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Problemas del desarrollo

versión impresa ISSN 0301-7036

Prob. Des vol.43 no.171 Ciudad de México oct./dic. 2012

 

Comentarios y debates

 

Rusia: Fortalezas y debilidades1

 

Russia: Strengths and Weaknesses

 

Arturo Bonilla*

 

* Investigador Titular "C" de TC del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.

 

Fecha de recepción: 12 de septiembre de 2011.
Fecha de aceptación: 20 de mayo de 2012.

 

Introducción

Bien se sabe que desde su creación, la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS) tuvo que hacer frente a un gran atraso en diversos órdenes de la vida productiva, social y política heredado del imperio zarista, a la vez que encaraba una serie de amenazas que ponían en riesgo al nuevo régimen de gobierno producto de la revolución bolchevique de 1917. Ése fue el signo histórico fundamental que sirvió para el posterior desarrollo de la URSS. Todo el esfuerzo de las repúblicas soviéticas se encaminó en esa dirección, cuya primacía era la centralización del excedente económico, el cual fue encaminado a darle prioridad a la industria pesada como base para establecer una industria bélica lo suficientemente poderosa para desalentar posibles invasiones. Los dirigentes políticos de la URSS sabían que eso podría ocurrir, lo que se comprobó con la invasión nazi de una buena parte de la porción europea de la Unión Soviética.

Si bien los soviéticos lograron derrotar al ejército alemán y sus aliados, esto les significó un costo muy alto en términos de destrucción y devastación de todo tipo de instalaciones, lo cual palidece frente a la magnitud de lo que fueron las pérdidas en vidas de su población, alrededor de 25 millones de soviéticos. No parece haber en la historia de la humanidad algún pueblo que haya tenido que pagar tan alto precio en vidas de personas, como la Unión Soviética.

Pero el fin de la Segunda Guerra Mundial no trajo una garantía plena para su seguridad, puesto que se inició la Guerra Fría2 a fines de los años cuarenta, la que terminó con la desaparición de la Unión Soviética en el año de 1991.

Como es conocido, la Rusia actual es el resultado histórico de la implosión que sufrió la antigua Unión Soviética, de la cual Rusia constituía la mayor parte no sólo en términos territoriales, sino que llegó a ser el principal centro productivo, el corazón y cerebro de las actividades políticas y científicas. La URSS había llegado a ser la segunda potencia del mundo, después de Estados Unidos de América (EUA), y en algunos aspectos adelantó a este país, como en la carrera espacial; grosso modo, en la industria militar tenía la fuerza equivalente a la de la primera potencia del mundo.

Como se recordará, con la Guerra Fría, EUA junto con otras potencias occidentales crearon el más importante bloque militar del planeta, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN); por su lado, la URSS hizo lo mismo con los países de Europa Oriental, formando otro bloque militar: el Pacto de Varsovia.

En el mismo tenor se tiene que tanto los países europeos occidentales, como la propia URSS, conformaron grandes bloques comerciales. Los primeros empezaron con la Unión Europea del Carbón y del Acero, la que poco a poco devino en la incorporación creciente de más países europeos hasta constituir la Unión Europea. Por su parte, la URSS constituyó el COMECON (Council for Mutual Economic Assistance, en inglés), con la idea de facilitar el comercio de los países socialistas. Este organismo desapareció con la implosión que sufrió la URSS.

En el ámbito de la investigación, la URSS logró contar con un número de científicos comparable al que tenían la URSS, Japón y Alemania, países que se han caracterizado por tener gran número de científicos y por supuesto con el mayor aporte en recursos financieros para la investigación y el desarrollo.

Las indagaciones científicas eran realizadas para el desarrollo de la industria pesada, la industria militar, la aviación y la carrera espacial; en mucho menor grado se atendió a las ramas industriales dedicadas a la producción de mercaderías para el consumo de la población. Todo esto dio lugar a un desfase de las ramas productivas destinadas al consumo civil, y si bien éstas crecían en variedad y en cantidad, hay indicios de que no se le dio suficiente atención a este segmento clave del mercado interno soviético. La preocupación de los consumidores soviéticos por estas desatenciones y errores de los planificadores iba en ascenso.

Es muy probable, además, que la excesiva concentración y centralización del plus producto social diera lugar al descuido del desarrollo de varias de las repúblicas soviéticas, lo que seguramente provocó que en forma rápida, aunque pacífica, muchas de las repúblicas tomaran la decisión de desincorporarse de lo que hasta ese momento era la Unión Soviética.

La desaparición de la Unión Soviética se facilitó por el deseo de grandes segmentos de su población que estaban convencidos de la necesidad de acabar con la represión interna llevada a cabo por los gobiernos soviéticos y la búsqueda de una genuina libertad de expresión. Para muchos soviéticos los planteamientos socialistas eran letra muerta.

Aquí es pertinente apuntar que el más grande descalabro de la política exterior de la URSS a lo largo de su historia y que facilitó su debilitamiento económico, social y político fue su prolongada intervención militar en Afganistán, a un costo en términos de pérdidas de vidas de unos 13,000 muertos y una gran cantidad de heridos, lo que terminó con la salida de las tropas soviéticas de Afganistán. Se puede considerar que dicha intervención militar resultó en la más grande derrota de la entonces Unión Soviética, al punto de que muchos observadores la han calificado como la versión soviética de la que sufriera EUA en Vietnam. Quedaron sepultadas las ambiciones de sus gobernantes, ya sea de aumento de su influencia externa, o de dominación territorial.

