Introducción
La vegetación es el elemento natural que responde a las características del medio al cual pertenece. Su estudio es importante desde el punto de vista del paisaje para delimitar espacialmente las unidades de vegetación. La formación vegetal es una comunidad vegetal de orden superior compuesta por una o varias sinusias (comunidad de plantas de estructura uniforme caracterizada por poseer un solo tipo de forma vital) con fisionomía homogénea (Alcaraz, 2013). Su descripción debe incluir los aspectos fisonómicos y florísticos que definen su estructura. El primero hace referencia al biotipo predominante (árboles o arbustos, hierbas o musgos, etc.), a la estratificación (altura), a la cobertura espacial (continua o dispersa) y a sus variaciones estacionales en el follaje (forma, función, tamaño, etc.). El segundo, el aspecto florístico, es el conjunto de especies que integran la comunidad vegetal.
A través del estudio de los factores ecológicos que influyen en su distribución, es posible inferir los patrones espaciales de las comunidades vegetales. El clima es el principal factor ecológico a escala regional y su influencia se expresa principalmente en los cambios de la fisionomía de la vegetación y composición florística (Walter, 1977; Petagna de Del Río, 1993; Gliessman, 2002). Este tipo de vegetación se denomina zonal ya que responde a las condiciones climáticas regionales (Luebert y Pliscoff, 2006). Además, hay otros factores como el sustrato geológico, las condiciones edáficas y la topografía que también condicionan la formación vegetal a escala local dando lugar a una vegetación azonal.
Dentro de la variable climática, las condiciones térmicas e hídricas, la intensidad lumínica y la duración del día son los elementos más relevantes para analizar debido a que son determinantes para el crecimiento y desarrollo de las plantas (Walter, 1977; Valverde et al ., 2005). El agua es una variable esencial en la vida vegetal porque define, por ejemplo, la variación de la estructura y forma de las hojas en las angiospermas. En este sentido, existe una clasificación de las plantas de acuerdo con los requerimientos de agua: mesófitas (requieren abundante agua en el suelo y una atmósfera medianamente húmeda), hidrófitas (dependen de una abundante cantidad de agua o bien crecen sumergidas en el agua) y xerófitas (adaptadas a ambientes áridos; Weaver y Clements, 1950; Sarmiento, 2001; Santa de Olalla et al ., 2005).
Cada individuo tiene un grado de tolerancia con respecto al medio en el cual vive. Éste desarrolla habilidades o capacidades para soportar los periodos en los cuales las condiciones climáticas no son óptimas para su crecimiento. Por ejemplo, la clasificación de las formas de vida según Raunkiaer se creó con la finalidad de relacionar el biotipo con el clima (Tivy, 1993). Por otra parte, Liebig determinó en su ley del mínimo o de factores limitantes que el crecimiento de una planta depende de la cantidad de nutrientes que se le presenta en cantidades mínimas.
La respuesta de las plantas a su medio se lleva a cabo de diversas maneras como por ejemplo la luminosidad que tiene efectos sustanciales en el desarrollo del tamaño y grosor de la hoja. En lugares con alta intensidad de luz se desarrollan hojas más pequeñas y gruesas que aquéllas que se desarrollan en la sombra y que se forman en condiciones de baja intensidad lumínica. Otra adaptación a los ambientes de clima árido y semiárido es la transformación de las hojas en espinas. Éstas son de consistencia dura, seca y no fotosintética. También hay especies suculentas que poseen tejidos especializados para el almacenamiento de agua (Raven et al ., 1992). Estas características surgen de los conceptos de ecoclina y ecotipo. El primero hace referencia a la distribución geográfica de una especie y el segundo a la modificación que experimenta cada especie en su arquitectura corporal como respuesta a las adaptaciones al clima local (Tivy, 1993).
