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Investigaciones geográficas

versión On-line ISSN 2448-7279versión impresa ISSN 0188-4611

Invest. Geog  no.57 Ciudad de México ago. 2005

 

Geografía humana

 

Viejas y nuevas geografías en el ex Vaso de Texcoco, México

 

Old and new geographies in the ex Vaso de Texcoco, Mexico

 

Maribel Espinosa Castillo*

 

* Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura-Zacatenco, Unidad Profesional "Adolfo López Mateos", Edifs. 10, 11 y 12, Instituto Politécnico Nacional, 07738 Gustavo A. Madero, México, D. F. E-mail: escasmar@hotmail.com; mespinosa@ipn.mx

 

Recibido: 6 de octubre de 2004
Aceptado en versión final: 14 de febrero de 2005

 

Resumen

La construcción social del espacio se encuentra inserta en un nuevo escenario geográfico en el cual el análisis local toma una nueva dimensión. La condición de globalidad adquirida por los procesos productivos, relaciones sociales y expresiones culturales, pese a homogeneizar procesos, se hace muy específica a nivel de países y de comunidades.

En la construcción social del espacio en el ex lago de Texcoco desde mediados de los cuarenta, esfuerzos, obras, vida cotidiana y deseos de progreso, fueron gran parte de los elementos que impulsaron la construcción de las viviendas y la gestión e introducción de servicios públicos. A partir de la década de los ochenta, la regularización del suelo, la consolidación de la vivienda, la aparición de equipamientos comerciales y los nuevos modelos culturales, favorecieron la consolidación del área, sus relaciones con el exterior y ampliaron las escalas geográficas.

Palabras clave: Construcción de espacios, cotidianidad, pertenencias, hibridismo, relativismo.

 

Abstract

The social construction of the space is inserted in a new geographic setting that take new dimensions. The global condition acquired by the production processes, social relation and cultural expressions, in spite of homogenizing processes, these are specific in the level of countries and communities.

The social construction of the space in the ex lago of Texcoco from the middle of the forties, efforts, works, daily life and hope of progress were important part to the elements that propelled the construction of dwellings, and the negotiation and introduction of public services. In the eighties, the normalization of the lands the consolidation of dwellings, the rise of commercial equipment, and the new cultural patterns, made it look well on the area, their relations with the exterior and expanded the geographic scales.

Key words: Construction of space, everyday life, belongings, hybridism, relativism.

 

INTRODUCCIÓN

Son recientes los estudios que abordan el carácter social del espacio. Involucrar el elemento social en el análisis del espacio nos lleva a su discusión en la esfera de la estructura social. La dimensión espacial se encuentra envuelta en una diversidad de elementos que hacen difícil su comprensión: el mercado globalizado, las redes electrónicas, la era de la información, el hibridismo cultural, y la era de la postmodernidad, etc., son algunos de los elementos de la estructura social que hoy deben considerarse en el análisis espacial.

Este documento intenta ensayar en ese sentido; busca analizar el proceso de transformación del espacio, de una parte de la Ciudad de México, considerando que diversos factores: históricos, políticos, tecnológicos y sociales han intervenido en la conformación del espacio, pero desde la perspectiva de quienes vivieron las transformaciones.

El título "viejas y nuevas geografías" hace alusión a una antigua y presente forma de ver el proceso de transformación del espacio en el que el localismo, relativismo, la hibridación, el indeterminismo o la renovación de las grandes teorías es el tamiz del análisis. Desde este nuevo espacio y tiempo se reconsidera la construcción de un antiguo espacio urbano en las afueras de la ciudad y se intenta hacer evidente la forma en que nuevos elementos de la estructura social inciden y participan en la consolidación de ese espacio en constante transformación. De ahí que nuestro objetivo sea analizar el proceso de construcción del espacio, resaltando las prácticas, percepciones e imaginarios que los colonos experimentaron y manifestaron en la transformación del espacio urbano surgido de los terrenos del ex lago de Texcoco. Se intenta mostrar una espacialidad, con características específicas en la etapa de la formación del área urbana del ex lago, y diferente a la espacialidad que hoy se observa. Una espacialidad vivida, configurada e imaginada de diferente manera en su etapa de formación y de consolidación.

El periodo de estudio se delimitó a partir de la llegada de los primeros colonos, cuando comenzaron a construir sus viviendas (la formación), hasta el momento actual, donde el área en estudio mantiene una relación permanente con la Ciudad de México, y donde la dinámica económica, política y social, en general, es similar, en toda la ciudad, pero con características específicas en la periferia de la ciudad (la consolidación).

El documento se divide en tres partes: una en la que se conceptualiza el carácter social del espacio y la perspectiva teórica de la posmodernidad en las ciudades; otra en la que se muestra el proceso social de formación de un área urbana en los terrenos surgidos del ex lago de Texcoco y, finalmente, otra donde se muestran los elementos que intervinieron en la integración y consolidación del área en estudio de la Ciudad de México.

En la elaboración del trabajo se llevó a cabo tanto investigación documental como de campo; se realizó una encuesta en el área urbana surgida de los terrenos del ex Vaso de Texcoco, a la población que vivió, desde sus inicios, el proceso de formación del espacio urbano, quedando sin encuestar la población que llegó en el periodo de consolidación, de ahí los datos estadísticos señalados. Asimismo, se realizaron entrevistas a informantes clave, personas que en su momento participaron como representantes ciudadanos (un diputado federal), representantes de partidos (del Partido Revolucionario Institucional) y amas de casa, entre otros, las cuales orientaron sobre el proceso de urbanización del ex lago. Fueron varios los recorridos de observación por diversas partes del área en estudio, particularmente las áreas comerciales y de esparcimiento; la investigación documental se realizó en libros y revistas que abordaban el proceso de cambio de uso de suelo, además se consultó la Gaceta de Gobierno del Estado de México, a fin de dar un seguimiento de los procesos institucionales de transformación del territorio; finalmente, se realizó una revisión de diarios de circulación nacional para conocer la situación en las zonas urbanas nacidas del ex lago.

 

HACIA UNA CONCEPCIÓN TOTALIZADORA DEL ESPACIO

En la década de los sesenta y setenta la Geografía apoyaba sus análisis desde un marco teórico, donde asumía que el espacio estaba dirigido por sectores, grupos e intereses, económicos y políticos que controlaban no únicamente la dinámica de la ciudad, sino de naciones enteras. Por la naturaleza de esta vertiente teórica, influenciada por el marxismo, las investigaciones asumían las condiciones del sistema capitalista como determinantes en la organización, distribución y localización de los elementos que interactuaban en el espacio urbano; es decir, el contexto económico era fundamental en las formas de organización de la ciudad -que de hecho lo es-, olvidándose, en cierta forma, de las cuestiones culturales y sociales, específicas y muy locales.

Sin embargo, las nuevas condiciones de la sociedad exigen que la Geografía se reflexione dentro de una nueva dinámica de reestructuración y globalización de la forma de producción capitalista, resultado del constante desarrollo de las fuerzas productivas, la transformación de las relaciones sociales de producción, y las nuevas condiciones de comercialización. La Geografía encontró en las propuestas de Lefebvre (c1974), Harvey (1998), y Santos (1990, 1996, 2000), una manera de concebir el espacio donde se considera la relación socio-espacial a nivel local, sin olvidar la incidencia de los acontecimientos de la estructura social global en el análisis del espacio local.

Esta perspectiva propone un análisis dialéctico en el que se busca relacionar la dinámica política y económica general, y su incidencia en lo local, y viceversa. Señala que las relaciones sociales de producción se siguen dirigiendo desde la esfera global, pero incidiendo técnica, comercial y culturalmente en la localidad, Santos lo refiere de la siguiente manera:

Esa dialéctica se afirma mediante un control local de la parte 'técnica' de la producción y un control remoto de la parte política de la producción. La parte técnica de la producción permite que las ciudades locales y regionales tengan un cierto control sobre la porción de territorio que les rodea (Santos, 1996:127).

