Introducción
La etnobotánica estudia la adquisición y pérdida de los sistemas de conocimiento tradicional sobre el uso y manejo de los recursos naturales, así como la distribución de este conocimiento en comunidades originarias (Hernández, 1979; Barrera, 1979; Taddei-bringas et al., 1999), promoviendo la conservación de la biodiversidad y el desarrollo de comunidades locales (Bermúdez et al., 2005).
Las plantas medicinales las han utilizado las diversas culturas desde la época prehispánica. Actualmente, todos los grupos étnicos de nuestro país practican la medicina tradicional, en la que las plantas medicinales son su principal recurso terapéutico (Estrada, 1995a; Zolla, 2005).
A finales del siglo XX la Organización Mundial de la Salud (OMS) valoró la importancia de la medicina tradicional de países con culturas originarias como son china, India y México, en donde amplios sectores de la población, sobre todo los de escasos recursos, hacen uso de ella. Lo que propició que en nuestro país las autoridades de la Secretaría de Salud la reconociera oficialmente y promovieran su uso (Huerta, 1997; Fagetti, 2011).
De acuerdo a la OMS, la enfermedad es un efecto biológico o una alteración estructural o funcional que afecta negativamente al ser humano, quien cada vez recurre al uso de las plantas medicinales que contienen sustancias útiles para propósitos terapéuticos o principios activos, que pueden ser precursores para la síntesis de nuevos fármacos (Morales, 2009), lo cual contribuye a recuperar la salud de la población, considerando que la salud es el estado de completo bienestar físico, mental, espiritual, emocional y social.
De las 30 000 especies de plantas registradas para México, se calcula que al menos el 50% se utiliza para satisfacer alguna necesidad humana y las plantas medicinales ocupan el principal porcentaje (Gheno-Heredia et al., 2011; Hernández et al., 2005). Asimismo, la investigación científica sobre las plantas medicinales ha sido relativamente escasa (Rivera, 1999), se estima que en México, la validación química, farmacológica y biomédica sólo se ha llevado a cabo en 5% de estas especies (Alonso, 2003; Huerta, 1997). Por lo que su estudio ofrece un gran potencial debido a que según las estimaciones recientes, alrededor de 15% de la riqueza florística mundial (más de 300 000 especies) posee virtudes curativas que coadyuvan a resolver las principales enfermedades que aquejan a la humanidad (Bermúdez et al., op cit; Alonso, 2010; Muñetón 2009; Romo, 2006; OMS, 1995).
Entre los estudios etnobotánicos realizados en el Valle de México, encontramos los de Barquín y Zamora (1991), las autoras recopilan información de 223 especies útiles en los municipios de Mineral del Monte y Mineral El chico, estado de Hidalgo donde predominan las medicinales con 170 especies. Vázquez y Del Ángel (2005), en su estudio muestran que utilizan 99 especies de plantas medicinales en la población de Villa de Tezontepec, Hidalgo, mencionando que las enfermedades más comunes son las digestivas, las respiratorias y las enfermedades culturales (entre las que se incluyen el “susto”, empacho, el “aire”) y Estrada (1995) quien sistematiza 1 201 plantas medicinales en diferentes estados de la república mexicana, entre los que se incluye el Valle de México.
Un estudio etnobotánico realizado sobre los habitantes de Teotihuacan prehispánico mostró un listado de 125 especies útiles, incluyendo 17 especies interpretadas como cultivadas y 108 aprovechadas que pertenecen a diferentes tipos de vegetación, se destaca que el uso medicinal es el menos identificado en Teotihuacán. De acuerdo con los usos contemporáneos, el 57% de las especies pudo ser medicinal (Vázquez-Alonso et al., 2014).
En la región del Valle de México existen estudios sobre plantas medicinales, pero no se tiene registro de estudios recientes de carácter etnobotánico en el municipio de San Martín de las Pirámides más conocido por sus zonas arqueológicas que promueven la actividad turística, motivo por el cual se seleccionaron dos localidades: La cabecera municipal y el poblado de Santiago Tepetitlán. La cabecera es un lugar que a través del tiempo se ha venido urbanizando con la consecuente pérdida de zonas de cultivo, lo cual contrasta con el poblado de Santiago Tepetitlán que se encuentra más distante del municipio y por su cercanía con la sierra Patlachique.
