Introducción
Los estudiantes de secundaria corresponden al grupo etario denominado adolescentes. La Organización Mundial de la Salud (OMS, 2021) define a la adolescencia como el periodo de crecimiento y desarrollo humano entre los 10 y 19 años. Es una etapa de transición que se caracteriza por un ritmo acelerado de crecimiento, cambios en la composición corporal, aparición de caracteres sexuales secundarios y maduración emocional y psicosocial. Además, es común durante esta etapa la inmadurez en la toma de decisiones y con ello presentar conductas de riesgo para la salud relacionadas con la alimentación, toxicomanías y actividad física (AF).
En el adolescente los patrones conductuales en la ingesta de alimentos llegan a ser vulnerables debido a que los hábitos alimentarios (HA) son susceptibles a los cambios sociales, culturales, emocionales y conductuales y pueden provocar o reforzar el consumo excesivo de alimentos no nutritivos (Vilugrón et al., 2020). La calidad de los alimentos que se ingieren en esta edad pueden influir en la capacidad cognitiva y en el rendimiento académico (RA) del estudiante; por ejemplo, la ingesta de alimentos con alto contenido en azúcar añadida se asocian con dificultad de concentración, mala memoria y razonamiento deficiente, mientras que alimentos de bajo índice glucémico y un aporte suficiente de ácidos grasos omega 6:3 y aminoácidos se relacionan con mejor memoria y menor deterioro cognitivo (Martínez et al., 2018). Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) Continua Covid-19, uno de cada tres adolescentes consumió verduras y huevo, y uno de cada cinco consumió leguminosas; por el contrario, nueve de cada 10 consumió bebidas endulzadas (Secretaría de Salud [Salud] 2021).
En cuanto al consumo de sustancias tóxicas como el alcohol, sus efectos neurotóxicos en el adolescente pueden impactar en el desarrollo de habilidades cognoscitivas (Palacios, 2019). En México, el consumo de esta sustancia representa un problema de salud pública en adolescentes. De acuerdo con la Ensanut 2018-2019, la ingesta de alcohol ha mostrado un incremento en el consumo excesivo en un 29.8%, en hombres de 22.5% y en mujeres de 26.6%. Respecto al consumo de tabaco, la prevalencia global en adolescentes es de 5.7% (1 304 000 fumadores); la edad promedio de inicio al consumo diario es de 15 años y seis cigarrillos (Salud, 2020).
Respecto al comportamiento sedentario, se ha encontrado que desde la edad preescolar y escolar este puede estar asociado con un peor rendimiento de la memoria de trabajo en la adolescencia; se presenta una falta de capacidad para mantener la información durante un breve tiempo para el proceso cognitivo, lo cual tiene implicaciones importantes en el RA del adolescente (López-Vicente et al., 2017). En México, los adolescentes (87.4% mujeres, 81.9% hombres) no cumplen con la recomendación de AF para la edad, la cual consiste en 60 minutos de AF moderada a vigorosa durante 7 días a la semana (Salud, 2020).
Hábitos alimentarios en adolescentes
La Fundación Española de la Nutrición (2014) define a los HA como comportamientos conscientes, colectivos y repetitivos, que conducen a las personas a seleccionar, consumir y utilizar determinados alimentos o dietas, en respuesta a influencias sociales y culturales.
La etapa de la adolescencia puede conllevar también a nuevos hábitos, ya que a menudo en esta edad pueden ejercer más autonomía sobre su propia elección de alimentos y tienen mayores oportunidades de acceso a alimentos poco saludables. Los adolescentes representan un grupo vulnerable debido al aumento de sus requerimientos nutricionales y la tendencia para adoptar HA inadecuados (Pareja et al., 2018). Un hábito no saludable de alto riesgo a la salud en esta etapa es el consumo de alimentos ultraprocesados que, según la clasificación NOVA (Sistema de clasificación de alimentos en base a su grado de procesamiento), son aquellos alimentos fabricados a partir de procedimientos industriales complejos, por tanto, son productos alimenticios de diseño a base de combinar componentes de todo tipo, con muchos aditivos, edulcorantes, saborizantes y texturizantes (Instituto Nacional de Salud Pública [INSP], 2020).
