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Política y cultura

versión impresa ISSN 0188-7742

Polít. cult.  no.41 México  2014

 

Diversa/Reseña de libros

 

Yan María Yaoyólotl y la Marcha Lésbica*

 

Roberto Aarón Medina Salas**

 

** Licenciado en comunicación social por la UAM-Xochimilco, México [robmedina75@hotmail.com].

 

El pasado 16 de marzo de 2013 se llevó a cabo en la Ciudad de México la Sexta Marcha Lésbica, bajo el lema "La revolución será lesbiana feminista o no será". Dicha manifestación colectiva no es sólo un acto meramente conmemorativo, sino que surge de las inquietudes de muchas mujeres que, no sólo toman como punto de partida su orientación sexual como lesbianas, sino que van más allá y pretenden desplegar una expresión que dé cuenta de una identidad sexo-política específica que pareciera haber sido absorbida en los territorios de la llamada diversidad sexual, más aún, cuando a partir de 2010 se legalizaron los matrimonios civiles entre personas del mismo sexo en el Distrito Federal.

Asimismo, esta manifestación, que es iniciativa del movimiento social de lesbianas agrupadas en diversos colectivos y organizaciones, tiene como ejes articuladores varios elementos que hoy en día, a la luz de las teorías en las ciencias sociales cobijadas bajo las nociones de posmodernidad, posestructuralismo o deconstruccionismo parecieran haber sido rebasados. Nociones como ideología, lucha de clases, defensa de la identidad, o la pugna directa en contra del capitalismo basado en el sistema patriarcal, emergen con mucha fuerza en las demandas, pronunciamientos y denuncias que hace este movimiento social, llevado a las calles por medio de una acción colectiva que tiene como estrategia, en primer lugar, dar visibilidad a este tipo de manifestaciones culturales, pero también pretende irrumpir en una sociedad donde aparentemente, a partir del reconocimiento de las diferencias y de las políticas de inclusión impulsadas en el Distrito Federal, todo está dicho y, bajo la categoría de ciudadana o ciudadano, cada grupo específico tiene acceso a derechos igualitarios.

Es así como la marcha lésbica no puede ser leída como una protesta más de todas las que se llevan a cabo día a día en la capital mexicana. El ejercicio de construcciones discursivas en conjunción con el universo simbólico que ahí se ponen en juego nos da como resultado una viva muestra de las posturas, tensiones y disidencias que atraviesan el mundo social, que a su vez dan cuenta del crisol infinito de subjetividades y prácticas políticas y culturales que vale la pena detenernos a mirar en un mundo que pretende homogeneizar las diferencias identitarias, normalizar los comportamientos y absorber cualquier posibilidad de expresión política reivindicativa dentro del marco jurídico ampliando el campo legal para incorporar a esos "otros" u "otras" incómodos al sistema de orden preestablecido.

Dicho lo anterior, ahondaremos un poco en esta expresión a través de la voz de una de las principales promotoras y organizadoras de este evento, la activista Yan María Yaoyólotl Castro, quien ha trabajado con el movimiento de lesbianas desde la década de 1970 en la Ciudad de México.

Entrevistador: ¿Cuál es la principal diferencia entre el movimiento de la diversidad sexual y el movimiento de las lesbianas?

Yan María: El movimiento de lesbianas surgió dentro del movimiento feminista, no dentro del movimiento homosexual, y desde 1976 el movimiento de lesbianas se ha mantenido aparte del movimiento, primero homosexual, luego gay, después GLBT [gay-lésbico-bisexual-transexual] y GLBTTTI [gay-lésbico-bisexual-travesti-transgénero-transexual-intersexual], posteriormente diversidad sexual y por último queer. El nuestro es un movimiento autónomo, un movimiento independiente de esas otras expresiones sexo-políticas porque tiene su propia política y su propia concepción del mundo, o sea, tiene su propia cosmovisión pero siempre en relación con el feminismo; nosotras decimos que no puede haber lesbianismo sin feminismo ni feminismo sin lesbianismo y que el lesbianismo sin el feminismo es ciego y que el feminismo sin el lesbianismo carece de contenido. O sea, el lesbianismo para nosotras es el contenido del feminismo; de hecho, decimos una frase histórica que se le atribuye a Ti-Grace Atkinson a principios de la década de 1970, que dice "El feminismo es la teoría y el lesbianismo es la práctica".

