Introducción
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera al cáncer de mama como uno de los padecimientos predominantes a nivel mundial. De 2003 a 2010 se diagnosticaron con este tipo cáncer 4.4 millones de mujeres, cifra que incluso podría resultar subestimada (OMS, 2012).
Existe un registro promedio de 1.38 millones de mujeres con el diagnóstico confirmado de cáncer de mama, el 23% de los seis millones de cánceres malignos que anualmente se presentan en mujeres en todo el mundo (OMS, 2014). El cáncer mamario representa el 10.5% de los nuevos casos de cáncer, tanto en hombres como mujeres, y solo lo supera el cáncer de pulmón (Beaulieu, 2009).
En México, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer el 19 de octubre de 2014 algunas estadísticas relevantes a propósito del “Día mundial de la lucha contra el cáncer de mama”. Destacó que la principal causa de morbilidad en mujeres de 20 años y más se debe a esta neoplasia e, igualmente, es la segunda causa de mortalidad en las mujeres comprendidas en este rango de edad (INEGI, 2014). Cada nueve minutos se detecta un nuevo caso y existen más de 60 000 mujeres de 14 años y más con este padecimiento (Hoy Saludable, 2011). También el Programa de Acción Cáncer de Mama de la Secretaría de Salud indicó que el rango de edad predominante de las mujeres con esta neoplasia se amplió a partir de 2006, pasando de 45 a 60 años de edad, al de mujeres de 14 años y más. Asimismo, se ha convertido en la principal causa de decesos por procesos tumorales, superando al carcinoma cérvico uterino a partir de dicho año (SS, 2002).
El comportamiento del cáncer de mama en un periodo tan corto lo ha convertido en uno de los principales problemas de salud pública, ya que puede afectar a un importante rango de la población femenina en edad productiva (20 a 59 años), que representa el 27% de la población total del país, de acuerdo con los datos del Censo General de Población y Vivienda 2010, (INEGI, 2010).
El Sistema Nacional de Información de Salud (SINAIS) reportó 5 010 casos nuevos en 2010, (SINAIS, 2010), según el registro de egresos hospitalarios aportados por las diferentes instituciones de salud pública del país: Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE), Petróleos Mexicanos (PEMEX), Secretaría de Marina (SEMAR) y Secretaría de Salud (SS).
Metodología
Este trabajo tiene como objetivo relacionar la presencia del cáncer de mama en determinados espacios geográficos con la confluencia de variables ambientales y socioeconómicas que han provocado contaminación de diversas formas y niveles. La hipótesis a comprobar es que México presenta factores y diferencias territoriales, de contaminación ambiental y socioeconómicas, que pueden condicionar el desarrollo de cáncer de mama en proporciones cada vez mayores entre la población femenina a partir de los de 14 años (independientemente de la predisposición genética para desarrollarlo), por lo que se pueden delimitar los espacios geográficos con mayor presencia de esta neoplasia y analizar el comportamiento de los principales factores de riesgo que probablemente han provocado su incremento. Para tal efecto se procedió a lo siguiente:
Se realizó la revisión y análisis, desde el punto de vista de la estadística descriptiva, de la información aportada por las diferentes dependencias oficiales de salud, a nivel federal, estatal y municipal, de la población con cáncer de mama del año 2000 al 2012.
Se analizó la información estadística de los diversos productos del INEGI: Atlas digital, censos de población y los cubos de información para el análisis y cruce de variables, como las tasas de mortalidad y morbilidad, las actividades económicas de las afectadas, lugar de incidencia, entre otros.
Se conformó una base de datos a partir de la información obtenida del Sistema Único de Información para la Vigilancia Epidemiológica (SUIVE), del SINAIS de la Secretaría de Salud (SS) y los registros administrativos del INEGI, para conocer la tendencia del comportamiento del cáncer de mama a nivel estatal y municipal.