En este análisis, de lo general y económico, a lo particular, local y cultural, el papel de los desarrollos tecnológicos es fundamental, ya que determinan los cambios económicos, políticos y sociales que se presentan en la sociedad y en las ciudades.

Esta propuesta geográfica considerada 'crítica' se inserta en el desenvolvimiento de la teoría social y de la sociedad. Esta nueva etapa de la sociedad se presenta debido a su constante transformación, como lo señala Marshall Berman (2000), "Todo lo sólido se desvanece en el aire." Este cambio ha repercutido en la literatura, las artes y la vida cotidiana. Harvey señala que en este tiempo:

La experiencia del tiempo y el espacio ha cambiado, ha desaparecido la confianza en la asociación entre los juicios científicos y los morales, la estética ha triunfado sobre la ética en tanto preocupación fundamental en el plano social e intelectual, las imágenes dominan en las narrativas, la transitoriedad y la fragmentación tienen prioridad sobre las verdades eternas y las políticas unificadas, y las explicaciones se han desplazado del ámbito de las fundamentaciones materiales y económico-políticas hacia una consideración de las prácticas culturales y políticas autónomas (Harvey, 1998:360).

En la postmodernidad, las expresiones arquitectónicas, pictóricas y filosóficas tienen una base económica que les permite existir. La crítica al racionalismo, al conocimiento objetivo, a las cuestiones totalizadoras, al saber absoluto y al imperio del conocimiento científico, da paso a la subjetividad y al relativismo. De esa manera:

Se reivindica la subjetividad y la consideración de los factores subjetivos que acompañan la producción de conocimiento científico. Frente a la idea de la objetividad, se plantea una llamada de atención relativista. La conciencia de los límites de la objetividad racionalista y la percepción del contexto constituyen componentes relevantes en una visión del proceso de conocimiento y de la objetividad (Ortega, 2000:248).

De acuerdo con esta perspectiva, el análisis geográfico se abre a la consideración de los factores sociales en la delimitación y configuración de espacios, destacando el relativismo y diversidad de expresiones sociales observadas en el territorio. Amendola al hablar de las ciudades postmodernas dice que es:

Ciudad collage hecha de fragmentos, de trozos de estilos, de formas y de culturas, Melting pot de razas, etnias y de yacimientos de culturas y de sueños, de localismo y de globalización, patchwork de jirones de cultura alta y de los medios de comunicación masivo, sacados del Partenón y Disneylandia, CIAM y Las Vegas, Mies van der Rohe y Johnson, Lichtenstein y Mondrian (Amendola, 2000:74).

Señala que en las ciudades postmodernas se encuentran elementos diferentes y contrarios a los de las ciudades y sociedades pasadas. Estos elementos son: indeterminación; fragmentación; decanonización; crisis del yo y falta de profundidad; hedonismo y búsqueda de la belleza; valoración de lo impresentable y de lo no representable; ironía, hibridación; parodia, travestismo, pastiches; carnavalización; protagonismo y participación; subjetivismo; casualidad y estocástica. Las ciudades que ahora se consideran postmodernas ven expresadas en sus espacios la diversidad de ideas, el encuentro de clases o la heterogeneidad de símbolos; esa subjetividad y diversidad son el punto de partida para el análisis del espacio en las ciudades postmodernas.

Harvey en su obra La condición de la posmodernidad (1998), destaca la subjetividad del espacio cuando propone analizarlo a partir del estudio de prácticas, percepciones y lo imaginado del espacio, es decir, de la relación establecida entre la subjetividad de los sujetos y el territorio.

El sujeto incide en la modificación física del lugar que habita, a su vez, le da contenido con su presencia, objetos, vivencias, y lo va transformando según sus aspiraciones y posibilidades. Harvey retoma la concepción del espacio de Lefebvre de su obra La producción del espacio (1974), y elabora tres dimensiones en la concepción del espacio: las prácticas o lo experimentado, las percepciones y lo imaginado, las cuales define de la siguiente manera:

1. Las prácticas materiales espaciales designan los flujos, transferencias e interacciones físicas y materiales que ocurren en y cruzando el espacio para asegurar la producción y la reproducción social. 2. Las representaciones del espacio abarcan todos los signos y significados, códigos y saberes que permiten que esas prácticas materiales se comenten y se comprendan, sea con las nociones del sentido común cotidiano, sea con la jerga, a veces enigmática, de las disciplinas académicas que se vinculan a las prácticas espaciales (la ingeniería, la arquitectura, la geografía, la planificación, la ecología social, etcétera). 3. Los espacios de representación son invenciones mentales (códigos, signos, "discursos espaciales", proyectos utópicos, paisajes imaginarios y hasta construcciones materiales, como espacios simbólicos, ambientes construidos específicos, cuadros, museos, etc.) que imaginan nuevos sentidos o nuevas posibilidades de las prácticas espaciales (Harvey,1998:244).

Estas tres dimensiones se presentan cuando se recorre una distancia y aborda un transporte, cuando se produce y apropia la vivienda o calle, cuando los individuos tienen actitudes de dominación sobre el territorio, o cuando se expresa el futuro de los sujetos en los lugares que habita. Además, sobre el territorio se van agregando nuevas prácticas que sobreponen experiencias, percepciones y lo imaginado, complejizando la comprensión del espacio socialmente construido. Recuperando los preceptos de Lefebvre, Harvey señala:

Las relaciones dialécticas entre ellas (las experiencias, lo percibido y lo imaginado) constituyen el punto de apoyo de una tensión dramática, a través de la cual puede leerse la historia de las prácticas espaciales. Por consiguiente, los espacios de representación no sólo tienen la capacidad de afectar la representación del espacio, sino también la de actuar como fuerza de producción material con respecto a las prácticas espaciales (Harvey,1998:245).

En ese sentido el espacio se encuentra formado por aquello que el hombre le impregna, motiva, representa, aspira e imagina con respecto al territorio, de ahí la necesidad del análisis de las experiencias, percepciones e imaginarios.1 El espacio lleva intrínsecamente cualidades que están en signos abstractos y objetos reales en él incluidas que se van creando en el transcurrir del tiempo, Lefebvre comenta que en el espacio se sobreponen redes que van más allá de su materialidad.

Sobre esta idea básica está superpuesta (...) estratificaciones consecutivas y que enredan redes, aunque en forma siempre material, sin embargo tienen una existencia más allá de su materialidad: caminos calles, trenes, líneas telefónicas, etcétera. La teoría muestra que el espacio no desaparece completamente o es totalmente abolido en el curso del desarrollo del proceso social -no cuando los procesos comienzan en el lugar. Algunos caminos sobreviven o se endurecen, algunos no son una cosa (Lefebvre, 2001:403).

Así, el espacio se configura cuando el hombre interviene sobre él, le incorpora historia cuando actúa consecutivamente en un mismo lugar y en un determinado tiempo; entonces el espacio es expresión del actuar del hombre, en ese espacio y tiempo determinado, expresa la esencia de la naturaleza que posee y los efectos de la acción del hombre sobre el medio.

La historia real de vida de los lugares muestra que los objetos se insertan en un medio según un orden, una secuencia, que acaba determinando un sentido a aquel medio (Santos, 1996:133).

