Introducción
La investigación basada en la geografía histórica y la historia económica enfrenta desafíos en términos de comprensión de la dinámica territorial y de las espacialidades pasadas, respaldada por conceptos del presente. El uso de terminologías y conceptos que son muy claros hoy en día, puede tener diferentes significados cuando se aplican al pasado. En este sentido, el presente estudio relaciona historia económica, economía espacial y dinámica territorial urbana colonial. El objetivo es analizar la formación del territorio brasileño, que es, en parte, un afluente de una red de ciudades y villas que producen una economía espacial estratégica, entre Recôncavo Baiano y Minas Gerais, mediada por los sertões,1 en el siglo xviii.
Metodológicamente, se discute lo urbano y la urbanización de dicho periodo, considerando las principales bases económicas de tres importantes regiones coloniales: a) el Recôncavo Baiano, en la costa ocupada desde el siglo xvi; b) los sertões, más allá del río São Francisco, tierras con población dispersa y una red de caminos terrestres básicos en la articulación del territorio colonial, y c) Minas Gerais que, con el descubrimiento de minerales, en el siglo xviii, conectó territorios, forzando la migración y nuevos servicios en el interior de Brasil.
En términos de procedimientos, el estudio se basa en fuentes primarias de archivos brasileños y portugueses, aunque también en fuentes secundarias. Se divide en cinco secciones: a) presenta datos y análisis sobre lo urbano en el Brasil colonial; b) trata las variaciones entre lo urbano, la costa y el interior; c) evalúa la dinámica urbana del siglo xviii con un enfoque en Recôncavo Baiano; d) en Minas Gerais, y e) en los sertões entre Minas Gerais y Bahia, con base en los registros fiscais.2 El Sistema de Información Geográfica (sig) se utiliza para presentar y operar, a través de la cartografía histórica contemporánea, la referida economía espacial; postura metodológica que requiere agudeza sensorial y perspicacia dialéctica representacional de interescalaridad y transtemporalidad espacial, además de fomentar el uso del sig en la geografía histórica y la historia (Costa y Maluly, 2021). Se atribuye un carácter de "metafuente" (Carrara, Valencia, y Grava, 2018) al sig, dialectizando la información de fuentes, bases de datos y entradas digitales.
La génesis de lo urbano en el Brasil colonial adquirió complejidad debido a la diversidad de intereses de sus diferentes agentes, los aspectos formales de la construcción de las villas y las dinámicas político-económicas variables en cada región. Tal complejidad se entiende por el estudio de las acciones combinadas o conflictivas de los agentes de producción espacial,3 en el proceso de colonización portuguesa. Es importante aclarar que se busca una aproximación del sistema urbano del siglo xviii promotor de dicha economía espacial, considerando el precepto de que "la esencia de lo urbano está en las intenciones y adherencias al territorio; lo que sucede en el curso de la historia y no se ve, mecánicamente, en el aquí y ahora" (Scarlato y Costa, 2017, p. 2).
Ciudades, villas, poblados, aldeas, freguesias,4pousos,5engenhos,6julgados,7arraiais8 y registros fiscais son nociones9 recurrentes en la documentación histórica consultada y utilizada para nombrar diferentes centros de población, lo que a su vez indica la complejidad en la comprensión de lo urbano colonial. El problema se agrava al considerar que los casos analizados (Recôncavo Baiano y Minas Gerais) eran centralidades político-administrativas, eclesiásticas y económicas con una amplia área de influencia. Por lo tanto, se quiere profundizar en el debate sobre la economía espacial relacionada con la formación del territorio brasileño, tributarias de una "red urbana de tiempo lento" (Costa y Scarlato, 2009) 10 articulada por caminos y fundamentada en villas y ciudades que representan lo urbano en el siglo xviii.
Lo urbano en el Brasil colonial: una universalización
La franja atlántica del Brasil colonial concentró, durante dos siglos, la producción agrícola-extractiva de mayor importancia económica para Portugal. Sin embargo, la historia y la geografía ya han demostrado que estas áreas estaban vinculadas a asentamientos urbanos dispersos y desempeñaban un papel nodal en el control del territorio colonial (Abreu, 2002; Furtado, 2014; Moraes, 2000; Prado Jr., 1961; Vasconcelos, 2000).
Respecto a la urbanización colonial, Araújo (2000) indica que el establecimiento de la villa instauraba la legitimidad del poder administrativo sobre el espacio y la vida social regulada. La villa era una unidad política de ocupación, control y uso del territorio; centro de la instancia político-administrativa real con un nivel jerárquico más bajo.
En la lógica de la expansión portuguesa, los centros urbanos ocupan un lugar indudablemente prominente. Casi siempre de ellos se proyectaron y/o fijaron los sucesivos avances logrados, tanto en términos de la expansión comercial de la red, como en términos de la expansión territorial en sí. De hecho, no es nada nuevo decir que el "imperio" portugués en el mundo se construyó sobre una red de ciudades que conectaban los tres océanos en una superestructura de relaciones culturales, económicas y políticas durante tres siglos. Esta estructura, que era relacional, también era flexible, en el sentido de que su fuerza residía en su capacidad de transformación y adaptabilidad.
Se puede decir que el periodo colonial brasileño presentó la lógica política de establecimiento de los centros urbanos comandados por la productividad del campo, siendo las villas necesarias para la administración, defensa y circulación territorial, especialmente desde el siglo xviii. Tal lógica deja pistas sobre la naturaleza urbana del Brasil de dicho siglo. Según Pessôa (1999, p. 80), incluso los pequeños centros urbanos en la región azucarera, en las minas y aquellos estratégicos para la ocupación del territorio obedecían a "una serie de reglas funcionales que definen singularidades capaces de caracterizar los tejidos urbanos coloniales". Se entendía la importancia de estos centros para la ocupación y el uso del territorio, no siempre para incorporar, de inmediato, normas urbanísticas; el conocimiento urbano portugués era algo más flexible cuanto más pequeña (en tamaño e importancia) era la formación urbana. Hubo un enfoque morfológico mucho más inclinado hacia los métodos de construcción y experiencias en urbanización, que a la determinación de un modelo extremadamente rígido.
Teixeira y Valla (1999, p. 125) evaluaron la diversidad de situaciones en las que se establecieron las villas, sus variaciones físicas y el desempeño de los agentes de producción espacial urbana.
Cada ciudad colonial tenía características particulares, que las diferenciaban unas de otras, y que resultaban de los roles específicos que estaban destinadas a cumplir y las diferentes condiciones materiales y culturales con las que se enfrentaban. Sin embargo, todas estas ciudades compartían los mismos modelos de referencia, lo que les daba una identidad común y un carácter portugués incuestionable. A pesar de la forma aparentemente informal en que se estructuraron y desarrollaron los nuevos asentamientos urbanos, los modelos y la tradición urbana en los que se basaron fueron lo suficientemente fuertes como para garantizar una identidad formal y estructural. Este hecho ayuda a comprender la continuidad de formas y estructuras que muestran las ciudades construidas por los portugueses, a pesar de la gran variedad de contextos --temporales, geográficos y culturales-- en los que se construyeron.
