Introducción
Este artículo ofrece avances preliminares de una investigación que se está llevando a cabo, cuyo objetivo es estudiar los inicios de la investigación en comunicación en Argentina, puntualmente en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Se entiende que el ámbito académico es uno de los espacios donde se construyen saberes y se disputa su legitimidad, en tanto discursos de verdad (Foucault, 1970/1992). El punto de partida del artículo es el tiempo presente, a partir del cual nos remontamos a uno de los primeros eventos significativos que abonaron a la institucionalización de los estudios de la comunicación en el país. Es así que el escrito se enfoca en la actual Facultad de Ciencias de la Comunicación (FCC) de la UNC, cuyo antecedente inmediato es la Escuela de Ciencias de la Información (en adelante ECI).3
El primer proyecto de fundación de dicha institución data de 1966 (Resolución 68/66).4 Si bien no llegó a concretarse hasta 1971, ese primer impulso es relevante como antecedente de la voluntad de institucionalizar una carrera en Ciencias de la Información porque implicó, además de la profesionalización del oficio del periodista, la generación de saberes en comunicación colectiva. Cabe destacar que ese primer proyecto guarda estrecha relación con el plan que finalmente se ejecutó cuando se puso en marcha la ECI (junio de 1972).
En la década de los sesenta se produjo una expansión de la institucionalización de las carreras de Periodismo y, en el caso puntual de la ECI, la creación de la licenciatura en Ciencias de la Información sin pasar previamente por Periodismo. Como hipótesis de trabajo, el texto postula que el crecimiento de las carreras en Comunicación se vincula con el proceso de modernización académica. Un aspecto significativo de ese proceso tiene que ver con el distanciamiento que empezó a establecerse con el periodismo y el acercamiento a las ciencias sociales. Se entiende así que el nombre de la nueva formación de grado puede ser tomado como un índice de las tensiones de la institucionalización de los estudios de comunicación en el país y la región.
En Argentina, la modernización académica fue impulsada después del golpe de Estado al presidente Juan Domingo Perón y durante los gobiernos constitucionales de Arturo Frondizi y Arturo Illia (1955-1966), estos dos últimos considerados como democracias tuteladas (Coria, 2001). Asimismo, es posible enmarcar estos eventos dentro de un proyecto regional vinculado al desarrollo, que tuvo su anclaje específico en la universidad: la teoría de la modernización (Bula Escobar, 1994).
Para llevar a cabo la investigación, se optó por una metodología cualitativa con triangulación de datos, a partir de la cual se pudieron reconstruir dos momentos históricos interrelacionados (Chartier, 2005): un tiempo corto, que comprende la ordenanza de creación de la ECI y su lazo con la Escuela de Periodismo “Esteban Echeverría” del Círculo de la Prensa de Córdoba, y un tiempo medio, que considera la oferta educativa en comunicación en Argentina, en el marco de la modernización académica.
Marco referencial
En esta investigación se considera que la construcción de los saberes se encuentra vinculada a las condiciones de posibilidad en que habitan los sujetos en un tiempo y espacio determinados. En ese sentido, y entendiendo que las instituciones académicas abonan a la configuración de saberes (Foucault, 1970/1992), se parte del supuesto de que la FCC fue el resultado de procesos de tensiones y disputas de sentidos marcados por la política nacional e internacional. Uno de los puntos de inflexión en este proceso fue la separación de la formación en periodismo y el acercamiento a la investigación, principalmente en comunicación colectiva, al momento de proyectarse la ECI.
Los antecedentes vinculados a la transformación de periodismo a ciencias de la información se encuentran principalmente en historizaciones del campo. Allí es posible advertir que en la década de los sesenta existió un vínculo entre la expansión de las carreras en ciencias de la información y un proyecto regional político, cultural y económico de desarrollo. El proyecto mencionado se puso en marcha en los primeros años luego de la Segunda Guerra Mundial, cuando se iba generando una mayor polarización entre Estados Unidos y la Unión Soviética, lo que se conoció como la Guerra Fría.