En la cabecera municipal por tener mayor número de habitantes y ser el centro económico, social y político del municipio de San Martín de las Pirámides, resuelven sus problemas de salud, acudiendo a los centros de Salud rural Disperso (CSRD), atendidos por un médico, una enfermera, dos auxiliares de enfermería y un jefe de región, el cual depende de los Servicios coordinados de Salud Pública del Estado de México. cuenta además con clínicas particulares con médicos alópatas y homeópatas, y algunas tiendas de plantas medicinales.
En el caso de Santiago Tepetitlán, la comunidad no cuenta con centro de salud, lo que aunado a ello, no todos los habitantes pueden recurrir a la compra de medicamentos por los costos que esto genera. Así, la investigación etnobotánica adquiere relevancia ante la pérdida del conocimiento tradicional, por lo que este trabajo intenta rescatar y sistematizar dicho conocimiento sobre plantas medicinales como alternativa para los habitantes de las localidades señaladas.
Área de estudio
Toponimia y ubicación
El territorio que comprende el municipio de San Martín de las Pirámides se llamaba chichimecatlalli, (de Tlalli: tierra, chichicimecatl: chichimeca) significa tierra chichimeca. Más tarde, los naturales de San Martín, en 1849, le llamaron Neteotiloyan, que significa “los dirigentes de Dios, que se apegan al arte de la medicina” (Martínez, 1999).
Asimismo, el nombre de Santiago Tepetitlán proviene del náhuatl tepetl, que significa cerro o sierra; ti, sílaba de ligadura eufónica; y tlan, entre: “lugar entre cerros”. Forma parte del municipio de San Martín de las Pirámides y es el más lejano, ya que se encuentra separado por los municipios de Teotihuacán, Otumba y Tepetlaoxtoc, su distancia a la cabecera municipal es de 18 kilómetros (Robelo, 1974). Se localiza al noreste del Estado de México, entre los paralelos 19° 37’ 40” y 19° 63’ 77” de latitud norte y a los 98° 45’ 40” y 98° 81’ 72” de longitud oeste, (INEGI, 2006), a 2 380 m snm (Figura 1). De acuerdo al Censo de población y vivienda el municipio cuenta con una población de 24851 habitantes (INEGI, 2010).
El municipio de San Martín de las Pirámides y Santiago Tepetitlán se encuentra en la región Xerofítica mexicana, con climas templado y semihúmedo o seco, se le considera una zona de gran diversidad florística con vegetación primaria característica, resaltan: los bosques de juníperos, pinos, y encino (Quercus sp) y el matorral xerófilo en el que abundan especies como Opuntia streptacantha, Zaluzania augusta, Mimosa biuncifera y Schinus molle, Agave spp, Opuntia sp, y cactáceas de tipo arbustivo y xerófito (Rzedowski, 1978).
También se puede encontrar otro tipo de vegetales como los cultivos de: papa (Solanum tuberosum), calabaza (Cucurbita sp), lechuga (Lactuca sativa), maíz (Zea mays), fríjol (Phaseolus vulgaris), manzanilla (Matricaria recutita), entre otros (Martínez, 1999).
Material y métodos
La metodología que se utilizó para la elaboración del presente trabajo tomó como referencia la propuesta de Hernández (1985), definiendo las siguientes etapas:
Trabajo de gabinete. Se revisaron diversas fuentes bibliográficas para obtener la localización geográfica, clima, tipo de vegetación, división política, antecedentes étnicos del área de estudio y elaboración de cuestionarios, así como la descripción morfológica y los usos medicinales de las plantas (Argueta et al., 1994; Martínez M., 1979; Martínez, M.A. 1990; Villegas et al. 2003; Villavicencio y Pérez, 2006).
