Introducción
En el contexto francés, la caminata urbana se ha estudiado y se tiene presente al planificar la ciudad desde un punto de vista sectorial relacionado con la gestión y concepción del sistema de transporte motorizado, que incluye la administración de flujos vehiculares y peatonales, la planificación de los tiempos en los cruces peatonales, el sistema de decisiones de los viandantes en el momento de cruzar una calle, entre otros aspectos (Fruin, 1971; Canu y Cochoy, 2012; Institut français des sciences et technologies des transports, de l'aménagement et des réseaux -IFSTTAR-, Centre d'études et d'expertise sur les risques, l'environnement, la mobilité et l'aménagement -Cerema-). Dicho enfoque genera informaciones incompletas y deja de lado tanto el aspecto sensible de la caminata urbana como las interacciones sociales que se dan cuando se recorre la ciudad a pie.
En la actualidad, en Francia están vigentes diversas iniciativas e intervenciones urbanas, como el aumento de las áreas peatonales, la reducción de la velocidad en las zonas urbanas (a 30 km/h), o las llamadas zone de rencontre, en las cuales se pretende que cohabiten de manera pacífica todos los medios de transporte (autos, taxis, motos y bicicletas), pero donde el peatón tiene la prioridad y se le autoriza a caminar libremente incluso en las vías de circulación reservadas a los automóviles; en cuanto a los vehículos motorizados, no pueden superar los 20 km/h. Otro ejemplo del actual interés que suscita la caminata urbana son los planes peatonales1 o las propuestas del tipo de las marches exploratoires2 realizadas en París con el objetivo de construir el dispositivo Paris piéton, sin olvidar los proyectos de renovación urbana de las siete plazas parisinas de mayor envergadura,3 donde uno de los principales objetivos es facilitar el recorrido del espacio a pie. Sin duda, los gestores urbanos y los diferentes actores que participan de la transformación de la ciudad comienzan a tener en cuenta los efectos positivos de la caminata urbana.
Sin embargo, tales iniciativas no toman en cuenta el espacio-tiempo nocturno. Como muestran algunos estudios (Deleuil, 1994; Fiori, Leroux y Narboni, 2009; Gwiazdzinski, 2005), la percepción y la configuración de los usos y prácticas del espacio urbano son distintas de las que ocurren durante el día. En primer lugar, por la iluminación de la ciudad (alumbrado público e iluminación artística), ya que colocar luz en ciertos espacios -en detrimento de otros- favorece su desarrollo (Mallet, 2010). También, por la oferta de servicios y lugares de ocio abiertos durante la noche (bares, restaurantes, establecimientos de comida rápida u otro tipo de servicios, como papelerías y gimnasios abiertos las 24 horas). Estos últimos son espacios que concentran una importante actividad nocturna, donde la cohabitación entre los usuarios que se divierten y quienes desean dormir se torna difícil.
Así, el objetivo del artículo es demostrar que la caminata urbana se realiza de manera diferente según los ritmos urbanos de la ciudad, lo que implica un cambio en el acoplamiento del régimen utilitario (caminata de desplazamiento) con el régimen lúdico (caminata de deambulación). Así, se configuran otras modalidades de la relación con la ciudad y con los otros, generando una experiencia urbana del espacio público que va del anonimato al uso desenvuelto y familiar de dicho espacio. El estudio exploratorio-descriptivo de la calle Faubourg du Temple, de la ciudad de París,4 permite profundizar en dicha hipótesis. Para ello, se utilizan diferentes técnicas de investigación como la observación directa, las encuestas flash y el seguimiento de personas; la intención es aprehender la caminata urbana durante la noche en cuanto experiencia sensible.
El estudio de la caminata urbana desde un enfoque sensible
El origen del aumento de las intervenciones urbanas a propósito de la caminata urbana parece obedecer a la importancia de los desafíos ambientales que afrontan las grandes metrópolis (Lord et al., 2015), pero también a la emergencia de nuevas formas de coexistencia en los espacios públicos (Masboungi y Bourdin, 2004), la iniciativa de desacelerar los ritmos urbanos (slow city), la teoría de la ciudad de proximidad5 o también la ciudad de los 10 000 pasos a la que hace mención Sonia Lavadinho (experta en movilidad pedestre de Lausana, Suiza),6 basándose en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud orientadas a mejorar la salud de los habitantes de las urbes y a luchar contra la obesidad, entre otros aspectos.