El proyecto de desarrollo estaba destinado a aquellos países catalogados como subdesarrollados, entre los cuales se inscribía la región de América Latina. Un hito fundacional fue cuando en 1949 el presidente de Estados Unidos, Harry S. Truman, planteó expandir los avances científicos y el progreso industrial en áreas subdesarrolladas (Nahón et al., 2006). Esos postulados tuvieron repercusión en el ámbito académico con la llamada teoría de la modernización que buscaba comprender la realidad del tercer mundo y promover el desarrollo (Bula Escobar, 1994).
En el marco de ese debate, en los estudios de la comunicación se problematizaba la difusión de innovaciones (técnicas y culturales) en pos del desarrollo/modernización de las sociedades consideradas “tradicionales”, “atrasadas”, “subdesarrolladas”, etc. La institucionalización en la formación en comunicación adquirió formas distintas en cada región, así como en cada país, aunque hubo una hegemonía norteamericana, esto es, el empleo de los medios de comunicación para favorecer el desarrollo (Simonson & Park, 2016).
Un aspecto a nombrar que se relaciona con el caso de estudio de este artículo es que Estados Unidos, luego de la Segunda Guerra Mundial, además de ser uno de los polos hegemónicos a nivel geopolítico, también lo fue en el ámbito académico. En ese sentido, los analistas Simonson y Park (2016) explican que fue la delegación estadounidense en 1945 la que impulsó que la comunicación formase parte de los ejes de trabajo e investigación en la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Se planteaba una investigación orientada a entender a los medios de comunicación como un medio de educación y difusión de ideas para el abandono de prácticas tradicionales, en pos de promover la cooperación, la paz y la libertad internacional.
En cuanto a América Latina, es posible advertir que se acuerda que el origen de las carreras en Ciencias de la Información, Comunicación Social o Ciencias de la Comunicación son los estudios de la prensa, capacitaciones y/o carreras de periodismo (Fuentes-Navarro, 1990; Gutiérrez, 2015; Moragas-Spà, 2011). Más aún, se observa que en la década de los sesenta se produjo un fuerte crecimiento en la oferta académica, principalmente en periodismo, y luego, en la década de los setenta, en comunicación (León-Duarte, 2006).
Los antecedentes sobre la institucionalización de las carreras en Ciencias de la Información permiten identificar el marco de discusión en América. Sin desconocer la hegemonía de Estados Unidos en la región, la revisión bibliográfica hasta aquí expuesta ofrece un panorama general de la cuestión, que no atiende a las implicancias que la mutación tuvo en las realidades locales.
Por otro lado, si bien América Latina, en tanto región geográfica, comparte algunos procesos políticos-sociales entre los países que la conforman, no siempre puede ser generalizada y mucho menos cuando nos focalizamos en la universidad. En Argentina, puntualmente, las universidades públicas, además de ser espacios significativos en lo que se refiere a la construcción y trasmisión de saberes, han sido relevantes en la participación de los debates de la vida política del país (Rodríguez, 2015). La relevancia a nivel político-social de este tipo de institución se evidencia, por ejemplo, cuando en cada interrupción autoritaria o democrática la universidad fue intervenida, desplazando a rectores, profesores y estudiantes (Rodríguez, 2015).
En cuanto a los estudios sobre la institucionalización de las carreras de comunicación en Argentina, se pueden identificar tres tipos. Uno de ellos reflexiona sobre la noción de comunicación que se institucionalizó en el ámbito académico (Gasquez, 2018). Dicho trabajo permite pensar sobre los paradigmas teóricos subyacentes en los planteamientos de estudio de la comunicación, aunque explora en menor medida cómo fue esa cristalización y las tramas sociales que lo propiciaron. Otro análisis que aborda la institucionalización de las carreras en comunicación, se focaliza en el vínculo entre el ámbito intelectual y el de la prensa, desde los años sesenta hasta el 2008. Allí, se identifica que, en la década de los ochenta, tras el retorno democrático en Argentina, hubo una expansión en los estudios de la comunicación, así como su institucionalización, en asociaciones de investigación regionales y la creación de carreras en el ámbito nacional (Varela, 2008). Una reconstrucción interesante, aunque elude dos aspectos: lo que ocurrió en otras partes de Argentina que no sea la capital federal, y la singularidad del momento de crecimiento experimentado por las carreras de periodismo a principios de los sesenta, cuando una de ellas nació directamente como Ciencias de la Información. Por último, la mayoría de los estudios que analizan la institucionalización de las carreras de Comunicación ponen énfasis en la historia institucional de los programas (Cicalese, 2008; Diviani, 2019).
