En 1321 moría en Rávena Dante Alighieri. Había nacido en Florencia, en el año 1265, dentro de la etapa celestial en que el sol se encuentra en la constelación zodiacal de Géminis.2 Dante fue el poeta italiano por antonomasia, el magno vate, su fama se debe principalmente a la Comedia, que se hizo célebre como Divina comedia, considerada la mayor obra escrita en lengua italiana y una de las piezas maestras de la literatura mundial.3
Según otro inmenso literato, Giovanni Boccaccio, Dante era de estatura “mediocre” y tenía cara alargada, con nariz aguileña, mandíbulas grandes y un belfo inferior tan saliente que sobresalía un poco el labio superior; algo encorvado de hombros y sus ojos más bien grandes que pequeños; siempre de semblante melancólico y pensativo.4 Esas características, la melancolía y el pensamiento dantescos, han condicionado, generaciones tras generaciones, un sinnúmero de artistas, políticos, escritores, juristas, teólogos, filósofos, músicos, directores de cine y cualquier creador o intelectual. No es casual que para conmemorar los 700 años del aniversario luctuoso de Dante se hayan organizado encuentros, charlas, exposiciones, retrospectivas y otros eventos pedagógicos, culturales y literarios, no solamente en Italia sino en todo el globo.
En particular, en la patria dantesca, las iniciativas empezaron el 17 de marzo de 2021,5 con un lanzamiento oficial en streaming desde la Farnesina,6 en el cual participaron, entre otros: Giorgio Bacci, curador de la exposición “Dante ipermoderno”; Alberto Casadei, curador del audiolibro en 33 lenguas Dalla selva oscura al Paradiso; Marco Martinelli y Ermanna Montanari, creadores del espectáculo “Dante nei 5 continenti”; Roberto Rea, miembro de la comisión “Cantica21”; Bianca Garavelli, curadora de los textos de la nueva aplicación “Inferno5”. Se presentaron, además, la exhibición “Dante 700”, de Massimo Sestini, y el cortometraje Dolente bellezza.
También, el ayuntamiento de Florencia -como era previsible- fue protagónico: coordinó un sobresaliente comité organizador en el cual más de treinta instituciones de la ciudad y la región Toscana unieron fuerzas para relatar las historias dantescas y centrarse, muy especialmente, en el escenario de su ciudad natal, a través de medios digitales y analógicos, en una programación muy sugestiva que ha dejado huellas entre expertos y público en general.
Así, en víspera del año 2021, del dicho séptimo centenario del fallecimiento de Dante, cientos de actividades teóricas, prácticas y multidisciplinarias, para las celebraciones dantescas, involucraron también a la red de embajadas, consulados e institutos culturales italianos en todo el mundo. Y México -desde luego- no fue excepción: por ejemplo, en coordinación con el Instituto Italiano de Cultura (IIC) y la embajada de Italia en México, la Sociedad Dante Alighieri, la Asociación de los Investigadores Italianos en México (ARIM)7 y el Grupo Certifica, se presentó un ciclo de conferencias titulado “Dante Alighieri: 700 años después. Miradas y reflexiones”, inaugurado por el embajador de Italia en México, Luigi De Chiara (9-14 de septiembre de 2021); también El Colegio Nacional, siempre en conexión con el IIC y la embajada de Italia en México, organizó un conjunto de pláticas sobre diferentes facetas del legado dantesco (14-18 de septiembre de 2021).
En la capital mexicana y otras urbes del país y del extranjero, se desarrolló un extenso programa que incluía exposiciones de artes visuales, conciertos, actuaciones en vivo, pero también mediante el empleo de las tecnologías multimediales más avanzadas, en colaboración con el Comité Nacional para las Celebraciones del Centenario y con algunas de las principales instituciones culturales: desde la Accademia della Crusca a la Sociedad Dante Alighieri; desde el ayuntamiento de Rávena al Grupo Dante de la Associazione degli Italianisti (ADI), al Centro del Libro y la Lectura (CePELL).
En todos los continentes fue una verdadera eclosión de sucesos dantescos: con casi 600 iniciativas en más de 100 sedes diplomáticas italianas, el programa duró hasta el otoño y, en particular, hasta la cita de la XXI Semana de la Lengua Italiana en el mundo (18-24 de octubre), también dedicada al poeta (“Dante, l’italiano”).
Así, a través del programa «Dante 700 en el mundo»,8 el Ministerio de Asuntos Exteriores italiano cumplió su compromiso de relanzar una original y sólida narrativa sobre Italia, más allá de sus fronteras. Los recursos y proyectos reflejaron el difícil condicionamiento ligado a la pandemia del COVID-19 y la necesidad de apoyar de manera concreta a los operadores y las empresas culturales y creativas en todos los sectores, desde la realidad editorial hasta el arte, desde el entretenimiento al cine. Dante, leído, presentado e interpretado de una manera moderna y a veces inusual, se convirtió en el símbolo de las facetas de la Italia actual, del genio que integra cultura, ciencia, tecnología y economía, para dar vida a la historia de un país trascendente y dinámico. Un relato en el que cualquiera tuvo la oportunidad de redescubrir, parcial o cabalmente, su propia experiencia, gracias a acontecimientos que potenciaron el vínculo siempre vivo entre la imaginación y la contemporaneidad de Dante Alighieri.