No obstante, las investigaciones sobre la caminata urbana continúan siendo fragmentadas y poco difundidas. Sobre todo aquellas que la abordan como una acción sensible, una interacción con el contorno urbano, con el encuentro del otro y lo desconocido. Una dificultad al dar a la caminata urbana el carácter de objeto de estudio es su aparente banalidad, pues es una acción que se realiza de forma cotidiana sin, forzosamente, tomar conciencia de ella. Y, como cualquier acto familiar y cotidiano, se torna difícil de aprehender (Thibaud, 2010). En efecto, la caminata es un acto "naturalizado", que se olvida y se puede considerar un estado ordinario (Amphoux, 2004). Estudios recientes (Roussel, 2016) corroboran que a pesar de que un gran número de usuarios camina habitualmente (para tomar el transporte público, o ir a pie a buscar a los hijos al colegio o hacer la compra de última hora), una parte de ellos afirma no caminar. En este sentido, la idea hegemónica que existe sobre la imposibilidad de recorrer la ciudad a pie, por ejemplo, en el caso de urbes estadounidenses, comienza a cambiar a partir de acciones individuales o colectivas, conforme las cuales el individuo se aventura a explorar la ciudad a pie y desafía la forma urbana que fue pensada para una movilidad motorizada.7
Sin embargo, la caminata urbana no representa una entidad única, no existe un solo modo de caminar que sea uniforme para todos los seres humanos, como lo muestran las diferentes figuras del marcheur (caminante) identificadas por Jean-Paul Thibaud (2010): el que camina con paso apresurado, aquel que pasea tranquilamente, o el turista curioso. Sin duda, existen maneras culturales de mover el cuerpo cuando se camina (Mauss, 1968). En este artículo trataremos sólo dos tipos de régimen del caminar, aquel que es utilitario (desplazarse a pie con un objetivo determinado) y el lúdico (deambular por la ciudad por placer); se intentará comprender cómo la noche cambia la forma de caminar.
Así, consideraremos que el estudio de la caminata urbana, como diversas investigaciones lo demuestran (Amphoux, 2004; Bordreuil, 2010; Thomas, 2004; Lord et al., 2015), debe ser objeto de un análisis situado, entiéndase por ello el hecho de tener en cuenta el contexto urbano; ya que el peatón no sólo pasea o atraviesa el espacio urbano, sino que también se deja "atrapar" por él y, al mismo tiempo, el peatón modifica y dinamiza dicho espacio gracias a su presencia (Augé, 1985; Amphoux, 2004).
Desde nuestro punto de vista, el estudio de la caminata urbana es prolífico si se adopta un enfoque sensible,8 es decir, un enfoque en el cual las interacciones sociales que emanan de la caminata se inscriben en un contexto y entorno urbano específico (la relación del usuario con su entorno), donde diferentes factores (físicos, naturales, psicológicos y sociales) ofrecen al viandante un cierto confort o incomodidad, e influyen en su experiencia urbana, sin olvidar que todo esto se refleja en la manera de actuar y de comportarse en dicho contexto urbano (cf. Tixier, 2007; Amphoux 2007).
Los ritmos urbanos y la caminata urbana durante la noche
La ciudad vive al ritmo de diversas temporalidades: las estaciones del año, los días laborales, los fines de semana, las vacaciones escolares, los periodos de afluencia durante el día, la alternancia día/noche. En este sentido, la noche no es solamente un espacio tiempo de actividades ilegales;9 también es el escenario de usos y prácticas urbanas (Gwiazdzinski, 2006). Los tiempos sociales y modos de vida han cambiado, dando lugar a nuevos ritmos y, por ende, a diversas temporalidades urbanas:
la temporalidad es consustancial a la actividad humana, a las realizaciones tanto a largo plazo como en la vida cotidiana. Las ciudades, sus cambios, sus renovaciones, y sus extensiones, son una expresión elocuente, y la vida de los ciudadanos se basa en los ritmos urbanos, temporalidades urbanas específicas que se entrecruzan y se modifican... [Soumagne, 2015:9].
La noche es una dimensión que durante mucho tiempo ha sido ignorada en la investigación científica y en la acción urbana. Esta última se aborda tradicionalmente para reivindicar el derecho del "uso de la calle", en particular por parte de los locales festivos, como bares o discotecas. En el caso de París, la respuesta de la municipalidad a los conflictos generados por el ruido,10 ha sido, sobre todo, la adopción de medidas represivas, como limitar los horarios de los bares o penalizarlos con multas cuando los clientes son muy ruidosos.
En la actualidad, la municipalidad comienza a seguir otro enfoque de lo que significa la noche urbana y sus usuarios. Las primeras iniciativas fueron una serie de reuniones públicas sobre el tema los "Estados generales sobre la noche", en París, en 2010. El objetivo era democratizar el acceso a las noches urbanas y conciliar el derecho al descanso nocturno con el interés de crear una dinámica cultural nocturna (Heurgon, 2005; Gwiazdzinski, 2005). En el caso parisino, la municipalidad cuenta desde 2014 con un grupo de reflexión permanente (Conseil de la nuit),11 que trabaja sobre la noche urbana.
Por otra parte, la noche parisina también representa un desafío económico: 1600 empresas permiten que la capital cuente con una importante "vida nocturna", esto significa que 230000 personas trabajan entre la medianoche y las cinco de la mañana. París acoge a más de 27 millones de turistas al año, lo que se traduce en 4.49 mil millones de euros de beneficios económicos. No obstante, es una urbe que está lejos de las grandes metrópolis, como Londres o Nueva York, que ofrecen una vasta diversidad de actividades las 24 horas del día. Sin duda, uno de los debates actuales se relaciona con decidir hasta qué punto se propicia o no una "colonización" de la noche por las actividades diurnas (Gwiazdzinski, 2007) borrar los límites temporales que marcan la diferencia entre el día y la noche.