Metodología
Este estudio considera que el acceso al pasado procede a través de retazos, por medio de discursos, que dejan rastros en diferentes formas, como los documentos y relatos de personas que recuerdan ese momento. La metodología empleada para llevar a cabo la investigación se valió de técnicas de investigación cualitativas (Valles, 1999), con triangulación de datos: entrevistas a informantes clave, relevamiento y análisis de material documental ubicado en el archivo de la UNC y de la ECI, y revisión de uno de los periódicos locales, La voz del interior.
La decisión de analizar una institución inserta en un proceso social específico, es decir, realizar un estudio de caso, busca profundizar la comprensión holística y contextual de la configuración de los estudios de comunicación. Puntualmente, la selección de la ECI se vincula a que es la primera institución en Argentina que se creó desde sus inicios como Ciencias de la Información. Además, se encuentra dentro de la UNC, que es la universidad más antigua de América Latina (1613), una de las primeras en nacionalizarse (1854) y escenario de fuertes tensiones entre, por un lado, tradiciones ligadas al pasado colonial y religioso y, por otro, un nuevo proyecto de país (Gordillo & Valdemarca, 2013).
Análisis de resultados
El proyecto de creación de la ECI (1966)
La primera resolución de la ECI fue en junio de 1966 (Honorable Consejo Directivo de la Facultad de Filosofía y Humanidades, 1966), en la Facultad de Filosofía y Humanidades (en adelante FFYH). El impulsor del proyecto fue Adelmo Montenegro,5 quien en ese momento era el vicedecano de la FFYH. El gestor de la carrera era licenciado en Filosofía y desde temprana edad ejerció el periodismo escrito. Además, era un promotor de la educación laica y se adhería al movimiento reformista,6 especialmente aquel surgido después del derrocamiento del presidente constitucional Juan Domingo Perón.
Técnica | Datos | Descripción |
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Entrevistas a informantes claves | Dos casos seleccionados: a. Estudiante de la escuela de periodismo y egresada de la primera cohorte (1962) b. Estudiante de la escuela de periodismo y egresado de la última cohorte (1968) | Contacto a través de bola de nieve |
Análisis de archivos de la Universidad Nacional de Córdoba y de la ECI | Búsqueda de ordenanzas, resoluciones y actas del Consejo Superior | Archivo General e Histórico de la UNC (AGH), Oficialía y Biblioteca de la FCC |
Revisión de periódicos locales | Búsqueda de noticias relevantes de la Universidad y de la ECI | Centro de Documentación de la Biblioteca Mayor de la UNC |
Fuente: Elaboración propia.
La resolución de creación de la ECI establecía formar “en el nivel superior universitario, periodistas profesionales y promover la investigación científica en las diversas áreas de la teoría y la práctica de la comunicación colectiva” (Honorable Consejo Directivo de la Facultad de Filosofía y Humanidades, 1966). Es posible advertir que el eje estaba puesto en la formación del periodismo profesional, pero también es necesario remarcar la incorporación de la investigación en comunicación colectiva. Aquí se puede advertir el primer puntapié de institucionalización de una carrera de grado que estuviera vinculada a la comunicación y ya no solo al periodismo.
El paso de Periodismo a Ciencias de la Información es más claro si se consideran dos eventos. El primero de ellos: que el proyecto de la ECI surgió de un pedido a Montenegro del Círculo de la Prensa de Córdoba de jerarquizar la formación en periodismo. El segundo requiere tener en consideración la oferta educativa en aquel momento en Argentina, que era principalmente en periodismo. A continuación, reconstruimos la solicitud del Círculo de la Prensa y la formación en periodismo que se dictaba allí. En el siguiente apartado se reconstruye la oferta académica de este tipo de formación en el país.
El Círculo de la Prensa abrió la Escuela de Periodismo “Esteban Echeverría” en el año 1962,7 donde se impartía la licenciatura en Periodismo. El nombre elegido para dicha escuela es relevante en tanto da cuenta del contexto del surgimiento. El arco opositor de Perón en 1951 erigió la figura de Echeverría como respuesta a lo que el gobierno realizó con la imagen del General San Martín.8 La oposición de Perón rescató aspectos de la vida del escritor de la generación de 1837 a fin de resaltar aquello que los antiperonistas entendían que Perón no hacía, esto es, valorar la democracia. Además, comparaban sus trayectorias con la de Echeverría, destacando que debió exiliarse en razón de la persecución por parte del presidente Rosas (Prestía, 2018).
