1. Introducción
El estudio del trabajo doméstico no remunerado (TDNR) como una vertiente en la ciencia económica y en estudios de desarrollo, es cada vez más relevante, tanto en la investigación científica contemporánea, como en los debates sobre la política pública. La identificación del rol de la producción doméstica no remunerada en las economías nacionales, generó un creciente cuerpo de literatura centrado en su medición y valoración (Addati et al., 2018; Giannelli et al., 2012; Mahmoud y Gadallah, 2011; Miranda, 2011). Los diferentes estudios encuentran que el TDNR representa una parte significativa, tanto del trabajo total, como de la producción social en todos los países.
Algunos análisis se enfocan en determinantes del tiempo que dedican los individuos al TDNR (Amarante y Rossel, 2018; Bloemen et al., 2010; Bloemen y Stancanelli, 2014; Duque-García, 2015; Hersch y Stratton, 1997; Kalenkoski et al., 2005). A grandes rasgos, dichos estudios coinciden en que la estructura del hogar (número de adultos, niños, ancianos, etcétera) y las características individuales (edad, sexo, nivel educativo, estado civil, etcétera), influyen en el tiempo que los individuos dedican a la producción doméstica. Dado que esos estudios también encuentran una clara brecha de género en la asignación de tareas en el hogar; varios artículos abordan los efectos del TDNR sobre la brecha salarial de género (Herrera et al., 2019; Qi y Dong, 2016).
En México, el TDNR posee un valor estimado de alrededor del 20% del PIB, siendo una de las naciones con mayor TDNR per cápita entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) (García, 2019; OECD, 2020). En términos de la distribución, también se estima que las mujeres mexicanas dedican cerca del 70% de su tiempo a la producción doméstica no remunerada, mientras que en los hombres es menos del 30% (Llanes y Pacheco, 2021). Un argumento cierto para México y para el resto de los países en la región, es que la magnitud y la distribución de esta producción no remunerada varían conforme suben los ingresos familiares.
Se debe considerar que parte de estas variaciones a lo largo de la riqueza son más fáciles de explicar cuando se reconoce que el TDNR se compone de la producción de un conjunto de bienes heterogéneos y que no debería verse como un agregado vinculado exclusivamente al consumo de los hogares. De forma desafortunada, independientemente de si el enfoque analítico ha sido sobre la valoración, los determinantes o sus implicaciones, gran parte de la literatura empírica existente sobre el TDNR, desde la perspectiva económica, asume en sus estudios de forma implícita el consenso de que bienes y servicios producidos domésticamente son sólo bienes de consumo.
Algunas excepciones, en tiempos recientes, se encuentran en la literatura menos tradicional, como aquella relacionada con “el trabajo de cuidados” que, desde la economía política con un enfoque feminista, aborda el tema del TDNR con una perspectiva interdisciplinar y heterodoxa (Carrasco, 2013; Carrasco et al., 2011). De hecho, la categoría misma de cuidados aún hace parte de una agenda académica y política en construcción (Espino y Salvador, 2014). Al respecto, Esquivel (2012) recuerda:
[... ] el “cuidado” es relación interpersonal, trabajo y costo, es práctica social y herramienta política, es subsidio a la producción, conflicto, ética, derecho y responsabilidad. Estas definiciones cercanas, pero no necesariamente intercambiables, implican no sólo distintas perspectivas disciplinarias y tradiciones teóricas, sino también distintos niveles analíticos (p. 141).
En este marco, existe una excepción: las propuestas teóricas de Folbre (2012 y 2014), en las que el TDNR, además de producir bienes y servicios de consumo para el hogar, también puede emplearse en la formación o inversión de capital humano, como es el caso del apoyo educativo a los niños en el hogar.
Este artículo ofrece una reformulación y ampliación del modelo de Folbre (2014) para predecir el comportamiento de la producción doméstica no remunerada de capital humano y consumo a lo largo de la distribución del ingreso familiar.
La propuesta teórica predice que a medida que aumentan los ingresos, aumenta el TDNR dedicado a la inversión en capital humano, mientras que el tiempo destinado a los bienes de consumo tiende a disminuir. Para aportar evidencia empírica sobre las predicciones del modelo, se emplearon datos procedentes de la Encuesta Nacional sobre el Uso del Tiempo (ENUT) de México 2019 (INEGI, 2023); se estimaron regresiones de la producción doméstica no remunerada de los hogares mexicanos sobre sus características sociodemográficas y se observó de forma no paramétrica las predicciones del modelo a lo largo de la distribución de ingresos.