Bajo profunda autocrítica, los problemas citados y otros más, revelaban una situación de estancamiento económico y social, junto a la erosión de valores ideológicos y morales acaecidos en la Unión Soviética desde la segunda mitad de las décadas de los setenta y ochenta del siglo XX. Al respecto, Gloria Claudio Quiroga señala que la situación económica de la Unión Soviética era crítica al término de la década de los ochenta, realidad originada desde décadas anteriores, ante el agotamiento del modelo de crecimiento.3

Lo que explica el devenir de la Perestroika o reestructuración económica y la Glasnost o transparencia informativa, sumándose reformas políticas y democráticas, impulsadas por Mijail Gorbachev y el Comité Central del PCUS.4 Reestructuración cuyo propósito era que la economía soviética transitara hacia un nuevo modelo de economía socialista, con fundamento mercantil. En cuyo debate se enfrentaron reformistas y conservadores, representantes del poder.

Pero bien apunta Hernández Laos: "Aun (...) si se tuviese éxito durante la transición, no es del todo evidente que el sistema de mercado (...) fuera tan eficiente como sólo los libros de texto aseguran", concluye diciendo que: "Lo que sí resulta evidente es que un sistema de mercado incrementa las desigualdades económicas de la sociedad, y tal parece que ése es el costo impuesto por la historia para alcanzar un sistema eficiente en la asignación de recursos que incentive a los trabajadores".5 Camino que muestra su perfil, pues las reformas aplicadas desarrollan programas recomendados por el FMI y BM, cuyas terapias de choque impulsan la liberalización económica, privatización de propiedad pública junto a estabilización monetaria y financiera. Lo que se impulsó especialmente durante la presidencia de Yeltsin.6

Panorama que llevó a Sánchez Andrés a concluir que: "A principios de los años ochenta, los síntomas de crisis en la economía soviética eran patentes (...) A principios de los años noventa, la combinación (...) crisis económica, (y) las distorsiones introducidas por las reformas condujeron a una desintegración económica provocando la desaparición de la Unión Soviética".7 Reformas cuya agitada inserción, paso a paso, encaminó la economía socialista a la de mercado, conjuntándose reformas políticas y sociales sumando aspectos ideológicos y culturales.

 

La irrupción del capitalismo en Rusia

La incorporación súbita y desordenada de la antigua Unión Soviética al capitalismo o tránsito a una economía de mercado se llevó a efecto en condiciones deplorables y en medio de la desarticulación política y social de las relaciones económicas previamente existentes entre Rusia y las demás repúblicas soviéticas, y para colmo de males al interior de cada una de esas repúblicas soviéticas.

Rusia y también el resto de las repúblicas ahora exsoviéticas8 efectuaron una desarticulación mayúscula de sus ministerios, y los nuevos gobiernos impulsaron una acelerada ola de privatizaciones de numerosas empresas públicas, en medio del desquiciamiento de las anteriores redes de distribución mercantil, ya sea para los insumos como para la distribución de productos destinados al consumo.

Así, en 1991 Rusia entró al capitalismo, lo que acarreó las siguientes consecuencias:

Apropiación privada de buena parte de los activos públicos realizada por altos miembros del Partido Comunista y por destacados funcionarios públicos. Es muy probable que se trate de la mayor privatización ocurrida en el mundo. Difícilmente puede encontrarse en otro país una privatización en la escala en que se llevó a cabo en la antigua Unión Soviética.

Un acelerado empobrecimiento de muchos de los asalariados, con grandes reducciones de los sueldos y pérdidas súbitas de sus prestaciones, en medio de frecuentes impagos de los salarios, pero además con despidos masivos de trabajadores y el recrudecimiento de la escasez de bienes de consumo y de la inflación.

Hay una serie de fenómenos colaterales provocados por esos dos aspectos dominantes en la Rusia capitalista, tales como la paulatina entrada de capital foráneo de empresas trasnacionales occidentales; la desatención a la educación en todos sus niveles; la aparición numerosa de pedigüeños y limosneros y ante la falta de pago de sus salarios se presentó la deserción de soldados de las fuerzas armadas, lo cual fue acompañado con la proliferación a precios de remate de muchas armas, incluyendo los Scuds (misiles balísticos tácticos), por ejemplo. Estas ventas llegaron a preocupar seriamente al Pentágono, entre otros altos mandos de fuerzas armadas de países occidentales, ante el riesgo de que dichas armas pudieran caer en manos de grupos calificados de terroristas. Asimismo aumentó la emigración de científicos hacia los países occidentales. En cuanto al alcoholismo, que ya se tenía como un problema serio en el periodo soviético, con la debacle económica, política y social, aquél se acrecentó a niveles impresionantes; también se elevó el número de adictos a los estupefacientes. Todo esto influyó en la disminución de la natalidad y el aumento de los fallecimientos por falta de atención médica, lo cual redundó en una disminución de la población rusa.9

No está de más decir que aparecieron otros síntomas de descomposición social como los skin heads, neonazis, y la discriminación étnica de ciudadanos de las exrepúblicas soviéticas, que a falta de oportunidades de trabajo en sus respectivos países, buscan empleo en las ciudades rusas.