La carrera fue estructurada a partir de las recomendaciones impartidas por el Centro Internacional de Estudios Superiores de Periodismo para América Latina (CIESPAL).9 La formación que se ofrecía se dividía en dos áreas de conocimiento, una técnico-profesional y otra de formación general, esta última comprendía la enseñanza de saberes de las humanidades y ciencias sociales en función del ejercicio del periodismo en sus distintas modalidades (prensa, radio, televisión).
Una de las primeras egresadas de la institución explica que el aporte de la carrera consistió en una fuerte formación en literatura, corrientes políticas y en la práctica periodística, y que la escuela estuvo basada en el plan de estudio propuesto por CIESPAL. Asimismo, comenta, “lo que intentaba la Escuela de Periodismo en esa época, y no lo decían, era formar personas cultas. Porque el periodista tiene que saber de todo, absolutamente de todo” (comunicación personal, 2022).
En 1965, las entonces autoridades del Círculo de la Prensa de Córdoba, Héctor M. Gómez Denegri y Alberto Cognini, mantuvieron un intercambio epistolar con Adelmo Montenegro, en el que se explicita el pedido de jerarquizar la enseñanza del periodismo trasladándola al ámbito universitario (Montenegro, 1966). Asimismo, es conveniente traer a colación un evento académico del que participó el Círculo de la Prensa de Córdoba, el Seminario y IV Curso Internacional de Perfeccionamiento de Periodismo organizado por CIESPAL en 1963. Allí, además de debatir sobre la formación en periodismo (materias, cantidad de años de estudio, vínculos entre enseñanza y profesión), se alcanzaron dos conclusiones que repercutieron en la institucionalización de este tipo de saberes: la necesidad de jerarquizar la enseñanza del periodismo, pasándola al nivel universitario, y la segunda, referida al cambio de denominación de la carrera, de Periodismo a Ciencias de la Información.
Según lo revisado en esta apartado, en el caso cordobés, la transformación de Periodismo a Ciencias de la Información se produjo antes de que la carrera ingresara a la universidad. Asimismo, las sugerencias de organismos internacionales avalados por la UNESCO, como el CIESPAL, formaron parte de esa mutación.
Sobre el cambio de nombre de la carrera
El cambio de nombre, de Periodismo a Ciencias de la Información, podría parecer anecdótico, en el sentido de que fue una adaptación a criterios internacionales y a la necesidad de adecuar la denominación al ámbito universitario. No obstante, dicha transformación remite a procesos político-sociales profundos, tanto a nivel regional como nacional, que a su vez se encuentran vinculados entre sí.
Estados Unidos, luego de la Segunda Guerra Mundial, tenía hegemonía sobre Occidente y particularmente en lo que se refiere a organismos internacionales y en el ámbito académico, la idea de formar y estudiar en comunicación estaba vinculada con el progreso moral y de la sociedad (Simonson & Park, 2016). En esa línea, analistas plantean que Estados Unidos impulsó en la UNESCO tanto el término “comunicación”, como la formación e investigación en esa área, aspecto que guarda relación con la creación de distintos centros de formación y estudio que promovió la UNESCO. Tales son los casos en Estrasburgo, Francia, donde en 1956 se creó el Centro de Estudios Superiores de Periodismo para Europa, que tenía injerencia sobre Europa, África y Cercano Oriente. En América Latina, por su parte, se creó el CIESPAL en 1959 como un organismo universitario autónomo de la Universidad Central de Ecuador, y a la luz de las recomendaciones y la promoción de la UNESCO (Moragas-Spà, 2011).
La Escuela de Periodismo “Esteban Echeverría” y la creación de la ECI en la FFYH se enmarcan dentro de un conjunto de carreras de Periodismo que iniciaron sus actividades luego del golpe institucional al gobierno de Juan Domingo Perón en 1955, autodenominado “Revolución Libertadora”. Después de la resolución de algunas internas dentro del grupo que llevó a cabo el golpe, en noviembre de 1955, el general Pedro Eugenio Aramburo asumió como presidente, perteneciente al sector católico liberal. Las primeras medidas que adoptó fueron categóricas: entre otras disposiciones, decretó la proscripción del peronismo,10 la intervención de la Confederación General de Trabajo (CGT), y de las universidades nacionales.