Estudiar los patrones diferenciados o la heterogeneidad del TDNR, cuando se hace posible clasificarlo en actividades de consumo e inversión, contribuye a entender el rol de la producción doméstica no remunerada en problemas económicos relevantes como las trampas de pobreza que enfrentan los países en desarrollo. Entender cómo las familias, según sus condiciones socioeconómicas, pueden intercambiar usos del tiempo de consumo por inversión para poder entrar en un círculo virtuoso, resulta relevante para la toma de decisiones de la política pública relacionada con problemas sociales como la pobreza, la desigualdad y la movilidad social.
El resto del artículo se distribuye de la siguiente manera: en la segunda sección se presenta una breve revisión de la literatura sobre el TDNR en México y sobre el enfoque de capital humano que compete a este trabajo; en la sección tres, se presenta el modelo teórico, su adaptación y ampliación. En la cuarta sección se hace la validación empírica del modelo; se describe el conjunto de datos, los métodos econométricos empleados y se informa sobre los resultados. En la quinta y última, se presentan implicaciones y conclusiones del estudio.
2. Revisión de la literatura
La primera ENUT aplicada en México se realizó en 1996 y fue diseñada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) (García, 2019) y se volvió a aplicar de nuevo en 1998, 2002, 2009, 2014 y 2019. Con dicha información, el INEGI construyó una cuenta satélite de trabajo no remunerado de los hogares que ha estimado, entre otras variables, la cantidad total de horas dedicadas al TDNR, su distribución por sexo, así como el valor económico imputado para el periodo 2003-2018 (INEGI, 2022).
El valor del TDNR en México, entre 2003 y 2018, ha sido imputado con valores que aumentaron de 19.6 hasta 29.2% del PIB,1 mientras las mujeres mexicanas han asumido entre 77 y 83% de esta producción no remunerada (INEGI, 2022). A partir de los datos de las ENUT se han realizado varios estudios sobre el TDNR en México (García, 2017 y 2019; García y Pacheco, 2015; Martínez y Rojas, 2016; Santoyo y Pacheco, 2014). Por medio de regresiones Tobit, Amarante y Rossel (2018) encontraron que el tiempo que dedican las personas al TDNR en México disminuye si la persona es hombre, si está ocupada y si es soltera, aunque aumenta con la edad y los niños menores de 12 años en el hogar.
Amarante y Rossel (2018) también señalan comportamientos similares en Colombia, Perú y Uruguay, evidenciando una clara brecha de género en la distribución del TDNR. Por otro lado, Campaña et al. (2020) encontraron que las mujeres mexicanas (y de otros países latinoamericanos) tienden a dedicar más tiempo al TDNR cuando son trabajadoras por cuenta-propia, que si son asalariadas. En el primer caso presentan menos horas remuneradas que en el segundo.
Como ya se dijo en la introducción, un rasgo común en todos estos estudios es el supuesto implícito de que el TDNR está orientado únicamente a la producción de bienes y servicios de consumo. La base teórica de dicha aproximación puede rastrearse hasta el artículo seminal de Becker (1965) sobre TDNR, donde sugiere una función de utilidad agregada del hogar, U, que dependería (positivamente) de bienes comprados en el hogar, xi, y de tiempo de TDNR, Ti:
Por otro lado, la literatura sobre capital humano sólo tiende a considerar la educación formal, la capacitación y la experiencia, como factores que mejoran las habilidades físicas y mentales de las personas y, por lo tanto, aumentan sus perspectivas de ingresos reales (Becker, 1962 y 1985). Desde esta perspectiva, el TDNR no cumpliría ningún rol en la acumulación de capital humano. Más aún, de acuerdo con Becker (1985), dado un stock de capital humano, si una persona aumenta el TDNR que realiza diariamente, su esfuerzo y productividad laboral disminuirán y, con ello, sus salarios.
En contraposición con la postura tradicional sobre capital humano, Folbre (2012) ofrece una definición alternativa sobre esta variable. Para la autora, el capital humano se puede definir ampliamente como una dotación o acumulación de habilidades que mejoran la productividad y que pueden producir una tasa de rendimiento futuro en el mercado laboral, en otros mercados, o incluso, en otros dominios de la vida incluyendo, por ejemplo, mejor salud o hijos más exitosos (Folbre, 2012). Desde este enfoque, el capital humano puede interpretarse como un subconjunto de las capacidades humanas, que incluyen funcionamientos que pueden tener un valor intrínseco, pero que no necesariamente ofrecen un rendimiento monetario futuro.