Trabajo de campo. con apoyo de la gente de las dos comunidades se realizaron entrevistas dirigidas, cuestionarios y caminatas en las inmediaciones de la sierra de Patlachique, en el poblado de Santiago Tepetitlán, así como en la zona centro y alrededores de la cabecera municipal de San Martín de las Pirámides. Los cuestionarios y entrevistas se aplicaron principalmente al grupo de la tercera edad coordinado por la institución denominada Desarrollo Integral de la Familia (DIF), así como a comerciantes, agricultores, amas de casa, estudiantes y padres de familia de los tres grados de la Telesecundaria “Juan Rulfo” de Santiago Tepetitlán y estudiantes de preparatoria de la cabecera municipal de San Martín de las Pirámides.
Colecta e identificación de muestras. Se realizaron cinco colectas botánicas en los meses de mayo, junio, julio, agosto y septiembre. Las plantas fueron herborizadas (Lot y Chiang, 1986) e identificadas por medio de claves taxonómicas específicas (Rzedowski y Rzedowski, 2001) y corroboradas en el herbario de la ENcb y el herbario medicinal del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Los ejemplares de herbario se incorporaron a la colección de Plantas Útiles del Laboratorio de Etnobiología y Etnobotánica de la Escuela Nacional de ciencias biológicas, así como al Herbario Medicinal del IMSS.
Análisis. con la información obtenida durante la revisión documental y la exploración etnobotánica, se elaboraron cuadros, gráficas y descripciones taxonómicas para el análisis de los resultados.
Resultados
Los resultados obtenidos de las 96 especies vegetales de uso medicinal que se recolectaron en Santiago Tepetitlán y en la cabecera municipal de San Martín de las Pirámides, incluyen especies silvestres, arvenses, ruderales y cultivadas, que se detallan en los siguientes cuadros. conviene enfatizar que los resultados que se obtuvieron en este trabajo muestran congruencia con la percepción que las personas de esta comunidad tienen sobre la salud, que es la de un equilibrio mental, físico y emocional, si se está contento y feliz no se padecerá alguna enfermedad, en tanto que la enfermedad, según opinión de los pobladores de Santiago Tepetitlán, es cualquier cambio en la actitud que normalmente tiene el individuo, y el síntoma es de cansancio o decaimiento, lo cual coincide con el pensamiento de los antiguos mexicanos, en donde las ideas de salud y enfermedad giraban en torno a la idea de equilibrio y desequilibrio orgánico (López, 1996).
El Anexo1 presenta el total de las plantas medicinales, se incluyen los padecimientos que son tratados con éstas, el nombre común, nombre científico y familia botánica de las 96 especies registradas. Además, contiene las categorías en que se ubican las plantas según el uso que se les da con base en la clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) y problemas relacionados con la salud de la OMS en 1972 (OMS, 1995) y del Instituto Mexicano de Medicinas Tradicionales (Tlahuilli, 1997). En este anexo se destaca con un asterisco las plantas que sólo se registraron en la cabecera municipal de San Martín de las Pirámides, con dos asteriscos las que se localizaron sólo en Santiago Tepetitlán y con tres asteriscos las que fueron encontradas en ambas localidades.
De las 96 especies medicinales identificadas, 46 (47.9%) son utilizadas en la comunidad de Santiago Tepetitlán, 36 (37.5%) en la cabecera municipal y 14 (14.6 %) en ambas localidades como se destaca en la Figura 2. Las enfermedades más frecuentes en ambos poblados fueron conocidas a través de las entrevistas y encuestas aplicadas, y de acuerdo a los criterios establecidos por la CIE, se agruparon en categorías como se aprecia en la Figura 3, se incluye además la cantidad de plantas que se utilizan para contrarrestar el malestar o padecimiento.
En los Cuadros 1 y 2 se muestra la preparación y administración de las plantas medicinales, información que se obtuvo mediante las entrevistas realizadas a las amas de casa y adultos de la tercera edad (de 65 a 95 años de edad) en los dos poblados.