En lo referente al ámbito educativo, buscó eliminar todo rastro vinculado al peronismo, a través del decreto/ley no. 6403/55. Una de las novedades del decreto fue la autorización de crear universidades privadas, esto es, se desvinculó la educación de nivel superior del Estado, lo que generó fuertes tensiones al interior de la coalición gobernante. Las medidas relativas a política universitaria, en términos generales, tuvieron continuidad durante los gobiernos constituciones de Arturo Frondizi (1958-1962) y Arturo Ilia (1963-1966), aunque es necesario destacar que en esas elecciones el peronismo se encontraba proscripto y los gobiernos monitoreados por las fuerzas armadas.
Es en ese contexto en el que se produjo un aumento de la oferta académica en periodismo, particularmente en Mendoza, Córdoba y Buenos Aires. Uno de los aspectos en común de esas tres experiencias es que fueron impulsadas por asociaciones o sindicatos de prensa. Por otro lado, es necesario diferenciar el caso de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), ubicada en la provincia de Buenos Aires, ya que sus actividades iniciaron en 1935, pero en 1964 produjo una modificación en la denominación de la carrera, que pasó a llamarse Ciencias de la Información.
En la provincia de Mendoza, por iniciativa del Círculo de Periodistas, se creó en 1961 la Escuela de Periodismo en el Instituto Provincial dependiente de la Dirección General de Escuelas de la Provincia (Badenes, 2020; Oviedo, 2010). Es interesante destacar que el director de dicha institución, el periodista José Héctor Páez Herrero, participó del Seminario y IV Curso Internacional de Perfeccionamiento de Periodismo organizado por CIESPAL en 1963. La escuela fue modificada en 1973, durante el gobierno de Héctor Cámpora, momento en que se transformó en Escuela de Periodismo en Comunicación Colectiva, cuyo director pasó a ser Daniel Prieto-Castillo.11
En la provincia de Buenos Aires, hasta el momento, hemos relevado dos instituciones con oferta académica en periodismo,12 una de ellas se ubica en la UNLP y la otra en el Museo Social Argentino. Esta última nació en la primera década del siglo XX, estuvo intervenida por el poder ejecutivo durante 1952-1955 y en 1956 se convirtió en universidad privada laica. La carrera de Periodismo se creó en 1959, y se transformaría en facultad en años posteriores. El Dr. Carlos Santiago Fayt,13 vicedecano de esta facultad de Periodismo, también participó del Seminario y IV Curso Internacional de Perfeccionamiento de Periodismo del año 1963.
En cuanto al caso de la UNLP, es sabido que su creación es anterior a 1955, pero lo que viene a colación del periodo de análisis del artículo es el cambio de denominación de la carrera. Para la exposición, primero se repasa su creación para luego abordar los cambios de los primeros años de la década de los sesenta.
En 1934, el Círculo de Periodistas de la Provincia de Buenos Aires propuso el dictado de cursos para el ejercicio del periodismo, para lo cual realizó un acuerdo con UNLP. Al año siguiente se creó la Escuela Argentina de Periodismo, por impulso del rector de la UNLP, el Dr. Ricardo Levene (elegido democráticamente en un contexto que no lo era, conocido como la Década Infame), junto al Círculo de Periodistas crearon la Escuela Argentina de Periodismo. El analista Ciappina (2015) explica que la formación tenía como objetivo la profesionalización de la práctica periodística a fin de que los periodistas fueran más eficientes en las redacciones e informaran con objetividad, esto es, asépticos frente a los compromisos políticos que caracterizaban ese momento político-social.
Próximos al periodo de la modernización académica de Argentina, en 1964, la Escuela de Periodismo de la UNLP modificó su plan de estudio y con ello el nombre de la carrera, que pasó de denominarse licenciatura en Periodismo a licenciatura en Ciencias de la Información. Asimismo, la institución se transformó en Escuela Superior Universitaria de Periodismo. Ambas modificaciones estaban en línea con lo que se había debatido y consensuado en el seminario de CIESPAL de 1963. No obstante, de acuerdo con Ciappina (2015), dicho cambio se redujo a una cuestión de nombre, ya que mantuvo la lógica de los planes anteriores, acotados a la formación de periodistas profesionales.