Se cartografiaron los veinticuatro estados y los ciento veinte municipios donde se han dado de manera sostenida las tasas más altas y más bajas de mortalidad y morbilidad y los totales de mortalidad por cáncer de mama en el periodo 2000-2012.
Se realizó el análisis espacial del comportamiento de las variables seleccionadas, que la literatura consultada destaca como posibles factores de riesgo para el desarrollo del cáncer de mama y para fortalecer la relación entre dichas variables con la presencia de esta enfermedad en los municipios objetivo. Para ello se aplicó también el modelo de regresión multivariada (MRM).
El modelo de regresión multivariada (Rodríguez et al., 2001) se emplea para la obtención de un indicador de multicorrelaciones. En los aspectos de salud resulta de utilidad debido a su capacidad para determinar las asociaciones multicausa-efecto. En la presente investigación el cálculo del modelo de regresión (lm) multivariada se realizó con el programa Rstudio, versión 3.3.0 (03-05-2016).
Para determinar los casos de mortalidad por cáncer de mama se consideraron las variables siguientes: cantidad de acuíferos contaminados, ríos contaminados y, por separado, el indicador DQO (demanda química de oxigeno) de sitios de muestreo de la Comisión Nacional del Agua, CONAGUA (CONAGUA, 2014), contaminación química en suelos, residuos peligrosos, zonas contaminadas por la actividad minera, plantas termoeléctricas e industria química; todas las variables fueron calculadas para los 120 municipios seleccionados.
Al desarrollar un modelo de regresión múltiple con las ocho variables mencionadas, únicamente tres presentaron un valor estadísticamente significativo: acuíferos, suelos e industria. Con las variables consideradas se explica en un 19.33% la ocurrencia de cáncer de mama por contaminantes. Aun cuando los resultados obtenidos son estadísticamente bajos, se incorporaron para una mejor compresión de la mortalidad de esta enfermedad, debido a que este trabajo tiene por objetivo identificar qué porcentaje explicativo tienen las condiciones contaminantes presentes en determinados espacios con respecto al cáncer mamario, situación que se fortaleció cuando se analizaron también otras variables sociales y económicas, motivo de otra investigación.
Las variables que resultaron tener una relación con la presencia de esta neoplasia, una vez aplicada dicha metodología, fueron: las aguas subterráneas contaminadas (ACUI); los suelos contaminados (SUELO) y las industrias contaminantes (INDUS). También hubo relación con tres variables sociales que se analizaron en un trabajo más amplio.
Variables contaminantes y ocurrencia de cáncer de mama
> with(datcama, lm(OCC ~ ACUI + RIOS + IDQO + SUELO + RP + MINA + PLANTA + INDUS))->LM1 > summary(LM1)
datacama= datos de cáncer de mama
Lm = modelo lineal
OCC ~ = cantidad de ocurrencia a nivel municipal, que depende de las variables que se presentan enfrente.
Call:
lm(formula = OCC ~ ACUI + RIOS + IDQO + SUELO + RP + MINA + PLANTA + INDUS)
Residuals:
Signif. codes: 0 ‘***’ 0.001 ‘**’ 0.01 ‘*’ 0.05 ‘.’ 0.1 ‘ ’ 1
Signif. Codes: Prueba de significación igual o menor al 0.05 para rechazar la hipótesis nula, la que dice: “que no pasa nada”.
Residual standard error: 372.9 on 111 degrees of freedom
Multiple R-squared: 0.2475,
Adjusted R-squared: 0.1933 porcentaje que explican las variables al cáncer de mama.
0.1933: Valor de R. correlación
Va de 0 a 1
0 asociación nula
0.1 a 0.3 asociación baja
0.2 a 0.6 asociación media
0.7 a 1.0 asociación alta
F-statistic: 4.564 on 8 and 111 DF, p-value: 7.912e-05
7.912e-05: Valor p, para considerar que los resultados son estadísticamente significativos, debe ser menor a 0.05, en este caso expresado exponencial igual a 0.00007912.