Forma de preparación | Número de especies | Formas de preparación (%) |
---|---|---|
En conocimiento (infusión o té) | 70 | 63 |
Hervidas | 16 | 14 |
Frotadas | 8 | 7 |
Machacadas | 8 | 7 |
En jugo | 6 | 5 |
Masticadas | 3 | 3 |
Molidas | 1 | 1 |
Vía de administración | Número de especies | Vía de administración (%) |
---|---|---|
Oral | 80 | 63 |
Aplicación local | 22 | 17 |
Lavados | 16 | 13 |
Aplicación en baños | 8 | 6 |
Aplicación nasal | 1 | 1 |
La Figura 4 muestra el grado de dependencia y el hábitat de las 96 plantas medicinales en los poblados de Santiago Tepetitlán y cabecera municipal de San Martín de las Pirámides, así como el número y el porcentaje correspondiente por cada una de las categorías.
De las 96 plantas registradas la forma biológica que predomina son las herbáceas (70), le siguen los arbustos (19) y luego los árboles (7), Figura 5.
El Cuadro 3 representa el resumen del número de entrevistas y aplicación de cuestionarios realizados en las comunidades de Santiago Tepetitlán y cabecera municipal de San Martín de las Pirámides, intervalo de edad de las amas de casa, agricultores, personas de la tercera edad, niños y jóvenes y el número de plantas mencionadas por cada grupo de edad.
Edad | Número de plantas mencionadas |
% Según la categoría antropocentrica de uso |
Género (%) |
---|---|---|---|
12-15 | 38 | 43% alimenticias 33% medicinales 24% ornamentales u otros |
♀ 51 ♂ 49 |
17-26 | 19 | 41% medicinales 38% alimenticias 21% ornamentales u otros |
♀ 40 ♂ 60 |
30-60 | 77 | 66% medicinales 34% alimenticias |
♀ 66 ♂ 44 |
65-95 | 96 | 59% medicinales 26% alimenticias 15% ornamentales u otros |
♀ 73 ♂ 27 |
Resalta de forma notable el conocimiento que tienen las personas adultas mayores (mayores de 65 años) en cuanto al uso de las plantas medicinales, respecto a los adolescentes aunque en menor cifra, también muestran el conocimiento.
Discusión
En los resultados de este estudio, la suma de las especies será mayor a las 96 plantas medicinales que se informan, esto se debe a que existen especies que tienen más de un uso, y que se preparan y se aplican en más de una forma.
Forma biológica y familias botánicas. Las 96 especies medicinales registradas, presentan tres tipos de forma biológica: en primer lugar las herbáceas con 70 especies representando el 72%, en segundo lugar los arbustos con 19 especies en un 19% y árboles con siete especies en un 8%. Estas 96 especies medicinales pertenecen a 46 familias botánicas, siendo las Asteraceae las dominantes con el 45.6%, Solanaceae 15.2%, Amaranthaceae y Lamiaceae 10.8% y Apiaceae y Fabaceae 8.6% del total, el resto pertenece a diferentes familias mostradas en el Anexo 1.
De varias de las plantas medicinales estudiadas en los dos poblados se han realizado estudios fitoquímicos, farmacológicos, inmunológicos, entre otros, que muestran la eficacia de la herbolaria como a continuación se dan algunos ejemplos.
La familia Asteraceae es uno de los grupos más numerosos con una distribución mundial de 100 géneros y 2 500 especies (Caballero y Cortés, 2001). En esta familia se encuentran especies que por estudios fitoquímicos contienen sustancias químicas denominadas lactonas sesquiterpénicas (García et al., 2000), las cuales tienen actividad biológica citotóxica e inhibición de crecimiento de tumores in vivo y actividad antibacteriana (Ciccio et al., 1977; Barrera-Figueroa et al., 2011). Asimismo, algunas plantas de la familia Asteraceae contienen flavonoides y poliacetilenos, los cuales tienen actividad biológica en el campo de los medicamentos e insecticidas. Además, los estudios químicos sistematizados han servido de soporte para estudios taxonómicos (Espitia, 1994).
