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Veterinaria México

versión impresa ISSN 0301-5092

Vet. Méx vol.42 no.2 Ciudad de México abr./jun. 2011

 

Artículos de revisión

 

Bienestar animal en la enseñanza de Medicina Veterinaria y Zootecnia. ¿Por qué y para qué?

 

Animal Welfare in the Veterinary Medicine and Animal Husbandry Curriculum. What for and why?

 

Aline S. de Aluja

 

Departamento de Patología, Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Universidad Nacional Autónoma de México, Circuito Exterior, Ciudad Universitaria, 04510, México, DF, Correo electrónico: aline@servidor.unam.mx

 

Recibido el 21 de junio de 2010.
Aceptado el 28 de febrero de 2011.

 

Abstract

Animal welfare is nowadays considered a science and it should be part of the curriculum of Veterinary Schools and Faculties. Present knowledge of anatomy, physiology, neurobiology and the nervous system in particular show that animals and men share many similar organic mechanisms. Observational and behavioural studies prove that animals are conscious of their surroundings and experience anxieties, fear, stress and pain. The link between animal welfare and production is mentioned and it is concluded that veterinarians must know about animal behaviour, it's physiological and neurological basis, with the objective to provide a state of wellbeing for animals which in return will favourably influence production.

Key words: Animal welfare, behaviour, education, animal production, veterinarians.

 

Resumen

Se revisan brevemente las razones del porqué el Bienestar animal actualmente es considerado una ciencia que debe ser incluida en el plan de estudios de las escuelas y facultades de Medicina Veterinaria y Zootecnia. Se menciona que los conocimientos actuales sobre anatomía, fisiología, neurobiología y otros, nos comprueban que el organismo animal y en especial su sistema nervioso central (SNC) tienen muchas similitudes con los del ser humano y que los estudios observacionales y de comportamiento animal demuestran que los animales se dan cuenta, sufren ansiedad, miedo, estrés y dolor. Se subraya la relación que tiene el bienestar de los animales con la producción y se concluye que es necesario que los médicos veterinarios y zootecnistas conozcan el comportamiento de los animales, sus bases fisiológicas y neurológicas a fondo, para procurarles a un estado de bienestar que a su vez repercutirá en el éxito de su producción.

Palabras clave: Bienestar animal, comportamiento, educación, producción animal, médico veterinario zootecnista.

 

Introducción

Desde hace algunos años el bienestar de los animales, tanto de los de compañía como los de producción, de trabajo, de deporte, de espectáculos, de diversión, de vida silvestre, de zoológicos y los usados en la experimentación y enseñanza, se ha vuelto un tema muy discutido en grupos importantes de la ciudadanía, entre Médicos Veterinarios Zootecnistas, Ingenieros Agrónomos y en los ámbitos gubernamentales en muchos países, con repercusiones nacionales e internacionales.1–11 La pregunta que surgió es ¿hasta dónde son compatibles los métodos de producción animal, de zootecnia, de exhibición y de explotación de los animales con principios de bienestar animal, o inclusive de bioética?

Éste es un tema vasto, que incluye todos los aspectos implicados en la relación del hombre con los animales y en cierto modo es una de las consecuencias del explosivo crecimiento de la población humana.

Para reflexionar al respecto será útil definir el término bienestar animal: existen varias definiciones, una, muy difundida es la de Broom:12 "El bienestar de un individuo es su estado en relación con sus intentos de afrontar el ambiente".

Otra, que me parece más fácil de entender, la de Hughes:13 "El bienestar es el estado de salud física y mental completo donde el animal está en armonía con su ambiente".

Mc Millan14 define el término de salud mental como "un estado de equilibrio mental y emocional caracterizado por la ausencia de trastornos mentales o por un ajuste adecuado en especial en lo que refiere a sentirse confortable y capaz de enfrentarse a las exigencias de la vida".

Mc Millan14 enfatiza la importancia de la salud mental dentro del concepto de bienestar o de la calidad de vida y asegura que el bienestar físico es solamente una parte de un conjunto de factores necesarios para un programa de cuidado efectivo de animales.