Fundamentos teórico-conceptuales
Como parte de las áreas de conocimiento abarcadas por la ciencia geográfica en el tiempo, se cuenta con estudios de los efectos que en la salud humana han causado los múltiples componentes del medio natural, así como los procesos antropogénicos que han modificado o alterado dicho entorno; esto ha dado como resultado efectos no solo sobre la biodiversidad sino también en la salud de la población. Y son los especialistas en Geografía Médica quienes llevan a cabo los diagnósticos e interpretaciones de esas relaciones del medio ambiente con la salud humana. Esta tarea la realizan mediante la observación y el estudio de la aparición, existencia y evolución de enfermedades con comportamientos atípicos, el análisis de los diferentes componentes donde se dan, su ubicación y su evolución espacial y temporal:
“la Geografía Médica parte de la premisa de que el ser humano siempre forma parte de agrupaciones sociales amplias. Estas sociedades crean un entorno social y físico mediante procesos de transformación de sus propias estructuras sociales y de la superficie terrestre en la que se asientan. Estas transformaciones se deben a procesos económicos, políticos, culturales y demográficos que culminan influenciando la condición de salud de una población dada” (Seguinot, 2012:3).
En el estudio de esta relación medio ambientesalud, la Geografía Médica se divide en Geografía Patológica, que atiende los vínculos entre los seres vivos y los sistemas ambientales donde radica, cuando se ve afectada la salud de los primeros por dicha relación, y la Nosogoegrafía, que estudia cómo se distribuye o propaga un padecimiento y qué condiciones geográficas han favorecido su evolución y difusión (Guerrero, 2011).
Es desde esta perspectiva conceptual que se aborda un padecimiento grave como el cáncer de mama; se revisa su comportamiento temporal y espacial y se diagnostican las posibles causas o factores ambientales que pueden incidir en la afectación de la salud de las mujeres mexicanas a causa de tal enfermedad.
Las variables utilizadas, en primera instancia, para realizar el análisis espacial y estadístico para relacionarlas con la presencia de cáncer de mama fueron: las tasas de mortalidad y morbilidad más altas y el total de defunciones debido al cáncer de mama presentes entre la población femenina de 14 años y más por estado. El análisis de la evolución temporal de estas variables, a partir del año 2000, obtenidas de las principales instituciones de salud y del INEGI (SUIVE, SS, INEGI, 2000-2010), permitió identificar y delimitar las doce entidades que, de manera sostenida, presentaron las tasas más altas a lo largo de doce años, así como los municipios donde se registraron los datos más relevantes de este padecimiento en el mismo periodo, destacando los estados de Baja California Sur, Sonora, Chihuahua, San Luis Potosí, Jalisco y Nuevo León. También se seleccionaron los doce estados con las tasas más bajas al respecto, para determinar qué municipios de estas entidades federativas presentaron los datos de mortalidad y morbilidad más significativos y encontrar, en un análisis posterior, las coincidencias o divergencias que presentaron ambos espacios antagónicos (véanse figuras 1, 2, 3 y 4). Las entidades que se desatacaron por tener los datos menos significativos son Oaxaca, Chiapas y Quinta Roo1 (Figura 5).
Fuente: Secretaría de Salud/Dirección General de Información en Salud. Elaborado a partir de la base de datos de defunciones 1979-2008 INEGI/SS; Proyecciones de la Población de México 2005-2050 y proyección retrospectiva 1990-2004. CONAPO 2006.
Fuente: Secretaría de Salud/Dirección General de Información en Salud. Elaborado a partir de la base de datos de defunciones 1979-2008 INEGI/SS; Proyecciones de la Población de México 2005-2050 y proyección retrospectiva 1990-2004. CONAPO 2006.
