INTRODUCCIÓN
El término de desarrollo sustentable (DS) nace con la idea de administrar de forma eficiente y racional los recursos con los que cuenta la sociedad, de tal manera que sea posible mejorar el bienestar de la población actual sin comprometer la calidad de vida de las generaciones futuras (UN 1987). Asimismo, se le considera una megatendencia emergente que muchas empresas visualizan como un desafío que puede afectar su competitividad al no percibir su carácter estratégico (Lubin y Esty 2010). Por lo que alcanzar un crecimiento económico que conserve y enriquezca en vez de destruir las bases naturales en las que inevitablemente se asienta la actividad humana, constituye el objetivo principal de cualquier estrategia de sustentabilidad (Calva 2007).
En la actualidad, el DS es un tema que está cobrando mayor interés en las empresas de todo el mundo y especialmente, en las de México. Sin embargo, es importante destacar que no se debe ver como simple filantropía, sino como una nueva forma de analizar el desempeño de la organización desde cuatro perspectivas diferentes y complementarias: la económica (relativa a la necesidad de que la empresa sea rentable para perdurar en el tiempo), la social (para atender los impactos tanto internos como externos de esta índole que pudieran presentar las operaciones de la empresa), la ambiental (para cuidar el impacto que pudiera ejercer la operación de la empresa sobre el ambiente y los recursos naturales) y la institucional (para fomentar su desarrollo como parte de la cultura empresarial).
Diversas investigaciones han empezado a identificar las relaciones entre estas dimensiones, como el concepto de ecoeficiencia, que busca unir las mejoras ambientales y económicas (Rincón y Wellens 2011), la relación social y ambiental a través de la educación (Avilés et al. 2014) o como parte fundamental de la cultura en las Instituciones de Educación Superior (Juárez-Nájera et al. 2010, Espinosa et al. 2013).
No obstante, a pesar de estos esfuerzos, todavía existen empresas que no han permeado totalmente el concepto de DS al interior de sus organizaciones, siendo una de las principales causas el desconocimiento del tema seguido por la falta de recursos asignados para el mismo al no ser considerado como una prioridad (KPMG 2011). En México, hay empresas que han tomado la iniciativa de empezar una cultura de sustentabilidad, pero que aún la visualizan como un cambio exclusivo en la producción. Lo ideal es que sea parte de su estrategia, para que así, puedan involucrar al resto de su organización en la búsqueda de mejorar sus niveles de productividad y por consecuencia, también su rentabilidad (López 2012).
Con base en lo anterior, la presente investigación tiene como objetivo proponer un modelo de DS determinando qué factores de sustentabilidad son significativos para las empresas y enfocarlas hacia un reconocimiento como empresas sustentables a través del análisis de diversos modelos teóricos y empresariales, así como de diversas normas de certificación. Para tal fin, se seleccionó a la industria de los recubrimientos cerámicos en México, por ser un sector poco estudiado pero de gran trascendencia económica al ubicarse entre los diez principales productores a nivel mundial (Stock 2014). El caso de estudio fue el estado de Tlaxcala que ocupa el segundo lugar a nivel nacional con seis empresas de recubrimientos cerámicos instaladas y en operación (Sociedad Mexicana de Cerámica Zona Norte 2014).
ANTECEDENTES
Modelos y factores de DS
En la década de los 90, el concepto de DS alcanzó su mayor difusión, constituyéndose en una moda. A fines del siglo XX su popularidad implicó que su presencia se distinguiera en todas las estructura sociales, como una fórmula que sin duda, nos llevaría a alcanzar una mejor calidad de vida. Sin embargo, este proceso se ha desgastado, se recurre con insistencia a la sustentabilidad pero difícilmente se le define como un concepto destinado a la acción colectiva en un grupo social. De ahí nace la necesidad de identificar factores e indicadores que sirvan para medir la distancia y el sentido de la variación de un modelo entre el estado inicial y el estado de transición, enfocado hacia un escenario sustentable de desempeño de la sociedad (Achkar 2005). En este sentido, la comisión Brundtland reconoció que el concepto de DS debe ir más allá que el aspecto ambiental, también debe considerar el bienestar humano, el bienestar ecológico y sus interacciones. Esta perspectiva dio lugar a la publicación del llamado "Libro azul" en el que se presentaron cuatro dimensiones de sustentabilidad: económica, social, ambiental e institucional (Durán 2000).