Por supuesto, esta ola de trágicos acontecimientos también se presentó en el resto de las exrepúblicas soviéticas, incluso con efectos aún más desastrosos. Por ejemplo, en las repúblicas de Letonia, Estonia y Lituania existen ciudadanos de origen ruso, quienes con frecuencia son discriminados por los nacionales de esos países.

La propaganda occidental que pregonaba las bondades del capitalismo, tuvo sus efectos en Rusia. En efecto, numerosos segmentos de la población rusa y de las demás repúblicas habían alimentado la ilusión de que regresar al capitalismo —como se proclamaba en los medios occidentales— sería el gran avance en sus niveles de ingreso y por ende de que mejorarían sus niveles de vida y bienestar, todo ello en el marco de una plena libertad.

Por esa razón y al principio de la debacle seguramente dieron su apoyo a los cambios en la economía y sociedad rusas. Rápidamente esas ilusiones se desvanecieron ante la triste y penosa realidad del entorno al que se estaban enfrentando en forma por demás dramática. Entonces hubo añoranzas y deseos de regresar a su anterior situación, sin embargo, tales deseos se estrellaron con la realidad política, que seguía empujando hacia una plena instauración del capitalismo. Poderosos intereses internos empujaban en esa dirección. El cambio, por lo tanto, fue irreversible. Ya no hubo marcha atrás. De este modo quedó Rusia incorporada al capitalismo.

Para entonces, su destino estaba marcado por la imperiosa necesidad de competir con los demás países, de intentar abrirse espacio en el comercio internacional. Al respecto fueron tres vertientes por medio de las cuales Rusia se fue colocando en el mercado mundial, las que ya eran utilizadas en el periodo soviético: la venta de crudo en el mercado internacional del petróleo,10 la venta de armas,11 y en tercer lugar la venta de minerales.12 De ese modo recibía divisas que utilizaba para pagar sus importaciones, prominentemente las necesarias para complementar la demanda de alimentos, equipos de maquinaria y tecnología para la modernización de algunos sectores de su industria.

Sobre el periodo de Yeltsin, analistas como Jesús de Andrés y Rubén Ruiz concluyen que: "estuvo protagonizado por la disolución de la Unión Soviética, la articulación del nuevo sistema político y económico, la lucha por el poder y la propia consolidación de su cargo al frente del país". Cuestionan su administración señalando que: "El resultado de su gestión, tanto en lo político como en lo económico, difícilmente puede considerarse positivo, a menos que (efectúe) una valoración interesada que de la implosión soviética y de la transición al capitalismo, sin más matices, pueda hacerse. Sus políticas erráticas, su mala imagen, sus problemas de salud, la crisis económica y la ausencia de un programa de gobierno, acabaron minando la popularidad ganada mientras hizo oposición a Gorbachov".13 En su periodo presidencial, ocurrieron dramáticas caídas en el crecimiento económico, siendo el año 1992 la más profunda con el -14.5%.

 

Vladimir Putin

El ascenso al poder de Vladimir Putin sienta las condiciones que facilitarían el avance de Rusia en el nuevo marco mediante un fuerte apoyo político que le permitiría a él y al país el establecimiento del capitalismo monopolista de Estado. Bajo su égida se llevan a cabo una serie de acciones de política económica centralizada por el Estado en donde se decidía el destino de una buena parte del excedente económico de Rusia.

Al respecto Antonio Sánchez Andrés subraya;

"A comienzos del año 2000, (...), Vladimir Putin fue elegido presidente (...) de Rusia (...) Los objetivos de las reformas aplicadas (eran) conseguir un crecimiento sostenido, (y) diversificar la economía. (Por lo que) estableció tres tipos de políticas económicas. Las primeras fueron de cambio institucional y tuvieron dos dimensiones esenciales (...), por una parte, limitar la capacidad de actuación de los gobernadores regionales y, por la otra, restringir la capacidad de influencia directa de las élites económicas más poderosas sobre las decisiones estatales. (Pues) se pretendía recuperar la autoridad del Estado, (que debía manifestarse) en una mayor capacidad real para tomar decisiones y para recaudar recursos financieros. El segundo tipo de políticas (fueron coyunturales), con el propósito de estabilizar la economía en su conjunto, (reducir) la inflación (aminorar) el déficit público, (y orientar) parte de los gastos públicos (a mejorar) el nivel de vida de la población. El tercer grupo de políticas fueron las estructurales, que tenían por objetivo diversificar la economía y cambiar las conductas dentro del aparato productivo".