Fuente: SUIVE-SS-1-2000, Sistema Único de Información y Vigilancia Epidemiológica/ Dirección General de Epidemiología/ SSA, 2000-2010
Fuente: SUIVE-SS-1-2000, Sistema Único de Información y Vigilancia Epidemiológica/ Dirección General de Epidemiología/ SSA, 2000-2010
En total se seleccionaron ciento veinte municipios donde se realizó el análisis de diversos factores ambientales, que se han señalado en diversas fuentes2 como posibles factores de riesgo en el desarrollo del cáncer de mama (Figura 6).
Las variables que se analizaron para el presente estudio son: aguas superficiales contaminadas, suelos contaminados con residuos peligrosos, aguas subterráneas contaminadas, industrias contaminantes y la contaminación del aire proveniente de las plantas termoeléctricas,3 así como la expresión espacial y estadística de dichas variables en los municipios objetivo.
Se eligieron estas variables conforme la lista de 119 elementos carcinogénicos que la Organización Mundial de la Salud (OMS), a través de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), coloca dentro del grupo 1, porque se han realizado pruebas suficientes que confirman que pueden causar cáncer en los seres humanos; de esta lista se seleccionaron algunos de los principales y probables elementos causantes del cáncer de mama (IARC, 2016), para posteriormente investigar en qué procesos o escenarios se encuentran presentes.
Durante el análisis de las variables seleccionadas se mencionan los elementos que se consideran factores de riesgo para el desarrollo del cáncer mamario. Probablemente quedaron sin analizar algunas otras variables que involucren elementos cancerígenos, o que puedan ser factores de riesgo, pero la decisión de selección se debió a la disponibilidad y la calidad de la información, como se podrá observar en los resultados del presente trabajo.
Resultados
Una de las variables más importantes en el desarrollo del estudio fue la relación espacial entre los municipios con presencia de cuerpos acuíferos (ríos, arroyos, lagos o lagunas) altamente contaminados y los municipios objetivo, tomando en cuenta la clasificación de la CONAGUA, dependencia que utiliza tres indicadores en sus mediciones: demanda bioquímica de oxígeno a cinco días (DBO5), demanda química de oxígeno (DQO) y los sólidos suspendidos totales (SST) (CONAGUA, 2012). Al conjuntar estos tres indicadores, la CONAGUA muestra los espacios marcados como severamente contaminados, ubicados en treinta seis de los municipios objetivo, que equivalen al 59% del total de los sesenta y un municipios seleccionados conforme las estadísticas más relevantes de cáncer de mama.
En los estados con los registros más bajos de mortalidad y morbilidad se localizaron 38 puntos fuertemente contaminados en los municipios objetivo, lo que representa el 65% del total de cincuenta y nueve municipios objetivo de esta zona.
También se llevó a cabo, por separado, el análisis de los puntos contaminados por el factor DQO, pues con él se estima cuánta materia orgánica en el agua fue oxidada o degradada por medios químicos e indica que esas aguas residuales provienen principalmente de la actividad industrial y, en menor porcentaje, pero no menos contaminante, de la actividad agrícola.
En el caso de los estados con las tasas de mortalidad y morbilidad más altas, la CONAGUA señala 56 sitios con la clasificación de “contaminados y fuertemente contaminados” por el indicador DQO en ríos, lagos o lagunas y presas, de los cuales cuarenta y dos de ellos (75%) se localizan en los municipios objetivos, distribuidos de la siguiente manera: Baja California 10; Sonora 4; Nuevo León 3; Jalisco 13; Aguascalientes 4 y Distrito Federal 8. Los estados de Baja California Sur, Chihuahua, Coahuila, Tamaulipas, San Luis Potosí y Sinaloa, no reportan contaminación por dicho indicador.