Duncan15 por su parte subraya que para que un animal se encuentre en un estado de bienestar no deben considerarse únicamente sus necesidades fisiológicas, sino de manera primordial sus sentimientos. Explica que el sentimiento es una actividad específica del sistema sensorial, del cual el animal se da cuenta y postula que el bienestar depende de lo que los animales sienten.

Estudiando estas definiciones, salta a la vista que para evaluar el bienestar de los animales, se requieren conocimientos científicos. Para afrontar un ambiente adverso se movilizan en el organismo mecanismos complicados, principalmente hormonales, como reacción a factores estresantes.16 Para conocer el estado de salud física es necesario saber mucho de fisiología,17 de bioquímica, de las patologías, de clínica, de etología entre otros, y para la salud mental se requieren, además, conocimientos muy sólidos de las neurociencias.

Cualquier definición de bienestar animal se debe referir al estado biológico del animal y no a algo que se le proporciona o no. Teniendo esto en cuenta, es un estado que se puede medir y que se basa en estudios fisiológicos y de conducta de los animales.18,19

En consecuencia, el bienestar animal no es, como se pensó durante mucho tiempo, una actividad de personas aficionadas y bienintencionadas, sino una ciencia que los profesionales de la Medicina Veterinaria y Zootecnia deben conocer a fondo.20–22

En sus definiciones tanto Hughes13 como Mc Millan14 y Duncan15 manejan el concepto de salud mental, lo que implica que aceptan que los animales tienen una mente. Un estado mental es una característica evolutiva que la selección natural ha favorecido precisamente para incrementar la posibilidad de sobrevivencia.

Toda persona que ha vivido y trabajado con animales, sabe que sienten, que tienen miedo, experimentan frustraciones, que son capaces de demostrar alegría, y que tienen la capacidad de experiencias conscientes.23–28 Por lo tanto, ya no son aceptables las doctrinas de Santo Tomas de Aquino (siglo XIV), todavía demasiado difundidas, y las de Descartes (siglo XVII), quien aseguraba que "las respuestas de los animales a estímulos dolorosos son reflejos. Los animales son autómatas que no sienten ni piensan en forma racional y consciente".

Dawkins y Wood–Gush29 definieron el término cons–ciencia como un "amplio rango de estados durante los cuales un individuo se da cuenta en forma inmediata de su pensamiento, memoria y sensación". Griffin23 lo explica con un ejemplo: "Un animal está consciente de que se acerca un predador peligroso".

De acuerdo con la definición de Dawkins y Wood–Gush29 no puede haber duda de que los animales son conscientes de lo que pasa a su alrededor, que tienen memoria y experimentan sensaciones.29 La pregunta de si piensan, hasta ahora no ha sido resuelta de manera satisfactoria respecto a todas las especies animales.23 Existen evidencias de que los grandes simios sí tienen la capacidad de pensar, similar a la de los seres humanos.30 El problema es que las actitudes de los animales que podrían aceptarse como comprobación de una actividad similar a un pensamiento, se interpretan con una actitud antropocéntrica, es decir, se juzga a partir de la manera de comprender las cosas en el humano, cuando la mente de los animales no es igual a la de los humanos, es similar, pero no igual. Para comprobar esta similitud es necesario estudiar la anatomía del sistema nervioso central de los animales, especialmente el encéfalo. En los vertebrados mamíferos existen las mismas estructuras cerebrales, con diferencias de tamaño, especialmente de la última capa evolutiva que es la corteza cerebral, que forma gran parte del lóbulo frontal, la cual es mucho más gruesa en los humanos que en la mayoría de los animales, pero no existen diferencias estructurales básicas de los encéfalos de los vertebrados. Grandin y Johnson31 refieren que, removiendo la corteza cerebral de los encéfalos de un ser humano y de un cerdo, a simple vista no se ven diferencias en las estructuras que quedan.