Estas herencias y procedimientos en la producción urbana brasileña necesitan más estudios, en particular las pequeñas formaciones urbano-rurales de las áreas agrícolas, como las de Recôncavo Baiano. Antonil (1976), a principios del siglo xviii, dijo que no sólo la ciudad, sino la mayoría de los habitantes más abundantes del Recôncavo, se sostenían de la carne del rastro, "e da que se vende nas freguesias e vilas, e que comumente os negros, que são um número muito grande nas cidades vivem de fressuras, bofes e tripas, sangue e mais fato das reses, e que no sertão mais alto a carne e o leite é o ordinário mantimento de todos".
Pessôa (1999) analiza que, a lo largo de la costa del noreste y en el Recôncavo Baiano, una red de pequeñas villas establecidas en las colinas garantizó la seguridad y el control portugués sobre el territorio agrícola. Sin embargo, para el caso de Recôncavo Baiano, no hay consenso entre los investigadores sobre la dimensión del fenómeno urbano a principios del siglo xviii. Santos (2005), al abordar la urbanización pretérita en Brasil, consideró que, a partir del siglo xviii, ella ganó impulso, en el xix alcanzó su madurez y, en el xx adquirió las características actuales.
En este mismo sentido, Abreu (2002) defiende la existencia de una extensa red de suministro en el mercado interno, evidenciada en el siglo xviii y dirigida por los grandes comerciantes urbanos de la colonia, los llamados negociantes de grosso trato.11 Existe un cierto consenso respecto a la fuerza del fenómeno urbano en el siglo xviii, pero no se determina su tamaño ni ubicación. Reis (1998, pp. 489-491) reconoció que un proceso más intenso de urbanismo y urbanización en Brasil ocurrió sólo en la segunda mitad del siglo xviii, en el periodo Pombalino, con el establecimiento, a mayor escala, de una población urbana permanente. Como una lectura general, el autor refiere:
No había condiciones para una economía urbana. Villas y ciudades tenían roles eminentemente administrativos. No hubo intercambios urbano-rurales. Pero hubo intercambios innegables entre la retaguardia rural, que era Colonia, y los mercados urbanos europeos. A través de villas y ciudades, la Corona ejerció control sobre el proceso de colonización. [...] las villas y ciudades eran un punto de apoyo y un medio para controlar la colonización.
Además de esta lectura general de Brasil, en los centros urbanos más dinámicos con más de 1 000 habitantes, precisamente porque no había autonomía productiva, se articuló una economía espacial colonial o un sistema complejo de producción material mediado por el trabajo y la generación de valor(es) depositados en los lugares (Costa y González, 2019). Tales aglomeraciones dependían de relaciones reticuladas, internamente y con otras villas y ciudades (véanse mapas 1 y 2), produciendo, aunque a pequeña escala, una vida y economía típicamente urbana, con la oferta de servicios, generación de centralidades y atracción de flujos regulares de productos, además de la administración y defensa del territorio (Andrade, 2013; Costa, 2011; Maluly, 2017b). El proceso de producción de las ciudades, a lo largo de la historia, está relacionado con la dialéctica entre las necesidades humanas, la culturalización de la naturaleza y la división técnico-social del trabajo (Alvarado-Sizzo, 2019; Scarlato y Costa, 2017). La vida social aglomerada siempre ha impuesto algún tipo de circulación e intercambio.
Fridman (2005, p. 68) considera que el comienzo de la integración de la red de ciudades y villas en el siglo xviii fue decisivo en la ocupación y el uso del territorio. Según la autora, engenhos y haciendas estaban en los termos;12 para asuntos prácticos de defensa y transporte, la ciudad y el campo se entrelazaron para definir un solo locus funcional que sirviera a los intereses de la corona; los caminos abiertos entre las unidades productivas así lo señalan. Para Fridman, la red urbana brasileña del periodo requiere un estudio más allá de la identificación de los sitios elegidos para puntos nodales, articuladores de las regiones, porque esa continuidad recalificaría la comprensión del espacio colonial como, por definición, urbano. Sin embargo, esta definición de lo urbano no puede ocultar la comprensión de que el surgimiento de la ciudad como una negación-afirmación dialéctica del campo mantiene la esencia de lo urbano en la historia (Scarlato y Costa, 2017).
El diálogo con los autores, sujeto a la posible inexactitud de las estadísticas del periodo colonial y la naturaleza diversa de las fuentes consultadas, presenta una población absoluta de algunas ciudades y villas de Brasil,13 y articula algunas premisas referentes a la urbanización del territorio colonial brasileño a fines del siglo xviii (véase mapa 1). Conviene mencionar, con Carrara, Valencia, y Grava (2018), que la entrada de incertidumbres en la representación, que garantiza una aproximación de la realidad, puede realizarse intuitivamente desde el conocimiento del investigador o expresarse formalmente en términos de geoprocesamiento para descubrir áreas.
Fuentes: Biblioteca Real da Ajuda (1782), Fonseca (2009, p. 122), Prado Jr. (1961, p. 52), Andrade (2013, p. 198), Costa (2011, p. 58), Maluly (2017b, p. 117).
Es notorio sobre lo urbano brasileño del siglo xviii que la estrategia portuguesa de dominio político y administrativo sobre el territorio se produjo con la construcción de villas y ciudades, a pesar de que tuvo la acción previa de la formación de la Iglesia constituyendo freguesias, abriendo caminos, catequizando a los indígenas; fue un dispositivo para un mayor alcance espacial de la colonización. Estas formaciones urbanas, relativamente pequeñas, escasamente pobladas y distantes entre sí (véase mapa 1), marcan el control de la corona sobre el territorio, con normas estrictas y la imposición de la fuerza.
Aunque no hubo una uniformidad intraurbana preestablecida entre todas las villas coloniales, hubo similitudes resultantes de los conocimientos urbanos portugueses que, si no se asociaron directamente con los ingenieros militares, se debieron a la acción del poder local; fue regulado por Câmaras14 que, dirigidas por hidalgos, reproducían una tipología urbana con varios elementos coincidentes, ya sea en una villa del sur (como la villa de São Pedro de Rio Grande), las fronteras norte-oeste (como las villas de Macapá y Cuiabá) o costera de Brasil (como la villa de Jaguaripe).15 La plaza central que agrega Igreja Matriz, Casa da Câmara y Cadeia, un diseño relativamente regular de calles que llegaron o salieron de la plaza, con adaptación topográfica en las crestas, fue una morfología repetida en parte de las villas y ciudades coloniales del siglo xviii.