Actividad física en adolescentes
Según la OMS (2020), la AF se refiere a cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que exija gasto de energía, incluye el ejercicio y otras actividades que involucran movimiento corporal y se realizan como parte de los momentos de juego, entre sus modalidades se encuentra el juego físico, actividades recreativas y deporte, mismas que mejoran las habilidades de razonamiento, aprendizaje, crecimiento y desarrollo. Sin embargo, el nivel de AF en el 80% de los adolescentes en el mundo es insuficiente. De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unisef, 2019), el practicar algún tipo de AF diaria es primordial para el desarrollo físico, mental, psicológico y social de los niños, niñas y adolescentes.
La OMS (2010) recomienda en niños y adolescentes realizar por lo menos 60 minutos diarios de AF de intensidad moderada a vigorosa para ser considerados físicamente activos y obtener beneficios en la salud. La AF en específico es aquella que involucra el metabolismo de la glucólisis aeróbica, contribuye a producir más conexiones neuronales y también a generar nuevas neuronas en el hipocampo y corteza frontal, regiones del cerebro relacionadas con el aprendizaje y atención, mejor nivel educativo, adquisición de más competencias interpersonales y un mayor compromiso con las actividades escolares (Mora, 2013, como se citó en Grasso, 2020).
Toxicomanías en adolescentes
Según la American Academy of Child and Adolescent Psychiatry (2015), los adolescentes pueden ser más propensos a experimentar con alcohol y drogas, debido a que en esta etapa buscan probar cosas nuevas sin visualizar sus acciones en el presente y sus consecuencias negativas, como el riesgo a una adicción, accidentes o violencia, además de otras consecuencias a la salud como fatiga, insomnio, cambios rápidos de humor, irritabilidad o depresión. Asimismo, en particular, en la escuela se observa un interés decreciente, actitudes negativas, inasistencia, falta de disciplina e irresponsabilidad, por ende, fracaso o deserción escolar.
El informe mundial sobre las drogas de la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC, 2020) refiere que los adolescentes junto con los adultos jóvenes representan la mayor parte de los que tienen toxicomanías; por ejemplo, el consumo de drogas aumentó rápidamente en los países en desarrollo del 2000 a 2018. Con base al Informe Sobre la Situación de Consumo de Drogas y Atención Integral en adolescentes de 13 a 18 años, se reportó que la prevalencia del consumo de droga ilegal una vez en la vida fue de 17.2%, de los cuales un 18.6% fue en hombres y mujeres un 15.9% (Gobierno de México, 2019).
Este grupo etario de adolescentes es el más vulnerable a sufrir los efectos de las drogas y el alcohol en la cognición, ya que el desarrollo cognitivo es hasta los 18 años; durante la adolescencia se presenta un proceso de pensamiento más complejo, abstracto y menor capacidad para razonar (Stanford Children's Health, 2021)
Rendimiento académico
El RA ha sido ampliamente estudiado junto con su evolución a lo largo del tiempo. Es un producto de la asimilación y aprovechamiento de uno o varios elementos contenidos en un programa de estudios, que puede ser expresado en calificaciones, y se refiere al resultado del aprendizaje de conocimientos conforme a pruebas realizadas por docentes y complementadas por diferentes actividades, además de considerarse como indicador tanto cualitativo como cuantitativo para medir el conocimiento adquirido por un estudiante en cualquier área o disciplina en relación con los objetivos de aprendizaje. También, es una manera de verificar otros aspectos como las habilidades y actitudes desarrolladas por el educando y, por tanto, es la medida esencial que refleja la eficacia del sistema educativo (Fajardo et al., 2016).
Morales et al. (2016) definen al RA como la dimensión del índice de valoración de la calidad global de la educación. Se refiere a un término multidimensional a partir del cual se puede dar cuenta de los resultados que se han obtenido en los procesos de enseñanza-aprendizaje (Stover et al., 2014, como se citó en Grasso, 2020).