En el caso de los estados con los registros más bajos de mortalidad y morbilidad se puede observar lo siguiente: de los sesenta sitios identificados por la CONAGUA con la clasificación de contaminados y fuertemente contaminados por el indicador DQO, 44 de ellos (73.3%) se localiza en los municipios objetivos distribuidos de la siguiente manera: Campeche 1; Chiapas 1; Guanajuato 14; Guerrero 1; Hidalgo 3; México 9; Oaxaca 4; Puebla 3; Tabasco 2, y Tlaxcala 6. Yucatán y Quintana Roo no reportaron contaminación por este indicador (Figura 7).
Aguas subterráneas
De la revisión de esta variable resulta que algunos de los principales contaminantes son los nitratos, que en concentraciones mayores a 45 mg/l son potencialmente peligrosos, ya que pueden causar metahemoglobinemia infantil y posibles desarrollos de cáncer. Otros elementos que también se encuentran en concentraciones importantes son los compuestos aromáticos y bencénicos (este último catalogado como un elemento altamente cancerígeno), el DDT, el hierro, el magnesio, el arsénico, entre otros (SINA, 2011).
A manera de ejemplo: el arsénico se ha encontrado en concentraciones peligrosas en la zona de pozos de la región lagunera, en los municipios de Torreón y Gómez Palacio, de los estados de Coahuila y Durango, respectivamente, de los que se abastece la población para consumo personal. Las concentraciones van de 0,09 a 0,59 mg/l en el agua potable, niveles superiores a los permitidos, de 0,05 mg/l (SINA, 2011), y se observa nuevamente una correlación de acuíferos contaminados en un total de setenta cinco municipios objetivo (62.5%) (Figura 8). Esta es una de las tres variables que resultaron positivas cuando se aplicó el modelo de regresión múltiple (véase la sección Metodología, supra).
Calidad del aire
Los principales contaminantes del aire pueden provocar afectaciones a la salud general de la población y, en consecuencia, también ser considerados como factores de riesgo para el desarrollo del cáncer de mama. El análisis de esta variable se basó en la revisión de los reportes de la red de monitoreo de la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA) acerca de las emisiones atmosféricas de las centrales eléctricas en América del Norte y su distribución espacial en correspondencia con los estados y municipios objetivo, elementos que son inherentes a procesos antropogénicos, resultado principalmente de la quema de combustible que pueden provenir de diferentes fuentes, como los vehículos automotores, centrales eléctricas, industrias, comercios e incluso fuentes domésticas.
Al respecto, en el encuentro “Hacia ciudades saludables y competitivas”, que se celebró en marzo de 2015, la jefa del Laboratorio de Epigenética y rología (Incan), Dra. Yesennia Sánchez Pérez, afirmó que “entre los grandes peligros a la salud están las partículas contaminantes suspendidas en el aire, ya que son factor de riesgo para contraer cáncer de pulmón, cáncer de mama y cáncer gástrico” (Baltazar, 2015:15). Esta investigadora también señaló que la contaminación, producto de las emisiones de diferentes fuentes, entre ellas las provenientes de los vehículos automotores y las industrias, compuestas principalmente por monóxido de carbono, bióxido de azufre, bióxido de nitrógeno, plomo, ozono y material particulado (PM10 y PM2.5), son, en parte, responsables del aumento de este tipo de padecimientos (Baltazar, 2015).
En la evaluación de estos residuos contaminantes se consideraron principalmente los que provienen de plantas de generación de energía eléctrica y de procesos industriales, principales fuentes de estos contaminantes, de acuerdo con el Portal de América del Norte sobre contaminantes precursores del cambio climático de la CCA (CCA, 2010).
De los ochenta y cuatro puntos que se observan en el mapa donde se asientan dichas plantas, cincuenta y ocho (69%) se localizaron en municipios objetivo, de estos, cuarenta y uno son de los municipios de los estados de mayor mortalidad y morbilidad y diecisiete de las entidades con las estadísticas más bajas de cáncer de mama. Un porcentaje importante de estas centrales utilizan para su funcionamiento combustóleo, aceite combustible residual (pesado) derivado de la destilación del petróleo crudo, considerado altamente contaminante debido a que:
“... este tipo de combustible presenta un alto contenido de azufre, por lo que las emisiones al aire durante su quema se convierten en óxidos de azufre (SO2), óxidos de nitrógeno (NOx), monóxido de carbono (CO), gases de efecto invernadero (CO2, CH4, N2O), compuestos volátiles (como los hidrocarburos no quemados) y metales tóxicos en niveles traza...” (CCA, 2011: 44).