La familia Asteraceae tiene gran importancia medicinal en Santiago Tepetitlán y en la cabecera de San Martín de las Pirámides, entre las que destacan cabezona (Helenium mexicanum H.b.K.), chamiso (Viguiera dentata (cav.) Spreng.), zoapatle (Montanoa tomentosa cerv.), ajenjo (Artemisia laciniata Willd.), entre otras (Anexo 1). De esta familia, el peshto (Brickellia veronicifolia (H.B.K.) A. Gray) se utiliza para el sistema digestivo por tener propiedades coleréticas y colagogas (Martino et al., 1989, Palacios-Espinosa et al., 2008), o el gordolobo (Gnaphalium spp) se usa para afecciones del sistema respiratorio (Wei-cai et al., 2011).
En cuanto a Solanaceae, es una familia que comprende de 85 a 90 géneros y cerca de 3000 especies con una distribución mundial, las de más importancia en los dos poblados por su uso medicinal son: tabaquillo (Nicotiana glauca Graham), hierba mora (Solanum nigrescens Mart. & Gal.) y toloache (Datura stramonium L.) utilizadas en enfermedades de la piel, la papa (Solanum tuberosum L.) para problemas digestivos, además se ha encontrado que tiene propiedades antioxidantes y antimicrobianas (Bontempo et al., 2013).
Algunas especies de la familia Amaranthaceae, presentan actividad antimicrobiana (Alternanthera caracasana H.b.K), (Canales-Martínez et al., 2005) y alergénica como el polen de algunas especies del género Chenopodium (C. vulvaria), según lo indican estudios inmunológicos (Ferrer, et al., 2012).
En el caso de la familia Lamiaceae, la especie Agastache mexicana presenta actividad antifúngica, debido a que la planta contiene aceites esenciales que pueden ser usados como sustituto de fungicidas químicos sintéticos en la protección poscosecha de granos, y por estudios etnofarmacológicos se encontró que actúa sobre sistema nervioso central, funciona como tranquilizante e inductor del sueño (Estrada-reyes et al., 2014) en tanto que Marrubium vulgare contiene un ácido monoterpeno llamado ácido marrubico con potencial actividad antihepatóxica (Ahmed et al., 2010).
Por estudios farmacológicos se encontró que Foeniculum vulgare de la familia Apiaceae contiene un aceite esencial y su principal componente anetol, tiene una actividad antitrombótica segura, debido a su amplio espectro de actividad antiplaquetaria, efecto desestabilizador de coágulos y su acción vasodilatadora (Tognolini et al.,2007), que fue corroborada en una fracción de cloruro de metileno del extracto de esta planta, mostrando además actividad antinflamatoria (Tettey et al., 2007; Lee et al.,2015).
La familia Fabaceae cuenta con una distribución mundial de 500 géneros y 15 mil 250 especies, ubicadas principalmente en regiones tropicales y subtropicales; sin embargo, se pueden localizar también en regiones de clima templado, como las encontradas en este poblado: huizache (Acacia farnesiana (L.) Willd.) se utiliza para problemas digestivos, además algunos estudios indican que tiene propiedades hipoglucemiantes (Bino et al., 2013) y con propiedades alergénicas (Saeed et al., 2013); bálsamo (Myroxylon balsamum var. pareirae (royle) Harms.) utilizado como analgésico (Pfützner et al., 2003); palo dulce (Eysenhardtia polystachya (Ort.) Sarg.) para problemas renales (Pérez et al., 1998) y para el aparato reproductor, estudios experimentales demuestran propiedades antibióticas (Rosas-Piñón et al., 2012).
La familia rutaceae contiene al zapote blanco (Casimiroa edulis La Llave & Lex.) el cual es usado como hipotensor en San Martín de las Pirámides y lo confirman estudios farmacológicos (Magos et al., 1998).
Respecto a la familia Lythraceae, la hierba del cáncer (Cuphea aequipetala cav.) en la medicina tradicional se usa para lavar heridas y traumatismos, pero también se ha comprobado en ensayos biológicos que tiene un potencial citotóxico (Vega et al., 2004).