La bioclimatología es la ciencia que estudia la relación entre el clima y la distribución de los seres vivos en la tierra (Rivas, 2010). Los índices bioclimáticos contribuyen a conocer la relación entre las condiciones climáticas de un área y las formaciones vegetales asociadas. Los mismos utilizan datos de temperatura y precipitación con la finalidad de definir las limitaciones fisiológicas de las especies vegetales. La baja temperatura, por ejemplo, es limitante para el crecimiento de las plantas y por lo tanto en las zonas de clima frío o polar la presencia de individuos vegetales es casi nula y, si están presentes, tienen una fisonomía particular adaptadas a las condiciones climáticas. La contribución de esta investigación está relacionada con el conocimiento de las características del medio para un adecuado manejo de los mismos y comprender la respuesta de la vegetación frente a determinados fenómenos como, por ejemplo, los incendios (Mermoz et al. , 2004; Suárez et al ., 2013). Por ello, el objetivo de este trabajo es analizar la relación clima-vegetación a través de las adaptaciones de la comunidad del jarillal con respecto al clima semiárido en el Parque Nacional Lihué Calel.
Área en estudio
El Parque Nacional Lihué Calel es un área protegida de jurisdicción nacional que se localiza en el centro-sur de la provincia de La Pampa, Argentina (Figura 1). De acuerdo con Cabrera (1976) pertenece a la provincia fitogeográfica del monte. Burkart et al. (1999) definen dentro de esta provincia la región de monte, de llanuras y de mesetas. En general, el clima es cálido y seco con gran variedad térmica entre estaciones y las precipitaciones son muy variables disminuyendo hacia el oeste de 400 a 80 mm aproximadamente. La estación seca dura hasta un máximo de nueve meses y el periodo de mayor precipitación se produce en la estación más cálida (Pol et al ., 2006).
En la provincia de La Pampa, la vegetación fue caracterizada por Casagrande y Conti (1980) quienes distinguieron formaciones: el pastizal, el espinal y el monte. Este último se caracteriza por la dominancia de arbustos, con árboles en ciertas zonas y con un estrato herbáceo conformado por gramíneas perennes (Villagra et al ., 2011). El jarillal es la formación clímax del Parque Nacional acompañado por cactáceas y otras especies halófilas propias de los suelos salinos. También existen otros dos paisajes dominantes que son el serrano y el salitral (Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, 2004). La vegetación del ambiente serrano fue estudiada por Mazzola et al. , 2008 en el cual constataron la incidencia del relieve en la composición y distribución de la flora. El ambiente serrano forma parte de una comunidad edáfica aún no estudiada, espacio que fue incorporado en el 2003 al área protegida.
Metodología
El estudio de los elementos climáticos contribuye a reconocer la relación entre el clima y la vegetación. Se realizó el balance hídrico del Parque Nacional Lihué Calel a través de la metodología de Thornthwaite y Mather (1957), método en el que se emplean los datos de precipitación y de evapotranspiración. El balance hídrico permite conocer la falta y/o exceso de agua y determinar la clasificación climática de un lugar. Su análisis posibilita explicar las variaciones de las condiciones climáticas en un tiempo y espacio así como también sus consecuencias en el régimen hidrográfico. El ingreso está representado por la precipitación mientras que evapotranspiración es la salida. El exceso de agua se genera cuando la precipitación es mayor a la que se necesita para satisfacer la demanda. La evapotranspiración potencial se calcula a partir de los datos de latitud y la temperatura media mensual. Si ésta excede a la precipitación el sistema utiliza el agua de reserva del suelo. El sistema entra en déficit cuando el almacenaje de agua en el suelo es insuficiente para mantener la necesidad de agua (Campo de Ferreras et al ., 2004). Los datos climáticos del periodo 1995-2011 pertenecen a la estación meteorológica automática de la Administración de Parques Nacionales localizada en el interior del parque a los 38°0'22" S y 65°35'63" O y a 376 msnm.
Se utilizaron índices bioclimáticos para determinar la influencia de las condiciones climáticas en la formación vegetal. Los índices utilizados fueron los indicados en la Tabla 1.