Por otra parte, nadie que ha vivido entre y con animales negará que tengan memoria. Un caballo que ha sufrido maltrato durante un transporte se rehúsa a entrar al vehículo la próxima vez. Un perro al que no le gusta que lo bañen se esconde en cuanto ve los preparativos. Durante los programas de educación o entrenamiento, sea para perros, caballos, delfines, animales de circo u otros, algunas veces se usan prácticas que para los animales son desagradables, hasta traumáticas, las recuerdan y tratan de evitar el castigo no cometiendo el error.

Con los pocos ejemplos que comprueban la existencia de capacidades como memoria y consciencia en los mamíferos, y probablemente también en otros vertebrados, se impone la necesidad de que, para entender a los animales, es necesario conocerlos, saber cuáles son las necesidades de su comportamiento, ¿Qué ven? ¿Qué oyen? ¿Qué huelen?32 ¿Cuál es el efecto de no poder expresar comportamientos biológicamente importantes? ¿Cuál es la relación entre comportamiento y salud? ¿Cuál es la consecuencia sobre su estado de salud cuando tienen que vivir en condiciones en las que se trunca su comportamiento natural? Todo ello es parte de una ciencia relativamente "nueva", la etología, cuyas fundadores fueron los tres premios Nobel de 1972: Konrad Lorenz, Niko Tinbergen y Karl von Frisch.

La etología se define como el estudio científico y biológico del comportamiento.18 Conocer los principios de la etología, ayuda a deducir si un animal se encuentra en un estado de bienestar o no.

Lorenz33–34 hizo importantes investigaciones relativas a lobos, perros y aves acuáticas, gansos en especial, von Frisch35 comunicó estudios fascinantes sobre la vida de las abejas y Tinbergen36–37 se dedicó al estudio del comportamiento de diferentes especies y del instinto. Como consecuencia de los trabajos pioneros de los tres científicos se despertó el interés en esta nueva rama de la ciencia. Aunque la etología, o sea el estudio del comportamiento animal, ha hecho progresos considerables para entender qué es el bienestar animal y cómo deben mantenerse los animales para que vivan con una calidad de vida satisfactoria,38 en muchos sistemas o formas de aprovechamiento, como los sistemas intensivos, comportamientos importantes desde el punto de vista adaptativo no los pueden expresar, lo que lleva a problemas de bienestar y de salud animal.

Se ha escrito más sobre problemas de comportamiento en animales de compañía, perros y gatos en especial y en los de laboratorio. Las especies domésticas, que son criadas para la producción de alimentos para los seres humanos, han recibido menos atención,19,39,40 razón por la cual se pondrá más énfasis en ellos en este trabajo.

Una veterinaria inglesa, Ruth Harrison41 en su libro Animal Machines, alertó a comunidades científicas y a la ciudadanía en general, respecto a lo que pasaba en las explotaciones "industriales" dedicadas a criar animales en forma intensiva para consumo. A consecuencia de su libro, la Asociación de Médicos Veterinarios de la Gran Bretaña encargó a un grupo de expertos, encabezados por el profesor Rogers Brambell un estudio exhaustivo sobre la condición de animales en estas explotaciones. Como resultado, se plantearon consideraciones y recomendaciones resumidas en el informe Brambell,42 que a su vez generó una legislación del gobierno inglés al respecto.

Webster22 propuso una lista de 5 puntos, que llamó "Las 5 libertades", y que resumen las necesidades mínimas que deben tener todos los animales. Estas 5 libertades son aceptadas hoy en día por la Asociación Mundial de Médicos Veterinarios y de muchas organizaciones nacionales e internacionales. En ellas se establece que los animales deben estar:

• libres de sed, hambre y mala nutrición, proporcionándoles libre acceso a agua fresca y una dieta que los mantenga en condiciones de salud y vigor.

• libres de incomodidades, proporcionándoles un ambiente apropiado, lo que incluye protección y un área de descanso confortable.

• libres de dolor, lesiones y enfermedad, por medio de la prevención o de un diagnóstico y tratamiento rápidos.

• libres para expresar su comportamiento normal, proporcionándoles espacio suficiente, facilidades apropiadas y la compañía de animales de su misma especie.

• libres de miedo y de "distress" (sufrimiento emocional) asegurándoles condiciones que eviten sufrimiento mental.