Por ello, la concepción del espacio asumida para este análisis considera todo un proceso de valoración, que parte de la materialidad que contiene el territorio, el proceso de formación del mismo, las acciones que los hombres han realizado sobre su superficie, las relaciones de apropiación, producción o vinculación del hombre con el territorio, los impactos de los desarrollos tecnológicos, las transformaciones del uso de suelo, y las repercusiones económicas, políticas y sociales que llegan del exterior e inciden en el territorio. Se considera al espacio dentro de la dinámica estructural de la globalización, la presencia e incidencia de nuevas tecnologías en la delimitación y organización espacial, y el surgimiento de expresiones socio-espaciales locales híbridas resultado de las nuevas condiciones estructurales de la sociedad; expresa la relación dialéctica entre la organización global del territorio y la forma en que se configura localmente el espacio. El análisis del espacio se encuentra inserto en una dialéctica espacial global-local y dentro de un marco de referencia postmoderno.

 

LA FORMACIÓN DEL ESPACIO URBANO EN LAS VI ZONAS DEL EX VASO DE TEXCOCO

Para explicar el proceso de construcción social del espacio en las zonas del lago de Texcoco, se observó el espacio de estudio en un periodo largo de transformación. Como se señaló, el proceso de evolución de los asentamientos en el ex lago de Texcoco se definió en dos etapas, una de formación de 1944 a 1980 (desde los primeros asentamientos, hasta la conclusión de los grandes programas de regularización: Programa de Regeneración Integral de la Zona Oriente (PRIZO), el Fideicomiso Irrevocable Traslativo de Dominio sobre Bienes de Nezahualcóyotl (FINEZA) y el PLAN SAGITARIO, y otra denominada de consolidación de 1980 a 2004 (donde se observan inversiones a la infraestructura vial, cambios al uso de suelo, apertura de nuevos comercios y servicios, uso de nuevas tecnologías e inserción de transportes masivos).

El punto de partida se puede situar en 1931, cuando la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas limitó el vaso del ex lago de Texcoco a la cota 7.10 en los alrededores del lago del mismo nombre; el terreno desecado que quedó dentro de esa cota y el lago de Texcoco fue dividido en seis zonas y vendido a particulares. De las seis zonas, las primeras cinco comprenden nuestra área en estudio; la I, II, III, y IV corresponden a lo que hoy es el municipio de Nezahualcóyotl y la V se incorporó al municipio de Ecatepec. Estas cinco zonas representan un área física común, ya que comparten el área desecada del ex Vaso de Texcoco, un medio natural común, y un tiempo similar en la transformación del suelo lacustre a urbano.

Las tierras desecadas del lago de Texcoco eran inadecuadas para la urbanización. La desecación del lago provocó amplias áreas secas cubiertas con una capa de tequexquite, el cual contenía altas concentraciones de sal, que en época de secas era fácilmente removible, y que con los vientos del norte se convertía en un área de remolinos y tolvaneras que obscurecían el entorno y gran parte de la Ciudad de México.2 Las VI zonas eran llanos donde no existían posibilidades para cultivar; era un área con zanjas y corrientes de agua; eran tierras con alta humedad, salitrosas en época de secas y áreas inundadas en época de lluvias; no crecía la vegetación; el llano tenía irregularidades, y era un territorio sin infraestructura y servicios urbanos. Con esas condiciones, no era factible el uso urbano en los terrenos del ex lago, sin embargo, se urbanizaron.

Dos experiencias vivieron los habitantes frente al territorio. Una, hacer habitable el terreno con ciertas tareas como: dragado de agua, rellenado, nivelado y apisonado del terreno; y dos, enfrentar los inconvenientes característicos del territorio: tolvaneras, inundaciones, aridez, vientos fuertes, falta de agua, luz, drenaje, etcétera.

Si bien en época de secas se observaba la carencia de humedad y vegetación, lo cual provocaba condiciones climáticas de extremo calor, durante la época de lluvias las inundaciones eran en extremo graves. Después de cualquier lluvia el agua tomaba su cauce y se asentaba en el sitio que históricamente había tenido: el Lago de Texcoco.

En la década de los cincuenta, cuando los fraccionamientos estaban en plena campaña de venta, los compradores observaban el surgimiento del lago a raíz de cualquier lluvia. Por ello, pocos aguantaron lo que aquello implicaba. El señor Ángel Ramírez recuerda:

Nosotros compramos sobre la laguna, cuando yo vine a conocer aquí, me tocó la desgracia o la suerte de que cayó un aguacerazo; había aquí junto una casa que era tienda, pulquería, un ranchito, era de todo; cuando cayó el aguacero corrimos a ese lugar, ahí estaba la persona que vendía los terrenos de apellido Gil, (...) insistía y le decía yo, como quiere que compre, vea usted donde me voy a vivir, vea es pura agua, y afortunadamente esta proporción de tierra (señalando su propiedad) era una lomita. Le digo todavía como ese -su propio terreno- me dijo, ándele, si quiere ese es suyo.3

De ahí que se considere que a los habitantes asentados en el ex lago les correspondió hacer las últimas tareas de desecación del lago, contribuir a la transformación del suelo en urbano, y con ello iniciar la habitabilidad en el territorio.4

La imagen del área urbana contrastaba con la que sus pobladores tenían de su pueblo o de la Ciudad de México recién conocida. En los terrenos del ex lago se tuvieron que nivelar las pequeñas elevaciones naturales; las zanjas eran profundas, por lo que los habitantes tuvieron que rellenarlas, trayendo de otros lugares piedra y tierra para que se nivelara el terreno; el aplanado era también un paso previo a la construcción de la primera vivienda; se hacían zanjas para conducir el agua a áreas más bajas, se nivelaba y rellenaba para construir sobre terreno firme, o se hacían altos cimientos con la perspectiva de elevar la "altura" de la casa ante los hundimientos.

El proceso de desecación de la cuenca se "concluía" con esas pequeñas obras, de ahí que "la transformación del suelo; las obras sobre el territorio fueron la base para ocupar un pedazo de territorio nacido del ex lago".

Las diversas modificaciones al terreno que realizaron los pobladores se ejemplifican con parte de la información obtenida en el estudio de campo, en éste se encontró que la práctica más común de intervención en el territorio fue la de rellenar, con tierra, piedra o tepetate su terreno en un 74%. Casi todas las tareas realizadas al terreno tenían que ver con la cuestión de evitar inundaciones, es decir, fue reiterada y constante la experiencia de intervenir el territorio transformándolo y construyéndolo desde su base.

Para la obtención de energía eléctrica, se organizaron de manera similar, la luz era traída de lugares o colonias cercanas; los pobladores colocaban polines para conducir la energía eléctrica de las colonias vecinas. Dicha práctica, mejor conocida como colgarse o poner un "diablito", se generalizó. Al respecto, el señor Ángel Ramírez señaló que él fue el encargado de este servicio cuando llegó a Nezahualcóyotl. Precisa que al dirigirse a la compañía de luz, le señalaron cómo debía manejar la corriente eléctrica de un transformador que tenía cerca de su vivienda.

Me dijeron, que el transformador tiene tres fases, usted pone una solera con hartos agujeros y en cada uno se agarra una persona, para que queden todos iguales y no tenga desbalanceamiento el transformador. Entonces, como sabía que eso no era posible porque la gente tenía que subir y meter la mano. Se ideó con el tablero, a una cuadra del transformador se bajaron las tres fases, se llevó a un tablero, o sea un palo que se enterraba, una viga. Se hizo una cajita en donde se ponían muchos tapones de luz, cada tapón era una casa; y así la luz era pareja al llegar y nada más tapones quedaban. Si había 20 -tapones-de un lado, 20 del otro, otra caja, que estaban alrededor del transformador en las calles adyacentes. Así nacieron las famosas Telarañas.5

Lo anterior también se puede ejemplificar con la información obtenida en la encuesta elaborada, de donde se obtiene que el 63% de los entrevistados señaló que obtenían la energía eléctrica de colonias vecinas, es decir, se la robaban, y sólo el 19% señaló que la iluminación la obtenían de medios como: velas, veladoras, lámparas de gasolina, petróleo o aceite. Trabajos similares se realizaron en la búsqueda de obtención del servicio de drenaje. La señora Victoria Mondragón señala su participación en la preparación del suelo para obtener este servicio.