Para el autor, si bien Putin logró estabilizar la economía y un crecimiento sostenido, no logró responder "a los problemas estructurales que padecía Rusia, ni (...) acometió el objetivo de diversificar el tejido productivo". Destaca que "aunque se identificaron deficiencias en la dirección y mando dentro del Estado, éstas se asociaron con el gran poder que ostentaban los gobernadores regionales, (subraya el hecho de que) no se prestó atención a uno de los problemas más serios que limitan la capacidad de intervención estatal: la corrupción".14

Poco a poco también se fueron restableciendo los sistemas de salud y de educación gratuita en todos sus niveles, siempre en manos del Estado, aunque como dicen algunos observadores, "cada vez menos gratuita y cada vez menor". Estos servicios tan necesarios para la población, a mediados de 2010 no se habían acabado de restablecer; máxime si se toma en cuenta la crisis de 1998 y la que se inició a mediados de 2007 y que continúa. En la concepción gubernamental subsiste la idea de que es necesario reforzar el sistema de educación en manos estatales, así sea que la enseñanza privada ha empezado a surgir.

De forma periférica emergió una gran cantidad de pequeñas y medianas empresas en manos de muchos nuevos propietarios; unos cuantos nuevos propietarios llegaron a manejar grandes empresas. Todos se lanzaron a hacer todo tipo de negocios, a pesar de tener poca o ninguna experiencia en el manejo de empresas en un marco de funcionamiento del mercado y en medio de una gran competencia. De común se manifestaban pifias de toda clase en cuestiones relacionadas con la administración, como rudimentarios manejos de la contabilidad, políticas de salarios sumamente bajos —de hecho a nivel de subsistencia—, de la adquisición de insumos, de los movimientos de los precios, de los inventarios de mercancías y en general también de la mercadotecnia.

A la par de la problemática interna se presentaba otra de carácter externo, esto es una serie de fenómenos desfavorables que hacían más difíciles las condiciones para poder operar con un mínimo de eficacia y para la obtención de beneficios, tales como desquiciamiento parcial del transporte, del almacenaje, de la carencia de créditos, del pago de impuestos, de una inflación galopante que no existía en el periodo soviético, entre otros. En ese marco de condiciones sumamente inestables, numerosas empresas se fueron a la bancarrota; pero como ocurre generalmente en tales condiciones, hubo otros capitalistas rusos que lograron subsistir. Concomitantemente con ello, se centralizaba y concentraba parte del capital, sobre todo si se toma en cuenta que al inicio de la instauración del capitalismo se formaron una gran cantidad de mafias de todo tamaño, que incluso en la actualidad se dan el lujo de cobrar 10% de las ventas de los establecimientos, dizque como cuotas de protección.

A pesar de las restricciones oficiales para la entrada de capital foráneo, poco a poco su presencia en el escenario económico y social se fue manifestando, aun cuando el gobierno de Putin y pese a sus carencias de capital, no optó por echarse en brazos de los capitales trasnacionales.

Antes al contrario, su gobierno decidió una serie de medidas de carácter fuertemente nacionalistas a efecto de encauzar a Rusia como una potencia de relieve internacional.

Antes de apuntar los avances que paulatinamente Putin le empezó a dar a la actividad productiva, hay que partir del hecho fundamental de que no obstante el resquebrajamiento que sufrió la URSS, no desapareció su poder nuclear, aunque sí se debilitó sobre todo en el terreno de la investigación y el desarrollo.

Téngase en cuenta que junto con EUA, Gran Bretaña, Francia y más recientemente India y China, Rusia también elaboró desde 1952 la más temible arma de destrucción masiva: la bomba de hidrógeno, mucho más destructiva que las bombas atómicas. Junto a estas armas de destrucción masiva, recuérdese que en el periodo soviético la URSS había logrado hacerse de la bomba de neutrones y competía con las grandes potencias en la elaboración de armas químicas y de destrucción biológica.

Es decir, en el escenario mundial si bien ya no estaba presente el poderío nuclear de la Unión Soviética, éste pasó a manos de Rusia. Lo que hizo el gobierno de Putin fue reanudar la carrera armamentista, así como la investigación científica en distintos órdenes de las ciencias para fines pacíficos, pero haciendo hincapié en las investigaciones de la física nuclear.

Una expresión del avance de la investigación militar rusa se tiene en la obtención de la bomba termobárica, explotada en abril de 2007. Ésta tiene un poder de destrucción mayor que las bombas similares británicas y estadounidenses, y según los expertos llega a tener el poder letal de una bomba atómica pequeña. Muestra de la presencia de ese poder nuclear es que en mayo del 2002 se estableció un acuerdo entre Rusia y Estados Unidos para disminuir el número de cabezas nucleares de 6,000 a "sólo" 2,000 cada uno.

Otro de los campos relacionados con las investigaciones militares rusas fue la reanudación de una serie de trabajos iniciados en el periodo soviético, vinculados con el estudio de la ionosfera, el programa llamado sura. Poco sale a la luz pública de esas investigaciones, que por cierto también las llevan a cabo el Pentágono y la Armada de EUA con el nombre de HAARP (Heigh Frequency Active Auroral Research Program, en inglés). Las indagaciones sobre la ionosfera tienen que ver con las comunicaciones de tipo magnético que puede influir en las comunicaciones radiales, telefónicas, satelitales y de televisión.

Tanto en el caso ruso como en el estadounidense, siempre se habla de proyectos científicos útiles para la humanidad, pero el hecho es que poco se conoce públicamente y no es de dudarse que sean proyectos con fines no sólo pacíficos, sino también militares. Los detractores de ambos proyectos hablan de armas secretas meteorológicas, con posibles y catastróficos cambios climáticos. También le llaman guerra geofísica.