La concepción teórica de capital humano propuesta por Folbre (2012) amplía la definición convencional para encontrar puntos de apoyo en la teoría de las capacidades humanas desarrollada por Sen (2001) y Nussbaum (2001 y 2011). De esta manera, el capital humano es un subconjunto de capacidades humanas que es coproducido por varias instituciones: los hogares, el Estado y el mercado. Mientras la literatura tradicional sobre capital humano suele centrarse en el papel de los mercados y el Estado, Folbre (2012 y 2014) se encarga de remarcar el papel del TDNR en la producción de capital humano.
Así, el marco teórico de este artículo considera al tiempo dedicado al cuidado de los niños, o al desarrollo de las capacidades de los adultos, como inversiones en capital humano tal y como lo sugiere Folbre (2014). En consecuencia, los hogares no son sólo unidades de consumo, sino también unidades de producción e inversión (en capital humano). A continuación, se presenta un modelo teórico que permite predecir la distribución del TDNR entre consumo e inversión al interior de los hogares conforme se enfrentan cambios en el ingreso monetario.
3. Una propuesta teórica
Este ejercicio se basa en el modelo sugerido por Folbre (2014), con algunos contrastes. El primero es el enfoque en el tiempo de trabajo doméstico a nivel hogar y no a nivel del individuo. Para Folbre el rol de las personas y la distribución del TDNR posee especial relevancia. Sin embargo, el objetivo aquí no es explicar la distribución del TDNR entre los miembros de una familia, sino agrupar el TDNR en actividades de consumo y de inversión en capital humano. Para, a partir de allí, explicar la relación de estos dos grupos de uso del tiempo con los cambios en el ingreso monetario del hogar. Para ello es suficiente observar al conjunto familiar y no al individuo.
Un segundo elemento propio de la propuesta es que, con el fin de hacer una presentación funcional, se introdujo la categoría de ingreso extendido para dar cuenta del ingreso total del hogar en unidades monetarias, asumiendo que se imputa el valor económico del TDNR. El ingreso extendido o ampliado permite relacionar actividades remuneradas y no remuneradas del hogar por medio de la suma del valor del TDNR y los ingresos monetarios. El último aspecto relevante de este ejercicio fue considerar explícita la forma de una función de consumo e inversión del hogar para examinar sus implicaciones sobre los usos del tiempo dedicados al TDNR.
La presentación del modelo se divide en dos subapartados. En el primero, se explica la participación del TDNR en la construcción del ingreso extendido del hogar; se introduce el gasto como una equivalencia de dicho ingreso y, por medio de una función de propensión keynesiana, se explica cómo éste se divide en consumo e inversión. Así, el TDNR también se divide en consumo e inversión y dichas categorías se relacionan con los niveles de ingreso monetario. En el segundo subapartado, se presenta un análisis de estática comparativa mostrando el impacto de las variaciones en la tasa salarial del hogar (ingreso monetario) sobre los distintos tipos de TDNR.
TDNR, ingreso extendido y función consumo
A partir del modelo de Folbre (2014), se considera un hogar i que enfrenta la siguiente restricción de tiempo:
Donde Ti es el tiempo total disponible en el hogar i; Mi es el tiempo total dedicado al trabajo remunerado por los miembros del hogar; Hi es el tiempo total dedicado a las tareas domésticas no remuneradas; y Si es el tiempo total empleado en actividades de autocuidado (como dormir o el aseo personal) y el ocio (recreación, socialización, etcétera).
Por otro lado, si
La Figura 1 es una representación gráfica de la ecuación 3, que permite interpretar la relación entre la producción doméstica no remunerada y el ingreso extendido del hogar. El intercepto de la función corresponde a los ingresos por trabajo remunerado; en la figura es posible observar que dada la pendiente de la función (salario sombra de las tareas domésticas no remuneradas
Continuando con la propuesta de Folbre (2014), es posible considerar que el hogar i realiza un gasto total Ei equivalente a su ingreso extendido Yi que se divide en consumo Ci e inversión en capital humano Ii como en las ecuaciones (5) y (6):
Es importante señalar que el ingreso extendido se compone tanto de dinero como de horas de TDNR, de modo que el gasto de los hogares (consumo e inversión) también se compone tanto de dinero como de tiempo de TDNR.