También es importante destacar que el enfoque nocturno representa un desafío urbanístico mayor. Si la ciudad diurna debe ser reinventada a partir de un urbanismo sensible que tenga en cuenta la práctica cotidiana de la ciudad, la noche o la vida nocturna, a su vez, comienza a dar muestra de nuevas maneras de vivre ensemble, de iniciativas ciudadanas, como por ejemplo la asociación Paris nous appartient, así como la elección informal de un alcalde de la noche de París en el 2013, o la existencia de guarderías privadas nocturnas en la región parisina.12
Es por ello que aquí concebimos la noche como un espacio-tiempo donde el aspecto espacial debe ser analizado al mismo tiempo que el aspecto temporal, si se quiere comprender cómo funciona y se practica la noche, en nuestro caso bajo el prisma de la caminata urbana, observada en cuanto práctica sensible que es objetivada y realizada de forma diferente en función de las temporalidades que modifican la manera de percibir el espacio urbano y de actuar en él.
El estudio de caso de la calle Faubourg du Temple
La calle Faubourg du Temple, que de ahora en adelante será nombrada como RFT, se inscribe en el marco de trabajos de renovación urbana de gran envergadura de la Plaza de la República. El proyecto de los arquitectos Trévelo & Viger-Kohler (TVK)13 tenía como objetivo crear un espacio público que asegurara el confort de todos los usuarios. La renovación de la plaza ofrece hoy en día distintas zonas para actividades culturales, festivas, terrazas de café, y también permite disfrutar el espacio de forma cotidiana, individual o en grupo: "la plaza ha reforzado su papel de zona de paso y de cambio de modo de transporte garantizado por un vasto espacio peatonal" (véase foto 1).14
La RFT dejó de ser una vía secundaria de doble sentido, para convertirse en una zona de encuentro:15 con una velocidad máxima de 20 km/h para los vehículos motorizados y una coexistencia de los diferentes tipos de movilidad (autobuses, motos, bicicletas, peatones...). Además se realizó un cambio de la señalización,16 lo cual provocó conflictos e incomprensiones originados por las nuevas "indicaciones" para utilizar el espacio urbano: circular donde antes no se podía, interpretación equivocada de carteles empleados por primera vez, etcétera. Por otra parte, la intervención de la Plaza de la República fue la primera de este calado y, ante su relativo éxito, la municipalidad de París proyecta realizar trabajos de renovación urbana de la misma índole en otras siete plazas de la ciudad. El estudio de caso de la RFT puede informarnos sobre los efectos de una estrategia que intenta promover la caminata urbana y lograr una cohabitación "serena" de los diferentes modos de movilidad, ya que la modificación del contexto urbano implica usos distintos, y la experiencia de la caminata nocturna será transformada a su vez.
Empero, dicha estrategia no es exclusiva de ciudades europeas, las zonas de tránsito mixto o de prioridad peatonal existen desde hace algunos años en el contexto mexicano.17 En este sentido, el presente artículo pretende aportar una lectura crítica de tales intervenciones enfocándose en la caminata nocturna.
La RFT se localiza en el noroeste de París, y marca el límite entre los distritos X y XI de la ciudad. El distrito XI cuenta con 496 hab./ha, la mayor densidad residencial en la capital francesa, seguido por el distrito X con 310 hab./ha, frente a la media de 201 hab./ha en toda la ciudad. En la pirámide de edades de los habitantes de estos dos distritos predominan las personas de entre 20 y 39 años (40% del total de los habitantes del distrito x, 41% del distrito XI, frente al 36% de París); las personas de 60 años y más son minoría (15% frente a 20% de París; el distrito XI, sólo 17%). En cuanto al porcentaje de la población que declara tener un empleo, el distrito X registra una porcentaje superior a la media parisina, 66% frente a 61%, cantidad similar a la del distrito XI. El perfil socioeconómico del distrito X muestra un número importante de empleados (26.4%, frente al 25.9% de París), sobre todo de obreros (20.9% frente al 14.5% de la ciudad). Algo similar ocurre en el distrito XI, donde la categoría socioprofesional (CSP) de "obreros" es elevada.18
La RFT es una plataforma de movilidades, localizada en el sector de la Plaza de la República donde se cruzan cinco líneas de metro, cuatro líneas de autobús y siete grandes ejes viales; también se encuentran múltiples estaciones del sistema "Vélib" (bicicletas compartidas), así como paradas de taxis (véanse figs. 1y 1a).