Otro de los combustibles empleado por las centrales eléctricas es el carbón, y en otras se utilizan ambos combustibles (carbón y combustóleo), por lo que la acción contaminante del aire circundante en varias de estas centrales es un factor de riesgo para el desarrollo no sólo de cáncer de mama sino de otras alteraciones en la salud de la población. En este sentido, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) señala que los humos cargados de elementos tóxicos que se desprenden de la combustión de la madera o carbón se consideran importantes factores de riesgo, pues cuando no arden debidamente
“…se convierten en dióxido de carbono el cual da lugar a productos de combustión incompleta: básicamente monóxido de carbono, pero también benceno, butadieno, formaldehído, hidrocarburos poliaromáticos (HAPs, por sus siglas en inglés) y muchos otros compuestos peligrosos para la salud” (Smith, 2006:41-45).
Es precisamente el benceno uno de los elementos que se ha asociado al cáncer de mama y otros más: leucemia aguda no linfocítica, pre-leucemia, cáncer de riñón, leucemia linfocítica aguda, cáncer de huesos, cáncer cerebral en adultos, leucemia linfocítica crónica, cáncer de vesícula, cáncer de hígado, cáncer de pulmón y linfoma de Hodgkin (Smith, 2006).
Diversos estudios han demostrado la asociación entre la exposición a HAP y algunos tipos de cáncer, principalmente cáncer de mama, próstata, pulmón, vejiga, estómago y leucemia (De Celis et al., 2006). En México, el 37% de las centrales operan con diésel, combustible que la OMS, a través de su boletín de información No. 7, ha clasificado en el grupo 1 de sustancias que tienen relación concreta con el cáncer (OMS, 2012).
En los estados objetivo que tienen las estadísticas más relevantes del cáncer mamario operan cincuenta y tres centrales, y cuarenta y una (77%) de ellas se ubican en los municipios objeto de este estudio; los estados de Chihuahua y Tamaulipas son los que concentran la mayor cantidad de centrales termoeléctricas en los municipios de interés, con seis y siete, respectivamente.
En el caso de los estados con las estadísticas menos representativas del cáncer de mama se ubican diecisiete centrales en los municipios objetivo, de las veintiún centrales que se ubican en los estados seleccionados, lo que equivale al 81%. En los estados de Campeche, México y Quintana Roo se ubica el mayor número de centrales en los municipios objetivo, cado uno con tres, respectivamente.
En los siguientes figuras se aprecia la distribución y producción de dos de los siete elementos contaminantes que se vierten diariamente a la atmósfera y que están relacionados directamente con el desarrollo de diversos tipos de cáncer, entre ellos el de mama, sin dejar de considerar que los elementos que no fueron cartografiados en este estudio también ocasionan severos daños a la salud de la población expuesta.
La Figura 9 muestra los valores que se registran en las diferentes centrales por las emisiones del dióxido de nitrógeno (NOx), que es la combinación del óxido nítrico (NO) y el dióxido de nitrógeno (NO2), considerados entre los principales contaminantes ambientales, pues contribuyen de manera preponderante en la formación del smog y en la producción de la lluvia ácida, elementos que alteran de diferente manera la salud de la población expuesta (NJHealth, 2011). En 2012 la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, porr sus siglas en inglés), dependiente de la OMS, informó que este tipo de compuestos “que se producen en la combustión del diésel, ahora lo sube al nivel 1, el más alto en la escala, de las sustancias que causan cáncer con seguridad. En ese nivel están el amianto, el benceno, el formaldehído, la radiación solar” (Méndez, 2012:1). En México, treinta y dos termoeléctricas utilizan diésel.