Para modelar el comportamiento del consumo del hogar i en esta propuesta se asume una función lineal de consumo keynesiana estándar de la siguiente manera:
Donde C0 es el consumo autónomo, que en este modelo se puede interpretar como un nivel mínimo de subsistencia y c es la propensión marginal al consumo sobre el ingreso extendido. Por otro lado, de (5), (6) y (7) se obtiene la inversión de los hogares en capital humano que es una función creciente de la renta:
Una diferencia importante con la función keynesiana del consumo (e inversión) tradicional es que en este caso la propensión marginal al consumo depende, entre otras variables, de la estructura de cada hogar i. Así, mientras en los hogares con niños pequeños existe la necesidad social de invertir en su capital humano, en los hogares sin niños pequeños dicha necesidad no existe. En consecuencia, en el primer tipo de hogares la propensión marginal al consumo será menor que en el segundo tipo.
Como una estrategia analítica, la Figura 2 integra los elementos del modelo en dos cuadrantes vinculados por el ingreso extendido. En el cuadrante superior se representan las ecuaciones (5), (6), (7) y (8), que relacionan los niveles de gasto (Ei) en consumo (Ci) e inversión (Ii), con cada nivel de ingreso extendido (Y ) del hogar i. El cuadrante de la parte inferior es la Figura 1 invertida; es decir, representa la relación de trabajo no remunerado e ingreso extendido de la ecuación (3).
Las flechas en negrita indican la dirección de la causalidad en la Figura 2. Iniciando por el cuadrante inferior, la figura sugiere que, dados un nivel de ingreso monetario
La Figura 2 también muestra que si el hogar no dedica tiempo a las tareas (H1 = 0), el ingreso será sólo
TDNR e ingreso monetario: estática comparativa
El modelo además permite explicar la asignación de horas de trabajo doméstico no remuneradas a la producción de bienes o servicios de consumo (Hc), como la preparación de alimentos, limpieza, lavandería, o bien las horas dedicadas a la inversión en capital humano (H1); por ejemplo, el apoyo educativo de los niños en el hogar. Para ilustrar lo anterior, se supone que la propor‑ción de las horas de TDNR dedicadas a la inversión en capital humano es igual a la proporción de ingreso extendido (Yi) que se invierte (Iia):
De la ecuación (8), se obtiene:
Entonces, sustituyendo (10) en (9), se obtiene:
Además, dividiendo la ecuación (7) entre Yi, se obtiene la proporción de tareas domésticas no remuneradas dedicadas al consumo:
En la Figura 3, se incorpora al modelo la distribución del TDNR entre consumo e inversión. Ahora, el nuevo cuadrante ubicado en la parte superior del lado izquierdo, indica la relación directa entre la participación de la inversión Ii /Yi y el gasto (o ingreso extendido) como en la ecuación (10). Por otro lado, el nuevo cuadrante inferior del lado izquierdo representa la ecuación (9).
Una vez más, las flechas en negrita indican la dirección de la causalidad. Como en la Figura 2, dada la cantidad total de actividades domésticas no remuneradas
Considerando la ecuación (11) y la Figura 3, se puede ver que la proporción de tareas domésticas no remuneradas dedicada a la inversión tiende a aumentar con el ingreso extendido, mismo que, a su vez, incrementa con el ingreso monetario (véase ecuación 3). En contraste, la proporción de tareas domésticas no remuneradas dedicadas al consumo tiende a disminuir con el aumento de los ingresos.2
En este modelo, también se puede determinar la magnitud absoluta de las tareas domésticas no remuneradas dedicadas a las actividades de inversión. Sustituyendo (3) en (11) y resolviendo para HI se obtiene:
Además, sustituyendo (3) en (12) y resolviendo para Hc se puede determinar la magnitud absoluta de las tareas domésticas no remuneradas dedicadas a actividades de consumo:
La ecuación (13) indica que la magnitud de las tareas domésticas no remuneradas dedicadas a actividades de inversión tiende a aumentar con el ingreso monetario del hogar. En contraste, la ecuación (14) indica que la magnitud de las tareas domésticas no remuneradas dedicadas a actividades de consumo tiende a disminuir con el ingreso monetario del hogar.