E: ¿Entonces ustedes entienden al lesbianismo más allá de una orientación sexual?

YM: Por supuesto, lo que hacemos es que sacamos al lesbianismo del terreno de lo sexual y lo colocamos en el terreno de lo político, por eso no estamos dispuestas a que vuelvan a "sexualizar" al lesbianismo.

E: ¿Por qué llevar a cabo hoy en día una marcha exclusiva de lesbianas?

YM: Porque somos un movimiento autónomo e independiente de todos los demás mercados sexuales. De igual forma porque marcamos una diferencia con el carnaval de la diversidad sexual, antes GLBT y anteriormente gay. Nosotras somos una marcha política, precisamente por eso no van camiones. Es toda una postura política porque los camiones son un símbolo de poder, son muy caros y solamente los pueden pagar los grandes empresarios gays o los empresarios de las marcas gays, desde bares hasta los viajes, los cruceros, hasta los vendedores de ropa, son los que pueden pagar los trailers; entonces nosotras, al decir que no pueden ir camiones, estamos haciendo un llamado a las lesbianas de a pie, a las común y corrientes y no necesitamos los camiones para demostrar poder, ni poder económico ni poder político.

E: ¿Cómo entienden ustedes el concepto y la noción de poder?

YM: No desde el punto de vista foucaultiano. Yo te puedo dar mi propia definición de poder, porque el comité está integrado por muchas organizaciones de lesbianas y cada una tiene su propia concepción de poder, entonces no puedo dar una sola definición de poder, pero lo que sí te puedo decir es que nosotras, en 6a Marcha Lésbica 2013 términos generales, el nuevo comité, en el Comal, el Comité de la Marcha Lésbica, tenemos la noción de poder como esa posibilidad para llevar a cabo la articulación de los diferentes movimientos sociales, ya sea de obreros, de campesinos, de indígenas, de migrantes, de todos los sectores oprimidos, para así construir un gobierno que nos permita organizar a la sociedad de una manera justa.

E: El cartel de la marcha hace referencia a la revolución, ¿cómo definen y cómo entienden la revolución en este momento de la historia?

YM: En términos generales, entendemos por revolución un cambio profundo, un cambio radical desde las raíces de una sociedad opresiva que es ésta, la patriarcal capitalista.

E: De igual manera, el cartel de la marcha decía que sólo mujeres, es decir que ¿en esta acción de cambio profundo y de raíz, en esta revolución que tú planteas no pueden participar los hombres?

YM: Como te comentaba, hay varias visiones con respecto a este punto; hay básicamente dos posturas dentro del feminismo que se reflejan también en la marcha, la de las anarquistas que, a su vez, tienen diferentes corrientes adentro del anarquismo, y nosotras, las socialistas, donde también hay diferentes corrientes. Las anarquistas, en general, piensan que no se pueden hacer alianzas importantes con los hombres o no se puede hacer ningún tipo de alianza con los hombres. Nosotras, como socialistas, pensamos que sí tenemos y debemos hacer alianzas con los hombres; de hecho, yo trabajo en una organización mixta que se llama Grupo de Acción Revolucionaria. Nosotras pensamos que hombres y mujeres tenemos que hacer esa revolución.

E: Retomando nuevamente el cartel de la marcha, hacen uso del color morado a diferencia de la bandera arco iris, ¿qué simboliza esto?

