Desde que conocí el trabajo de Verónica Gerber Bicecci1 hace unos años, fue inevitable no pensar en aquella cita de Michel de Certeau que marca una sutil pero poética analogía entre el espacio y el leguaje: “El espacio es al lugar lo que se vuelve la palabra al ser articulada” (Certeau, 2007). Hoy, al leer su más reciente libro, la frase cobra aún más resonancia: la composición de las páginas logra un inesperado desdoblamiento de espacios, haciendo que la hoja se finque a la luz de una geografía.
La compañía (2019) se centra en San Felipe Nuevo Mercurio, al norte de Zacatecas, en el municipio de Mazapil. Un poblado forjado a partir de la extracción minera, cuya historia se ha escrito desde la primera mitad del siglo XXI con metal pesado. No es este un libro que registre o documente con recursos convencionales la orografía y la realidad de una región que es digna de estudio. Y, sin embargo, algunas de las fuentes que lo sustentan provienen de informes periodísticos y científicos en torno a las prácticas de minería que ahí se han llevado a cabo y los efectos que estas han tenido en términos de salud, medio ambiente y rezago económico. Lo que la autora ha hecho es un montaje, a partir de la apropiación de textos e imágenes creados por terceros, y de un encuentro entre géneros literarios, artísticos y periodísticos.
La compañía está compuesto de dos partes, a. y b. En la primera se puede leer un cuento a pie de página sobre fotografías en blanco y negro de Nuevo Mercurio, que Gerber Bicecci tomó durante un viaje a la región. Tanto las imágenes como los textos fueron parte de la instalación La máquina distópica, que se expuso en 2018 en el Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez de Zacatecas.2 En aquella ocasión, el formato de presentación mostraba las imágenes con su respectivo texto sobre un mapa dibujado a pared, que trazaba con líneas punteadas la forma de la mina de mercurio que dio origen al pueblo de San Felipe.
En la parte a., ese mapa toma ahora la forma de una representación abstracta y mucho más amplia. Su imagen se hace visible al pasar de las hojas, mostrando o, mejor dicho, construyendo una visión no solo de la mina sino también del paisaje minado de San Felipe. El efecto del blanco y negro de las fotografías, por ejemplo, hace que los pequeños cerros, pastizales o estructuras arquitectónicas tengan una atmósfera áspera y desecada, típica de un territorio que se ubica a 2230 metros sobre el nivel del mar y que está rodeado de cuencas desérticas.
El sentido de espacialidad de esta geografía se termina por conformar gracias a la narración que también es parte de las imágenes. Se trata de una reescritura del cuento “El huésped” (1959) de la zacatecana Amparo Dávila (1928-2020), del que Gerber Bicecci retoma la estructura original para únicamente sustituir a los personajes de “el huésped” y “Guadalupe” -de la trama original- por “Compañía” y máquina”, cambiar el tiempo verbal del texto a futuro y la voz narrativa a segunda persona.
“Nunca olvidarás el día en que vino a vivir contigo. Tu marido traerá a la Compañía al regreso de un viaje”, reza la primera frase con la que inicia el recorrido. Desde las primeras palabras, el flujo de la narrativa define los espacios en los que transita el lector de tal forma que el cuerpo parece ocupar lo que se describen en las páginas, mientras la mirada se hace cómplice de las escenas que se cuentan. Un logro, sin duda, de Dávila; sin embargo, en La compañía, los cuartos, la recámara, el jardín o la cocina de los protagonistas de “El huésped” se contrapone con las fotografías de las minas, la carretera y los paisajes de Nuevo Mercurio.
Lo que hace cada vez más contigua la relación entre el interior y el exterior es la presencia constante del personaje de la “Compañía” que, como en el cuento original de Dávila, se instala como un huésped incómodo, tan ajeno como peligroso, que perturba la tranquilidad y la cotidianeidad de una familia. La “Compañía” está en el pueblo, pero también dentro de sus casas. Es, en este contexto, la encarnación de las empresas mineras nacionales que desde 1940 ocuparon San Felipe Nuevo Mercurio para hacer trabajos de extractivismo.
Cada que el personaje de la “Compañía” se menciona en el relato, sobre las fotografías aparecen pictogramas tomados del proyecto La máquina estética3 (1975) del también artista zacatecano Manuel Felguérez (1928-2020), en una alusión que puede entenderse como el poder de las máquinas -mineras, en este caso- para transformar el orden de la tierra y la vida de los habitantes que lo ocupan.
En la parte b. del libro, la ficción que en el cuento ubica a la Compañía como un ente amenazante y perturbador dentro de la casa, se convierte en alegoría de una realidad que azotó al pueblo Nuevo Mercurio durante más de cuatro décadas. En esta sección, Gerber Bicceci intercala fragmentos de noticias de periódicos y artículos académicos, y entrevistas realizadas por ella misma a pobladores de la región, donde se da cuenta de la larga historia de explotación minera por parte de empresas nacionales e internacionales.
Los textos dispuestos sobre fondo negro cuentan, desde la documentación periodística, analítica y los reportes gubernamentales, sobre los efectos tóxicos de la minería en aquella región desértica de Zacatecas: desde la bonanza económica que significó la extracción y venta de mercurio durante la Segunda Guerra Mundial, pasando por las diversas compañías que se hicieron cargo de la minera, hasta llegar a los daños que ocasionó el mineral en la salud de los pobladores.
En esta parte, las imágenes son escasas en comparación con la primera sección, pero constantes. Se tratan de diagramas que ofrecen una dimensión geológica: plantas longitudinales, mapas de cráteres meteóricos en el estado de Zacatecas, mapas de los recorridos hasta Nuevo Mercurio o planos del proyecto ecoturístico que se construyó en la zona para apreciar la abundancia de murciélagos e incentivar la economía del pueblo que quedó en el desamparo después de que en la década de los 80 cesaron las actividades de minería.
En suma, lo que Verónica Gerber Bicecci logra en La compañía es una composición poética entre imágenes, textos y relatos, en la que se enuncia de manera crítica las fuerzas que operan en el aprovechamiento de los recursos naturales, y la forma en que su uso determina las apropiaciones de un territorio. San Felipe Nuevo Mercurio es un ejemplo de la disposición geográfica a fuerza de la mano humana, donde las bondades de la naturaleza terminan por ser una condena. Desde la literatura y el arte, lo que este libro pone sobre la mesa son las historias de despojo y colonialismo que atraviesan a Zacatecas, en particular, pero que son una constante en diversas regiones de México. De cierta forma, La compañía es un ejercicio de memoria que recurre al archivo como una estrategia para narrar un fenómeno, como el de la minería, que aún se cuenta en presente.