Índices | Fórmula | Clasificación | Valores |
---|---|---|---|
[1] Índice de Pluviosidad de Lang (L) | Su expresión es L= P/T | Desierto | Entre 0 y 20 |
Zona árida | Entre 20 y 40 | ||
P = precipitaciones anuales en mm. | Zona húmeda y Estepa de Sabana | Entre 40 y 60 | |
Zona húmeda y bosques ralos | Entre 60 y 100 | ||
T = temperatura media anual en °C | Zona húmeda y bosques densos | Entre 100 y 160 | |
Zona superhúmeda de prados y tundra | > a 160 | ||
[2] Índice de Emberger (Q) | Q = (100*P)/ (Mi2- mi2) Mi = mes más cálido de las temperaturas máximas. mi = mes más frío de las temperaturas mínimas. | Húmedo | > a 90 |
Subhúmedo | De 50 a 90 | ||
Semiárido | De 30 a 50 | ||
Árido | De 0 a 30 | ||
[3] Índice de aridez de De Martonne(Ia) | Ia = P/ (T + 10) | Per-húmedo | > a 60 |
Húmedo | Entre 30 y 60 | ||
Subhúmedos | Entre 20 y 30 | ||
Semiáridos o mediterráneo | Entre 15 y 20 | ||
Áridos o esteparios | Entre 5 y 15 | ||
Áridos extremos o desierto | Entre 0 y 15 | ||
[4] Índice decontinentalidadde Currey (Ic) | Ic = (Mi-mi)/ (1+1/3*latitud) | Hiperoceánicos | De 0 a 0,6 |
Oceánico | De 0.6 a 1.1 | ||
Sucontienental | De 1.1 a 1.7 | ||
Continental | De 1.7 a 23 | ||
Hipercontinentalidad | De 2.3 a 5 |
Fuente: elaboración propia sobre la base de Emberger (1930), Prats (2006), Miliarium (2011).
En cuanto a la composición de la vegetación del área en estudio, ésta fue relevada mediante diez parcelas de una superficie de 10 m2. La cantidad de parcelas se obtuvo mediante la determinación del área mínima. El muestreo se realizó en el periodo 2013-2014 durante el mes de abril. De cada estand se obtuvo información cuantitativa (cantidad de individuos de una especie, altura, cobertura) y cualitativa (forma y tipo de hoja) de la vegetación para determinar la caracterización de la comunidad florística. Se hizo hincapié en la observación directa de la fisonomía de cada especie y posteriormente con el análisis de la bibliografía se determinaron las adaptaciones de las plantas. Previo a dicho análisis se habían determinado las condiciones climáticas de semiaridez del área.
Resultados
Análisis de la variable climática
A partir de los datos de la estación meteorológica del Parque Nacional Lihué Calel se determinó que la temperatura media anual para el periodo 1995- 2010 fue de 16.2° C. Presentó veranos e inviernos térmicos bien diferenciados y dos estaciones intermedias (primavera-otoño) con valores similares. La temperatura mínima media se registró en julio siendo la misma de 8.4° C y la temperatura máxima media fue de 24.7° C en enero. La amplitud térmica para el periodo fue de 16.3° C. Por otro lado, la precipitación media total fue de 416 mm siendo los meses de verano los de mayor aporte. En el balance hídrico (Figura 2) se observó que la evapotranspiración superó a la precipitación durante todos los meses del año, lo cual se refleja en la existencia de un importante déficit de agua. Según la clasificación de Thornthwaite, el tipo climático correspondiente a esta zona es Semiárido (D).
Fuente: elaboración propia sobre la base de la estación meteorológica del Parque Nacional Lihué Calel, 2013.
Las temperaturas medias mínimas más bajas se registraron entre junio y agosto siendo éstas menores a 4° C y el valor medio anual de 7.8° C. Las temperaturas mínimas absolutas más bajas, inferiores a 0° C sucedieron entre los meses de mayo y septiembre; en junio se observaron los valores térmicos mínimos absolutos (- 5° C). En la estación térmica cálida los mínimos absolutos registrados oscilaron entre 7.5 y 8.6° C. Por otro lado, las temperaturas máximas medias que superaron los 25° C se establecieron desde noviembre hasta marzo, en tanto diciembre fue el mes de máxima temperatura media y el valor medio anual fue de 24.9° C. La temperatura máxima absoluta para el periodo presentó valores térmicos mínimos máximos en invierno y los máximos en verano, superando los 35° C (Figura 3).
Fuente: elaboración propia sobre la base de datos proporcionados por el Parque Nacional Lihué Calel, 2013.
