Introducción
Los recursos forestales no maderables (RFNM), son bienes de origen biológico, distintos de la madera y derivados de los diferentes ecosistemas. Los RFNM, también llamados beneficios forestales no madereros, son la parte no leñosa de la flora de un ecosistema; constituyen recursos biológicos con diversos beneficios, por ejemplo: frutos, semillas, aceites, especias, resinas, gomas, plantas medicinales, quelites, insectos entre otros, y en su mayoría son obtenidos de manera silvestre, por recolección (Wong et al., 2001; López, 2008; Anastasio-Martínez et al., 2017).
Los sistemas para la clasificación de los RFNM son variados, desde los que usan agrupaciones por formas de vida (herbáceas, arbustos, trepadoras etc.), hasta los que emplean categorías funcionales dependiendo de los estudios (plantas medicinales, alimenticias, aromáticas, artesanales y tóxicas, entre otras) (Wong et al., 2001; López, 2008; Anastasio-Martínez et al., 2017).
El uso los RFNM por las comunidades rurales es fundamental para sus hábitos y modos de vida, tanto económicos como alimenticios. En el 2017, en México se obtuvieron 206 011 toneladas de estos recursos (Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, 2021). Entre los principales encontramos, hongos (Lara-Vázquez et al., 2013), artrópodos comestibles (Victoria-Morales et al., 2023) y quelites para su dieta diaria (Balcázar-Quiñones et al., 2020), así como plantas medicinales para el cuidado de la familia (White-Olascoaga et al., 2013) y como fuente de materias primas para la elaboración de artesianas (Robles, 2007).
Las artesanías son el conjunto de actividades que se hacen o elaboran con las manos, son una forma de expresión de las costumbres, tradiciones, mitos y creencias que establece la gente de cada región, con el medio que les rodea, generalmente se transmite de generación en generación y pueden tener una finalidad utilitaria o decorativa (Rivera et al., 2008) (Feuillet, 2011) y (Castro et al., 2018).
Se han propuesto diferentes clasificaciones para las artesanías, principalmente para aquellas realizadas por comunidades indígenas, campesinas o mestizas. Las artesanías se pueden dividir en tres tipos: arte popular, etnoartesanías y artesanías semi-industrializadas (Bustos, 2009). Siendo las etnoartesanías las que son heredables de generación en generación, tienen un profundo arraigo autóctono, forman parte de las actividades diarias de las unidades domésticas en comunidades rurales y suburbanas, y su venta se realiza por algún miembro de la familia.
Las artesanías y sus procesos de elaboración forman parte del patrimonio biocultural intangible de la humanidad. (Rivas 2018) ha reafirmado que es necesario salvaguardar este patrimonio biocultural mediante su conservación, difusión y protección. El manejo tradicional de especies útiles para la producción de artesanías es el resultado del conocimiento que ha sido transmitido de una generación a otra, por lo que la reducción de las áreas naturales trae como consecuencia la disminución en la disponibilidad de las materias primas utilizadas para la elaboración de productos artesanales y a la pérdida de los saberes tradicionales (Trueba-Sánchez, 2005).
Los productos artesanales pueden considerarse parte de la historia y tradiciones de una comunidad en particular, constituyendo un medio de identidad de los pueblos (Castro et al., 2018). El proceso de elaboración de las artesanías es fundamentalmente manual, con materiales que se obtienen del medio que rodea a las comunidades. En conjunto, crean las técnicas, los utensilios, los diseños y en algunos casos también el tipo de material a usar, que pueden ser semillas, frutos y flores (Rivera et al., 2008; Feuillet, 2011).
(López, 2008) menciona que actualmente existen más de 4.000 plantas a nivel mundial utilizadas como recursos forestales no maderables en la elaboración de artesanías, incluso muchas de ellas han alcanzado cadenas de comercialización (FAO, 2010). Sin embargo, la información sobre los RFNM utilizados como materias primas en la producción artesanal, se encuentra dispersa, algunas veces está presente como anexos en investigaciones, o en trabajos como “El catálogo de recursos forestales maderables y no maderables” de la CONAFORT y “Artesanías y medio ambiente” de FONART, los cuales permiten conocer los RFM y RFNM utilizados en la elaboración de artesanías y en qué tipo de ecosistemas se encuentran localizados (FONART 2009; CONAFORT, 2018).
Lo anterior, nos permitirá conocer la importancia de los RFNM utilizados en la elaboración de artesanías, establecer el tipo de hábitat donde se obtienen los materiales, qué tipo de recursos usan y cómo es su manejo, para tener un adecuado control de los recursos forestales no maderables y fomentar su crecimiento en la comunidad. El objetivo de la presente investigación fue conocer el uso de los recursos forestales no maderables utilizados en la elaboración de artesanías, así como registrar el hábitat de donde provienen estos recursos y el marco legal de los artesanos de la comunidad de Malinalco, Estado de México. Parte de los resultados corresponden a la tesis de licenciatura biología Magali Michua Hernández
Comunidad de estudio
La comunidad de Malinalco se encuentra ubicada en el municipio del mismo nombre en el Estado de México, el municipio se delimita por las coordenadas 18° 57’ 07’’ latitud norte y 99° 30’06’’ longitud oeste; se ubica en el subtrópico del Altiplano Mexicano, en la confluencia de las provincias fisiográficas de la Sierra Madre del Sur y el eje Volcánico y está a una altitud promedio de 1740 msnm. Su clima es semicálido, subhúmedo, con lluvias en verano, con temperatura media anual de 20.4 °C, su precipitación pluvial anual promedio es de 1 177 mm con un máximo de 260 a 270 mm en agosto y mínima de 10 mm de diciembre a febrero (INEGI, 2009).