En el ámbito de productores y médico veterinarios zootecnistas dedicados a los animales de abasto, el interés en el comportamiento animal se despertó cuando se hizo evidente que tanto la calidad como la cantidad del producto que se ofrece al consumidor están estrechamente relacionadas con su bienestar.43

No es posible abarcar aquí todos los factores que preocupan en todas las especies de vertebrados destinados a la producción de alimentos (bovinos, equinos, caprinos, ovinos, conejos, aves, venados entre las más importantes). Por ello sólo se describieron algunas condiciones que necesitan una pronta atención.

Los médicos veterinarios que se dedican a los animales de producción saben que muchas de las prácticas de crianza, engorda, transporte y matanza no se realizan con ética profesional, en especial de acuerdo con el juramento que se hace a la hora de recibir el título universitario de médico veterinario zootecnista, pero tampoco favorecen la calidad del producto que se quiere obtener.

En un animal que sufre de estados avanzados de estrés, como sucede en aquéllos que se sacan de su ambiente acostumbrado, aplicando métodos que no toman en cuenta su comportamiento natural, lo que los asusta y les causa miedo, se desencadenan mecanismos endocrinos, uno de los cuales es la movilización de glucógeno muscular que se transforma en glucosa para hacer frente a las necesidades energéticas inmediatas. Por lo tanto, la carne de estos animales carecerá de glucógeno, que es una de las sustancias importantes para que "madure" bien. A partir del glucógeno, y después de muerto el animal, se forma en la carne acido láctico que baja el pH, inhibiendo así el crecimiento de gérmenes y prolongando la vida de anaquel. La carne de un animal estresado, con pocas reservas de glucógeno, tiene un pH alcalino, es dura y no se conserva bien por la contaminación bacteriana, y el consumidor la rechazará.44

Otra importante causa de pérdidas para los productores de animales de abasto son las lesiones que se producen en ellos durante los arreos y los transportes. En los rastros donde se lleva a cabo la inspección de la carne, son frecuentes los decomisos por contusiones, hemorragias o fracturas, a causa de traumatismos que los animales sufren durante el mal manejo en corrales, en el transporte y durante las maniobras de embarque y desembarque. Estos malos manejos también demeritan las pieles, fuentes de ingreso para muchas personas.4548

Además de las razones para introducir prácticas de bienestar animal en la producción de los animales de abasto de México que eviten pérdidas al productor, existen otras, de gran interés para la economía nacional y el comercio internacional.

Organizaciones nacionales e internacionales, tanto la Unión Europea, la Organización Mundial de Comercio (World Trade Organization, WTO) como la Oficina Internacional para la Salud Animal (Office International des Épizooties, (OIE),49 y la Food and Agricultural Organization (FAO)50 han incluido el bienestar animal en su mandato. Los países miembros de la OIE han considerado que el vínculo entre la salud de los animales y su bienestar era tan obvio que la OIE debía convertirse en referencia internacional en materia de protección de los animales.50–55 LA OIE ha propuesto guías en el área de bienestar animal, para que sean adoptadas por su comité internacional. Estas guías serán de importancia para los países que desean tener relaciones comerciales con países miembros de la OIE. Finalmente, serán un apoyo importante para aquellos países que todavía no cuentan con legislación al respecto, pero que piensan introducirla.52,54,55

En cuanto a la pregunta formulada al inicio del artículo ¿debe incluirse el bienestar animal en los planes de estudio de escuelas y facultades de Medicina Veterinaria y Zootecnia?

Si se acepta que el bienestar animal actualmente es una ciencia,26,40,56–60 y no puede haber duda al respecto, la respuesta indudablemente es sí. Evidentemente el médico veterinario zootecnista es la persona indicada para ocupar el liderazgo en la materia, por lo que tiene que conocerla a fondo.61 El problema ha sido que en los planes de estudio de la mayoría de las universidades mexicanas no se incluyen ni etología, ni bienestar animal, ni bioética; cito las tres materias porque tienen estrecha relación.