En la actividad propiamente productiva y con base en el apoyo estatal, se impulsaron varios segmentos de la industria tales como el restablecimiento de la industria del petróleo, a efecto de ponerla en condiciones que le permitieran obtener divisas; la explotación forestal; la industria minera para la extracción de minerales demandados en Occidente, como aluminio, oro y hasta uranio, entre otros. Rusia, por ejemplo, abastece a EUA en el 40% de sus necesidades de uranio.

Otro de los grandes campos de atención gubernamental ha sido el desarrollo de la aviación tanto civil como militar; se ha impulsado la construcción de aviones de turbo hélice y de turbinas, requeridos para la comunicación rápida en un vasto territorio, que aunque reducido con la separación de las anteriores repúblicas soviéticas, Rusia sigue siendo el país de mayor extensión geográfica del planeta. Así resurgió el ensamblaje de aviones de todo tipo, destacando las distintas versiones de los Yliushin y de los Tupolev, una de cuyas versiones es una nave con la mayor capacidad de carga en el mundo.

Otra rama en que se han destacado los rusos es la aeronáutica espacial, como la construcción de cohetes, en la cual tenían una posición de vanguardia. En las distintas versiones de cohetes destaca el Protón, el más poderoso artefacto de su producción. Esa ventaja les ha permitido ir a la cabeza en el lanzamiento de la Estación Internacional del Espacio o Estación Espacial Internacional, en la que concurren varios países, incluido EUA. Entre los avances destacan el diseño de los trajes espaciales y el lanzamiento de cosmonautas y su permanencia prolongada en el espacio, lo cual ha dado lugar al surgimiento y desarrollo de ciencias especializadas de la física, la química, la biología, la fisiología y la bioquímica, todas ellas vinculadas con el funcionamiento del organismo humano.

Un cariz espectacular en los avances rusos lo tenemos en la colocación de la bandera de ese país en el fondo oceánico del Polo Norte, en el lugar considerado el punto geográfico de su centro. Expresión, si se quiere, hasta cierto punto simbólica, de la soberanía rusa en los disputados ámbitos respecto a la dominación nacional existente entre varios países que tienen fronteras o mares en el Polo Ártico como EUA con Alaska, Dinamarca con Groenlandia, Noruega y Canadá.

Si bien ya desde la época soviética se habían logrado importantes avances en estos dos campos, han vuelto a retomarse.

 

Medvédev y la modernización

Dmitri Medvédev fue electo presidente de Rusia en 2008. Al respecto Antonio Sánchez Andrés escribió que el desafío que pretendía abordar Medvédev era la modernización de ese país. "En términos económicos (significaba) no sólo crecer, sino también (...), desarrollar la economía rusa. (Relacionado con) la diversificación productiva, la renovación tecnológica y las mejoras en las infraestructuras. En términos sociales, (...) aumentar el nivel de vida de la población, (...) introducir una mayor efectividad en el sistema educativo y sanitario. En términos políticos, (aumentar) la democratización de la economía, siguiendo los cánones de los países occidentales, (y reducir el nivel) de corrupción". En resumen, tal modernización apunta a "dar respuesta a las deficiencias estructurales que quedaron pendientes o no se acometieron durante la etapa Putin".15

Dicho especialista concluye que "la economía rusa se (vio) afectada muy seriamente por la crisis mundial, (no obstante lo cual) la fuerte intervención estatal (logró) frenar el decrecimiento e iniciar una nueva etapa de aumento de la actividad económica. Sin embargo, las causas principales que generaron la crisis reciente no (fueron) alteradas. Por este motivo, a corto y medio plazo, en función de la evolución de los precios del petróleo y de las disponibilidades de crédito internacional, la economía rusa presentará un mayor o menor dinamismo". Entonces, según Sánchez Andrés, el gran reto de Rusia para lograr la modernización, está en la "diversificación productiva, el desarrollo de sectores económicos sustentados en tecnologías avanzadas, reparación y ampliación de infraestructuras, renovación del sistema de I+D+i y de educación, (y reducir) la corrupción". Pero "las dificultades para introducir un cambio estructural en el mencionado sentido son manifiestas y hasta el momento los avances han sido escasos", es lo que se advierte "con la acentuación de las tensiones internas, sociales y regionales, (y) reducción de la capacidad de proyección internacional de Rusia". En consecuencia, para el referido autor "es previsible una extinción progresiva de las potencialidades de la economía conforme se acentúe la obsolescencia de la herencia soviética en los ámbitos de infraestructuras, tecnologías avanzadas y educación, situación que pone en entredicho las expectativas futuras de crecimiento económico en Rusia".16

 

Rusia: crisis y crecimiento económico

En la siguiente Gráfica se puede observar el comportamiento de la economía rusa en su tránsito al capitalismo entre 1999-2011; avanzó entre profundas crisis y significativas tasas de crecimiento. Donde reformas económicas, políticas y democráticas se inspiraron en objetivos de la Perestroika y la Glasnost, sellando el tránsito de una economía socialista a una de mercado o capitalista; influyendo en la disolución de la Unión Soviética. Cada gobierno persiguió sus propios objetivos, logrando diversas metas y fracasos. En el caso de Yeltsin, aplicó programas del FMI y BM, imponiendo medidas de liberalización económica, excesiva privatización y estabilización monetaria y financiera. Putin adoptó reformas institucionales, proyectando crecimiento económico y bienestar social. Finalmente, Medvédev, buscó la modernización circunscrita al crecimiento, desarrollo y democratización económicos junto al bienestar de la población.