La extensión del territorio brasileño y la dificultad histórica de ocupar el interior generaron una variedad en cuanto al periodo y el nivel de urbanización, la integración de los centros urbanos dentro del alcance de cada región e interregiones y en cuanto a los agentes de producción del espacio urbano. En términos generales, considerando las variaciones dentro de cada grupo, es posible hablar de formaciones costeras, mineras, amazónicas, de la frontera sur y del oeste (véanse mapa 1 y 2), en un conjunto de especificidades o diferencias internas que caracterizan la urbanización de estas regiones, lo cual se sugiere aquí.
Los agentes de producción espacial urbana no se repitieron. Aunque algunos aparecen en todo el territorio, como los agentes de la corona (câmara, defensa y control)16 y la Iglesia, sus acciones fueron diferentes, como se verá en Recôncavo y Minas Gerais.
En este periodo de urbanización brasileña se distinguió la franja costera, ocupada por ciudades y villas importantes, así como la región de fronteras-minas-caminos-bandeiras17 de ocupación más dispersa. Hubo ciudades y villas costeras con una población absoluta en aumento y, en algunos casos, en disminución, como resultado de la migración a la región minera (véase mapa 2). La atracción demográfica de las nuevas minas, incluso en las zonas fronterizas (como Vila Bela-Mato Grosso), tenía una población similar a la de Cachoeira-São Félix (en el Recóncavo de Bahia), ya ocupada desde el siglo xvii.
Fue singular la urbanización del periodo Pombalino (1750-1777).18 La estrategia de elevar las villas a las ciudades, difundir la urbanización como un símbolo del poder de la corona en el territorio, se evidencia por las fechas de erección de los nuevos núcleos del Amazonas, desde el oeste y el sur de Brasil, además de la costa sur de Bahia. En áreas de ocupación ya consolidada (costa atlántica), esta orientación perdió su significado (véase mapa 2).
Es posible imaginar una "red urbana de tiempo lento" en Brasil en el siglo xviii (Costa y Scarlato, 2009). La minería estimuló la articulación e integración de diferentes regiones brasileñas, así como la compleja relación territorial y la caracterización de lo urbano. El papel político-económico asumido por las villas o ciudades y la nueva producción urbana de la zona minera se refleja en la densidad demográfica de Mariana, Vila Rica y São Joao del Rei, en Minas Gerais, en el tercer cuarto del siglo xviii (véase mapa 1).
Con Scarlato y Costa (2017) es posible decir que la sociedad urbana colonial incorporó dramas existenciales de aquel momento, del habitar y el construir en tanto modo de ser y existir espacialmente; drama que surge del distanciamiento entre sociedad-naturaleza, lo que hace que el mundo urbano esté dotado de relaciones complejas: conflictos sociales, luchas por el poder político y económico territorial, a través de símbolos e imágenes inherentes a los arraiais, villas y ciudades. El esfuerzo de las digresiones en lo urbano colonial hace posible decir que tal fenómeno constituye una de las bases de la formación territorial brasileña, junto con la economía espacial que depende de ella, como se analizará.
Lo urbano entre el Litoral y los sertões: camino a la particularización
Litoral y sertão son términos genéricos circunscritos a vastas áreas del territorio. La costa no se entiende como un espacio continuo y homogéneo, sino que se compone de poblaciones dispersas. Los sertões son lo "desconocido" interior, con referencias del sertão "próximo" en los alrededores de Recôncavo Baiano o Minas, y de los sertões más allá de los límites de Tordesilhas.
Estos recortes del Brasil colonial no pueden entenderse como regiones aisladas. Con diferentes usos y periodos de ocupación, los sertões estaban articulados por caminos que los conectaban con la costa.19 La relación entre las regiones era física, con jerarquías de poder y flujos de productos e ideas, configurando redes técnicas que, aunque dispersas, conectaban centros de asentamiento interior con las ciudades costeras (véase mapa 2). Sobre los territorios coloniales en red, Thomaz (1994, p. 208) explica que "[l]a mayoría de los imperios basaban su unidad política en una unidad económica y cultural, que presupone la circulación de bienes, personas e ideas, por lo tanto, un sistema de comunicación, una estructura de red".
En la franja costera ocupada primero, se formaron los lugares de asentamiento más densos de los siglos xvi y xvii (véase mapa 2): eran espacios con producción orientados a los intereses de Portugal y vinculados a un puerto-aduana que controlaba las exportaciones. Esto se evidencia en los requerimientos de la primera mitad del siglo xviii, cuando, por ejemplo, se discute, entre los puertos de Salvador y de Rio de Janeiro, el transporte y el suministro de azúcar, harina (Arquivo Histórico Ultramarino, 1722), mandioca, mandioca y azúcar, de munición (Arquivo Histórico Ultramarino, 1724) de caballos (Arquivo Histórico Ultramarino, 1726), estos últimos destinados "para o reino de Angola", de oro "e mais gêneros proibidos" (Arquivo Histórico Ultramarino, 1740).
Los documentos originales mencionan los flujos de productos que salieron del Recôncavo Baiano (ocupado y pacificado) y cruzaron los sertões hacia Minas Gerais. Los ejemplos son aquellos que se ocuparon de la necesidad de controlar lo que circulaba en las carreteras (Arquivo do Exército Português, 1733), o las solicitudes a la corona portuguesa para abrir nuevas carreteras que facilitarían el acceso "das minas p.a os portos de mar" (Arquivo Nacional da Torre do Tombo, 1756). Se puede decir que tres grupos de rutas terrestres partieron-llegaron a la Bahia de Todos os Santos y al puerto de Salvador: los que fueron al norte, más vinculados al ganado, los que fueron a las minas al oeste (suministro y disposición de minerales) y aquellos que, bordeando la costa sur, conducían al puerto de Rio de Janeiro (Andrade, 2013). Estos documentos del siglo xviii 20 ratifican la idea de una economía espacial que conecta el territorio colonial impulsada por las minas continentales y articulado a la costa por caminos que cruzaban el interior y tenían los centros urbanos como entes de control sobre lo que se producía y circulaba.
Los sertões eran lo "desconocido" en el interior, inaccesibles para parte de los colonos y penetrado por aventureros en busca de metales y drogas o especiarias para ser comercializado en el imperio portugués.21 Con la expansión de la ocupación de la franja costera y el despertar de intereses hacia el interior del continente, los caminos y los pousos de los sertões gradualmente se hicieron conocidos, mapeados y ocupados.
El descubrimiento de oro, plata y diamantes en las minas de los sertões formaron un territorio de asentamiento abrupto, cuyo flujo no tiene precedentes en la historia del Brasil colonial, de modo que, a fines del siglo xviii, las villas mineras se encontraban entre las ocupaciones más densas de Brasil. Pinto (1987, pp. 111-116) describe:
Não há nada que nos possa dar uma ligeira ideia sequer do alvoroço geral que produziu a notícia da descoberta das grandes jazidas de ouro no interior. Espalhada a notícia por todo o Brasil e no reino, as migrações em massa tornar-se-ão espantosas: das cidades, das vilas, dos recôncavos, ao fundo dos sertões, acorrerão brancos, pardos, negros, índios [...] Os lavradores partem com seus negros ou os vendem para serem levados às minas, por altos preços de que não tinham sonhado em tempo algum; emigra a gente hábil dos engenhos, feitores, mestres, purgadores, carpinteiros das caixas, e outros de ofícios necessários à indústria [da cana], que todos corriam entusiasmados à chamada da fortuna. Para as minas vão também os animais de carga, mulas, bois, cavalos, tão preciosos para os engenhos, onde eram disputados nestes por elevadas somas para transportes.