Partiendo del punto de vista de Lamas (2015), se clasifica al RA en dos tipos. En primer lugar, el RA de tipo individual es el que se manifiesta con la adquisición de conocimientos, experiencias, hábitos, destrezas, habilidades, actitudes, aspiraciones, etc, mismas que permiten al docente determinar el rendimiento general, mientras que el rendimiento específico es el resultado de la resolución de problemas personales, desarrollo en la vida profesional, familiar y social que se les presentan en el futuro.
En segundo lugar, el RA de tipo social es la institución educativa que, al influir sobre el estudiante, también influye sobre la sociedad en que se desarrolla. Se consideran factores con gran influencia en el campo geográfico y demográfico, constituido por el número de personas a las que se extiende la acción educativa.
Por tanto, el objetivo de esta investigación fue analizar la relación HA, toxicomanías y AF con el RA en estudiantes de secundaria en Zacatecas.
Materiales y métodos
El estudio se basó en un enfoque cuantitativo con un diseño no experimental, de corte transversal y un alcance observacional. Se utilizó un muestreo no probabilístico por conveniencia conformado por 150 estudiantes que cumplieran con el siguiente criterio de inclusión: alumnos de 12 a 15 años inscritos en las secundarias Independencia y Zacatecana de Sombrerete, Zacatecas, durante el ciclo escolar agosto 2018 a julio 2019. El criterio de exclusión fue: estudiantes desertores durante el periodo escolar y aquellos que no autorizaron su participación mediante el consentimiento informado.
Se realizó un análisis descriptivo y estadístico mediante la prueba de correlación de Pearson para determinar la relación entre variables de estudio.
Los instrumentos utilizados fueron tres cuestionarios estructurados correspondientes a HA-toxicomanías, AF y RA:
-Cuestionario de HA y Toxicomanías. Se utilizaron dos dimensiones, las cuales midieron los hábitos en cuanto a la alimentación a través de ítems como la realización del desayuno, ingesta calórica y de macronutrientes en el desayuno (evaluado por Licenciados en Nutrición con base a los requerimientos nutricionales para la etapa del adolescente), número de comidas realizadas en el día, consumo de alimentos procesados y ultraprocesados. Finalmente, la dimensión de toxicomanías se midió con el consumo de alcohol y tabaco. Se realizó la validación mediante la revisión, análisis y juicio de Licenciados en Nutrición con formación y experiencia en nutrición poblacional, quienes emitieron sus opiniones y correcciones en la redacción para la eliminación de algunos de los ítems formulados, y con ello se determinó los más aptos. Para la confiabilidad del instrumento se realizó una prueba piloto en 50 estudiantes, el método estadístico aplicado fue alfa de Cronbach con un valor de 0.85 (bueno). En cuanto a la interpretación, si los alumnos obtuvieron un resultado de 60 puntos se consideró como HA no saludables, de 61 a 87 puntos HA saludables y de 8 a 13 puntos toxicomanías positivas; y al obtener 14 puntos se establece que no presentan toxicomanías.
-Cuestionario de actividad para adolescentes (PAQ-A). Es un cuestionario español basado en la versión original para evaluar la AF de los adolescentes en un estudio de la Universidad de Saskatchewan (Canadá), esta versión se elaboró en Madrid España en el 2007 para valorar el AF en adolescentes españoles. El cuestionario PAQ-A está conformado por siete a nueve preguntas que valoran distintos aspectos de la AF realizadas por el adolescente en los últimos siete días durante su tiempo libre, durante la clase de educación física, así como en los diferentes horarios durante los días de clase y el fin de semana. Se utiliza una escala Likert de 5 puntos. La interpretación final se obtiene mediante la media aritmética de las puntuaciones obtenidas, permite identificar el grado de AF (sedentaria ≤ 17 puntos; leve de 18 a 34 puntos; moderada 35 a 51 puntos; intensa 52 a 68 puntos; vigorosa 69 a 85 puntos). El análisis de fiabilidad de la versión del cuestionario corresponde a alfa de Cronbach 0.77 a 0.84. Por tanto, se considera que es un cuestionario adecuado para aplicarlo en otros estudios con muestras de adolescentes (Martínez-Gómez et al., 2009).