La división del gasto entre consumo e inversión que resulta de la función keynesiana implica que a medida que incrementa el ingreso monetario se da una disminución relativa de las actividades domésticas no remuneradas relacionadas con el consumo, mientras aumentan aquellas vinculadas con la inversión en capital humano. Por ello, un mayor salario
La Figura 4 es una representación que generaliza la producción doméstica de bienes de consumo y de inversión en capital humano; es resultado de la propuesta del modelo en la Figura 3. Sea
4. Validación empírica
Usando datos sobre el uso del tiempo de los hogares mexicanos con niños, procedentes de la ENUT-2019, se estiman modelos semiparamétricos de la producción doméstica no remunerada sobre el ingreso familiar como una revisión empírica de las extensiones teóricas propuestas. En particular, se estima un modelo lineal-parcial en dos etapas que, primero controla por el capital humano y la estructura demográfica del hogar, para luego estimar de forma no paramétrica las horas de TDNR dedicadas al consumo y a la inversión en capital humano sobre cuantiles de ingreso. Este apartado inicia con una breve descripción del conjunto de datos disponibles, continúa con la presentación de la estrategia metodológica y cierra con la discusión de las estimaciones.
Datos y estadística descriptiva
En este ejercicio de validación empírica se usa la variable de horas dedicadas al apoyo educativo de los niños en el hogar como representante de la inversión en capital humano;3 por ello se seleccionaron 12 246 hogares con menores entre 0 y 14 años, que corresponden al total de familias con dichas características de los 27 214 hogares encuestados por la ENUT-2019 (INEGI, 2023). La Tabla 1 presenta el conjunto de características descriptivas de la muestra en relación con las variables relevantes para el análisis del comportamiento del TDNR por quintiles de ingreso y para la media nacional.
Quintiles | Promedio nacional | |||||
---|---|---|---|---|---|---|
I | II | III | IV | V | ||
Total de horas de producción doméstica no remunerada | 99.26 | 96.39 | 94.25 | 93.23 | 86.77 | 94.13 |
Inversión | ||||||
Horas de apoyo educativo | 6.87 | 6.67 | 6.90 | 6.58 | 6.99 | 6.80 |
Consumo | ||||||
Horas de preparación de alimentos | 31.97 | 28.22 | 27.36 | 25.49 | 22.85 | 27.30 |
Horas en lavado de ropa | 11.07 | 10.82 | 10.41 | 10.60 | 9.08 | 10.42 |
Horas de quehaceres de la vivienda | 19.68 | 20.15 | 20.26 | 20.94 | 20.79 | 17.61 |
Integrantes del hogar | 4.99 | 4.81 | 4.62 | 4.52 | 4.16 | 4.63 |
Educación del jefe de hogar | 6.74 | 7.64 | 8.41 | 9.74 | 11.96 | 8.85 |
Edad del jefe hogar | 43.98 | 43.52 | 43.85 | 43.42 | 44.13 | 43.78 |
Jefatura femenina | 29% | 23% | 26% | 23% | 23% | 25% |
Observaciones | 2 621 | 2 290 | 2 540 | 2 473 | 2 322 | 12 246 |
Fuente: cálculos propios con datos de la ENUT-2019.
En general, se puede observar que el total de horas semanales de TDNR en los hogares disminuye con mayores niveles de ingreso; este comportamiento parece guiado, principalmente, por el tiempo dedicado a las actividades relacionadas con el consumo, ya que variables como las horas empleadas en la preparación de alimentos, la limpieza del hogar y el lavado de ropa descienden a medida que asciende el ingreso. Esta relación empírica puede explicarse en la posibilidad de que hogares con mayores ingresos puedan pagar por la realización de estas actividades (contratar labores domésticas). Por otro lado, el comportamiento del tiempo en apoyo educativo, aunque en algunos tramos de la distribución pareciera ser creciente, no parece tener una tendencia clara en este análisis descriptivo y sin el uso de controles adicionales.
Estrategia de identificación
La hipótesis en estudio es que existe un patrón de comportamiento diferenciado entre las horas de TDNR dedicadas al consumo y las dedicadas a la inversión en capital humano; y que el ingreso familiar es fundamental en la explicación de las diferencias entre estos patrones de comportamiento. La relación entre ingreso y TDNR enfrenta importantes problemas de heterogeneidad no observada (variables omitidas) y bidireccionalidad causal; sin embargo, partiendo de la propuesta teórica en este artículo, interesa observar cómo las horas de TDNR dedicadas al consumo y a la inversión son determinadas a lo largo de la distribución de ingresos.