En este dossier el lector leerá así algunas de aquellas contribuciones intelectuales que procuraron enriquecer en México -y de México para el mundo- el debate sobre Dante, pero desde distintos enfoques. En “Una mirada a la política de Dante. La monarquía universal o imperio”, de mi autoría, mediante una atenta y personal lectura de la Comedia y la Monarquía del florentino, sustentada por una gran parte de la amplísima bibliografía sobre el tema -se reitera, solo un fragmento- y otras fuentes literarias, se procura analizar el concepto de mando supremo que desarrolló el sumo poeta entre los siglos XIII y XIV. Las preguntas a las cuales se intenta dar respuesta son principalmente dos: ¿cómo se configura el pensamiento político de Dante?; ¿cómo se soluciona el “dilema” entre práctica y teórica políticas? El bardo menospreciaba las discordias de que era víctima Italia y desde sus sustanciales consideraciones resulta posible redibujar la teoría política de la época y ambicionar a dar respuestas, al menos parciales, a la compleja situación doctrinaria y práctica de la Europa tardomedieval.
Carmela Baffioni, en “Dante y el pensamiento árabe: filosofía y viajes al ultramundo de Oriente y Occidente”, tras una original evaluación histórica de las tesis del célebre arabista español Miguel Asín Palacios, examina el concepto árabe de miʿrāʿ, aclarando sus puntos de diferencia con el “viaje” de Dante. A continuación, toma como ejemplo una reelaboración moderna del miʿrāʿ profético, la del poema de Mohammad Iqbal, ʿāvīd nāme. La cuestión de la relación entre Dante y el mundo árabe se plantea en su texto en los dos ámbitos interrelacionados de la religión y la filosofía de origen griego (falsafa).
Stefano Santasilia firma el ensayo “Lectura filosófica de la Divina Commedia. Una mirada a través de Romano Guardini (y otros)”. Según la premisa del filósofo napolitano, ahora arraigado entre los potosinos, la Comedia se presenta como una obra capaz de envolver un amplio abanico de “sentidos disciplinares”: en su forma de obra literaria, abraza en su desarrollo, el cruzarse -mediante el juego de las alegorías- de cuestiones históricas, descripciones cartográficas y perspectivas filosóficas. Por esta razón, más allá de la mera crítica filológica, también diferentes pensadores han proyectado sus conjeturas hacia el texto dantesco. Su objetivo es así mostrar -de manera original- en qué forma se conjugan unas de las tantas lecturas filosóficas del texto dantesco, sobre todo a la luz de la idea de la figura de homo viator, adoptada como clave hermenéutica fundamental por Romano Guardini, en su interpretación de la “posible filosofía” de la Divina comedia.
Irene Gualdo se responsabiliza del artículo que lleva por título “Galeotto era el libro: en busca de la biblioteca de Dante”. Las preguntas de investigación que guían su ruta explicativa son esencialmente dos: ¿qué y cómo leían los escritores de los primeros siglos de la lengua italiana?; ¿gracias a la influencia de qué lecturas compusieron sus obras? Mientras que en el caso de Boccaccio y Petrarca la respuesta se encuentra en los libros que poseían y en los que en muchos casos recibieron sus anotaciones, en el caso de Dante, en cambio, no se resguardan ni libros ni una sola palabra escrita de su puño y letra. Dada esta triste ausencia de datos, cobran gran importancia las referencias que se conocen acerca de su formación, o sea, el pasaje del Convivio en el que el rapsoda narra que emprendió estudios filosóficos inmediatamente después de la muerte de Beatriz, impulsado por la lectura de la Consolatio Philosophiae de Boecio, para ir a estudiar en el convento franciscano de Santa Croce, en el dominicano de Santa María Novella y el agustino de Santo Spirito. Gualdo así descubre que sus datos favorecen a Santa Croce,9 cuyos libros documentan la fisonomía en que los textos que Dante leía se ofrecían a sus ojos y eran modelos de sus obras. Se traza un recorrido por el patrimonio bibliográfico del Studium franciscano, enmendando y documentando la circulación de las obras del gran florentino.
Cuatro horizontes aclarativos, entre muchos otros plausibles, que extienden la actualidad exegética de la vida, la obra, el pensamiento, la filosofía, las lecturas, el lenguaje de Dante Alighieri desde México y Latinoamérica. La discusión académica seguirá y se espera haber, al menos, contribuido con un grano de arena.