Históricamente, este territorio ha sido festivo y cultural. El primer circo permanente de París se instaló allí entre 1782-1783. Hasta 1838, el desfile de carnaval del Miércoles de Ceniza descendía desde el barrio de Belleville por la RFT. Numerosas tabernas se localizaban a lo largo del muro de los "Fermiers generaux", y los domingos y el día de santo lud el alcohol corría a mares en el barrio obrero. En 1855, la construcción del cuartel militar llevó a la destrucción de siete teatros y a la expropiación de zonas comerciales e industriales. El Palais des Glaces y Bijou Concert vieron la luz en 1876 para convertirse en un music-hall el primero y en un teatro el segundo. Otro teatro imprescindible de la vida parisina es el Theatre du temple, en el que se representan entre ocho y diez espectáculos diariamente, en sus cuatro salas. La discoteca y la sala de conciertos del Gibus abrieron sus puertas en 1967 y siguen siendo hasta nuestros días establecimientos icónicos de la vida nocturna parisina.
Para este estudio, la RFT fue dividida en cuatro segmentos (véase figura 2). Los trabajos de renovación de la Plaza de la República se extendieron hasta el cruce de las calles Yves Toudic y Malte, donde se creó una zona de encuentro (segmento 1) y se prohibió la circulación de vehículos particulares. El proyecto fue inaugurado el 16 de junio de 2013. En este segmento se encuentran edificios institucionales y algunos comercios como Go Sport, CMG Sports Club y Habitat. El segmento siguiente (2), que forma también parte de nuestro terreno de estudio, que va hasta el canal Saint Martin. En esta zona se localizan comercios sumamente variados: carnicerías, panaderías, papelerías, tiendas de telas y ropa, locales de comida rápida y dos cafés (bares) que funcionan las 24 horas de manera informal.19 Como veremos más adelante, estos últimos son uno de los principales motores de la animación nocturna de la calle. A partir del canal Saint Martin y hasta la calle Bichat (segmento 3) y de ésta hasta el metro Goncourt (segmento 4), la fisionomía de la calle cambia, ya que esta zona es la frontera entre la RFT y Belleville, otro barrio sumamente popular y cosmopolita, con una intensa afluencia turística y la influencia del barrio chino, que se observa por la gran presencia de restaurantes de comida asiática y comercios de ropa de manufactura china.
Aspectos metodológicos
En estos segmentos se realizó el trabajo de campo, durante el cual se utilizaron diferentes técnicas de investigación con el objetivo de estudiar la caminata urbana desde diversas perspectivas.
La metodología empleada recupera técnicas de estudios de microsociología, que nos permiten tener en cuenta elementos como la postura del cuerpo al caminar, los diferentes registros de interacción y los momentos de movilidad e inmovilidad del individuo o del grupo de individuos en nuestra zona de estudio. Es una metodología cualitativa y cuantitativa, inspirada en las investigaciones pioneras del laboratorio de investigación del Centre de Recherche sur l'Espace Sonore et l'environnement urbain (CRESSON),20 en particular en el enfoque sensible de la experiencia del caminar en la ciudad. Partiendo del principio de que el caminar se define por su diversidad o, todavía más, por sus diversidades, la caminata se vuelve "no una caminata única y genérica, sino caminatas, plurales y específicas" (Thibaud, 2010:30). En consecuencia, en el estudio de la caminata nocturna echamos mano de encuestas flash, seguimiento de personas, observación directa y recorridos a pie que fueron filmados utilizando una cámara GoPro.
Las encuestas flash
Con el objetivo de reunir información básica sobre los usuarios, sus usos y la apreciación de la calle,21 se hicieron encuestas flash, así denominadas porque se trataba de un minicuestionario de diez preguntas breves (siete preguntas cerradas y tres abiertas), el cuestionario debía durar entre 10 y 15 minutos.22 Las 91 encuestas nocturnas se verificaron un día entre semana (martes) y un día el fin de semana (sábado).
Es importante notar que conforme la noche avanzaba el número de personas disminuía (sobre todo el martes) y que la alcoholización de las mismas era mayor, lo que dificultaba la aplicación de los cuestionarios; además, no debe olvidarse que lo que se analizan son datos declarativos. De esta forma, la muestra es limitada, no necesariamente representativa, y los porcentajes son calculados teniendo como base el número de encuestados.23
A pesar de las múltiples imperfecciones, la aplicación de las encuestas flash nos permitió conocer el perfil de los usuarios nocturnos de la RFT: mayoritariamente jóvenes (entre 16 y 35 años), estudiantes pero también ejecutivos y profesionales del sector terciario. La variable de género tiene poco impacto, el espacio es frecuentado por hombres y mujeres en igual proporción. Además, pudimos identificar los principales motivos por los cuales los usuarios recorren la RFT, dependiendo de la hora del día: regreso a casa, diversión y reuniones con amigos.
No obstante, esta técnica de investigación no proporciona información sobre los itinerarios, las decisiones que la gente toma cuando circula a pie (elección del camino, lado de la acera que se escoge, atajos recorridos o creados), ni el interés del peatón respecto al contexto urbano cuando se detiene a observar algo o camina de forma menos apresurada. Por tal razón se optó por explorar otra técnica de investigación, como se explica a continuación.