 

El debilitamiento internacional de Rusia

Aparte de las debilidades internas, Rusia sufrió quebrantamientos de su poderío internacional imposibles de superar en la situación histórica por la que atraviesa, por el altísimo costo que ello significaría en términos de esfuerzo productivo, militar y sobre todo de grandes cifras en pérdidas de vidas y destrucción física, y por supuesto de la amenaza de una tercera guerra mundial.

Dicho debilitamiento se manifiesta en los avances que han logrado las políticas de las potencias occidentales, pero sobre todo de EUA, como los siguientes: incorporación de países anteriormente miembros del Pacto de Varsovia a la OTAN, como Polonia, República Checa y Eslovenia (antes Checoslovaquia), Bulgaria, la exRepública Democrática de Alemania y Rumania. La OTAN ha logrado la incorporación de países que fueron parte de la antigua Unión Soviética, como los casos de Lituania, Letonia y Estonia. Estrechamiento del anillo de bases militares de la OTAN más cercanas territorialmente a Rusia, contando para ello con la anuencia de los respectivos países de Europa oriental, que ya son miembros de la OTAN. Avances en la construcción de oleoductos y gasoductos para transportar hidrocarburos del Cáucaso (antes parcialmente parte de la URSS) hacia Europa occidental, tratando de que no pasen por el territorio ruso. Insistentes presiones de la OTAN para la incorporación de Ucrania, país vecino de Rusia. Los destinos de Ucrania y Rusia han estado vinculados durante muchos años, a pesar de algunas desavenencias como la reciente por las tarifas de petróleo o también por el disgusto de algunos nacionalistas ucranianos por el asunto de la reanudación del acuerdo intergubernamental de la base rusa de Crimea.

Se han presentado diferencias por cuestiones económicas relacionadas con el aumento del precio del gas ruso que abastece a Bielorrusia y por el monto que los bielorrusos quieren cobrar por el paso del gas ruso a otros países.

Otros conflictos no fáciles de resolver han sido los de Georgia y Chechenia, que también formaron parte de la Unión Soviética. Y si bien Rusia no está directamente vinculada con otros conflictos por cuestiones de delimitación de fronteras y de carácter étnico, sí se localizan cerca de sus fronteras; son los casos de Armenia, Azerbaiyán y Georgia que, como se recordará, también fueron parte de la URSS.

Uno de los problemas que por razones étnicas se ha presentado entre países que fueron de la parte soviética es el de Azerbaiyán y Kirgistán. Lo delicado de la situación es que en Kirgistán hay dos bases militares, una rusa y otra estadounidense.

 

Algunos logros internacionales de Rusia

La conclusión casi total de la Guerra Fría tuvo consecuencias favorables para el mundo en su conjunto:

— Se sigue reconociendo internacionalmente a Rusia como una gran potencia, al lograr mantener su membresía en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas.

— Se ha alcanzado un acuerdo con EUA para la limitación de armas estratégicas, lo cual si bien no es suficiente garantía, no debe subestimarse su importancia.

— Hay avances para el establecimiento del Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares, aunque falta más voluntad política de las partes para alcanzar la aprobación.

— Rusia ha mantenido su abastecimiento de gas a Europa occidental, a pesar de que desde el inicio EUA no lo vio con buenos ojos por temor a su influencia en esa parte del mundo.

— Establecimiento de importantes acuerdos comerciales entre Rusia, China y también Japón.

— Acuerdo definitivo en la delimitación de una parte de la frontera con China.

 

Balance final

Como se ha expuesto, pese al retroceso que significó la implosión soviética en todos los órdenes de la vida productiva, de la social y no se diga de la política, Rusia se ha ido restituyendo paulatinamente como una gran potencia capitalista a nivel mundial, aunque aún le quedan pendientes muchos aspectos de su recuperación en cuestiones básicas como la salud, la educación, y revertir los bajos niveles salariales y de vida de la mayor parte de su población.

La base fundamental en la que descansa el poderío ruso está constituida por la enorme capacidad de destrucción acumulada en las décadas de la Guerra Fría, sobre todo de destrucción masiva: desde las bombas atómicas hasta otro tipo de armas como las químicas y biológicas, a lo que hay que añadir su capacidad militar de transportar misiles con ojivas nucleares a cualquier parte del mundo.

Asimismo, al tener Rusia una extensión territorial superior a la de cualquier otro país poderoso, le da una base inmensa para la obtención de recursos materiales en gran escala.

A pesar de los grandes retrocesos sufridos por Rusia en el campo de la investigación científica, ha retomado las riendas para avanzar en la competencia mundial en este campo, ya sea para fines civiles o militares. Éste es uno de los pilares para no perder su carácter de potencia mundial.

