La anestesia regional ha sido una herramienta que, desde sus primeras descripciones, ha ganado terreno en el arsenal del anestesiólogo. Mucho ha evolucionado desde las primeras descripciones del Dr. Bier1 para describir los efectos de la administración neuroaxial de anestésicos locales, dando pie a diferentes ramas como lo fue la anestesia locorregional y posteriormente, los bloqueos de nervio periférico por marcas anatómicas. El ultrasonido aplicado en medicina2 ha sido una herramienta que ha emergido en los últimos años, su utilidad ha favorecido la realización de procedimientos bajo la visualización 2D de técnicas analgésicas de bloqueo guiado por ultrasonido, las cuales comienzan a ganar un papel en la analgesia multimodal, ya que este instrumento favorece la seguridad y la localización de estructuras que antes no podían ser visualizadas a simple vista como los espacios interfasciales, mismos que son considerados un blanco terapeútico importante en dolor3-6. La Organización Mundial de la Salud (WHO: por sus siglas en inglés World Health Organization) ha establecido cuatro principios básicos, los cuales permanecen vigentes y son aplicables al manejo moderno del dolor agudo. El primero se basa en la severidad del dolor; el segundo en los resultados secundarios a las estrategias analgésicas establecidas; el tercero propone minimizar el uso de opioides y, por último, el cuarto sugiere la introducción de nuevos adyuvantes en el manejo del dolor.
Actualmente la analgesia regional guiada por ultrasonido se ha convertido en pieza clave del cuidado perioperatorio moderno, enfocado principalmente en el manejo de dolor postoperatorio y la probable prevención del desarrollo de dolor quirúrgico persistente7. Estas técnicas se respaldan desde 1995 con las guías de ultrasonido brindadas por la WHO8 como un intento de distribuir información a nivel internacional sobre la utilidad y seguridad de estas nuevas técnicas; posterior a esto, se han realizado artículos de revisión sobre analgesia regional en perioperatorio como una medida de manejo de dolor agudo9-14. También recientemente han emergido varias páginas que promueven la educación en bloqueos guiados por ultrasonido, como la página de la American Society of Regional Anesthesia (https://www.asra.com), The European Society of Regional Anesthesia and Pain Therapy (ESRA) entre otras, las cuales, se han encargado de difundir las técnicas, su aplicación y sus complicaciones en el perioperatorio. Estos procedimientos regionales, si bien son más actuales, ya forman parte de protocolos de manejo y recomendaciones por parte de distintas asociaciones. Programas como PAIN-OUT (http://pain-out.med.uni-jena.de/) han cambiado la perspectiva de manejo de postoperatorio, exhibiendo un área de oportunidad para mejorar la calidad de manejo de nuestros pacientes. El grupo europeo Prospect (Procedure Specific Postoperative Pain Management) realiza recomendaciones sobre manejo multimodal para diferentes procedimientos quirúrgicos (https://www.postoppain.org), en el cual se incluyen técnicas de analgesia regional como parte del manejo habitual en los pacientes sometidos a cirugía. Otras guías de manejo que respaldan e incentivan el uso de analgesia regional se publicaron en 2016 en el Journal of Pain (https://www.jpain.org/article/S1526-5900(15)00995-5/fulltext) en donde se presenta que 80% de los pacientes presentan dolor durante el postoperatorio y 75% de éstos lo clasifican entre moderado-severo; estos porcentajes disminuyen radicalmente cuando se incluyen técnicas regionales guiadas por ultrasonido en el manejo, incluso se ha relacionado el uso de técnicas regionales con una menor incidencia de dolor crónico15. La analgesia regional se ha convertido en una herramienta complementaria en el arsenal terapéutico en dolor postoperatorio, debe ser parte integral de los servicios de dolor agudo para el manejo y el cuidado perioperatorio centrado en el paciente.