La Figura 4 muestra la distribución de la precipitación anual para cada año del periodo considerado y la media anual que fue de 416 mm. Se observó que existe una variación en la cantidad de lluvias siendo los años 1997, 1999, 2000, 2001, 2004 y 2010 aquellos que superaron el valor medio de precipitación. El máximo se registró en 2004 con 688.7 mm, por el contrario el valor mínimo fue de 210 mm en 2009.
Fuente: elaboración propia sobre la base de datos proporcionados por el Parque Nacional Lihué Calel, 2013.
La Figura 5 muestra la distribución mensual de las precipitaciones considerando el periodo 1995- 2010. El valor medio de precipitación mensual fue de 35 mm. Se observa que desde abril hasta septiembre la precipitación está por debajo de la media y disminuye a valores menores a 20 mm mensuales desde junio hasta agosto, coincidente con el periodo invernal. Se visualizan dos periodos en el cual la precipitación supera la media mensual: desde enero hasta marzo y desde octubre a diciembre; marzo fue el mes más lluvioso con 64 mm.
Fuente: elaboración propia sobre la base de datos proporcionados por el Parque Nacional Lihué Calel, 2013.
La aplicación de los índices bioclimáticos en Lihué Calel permitió reconocer las características de aridez/semiaridez del área como de subcontinentalidad. El valor del Índice de Lang [1] fue de 25.7 siendo árido y el índice de Emberger [2] fue de 41.8, semiárido. El índice de De Martonne [3] fue de 15.9 y refiere a un clima semiárido, en tanto que con la aplicación del índice de Currey [4] se comprueba la existencia de un clima subcontinental debido a que su resultado fue de 1.16.
Caracterización de la vegetación en el monte
El monte se caracteriza por la dominancia de arbustos, con árboles en ciertas zonas y con un estrato herbáceo, principalmente constituido por gramíneas perennes. En el área en estudio, la comunidad más característica es el jarillal (Figura 6): matorrales entre 1.5 y 3 m de altura, con follaje permanente y ramas inermes, entre los que predominan Larrea divaricata y Larrea cuneifolia (Pol et al ., 2006).
La Tabla 2 muestra las especies relevadas en las parcelas en el Parque Nacional Lihué Calel, su nombre vulgar, el número de individuos de cada especie y el biotipo. La cantidad total de individuos es de 1 508 y 33 especies. Presenta 16 familias y en cuanto al biotipo, los arbustos representan un 57.6%, las hierbas un 36.4 y los árboles 6.1, respectivamente. La mayoría de las especies presentan una periodicidad de tipo perenne y en menor cantidad son caducas.
Especies | Nombre vulgar | Individuos | Biotipo |
---|---|---|---|
Aloysia gratissima | Azhar del monte | 46 | Arbusto |
Aristida mendocina | Flechilla crespa | 29 | Hierba |
Baccharis salicifolia | Chilca | 158 | Arbusto |
Baccharis ulicina | Yerba de oveja | 27 | Arbusto |
Caesalpinia gilliesii | Barba de chivo | 19 | Arbusto |
Cassia aphylla | Pichicanilla | 25 | Arbusto |
Centaurea solstitialis | Abrepuño amarillo | 102 | Hierba |
Cereus aethiops | Penca | 3 | Arbusto |
Chuquiraga erinacea | Chilladora | 2 | Arbusto |
Clematis denticulata | Barba de viejo | 4 | Hierba |
Condalia microphylla | Piquillín | 46 | Arbusto |
Digitaria californica | Pasto plateado | 13 | Hierba |
Diplotaxis tenuifolia | Flor amarilla | 75 | Hierba |
Ephedra triandra | Tramontana | 33 | Arbusto |
Geoffroea decorticans | Chañar | 68 | Arbusto |
Glandularia hookeriana | Margarita amarga | 116 | Arbusto |
Hyalis argentea | Olivillo | 5 | Arbusto |
Jodina rhombifolia | Sombra de toro | 5 | Árbol |
Lactuca serriola | Lechuga silvestre | 11 | Hierba |
Larrea cuneifolia | Jarilla macho | 28 | Arbusto |
Larrea divaricata | Jarilla hembra | 71 | Arbusto |
Larrea nitida | Jarilla crespa | 91 | Arbusto |
Marribium vulgare | Malva rubia | 20 | Hierba |
Opuntia puelchana | Puelchana | 1 | Arbusto |
Prosopidastrum globosum | Manca caballo | 38 | Arbusto |
Prosopis alpataco | Alpataco | 5 | Arbusto |
Prosopis caldenia | Caldén | 1 | Árbol |
Setaria leucopila | Cola de zorro | 1 | Hierba |
Schinus fasciculatus | Molle negro | 2 | Arbusto |
Sphaeralcea crispa | Coral malvisco | 95 | Hierba |
Stipa tenuissima | Paja | 348 | Hierba |
Thymophylla belenidium | Yerba amarilla | 14 | Hierba |
Ximenia americana | Albericoque | 6 | Arbusto |
Fuente: elaboración propia sobre la base de trabajo de campo, 2013.