Hay sin embargo un aspecto en el que se ven nubarrones en el panorama ruso: al sentirse los gobernantes con fuerza y apoyo interno, desean que Rusia tenga destacada influencia en el curso de los acontecimientos mundiales, lo que puede implicar que los gobiernos de las otras potencias perciban peligro en esas acciones internacionales, dándose así las condiciones para una probable confrontación. Lo cual no es bueno para ninguno de los contendientes por su enorme poderío militar y su capacidad masiva de aniquilamiento. Pudiera darse el caso de que no predominara la prudencia y el mutuo respeto como debiera de ser. En octubre de 1962, como se recordará, se presentó la más seria confrontación entre las dos potencias nucleares más poderosas de la tierra: EUA y la URSS, con motivo de los misiles soviéticos instalados en Cuba.

El otro problema que enfrenta Rusia es el de la crisis capitalista que empezó en Estados Unidos a mediados de 2007. El enorme poder militar de Rusia, de EUA, o de cualquier otra potencia nuclear, es inútil frente al gran número de complicaciones y de conflictos que se derivan de la inestabilidad, la anarquía, la competencia, así como, por ejemplo, los riesgos de inflación incontrolada, la volatilidad de los tipos de cambio, de los manejos torpes y a veces involuntarios cambios de las tasas de interés; de los cada vez mayores déficit fiscales de cada Estado y sobre todo del imparable proceso de crecimiento de la especulación, muy por encima de los magros crecimientos del producto mundial. En suma, de la profundización y prolongación de la presente crisis, que también puede tener peligrosas consecuencias políticas para la paz mundial

Al estar Rusia inserta cabalmente en el sistema capitalista mundial, no podrá eludir las consecuencias negativas de esa incorporación. Dicho sea de paso y para cerrar estas consideraciones, recuérdese que cuando Stalin, en 1928, lanzó el primer Plan Quinquenal para la Unión Soviética, ésta tuvo un crecimiento espectacular; en tanto que las grandes potencias capitalistas se debatían en calidad de víctimas de la Gran Depresión de 1929-1933.

 

Bibliografía

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Sánchez Andrés, Antonio, "La economía rusa: una década de transición", en RevistaCIDOBd'Afers Internacionals, núm. 59, 2002.         [ Links ]

Sánchez Andrés, Antonio, "La economía rusa en la crisis mundial: una valoración de la etapa Medvédev", RevistaCIDOBd'Afers Internacionals, núm. 96, diciembre 2011, ISSN 1133-6595, E-ISSN 2013-035x.         [ Links ]

SIPRI Yearbook 2010, Armaments, Disarmament and International Security, resumen en español, p. 14.         [ Links ]

 

Notas

Nota: La revista Problemas del Desarrollo agradece al Dr. Sergio Suárez Guevara, investigador del IIEC-UNAM por ayudar en la edición y corrección del presente trabajo.

1 Conferencia dictada en la Mesa Redonda: "Rusia hoy, fortalezas y debilidades", 11 de marzo de 2010, Sala Jesús Silva Herzog, edificio anexo de la Facultad de Economía de la UNAM.

2 "La Guerra Fría fue una pugna por la influencia mundial entre Estados Unidos y la Unión Soviética (que) emplearon diversos métodos, aunque nunca llegaron a lanzar un ataque directo y total contra sus respectivos territorios. La creación de alianzas rivales, la presentación de ayuda militar y económica a los Estados que eran clientes suyos y a los que aspiraban a serlo, una masiva y costosa carrera armamentista, las campañas de propaganda, el espionaje, la guerra de guerrillas, la lucha contra la subversión y los asesinatos políticos fueron los métodos que usaron. La Guerra Fría fue uno de los conflictos más largos de la historia de la humanidad, ya que duró más de setenta años (1917-1991), con algunos periodos en los que disminuyó la hostilidad. Fue también la guerra con mayor alcance de las que ha habido en el mundo: se hizo en todos los continentes del globo, y teniendo en cuenta la carrera del espacio, también se hizo por encima de ellos. Asimismo, fue uno de los conflictos más costosos, no sólo por el número de vidas que se perdieron, sino también por los recursos que consumió. Al final, la Unión Soviética se derrumbó, y el comunismo expiró, al menos la forma de comunismo que existía en dicho país (...)" Fuente: Ronald Powaski, La Guerra Fría, Estados Unidos y la Unión Soviética, 1917-1991, Editorial Crítica, Barcelona, 2000, p. 9. En http://historialimagen.blogspot.mx/2007/06/historialimagen_6271.html

3 Léase a Claudio Quiroga, Gloria, "La despedida económica de la Unión Soviética", Anuario Jurídico y Económico Escurialense, XXXIX (2006) 443/462/ ISSN: 1133-3677. Gorbachev, Mijail, Perestroika. Nuevas ideas para mi país y el mundo, Segunda Ed. actualizada, Editorial Diana, México, 1991.

