ANTECEDENTES
El corioangioma es un tumor vascular de origen placentario perteneciente al grupo de los hemangiomas vasculares caracterizado por una proliferación benigna de los vasos capilares y estroma dentro de las vellosidades de la placenta.1
La incidencia del corioangioma es de 1 a 2.8 casos por cada 10,000 nacimientos; es más frecuente en fetos femeninos, primigestas y en embarazos gemelares. Se desconoce su causa pero se cree que la hipoxia es un factor que interviene en la formación de la angiogénesis placentaria. Estos tumores pueden asociarse con embarazos múltiples, preeclampsia y anomalías congénitas fetales. Los tumores mayores de 5 cm pueden asociarse con hidramnios, hemorragias anteparto y cortocircuitos arteriovenosos en la circulación fetal, con insuficiencia cardiaca congestiva. Puede, también, haber otras complicaciones: edema, coagulopatía de consumo, anemia hemolítica, microangiopatía y angiomas de la piel.2
Los corioangiomas son más frecuentes en mujeres mayores de 30 años, primíparas, con embarazos gemelares, hipertensión arterial y diabetes mellitus. Su relevancia clínica se relaciona con el tamaño de la tumoración; a mayor crecimiento (más de 4 a 5 cm) mayor riesgo para el feto y la madre.3 Los reportes de este tipo de tumor placentario son infrecuentes.
CASO CLÍNICO
Paciente de 37 años, ingresó al servicio de Urgencias con los siguientes antecedentes: menarquia a los 12 años, inicio de la vida sexual activa a los 13 años, tres embarazos y dos partos; ecografía con embarazo de 35 semanas. La paciente cursó con dolor de una hora de evolución y trabajo de parto en fase latente. La exploración física y los exámenes de laboratorio se reportaron sin alteraciones. El parto fue eutócico, con nacimiento de una niña; meconio (+++), cordón umbilical grueso, talla de 49 cm y 2895 g. Se observó una tumoración placentaria (Figura 1). Reporte histopatológico: placenta monoamniótica, monocorial, disco placentario ovoide de 17.5 x 17 cm, con inserción central del cordón umbilical de 17 cm de longitud x 1 cm de diámetro. Tumor separado de la placenta, pediculado, de 8.2 x 4.2 x 4 cm, con superficie multilobulada de color marrón oscuro. Masa sólida con dos áreas delimitadas marrón claro y oscuro, con aspecto hemático. El tipo de tumor era compatible con corioangioma placentario, con infartos extensos, calcificaciones y depósitos de hemosiderina. Figuras 1 y 2
DISCUSIÓN
Los corioangiomas placentarios gigantes (mayores de 5 cm) se asocian con múltiples complicaciones obstétricas y la mortalidad perinatal estimada varía del 30 al 40%, con elevada mortalidad fetal y diversas alteraciones perinatales. Ramírez-Cárdenas y su grupo4 informaron un caso diagnosticado a las 15 semanas con una tumoración placentaria hipoecoica de 20.6 x 16.9 cm y muerte del feto.
Bustillos-Villavicencio informó un caso de corioangioma gigante diagnosticado en el posparto, con polihidramnios como única manifestación clínica asociado con trabajo de parto prematuro. Este autor insiste en el valor del ultrasonido diagnóstico que puede descubrir lesiones placentarias menores de 4 cm a partir del segundo mes del embarazo.5
Blengio V y colaboradores reportaron el caso de una paciente de 21 años con un corioangioma gigante de 82 x 58 mm diagnosticado a las 28 semanas, con feto sano nacido por cesárea. La tumoración no aumentó de tamaño ni se registraron repercusiones en el recién nacido ni en la madre.6
Torres-Correa y coautores publicaron un caso detectado a las 26 semanas en una paciente de 21 años, con una tumoración de 7 cm, con CD34 y anticuerpos antimúsculo liso positivos. El embarazo trascurrió con complicaciones: parto pretérmino, hidropesía fetal, retardo en el crecimiento y muerte fetal intrauterina.7
Desai T y su grupo informaron el caso de una paciente de 26 años, primigesta, con 31 semanas más 5 días de embarazo. A las 21 semanas se detectó una tumoración placentaria de 6.5 x 5.2 cm cercana al sitio de inserción del cordón umbilical. Se diagnosticó corioangioma. A la semana 26 se detectó un crecimiento tumoral de 115 a 160 mL que continuó aumentando. Se decidió la finalización del embarazo mediante cesárea a las 31 semanas más 5 días; el recién nacido, masculino, pesó 1.56 kg, con Apgar de 6-10 a 8-10 al minuto y a los 5 minutos. Permaneció dos semanas en la unidad de neonatología y la madre y su hijo se dieron de alta a los 21 días contados a partir de su hospitalización.8
Moreno-López y colaboradores reportaron el caso de una paciente de 31 años, multigesta, que en el segundo trimestre del embarazo se le detectó una tumoración placentaria de 68.4 x 63.6 mm. A las 32.8 semanas se finalizó el embarazo mediante cesárea con el nacimiento de una niña. La mdre y su hija recibieron el alta hospitalaria, sin complicaciones. Los autores hacen hincapié en la necesidad del seguimiento de estos casos con ultrasonido Doppler seriado.9
Novoa y coautores publicaron el caso de una embarazada de 16 años, con 25 semanas de gestación y un tumor de 8 x 8.3 x 4 cm y volumen de 19 mL que le causó anemia fetal severa y polihidramnios. Se decidió la ablación intrauterina, con láser del vaso nutricio, mediante fetoscopia. Se indicó cesárea de urgencia, con recién nacida que evolucionó favorablemente.10
En relación con la atención obstétrica de estos casos, Sarmiento-Rodríguez y colaboradores11 hacen hincapié en la importancia de la vigilancia de estos embarazos, la transfusión fetal in utero y los procedimientos invasivos guiados por ultrasonografía. Yadav y su grupo12 recomiendan el seguimiento en pacientes con tumores pequeños cada 6 a 8 semanas y en tumores gigantes cada 1 a 2 semanas. La intervención puede ser con láser guiado por ultrasonido, devascularización endoscópica, ablación con alcohol, amniorreducción e indometacina para prevenir la mortalidad perinatal.
CONCLUSIONES
El corioangioma recuerda que la valoración placentaria con ultrasonido-Doppler de control durante el embarazo es decisiva para detectar este tipo de tumoraciones. Cuando son pequeños suelen pasar inadvertidos y, en algunos casos, solo se diagnostican cuando en el posparto se revisa la placenta, examen que debe ser sistemático.