Adaptaciones de la vegetación natural del monte
Existen diferentes tipos de adaptación de acuerdo con la duración de la respuesta frente a las condiciones climáticas. Las de corto plazo incluyen respuestas momentáneas frente a una condición desfavorable, por ejemplo, la caída de hojas durante la época térmica o pluviométrica desfavorable. Las de mediano plazo implican un condicionamiento fisionómico de la vegetación en los cuales sufren cambios hormonales como el color amarillento de sus hojas. Las de largo plazo integran aquellos cambios producidos por las especies vegetales en su morfología, con el fin de poder sobrevivir a las condiciones restrictivas del ambiente. En esta última categoría se encuentra la vegetación xerófita de la provincia fitogeográfica del monte. La aridez es el factor más importante de condicionamiento que se traduce en la extensión de las raíces de las plantas, la apertura de los estomas durante la noche para evitar la pérdida de calor en el día, los tallos gruesos, la presencia de espinas, la pérdida temporal de las hojas, entre otros (Castillo, 2003).
En el Parque Nacional Lihué Calel las características y distribución de la vegetación se deben a las condiciones de semiaridez. En este sentido, la precipitación media anual determina los límites en el crecimiento de las formaciones arbóreas. Sankaran et al . (2005) sostienen que en sitios con precipitaciones inferiores a 650 mm, la cobertura de leñosas está restringida por la falta de humedad. Cuando una especie está sometida a una sequía climática el resultado es una reducción en el tamaño de la planta (Weaver y Clements, 1950). En este caso predominan los arbustos porque su estructura es menos compleja y corresponde con la disponibilidad de agua en la zona. Esta es la explicación del por qué los arbustos y las herbáceas son las formas más representativas del monte.
La vegetación desarrolla un sistema de raíces en profundidad y en extensión horizontal con el fin de absorber agua del suelo. En el caso de la Larrea divaricata , ésta posee raíces dimórficas que se desarrollan tanto en profundidad como en superficie para captar el agua de lluvia (Villagra et al ., 2011). Durante el verano, en la estación más húmeda, se presentan temperaturas que pueden superar los 40° C por lo cual la parte aérea de las plantas se reduce para evitar la deshidratación.
Por lo tanto, la resistencia a la sequía es una característica de las plantas del monte y ésta se expresa en una gran variedad de diferentes formas de crecimiento tales como arbustos esclerófilos de hoja caduca y perenne, y formas variadas de plantas suculentas (Tivy, 1993). Los arbustos xerofíticos son la forma de vida dominante en el monte y han desarrollado una amplia variedad de formas y adaptaciones morfológicas, anatómicas y fisiológicas que determinan distintos grados de xerofitismo. En general, esta forma de vida busca reducir la superficie expuesta a la radiación con el objetivo de poder conservar el agua almacenada y disminuir la transpiración, por ejemplo, a través de la presencia de hojas pequeñas y suculentas. Es necesario tener en cuenta que en esta área en estudio el periodo de mayor precipitación coincide con la época estival, por lo cual se pierde gran parte del agua mediante la evaporación.
El género Larrea es predominante y es el mejor ejemplo para observar las hojas pequeñas y resinosas. La resina evita la pérdida de agua y el congelamiento de la hoja en el periodo más frío. En esta zona las temperaturas pueden alcanzar mínimas absolutas inferiores a - 5° C por lo tanto la resina es un componente esencial en la vegetación. Otra característica de este género es que son plantas brújulas ya que orientan sus hojas en la dirección norte-sur para evitar la pérdida excesiva de agua (Bianco et al. , 2004). Por otra parte, Jensen y Salisbury (2000) definen a la especie Larrea divaricata como una planta perenne no suculenta que resiste las sequías y consideran que es una de las únicas plantas xerófitas verdaderas. Finalmente este género tiene como característica la reducción de los estomas para disminuir la transpiración.