La señora, la presidenta la que organizaba la venta (de los terrenos), la que me trajo aquí -decía- hay que hacer faenas, hay que hacer zanjas para los tubos del drenaje, hay que acarrear los tubos. Yo venía sola a hacer las faenas, porque mí esposo tenía que trabajar; era hacer los hoyos. Yo le lloraba mucho, todavía me acuerdo y siento feo de cómo llegamos aquí. Hacer los hoyos, traer los tubos para ayudarlos a acomodar para que tuviéramos drenaje -traíamos el material- de la casa de la señora porque ahí llegaba todo el material, de aquí a unas cinco cuadras para adentro. (...) en medio del lodazal, ya nos caíamos, ya nos levantábamos.6

La participación de la señora en la perforación de cepas y tendido de tubería, dibujó en su rostro, el día de la entrevista, una expresión de asombró y de incredulidad sobre lo que ella hizo durante casi tres meses. Ahora se asombra de las condiciones en que se fue a vivir al área del ex lago. Los pobladores intervinieron en prácticamente todas las obras urbanas básicas: el relleno del terreno, obras de drenaje, electricidad, pozos de agua, guarniciones, y construcción de algunas calles y avenidas.

La posibilidad de tener una "casa" y progresar, fue parte de lo que motivó a esa población a arriesgar su seguridad y salud para construir su vida en un territorio inestable e inseguro como lo era el terreno del ex lago. De Texcoco... El señor Ángel Ramírez señaló:

Yo tenía un tallercito en el D. F. (Distrito Federal) de talabartería, y le dije yo al señor -que vendía los terrenos- que quería varios terrenos, para mí y mis empleados, yo tenía la idea de que los muchachos -sus trabajadores- se hicieran de algo, porque en realidad yo veía que donde trabajábamos éramos un cero a la izquierda.7

El origen de los pobladores era de los estados de la República cercanos al Distrito Federal (D. F.), su paso por esta última entidad y su carga cultural rural fueron parte de los elementos con los que llegaron al nuevo territorio. En contraste, encontraron en el lecho del ex lago, un suelo inerte y estéril, diferente al que ellos conocían, ya que carecían de los servicios urbanos básicos en comparación con los que poseía la ciudad que ellos empezaban a conocer. Sin embargo, la decisión de quedarse en el ex lago nos remite al peso que tenían las necesidades de aquéllos.

El trabajo, el esfuerzo colectivo, la necesidad de mejores condiciones de habitación y las aspiraciones de mejorar su entorno fueron parte de las motivaciones que los llevaron a intervenir en el territorio del ex lago. Ello implicó la extensión de la jornada de trabajo de algunos miembros de la familia; en los días de descanso o posteriormente a la jornada de trabajo cotidiano, la población asistía a hacer labores a su terreno a fin de tomar posesión de él. Tuvieron que ahorrar y trabajar para cubrir el pago del terreno y esperar a que la colonia se consolidara; tenían la certeza de que en su condición de migrantes, colonos urbanos y trabajadores asalariados, no tenían muchas opciones para elegir donde vivir. De esta manera, la construcción de su vivienda y calle representó la escala más pequeña de producción del espacio urbano, y fueron principalmente los colonos quienes se encargaron de su construcción y mantenimiento.

Un elemento social que tuvo particular importancia en la construcción del espacio fue la religiosidad. Las iglesias se empezaron a construir con materiales de desecho, sobre una barda o sobre un pulpito improvisado. El sacerdote llegaba ex profeso a ejecutar ciertos oficios religiosos como bautizos o primeras comuniones masivos. Eran lugares de encuentro en donde sus aspiraciones se reforzaban y socializaba la idea de que mejoraría la situación de carencia en que vivían. Un hecho que ilustra la construcción de estos espacios de espiritualidad lo representa la primera comunión de 100 niños y niñas de los fundadores de la colonia Virgencitas, en la que el señor Raúl Romero Erazo, fraccionador de la colonia México en 1945, fue el padrino; sin la iglesia (la construcción), sin recursos, pero con creencias, los pobladores celebraron su encuentro religioso.

Estas acciones representaron una forma particular de organización de los habitantes, organización inmediata y voluntaria, nacida de sus códigos espirituales comunes, de su necesidad de depositar su esperanza en un ser superior, y en la búsqueda de construir una identidad colectiva y nuevos significados de pertenencia y cohesión.8 No sólo se vieron en la necesidad de la construcción del inmueble, sino en la construcción de un imaginario común, con un santo patrón que identificará su iglesia, su colonia o calle.

La escala de producción del espacio se amplió, de la vivienda y calle, se pasó a la construcción de la colonia y localidad, la construcción de avenidas principales, mercados, escuelas e iglesias fue ampliando los espacios comunes de tránsito, los lugares representativos de la colonia y las sedes de poder civil y religioso de una localidad.

A partir de este contexto, de las condiciones concretas en que vivían, los colonos comenzaron a trabajar y construir nuevas pertenencias, objetivos futuros e identidades. El señor Rosales menciona que:

Fueron los maestros los que empezaron a pelear por separarse de Chimalhuacán, luego se les unieron los colonos, los comerciantes y los fraccionadores, quienes uniendo sus fuerzas lograron la creación del municipio, por eso se le puso a la plaza del municipio, Unión de Fuerzas.9

Así, con la creación legal del municipio de Nezahualcóyotl (1963), se construía una entidad propia, y un ejemplo excepcional del proceso de urbanización de la Ciudad de México. Con ello se reconocían a sí mismos, se asignaba un estatus político a los grupos de poder creados entre los colonos, a la vez que se diferenciaban de otros asentamientos, consolidando así su vivienda, colonia, localidad y creando un nuevo espacio, esta vez con límites municipales.

No quiere decir que la creación del municipio de Nezahualcóyotl no haya sido una decisión política que obedecía a una circunstancia social y donde los más beneficiados económicamente no hayan sido los fraccionadores, sino que los pobladores participaron en la construcción de su espacio a escala municipal, lo promovieron, organizaron y celebraron. Por su parte, los pobladores de la V zona no lo vivieron de la misma manera, ya que tuvieron que incorporarse al municipio de Ecatepec.

De esta manera, la propuesta de la producción del espacio la observamos configurada a partir de las motivaciones, esfuerzos, pertenencias e identidades que los colonos tuvieron y por las que construyeron su vivienda, los espacios de servicios públicos, las áreas espirituales de sus colonias y su propio municipio.

 

DETERMINANTES PARA LA CONSOLIDACIÓN DEL ESPACIO

Como se mencionó, la consolidación del área de estudio se presentó a partir de la regularización de la propiedad del suelo, la construcción de la vivienda permanente, la construcción de vialidades, la gestión y construcción de obras públicas, la reestructuración de los equipamientos comerciales y de servicios, la socialización de nuevas tecnologías y la incorporación de nuevos transportes que integraron el área de estudio a la Ciudad de México. Durante la etapa de consolidación se vivieron nuevas subjetividades; en las prácticas, percepciones e imaginarios de los pobladores tuvieron mucho peso los factores económicos, políticos y sociales externos a la dinámica local.

Las viviendas comenzaron su construcción definitiva a partir de la regularización; antes de que los colonos tuvieran la propiedad del suelo, la gran mayoría de las viviendas eran de tabique y cemento, madera o de materiales de desecho y de un solo nivel. De manera que antes de la regularización la imagen urbana del ex lago se observaba como una amplia área de muros de tabiques. A partir de los grandes programas de regularización del suelo, PRIZO (1972), FINEZA (1973) y Plan Sagitario (1976), la construcción de la vivienda permanente se incrementó.