-Cuestionario para la evaluación del RA. Es un cuestionario de escala Likert para medir el RA o para determinar si este fue excelente, muy bien, bien, suficiente o regular. Se consideró el promedio general por alumno y por asignaturas, el porcentaje de asistencia a clase, la productividad en cuanto a tareas y trabajos en clases e índice de reprobación. Se realizó la validación mediante juicio de doctores y maestros con formación y experiencia en el área, quienes emitieron opiniones y sugerencias de corrección de los ítems, y con ello se determinó los más aptos. Respecto de la confiabilidad del instrumento (véase Tabla 1). en primer momento se realizó una prueba piloto en 10% de la muestra utilizando el método de Cronbach con un coeficiente de 0.92 (excelente).
Instrumento | Alfa de Cronbach | Número de elementos |
Hábitos Alimentarios y Toxicomanías | 0.851 | 23 |
Rendimiento Académico | 0.920 | 12 |
Fuente: Elaboración propia.
El procedimiento de obtención de la información fue mediante una encuesta aplicada a los estudiantes que aceptaron participar voluntariamente mediante la autorización del consentimiento informado; así mismo, previamente se les explicó el objetivo de la investigación y la implicación de nulos riesgos, haciendo énfasis sobre la protección a la salud, dignidad, integridad y confidencialidad de la información personal, además de los otros puntos señalados en la Declaración de Helsinki. Respecto a los cuestionarios de HA-toxicomanías y AF, se dieron instrucciones a los estudiantes para realizarlo, mientras que para el cuestionario de RA se solicitó apoyo a los directivos y docente responsable para el acceso de los registros de calificaciones, productividad y reprobación de cada estudiante. Para el análisis de los datos obtenidos se utilizó el paquete estadístico IBM SPSS Statistics Versión 21.0.
Resultados
El RA de los estudiantes de primer, segundo y tercer grado de las escuelas secundarias se midió en las dimensiones de calificación y desempeño académico que a continuación se describen.
En la Tabla 2 se muestra cómo el promedio general de los alumnos durante el ciclo escolar 2019 se mantuvo en la categoría de Bien (8.0) con un 46.7%, Excelente (10.0) con un 11.1% y Regular (≤ 6.0) con solo 2.2%. Respecto al desempeño por asignaturas, las mejores calificaciones corresponden a la materia de
DIMENSIÓN: Calificación | |||||
Í t e m | Excelente (10.0) |
Muy Bien (9.0) |
Bien (8.o) |
Suficiente (6.0-7.0) |
Regular (≤ 6-0) |
Promedio general | F (%) | F (%) | F (%) | F (%) | F (%) |
1.- ¿Cuál es el promedio general del alumno durante el ciclo escolar 2019? |
17 (11.1) | 23 (15.6) | 70(46.7) | 37 (24.4) | 3(2.2) |
Indicador: Promedio por asignatura | |||||
2.- ¿Cuál es el promedio en la asignatura de matemáticas del alumno en el ciclo escolar 2019? |
17(11.1) | 13(8.9) | 27(17.8) | 27(17.8) | 66(44.4) |
3.- ¿Cuál es el promedio en la asignatura de español durante el ciclo escolar 2019? |
10 (6.7) | 23 (15.6) | 27 (17.8) | 43(28.9) | 47(31.1) |
4.- ¿Cuál es el promedio en la asignatura de ciencias durante el ciclo escolar 2019? |
7(4.4) | 43(28.9) | 37 (24.4) | 47(31.1) | 16(11.1) |
5.- ¿Cuál es el promedio en la asignatura de historia durante el ciclo escolar 2019? |
17 (11.1) | 13 (8.9) | 23(15.6) | 50 (33.3) | 47(31.1) |
6.- ¿Cuál es el promedio en la asignatura de educación física durante el ciclo escolar 2019? |
37(24.4) | 30(20.0) | 43(28.9) | 33 (22.2) | 7(4.4) |
7.- ¿Cuál es el promedio en la asignatura de educación artística durante el ciclo escolar 2019? |
50(33.3) | 47(31.1) | 40(26.7) | 10(6.7) | 3(2.2) |
Fuente: Elaboración propia.