Debido al elevado porcentaje (58) de plantas medicinales colectadas en forma silvestre y como se ha observado en otros estudios de plantas medicinales en diferentes zonas del país, existe el riesgo de que sean recolectadas sin dar tiempo a que se recuperen sus poblaciones evitando así el desarrollo natural de estas especies y por consiguiente, un rezago en la práctica de la herbolaria (Mendoza, 2005). La propuesta serìa promover el cultivo de las plantas medicinales en Santiago Tepetitlán.
Clasificación de enfermedades y especies utilizadas (Fig. 2). Dentro de las enfermedades frecuentes que padece la población resaltan las que afectan al sistema digestivo (principalmente dolor de estómago, vómito y diarrea), para lo cual se utilizan 57 especies, que corresponden al 30.48% del total lo cual coincide con otros estudios de plantas medicinales realizados (Hernández et al., 2005), en segundo lugar se tienen 25 especies (13.36%) como analgésicos en general, y en tercer lugar 19 especies (10.16%) para enfermedades de filiación cultural como el susto y el empacho, con 18 plantas (9.62%) con afección del sistema respiratorio como la tos, que también se destacan con altos porcentajes de uso en otras localidades del país (Nepomuceno e Ishihara, 2010), las relacionadas con la piel 17 plantas (9.09%) y las que se usan para traumatismos, (golpes y heridas) con 12 especies (6.4%); y en menor proporción el grupo de plantas que sirven para problemas urinarios, circulatorios, reproductivos, endócrinos, nerviosos.
Formas de preparación y vías de administración. Son siete las formas de preparación de las plantas medicinales que utilizan los habitantes de los dos poblados (cuadro 1), destaca en primer lugar el cocimiento o té (63%), el cual se ingiere o se usa en forma de lavados y baños; en segundo lugar las hervidas (14%), seguido de las frotadas (7%) que se administran friccionando sobre el lugar afectado; las machacadas (7%) de aplicación local, directamente ya sea en piel o fosas nasales, y otras (9%) que se ingieren en jugo, masticadas o molidas.
En cuanto a las vías de administración de las plantas medicinales, sobresale la vía oral (63%), aplicación local (17 %) la aplicación de lavados (17%) cabe hacer mención que el número de especies es diferente al total registrado debido a que existen varias especies que presentan más de una forma de preparación y de administración.
Grado de dependencia. Se destaca que las especies utilizadas presentan tres tipos de grado de dependencia: silvestres, cultivadas y malezas tanto ruderales como arvenses. Sobresalen las silvestres con un 57%, las cultivadas representan el 24%, y entre arvense y ruderal suman 19%. Entre silvestre, ruderal y arvense suman un total de 73 plantas (76%), en contraste, las cultivadas solo representan el 24%.
Del total de plantas encontradas en Santiago Tepetitlán, en la parte baja de la sierra Patlachique con vegetación de matorral xerófilo, se registraron 11 especies silvestres, que representan el 18% y nueve especies cultivadas con el 15%.
En la cabecera municipal de San Martín de las Pirámides, la zona urbana ha ganado terreno a las áreas de plantas silvestres y parcelas de cultivo, sin embargo los habitantes siguen colectando plantas de algunos terrenos baldíos y nopaleras o bien las conservan en macetas o en los jardines de sus casas e incluso las adquieren en los expendios de plantas medicinales.
Grupo de edad más involucrado. En cuanto al conocimiento que los miembros de la comunidad tienen acerca del uso de plantas medicinales, se encontró que el grupo de informantes que más conocimiento posee al respecto es el de 65 a 95 años de edad ya que ellos proporcionaron la información más amplia mencionando las 96 especies vegetales, mientras que los adolescentes conocen menor número de ellas (38), en tanto que los jóvenes de 17 a 26 conocen 19 plantas y las personas de 30 a 60 años informaron 77 de éstas. cabe aclarar que los adolescentes contestaron el cuestionario en su casa, por lo que probablemente sus padres los asesoraron en las respuestas, por lo que se justificaría el mayor conocimiento de los adolescentes, y por tanto una información sobrevalorada.