Bajo estas consideraciones de endogeneidad, previo a observar el comportamiento del TDNR por niveles de ingreso, se hace indispensable poder controlar al menos por la estructura demográfica y el capital humano de las familias; variables que en el análisis descriptivo sugieren estar relacionadas de forma importante con el TDNR. Con este objetivo empírico en mente, se propone estimar un modelo semiparamétrico lineal-parcial como el propuesto por Speckman (1988) y usado por Ceballos y Guadarrama (2020). El método en dos etapas combina estimadores paramétricos que se obtienen a partir de mínimos cuadrados ordinarios (MCO) en la primera y estimadores no paramétricos derivados de una función Kernel en la segunda. En este caso, el modelo en la primera etapa corresponde a estimaciones MCO de las horas de TDNR sobre las características de los hogares así:
Donde Hi son las horas de TDNR totales, dedicadas al apoyo educativo o al consumo en el hogar i; Xi es la matriz del conjunto de variables explicativas que incluye, el género, la edad y la escolaridad del jefe de familia, así como el número de asalariados y de niños en el hogar; β es el parámetro por estimar correspondiente a los efectos de las características sociodemográficas sobre el TDNR; y ui es la perturbación aleatoria del modelo.
La Tabla 2 presenta las variables empleadas para estimar la ecuación (15). Las horas de TDNR total de los hogares se agrupan en dos categorías: a) las ocupadas en apoyo educativo de los niños como una representación de la inversión en capital humano; y b) un conjunto de actividades que incluye la preparación de alimentos, el lavado de ropa y los quehaceres de la vivienda como variables del tiempo vinculado con el consumo. 4 Se estiman tres modelos de las horas per cápita de producción doméstica no remunerada por medio MCO, usando el mismo conjunto de variables explicativas en cada caso.
Variables dependientes (Hi): horas de trabajo doméstico | Variables explicativas(Xi) |
---|---|
|
Fuente: elaboración propia.
Para completar la estrategia de identificación, las horas de TDNR predichas por el modelo de la ecuación (15) son observadas a largo de la distribución de ingreso per cápita5 sin asignar una forma funcional preconcebida. Se estiman modelos no paramétricos usando estimadores polinómicos derivados de una función Kernel como los usados por Delgado y Miles (1997), García (2012) y Ceballos (2019):
La variable
Donde K es una función Kernel que da mayor peso a los hogares cuyo ingreso tiene valores cercanos al percentil xo. Con base en la propuesta de Gutierrez et al. (2003), la ecuación (17) para cada percentil xo, estima una aproximación m(xo), por lo que la función m(percentil de ingresoi) es muy flexible para capturar variaciones de las horas de TDNR sobre los cuantiles de ingreso de los hogares y contrastar las predicciones del modelo teórico.6
Resultados
En la Tabla 3 se presentan los resultados de las regresiones paramétricas por MCO para el total y los dos tipos de TDNR (inversión y consumo). En esta primera etapa, el objetivo es generar predicciones del tiempo de TDNR controlando por las características del hogar. Cabe mencionar que los efectos de estas variables de control no son el objetivo central de esta investigación, pero esta primera etapa sirve para mostrar que aun después de considerar las características principales de cada hogar, el comportamiento del TDNR es heterogéneo a lo largo de la distribución de ingresos monetarios de las familias. En la Tabla 3, la mayoría de las variables explicativas resultan estadísticamente significativas a más del 95% de confianza, tanto en las pruebas t para cada variable, como en las pruebas F de significancia conjunta; asimismo, se confirma que las horas de TDNR en el hogar se vinculan de manera importante con el nivel de capital humano y la estructura demográfica familiar.
Total Horas de TDNR | Inversión Horas dedicadas al apoyo educativo de los niños | Consumo Horas dedicadas a la producción de consumo | |
---|---|---|---|
Jefatura femenina | -11.196*** | -0.935*** | -7.532*** |
(1.055) | (0.159) | (0.693) | |
Años de educación del jefe de hogar | -0.575*** | 0.142*** | -0.762*** |
(0.115) | (0.017) | (0.074) | |
Edad del jefe de hogar | 0.822*** | 0.136*** | 1.960*** |
(0.215) | (0.028) | (0.121) | |
Edad al cuadrado | 0.001 | -0.001*** | -0.013*** |
(0.002) | (0.000) | (0.001) | |
Número de niños entre 0 y 14 años | 12.742*** | 1.588*** | 5.845*** |
(0.574) | (0.074) | (0.323) | |
Número de ocupados asalariados | 7.355*** | 0.345*** | 5.084*** |
(0.537) | (0.074) | (0.321) | |
Constante | 30.367*** | -1.734** | -5.413* |
(4.958) | (0.684) | (2.975) | |
Prueba F | 202.05 | 93.32 | 337.66 |
R-cuadrado | 0.1362 | 0.0507 | 0.1619 |
Observaciones | 12 246 | 12 246 | 12 246 |
Notas: *** 1%; ** 5% y * 10% de significancia. En paréntesis los errores estándar robustos a la heterocedasticidad.