En cuanto a la dimensión del desempeño académico, en la Tabla 3 se muestra el desempeño de los alumnos en diferentes niveles de medición. De acuerdo con el número de asistencias, el 48.9% de los alumnos tienen una excelente asistencia. En cuanto a la productividad de tareas y trabajos en clase, la mayoría se encuentra en la categoría Bien, con un resultado del 26.7%. Por otra parte, el índice de reprobación produce el rubro Bien como resultado mayor, con un 28.9%, en este rubro se encuentra que solo 14 alumnos tienen una calificación menor o igual a seis (9.1%). Los resultados encontrados confirman un desempeño académico favorable en esta comunidad estudiantil.
DIMENSIÓN: Desempeño académico Ítems | Excelente (100%) F (%) |
Muy bien (90%) F (%) |
Bien (80%) F (%) |
Suficiente (70%) F (%) |
Regular (≤60%) F (%) |
10.-De acuerdo con el número de asistencia en clase durante el ciclo escolar 2019, ¿Cómo es su desempeño? | 73 (48.9) | 60 (40) | 11 (6.7) | 3 (2.2) | 3 (2.2) |
11.- De acuerdo con la productividad (Tareas y trabajos en clase) durante el ciclo escolar 2019, ¿Cómo es su desempeño? | 37(24.4) | 30(20) | 40 (26.7) | 30 (20) | 13 (8.9) |
12.- De acuerdo con el índice de reprobación durante los dos primeros bimestres del ciclo escolar 2019, ¿Cómo es su desempeño? | 33(22.2) | 23 (15.6) | 43 (28.9) | 37 (24.4) | 14 (9.1) |
Fuente: Elaboración propia.
Los HA se midieron mediante la frecuencia de consumo de alimentos, ingesta alimentaria antes de ir a la escuela, desayuno, número de comidas al día, entre otros. Lo anterior permitió clasificarlos en saludables o no saludables, donde alrededor del 73% de los participantes contaron con HA no saludables, en contraste con el 27% con HA saludables (Figura 1), y se demostró que no hay diferencia estadísticamente significativa (P = 0.051) (Tabla 4).
puntaje | Valor de prueba = 61 | |||||
t | gl | Sig. (bilateral) | Diferencia de medias | 95% IC para la diferencia | ||
Inferior | Superior | |||||
-1.971 | 149 | 0.051 | -1.91333 | -3.8317 | 0.0051 | |
N 150 | Media: 59.0867 | Desv. típica 11.89040 | Error 0.97085 |
Nota. t: prueba t; gl: grados de libertad; Sig: Significancia; IC: intervalo de confianza; N: población total; Desv: Desviación.
Fuente: Elaboración propia.
En cuanto al consumo semanal de alimentos, se encontró que el 55.6% de los estudiantes consume fruta solo una vez a la semana; ningún participante consume verduras de cuatro a cinco veces por semana, y el 84.4% solo las consume una vez por semana, mientras que el 66.6% de los participantes consume cereales sin grasa hasta cinco veces por semana. En cuanto a la ingesta de alimentos de origen animal, el 66.6% solo los consumen una vez por semana; la mayoría consume lácteos de una a dos veces por semana (Tabla 5).
Alimentos | 5 veces por semana |
4 veces por semana |
3 veces por semana |
2 veces por semana |
1 vez por semana |
F (%) | F (%) | F (%) | F (%) | F (%) | |
Frutas | 3 (2.2) | 3 (2.2) | 37 (24.4) | 23 (15.6) | 84 (55.6) |
Verduras | 0 | 0 | 13 (8.9) | 10 (6.7) | 127 (84.4) |
Cereales (tortilla, bolillo, arroz, avena y papa) | 103 (68.9) | 17(11.1) | 13 (8.9) | 17 (11.1) | 0 |
Alimentos de origen animal (huevo, carne, pollo, pescado) | 7 (4.4) | 3 (2.2) | 27 (17.8) | 13 (8.9) | 100 (66.7) |
Leguminosas (frijoles, lentejas, habas) | 10 (6.7) | 7 (4.4) | 27 (17.8) | 93 (62.2) | 13 (8.9) |
Lácteos (leche, yogurt y quesos) | 10 (6.7) | 7 (4.4) | 23 (15.6) | 87(57.8) | 23 (15.6) |
Otras bebidas (café, té) | 017 (11.1) | 7 (4.4) | 16 (11) | 23 (15.6) | 87 (57.8) |
Fuente: Elaboración propia.