Asimismo, Achkar (2005) estableció que la sustentabilidad se puede fundamentar en cuatro dimensiones que interactúan entre sí, a las cuales denominó dimensión físico-biológica, social, económica y política. Dimensiones que presentan una estrecha relación con las presentadas por el Informe Brundtland.
Este enfoque, planteado y utilizado por diversos países e instituciones hace énfasis en desarrollar capital económico y capital social mientras se ejerce una sólida administración del capital ambiental (Hoegen 2009). Bajo esta nueva visión, se observó que la sustentabilidad puede integrar por lo menos a tres factores principales que son el ambiente, la economía y la sociedad (Salcedo et al. 2010, Mihelcic y Zimmerman 2012). Como resultado, a través de los años han proliferado teorías, modelos e indicadores que con el tiempo han evolucionado. No obstante, todos presentan aspectos en común.
Entre los modelos más reconocidos destacan los siguientes:
Modelo Brundtland: en su dimensión social se destaca la salud, educación, equidad, vivienda y seguridad. En la dimensión económica considera al desarrollo económico como principal factor y en la dimensión ambiental el cuidado del aire, suelos y agua (UN 1987).
Modelo del servicio estadístico gubernamental del Reino Unido (GSS, por sus siglas en inglés): en la dimensión social considera prioritario la salud, el fomento de las destrezas, la motivación, el conocimiento y el espíritu. En la parte económica destaca la atención hacia los edificios y maquinaria, y en la dimensión ambiental prioriza el cuidado y buen manejo de los minerales, bosques, flora, fauna, agua, aire y suelos (GSS 2004).
El modelo de tetraedro de Achkar: establece que las buenas relaciones entre clases sociales es el principal factor de la dimensión social. También considera a las relaciones de propiedad y circuito de finanzas en la dimensión económica y por último, las relaciones del uso y manejo de los bienes de la naturaleza en beneficio de la humanidad (Achkar 2005).
Modelo Barber-Zapata: entrelaza las dimensiones ecológica, económica y social en una zona común que es donde se logra el DS, como un indicador de que las tres dimensiones se están realizando. Esto quiere decir, que si alguna área llega a omitirse, se tendría otro tipo de desarrollo (Salcedo et al. 2010).
Con estos principios, las empresas en México han diseñado sus propios modelos. Sin embargo, las nuevas tendencias en el siglo XXI exigen el fortalecer e impulsar a la sustentabilidad no sólo en la parte ambiental y social, que es donde se concentran la mayoría de los esfuerzos. Tal es el caso del sector de recubrimientos cerámicos en México, en el que sus modelos de DS se enfocan principalmente, en la dimensión ambiental y social, por lo que sus operaciones sólo las han llevado a ser reconocidas como empresas limpias o como socialmente responsables. A pesar de que realizan acciones que impactan en otros aspectos de sustentabilidad y que requieren ser reconocidas. De tal forma, que para complementar y fortalecer la propuesta de factores de sustentabilidad, también se analizaron las normas y criterios de certificación y reconocimiento del cuadro I.
Lo anterior, revela la necesidad de un modelo que identifique realmente qué factores de sustentabilidad impactan en cada dimensión del DS para promover nuevas estrategias, especialmente, en la dimensión económica para que el desarrollo ecológico sea rentable. Así en consecuencia, tendrá una mejor aceptación por los empresarios, así como en la dimensión institucional, para la creación y fomento de una nueva cultura organizacional.