Por otro lado, una de las primeras acciones que realizaron los pobladores para mejorar los servicios públicos fue pedir el apoyo a los ayuntamientos para obtener la red de agua potable, drenaje, banquetas y pavimentación; servicios en los que participaron aportando sus recursos.10 Una vez con el reconocimiento formal de las colonias por parte del municipio, los pobladores a través del consejo de colaboración, el delegado o de manera independiente, buscaron gestionar e iniciar los servicios básicos en sus colonias. La respuesta que se dio a esa petición fue la planeación y obtención de servicios bajo un esquema tripartita en el que participaban, el ayuntamiento, el gobierno del estado y los colonos.11 En muchas de las ocasiones el costo total de la obra fue cubierto por los pobladores, así lo señalan los convenios firmados por algunas de las colonias como en la Estrella, Jardines del Tepeyac, Melchor Múzquiz, Sagitario, Benito Juárez y Estado de México. En el convenio celebrado para la colonia Melchor Múzquiz la cláusula sexta señalaba que:

El costo total de la obra será financiada con las aportaciones que hagan los vecinos, dicha aportaciones deberán entregarse a la Tesorería del "CONSEJO", la cual las remitirá de inmediato a la Tesorería Municipal para que se les entregue el recibo oficial de entero a dicha Dependencia para que a su vez "EL AYUNTAMIENTO" disponga de los recursos económicos para cubrir los pagos a la "CONSTRUCTORA" de acuerdo con los avances de la obra que realiza (Ayuntamiento, 1983-1984).

De acuerdo con este esquema, muchas calles se vieron asfaltadas, creando así una red de vialidades secundarias que permitieron hacer más intensos los desplazamientos internos.

Así, la regularización de la propiedad del suelo, la construcción de la vivienda permanente, y la gestión y construcción de obras públicas, condujeron a la consolidación del espacio circundante a la vivienda, el espacio de la colonia; y con ello se preparaba la integración del área a la Ciudad de México.

En esta dinámica, las prácticas que hacían más evidentes las transformaciones del espacio local serían las realizadas a la estructura urbana, y rehabilitación y pavimentación de algunas principales avenidas, como es el caso de la avenida central en la V zona y la cuarta avenida en Nezahualcóyotl. Cuando se intervino en estas vialidades, se adquirió una dinámica económica diferente, a su área circunvecina, la primera facilitó el desplazamiento y comercialización de los productos y servicios que se ofrecían en el centro comercial Plaza Aragón, al final de la avenida central, a principios de la década de los ochenta; y la segunda, pavimentada a raíz del evento deportivo de fútbol de México 86, donde el Estadio Neza fue sede del mundial, lo cual estableció las condiciones estructurales necesarias para reactivar la economía de un área lejana del centro de Nezahualcóyotl. La señora Georgina Juárez precisa sobre la pavimentación de la cuarta avenida:

El estadio vino a generar más movimiento y alrededor de ellos pusieron infraestructura comercial; necesitó de vialidades de salida principales, para la gente que venía del Distrito Federal a ver los partidos del mundial, (...) por eso nos pusieron la cuarta avenida bonita hasta el estadio.12

Junto con las vialidades en la década de los ochenta, llegó la renovación del sistema de transporte. Los típicos camiones chimecos se fueron cambiando paulatinamente por unidades pequeñas, primero los peseros y posteriormente los microbuses; grandes flotillas de este tipo de transporte existieron en la década de los ochenta y noventa. Estos nuevos transportes, si bien obedecían a una nueva circunstancia de las colonias, se sucedieron como expresión de la dinámica económica que se vivía en la ciudad y en el país. El fomento de los transportes pequeños como las peseras y microbuses, benefició particularmente a la industria automotriz, y sirvió como válvula de escape al grave problema del desempleo que se vivía en la ciudad, y que se agudizaba en el área del ex lago. El señor Esteban Juárez comparte algunos recuerdos sobre el transporte.

Yo era servidor público de transporte, ya sabía como se manejaban aquí, porque siempre (los transportes) traían dos o cuatro cementeros y le echaban montón a uno, y mejor callarse, no hacer problema porque de lo contrario salía uno perjudicado. Las peseras empezaron hace 30 o 32 años, luego hace como 15 años que comenzaron a meterse los microbuseros, ya tenían más cupo, y ya fue el retiro de las unidades de los chimecos, rafles, los azules.13

Las nuevas condiciones infraestructurales del área trajeron consigo una reactivación de la actividad económica comercial y de servicios. En los últimos 20 años en los dos municipios donde se involucra el área en estudio, la actividad comercial se duplicó y cuadruplicó, de 1980 a 1999 la actividad comercial de Ecatepec pasó de 6 207 a 25 668 establecimientos; y en Nezahualcóyotl de 11 781 a 22 410 unidades comerciales; alcanzando su nivel más alto de 1988 a 1993, años en los que se observó un mayor crecimiento de establecimientos comerciales,14 los cuales continúan incrementándose.

Este comportamiento de la actividad comercial ha repercutido en una tendencia de cambio de uso de suelo de habitacional a comercial en las principales avenidas del área en estudio; aquí es donde se establece el comercio globalizado y las franquicias. Las plazas comerciales entraron en funcionamiento a fines de la década de los setenta y principios de los ochenta: Plaza Aragón (ca. 1979), Plaza Neza (ca. 1983), Multiplaza (ca. 1986) y Center Plaza en 1993.15 Éstos y otros comercios se localizan en las principales avenidas, como las avenidas: Central, Chimalhuacán, Pantitlán y López Mateos.16

Además, el origen lineal de la traza urbana favoreció una intensa actividad comercial. En las principales avenidas se abrieron accesorias que dieron origen a comercios de todo tipo; en Avenida Chimalhuacán, en Nezahualcóyotl, en todo su recorrido de oriente-poniente se puede observar una continuidad de cortinas metálicas, de comercios y establecimientos de servicios, que nos hablan de la transformación de avenidas cuyo uso cambió de habitacional a comercial.

Es destacable que ambos municipios son considerados con población con bajo poder adquisitivo, que sólo en ocasiones van a hacer compras de despensa y a distraerse, ya que su ingreso no les permite consumir alimentos a precio de las cadenas comerciales o hacer la despensa semanal, porque van al día.17 La existencia de los centros comerciales en la localidad no quiere decir que la mayoría de la población acuda a él, de ahí el abandono de centros comerciales como el Center Plaza que ocupa la mitad de su área comercial a más de diez años de su apertura.

Los espacios creados en los centros comerciales y plazas son de propiedad privada, pero tienen un uso público; se da así una aparente indeterminación entre espacios públicos y privados, que no es tal, porque el espacio privado potencializa su uso ofreciéndolo para el uso colectivo en la búsqueda de ganancia. Los espacios de propiedad privada destinados para consumo comercial o de servicios, son lugares de contacto con la globalización y postmodernidad.

Estos centros comerciales incorporan a la población a una nueva dinámica de consumo, crean espacios de interacciones y nuevas identidades. Los antiguos espacios comunes, en las calles, lotes baldíos y lugares momentáneos de reunión, se cambian por los espacios privados de las plazas comerciales; asistiendo a cualquiera de ellos se crean identidades, pero se entra y sale sin dificultad.

La convivencia con los nuevos espacios comerciales y de esparcimiento incorpora nuevos patrones de comportamiento, modas, valores, normas y expresiones culturales, que conviven con las existentes en sus espacios de uso cotidiano. Resultado de este proceso de aculturación de los formas de vida anteriores con las que trae consigo la globalización y postmodernidad, se hace presente una hibridación en términos culturales (Amábilis, 1993; García Canclini, 2003).