En este apartado se dio cuenta del aumento de la oferta de carreras de Periodismo en Argentina durante los primeros años de la década de los sesenta. Asimismo, se señaló que esas carreras presentaban vinculación con organismos internacionales, ya sea a través de la participación en seminarios o bien tomando como referencia las discusiones allí producidas. Fue en ese momento cuando se proyectó la ECI de la UNC.
Modernización académica y cultural
Lo desarrollado hasta aquí, esto es, la jerarquización de la enseñanza del periodismo a nivel universitario y la adecuación a recomendaciones internacionales, son huellas del proceso de modernización académica y de la cultura. A nivel regional se enmarca dentro de la hegemonía norteamericana, que planteaba planificar el desarrollo en los países subdesarrollados. En Argentina, la modernización se vincula luego del golpe institucional de 1955. La coalición gobernante de la autodenominada Revolución Libertadora tomó medidas que afectaron el funcionamiento universitario en lo que refiere a la reglamentación (decreto/ley n°6403/55), pero también supuso la apertura a corrientes de pensamiento que se caracterizaron por la adopción de la sistematicidad y del método empírico en las ciencias sociales y humanidades, alejándose de las reflexiones naturalistas de la sociedad o de la tradición ensayística, perspectiva que caracterizaba a las producciones de las facultades de Derecho y las primeras carreras de Filosofía y Letras (Ansaldi, 2015).
Una de las perspectivas que ingresaron a la formación de periodistas durante este proceso fue el desarrollismo. Altamirano (1998) explica que luego del golpe a Perón se replanteó el camino económico del país y en ese contexto ingresaron las ideas desarrollistas. El argumento central de esta perspectiva sostiene que el subdesarrollo era resultado estructural de un sistema internacional dividido entre países centrales y otros periféricos.
Los enunciados del desarrollismo, para Altamirano, no solo calaron en el pensamiento político-económico, sino a nivel de la reflexión sobre la problematización económica y sociológica, aspecto que puede presentar continuidades en las carreras de grado que se abrieron en este periodo. Por ejemplo, hasta antes de 1955, la sociología norteamericana y europea se encontraba en pequeños reductos aislados, hasta que Gino Germani fundó la Asociación Argentina de Sociología en 1960, introdujo los planteos de Talcott Parsons y Robert Merton, y la técnica de encuesta en el plano metodológico.
En el gobierno de Arturo Frondizi (1958-1962), se iniciaron políticas de cooperación con Estados Unidos, que abarcaron tanto la dimensión económica, a través de la promoción del desarrollo industrial y la tecnificación de la agricultura, como la política cultural, que abordó varios aspectos como programas de alfabetización e incluso una forma específica de interpretar la democracia. Estas dimensiones estaban permeadas por el fantasma de la Revolución cubana.
Este recorrido deja entrever el carácter específico que cobraron los vínculos nacionales e internacionales entre 1955 y 1966. Instituciones internacionales como CIESPAL, que contaba con el aval de la UNESCO, empezaron a tener injerencia y legitimidad en Argentina. Asimismo, esas instituciones fueron espacios donde hubo un fuerte impulso de la investigación social al emplear un paradigma positivista y con la finalidad de modernizar culturalmente a la sociedad.
Por otro lado, y atendiendo el aumento de la oferta de carreras de Periodismo en los sesenta descrita en apartados anteriores, es necesario señalar que, tras las Revolución Libertadora, también se produjeron modificaciones en las dinámicas de producción y circulación de ideas, particularmente en los medios masivos. Es posible pensar que allí se generaron tensiones que provenían de discusiones previas, del vínculo entre el periodismo y Perón.14
Ulanovsky (2005) explica que, luego del golpe de 1955, la censura continuó (imposibilidad de hablar sobre el peronismo) pero también se fue imponiendo el valor de informar, a partir del trabajo de periodistas formados, especializados en la materia, y la cobertura profesional de los hechos, alejada del ensayismo. Este aspecto guarda consonancia con los recuerdos de la egresada de la Escuela de Periodismo “Esteban Echeverría”. También se modificó el mapa de medios, favoreciendo a quienes no estaban ligados a intereses peronistas, que se tramitó por medio de decretos a través de los cuales se canceló la renovación de las licencias otorgadas durante el gobierno peronista y se derogó la ley de radiodifusión.