MATERIALES Y MÉTODOS
Diseño de la investigación
Para el presente trabajo se planteó una investigación no experimental, descriptiva, cuantitativa y transversal. El análisis buscó especificar las características y perfiles de un objeto de estudio para proponer un modelo de DS (Hernández et al. 2010). El objeto de estudio fue el sector de recubrimientos cerámicos en México, por ser un sector poco estudiado en materia de DS pero reconocido por su productividad al ubicarse en el décimo lugar de países productores a nivel mundial (Stock 2014). Por su productividad destacan tres grandes fabricantes: Lamosa Revestimientos de Grupo Lamosa S.A.B. de C.V. con once plantas instaladas, Cerámica Vitromex de Grupo Industrial Saltillo S.A.B. de C.V con cinco plantas y una de Interceramic de Grupo Internacional de Cerámica S.A.B. de C.V., con una capacidad instalada entre las tres empresas de 216.4 millones de m2 al año, lo que representa el 95 % de la producción total del país (Stock 2014). Asimismo, el estado de Tlaxcala es reconocido por ocupar el segundo lugar en cantidad de empresas instaladas y en operación en el país.
Instrumento de evaluación
Después de analizar los modelos teóricos, empresariales y diversas normas de certificación y reconocimiento, se diseñó un cuestionario de 42 reactivos para identificar la percepción que actualmente tienen las empresas sobre los factores e indicadores propuestos para las dimensiones de DS.
Para su aplicación se consideró dentro del perfil del encuestado al personal que tuviera experiencia en el sector de al menos dos años en puestos de mando medio o directivo. La encuesta fue validada con una muestra n = 20 a través del coeficiente de alfa de Cronbach.
Para cada pregunta se aplicó una medida métrica en la modalidad de medición por intervalos, manteniendo un orden determinante entre categorías iguales (Hernández et al. 2010). De esta forma, para medir las escalas en cada ítem se aplicó el método de escalamiento Likert. Se consideró una escala de cinco categorías de respuesta con unidades métricas del 1 al 5, en donde el 1 se especifica como nada determinante, 2 poco determinante, 3 moderadamente determinante, 4 muy determinante y 5 extremadamente determinante (Vagias 2006). Con lo anterior se midió la percepción sobre los factores de DS propuestos, entendiendo el concepto determinante como la acción que influye para tomar una decisión (Garzón 1995). Finalmente se aplicó el instrumento en las empresas de cerámica instaladas en el estado de Tlaxcala.
Análisis estadístico
Para establecer las diferencias significativas entre el nivel de determinación de los factores de DS, se aplicó un análisis de varianza para un modelo completo de bloques aleatorizados (Montgomery 2014). Asimismo, se empleó la prueba de Tukey para realizar comparaciones múltiples con un nivel de significancia del 95 %. Los resultados fueron analizados con el programa Minitab 16(r).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Factores de sustentabilidad
Con base en el análisis teórico, en las acciones que realizan las empresas de cerámica en las dimensiones social, económica, ambiental e institucional y en las normas y requisitos para lograr una certificación y/o reconocimiento, en el cuadro II se presenta la propuesta de factores de sustentabilidad para el sector de recubrimientos cerámicos en México. Adicionalmente, se presentan los sub-factores y líneas de acción, que formaron la base para el diseño del instrumento.
El instrumento diseñado se aplicó en cinco empresas de recubrimientos cerámicos del estado de Tlaxcala, lo que representó el 83.33 % del total de la muestra recabando 20 casos.
La confiabilidad se calculó con el coeficiente de alfa de Cronbach, ésta resultó ser de 0.927, lo que indica una elevada confiablidad (Hernández et al. 2010)
En el cuadro III se observa que el factor seguridad y salud en el trabajo, representado por la letra "a" presenta una diferencia significativa (p < 0.05), además de ser el que muestra la media más alta (4.40), ubicándose entre un nivel muy determinante y extremadamente determinante. La anterior tendencia es debida principalmente a la importancia de contar con prestaciones para el cuidado de la salud de los trabajadores y con seguridad social para la familia tal como lo indica la ley del Seguro Social y las normas oficiales de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social en México. Los factores ciencia para el DS (3.90) e integración ambiental (3.21) representados por las letras "b y c" respectivamente, también presentaron diferencias significativas, ubicándose entre moderadamente determinante y muy determinante. Debido en su mayoría, a la poca relevancia que se le da al participar en conjunto con universidades y centros de investigación en proyectos enfocados hacia el DS, así como el trabajar en conjunto con cámaras de comercio y con los legisladores.