Los documentos históricos citados dan pistas sobre el sertão de transição entre el litoral ocupado y las minas de migración. Los caminos del flujo de bienes y la producción minera se consolidaron con los nuevos asentamientos, pousos de tropeiros,22 ferias y freguesias; estas entendidas por el donatário23 y/o la corona como nodos importantes en la articulación entre las dos áreas, elevadas a villas donde se instituyó el poder formal del rey, ampliando la posibilidad de control sobre el territorio y sus flujos.
Los caminos para el traslado del ganado de los sertões para las áreas más pobladas (en la costa o las minas) y para las ferias resultantes se mencionaron en textos del siglo xviii; un ejemplo fue una solicitud de residentes de la costa norte de Salvador (parroquias de Santo Amaro da Ipitanga y São Sebastião do Passé), quienes exigieron que el rey interviniera en los excesos del capitán Luiz Pereira Almeida, respecto al control de carreteras y productos en el ganado de Capoame (Arquivo Histórico Ultramarino, 1734). En el documento, los solicitantes indican que "vivem e morão a beira da estrada do sertão desde o eng.o da Matta de São João athé a borda da Matta"; se referían al camino (relativamente cerca del Recôncavo Baiano), porque estaba ocupado y, aun así, se nombraba como sertão. También hay una indicación de ganado que se dejó en los sertões para ser vendido en la dicha feria de Capoame.
Se presentaron importantes registros originales de flujos materiales regulares que articulaban la costa y el interior en una economía espacial basada en lo urbano; sigue el caso de Recôncavo Baiano.
Estrategia espacial de las villas en Recôncavo Baiano
En Recôncavo Baiano se presentaba una situación espacial distinta de los sertões. En la década de 1720 se crearon cinco villas: Jaguaripe, en 1697; Cachoeira y São Francisco de Sergipe do Conde, en 1698; Maragogipe, en 1725 y Santo Amaro, en 1727. Una región de ocupación y uso secular vinculada a la producción y exportación de caña de azúcar, tabaco y madera, además de los cultivos y plantaciones de yuca que servían principalmente a la subsistencia regional. El mapa 3, de la segunda mitad del siglo xviii (y mapa 1), ubica las villas mencionados con algunas rutas de conexión.24
La orden real del rey D. Pedro II para el gobernador general Antonio Luiz Gonçalves da Camara Coutinho, del 17 de diciembre de 1693 (Arquivo Histórico Ultramarino, 1727), demuestra el interés estratégico en esa región y cómo el establecimiento de villas fue consistente con la expansión del poder formal de la corona, siguiendo la ocupación ya establecida por los señores de Engenho y la Iglesia, con el recorte espacial de las freguesias.
Esta orden tuvo como repercusiones directas la creación de las tres primeras villas del Recôncavo, ubicadas en áreas de control de la producción regional y la interiorización de la ocupación (véase mapa 3). Estas villas fueron: Jaguaripe, en el sur de Recôncavo, en la barra del río del mismo nombre, al lado de la entrada sur de la Bahia de Todos os Santos; de su termo salía la mayor parte de la harina de yuca que se consumía en Salvador, en la región y se exportaba a otras partes del imperio portugués. Cachoeira, la tierra más adentro de las tres, se encontraba en el último tramo navegable del río Paraguaçú y era un pouso prioritario para quienes seguían los caminos de las zonas de los sertões y de las minas. São Francisco do Conde, en el norte de la Bahia, se implantó en una cresta junto a un lagamar donde se encuentran varios ríos y surgió el cultivo del azúcar. En diseño estratégico, las primeras tres villas que rodearon el Recôncavo y protegieron el tramo navegable de los tres ríos principales de la región. Además de estas villas, en el siglo xviii emergen Jacobina, Rio de Contas, Maragogipe y Santo Amaro, los dos primeros en las zonas mineras del interior de Bahia y el último en el Recôncavo Baiano.
La Real Orden del 17 de diciembre de 1693 (Arquivo Histórico Ultramarino, 1727) dirigió la protección de las tierras ocupadas en los siglos xvi y xvii contra enemigos internos (indígenas e individuos dispersos por los sertões, lejos de las leyes portuguesas). La orden fue dirigida al gobernador general, en la Bahia, y también a los gobernadores de Capitanias de Rio de Janeiro e Pernambuco.
Justo al comienzo del texto, D. Pedro II recomendó un mejor tratamiento y recuperación de los núcleos y fortalezas ocupadas, para "o benefício dos vassalos e conservação das conquistas" y, haciendo referencia a las personas que viven "espalhadas" en las tierras remotas como inútiles al servicio del rey, delincuentes e incumplidos de sus obligaciones cristianas, el monarca ordenó a Camara Coutinho "fazer povoações a q’ os reduzaes, fazendolhes regimentos por q’ se governem, assim no pollítico e civil, como na administração da justiça, p.ª que por este meyo se evitem as dezordens q’ costumão succeder naquelles certoes". A pesar de no figurar oficialmente como villas, las poblaciones que recomendó construir representaron en ese momento el poder del rey, más cerca del vasallo que fue pionero (ocupando y usando) el territorio.
Este documento real muestra la preocupación de la corona con la vida económica de las nuevas villas, pero también –en el caso específico de Rio de Contas– el interés en la instalación del poder formal cerca del área minera, para expandir la recaudación del quinto.25 Otra pista presente en la disposición es la delegación de obligaciones a los demás interesados en la creación de la villa, en particular los hidalgos, que ocuparon el lugar y, asumiendo los costos de implementación, se beneficiarían de las oficinas políticas, judiciales, militares y administrativas. Finalmente, la autorización otorgada a Vasco Fernandes Cesar de Meneses le permitió instalar otras villas, apoyadas por la Real Orden de 1693, sin consulta previa con el rey. A pesar de esto, después de Maragogipe (1725) y Santo Amaro (1727), ninguna otra villa fue creada alrededor de la Bahia de Todos os Santos hasta el final del periodo colonial. Esto confirma la tesis de que la ocupación en el pasado por medio de la instalación de núcleos urbanos para controlar el territorio (las cinco villas de finales del siglo xvii y principios del xviii) estimuló una red urbana regional que satisfizo las demandas de justicia, administración y poder político de la corona sobre la zona.