Para las escuelas y facultades de Medicina Veterinaria y Zootecnia será un reto incluir Bienestar animal en el plan de estudios, porque, como se ha dicho, requiere de otros conocimientos, además de los que se adquieren rutinariamente durante los años de estudio, que no se enseñan con la profundidad necesaria en las instituciones del país. Para citar algunos ejemplos: las instalaciones en los ranchos (mangas de manejo, embarcaderos), en centros de producción intensiva (cerdos, gallinas de postura, pollos de engorda, becerros, conejos, criaderos de animales para peletería), en mercados y tianguis, en rastros, métodos de matanza humanitaria, vehículos de transporte y el manejo de los animales en general. Éstos y muchos más son temas que en el currículum de las instituciones de enseñanza de medicina veterinaria o bien no figuran, o se mencionan de un modo superficial, de acuerdo con la opinión de algunos profesores de materias afines, como la de producción animal.

Se ha discutido mucho si la materia de Bienestar animal debe enseñarse como curso formal o debe integrarse a otras que pueden tener relación con la materia. No cabe duda que un curso formal es preferible. Si se incluye en materias relacionadas se debe tener la certeza, en primer lugar, de que el maestro respectivo esté convencido de la importancia de este conocimiento, y en segundo, que lo enseñe bien, es decir, acorde con los lineamentos generales establecidos por los especialistas y las autoridades del plantel. Si ello no se logra, se transmitirán mensajes contradictorios a los alumnos, lo que creará confusión y no se podrán lograr los objetivos.

En otros países, existen algunas universidades en las que se enseña la materia,8,56,62–71 entre las cuales ocupan las de Australia y Nueva Zelanda una posición de liderazgo.56,72–74

 

Conclusiones

En respuesta a las preguntas iniciales, se concluye que:

¿Por qué?

Existen bases científicas para asegurar que los animales son seres conscientes, que sienten dolor, ansiedad, miedo, fatiga, frustraciones, emociones como alegría, aburrimiento, depresión y otros estados emocionales o mentales que pueden causar sufrimiento; además de que se dan cuenta de su entorno y son capaces de sufrir.

Estos conocimientos obligan a ofrecerles condiciones de vida acordes con las necesidades para su bienestar (las 5 libertades de Webster) y acordes con el Juramento Profesional de todo médico veterinario zootecnista.

¿Para qué?

Para mejorar la calidad de vida de los animales.

Además es necesario contar con instalaciones adecuadas para facilitar a las personas involucradas el manejo tranquilo de los animales y para propiciar su comportamiento natural, evitando lesiones por golpes, caídas, y deterioro en la calidad de la carne y de las pieles. De esta manera, se evitarán pérdidas durante el proceso de producción (rancho, embarque, desembarque, transporte, matanza, calidad), y se aumentarán las ganancias de los productores, lo cual permitirá estar a la altura de la legislación internacional al respecto y participar en el comercio internacional.

Todo ello confirma la necesidad de incluir los temas de bienestar animal en el plan de estudios de la carrera de Medicina Veterinaria y Zootecnia bajo la premisa de que los animales no son "cosas", que tienen una estructura orgánica, muy especialmente la del sistema nervioso central, muy similar a la de los seres humanos, y que ello obliga a considerarlos seres vivientes conscientes de su entorno y capaces de sufrir, por lo que es necesario conocer sus reacciones y entenderlas por medio del estudio de la ciencia del Bienestar animal y de la etología en general.

Por otra parte, en cuanto a la producción de alimentos de origen animal, la profesión veterinaria ha aceptado el reto de ser la responsable de la producción de animales de abasto y sabiendo que ésta será optima cuando los animales vivan con buenos niveles de bienestar, es indispensable que sus miembros conozcan el tema y que los estudiantes lo aprendan durante los años de su carrera.

Los principios del bienestar animal deben ser aplicados a todos los animales, no importando su fin zootécnico.

 

Agradecimientos

Se agradece al Dr. Francisco Galindo, la revisión crítica del documento y a la Sra. Isabel Aguilar su paciente ayuda durante su elaboración.

 

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Nota

Cátedra "Aline Schunemann Hofer", Reunión del Consorcio de Universidades de México (CUMex), Zacatecas, abril de 2010.

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