1Los valores con letras iguales no mostraron diferencias significativas (p < 0.05)
STPS = Secretaría del Trabajo y Previsión Social, PROFEPA = Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, ISO = Organización Internacional de Estandarización, ESR = Empresa Socialmente Responsable, ANSI = Instituto Nacional Estadounidense de Estándares
En lo que se refiere a los factores restantes representados como "ab", no presentaron diferencias significativas, concentrándose en una actitud favorable positiva.
Finalmente y con base en los resultados obtenidos por el instrumento, se propone el modelo de DS para el sector de recubrimientos cerámicos (Fig. 1). En este sector, se destacan las cuatro dimensiones de sustentabilidad: ambiental, social, económica e institucional con sus respectivos factores, enfocados hacia el objetivo de ser una empresa sustentable en productos, procesos, personal, entorno, rentabilidad y cultura.
CONCLUSIONES
En esta investigación se concluye que una empresa sustentable es aquella que realiza acciones de sustentabilidad en las dimensiones ambiental, social, económica e institucional.
Por lo que el modelo propuesto cumple con el objetivo de determinar qué factores de DS son significativos para las empresas, y que deben estar implícitos en su misión y visión, con el objetivo de enfocarse hacia el reconocimiento como empresas sustentables.
En el modelo se visualiza cómo las dimensiones de DS son determinantes en el proceso interno de la empresa, en el cual, todas ejercen influencia en los productos y procesos, en el personal y entorno, en la rentabilidad y en la cultura.
Así, en la dimensión ambiental se considera que los productos y procesos deben ser amigables con el ambiente a través de la prevención de la contaminación y de una buena gestión de sus recursos naturales. Adicionalmente, diseñar productos verdes, desde su materia prima hasta el final de su ciclo de vida. Basta identificar que desde hace años existe una creciente preocupación por el ambiente, la cual, se ha generalizado en las sociedades desarrolladas. Lo que ha constituido un nuevo entorno competitivo que no puede ser olvidado por la dirección de las empresas (Chamorro 2001).
En la dimensión social se busca el beneficio del personal y de su entorno con una eficiente administración de los recursos humanos. En este entorno se espera brindar salud, seguridad y crecimiento económico, tanto en la organización, como en el personal y en el lugar donde se ha establecido la empresa.
En lo que concierne a la dimensión económica, se plantea la propuesta de una rentabilidad tanto económica como social, en la búsqueda de generar resultados y/o beneficios con base en la inversión en tecnología para disminuir el consumo de energía y mejorar la calidad ambiental de los procesos. Se concibe además, que su objetivo no sólo sea generar ganancias económicas, sino también devolver algo a la sociedad a nivel social, económico y ambiental que le permita a la empresa un arraigo de forma permanente.
En la dimensión institucional se propone la creación de una cultura sustentable, con una misión y visión que impacte en todos sus actores, con normas, hábitos y valores que se practiquen dentro y fuera de la organización. Lo anterior impactará en una nueva forma de comportamiento y de educación (Dieleman y Juárez-Nájera 2008, Avilés et al. 2014).
Finalmente, toda acción realizada debe ser reconocida a través de un proceso de certificación, en el que se haga constar ante la sociedad a nivel nacional y mundial los beneficios económicos, ambientales y sociales que se están generando. Lo que refleja una mayor credibilidad al demostrar que son empresas que cumplen con normas establecidas por organismos nacionales e internacionales en cada dimensión.
Otro aspecto importante es el dar a conocer a las empresas que la sustentabilidad no está enfrentada con la rentabilidad. Lo anterior debido a que de acuerdo con la Bolsa Mexicana de Valores, en los últimos años se ha iniciado una tendencia por parte de los inversionistas en buscar compañías sustentables para invertir sus recursos en ellas, basándose en la premisa de que una empresa que sea sustentable generará valor a largo plazo y estará mejor preparada para lidiar con los retos económicos, sociales y ambientales que se presenten (Bibián 2014).