En la frecuencia de consumo de alimentos ultra procesados (Tabla 6), el refresco tiene una frecuencia de consumo de cinco veces a la semana, correspondiente a un 33% de los estudiantes, las frituras se consumieron hasta tres veces por semana en el 40% de participantes y las golosinas y chocolates obtuvieron una frecuencia de consumo de hasta tres veces por semana en un 35.6% de la población.
Alimentos | 5 veces por semana |
4 veces por semana |
3 veces por semana |
2 a 1 vez por semana |
Nunca |
F (%) | F (%) | F (%) | F (%) | F (%) | |
Frituras | 27 (17.8) | 23(15.6) | 60 (40) | 37 (24.4) | 3(2.2) |
Jugos y néctares industrializados | 0 | 13 (8.9) | 17 (11.1) | 23 (15.6) | 97 (64.4) |
Refrescos | 49 (33) | 27(17.8) | 40(26.) | 27(17.8) | 7 (4.4) |
Galletas con relleno | 7 (4.4) | 0 | 13 (8.9) | 27 (17.8) | 103 (68.9) |
Pan dulce y/o pastelillos | 3 (2.2) | 3 (2.2) | 24 (16) | 53 (35.2) | 67(44.4) |
Golosinas y chocolates | 7 (4.4) | 7 (4.4) | 53 (35.6) | 37 (24.4) | 46 (31.1) |
Embutidos | 0 | 10 (6.7) | 17 (11.1) | 23 (15.6) | 100 (66.7) |
Fuente: Elaboración propia.
Alrededor del 50% de los estudiantes nunca y casi nunca tomaron alguna comida antes de ir a la escuela, mientras que el 88.89% siempre desayuna en la escuela, de los cuales la mayoría (64.44%) cumplió con el consumo calórico idóneo para la edad, que es de aproximadamente 600 kcal, equivalente a un 25%-30% del valor energético total (VET). Respecto al resto de comidas realizadas en el día, cerca de la mitad (46.67%) cumple con cuatro tiempos de comida y solo el 11.11% cumplió con las cinco comidas recomendadas al día.
Los resultados para el nivel de AF (Tabla 7) se midieron con el tipo de actividad y frecuencia semanal, AF dentro de la escuela y uso del tiempo libre para realizar AF. Se encontró que el 55.5% de los participantes tuvieron un nivel de AF intensa, el 24.4% muy intensa y el 1.5% realizó AF moderada. Por su parte, el 18.6% no realizó AF, por tanto, el hábito de la AF predomina en los participantes.
Frecuencia | Porcentaje | ||
Nivel de Actividad física | Leve | 28 | 18.6 |
Moderada | 2 | 1.5 | |
Intensa | 83 | 55.5 | |
Vigorosa | 37 | 24.4 | |
Total | 150 | 100.0 |
Fuente: Elaboración propia.
El 51.1% de alumnos que realizaron AF y/o estuvieron activos durante las clases de educación física correspondió contrario al 11.1% de los alumnos que no lo hicieron, mientras que los que estuvieron activos a partir de la media tarde (46.2%) afirmaron haber estado activos dos a tres veces a la semana.
Para medir las toxicomanías se tomó en cuenta el consumo de alcohol y tabaco. En la Figura 2 se muestra que el 47% las consumió, de los cuales el 15% sostuvo un consumo de alcohol de ocho veces al mes y el uso de tabaco estuvo presente en casi 5%, con un consumo de una vez por semana. Por el contrario, un poco más de la mitad no refirieron este tipo de toxicomanías.