En definitiva, tras la autodenominada Revolución Libertadora los vínculos entre instituciones nacionales e internacionales adquirieron otro carácter, que se expresó en el ingreso y la valorización de otras corrientes de pensamiento. Asimismo, el golpe supuso una disputa por los medios masivos de comunicación y las formas de hacer periodismo. En ese marco, se advierte una valorización de una nueva clase de enseñanza del periodismo y el ingreso de la investigación en comunicación colectiva. Esto se expresó en la creación de carreras de Periodismo, así como, en el caso cordobés, de la licenciatura en Ciencias de la Información.
Consideraciones finales
En este artículo se expusieron avances de investigación sobre los inicios de la formación en comunicación en Argentina. Se señaló la particularidad del caso de la ECI en la UNC, que se concibió desde un principio como la licenciatura en Ciencias de la Información a pesar de que hubiera sido inicialmente una solicitud del Círculo de la Prensa para jerarquizar la carrera que ya se impartía allí, la licenciatura en Periodismo.
A través de un rastreo bibliográfico y de la reconstrucción contextual del periodo de 1955 a 1966 se señaló la expansión en la oferta de carreras en Periodismo y los inicios en Ciencias de la Información. Esto cobra relevancia también si consideramos que entre 1935 -primera carrera en Periodismo en UNLP- y los primeros años de la década de los sesenta -cuando se crearon las carreras de Periodismo y Ciencias de la Información en Mendoza, Buenos Aires y Córdoba-, hubo escasas iniciativas, que tampoco se mantuvieron en el tiempo, de institucionalización de este tipo de carreras. En ese marco, los diálogos con organismos internacionales como CIESPAL, así como la modernización que se dio luego de 1955, la profesionalización en periodismo y la investigación en comunicación colectiva cobran relevancia.
Con frecuencia las historizaciones del campo apuntan a dar contención a la diversidad de las capacitaciones, así como de las investigaciones actualmente existentes, es decir, las revisiones históricas suelen presentar un telos preconcebido, un propósito de antemano. La presente investigación, a partir del análisis de caso y la triangulación de fuentes, busca identificar las incipientes huellas del estudio de la comunicación, atendiendo el proyecto de creación de la ECI en relación a la oferta académica en Periodismo y en Ciencias de la Información de Argentina, y los debates teóricos de la región, sin anteponer o buscar una definición de teoría de la comunicación última/única.
En esa misma línea, la dimensión espacial resulta significativa en la investigación. A través del análisis del caso de la ECI, esto es, el estudio de un proceso social concreto en vinculación con fenómenos macroestructurales, se buscó poner en tensión las explicaciones de tipo general. Jensen (2010) afirma que, “[e]l desafío [de la historia local] es pensar la ‘vida de los sujetos’ en su ‘locus concreto’, sin asumir el espacio como una unidad geográfica o política-administrativa dada” (p. 1434). Las referencias a América Latina o a Argentina que se restringen a la capital federal dejan en segundo plano eventos significativos, como la ECI, que también abonan a la comprensión de la configuración actual de los estudios de comunicación. Cabe destacar que tampoco consideramos que, a través de la suma de estudios parciales, como puede ser el caso de la ECI, sería posible reconstruir un proceso conjunto para toda América Latina o para Argentina. El problema teórico que se planteó, el paso de Periodismo a Ciencias de la Información, es un fenómeno complejo, y por el momento se comprende que su estudio se encuentra en la etapa del análisis de casos concretos.
La ECI presenta la particularidad de que desde un principio fue pensada, planificada y estructurada como una formación en Ciencias de la Información, que además se localizó en la universidad pública argentina. Uno de los aspectos novedosos de esta propuesta formativa residía en la investigación en comunicación colectiva. La posibilidad de pensar la investigación en el ámbito de la comunicación abrió la pertinencia de las carreras de Periodismo que, además de una formación técnica para adquirir habilidades periodísticas en los diferentes formatos de los medios (prensa, radio, televisión, etc.), también suponen la reflexión e investigación sistemática sobre los medios de comunicación en relación con la sociedad.