Seguimientos de personas
Los seguimientos de personas (Thibaud, 2010) tenían como objetivo retratar las trayectorias de los usuarios en nuestra zona de estudio, identificar las posturas del cuerpo adoptadas, las interacciones negativas o positivas con los otros, así como los obstáculos y la elección de trayectos de los usuarios. La técnica consiste en seguir con discreción el recorrido de los usuarios de la RFT, ya sea una persona sola o un grupo que se desplazan a pie, tomando nota de las acciones realizadas, para después transcribir el trayecto del transeúnte. En total se realizaron 29 seguimientos nocturnos, los viandantes fueron seleccionados de forma aleatoria simple.24
Emplear esta técnica de investigación presentó dos dificultades mayores. La primera tuvo que ver con el hecho de que algunos encuestadores tenían poca formación y no estaban familiarizados con dicha técnica,25 lo que no permitió explotar al máximo los seguimientos realizados. Otra dificultad fue seguir a un peatón cuando hay pocos usuarios en el espacio público, sobre todo durante la noche, sin llamar la atención, puesto que es necesario estar cerca para no perderlo de vista y anotar los movimientos corporales.
Observaciones directas
Éstas se efectuaron en nueve puntos de observación de las 19:00 a las 7:00 horas, un día laboral (martes) y uno del fin de semana (sábado). Cada observación duró 30 minutos, y una serie de videos efectuados con una cámara GoPro completó las observaciones. La filmación con la cámara fue utilizada como un método experimental. En dichos videos se filmó un mismo recorrido de aproximadamente 25 minutos cada hora durante los dos días completos (martes y sábado) (foto 2).
La vida nocturna y la caminata en la RFT
Temporalidades nocturnas de peatones en función de su actividad
Como mencionamos, la FRT es una calle sumamente animada y frecuentada. Sin embargo, la noche urbana no corresponde a una sola temporalidad. Autores como Gwiazdzinski (2005) y Heurgon (2005) establecen tres temporalidades nocturnas: el fin del tiempo diurno y el inicio del tiempo nocturno hasta la 1:30 a. m.; un "vacío" nocturno, entre 1:30 y 4:30, cuando amainan las actividades y la ciudad parece vaciarse y dormir; y el inicio del tiempo diurno, entre 5:00 y 6:00. Empero, en el caso de la RFT observamos cuatro temporalidades, dependiendo de la actividad de los peatones (marcheurs).
Fin del tiempo diurno, de las 19:00 a las 21:00 horas: regreso a casa, flujos peatonales importantes con un régimen de desplazamiento utilitario -mixto con otros vehículos- y diversificación comercial, servicio municipal de limpia en marcha, pero muchos botes de basura llenos en la calle.
Inicio del tiempo nocturno e intensificación, de las 21:00 a las 2:00 horas: diversiones, deambulaciones peatonales con un régimen lúdico o mixto (con desplazamiento) y homogeneidad comercial (restaurantes, bares...); con una ruptura alrededor de la una de la madrugada, momento de elegir regresar a casa (fin del servicio de metro) o continuar la juerga, calles un poco sucias y botes de basura llenos.
Vacío nocturno, de las 2:00 a las 5:00 horas: menos flujos vehiculares (más visibilidad de los taxis) y pocas personas en la calle, giros comerciales ligados a la diversión y al ocio (discotecas), calles muy sucias.
Inicio de la vida diurna, entre las 5:00 y las 6:00 horas: régimen de desplazamiento utilitario para regresar a casa o ir al trabajo, la mezcla y diversidad de flujos comienza.
Las temporalidades nocturnas que se identificaron son menos marcadas el fin de semana, el inicio del tiempo diurno y la intensificación es de nueve de la noche hasta las tres de la mañana, y el vacío nocturno es más reducido entre las tres y las cinco de la mañana.
El principal motivo de presencia en la RFT es el asociado al ocio, la diversión o la deambulación, entre las nueve y las dos de la mañana. Dos horas después, a partir de las cuatro, el motivo "regreso a domicilio" es predominante. Antes de las nueve de la noche y después de las cuatro de la mañana, el principal motivo es el "profesional", preponderante sobre todo entre semana.
* La variabilidad es más importante en este intervalo de tiempo y depende de las temporalidades: día laborable o fin de semana, temporada, etcétera.
El motivo "cita con amigos" es más representativo el fin de semana antes de medianoche, igual que la "vuelta al domicilio" después de esa hora.
Gracias a las encuestas flash, se identificaron notables diferencias entre la temporalidad diurna y nocturna, pues al preguntar sobre la decisión de pasar o frecuentar la RFT al volver a casa después de la jornada de trabajo, la mayoría mencionó la importante presencia de gente en la calle, la animación, el hecho de tener más tiempo para mezclarse o formar parte de ese ambiente festivo durante su paso por la calle, la iluminación de la calle. Por el contrario, durante el día, esta imagen animada y la presencia de la muchedumbre fue citada como motivo de incomodidad.