A partir del análisis estadístico mediante la prueba de correlación r de Pearson para establecer la relación entre el RA de los estudiantes con los HA, AF y toxicomanías, se pudo observar (Tabla 8) que la correlación entre el RA con los HA (r = 0.82; P =0.000) y AF (r = 0.84; P = 0.000) resultaron tener una relación positiva fuerte, mientras que con toxicomanías resultó una relación positiva moderada (r = 8.69; P = 0.000).
Variable (X) | Variable (Y) | Resultado de Pearson | Significancia | Observación |
Rendimiento académico | Hábitos de alimentación | 0.82 | 0.000 | Correlación positiva fuerte |
Toxicomanías | 0.69 | 0.000 | Correlación positiva moderada | |
Actividad física | 0.84 | 0.000 | Correlación positiva fuerte | |
N = 150; P = 0.05 |
Nota. N: Población total; P = nivel de probabilidad.
Fuente: Elaboración propia.
La totalidad de los estudiantes (40) que tuvieron un RA de Muy Bien a Excelente mostraron HA saludables, mientras que 69 de los 70 participantes con un RA Bien tuvieron HA no saludables y los 40 estudiantes con el más bajo RA (Regular y Suficiente) presentaron HA no saludables. En relación con las toxicomanías, se reflejó que los 40 estudiantes con un RA Muy Bien a Excelente tuvieron estas conductas, mientras que otros 40 participantes con un RA Regular a Suficiente no las presentaron. Sin embargo, de los 70 estudiantes con un RA Bien, solo 31 las refirieron. La mayoría de los estudiantes (110) que tuvieron AF intensa y muy intensa mostraron un RA de Bien, Muy Bien y Excelente; por el contrario, 40 de los estudiantes que realizaron una AF leve presentaron un RA Regular a Suficiente.
Discusión
Este estudio revela que cerca del 74% de los estudiantes tuvieron un RA catalogado como Bien, Muy Bien y Excelente, y un 26% Regular a Suficiente. En relación con los HA, la mayoría de los alumnos (73.33%) refirieron tener HA no saludable y el 26.67% HA saludable. Entre las variables para clasificar los HA se tomó en cuenta el consumo de alimentos antes y durante la escuela e ingesta calórica y tiempos de comidas.
El desayuno fue uno de los indicadores para valorar los HA de los participantes, en donde el 28.89% no acostumbró a realizarlo antes de ir a la escuela, en comparación al 22.22% que siempre lo realizó. Este porcentaje es muy similar a lo encontrado en el estudio realizado por Díaz et al. (2016), en donde se reportó que el 18.5% de los participantes desayunaba y que el desayuno era de calidad (consumir habitualmente lácteos, cereales y fruta por su contenido de proteína de origen animal, vegetal, carbohidratos y grasas), dicho estudio concluyó que su mala calidad va aumentando progresivamente y se asoció al hecho de desayunar solo.
En el estudio de Vilugrón et al. (2020) encontró que aquellos adolescentes que no desayunaban y con un consumo inadecuado de fruta tuvieron una peor percepción en su entorno escolar. Estos resultados coinciden con el presente estudio, más de la mitad de los estudiantes tuvieron un consumo de fruta al menos una vez a la semana y el grupo de alimentos más consumidos fueron los cereales hasta cinco veces por semana, lo cual también coincide con lo encontrado por Díaz y colaboradores en donde se tuvo un consumo mayor de cereales entre sus participantes.
Al analizar la correlación de las variables HA con RA, se encontró (r = 0.82; P =0.000) relación estadísticamente significativa positiva fuerte, asimismo, se encontró que los estudiantes con el mejor RA (Muy Bien a Excelente) tuvieron en su totalidad HA saludables, contrario a aquellos con el más bajo RA (Regular y Suficiente) que en su totalidad tuvieron HA no saludables. Los resultados de Lapo-Ordoñez & Quintana-Salinas (2018), quienes estudiaron la relación entre la variable HA con el RA de los estudiantes, no muestran significancia estadística (P = 0.870); sin embargo, en lo que sí coincidió fue en la distribución de frecuencias, encontrándose que los estudiantes con el mayor rendimiento escolar tuvieron buenos HA, reflejados en el 62.7%.