Cabe señalar que las villas de la región y del periodo tenían una densidad demográfica significativa y dominio técnico de la arquitectura. Aun así, tales villas y la ciudad de Salvador (capital colonial hasta 1763) concentraron una población que nunca excedió los 50 000 habitantes (véase mapa 1), incluidos los negros esclavizados, que normalmente formaban la mayoría de la población urbana. Estos escasos asentamientos representaban las densidades demográficas más significativas que sólo rivalizaban con algunos engenhos de máximo 200 personas. Aunque a veces decisiones políticas impregnaron otros agentes económicos (como los señores de engenhos, mineros, traficantes y mercaderes), fue en estas villas (sede del poder político y administrativo de la corona) donde se tomaron formalmente las decisiones.
Desde la perspectiva de la economía espacial macrorregional, es poco probable que las principales centralidades, en el momento de la mayor producción de riqueza en la colonia, fueran desacreditadas por la corona, en nombre del dominio y usufructo de la región. Silva (1964, p. 155), al analizar el cultivo de caña y tabaco, confirma la importancia del Recôncavo cuando afirma que "es lícito dudar del éxito de toda colonización sin este cultivo, tal es su valor en el asentamiento y en la ocupación del territorio costero, desde donde comenzó el arrastre del colono al interior del país". El autor es enfático cuando señala que "las ciudades más importantes de este siglo fundadas en la Capitania de Bahia están en su territorio", colocando al Recôncavo en la ocupación y uso del territorio colonial, vinculado a Minas Gerais, como se verá.
Minas Gerais y lo urbano en la economía espacial del siglo xviii
Para comprender el papel destacado de la minería, en el contexto de establecer arraiais, villas y ciudades en el Brasil del siglo xviii, es necesario indicar los elementos que caracterizan el área donde, más adelante, emerge una burguesía urbana significativa.
En Minas Gerais, la diferenciación en el sentido urbano tuvo lugar temprano (Freyre, 2003). Sin embargo, esta diferenciación tiene sus raíces en la articulación regional e interregional obtenida con la minería y más, con las actividades agropastorales, comerciales y manufactureras que acompañaron a la empresa minera y articularon diferentes áreas de la colonia. Saint-Hilaire, en el primer cuarto del siglo xix, registró las caravanas de mulas que hicieron el viaje entre São João del Rei (en la Comarca de Rio das Mortes) y Rio de Janeiro, circulando los bienes. Movimiento que entrelazó el interior de Minas Gerais y la costa. De acuerdo con el viajero,
Depois de nós, várias caravanas vieram sucessivamente aboletar-se no rancho. Vêm umas do Rio de Janeiro para São João del Rey e Barbacena, carregando *sal*; vão outras destes arredores para capital e levam *toucinho e queijos*. Estes gêneros que constituem dois ramos de comércio muito importantes para a comarca de São João transportam-se em cestas de bambu (jacá), achatados e quadrados. Cada cesto contém cinquenta queijos e dois formam a carga de um burro. Os de toucinho pesam umas três arrobas se o burro que os leva é novo, e quatro, quando já acostumado à carga. O sal é transportado em sacos.
El informe es de principios del siglo xix, pero esta dinámica resulta tanto del proceso de consolidación minera en el siglo xviii, como de sus necesidades de desarrollo endógeno y circulación de bienes. La minería contribuyó a estimular otros sectores, como la ganadería y la agricultura, en una amplia área geográfica, que abarca desde Minas Gerais, São Paulo, Rio de Janeiro, Bahia e incluso las provincias del sur, con tropas de mulas y cuero. Prado Jr. (1983) mencionó el potencial productivo del sur de Minas, contribuyendo al suministro de productos al centro norte de la provincia, con suelos y topografía menos favorables para las actividades rurales (caso de Vila Rica, Vila do Serro Frio y Arraial do Tijuco); los alimentos se originaron fuera de la región. Algunas villas, como São João del Rei, se destacaron en esta producción. Graça Filho (2003) nombró a São João del Rei como la "princesa del oeste", para deconstruir el mito de la decadencia económica pura en el área minera; además, abordó la importancia de la villa en el suministro de Rio de Janeiro e incluso de las minas. El autor destaca los principales productos exportados, en el año 1854, en el "comercio de suministros": tocino, lomo y manteca de cerdo; ganado; quesos; frijoles, arroz, azúcar y aceite de ricino.
Prado Jr. (1961) ahondó también en la producción de alimentos para consumo local y regional en las minas. Un desarrollo tan considerable que, con la escasez de metales, la metrópoli vio en esta actividad paralela la causa de la disminución de la minería. Para el autor, la agricultura desarrollada en la zona minera, casi exclusivamente para la subsistencia, adquirió un nivel más alto que el de las otras regiones similares de la colonia, luego de la actividad minera. Por esta razón, Furtado (1974) menciona que la economía minera, a través de sus efectos indirectos, las necesidades de su mantenimiento, permitió articular diferentes regiones del país, lo que contribuyó a mitigar el impacto del declive minero en algunas villas, como São João del Rei. La ganadería, la agricultura y las demandas de la actividad minera (empresa principal) promovieron conjuntamente una economía espacial más reticular, en comparación con lo sucedido, hasta entonces, en la colonia.
Andrade (2002) contribuye al análisis al considerar que en Minas su economía ha permitido la formación del latifundio basado en la producción ganadera, especialmente de ganado vacuno y porcino. La ganadería, en esas áreas más distantes, se usaba para la producción de carne, tanto para el mercado local como para grandes centros urbanos en crecimiento, como São Paulo y Rio de Janeiro.26 Para el autor, en las áreas ubicadas cerca de los centros de consumo, que tenían un clima y altitud, predominaba la producción lechera, de ahí que Minas, en la Primera República, se presentara como un importante productor de queso y mantequilla, abasteciendo el mercado interno. El proceso histórico representativo del desarrollo de la minería, junto con las actividades que lo acompañaron (ya sea para satisfacer las necesidades locales o externas), fue responsable de la economía espacial del siglo xviii, debido a una red urbana de "tiempo lento", que fomentó las relaciones inter e intrarregionales y unió el centro-sur y el noreste del país (Costa, 2011; Scarlato, 2008).
La minería articuló el territorio colonial debido a su situación geográfica, falta de suministro, escasez de productos alimenticios y animales de carga. Los estados actuales de Minas Gerais, Cuiabá, Mato Grosso, Goiás y el propio noreste, el estado actual de São Paulo y el sur del país comprendían la inmensidad del territorio, en conexión gradual. El mapa 4, del siglo xviii, representa la Capitania de Minas Gerais y sus áreas de contacto fronterizo, las capitanias de Goiás, São Paulo, Rio de Janeiro, Bahia y Pernambuco.