Fuente: elaboración propia con datos de la ENUT-2019.
Se observa que la jefatura femenina (en comparación con los hogares con jefatura masculina) disminuye de forma importante el tiempo de TDNR total (11.2 horas), de consumo (más de 7.5 horas) y de inversión (cerca de 1 hora) en más del 10% del promedio de horas totales dedicadas a la actividad en cada caso. Esta relación negativa puede estar asociada al efecto sustitución del TDNR frente al trabajo remunerado en los hogares con mujeres cabezas de familia. Considerando la evidencia histórica de la distribución desigual por género del TDNR, las mujeres son quienes dedican más tiempo a dichas labores, pero cuando son jefas de familia lo sustituyen por trabajo remunerado haciendo que disminuya el TDNR en el conjunto familiar.
Los años de educación tienen un efecto negativo sobre el TDNR total y de consumo, pero efecto positivo sobre el TDNR de inversión. En particular, cada año adicional de educación disminuye en más de media hora el total de TDNR y aumenta en poco más de diez minutos el tiempo dedicado al apoyo educativo a los niños del hogar. Los signos contrarios son un primer indicio importante sobre el comportamiento heterogéneo del TDNR. El nivel educativo del jefe de familia posee alta correlación con el nivel socioeconómico del hogar; con mayor nivel socioeconómico se abre la posibilidad de reducir las horas de TDNR contratando labores domésticas relacionadas con el consumo; por otro lado, en el caso de la inversión en capital humano la sustitución no es directa y con mayor nivel de educación del cabeza de familia, el tiempo dedicado al apoyo educativo a los niños del hogar aumenta.
La Tabla 3 también muestra que un niño adicional de 0 a 14 años o un ocupado asalariado adicional, aumentan las horas dedicadas a los dos tipos de TDNR y el total. Estas variables poseen relación positiva con el TDNR porque el total de integrantes del hogar está relacionado de forma negativa con el nivel socioeconómico; es decir, a mayor número de ocupados mayor tamaño de hogar (no necesariamente mayor nivel socioeconómico) y más tiempo dedicado al TDNR. Es posible observar que con esta primera etapa las variables del modelo explican el 13.6% de las variaciones del TDNR total, 5% del TDNR de inversión y l6% del TDNR de consumo.
A partir de las tres regresiones, las Figuras 5, 6 y 7 presentan las estimaciones de la segunda etapa del modelo semiparamétrico. Es decir, las figuras grafican los valores promedio de TDNR para cada cuantil de ingreso después de controlar por las variables incorporadas en las estimaciones de la Tabla 3. En la Figura 5 se reportan las estimaciones para el TDNR total, en la Figura 6 para el TDNR de inversión y en la Figura 7 para el TDNR de consumo. En los tres casos sobre el eje horizontal se encuentran los percentiles de ingreso per cápita de los hogares mexicanos y sobre el eje vertical las horas de TDNR.
La Figura 5 muestra que el tiempo de TDNR total predicho tiende a disminuir a medida que aumenta el ingreso per cápita de los hogares. Así, mientras en el primer percentil el tiempo de TDNR total es de 95.4 horas a la semana, en el último percentil es de sólo 92.7 horas. El sombreado alrededor de la línea continua de la Figura 5 reporta los intervalos de confianza, mostrando que dicha tendencia decreciente de las horas de TDNR es estadísticamente significativa a lo largo de los percentiles de ingreso.
La Figura 6 muestra la evolución del TDNR de inversión en capital humano (apoyo educativo infantil). Se observa que conforme aumenta el ingreso per cápita de los hogares también crece el TDNR de inversión; mientras en el primer percentil el TDNR de inversión es de 6.6 horas semanales, en el último percentil asciende a 7 horas por semana. Los intervalos de confianza reportados permiten observar que los cambios a lo largo de los percentiles de ingreso per cápita son estadísticamente significativos.