No quiere decir que toda la población que asiste a los centros comerciales haya elevado su nivel de vida y bienestar, sino que estos lugares se presentan como espacios con nuevos roles e identidades, sus asistentes buscan acercarse a las expresiones de modernidad de su ciudad y el mundo. Son expresión de relativismo cultural, homogeneidad de valores e hibridismo cultural de las nuevas genera-ciones; son espacios a los que todos podemos acceder, transitar y consumir.18 Los espacios de consumo se integran a las calles y espacios de interacción cotidianos de la población del área en estudio.

Esta dinámica de la economía local repercutió en la consolidación del área en estudio. Junto a ésta hubo una reestructuración de rutas de transporte, la movilidad al interior del área en estudio se hizo más intensa, y se configuraron nuevos espacios comerciales y sociales. Los desplazamientos para realizar compras y diversión ya no se hicieron hacia el D. F., se comenzaron a realizar a una escala local.

Otro de los elementos que incidieron en la consolidación local y municipal, fueron las comunicaciones electrónicas. En los ochenta, parte de la comunicación se hacía por correo, sólo algunos colonos y comercios poseían teléfono, y el medio de comunicación masivo era la televisión.

Este medio jugó un papel importante en la formación y consolidación del área urbana, representó el contacto con la cultura de la ciudad; a través de programas musicales, noticieros o telenovelas, los pobladores rurales se incorporaron a una cultura citadina, y poco a poco, fueron homogeneizando y consolidando nuevos valores en el área conurbada a la ciudad.

El tiempo transcurrido frente al televisor debió ser tiempo que les ayudó a los pobladores a fugarse momentáneamente de su realidad, incorporarse a una vida moderna como la de la ciudad capital, entretenerse frente a la carencia de oportunidades para el aprovechamiento del tiempo libre, a la vez que les ayudaba a soportar las condiciones de precariedad en las que habitaban. Este consumo televisivo se generalizó en la década de los setenta, pero en las últimas décadas ha ayudado a evidenciar los problemas de las zonas del ex lago y los del D. F.; la política pública, las obras, las carencias y emergencias urbanas se conocen y socializan a través de la televisión. Actualmente el televisor está presente en la mayoría de las viviendas, sólo en Nezahualcóyotl, a finales de los años noventa, el 85.2% de la población poseía televisor, ya fuera a color o blanco y negro (Universidad, 1998).

Por otro lado, la comunicación telefónica se hizo más intensa a partir de la venta de Teléfonos de México a la iniciativa privada (1990) y de la incorporación de nuevas compañías que ofrecen servicios telefónicos de larga distancia (1997).19 Posteriormente la telefonía celular abriría nuevos 'espacios verticales', diría Milton Santos (1996), y contribuiría a la consolidación del área apoyando las actividades económicas y sociales, a la vez de vincular a la población con cualquier parte del país y el mundo. En el área en estudio el servicio telefónico se generalizó en la década de los ochenta, en 1998 el 63.8% de la población del municipio de Nezahualcóyotl, ya poseía teléfono particular y el 4.7% tenía teléfono celular (Universidad, 1998).

Es hasta los años noventa cuando el uso de la computadora y los servicios automatizados se observaron en los establecimientos de comercio, servicio, administración pública y centros escolares. La automatización en estos lugares disminuyó los tiempos de realización de actividades, redujo el número de personas en las tareas asignadas y agilizó los procesos productivos. No fue necesario asistir a los centros administrativos gubernamentales de la cabecera municipal para pagar algún servicio público, sino hacerlo en unidades receptoras computarizadas; los bancos acortaron los desplazamientos que se hacían a centros bancarios en el D. F.; la tecnología de computación incidió en un mejor aprovechamiento de los procesos de aprendizaje en escuelas y diversos centros de estudio; y en general se agilizaron, diversificaron y mejoraron muchas actividades de la vida cotidiana de la población.

Tras los sistemas computarizados, el internet reforzó los cambios que se venían dando en la ciudad; si bien el área en estudio no se considera un nodo de comunicación mundial, en ella existe una urdimbre de conexiones individuales enlazadas vía satélite hacia determinados nodos electrónicos que forman parte de la red mundial. La Ciudad de México es un espacio nodal de comunicación electrónica desde donde se conecta un individuo de Nezahualcóyotl o Ecatepec a cualquier parte del mundo. La popularización del internet en el área en estudio se dio a partir del 2000 (Georgina Flores, 2002), a través de establecimientos que ofrecían el servicio de conexión, en la que se conectan las redes individuales a la ciudad y a cualquier país.

De la encuesta realizada, el 26% manifestó que en su vivienda sí existe una computadora, aunque sólo el 4% señaló que poseía los servicios de internet en casa. Asimismo, el 21% indicó que algún miembro de la familia utilizaba los servicios de internet público mejor conocido como cibernet.

Pese a las nuevas tecnologías, servicios públicos más ágiles y comercios de calidad mundial, los pobladores siguen viviendo en la desigualdad en la que se formó su espacio urbano. Aun comunicados con la red, como en cualquier parte del mundo, sigue existiendo población que no sabe leer y escribir, que sólo habla lengua indígena y que sigue incomunicada; aun frente a esta nueva era de la información (Borja y Castells, 1998), no toda la población tiene acceso a ella, ya sea por su bajo poder adquisitivo o porque no poseen la preparación escolar para vislumbrar las posibilidades que ella conlleva.

De esta manera, la construcción de vialidades, la reestructuración de los equipamientos comerciales y de servicios, la incorporación de nuevos transportes y la socialización de nuevas tecnologías, contribuyeron a incorporar las áreas del ex lago a la ciudad y, junto a ello, la incorporación de ambas a la dinámica mundial. Junto a este proceso de consolidación existen otros elementos que muestran pertenencias e imaginarios que significan el espacio.

En la encuesta realizada se obtuvo que el lugar más significativo para la población se localiza a escala local, el lugar más significativo e importante para los pobladores fue la sede de gobierno municipal con un 28%, ya que es un espacio no sólo de poderes, sino de vinculación, encuentro y en no pocas ocasiones de solución de problemas. Es un espacio significativo, porque ese lugar representa su fuerza social. El señor Eugenio Rosales señaló que la Plaza Unión de Fuerzas en Nezahualcóyotl representa la fuerza y deseo que tuvieron los fundadores por erigirse como municipio independiente.20

En relación con las pertenencias de los pobladores, la mayoría de los encuestados se asumen como pertenecientes al Estado de México en un 30%; en un 48% sabe que pertenece a su municipio y que ha establecido con la ciudad una relación funcional, laboral, escolar y de esparcimiento.

La población con su dinámica cotidiana, vive, convive, transitan, se beneficia con las posibilidades que les da vivir cerca del centro de la ciudad, pero se sabe lejos de los beneficios que otorga vivir en el D. F. El señor Guillermo E. Rojas comenta sobre la pertenencia al territorio:

Yo soy del Estado de México, municipio de Ecatepec, (...) nosotros estamos más al Distrito Federal que al Estado, aquí ya tenemos todo, pero con deficiencias, tenemos teléfono, luz, drenaje, pavimento, hay vigilancia, transporte, tenemos todo. En el Distrito tienen todo también, pero más barato (...) es lo mismo aquí que allá.21

La relación con la Ciudad de México sigue pesando debido a que a ella se entra y sale, se usa y se hace referencia de ella, se identifica y significa, pero teniendo presente que no se pertenece a esa entidad. El señor Esteban Juárez señala:

Ya nos sentimos bien, a pesar de que vamos y venimos como si fuera la ciudad un hotel, pero somos muy trabajadores los de Nezahualcóyotl, y no nos avergonzamos (...), del Estado de México.22

Cabe señalar que esta relación con la ciudad se hace más intensa cuando se toman acciones y decisiones que involucran a los municipios conurbados, como ha sido el caso de la inseguridad, para darle alternativas metropolitanas a una ciudad que desborda su área urbana en más de una entidad federativa. La población sabe y reconoce su pertenencia a su municipio, pero presiona para que se tomen decisiones que los beneficien, de ahí una de las recientes demandas de los pobladores del oriente de la ciudad de exigir que el Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro, llegué a los municipios de Nezahualcóyotl, Chalco, Ixtapaluca, La Paz, Valle de Chalco, Texcoco y Chimalhuacán.23

De esta manera, los pobladores de las zonas del ex lago utilizan, se benefician y exigen ser incorporados en las políticas urbanas del D. F. como si la ciudad fuera una unidad político-administrativa. El propio proceso urbano conlleva a la integración funcional, momentánea, del D. F. y el área de estudio, sin embargo, ésta no ha dejado de ser un espacio urbano periférico al Distrito Federal.