Las amenidades y affordances propuestas a los usuarios de la calle influyen la elección de transitar por dicho espacio. Además, conforme avanza la noche, los desechos y la basura se acumulan en la calle debido al gran número de negocios de comida rápida.
Con todo, se registra una cierta tolerancia, lo que no es igual durante el día.
Espacialidades nocturnas de la gente que camina en función de su actividad
Las trayectorias definidas con base en las informaciones recogidas en las encuestas flash están principalmente relacionadas con los motivos diversión y regreso a casa, ya que la Plaza de la República es una plataforma de movilidad hacia el centro de París. Otra trayectoria son las orillas del canal Saint Martin, donde una de las actividades primordiales es el paseo y la deambulación nocturna.
Los encuestados dicen que el origen o el último lugar frecuentado antes de llegar a la FRT fue el metro en la Plaza de la República, en especial entre las siete y las once de la noche. Se trata casi siempre de estudiantes, ejecutivos o empleados y de mujeres, y los flujos unidireccionales de peatones diurnos se disipan.26
El segundo origen o el último lugar frecuentado es algún bar, en particular entre las once de la noche y las siete de la mañana, cuando se vuelve al domicilio solo o acompañado. Los encuestados eran ante todo estudiantes, jóvenes activos y, en su mayoría, hombres. En ciertas ocasiones declaran que es para ir a otro bar o un club entre las once de la noche y las tres de la mañana, principalmente jóvenes ejecutivos o estudiantes.
La frecuentación nocturna de la RFT es casi siempre semanal, ya que 40% de los encuestados (36 de 91) dice ir a la RFT una vez a la semana exclusivamente. Un tercio de los encuestados frecuentan la RFT de una manera cotidiana, 59% (52 sobre 91) afirma pasar por la RFT por comodidad, porque es el camino más corto o directo, y más rápido hacia su destino.
En este sentido, la información reunida son datos descriptivos y narrativos, lo que nos permitió establecer las estrategias de ciertos peatones, por ejemplo; la alternancia entre una caminata rápida-lenta entre la acera y la carretera es mucho más común durante el inicio del periodo nocturno (entre las 19:00 y las 21:00 horas). Es en este lapso cuando los trabajadores que regresan a casa y transitan por la RFT (una caminata funcional) entran en conflicto con quienes pasean, esperan entrar al teatro o fuman enfrente de un bar o de un restaurante (una caminata de placer o de ocio), sin contar con los múltiples obstáculos que durante el día o la noche deben sortear: contenedores de basura en las aceras, barreras en el borde de las aceras para impedir que los automóviles las invadan, bicicletas y motos estacionadas en las aceras, entre otros.
Conforme avanza la noche, los grupos de personas o parejas no dudan en caminar por la carretera, desafiando a los vehículos motorizados e imponiendo una velocidad mínima para circular, dichas acciones no se vieron durante el día.
Diversos seguimientos realizados a individuos que caminaban en grupo muestran cómo las interacciones verbales y corporales se realizan con más frecuencia durante la noche: hacer un comentario en voz alta o una acción que haga reír a las personas que circulan cerca, solicitar un encendedor o alguna indicación que dé lugar a una pequeña conversación entre desconocidos, etcétera. De igual forma, ciertos seguimientos, una vez avanzada la noche (entre 2:00 y 5:00 a. m.), cuando ya no hay transporte público y menos gente deambula por la calle, revelan cómo la velocidad de la caminata no varía en función de si se es un hombre o una mujer que caminan solos, ya que los dos lo hacen con apresuramiento si identifica un factor de inseguridad, por ejemplo: un hombre en estado de ebriedad que pedía dinero de forma insistente.27 Lo que cambia es la postura del cuerpo, una mujer adoptará una posición de firmeza, en los casos que vimos,28 y un hombre una postura desenvuelta al transitar, pero con un paso firme.29 Durante las observaciones nos percatamos de que las mujeres solas son abordadas frecuentemente por los hombres. No obstante, las mujeres no parecen expresar ira sino fatiga a causa de la frecuencia de dichas solicitaciones y frente a la posibilidad de una agresión (aunque se ha comprobado que el número de agresiones no es más importante durante la noche). Con todo, cuando dichas interacciones se tornan molestas o insistentes, las mujeres ponen en práctica una serie de tácticas, por ejemplo: aceleran el paso, utilizan el móvil para parecer ocupadas y así evitar una interacción o incluso adoptar un modo específico de responder: sonreír, mostrar que se ha entendido el mensaje y continuar caminando con rapidez.
La apreciación nocturna en la RFT
La apreciación nocturna de la RFT es en su mayoría positiva, en especial para los estudiantes que pasan por esa calle de forma cotidiana, ya que viven cerca del barrio. Lo conocen gracias a una frecuentación habitual y la imagen popular de la calle concuerda con su origen social. El proyecto de renovación de la Plaza de la República y el canal Saint-Martin parecen esenciales en el aumento de la frecuentación de la RFT, que une varios puntos de animación nocturna. Lo mismo ocurre con los seniors activos, otra categoría menos representativa que la de los estudiantes, pero que con regularidad van a la RFT como lugar de convivialidad. Sin duda, la animación del barrio está en el origen de esta frecuentación.
