Señor editor:
En la revista Ginecología y Obstetricia de México, en agosto, 2017 (85(8):489-497) el artículo: “Evidencias en indicaciones de la progesterona” mostraba, en el capítulo referente a su indicación en la amenaza de aborto, las funciones documentadas en el mantenimiento del embarazo. Establecía que no existía evidencia de efectividad de la progesterona administrada por vía vaginal en comparación con un placebo para reducir el riesgo de aborto en pacientes sintomáticas.
El estudio de 2,118 mujeres demostró que la progesterona disminuyó significativamente la tasa de abortos en pacientes con antecedente de aborto, en comparación con las que recibieron placebo.
El grupo Cochrane concluyó que no había evidencia que apoyara la indicación rutinaria de un progestágeno en la prevención del aborto involuntario en la primera mitad del embarazo. Sin embargo, sí parecía haber evidencia de beneficio en mujeres con antecedentes de aborto involuntario recurrente.
El consenso fue que la administración de progesterona era una alternativa para pacientes con antecedente de aborto involuntario recurrente porque disminuye la tasa de abortos. La indicación de la progesterona quedaba más sujeta a la experiencia del médico. Los estudios revisados no fueron concluyentes.
Coomarasamy y colaboradores publicaron en The New England Journal of Medicine el artículo original: “Un ensayo al azar de progesterona en mujeres con sangrado en el embarazo temprano” (A randomized trial of progesterone in women with bleeding in early pregnancy) May 9, 2019.
Se trata de un estudio multicéntrico, con asignación al azar, doble ciego, controlado con placebo para evaluar a la progesterona en mujeres con sangrado transvaginal en el embarazo temprano (antes de la semana 12). Se reclutaron 4153 mujeres de 48 hospitales del Reino Unido para recibir 400 mg de progesterona (2079 mujeres) o placebo (2074 mujeres) dos veces día.
Las pacientes se asignaron al azar para aplicarse, por sí mismas, 400 mg de progesterona (Utrogestan®, Besins Healthcare) vía vaginal o placebo dos veces al día a partir de la indicación hasta completar las 16 semanas de embarazo. Cuando las pacientes no aceptaron la aplicación vaginal hubo la opción de la aplicación rectal. La medida de eficacia primaria fueron los nacidos vivos después de, al menos, 34 semanas de gestación.
Los resultados mostraron un aumento de 3% en nacidos vivos de mujeres que recibieron progesterona en comparación con el placebo (considerado significativo), y en pacientes de mayor riesgo (con antecedentes de al menos una pérdida de embarazo):
a) El antecedente de una o más pérdidas previas tuvo un incremento de 5% de nacidos vivos comparado con placebo.
b) El antecedente de tres o más pérdidas mostró un aumento de 15% de nacidos vivos comparado con placebo.
El estudio de Coomarasamy permite establecer que los porcentajes en el tratamiento de la amenaza de aborto, con dosis de 400 mg de progesterona micronizada, son significativos para nacidos vivos en pacientes primíparas, además de establecer significación estadística en mujeres con antecedentes de una a tres pérdidas de embarazo.
Rafael Buitrón García,
Drusso Vera Gaspar,
Martha Zancatl Díaz