5 Recomendamos la lectura del resumen analítico de las principales propuestas económicas de la Perestroika, del libro escrito por Abel Aganbegyan, titulado "Inside Perestroika. The Future of the Soviet Economy", Harper y Row, Publisher, New York, 1990; principal asesor económico de Gorbachev. En artículo elaborado por Hernández Laos, Enrique, "Dentro de la Perestroika el futuro de la economía soviética", en http://148.206.53.230/revistasuam/iztapalapa/include/getdoc.php?id=1394&article=1431&mode=pdf

6 Al respecto afirma que: "En octubre de 1991, dos meses antes del derrumbamiento de la Unión Soviética, Yeltsin estableció en su economía un programa de reformas radicales que perseguían principalmente dos objetivos: la estabilización macroeconómica y la reestructuración económica, con el fin de pasar de una economía de planificación central a una economía de mercado".

7 Sanchez Andrés, Antonio, "La economía rusa: una década de transición", en Revista CIDUE d'AfersInternacionals, núm 59, 2002, pp. 53-72

8 La URSS se dividió en 15 repúblicas: Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Estonia, Georgia, Kazajstán, Kirguizistán, Letonia, Lituania, Moldavia, Rusia, Tayikistán, Turkmenistán, Ucrania y Uzbekistán.

9 La población rusa pasó de 146.3 a 141.9 millones de habitantes, entre los años 2000-2010. Véase http://datos.bancomundial.org/indicador/sp.POP.TOTL

10 La importancia estratégica de los hidrocarburos en Rusia, radica en que en 2010 ocupó el segundo lugar mundial en reservas probadas de petróleo con 60,000 millones de barriles; el primer lugar en gas natural, con 1,680 billones de pies cúbicos; primer lugar en producción de crudo, con 10,200 miles de barriles diarios, por arriba de Arabia Saudita y segundo lugar en la producción de gas, con 60,438 millones de pies cúbicos, por debajo de Estados Unidos. Datos tomados de PEMEX Anuario Estadístico 2011, Comparaciones Internacionales.

11 Por lo que se refiere a la exportación mundial de grandes armas convencionales, en 2009 Rusia ocupó el segundo lugar, cubriendo el 23% del total exportado. Véase SIPRI Yearbook 2010, Armaments, Disarmament and International Security, resumen en español, p. 14.

12 "Siendo (...) el país más extenso de la tierra, la Federación Rusa posee algunas de las reservas más ricas de recursos naturales. La abundancia de éstos no solamente ha determinado la escasa dependencia del país de los recursos exteriores, sino que también se ha convertido en uno de los principales pilares de su economía, que hoy está claramente orientada a la exportación. Según el ministro de Recursos Naturales y Ecología Yuri Trutnev, la producción de minerales y materias primas representa el 60% de todos los ingresos del presupuesto ruso". Véase Indicadores y Sociales de la Federación Rusa, en www.cidob.org/es/.../file/Rusia_indicadors+economicosociales.pdf-Similares, p, 516.

13 Jesús de Andrés, Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y Rubén Ruiz, Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) en "Y Putin encontró el camino. Instituciones y régimen político en la Rusia del siglo XXI", véase UNISCI Discussion Papers, num. 17, mayo/May 2008, ISSN 1696-2206, p. 12.

14 "Entre los resultados positivos de la etapa Putin (destaca) la mayor capacidad de recaudación de impuestos (...), que se reflejó en la obtención de un superávit presupuestario. (...) Asimismo, mientras que la inflación fue en 2000 de un 20.2%, en 2007 ésta se había reducido casi a un 9%. Esta estabilización macroeconómica se conjugó con una mejora en el nivel de vida de la población, reflejado en la caída constante del nivel de paro y el aumento continuo de los salarios reales de la población. (...), se debe destacar que una parte importante de los recursos de los que dispuso el Estado se derivaron del aumento del precio del petróleo. Respecto a la reestructuración industrial, el Estado acrecentó su control sobre el sector relacionado con los hidrocarburos, hecho que constituyó la mayor prioridad de intervención por parte de las autoridades rusas. (...). Sin embargo, las políticas sectoriales tuvieron lugar de forma descordinada, se privatizaron activos públicos en ciertos casos y se limitó la capacidad de intervención de organismos relacionados con el estímulo de la competencia, lo que marcó la persistencia de un elevado grado de monopolización en la economía rusa. Las mejoras económicas y el aumento de recursos públicos no repercutieron en la modernización y el incremento en las infraestructuras, o en las mejoras en el sistema tecnológico y educativo del país, ámbitos que siguieron constituyendo asignaturas pendientes de las reformas", Antonio Sánchez, Andrés, "La economía rusa en la crisis mundial: una valoración de la etapa Medvédev", Revista CIDOE d'Afers internacionals, num. 96, diciembre 2011, ISSN 1133-6595, E-ISSN 2013-035x, pp,47-48

15 Sánchez Andrés subraya que "Sin embargo, los objetivos inicialmente planteados quedaron oscurecidos por el impacto de la crisis. A finales de 2008, la actividad económica en el país se contrajo y en 2009 presentó un acentuado decrecimiento". Antonio Sánchez Andrés, "La economía rusa en la crisis mundial: una valoración de la etapa Medvédev", Revista CIDOE d'Afers internacionals, núm. 96, diciembre 2011, ISSN 1133-6595-E-ISSN 2013-035x, pp. 48-49.

16 Op. cit., p. 59.

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