La calle es muy dinámica gracias a que una diversidad de comercios permanecen abiertos hasta las nueve de la noche: tiendas de ropa, papelerías, venta de periódicos...; entre las nueve y la media noche, lo que identificamos como un periodo de intensificación del tiempo nocturno, los establecimientos comerciales que continúan abiertos son sobre todo hoteles, teatros y restaurantes de comida rápida. La RFT es una calle festiva que permanece animada hasta las seis de la mañana debido a los bares, discotecas y sin duda también al comercio informal de rosas o de estupefacientes, que se realiza de forma discreta en la zona. La mayor cantidad de establecimientos comerciales en la RFT son comercios textiles de origen asiático y restaurantes de comida rápida, que han remplazado a las tiendas de proximidad y artesanales (como las dedicadas a venta de quesos y los restaurantes tradicionales). Es por ello que los vecinos de la zona tienen una opinión negativa de tales establecimientos comerciales.
Por lo que se refiere a la percepción de la RFT, casi todos los encuestados califican la calle como animada pero desagradable conforme la noche avanza, en particular por la acumulación de basura. La apreciación negativa de los usuarios nocturnos proviene sobre todo de los jóvenes activos (ejecutivos, empleados de oficinas) que frecuentan la calle de manera semanal por un motivo profesional, y que sienten no tener otra opción que la de pasar por allí, aunque no les guste. Por su parte, los habitantes que frecuentan y recorren la calle a pie parecen satisfechos, mas a los transeúntes regulares de clase y edad media les gustaría mejorar la convivencia entre los usuarios motorizados y los peatones, así como la limpieza del lugar, en especial a altas horas de la noche.
También se observaron interacciones conflictivas en los cruces peatonales, debido a una mala sincronización de los semáforos. Conforme avanza la noche, el respeto de las reglas de circulación es menor (ligado a las representaciones sociales de la noche como espacio de libertad y de transgresión de las reglas sociales). De igual forma, los usuarios prestan menos atención cuando se trata de dejar paso libre en las aceras, la "fluidez" de la circulación peatonal no parece ser una prioridad en la temporalidad nocturna de la RFT, como sí lo es durante el día; de hecho, en los seguimientos de personas se constató que la velocidad de los usuarios disminuye y los momentos de lentitud e incluso de inmovilidad se instalan. En ciertos casos, dichos momentos de inmovilidad dan lugar a un uso diferente del mobiliario urbano; por ejemplo la improvisación de "salones urbanos" efímeros, como ocurre cuando algunos jóvenes se quedan en las barreras de metal al borde las aceras, o el uso de los contenedores de basura para poner su cerveza, decidir si continúan la juerga o para comer un sándwich antes de seguir adelante. Sin duda, se identificó que la gente da usos al mobiliario y al espacio urbano nocturno distintos de aquellos para los que fueron pensados (De Certeau, 1990).
Caminar durante la noche: otro enfoque de la alteridad y de la relación con la ciudad
La RFT puede ser observada como un laboratorio de los ritmos de la ciudad de París, por sus intensos flujos peatonales articulados en momentos de paseo y una copiosa circulación peatonal, que contribuye a la animación del barrio y a la dinámica de la metrópolis parisina, pese a que se constató que la diversidad de temporalidades y de usuarios que frecuentan la RFT no fue tomada en cuenta al realizar los trabajos de renovación. Pero, sobre todo, se percibió el desafío que representa la puesta en marcha de zonas de tránsito mixtas o zonas de encuentro, donde todos los usuarios y formas de movilidad deben cohabitar de manera pacífica en el mismo espacio.
Las temporalidades identificadas son relativas a los diversos ritmos urbanos y a la práctica del espacio urbano a pie. Puede reconocerse una caminata funcional: el trayecto para ir al trabajo o el regreso a casa que se realiza bajo un régimen de anonimato máximo, evitando tocar a los otros usuarios que esperan o que circulan, consultando el móvil, etcétera. Y hay otra caminata menos apresurada, que se lleva a cabo por un motivo festivo o de deambulación nocturna sin objetivo fijo, en la cual se adopta una postura de visibilidad: interacciones ruidosas, un caminar despreocupado, por lo general en grupo. También se corrobora (gracias a los videos) que la caminata urbana en grupo prima frente a la caminata individual o en pareja. Estar en grupo en un ambiente festivo, el estado de ebriedad y la percepción de la noche como tiempo de libertad contribuyen a una apertura hacia el otro, hacia su entorno, mientras que cuando se camina solo se adopta una postura reservada con respecto al otro y su entorno.