Respecto a los HA junto con el nivel de AF y su interacción con el rendimiento académico, se encontró una correlación positiva fuerte (r = 0.84; P = 0.000), los estudiantes que tenían HA saludables y realizaban una AF intensa a muy intensa tuvieron un RA considerado como Muy Bien a Excelente y, por el contrario, los que tenían un RA más bajo mostraron HA no saludables (mayor consumo de alimentos ultraprocesados, tres o menos comidas realizadas al día y una AF leve). En el estudio realizado por Ibarra (2019) en adolescentes, se encontró que aquellos estudiantes con nivel de AF alto, que realizaban el desayuno, de tres a cuatro comidas al día y una menor ingesta de alimentos ultraprocesados mostraron un RA superior, dicha investigación coincide con lo encontrado en este estudio.
La práctica de la AF encontrada entre dos a siete días a la semana por la tarde en los adolescentes fue de casi el 60%, y un 51.1% estuvieron activos también durante las clases de educación física, esto se refleja en un 80% de los estudiantes con un nivel de AF intensa a muy intensa, los cuales presentaron un mejor RA. Los resultados de la investigación elaborada por González & Portolés (2016) indicaron la existencia de una relación positiva entre realizar diariamente 30 minutos de AF y obtener mejores calificaciones en todas las materias. Aunque dicho estudio consideró solo el tiempo y no la frecuencia, sus resultados coinciden con esta investigación, al mostrar una correlación significativa entre la AF y RA.
En cuanto a los hábitos de tabaquismo e ingesta de alcohol, un 46.64% refirieron tener esta práctica al menos una vez a la semana o hasta ocho veces al mes, y se encontró una correlación positiva a moderada (r = 0.69; P = 0.000) con el RA; sin embargo, la totalidad de los alumnos que tuvieron un RA de Muy Bien a Excelente presentaron toxicomanías y los estudiantes con bajo RA no. Dichos resultados difieren de la investigación desarrollada por Navalón & Ruiz-Callado (2017), quienes encontraron toxicomanías en un 80% de la población, lo cual fue un predictor para una afectación en el RA. Cabe mencionar que los resultados en esta presente investigación pudieran presentar sesgo de deseabilidad social al considerarse no aceptable para la edad. Se sugiere que en futuras investigaciones se considere relacionar el RA con otros hábitos como la higiene del sueño diurno y nocturno, el uso de distractores (por ejemplo, dispositivos electrónicos) y la ingesta de bebidas estimulantes como cafeína o bebidas energéticas.
Conclusiones
El RA es el resultado del aprendizaje de conocimiento y está relacionado con factores externos como hábitos y estilo de vida, por tanto, existe relación significativa entre los HA, toxicomanías y AF en alumnos de secundaria en Zacatecas.
Se concluye que el tener mejores HA saludables, conseguir un nivel de AF moderada a intensa al menos tres a cinco veces por semana y no consumir sustancias tóxicas como alcohol o tabaco se correlaciona positivamente con un mejor aprendizaje y RA. Por el contrario, HA no saludables e inactividad física se reflejan en un RA deficiente.
Es fundamental el desarrollo de programas para la promoción de hábitos de vida saludable en la comunidad estudiantil que beneficie el desarrollo pleno del adolescente en el aspecto nutricional, educativo y social.
Cabe señalar que una de las limitaciones del estudio es que no se buscó determinar causales de las variables, sino que simplemente buscó la relación entre las mismas y bajo las circunstancias temporales correspondientes a un diseño de tipo transversal. Así mismo, es importante resaltar que los participantes corresponden a comunidades del área rural, lo que impide generalizar dichos resultados a otras regiones geográficas del Estado, especialmente a las urbanas. Por otra parte, se debe señalar que, debido a la naturaleza de las variables del estudio, se presenta un importante riesgo de deseabilidad social.
Conflictos de interés
Se declara que no existe ningún conflicto de interés secundario por parte de los autores, de financiamiento directo o indirecto, desarrollo laboral y/o académico.