Las pertenencias creadas por los pobladores en su localidad son determinadas por el propio proceso de urbanización. La población que vivió el proceso de autoconstrucción de su vivienda y de urbanización de su colonia no desea cambiarse del lugar de residencia aunque tuviera las posibilidades para hacerlo, porque ve materializados sus deseos y esfuerzos en su vivienda; no dejan su vivienda y su lugar de vida a pesar de los grandes problemas urbanos a los que se enfrenta. Los motivos por los que no cambiarían su casa son significativos, en la encuesta se encontró que los motivos del no cambio tienen que ver con la costumbre (32%); porque la casa fue construida a gusto de la persona que la habita (22%); porque le costó trabajo construirla (18%); por los recuerdos (12%), o simplemente porque ahí es feliz (7%). Las razones para no cambiarse tienen que ver con la pertenencia que se generó en el lugar construido por ellos. El que sobresalgan los motivos afectivos para el no cambio de la vivienda le da un carácter significativo a ese espacio. La señora María Flores al cuestionársele sobre su sentir para con su colonia comentó:

Mucha gente dice que mi pueblo, que esto que lo otro, y yo siempre he sentido que donde vive uno eso es su colonia, su pueblo, lo que sea, a eso le tiene uno respeto, porque lo esta mirando a uno constantemente, está mirando la colonia y está uno contento.24

De ahí la importancia que tiene la vivienda particular en el área en estudio. La vivienda representa el espacio donde se reproducen y mantienen los esfuerzos, las alegrías, las aspiraciones y las necesidades familiares. La vivienda se pensaba como el lugar de la familia y para la familia, era el lugar donde se depositaron todos los esfuerzos y recursos a fin de poseer un patrimonio. La vivienda fue concebida como patrimonio familiar y es de esperarse que se cuide y quiera, más cuando se construyó por todos, por la familia. El señor Guillermo E. Rojas comenta cómo soñó su vivienda:

La soñé normal, con suficientes viviendas para mi familia. (...) de acuerdo con la familia que procreé, tener casa para todos era el proyecto que yo tenía, pero en la vida real no se puede.25

Reforzando la idea de que ellos construyen su espacio, es significativo el cómo imaginan los pobladores, en el futuro, su entorno, su vivienda y localidad. Los pobladores encuestados señalaron, que imaginan su colonia y localidad "mejor, más préspera y con todos los servicios" en un 33%, el 10% considera que será "más complicado, difícil y conflictivo"; y sólo 6% considera que será "como en el D. F., con servicios y comercio". Nuevamente los deseos de prosperidad y mejoría de las colonias serán los motivantes para continuar viviendo en el área urbana surgida del ex lago de Texcoco.

Los espacios creados por los pobladores, en los que todos se identifican, parten del esfuerzo, trabajo y convivencia invertido en ellos. Trabajo al intervenir en el territorio y hacerlo habitable, al construir su vivienda, al instalar servicios públicos básicos, al gestionar la infraestructura y equipamientos, al demandar la regularización de la tenencia de la tierra, al habitarlos, permanecer en ellos, crearse espacios de comunión religiosa, y convivir con nuevos lugares de comercio y servicio. Los pobladores se identifican por su deseo de tener un patrimonio, aspirar al progreso, imaginar una vida mejor para sus hijos e imaginarse diferentes; con ello pasan de la vivienda y la calle, a la ciudad y al mundo.

Las identidades en sus espacios cotidianos se refuerzan y mantienen, se identifican con sus espacios locales y, junto a ello, no tienen dificultad para incorporarse a los espacios comerciales y de servicios que la dinámica económica lleva a su localidad, donde se vive al ritmo de la Ciudad de México, y se ven beneficiados con la dinámica global e innovación tecnológica que llega a ella. De esta manera, se observan pertenencias locales y nuevos lugares de convivencia propios de la postmodernidad.

 

CONCLUSIÓN

El análisis del proceso de transformación de los terrenos del ex lago en suelo urbano, llámese vivienda, calle, colonia y municipio, nos permitió conocer las motivaciones, contextos y carencias de quienes vivieron esa construcción y, con ello, identificar un espacio urbano con características específicas, pero que vivió y vive dentro de la dinámica de la Ciudad de México y del mundo.

La vieja geografía se configuró durante el proceso de construcción de la vivienda y la localidad, durante los primeros asentamientos irregulares y la conformación de la estructura urbana. El inicio de una nueva geografía comenzó cuando la dinámica económica y de consumo insertó a la población local en los procesos de globalización en los que la propagación de 'ciertos' procesos, conceptos, normas y valores culturales, coexisten con las cotidianidades, esfuerzos y posibilidades de convivencia y desarrollo local.

Tanto en la etapa de la formación como en la de consolidación, la población experimenta y observa prácticas que modifican su espacio; en función de esas experiencias genera pertenencias religiosas, políticas o sociales con sus espacios; a la vez que van definiendo el espacio que a futuro desean, su espacio imaginado. Las motivaciones, deseos esfuerzos, percepciones e imaginarios de la población asentada en el área del ex lago permite definir ese espacio socialmente construido.

La integración del área urbana del ex lago a la Ciudad de México fue resultado de un largo proceso de incentivar la propiedad privada, la densidad poblacional y la redistribución del de la actividad comercial. En ese proceso, los pobladores entrevistados se perciben integrados a la ciudad, y en cierta manera al mundo, usando su estructura urbana, sus comunicaciones y servicios, accediendo de manera inmediata a la tecnología, gozando de similares productos y servicios; sin embargo, siguen viviendo en la periferia, se perciben citadinos, modernos y consumidores, pero se reconocen con una dinámica local, carencias e identidad propia.

En el área de estudio, en puntos diseminados sobre el territorio, se observa parte de los procesos, objetos, conceptos y sujetos propios de la cultura postmoderna, que configuran una nueva espacialidad, espacios con características pertenecientes a la postmodernidad, pero desiguales, propios de la cotidianidad desigual en la que les tocó vivir.

 

NOTAS:

1 Cuando Hiernaux y Lindón hablan de la construcción social del espacio, se están refiriendo a las interacciones (subjetividades) compartidas por los sujetos en la construcción de su micro-sociedad, a partir de sus interacciones y vivencias, señalan:

La construcción social (...) supone partir de la concepción de que los (habitantes) han ido construyendo una microsociedad y un territorio con las concepciones del mundo que traían cuando llegaron, pero que también han seguido reconstruyendo a partir de la interacción de unos y otros, por el hecho de apropiarse unos de las ideas de los otros y viceversa, en ese proceso siempre en curso por el cual las ideas, las concepciones del mundo, los sentidos se van entrelazando para constituir un acervo de conocimiento compartido, al menos parcialmente. Ese proceso se ejerce en cada instante, en cada relación cara a cara, por más banal que sea (Hiernaux y Lindón, 2000:21).

Se refieren a la construcción subjetiva del espacio de sólo uno de los actores que participan en dicho proceso.

