la creación de mercados en los subcentros de población.

Además de la nutrida información que se ofrece en el libro sobre las distintas ciudades, destaca la participación de Tonatiuh Guillén López para prologar la obra, quien pone énfasis en la importancia de las diferentes realidades territoriales del país y de las y los habitantes de esos territorios para afrontar una crisis como la vivida en 2020, reconociendo en la vivienda el “espacio de resistencia” durante el confinamiento derivado de la pandemia y asegurando que los resultados expuestos en el libro ofrecen un panorama de las desigualdades vividas en el “espacio inmediato”, el espacio de la vivienda.

En este mismo sentido, la coordinadora del libro, Alicia Ziccardi, reflexiona, al final del texto, sobre las desigualdades urbanas y su papel como generadoras de desigualdades estructurales. En sus palabras: “La acción pública debería dimensionar la importancia e impacto que tienen las condiciones de vida de la ciudadanía, en especial las viviendas y el entorno urbano, para poder enfrentar la grave situación generada actualmente por la Covid-19 y proteger a la población ante cualquier otro riesgo natural, sanitario o social” (284).

Consideramos que este libro representa una mirada crítica a la crisis urbana que afecta a toda la población, pero con más énfasis a los habitan- tes urbanos de los espacios precarizados y excluidos, crisis que se incrementa de cara a la pandemia y que pone en evidencia que los servicios básicos se vuelven una cuestión de vida o muerte. Esta investigación exploratoria es una invitación a repensar los modelos de desarrollo urbano y las políticas de coordinación metropolitana para enfrentar esta y nuevas emergencias.

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