El comportamiento creciente en la Figura 6 va en el sentido de las predicciones del modelo teórico (véanse Figuras 3 y 4), en el que un aumento del ingreso monetario del hogar incrementa también el monto de TDNR destinado a la inversión. No obstante, es importante reconocer que este incremento opera en un rango relativamente pequeño con algunos comportamientos decrecientes a lo largo de la distribución; especialmente entre los percentiles 30 y 50 de este ejercicio empírico.
Por último, en la Figura 7 se reporta el comportamiento del TDNR de consumo predicho (horas de preparación de alimentos, lavado de ropa y quehaceres de la vivienda) a lo largo de los percentiles de ingreso. Se observa un comportamiento claramente decreciente que, además, es estadísticamente significativo. Mientras en los hogares del primer percentil el monto de TDNR de consumo predicho asciende a cerca de 64 horas semanales, en los hogares del último percentil el monto se reduce hasta 58 horas. Este hallazgo ofrece evidencia en favor de las predicciones del modelo teórico sugerido: el TDNR orientado al consumo tiende a disminuir conforme aumenta el ingreso monetario de los hogares.
5. Conclusiones
En este artículo se presentó un uso alternativo de las bases del modelo de TDNR sugerido por Folbre (2014), que bajo ciertas reformulaciones y ampliaciones permite mostrar que la producción doméstica no remunerada es heterogénea y con un comportamiento diferenciado a lo largo de la distribución del ingreso familiar. El TDNR contribuye al ingreso extendido del hogar y junto con éste, es gastado en consumo e inversión en capital humano. Se asoció una forma funcional específica a la producción doméstica, introduciendo una función de consumo de tipo keynesiano, que permite predecir que el TDNR de inversión tiende a aumentar con el ingreso monetario, mientras el dedicado al consumo disminuye.
Para validar las predicciones teóricas del modelo se realizó un análisis semiparamétrico empleando datos de la última ENUT para México. El modelo controla por variables sociodemográficas relevantes en la primera etapa y en la segunda explica al TDNR sobre la distribución de ingresos familiares. Como proxy del TDNR de inversión en capital humano se empleó el tiempo dedicado al apoyo educativo a niños y niñas menores de 14 años en el hogar. Los resultados del análisis econométrico son evidencia en favor del modelo teórico propuesto. El TDNR de consumo tiende a disminuir con el ingreso per cápita de los hogares, controlando por varias características sociodemográficas de las familias, mientras el TDNR de inversión en capital humano tiende a aumentar. Ambos resultados son estadísticamente significativos.
Los resultados teóricos y empíricos presentados tienen implicaciones relevantes tanto para la literatura económica como para la política pública. Por un lado, se desarrolla y amplía el marco teórico propuesto por Folbre (2012 y 2014) destacando el carácter heterogéneo del TDNR en términos de consumo e inversión. Por otro, frente a la literatura sobre capital humano, se presenta una aproximación poco común que vincula la inversión en capital humano con los hogares y su producción doméstica no remunerada.
Los hallazgos también sugieren líneas importantes en temáticas económicas como la pobreza, la desigualdad y la movilidad social. Se encontró cómo en los hogares de menor ingreso, el tiempo dedicado a los bienes de consumo es mayor en detrimento de aquel dedicado a la inversión en capital humano; por otro lado, las familias con mayor nivel de riqueza pueden usar el mercado para contratar la producción doméstica de bienes de consumo (limpieza, preparación de alimentos, entre otros) en favor del tiempo dedicado a la inversión en capital humano; sin duda, esta situación pone en desventaja a los hogares de menores ingresos frente a sus posibilidades de inversión y reproduce distintas brechas sociales y económicas.
Los resultados también constituyen un insumo relevante para la evaluación y formulación de políticas de cuidado, así como de reducción de brechas de género; por ejemplo, una mejora en la distribución de los ingresos (especialmente para los quintiles más bajos) contribuye, además, a una mayor inversión de estos hogares en las capacidades de sus niños y niñas, reduciendo así también la desigualdad en la reproducción del capital humano.
Por último, cabe mencionar que, aunque el objeto de este artículo no fue la distribución del TDNR a nivel intra-hogar, los resultados constituyen un punto de partida para futuras investigaciones sobre este álgido tema. Considerar la importancia de agrupar el TDNR en tiempo de consumo e inversión, permite depurar los análisis relacionados con la distribución de la producción doméstica no remunerada, no sólo desde la perspectiva de las cargas de trabajo por género, edad, etcétera, sino también pensando en las personas (niños, niñas y adultos), que se ven beneficiadas con la inversión que se deriva de los usos del tiempo.