2  El área de estudio por nacer del lago de Texcoco, era un lago salado, sería un Tequixquitlalli que quiere decir tierra donde se hace el salitre. En esta área, "en tiempo de secas, estas sales afloraban a la superficie y formaban costras que contiene 81% de sales, entre las que sobresale el carbonato de sodio, Na2 CO3, con 45%, y el cloruro de sodio, NaCl, con 34 por ciento" (Garritz y Chamizo, 2000:17).

3 Ángel Ramírez, entrevista dirigida, Nezahualcóyotl, 12 de septiembre del 2002.

4 La habitabilidad tiene que ver con "las formas de habitar en una época y en un espacio determinado" (Ayala, 1999:13); no necesariamente son las tareas para hacer agradable un espacio, sino la forma de vivir en el territorio. La habitabilidad en la ciudad debe considerar:

1. La adecuada reproducción de quienes la habitan, al proporcionar espacios para el desarrollo de actividades vitales. 2. El pleno desarrollo de las actividades, sean éstas de tipo económico, social, cultural o de vida política. 3. Una franca relación entre habitantes, a partir de espacios que coadyuven a lograr esa interrelación no sólo de forma ocasional, sino de manera perdurable. 4. La relación con el medio ambiente al mismo tiempo de su disfrute. 5. Proteger a sus habitantes de la ocurrencia de accidentes naturales. 6. Un territorio socialmente seguro que permita a sus habitantes la realización de sus actividades sin presiones de ninguna especie. 7. Conservar su memoria histórica, a partir de dar lugar a una relación entre habitantes y lo construido por generaciones que existieron en el pasado (Sánchez, 1999:484).

5 Ángel Ramírez, entrevista citada.

6 Victoria Mondragón, entrevista dirigida, Ecatepec de Morelos, 24 de junio del 2003.

7 Ángel Ramírez, entrevista citada.

8 Para 1970 la población tanto de Nezahualcóyotl como de Ecatepec practicaban en un 97% la religión católica según el IX Censo General de Población; de ahí la necesidad colectiva de un espacio para la práctica religiosa.

9 Eugenio Rosales, entrevista dirigida, Nezahualcóyotl, 23 de agosto del 2002.

10  La ley de Cooperación de Obras que data de los años sesenta fomentaba la participación de los pobladores en la resolución de los problemas de obras y servicios urbanos, sin embargo, es hasta después de la regularización cuando los pobladores pueden apegarse a ella para mejorar su hábitat. En diciembre de 1959 la legislatura del estado expide la Ley de Cooperación, con base en ella, y observando la problemática urbana del área, el gobernador Gustavo Baz expide un acuerdo en 1960, en el que se determinaba que fueran realizadas las obras de ampliación del sistema de agua potable, drenaje y alcantarillado mediante el sistema de cooperación; de ahí se creó un consejo de cooperadores como organismo tripartita entre fraccionadores, colonos y el gobierno para la realización de las obras urbanas; esto viene a ser un antecedente para la participación de los pobladores en la construcción de obras y servicios urbanos.

11 El proceso fue el siguiente, primero se enviaba la petición al Ayuntamiento de parte del consejo de colaboración, el Ayuntamiento aprobaba la solicitud y se encargaba de hacer los proyectos arquitectónicos, licitación de la obra y servir de aval en la realización de las mismas. En ocasiones el Ayuntamiento apoyaba económicamente la realización de la obra, pero siempre se especificaba en el CONVENIO DE OBRAS PÚBLICAS, celebrado entre el consejo de colaboración, el representante del Ayuntamiento y la empresa constructora, quien se encargaría de pagarla.

12 Georgina Juárez, entrevista dirigida, Nezahualcóyotl, 31 de septiembre del 2002.

13 Esteban Juárez, entrevista dirigida, Nezahualóyotl, 31 de agosto del 2002.

14 La información que se maneja sobre actividades productivas involucra la actividad comercial y de servicios de los municipios de Ecatepec y Nezhualcóyotl, ya que no existen datos referentes a la V zona de Ecatepec, INEGI, 1981; INEGI, 1986; INEGI, 1989; INEGI, 1994, e INEGI, 1999.

15 Cabe señalar que los primeros autoservicios en el área de estudio aparecieron bajo la figura de tiendas CONASUPO, tienda abastecedora de mercancías a colonias populares. En 1975 el gobierno del estado autoriza a los Ayuntamientos de Ecatepec y Nezahualcóyotl ceder terrenos para Distribuidora Conasupo Metropolitana S.A. (DICOMESA), a fin de establecer centros de autoservicios comerciales en las colonias San Agustín y Vicente Villada; la primera ubicada en la V zona y la segunda en Nezahualcóyotl (GGEM,19 agosto de 1975; Ayuntamiento de Ecatepec, 1973-1993).

16 Guglielmo al analizar los centros comerciales comenta que:

Esta concentración de los establecimientos y de las empresas aparece acompañada de una forma nueva de agrupación, que responde a la vez a los aspectos nuevos de la repartición geográfica del consumo, a los progresos de los medios de transporte individuales y, en el mejor de los casos, a una preocupación estética urbana: el centro comercial, que respecto de las extensiones y dimensiones urbanas actuales equivale a lo que la "calle comercial" representaba respecto de las del pasado (Guglielmo, 1966:291).

17 La función de centro de interacción de un centro comercial se refuerza cuando a esos espacios se les añaden jardineras, bancas, juegos, espacios para la degustación y el entretenimiento; así esos espacios ofrecen áreas de juegos mecánicos, áreas de descanso, espacios para la contemplación de la naturaleza, áreas musicales y espacio para el consumo de alimentos.

18 En esos espacios se homogenizan los horarios a las actividades comerciales internacionales; se asumen las 'normas' de calidad internacional como estándares de producción y servicio; se crean organismos o entidades de supervisión de la salud, alimentación o derechos humanos; y se difunden usos, productos y principios como aspiración mundial. Cabe precisar que esta tendencia hace evidente la presencia de una nueva expresión cultural mundializada, lo cual no significa que la población en su totalidad se encuentre inserta en esas manifestaciones culturales, sino que las dinámicas económicas y políticas mundiales inciden en las expresiones sociales y culturales locales.

19 El servicio se amplió en la década de los noventa, hecho que benefició particularmente a los sectores comerciales que las demandaban, Eduardo Barrera lo señala de la siguiente manera:

Uno de los factores que más contribuyeron para la transformación de Telmex fue la demanda de servicios avanzados por parte de los grandes usuarios. Aunque fue la banca nacional la que primero solicitó líneas de alta velocidad para la transmisión de datos, fue la industria maquiladora de exportación la que presionó fuertemente para tener un flujo transfronterizo de datos confiables (Barrera, 1991:20).

20 La Plaza Unión de Fuerzas es el espacio alrededor del cual se erigen los edificios del palacio municipal de Nezahualcóyotl, es el patio principal del palacio de gobierno.

21 Guillermo E. Rojas, entrevista dirigida, Ecatepec de Morelos, 6 de julio del 2004.

22 Esteban Juárez, entrevista citada.

23 Cfr. Fernández, Rubelio, "Mexiquenses exigen dinero para cuatro ramales del metro", El Gráfico, secc. Metrópoli, jueves 10 de junio de 2004, p. 8, quien reporta que más de 40 mil personas marcharon desde el Monumento de la Revolución al Zócalo para exigir que se construyan cuatro líneas del Metro que unan el oriente del Distrito Federal con el Estado de México.

24 María Flores, entrevista dirigida, Nezahualcóyotl, 7 de septiembre del 2002.

25 Guillermo E. Rojas, entrevista citada.

 

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ENTREVISTAS DIRIGIDAS

Ángel Ramírez, Nezahualcóyotl, 12 de septiembre del 2002.

María Flores, Nezahualcóyotl, 7 de septiembre del 2002.

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