La Figura 10 muestra los valores registrados para el bióxido de azufre (SO2), contaminante atmosférico relevante, que es resultado de los combustibles fósiles como el combustóleo, el carbón y el diésel y, según reportes de la OMS, los ingresos hospitalarios por cardiopatías y la mortalidad se incrementan en los días en que los niveles de SO2 son mayores. Igualmente la exposición constante y prolongada es causa de desarrollo de diferentes tipos de cánceres (OMS, 2014).
El óxido nitroso (N2O), junto con el metano, son gases de efecto invernadero y, en consecuencia, alteran la salud de las personas. La agricultura es la principal generadora de este gas altamente contaminante (UNEP, 2013). En 2012, la IARC informó que los gases que se desprenden de la combustión del diésel son carcinógenos y, entre ellos, están el N2O y los ya mencionados a lo largo del texto (Ibáñez, 2012).
Otro contaminante del aire son las PM10 (del inglés Particulate Matter), que son partículas pequeñas con menos de 10 micrones (µm) de diámetro, que pueden ser sólidas o líquidas, formadas de polvo, cenizas, hollín, metálicas, de cemento o de polen, que se encuentran dispersas en la atmósfera y provienen de las industrias y de la combustión donde se utiliza el diésel, el carbón y otras fuentes fósiles, como las centrales eléctricas y la quema de residuos de carbón, agrícolas y desechos sólidos municipales, además de la quema de madera. Los principales tipos de industrias que generan este contaminante son las fundidoras; la minería; las dedicadas a la producción de asbestos; la metalúrgica; producción de cerámica; producción del vidrio y cementeras. Afectan principalmente el sistema respiratorio y son causa del desarrollo de enfisemas y cánceres (PNUMA, 2011).
Actividad industrial
Para el análisis y la ubicación espacial de las principales industrias que en sus procesos de operación generan desechos tóxicos o contaminantes, se consideraron los registros anuales de emisiones y transferencias de contaminantes (RETC), que aportan información de la cantidad de contaminantes liberados por una planta industrial al aire, al agua y el suelo, o que son inyectados a pozos subterráneos, así como las transferencias de estos desechos para su tratamiento. Estos registros son los que utiliza la Comisión para la Cooperación Ambiental de América del Norte (CCA),4 para confeccionar las listas de las principales industrias y tipos de contaminantes que se generan en México, Canadá y los Estados Unidos:
“Los RETC siguen el rastro de ciertas sustancias químicas, recopilan datos sobre contaminantes individuales y no del volumen global de desechos conformados por mezclas de sustancias, por lo que permiten dar seguimiento a los datos sobre las emisiones y transferencias de las sustancias químicas de manera individual. Los informes por planta o establecimiento industrial son esenciales para ubicar la fuente de las emisiones y quién o qué las genera. Buena parte de la fuerza de los RETC radica en la divulgación o difusión pública de los datos, tanto completos como en síntesis, entre una amplia gama de usuarios” (CCA, 2014:2).
Del análisis realizado por la CCA resulta que son setecientas cuarenta y cinco plantas, distribuidas en seis sectores industriales, las que aportaron alrededor del 96% de los más de sesenta y cinco millones de kilogramos de emisiones y transferencias registradas en el RETC mexicano, y de estos sectores, la extracción de minerales metálicos aportó el 69% en 2005 (CCA, 2011), como se puede observar en la Figura 11.
Fuente: CCA (2009), En balance: emisiones y transferencias de contaminantes en América del Norte en 2005.