YM: Que la bandera arco iris es un símbolo de mercado, un objeto mercantil y nosotras pensamos que no es cierto que el movimiento gay sea un movimiento arco iris porque hay mucho racismo, mucho etnocentrismo, mucho imperialismo y colonialismo dentro del movimiento gay; eso de que es un arco iris no es cierto, me parece absolutamente falso. El morado lo usamos porque es un color de las lesbianas, es un color que usamos desde la década de 1970, es un color fuerte, un color muy firme, no es un color suavecito y llevamos banderas moradas porque no creemos ni queremos que nos represente la bandera arco iris.

E: ¿Qué representa el símbolo que usan en el cartel?

YM: Es la doble hacha, la labris. Es un símbolo que utilizaron las lesbianas desde la década de 1970. Es una doble hacha que tiene un doble significado, el de poder matar y combatir y el de cortar la hierba o sembrar a manera de instrumento de labranza.

E: Desde tu perspectiva ¿la marcha lésbica ha determinado alguna impronta o un cambio en nuestra sociedad?

YM: Desde luego, ha tenido un gran impacto en varios sentidos. Primero, ha motivado a que las lesbianas salgan del clóset y dejen de estar escondidas, que salgan a la calle con dignidad y tomen confianza en sí mismas, eso ha sido muy importante. Segundo, romper con el mercado gay, romper con el mercado de la diversidad sexual aquí en México como un país, digamos, de vanguardia, porque en América Latina lo que prevalece ahorita es la ideología queer; por lo tanto, la marcha en México está marcando una direccionalidad política en toda América Latina porque es la ideología que la Academia está difundiendo por toda la región. Yo acabo de ir a Bolivia a un encuentro latinoamericano y está súper queerizado todo el discurso político, lo cual me parece peligrosísimo; entonces el hecho de que en México hagamos una marcha lésbica y nos deslindemos de los queer, eso para mí es importantísimo y para toda América Latina, para decirles, el lesbianismo no tiene nada que ver con el mercado sexual ni mucho menos con la teoría queer.

E: A partir de la teoría queer, que habla de una desidentificación y borramiento de identidades, ¿cuál sería tu crítica hacia esta postura?

YM: En este sentido, es muy importante destacar que la marcha es una reafirmación de la identidad ante la postura queer, que propone la disolución de las identidades. La marcha, en este sentido, tiene una crítica absolutamente antiqueer.

E: ¿Aparte de esta manifestación, hay otras acciones colectivas que lleve a cabo el movimiento de lesbianas?

YM: Sí, por supuesto; nosotras, a pesar de todos estos casi 30 años de globalización neoliberal posmoderna, hemos permanecido activas todo el año, todos los años; precisamente, yo estoy escribiendo la historia de todas las actividades anuales de los grupos lésbicos en la marginalidad, en la negación por parte de los burgueses, por un lado y, por otro, por parte de los queer. Estamos entre dos fuegos y, por si fuera poco, enfrentamos la ignominia de las feministas heterosexuales; en medio de todo este fuego hemos seguido adelante, y hemos seguido trabajando con el movimiento zapatista, con el movimiento indígena, con el movimiento obrero, con el movimiento de las mujeres en contra del tráfico de menores, del feminicidio, de la explotación sexual.

E: A manera de conclusión, ¿cómo vislumbras el porvenir del movimiento de lesbianas en México y el futuro de la marcha lésbica?

YM: Creo que estamos en un momento muy crítico frente al cual debemos trabajar más arduamente porque, según mi lectura, ahora el enemigo ya no es externo, el enemigo es interno; es a través de las mujeres gays y queer que van a tratar de derrotarnos, van a tratar de desarticular el movimiento de lesbianas y eso es muy peligroso porque ahora nuestros adversarios son precisamente algunas mujeres, ya no van a ser los machos heterosexuales que histórica y culturalmente nos han oprimido y han tratado de silenciarnos. Por eso es muy importante llevar a cabo acciones como esta marcha, que tiene un alto contenido político y de denuncia.

 

Notas

* Entrevista realizada el 17 de abril de 2013 en la Biblioteca de la UAM-Xochimilco.

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