Azevedo (1956) es una referencia importante para comprender las villas creadas en Minas Gerais en el siglo xviii. Para él, la minería provocó que la urbanización se liberase de una vez por todas de la costa, llegando al Amazonas (véase mapa 2). El autor resume que el bandeirismo, que penetra en la Chapada Diamantina y el valle medio de San Francisco, la expansión pastoral en el interior del noreste, la obra misionera amazónica, además del ciclo muar del Sur, son algunas de las actividades que favorecieron la creación de villas en Brasil en ese momento.
Azevedo define dos áreas de mayor relevancia urbana y de relativa continuidad: la región baiano-nordestina, que comienza desde la Baixada Maranhense hasta la parte baja de Mucuri, con mayor penetración en el sertão el Noreste del este y en el tramo ubicado al norte del Recôncavo Baiano; así como la región paulista-mineiro-fluminense, que se extiende desde la desembocadura del río Doce hasta la isla de São Francisco, con mayor penetración en el área del oro y diamantes de Minas Gerais y en la meseta paulista-paranaense. Considerando la complejidad que caracteriza la formación urbana, la apropiación y los diversos usos del territorio, las formas de vida típicamente urbanas, la zona de oro y diamantes suma una importante experiencia urbana en el Brasil (Costa, 2011; Scarlato, 2008).
Según Reis (1968), los siglos xvi y xvii se concentraron, principalmente, en la construcción de villas en el Noreste, Espirito Santo, Rio de Janeiro y São Paulo, con énfasis en este último, que erigió 16 villas y ciudades en 200 años (véase mapa 1). Reis (1968) indica que, en Minas Gerais, entre 1700 y 1720, se erigieron ocho villas; Pernambuco, Bahia, São Paulo, Maranhão, Santa Catarina, Piauí y Ceará, una villa en cada capitania, en el mismo periodo. El mapa 1 muestra las principales villas que forman parte de la red urbana de "tiempo lento", cuando tales ubicaciones articulaban el vasto territorio minero a otras regiones de la colonia (véase mapa 5).
El mapa 5 es una síntesis cartográfica del análisis realizado hasta el momento. Revela las bases territoriales de la economía espacial vinculadas a la naturaleza de los intercambios que articulan ciudades, villas y arraiais en Bahia, Sertões y Minas. Existen múltiples interconexiones de estos territorios, basadas en las rutas indicadas y los flujos continuos y discontinuos de productos, bienes y personas. Esta representación se basa en las encuestas documentales y las bibliografías utilizadas hasta ahora, para contribuir a la geografía histórica y la historia económica del Brasil del siglo xviii, incorporando el sig como una metafuente (Carrara, Valencia, y Grava, 2018).
Fuentes: elaboración propia con base en datos de la Biblioteca Real da Ajuda (1782), Prado Jr. (1961, p. 52), Fonseca (2009, p. 122), Andrade (2013, p. 198), Costa (2011, p. 58), Maluly (2017b, p. 117), Gil y Barleta (2016, p. 37).
En resumen, el mapa 5 expresa los flujos que deben leerse a través de las bases territoriales resaltadas y los catalizadores de la economía espacial figurativa. Recôncavo Baiano produjo y distribuyó bienes de carácter local-regional (tabaco, azúcar y harina, yuca, municiones y caballos, por ejemplo). La gran área minera más poblada fue el epicentro de la circulación interregional de oro en polvo y mulas, impulsando así el comercio interno. La agricultura tenía un carácter de oferta local, hasta principios del siglo xix, cuando progresó a lo largo del eje São Joao del Rei-Barbacena-Rio de Janeiro, con productos derivados del ganado vacuno y porcino, como el tocino y el queso, además de la agricultura, con arroz, frijoles y aceite de ricino. La ganadería fue el eje de la interconexión de los sertões con las otras regiones, llegando a las provincias de São Paulo, Nordeste, Goiás y Sur. Otro elemento relevante para pensar en la economía espacial del siglo xviii es la esclavitud africana e indígena, cuando la trata de esclavos adquirió una nueva dimensión. Bertran (1978) presentó datos sobre esta circulación territorial a fines del siglo xviii, desde las minas de Goiás: 65% del movimiento comercial en la región minera de Goiás fue con Bahia y 25% con Rio de Janeiro. En 1806, Bahia ya representaba 45% de las importaciones de Goiás, Rio de Janeiro con 15%, superado por el flujo de São Paulo, con 26% de esa importación. La dependencia de los puertos se mantuvo fuerte (70% de las relaciones comerciales; pero el 30% restante indicó el establecimiento de un flujo económico interregional).
Para Straforini (2008), la minería deja de ser un evento puramente económico para convertirse, sobre todo, en un evento geográfico, ya que permitió la interiorización de la metrópoli mediante la instalación de un amplio sistema de circulación, especialmente terrestre (véanse mapas 1, 2 y 5). Saint-Hilaire (1975, p. 120) ratifica la ola de urbanización del siglo xviii pavimentada por actividades relacionadas con la minería, en su viaje a Goiás,
A pouca distância do Corumbá eu tinha encontrado uma numerosa tropa que se dirigia para Cuiabá, e à beira do rio uma outra aguardava a sua vez de passar. Conversei com o mercador a quem pertencia essa tropa e ele me disse que era composta de sessenta bestas de carga. Levava também uma dúzia de molecotes da Costa da África, e estava vindo de S. Paulo com destino a Cuiabá. Achava que seria forçado a vender a longo prazo quase toda a sua mercadoria, não esperando poder retornar a S. Paulo antes de dois anos.
Con el enfriamiento de la minería, a finales del siglo xviii, la dirección de los flujos económicos (minas-puertos) perdió dinamismo. Sin embargo, se establecieron las bases para una mayor articulación territorial y prominencia urbana, con subsidio de los sertões, lo que se demostrará con el establecimiento de los registros fiscais que, unidos a las aglomeraciones, ratifica la ciudad como símbolo de poder político, económico, militar y religioso, en definitiva, de control (Scarlato y Costa, 2017).
Los registros de los sertões, entre Minas y Bahia
Ya hemos tratado cómo el fenómeno urbano, estratégicamente regional, causó incipientes redes de circulación en el Brasil del siglo xviii: Recôncavo Baiano, con sus villas ubicadas alrededor de la Bahia de Todos os Santos y conectadas a Salvador; Minas Gerais, capitania del oro y diamantes en el interior, nuevo polo migratorio del siglo xviii. Dos áreas productoras de lo urbano y tejidos urbanos peculiares, en cierta medida, para el sustento interno y para conectar, en la medida de lo posible, otras regiones que componen la imagen compleja de la colonia. Para finalizar el análisis, se presentará lo que esencialmente conectó estos dos entornos diversos y distantes: el sertão o los sertões.
Más que un lugar, el sertão fue un proyecto. Palabra recurrente en el vocabulario brasileño, debe cuestionarse cuál era en realidad el sertão durante el siglo xviii. Para Moraes (2009), describir el sertão ha sido un desafío para el trabajo geográfico en Brasil. Hay diferentes formas de problematizarlo, dependiendo también de las fuentes. Es de destacar que los sertões no estaban vacíos, sino poblados y ocupados. Con el uso del sig, se representará una circulación en los sertões e intentos de control territorial a través de registros fiscais (véanse mapas 6 y 7). Se agregó una visualización de esta circulación basada en el análisis de las redes sociales (véase diagrama 1). Los mapas 6 y 7 y el diagrama 1 complementan las anteriores.