Sin embargo estos datos son un indicador de que el conocimiento sobre el uso de plantas medicinales se sigue transmitiendo y que los habitantes muy jóvenes poseen menos conocimiento.
Conclusiones
Los habitantes de los dos poblados de San Martín de las Pirámides, siguen utilizando las plantas para curar sus enfermedades. No obstante que en la cabecera municipal la zona urbana ha ganado terreno a los campos de cultivo y áreas de vegetación silvestre, las amas de casa cultivan sus plantas medicinales en un pequeño jardín o en macetas. Los pobladores de Santiago Tepetitlán disponen más fácilmente de las plantas medicinales por su cercanía con la sierra Patlachique, por tener mayor superficie cultivable (campos de cultivo, huertos), y de los caminos.
Por lo que en ambas localidades se siguen utilizando 96 especies con uso medicinal. Santiago Tepetitlán tiene 46 de estas plantas, la cabecera municipal 36 y 14 especies se usan en ambas localidades.
Además, se presentan tres formas biológicas, predominando las herbáceas (72%), le siguen los arbustos (19%) y luego los árboles (8%).
Asimismo, las familias botánicas representadas son 46, destacan cuatro, Asteraceae (43.4%), Solanaceae (15.2%), Apiaceae y Fabaceae (8.7%) y las otras familias restantes son el 32.7%.
Del total de especies estudiadas destacan las silvestres (55), seguidas de las arvenses y ruderales (18) que crecen en medios naturales y modificados por el hombre. Cabe destacar que en las plantas silvestres existe el riesgo de sobreexplotación, pues son las de mayor uso.
En relación a los padecimientos se encontró que las plantas medicinales con propiedades digestivas son las más utilizadas, le siguen las analgésicas, para las enfermedades culturales y para el sistema respiratorio.
En la forma de preparación predominan las plantas preparadas en té o cocimiento (63%) y la administración por vía oral (63%).
Finalmente, las personas de mayor edad poseen más conocimiento tradicional sobre plantas medicinales que el resto de la población.
Se entregaron dos ejemplares de la obra concluida con la información sistematizada de las plantas medicinales de las dos localidades estudiadas, uno al presidente del comisariado Ejidal y el otro a la biblioteca de Santiago Tepetitlán del municipio de San Martín de las Pirámides, con la finalidad de que las generaciones jóvenes se informen sobre la sabiduría tradicional de las personas mayores.
Términos populares usados en la descripción de síntomas y uso de plantas
Jiotes |
Enfermedad cutánea que se distingue por manchas blancas. |
Agua de tiempo |
Se utiliza como sustituto de agua para beber y se toma con mayor frecuencia. |
Algodoncillo |
Infección bucal de aspecto algodonoso debido a falta de higiene. |
Bilis |
Malestar estomacal producido después de un coraje fuerte. |
Chiquiadores |
Semillas o porción de hojas que se colocan en la sien. |
Empacho |
Indigestión y malestar general con pérdida del apetito, vómito y diarrea, provocados por algún alimento que se queda pegado al estómago o al intestino. |
Enlechado |
Cuando a un niño le hace daño la leche materna. |
Mal de aire |
Dolor de cabeza, algunas veces acompañado de vómito y mareo, debido al cambio brusco de temperatura que sufre la persona al salir de un lugar cerrado a uno abierto. |
Mal de ojo |
Influencia dañina que se atribuye a la mirada de alguien, según algunas supersticiones, provocando intranquilidad, vómito y diarrea. |
Mal de orín |
Dificultad y dolor al orinar provocado por infección e inflamación de las vías urinarias. |
Pujo en los niños |
Aumento en la temperatura de los bebés, acompañada de dolor de estómago y llanto frecuente. |
Susto |
Cualquier sintomatología además de vómito y diarrea, que se presenta al recibir una impresión brusca. |