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Tópicos (México)
versión impresa ISSN 0188-6649
Tópicos (México) no.37 México dic. 2009
Reseñas
Héctor Velázquez: ¿Qué es la naturaleza? Introducción filosófica a la historia de la ciencia
César Palacios González
México: Porrua 2007, 279 pp.
Universidad Panamericana.
Este libro nos brinda, como su título lo dice, una introducción a los problemas científicos y su correlación con la interpretación de la naturaleza en clave filosófica. El mérito radica en engranar aquellas tesis que parecieran distantes a la filosofía y mostrar cómo toda interpretación científica de la naturaleza siempre es una interpretación filosófica de ella, no obstante los esfuerzos por hacer parecer que dichas interpretaciones pertenecen únicamente a las ciencias exactas.
El autor, a lo largo de los nueve capítulos del libro, nos muestra las múltiples y variadas interpretaciones filosóficas que se han elaborado a lo largo de la historia para explicar a la naturaleza como un todo completo y unificado, con mayor o menor grado de éxito. El objetivo del libro es examinar, desde una clave realista, los paradigmas filosófico-científicos que gobernaron ciertos momentos históricos, así como los planteamientos filosóficos de los autores en boga y los contra-argumentos que aparecieron tanto inmediatamente como a lo largo del tiempo (p. 117).
Este libro realiza una exposición histórico-filosófica de una manera progresiva, lo cual brinda una claridad expositiva y un fácil seguimiento de las tesis planteadas a lo largo del texto. El autor comienza reconociendo que en toda revisión de orden histórico la selección siempre será parcial y subjetiva, lo cual deja abierta la posibilidad de enmendar y corregir, a la luz de nuevos descubrimientos, los argumentos ahí planteados.
La exposición de los planteamientos filosóficos comienza en la Grecia antigua, centrándose en los descubrimientos matemáticos y médicos así como las aplicaciones que tuvieron y las consecuencias que acarrearon al desarrollo de la filosofía de la naturaleza (p. 12). Se prosigue con una breve exposición sobre la ciencia en la Edad Media y el mundo árabe; este capítulo es clarificante para entender el rol que jugó la universidad en aquel momento histórico (p. 28), tanto en la academia como en la sociedad en general.
Después de los dos primeros capítulos llegamos a la ciencia en los siglos XVI y XVII. Este apartado del libro puede considerarse como el más rico, tanto en textos como en profundidad filosófica. Velázquez muestra un conocimiento amplio y profundo sobre las tesis y problemas filosóficos que se abordaron en dicho momento histórico. Cabe resaltar el tratamiento de Newton y la concepción mecanicista de la naturaleza, ambos temas son tratados con la mayor profundidad (p. 69).
Dentro de la obra el apartado que cuenta con mayor cohesión, de orden dialógico, es la revisión de las metáforas sobre la naturaleza, en los siglos XVIII y XIX. En el libro de la naturaleza versus el libro de la Escritura encontramos una explicación sobre las interpretaciones alegóricas de la naturaleza, ella entendida como un reino, un reloj, un libro y dos libros. El autor revisa desde las interpretaciones mecanicistas apersonales hasta la naturaleza entendida como una obra divina con un destinatario concreto (p. 100).
Haciendo a un lado las interpretaciones alegóricas se prosigue con la concepción de naturaleza del positivismo del siglo XIX. La visión comteana de los tres estadíos y el estudio positivo de la naturaleza, que brindaron una imagen segura y metodológicamente eficaz sobre los avances que se realizaron en cuanto a las investigaciones de la naturaleza, son comparados con las posturas filosóficas, no reduccionistas, que les antecedieron (p. 115).
Acercándose al final de la obra se hace una exploración de la noción de naturaleza cuando surgen los rompimientos con el determinismo y cómo ésta explica a la naturaleza desde los sistemas complejos evolutivos. Con estos dos temas el autor termina la revisión de los momentos históricos que a él la han parecido situables como paradigmas filosóficos.
Una vez terminada la revisión histórica el autor incluye dos capítulos, que aun cuando rompen con el esquema seguido hasta el momento son relevantes, que compelen a problemas filosóficos actuales. El primer tema, es la revisión de la propuesta transhumanística. Nuestro autor asume al transhumanismo como una propuesta según la cual es un hecho la posibilidad biotecnológica de mejorar radicalmente a los seres humanos en tanto individuos, sociedad, e incluso como especie biológica, bajo el entendido de que esta modificación sería intrínsecamente buena, conveniente e irrenunciable (p. 186).
A partir de esta definición se abre toda una polémica sobre la procedencia o la no procedencia de las intervenciones biotecnológicas en el ser humano. La preocupación de Velázquez va en sintonía con las objeciones de Fukuyama, en cuanto a que entre los peligros más apremiantes a tomar en cuenta respecto del transhumanismo está la perdida de la igualdad entre los hombres (p. 189). Esta aproximación al transhumanismo da pie a que se revisen de una manera sucinta las propuestas bioéticas que han circulado a partir de siglo XX. La bioética de tipo evolucionista, de elección autónoma, la pragmática contractualista y la personalista confrontan sus argumentos en busca de una solución a los problemas planteados por el transhumanismo. Aun cuando la exposición de las distintas posturas bioéticas es adecuada, sería interesante conocer con mayor profundidad los autores transhumanistas que el autor critica, ya que el hablar sobre transhumanismo en general hace que las posturas más radicales convivan con aquellas más moderadas que buscan conciliar a la bioética realista con la implementación biotecnológica en el ser humano.
El último capítulo del libro queda reservado a la crisis ecológica y los problemas filosóficos a los cuales se enfrenta el hombre, cuando la instrumentalización de la naturaleza deja como resultado un déficit ambiental considerable (p. 227). La presentación de este apartado propone una armonización entre la capacidad que tiene el hombre para modificar su entorno y un equilibrio natural deseado; todo ello como condición de posibilidad para el desarrollo de la generación presente y de las futuras.
La aportación del libro es clara al cumplir con el objetivo de ser una introducción filosófica a la historia de la ciencia. Este texto, al hacer patentes las relaciones entre la filosofía y la historia de la ciencia, ajusta perfectamente los contenidos temáticos con los alcances explicativos de la misma obra, siendo por ello de suma valía.