Anastasia (2005) estudió las características de los sertões, especialmente en el territorio de las minas. Para la autora, sierras, caminos y bosques, en esta capitania del interior, presentaban peligros predecibles e imprevistos, reales e imaginarios. La violencia colectiva o interpersonal ya estaba presente en Minas durante todo el siglo xviii: ladrones, quilombolas, vagabundos, contrabandistas y monstruos de las más variadas cepas habitaban estas áreas, concretas e imaginarias. Para Anastasia (2005), la violencia constituía los sertões de manera multiforme y difícil de aprehender. Estos eventos no fueron puntuales, sino que formaron parte de una red de solidaridad compuesta por esclavos, libertos, mestizos, hombres tanto blancos pobres como potentados; generalmente agricultores ricos y, a menudo, representantes del rey de Portugal. La formación de estos territorios no fue unidireccional o lineal, lo que debe considerarse en la compleja trama de la economía espacial brasileña del siglo xviii.
A pesar de la discontinuidad de los sertões, el mapa 5 inicia su representación y es posible profundizar en su caracterización. Los datos producidos en el pasado son inherentemente contradictorios y dispersos, por lo que ahora resulta un gran desafío para reunir fuentes y técnicas para responder a esta demanda. Había una red de villas interconectadas por caminos oficiales y de contrabando y, aun así, una red fluvial de gran interés para el flujo de personas y productos, cuando las rutas terrestres no eran suficientes o estaban bajo una fuerte supervisión por parte de la corona portuguesa. Se debe buscar un denominador territorial común a estos elementos.
Ivo (2012, pp. 197-198) se dedicó a las fuentes que trataban los registros fiscais. En resumen, la autora explica,
Por volta de 1700, surgiram os registros de fronteira, verdadeiras alfândegas internas [...]. Nos registros fiscais, eram cobrados os direitos de entrada, os impostos que incidiam sobre as mercadorias importadas e o subsídio voluntário, pago pelas estalagens que comercializavam, basicamente, aguardente. [...] Os registros instalados ao longo das passagens terrestres e fluviais foram importantes mecanismos de arrecadação tributária, multiplicando-se na medida em que cresciam o descaminho e o contrabando de ouro.
A partir de los registros fiscais, es posible conocer los elementos analizados hasta ahora: la circulación de personas y bienes, la conexión de las villas con el sertão, la importancia de los cursos de agua en estos establecimientos y, sobre todo, el poder de la corona sobre el territorio. Son evaluados los registros fiscais ubicados entre Minas Gerais y Bahia, los cuales también estaban presentes en otras regiones de Brasil.27
Ivo (2012) realizó una encuesta documental en varios archivos en Minas Gerais. El mapa 6 es el resultado del esfuerzo de recopilación de datos respecto a: a) la cantidad de "homens de caminho" (viajeros y comerciantes de diversas naturalezas) que pasaron por los registros fiscais mineros; b) la cantidad de "passagens" que han sido documentados (el mismo operador podría pasar más de una vez por el mismo registro fiscal, dependiendo del interés de su negocio); c) las villas de Minas Gerais, y d) la red fluvial.
El mapa 6 muestra que las villas mineras estaban controladas por una serie de los registros fiscais que monitoreó estratégicamente el flujo de personas y productos en los caminos entre Minas y Bahia. Los registros de Galheiro, Inhacica y Jequitinhonha fueron los más frecuentados, con una mayor cantidad de los "homens de caminho" e, igualmente, tenía un mayor número de registro de "passagens", junto con el registro de Araçuaí que, aunque no era tan frecuentado en términos absolutos, era, proporcionalmente, de gran interés para el control real debido a su ubicación cerca del río Jequitinhonha. La ubicación de estos registros respecto a los ríos es un factor estratégico. Con la excepción de Pitangui, que se encontraba en la villa de Pitangui, todas las otras estaciones se instalaron junto a ríos de flujo intenso para el siglo xviii, componentes de la cuenca de São Francisco. Una concentración de registros en el río Jequitinhonha-Araçuaí, el área con mayor incidencia de contrabando. La ubicación de estos registros, por lo general, era en la cabecera de los ríos, ya que la mayoría de los cruces se realizaban donde el agua aún era poco profunda. No habría necesidad de instalar registro en sus partes profundas.
Fuentes: elaboración propia con base en datos de Biblioteca Real da Ajuda (1782), Fonseca (2009, p. 122), Gil y Barleta (2016, p. 37), Ivo (2012, p. 252), Prado Jr. (1961, p. 52), Andrade (2013, p. 198), Costa (2011, p. 58), Maluly (2017b, p. 98).
El mapa 7 complementa al mapa 6 destacando, en los registros fiscais, no la cantidad de "passagens" documentadas, sino de negros y mulatos (esclavos y libres) que pasaron por allí en tanto "homens de caminho", "que conduziam seus produtos ou os de seus senhores" y que eran "agentes que integran actividades económicas entre los sertões" (Ivo, 2012, p. 262).
Fuentes: elaboración propia con base en datos de la Biblioteca Real da Ajuda (1782), Fonseca (2009, p. 122), Gil y Barleta (2016, p. 37), Ivo (2012, p. 252), Prado Jr. (1961, p. 52), Andrade (2013, p. 198), Costa (2011, p. 58), Maluly (2017b, p. 98).
La diferencia entre los mapas 6 y 7 estriba en el registro de Rio Grande y, de manera menos acentuada, para el de Araçuaí; en términos generales, las tendencias de circulación son las mismas. El registro de Galheiro tendría una importancia estratégica y económica mucho mayor que la de Rio Grande y Jequitinhonha, según las cifras indicadas. Por lo tanto, el mayor flujo de personas y bienes en la Capitania de Minas Gerais estaría cerca de estos sertões.
Ivo (2012, p. 300), fuente principal para la elaboración de los mapas 6 y 7, confirma sobre esta circulación que, "del total de 2 731 hombres de caminho que circularon em los ocho registros fiscales, que trataban de controlar el comercio entre el interior de Bahia y Minas Gerais, 49 pasaron por más de um registro fiscal". Debe considerarse el movimiento de estas 49 personas a través de más de un registro fiscal durante el siglo xviii. Esto no quiere decir que decenas de miles de otras personas tampoco hayan seguido estos mismos caminos. Podríamos preguntarnos dónde estos "49 homens (e mulheres) de camino" han pasado, si las relaciones proporcionales entre los registros de impuestos son las mismas que las identificadas en los mapas 6 y 7. El diagrama 1 propone una lectura menos ortodoxa, pero revela este problema, demarcando la importancia económica regional y el control local de cada registro.