Del análisis espacial de la ubicación de las industrias en los estados y municipios objetivo se identifica una correspondencia muy elevada entre dichos municipios y las diversas instalaciones industriales. Esta variable fue una de las que presentaron la relación más alta al aplicarse el procedimiento estadístico de los modelos de regresión múltiple (Cuadro 1). Esta variable en particular es muy relevante, pues, si además se considera que en los mismos espacios coinciden otras de las variables del estudio, estos factores de riesgo podrían ser, en conjunto, algunos de los principales elementos que han provocado y pueden seguir provocando el desarrollo de esta neoplasia en la población femenina de los ámbitos analizados (Cuadro 1 y Figura 12).
Fuente: Ritchey, J., (2008), “Correlación y regresión Bi variada en Estadística para las ciencias sociales”, McGraw Hill, México, pp. 518-523
Condiciones edafológicas
Gran parte de los desechos tóxicos que se generan por la actividad industrial terminan enterrados o vertidos en el suelo y el subsuelo del país (además de los que se hacen en las corrientes de agua o alcantarillados). La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) ha dividido en tres tipos los diferentes desechos de la actividad industrial: residuos sólidos urbanos (RSU), residuos peligrosos (RP) y residuos de manejo especial (RME), que representan un riesgo potencial para la salud humana, para la existencia de los organismos vivos y para el aprovechamiento de los bienes o propiedades de las personas (DOF, 2003).
Para el presente estudio sólo se consideraron los sitios contaminados por RP (resultado del uso industrial), denominados pasivos ambientales, y que no fueron remediados oportunamente para impedir la dispersión de los contaminantes. Las industrias que más generan desechos con RP son la minera, la química básica, la petroquímica, la refinación de petróleo y la agroindustria, las que
“…han producido cantidades muy grandes, pero muy difíciles de cuantificar, de residuos peligrosos. En muchos casos éstos han sido depositados abiertamente en el suelo sin ningún tipo de control. Esto ha planteado importantes riesgos a la población o bien generado riesgos de contaminación de acuíferos por la lixiviación de contaminantes” (INE, 2007:283).
Y más peligroso aún es que hay muchos sitios con materiales RP que se han conformado de manera clandestina a lo largo de los años, que no se encuentran bajo la vigilancia o supervisión de las instancias correspondientes y son desconocidos por la población, lo que implica riesgos potenciales a su salud, que ha estado o seguirá estando expuesta a ellos, la mayoría de las veces sin saberlo, presentándose malformaciones congénitas y diversos tipos de cáncer.
En la Figura 13 se aprecia que de los municipios objetivo con las estadísticas más significativas de cáncer de mama, solo en ocho de ellos (13.1%) no se hace ninguna mención respecto a la presencia de sitios contaminados con RP, cifra cuestionable pues, como se mencionó, existen sitios clandestinos sobre los cuales aún falta una mayor vigilancia, control, detección e investigación por parte de la autoridades competentes. Solo en seis (10.16%) municipios objetivo con las estadísticas menos significativas de cáncer de mama no se hace referencia a la presencia del algún sitio con RP.
Fuente: Programa Sectorial del Medio Ambiente y Recursos Naturales (PROMARNAT), 2013-2018. INEGI, 2014.
Conclusiones
Delimitar los principales espacios donde se ha desarrollado el cáncer de mama durante los últimos doce años permitió la aplicación de un catálogo de variables para identificar varios factores de riesgo que convergen en dichos espacios, situación que puede, eventualmente, explicar en parte la presencia tan acentuada del cáncer de mama entre la población femenina de ciertas regiones de México.
Lo anterior tiene importancia si se considera que la OMS atribuye a los factores y condiciones ambientales como los causantes del desarrollo de más del 80% de los cánceres que se presentan en el mundo, principalmente los de pulmón y de mama. Este análisis permite focalizar e implementar políticas públicas para la prevención de las mujeres que se encuentra más expuestas a los factores de riesgo descritos en el estudio y la definición de recursos para la detección, tratamiento y atención de la población que manifieste esta enfermedad o con posibilidad a desarrollarla, considerando que el cáncer de mama es actualmente un grave problema de salud pública, con un marcado incremento anual.