En términos generales, las temporalidades nocturnas de la RFT son más evidentes tanto al comienzo como al final de la noche: una importante intensidad al final del tiempo diurno y una ciudad que se despierta paulatinamente a partir de las 5:00 a. m. Ello parece corresponder a una sincronización de las actividades diurnas, gracias a los diferentes servicios que contribuyen a la frecuentación del espacio urbano. Sin duda, los "motores de temporalidades" (Soumagne, 2015) son los horarios de transporte colectivo y los de los comercios. Caminar durante la noche es también una elección cuando la oferta de transporte público se termina y los bares comienzan a cerrar. Tomar o no el último metro para continuar la fiesta determinará si el retorno a casa será a pie (si se vive cerca) o si se tendrá que caminar para encontrar un autobús de noche, en el caso de la ciudad de París. Efectivamente, el fin del servicio del transporte colectivo metro y el cierre de un gran número de comercios parece marcar el momento de la desincronización de los usos y las actividades de la RFT.
En este sentido, una organización informal del espacio se configura, los espacios donde circulan los peatones son aleatorios (aceras y vías de circulación utilizadas de igual manera), los peatones se conceden momentos de pausa, sin preocuparse por el paso de los otros, si se está en grupo, o en los recovecos y los portones de los edificios, si se está solo o en pareja. Como menciona Bordreuil (2010), caminar en grupo implica una lógica diferente a la caminata en solitario.
Un aspecto adicional será la configuración de diversos "ambientes" sonoros durante la noche. Por ejemplo, la disminución del número de individuos presentes en la calle entre dos y cinco de la mañana, así como la arquitectura de la RFT, contribuyen a configurar un ambiente sonoro particular con ruidos como el sonido de los tacones sobre los adoquines, una bolsa de plástico en el suelo o el murmullo de las conversaciones de los transeúntes. En la zona del canal Saint Martin no sólo el ambiente sonoro es por completo diferente, por el ruido del agua y de los árboles, sino también por el ambiente térmico distinto al que se puede sentir en la Plaza de la República o en la RFT.30
De igual forma, el presente estudio exploratorio descriptivo nos permitió corroborar que la caminata urbana durante la noche se realiza de manera diferente de la del día. Esta última es guiada, hasta cierto grado, por los espacios iluminados: monumentos históricos e iluminaciones artísticas que crean un ambiente atractivo y favorece el sentimiento de seguridad y el tránsito por dicho espacio. En el caso de la RFT una de las principales razones de los encuestados, en cuanto a la pregunta de frecuentación de la calle, fue la buena iluminación. Otro aspectos citado fue el ambiente festivo. Es un hecho que el entretenimiento y el ambiente urbano cobran una mayor importancia durante la noche.
A manera de conclusión
Sin duda, la experiencia de la caminata urbana durante la noche merece ser explorada e incluida en los estudios urbanos. La urbanidad nocturna no es sólo una ciudad que funciona las 24 horas del día, donde la intención principal es crear una urbe atractiva para los turistas, sino también un espacio-tiempo donde existe una práctica cotidiana del espacio, donde los peatones que deambulan, circulan o pasan, configuran nuevos usos y prácticas espaciales, específicos del tiempo nocturno y en función del contexto urbano.
Ocuparnos de un caso particular, como lo es una calle parisina, nos ha permitido identificar pistas de reflexión sobre la manera de concebir el sistema de movilidad nocturno en el cual debe integrarse la oferta tanto de caminatas utilitarias como de caminatas más pausadas, relacionadas con el ocio. Además, debe mantenerse el debate sobre el interés y la pertinencia de continuar "colonizando" la vida nocturna por parte de las actividades diurnas, hasta llegar a una ciudad que funcione las 24 horas. O, por el contrario, reflexionar sobre una "dosificación" de las actividades y servicios nocturnos en función de las temporalidades y de los ritmos urbanos propios a cada ciudad.
Para ello, sería adecuado aproximarse a la ética y a la gobernanza nocturna por medio de un urbanismo de los modos de vida (Masboungi y Bourdin, 2004), en el que un maître d'usage, o un gestor urbano, pueda negociar, dialogar con los múltiples usuarios nocturnos de la calle, con el objetivo de adoptar medidas y acciones ad hoc en función de los usos y las temporalidades nocturnas, como por ejemplo la instalación temporal de chill-out los fines de semana, cuando la frecuentación de la calle se torna nutrida y sumamente ruidosa; el empleo de patios interiores existentes en los edificios que albergan teatros o discotecas para instalar las filas de espera que invaden las aceras; el cambio de horarios de la recolección de basura para evitar que los contenedores sobre las aceras obstaculicen el paso de peatones, sobre todo cuando se trata de un peatón con un carrito de bebé o con maletas. El objetivo sería introducir una gestión urbana eficaz y participativa.
Así, podríamos afirmar que la caminata urbana, por una parte, es una cuestión de escalas que debe observarse como una forma de movilidad complementaria al sistema de movilidad existente, el cual ofrece una adherencia mínima y "permite cambiar de destino o inventar nuevos destinos casi a cada paso" (Amar, 2016). Y, por la otra, es un asunto de temporalidades, los usuarios no caminan todo el tiempo ni a todas horas, sin embargo, en función de los ritmos urbanos, habrá más o menos gente que se desplace a pie y recorra la ciudad.