Los 49 hombres y mujeres representados se abrieron paso en años no especificados de los 700. Los ocho registros de impuestos se identifican nominalmente en el diagrama 1; el tamaño de los puntos, combinado con la mayor o menor intensidad de color, identifica su importancia en esta red de circulación. Por ejemplo, el registro de Rio Grande, el más grande y de color más intenso de la red, es más importante que el registro de Pardo, más pequeño y de color más claro. Los puntos sin identificación nominal son las 49 personas que pasaron por los registros, en ningún orden específico.
Según Gil (2011), el uso de estas redes para el análisis de problemas históricos no aspira a la exactitud. Es decir, el análisis de las redes sociales puede contribuir a enriquecer los problemas propuestos, pero el carácter escaso y heterogéneo de las fuentes presenta límites. Para el caso analizado de estas 49 personas, Rio Grande es, sorprendentemente, el registro fiscal más importante, seguido por Galheiro, Jequitinhonha e Inhacica, lo cual cambia la comprensión de la Capitania de Minas Gerais. El registro de Rio Grande tenía poca preponderancia en el control de los flujos de personas y bienes (véanse mapas 6 y 7) y, ahora, es visiblemente el nodo central de una compleja red de desplazamientos. El registro fiscal de Pardo también pasa a tener más relevancia que en las perspectivas anteriores.
Se puede concluir que, para este universo de 49 personas, pasar por Rio Grande fue más vital para sus negocios y menos difícil de evitar. Sin embargo, hubo muchos intentos de evadir el registro de impuestos. Según Ivo (2012), en los pasajes del Rio Grande y del Rio das Mortes se construyeron puentes para facilitar el desvío de los registros fiscais, según lo informado por el contratista de caminos. Respecto al registro del río Pardo, la autora refuerza que hay poca documentación disponible sobre los pasajes realizados allí. Esto se debe a la proximidad al río Jequitinhonha, un lugar de desvíos frecuentes, y porque "el espacio geográfico de los sertões, en ese momento, era el escenario de conflictos de jurisdicción; por lo tanto, las autoridades de las Capitanías de Minas Gerais y de Bahia diferían sobre sus atribuciones en cuanto al control administrativo sobre los pueblos de estas áreas, así como sobre sus actividades económicas" (Ivo, 2012, p. 217).
Estos casos ejemplifican la fluidez del sertão para la circulación de bienes, productos y personas, entre Minas Gerais y Bahia. Los caminos difíciles de identificar conectaban las villas y los registros, principalmente porque son áreas de densidad económica y litigios. Entre estas capitanias, los sertões fueron disputados según su importancia en el contexto de la economía espacial. El tema es bastante complejo, pero los documentos y bibliografías sobre el siglo xviii ayudaron a identificar el carácter espacial de la economía establecida entre las provincias. Sertões que no eran territorios vacíos o estáticos; por el contrario, su importancia se demostró en la consolidación del fenómeno urbano y la economía espacial respectiva mantenida con los esfuerzos de conexión entre Bahia y Minas Gerais.
Consideraciones finales
La tesis defendida en este artículo, que la economía espacial, la cual tuvo impacto distinto en las regiones de colonización portuguesa en Brasil, es afluente de una red de ciudades y villas que articuló el territorio, se confirma por la conexión Minas-Bahia mediada por los sertões de Brasil. Economía espacial regida por la fragmentación articulada del territorio colonial, donde la costa portuaria y el sertão de Minas Gerais estaban vinculados por caminos que conectaban lo urbano que originalmente definía interacciones regionales. Minas Gerais y Recôncavo Baiano se distinguieron en cuanto a los usos y temporalidades de la ocupación territorial, en los primeros tres siglos de colonización, lo que no impidió una marcada sinergia entre ellos, típica de la economía espacial que sostuvo el imperio portugués en el extranjero en las últimas décadas del Brasil colonial. La "red urbana de tiempo lento" mapeada en la investigación fue el fundamento de la estructura económica espacial regional.
La costa, resaltada aquí por el Recôncavo Baiano (poblada desde el siglo xvi y sede de la capital colonial hasta 1763), tenía una mayor densidad de ocupación, hasta principios del xviii, y aseguraba la explotación económica del territorio colonial a través de una red de caminos, de agua y tierra, relacionada con puertos marítimos.
Las minas interiores, especialmente las que hoy forman el estado de Minas Gerais, asumieron, desde el descubrimiento y la exploración del oro a fines del siglo xvii, un papel destacado en la economía espacial colonial dada la atracción de los flujos demográficos y la aparición de una burguesía urbana protagonista de un nuevo comercio y servicios, así como una demanda de nuevos productos.
Los sertões concentraron las rutas de cruce de las regiones, constituyeron el espacio de control (con los registros fiscais); fueron la fusión de esta "red urbana de tiempo lento", lo que caracteriza a la economía espacial del siglo xviii. Asimismo, se revisó cómo, en tierras interiores casi inhóspitas, los sertões reunieron una serie de caminos que vinculaban diferentes usos del territorio dentro de un complejo marco económico.
Fue posible presentar un análisis económico de la historia colonial brasileña, donde el espacio y lo urbano aparecen como una importante base analítica. La economía espacial indicada se produjo debido a la interescalaridad de las regiones estudiadas y no es posible ignorar su importáncia al interconectar distintos territorios en distintas épocas.
Por fin, es posible decir que la noción utilizada de economía espacial: a) dialectiza escalas económicas internas, externas y distintas de la configuración del territorio colonial; b) comprende la transmisión de estrategias o conocimientos y la interacción de productos interregionales e intercontinentales; c) incorpora las economías regionales como manifestaciones particulares de la totalización de flujos (de personas y mercancías) y fenómenos (como lo urbano) en la óptica colonial. Así, la economía espacial se configura en este estudio como una noción y un hecho relacional y interactivo, o sea, singularizador de la existencia territorial colonial aplicada al caso brasileño.
Archivos
adbn Arquivo Digital da Biblioteca Nacional.
AExPort Arquivo do Exército Português.
ahu Arquivo Histórico Ultramarino.
antt Arquivo Nacional da Torre do Tombo.
apeb Arquivo Público do Estado da Bahia.
rba Real Biblioteca da Ajuda.
Mapoteca do Arquivo Digital da Biblioteca Nacional (s. f.) Mapa da Commarca da Bahia de Todos os Santos seguindo a continuação della para o poente. ARC.004,02,014.
Mapoteca do Arquivo Digital da Biblioteca Nacional (1754). Suíte du Bresil : depuis la baye de tous lês Saints jusqu’a St. Paul. Jacques Nicolas Bellin. ARC.010,12,039.
Mapoteca do Arquivo Digital da Biblioteca Nacional (1778). Mapa da capitania de Minas Geraes: com a deviza de suas comarcas. José Joaquim da Rocha. ARC.011,05,009.