Las plantas suculentas también se pueden reconocer como una forma de adaptación. La familia Cactaceae cuyos representantes en el parque son la Opuntia puelchana y Cereus aethiop son un buen ejemplo. Éstas mantienen la humedad en su interior y durante los periodos de lluvia absorben grandes cantidades de agua que luego la utilizan en la época de menor precipitación. Otra adaptación de estas dos especies es la sustitución de hojas por espinas. La caída de hojas en invierno es propia de las especies Prosopis alpataco y Ximenia americana y la falta de ellas es notoriamente visible en la especie Cassia aphylla. En cuanto a las herbáceas, en su mayoría gramíneas, solo crecen durante el periodo favorable. Esto explica la existencia de especies que son anuales o estacionales, teniendo en cuenta diferentes pulsos de crecimiento.
Otras especies encontradas en el Parque Nacional Lihué Calel responden a los condicionamientos edáficos de tipo local. Hyalis argentea es una especie que se desarrolla solo en suelos arenosos. También hay plantas halófitas que responden a los suelos de tipo salinos, las cuales crecen y completan su ciclo de vida en presencia de altas concentraciones de sal (Bianco et al ., 2004). Estas adaptaciones dan cuenta que las mismas se han desarrollado en este ambiente a lo largo de un tiempo considerable y que por lo tanto ya han llegado a la etapa de clímax.
Conclusiones
El estudio de la relación entre el clima y la vegetación es fundamental para reconocer cómo funciona el sistema natural. La fisonomía vegetal en el Parque Lihué Calel es la del monte caracterizado por la comunidad del jarillal. La misma es una estepa arbustiva de poca altura (de 1 a 3 m), muy abierta y con predominio del género Larrea. Los árboles no se desarrollan en abundancia en esta área debido a las limitaciones pluviométricas.
El clima del área es semiárido, con característica subcontinental, en el cual las escasas precipitaciones generan un déficit hídrico que tiene consecuencias en la formación de la vegetación. La temperatura media anual es de 16.2° C con estaciones térmicas bien diferenciadas. La temperatura mínima absoluta es de -5° C y la máxima absoluta es de 38° C. La precipitación media es de 416 mm anuales.
El déficit hídrico durante todo el año condiciona que la forma de vida representativa sea el arbusto. Las estructuras más complejas como los árboles no se desarrollan en abundancia en esta área debido a las limitaciones de agua; la vegetación es xerófita y sus adaptaciones se relacionan con su estructura fisiológica. Entre las mismas se reconocen hojas pequeñas, suculentas, resinosas, inclinadas en la dirección contraria a la de la incidencia de los rayos solares, su reemplazo por espinas y de estructura pequeña para reducir la superficie de transpiración. Las raíces adquieren gran extensión hacia una mayor profundidad. Estas características de los individuos vegetales muestran el grado de adaptación al clima existente, encontrándose en la etapa clímax de la sucesión vegetal. Esta relación climavegetación contribuye a explicar la distribución espacial de las especies en esta formación vegetal e identificar el estadio en la sucesión vegetal de la flora del monte en este sitio. Los resultados encontrados se asemejan a las descripciones realizadas por diferentes autores (Villagra et al ., 2011; García, 2011; González Medrano, 2012) sobre las adaptaciones vegetales en ambientes áridos y semiáridos.
El tipo de estudio es relevante para comprender cómo reaccionan las plantas frente a diversos sucesos del medio, ya sean naturales y/o antropogénicos. Por ejemplo, en el 2003 se produjeron incendios que afectaron a 7 000 ha del interior del Parque Nacional. En este sentido, la resina propia de las jarrillas actuó como elemento inflamable, por lo cual se incrementa el riesgo de expansión del fuego una vez originado. Se debe continuar investigando las propiedades fisiológicas y morfológicas a través de análisis químicos para comprobar empíricamente las adaptaciones y realizar un buen manejo para la conservación de dicha vegetación.