Materiales y métodos
El método incluyó un diagnóstico sobre la riqueza florística utilizada en la elaboración de las artesanías, así como el uso de los recursos forestales no maderables, aspectos legales y económicos. De mayo hasta julio del 2020, se entrevistaron a los 20 artesanos registrados en la casa de cultura de la comunidad de Malinalco. Se realizaron entrevistas semiestructuradas con base en un cuestionario que se dividió en cuatro secciones: 1) Generalidades: nombre del informante, edad, sexo, actividad principal y de donde son originarios. 2) Manejo: cuanto tiempo llevan elaborando artesanías, en que época del año recolectan el material, nombre de la planta utilizada, parte utilizada, procedencia del recurso. 3) Marco legal: reciben apoyos para la elaboración de las artesanías y, si cuentan con permisos del municipio o de alguna otra instancia. 4) Económico: de lo obtenido por las ventas de las artesanías, ¿qué porcentaje contribuye al ingreso familiar?
Las especies utilizadas en la elaboración de las artesanías fueron identificadas con ayuda de fotografías y guías de frutos y semillas.
Resultados y discusión
Acceso a los RFNM y venta de artesanías
México es un país con un gran patrimonio biocultural, siendo la segunda nación a nivel mundial, después de Indonesia. Esta riqueza se ve reflejada en una impresionante relación entre las culturas indígenas y campesinas y los diferentes ecosistemas que habitan y su aprovechamiento. Particularmente la comunidad de Malinalco en el Estado de México posee una historia que se remonta a la época prehispánica, y actualmente es una comunidad con un alto potencial turístico. En la comunidad de Malinalco más de 100 familias campesinas y/o indígenas, obtienen parte de sus ingresos de la elaboración de artesanías, tallado de madera, fabricación de prendas y rebosos entre otras, para lo cual utilizan tanto recursos forestales maderables como no maderables, como diferentes clases de rocas y materiales textiles (Valverde y Jasso, 2018).
En Malinalco, la fabricación y comercio de artesanías es una tradición que se ha trasmitido de generación en generación. Desde su denominación como pueblo mágico (2010), la actividad ha incrementado su importancia económica. Los artesanos empezaron a comercializar sus piezas, debido al aumento de afluencia turística. La venta de artesanías les permite tener un ingreso complementario y satisfacer algunas de sus necesidades básicas (Murillo et al., 2017).
En la comunidad de Malinalco, se elaboran un promedio de 11 diferentes etnoartesanías; pulseras, collares, aretes, instrumentos musicales, diferentes adornos para decoración como flores, cortinas, lámparas, así como los denominados bules de agua, y exhibidores para sus artesanías y los denominados “arbolitos”; elaborados todos con recursos forestales no maderables. Este tipo de etnoartesanías son elaboradas y comercializadas por 20 artesanos, 17 artesanos y 03 artesanas de entre 17 y 59 años, con una experiencia de entre 5 a 30 años dedicados a esta actividad (Fig. 1).
Los artesanos son originarios de la comunidad de Malinalco, y de zonas cercanas, como San Nicolás y San Simón el Alto; y de poblaciones un poco más alejadas de la cabecera municipal como San Francisco Tepexozuca, comunidad que se localiza a 22 km de Malinalco. Del mismo modo, todos los artesanos elaboran y venden sus propios productos en diferentes tianguis y mercados regionales.
Los RFNM con los cuales elaboran las artesanías, son obtenidos por colectas de los artesanos durante todo el año (lluvias 60% y secas 40%), obtenidos de diferentes ambientes como son el bosque de pinos, selva baja caducifolia (S.B.C) y huertos familiares. Del bosque de pinos obtienen conos de pinos principalmente, de huertos familiares y S.B.C. diferentes clases de semillas y frutos.
Sales (2013), menciona que el Fondo Nacional para el fomento de las artesanías (Fonart) posee cuatro programas sociales para apoyar a los artesanos productores los cuales son: capacitación integral y asistencia técnica, apoyos a la producción, adquisición de artesanías y apoyos a la comercialización y concursos de arte popular. Sin embargo, los artesanos encuestados en la comunidad de Malinalco mencionan que no reciben apoyos por parte de instancias gubernamentales para la elaboración de sus productos.
Lo anterior se manifiesta en que, únicamente el 20% posee permiso expedido por el ayuntamiento o credencial de artesano del Instituto de Investigación y Fomento de las Artesanías (IIFAEM), para la obtención de su material del medio natural. Por otra parte, el 80% tiene permiso de venta expedido por el ayuntamiento, dando una cuota por permiso de piso, ya sea esta diaria, semanal o anual. El resto, vende sus artesanías en su casa o en negocio propio (20%).
(Rivera et al., 2008), sostienen que, al igual que en la comunidad de Malinalco, los artesanos en el municipio de Texcoco enfrentan problemas de administración y organización en sus actividades artesanales. Además, estos autores señalan que los artesanos(as) cuentan con muy pocas posibilidades de apoyos gubernamentales que propicien espacios de participación, en donde se promuevan y comercialicen sus productos.
La venta de artesanías en la comunidad de Malinalco es una actividad preponderante en la economía de las familias. Esta actividad se lleva a cabo en el centro de la comunidad de Malinalco, principalmente los fines de semana. El 70% de los participantes considera la actividad como rentable, y para 10 de los 20 artesanos, los ingresos por la venta de las artesanías constituyen el 100% de los ingresos familiares, mientras que para el 30 % contribuye con la mitad. Así mismo el 20% manifestó haber tenido pérdidas derivadas de la pandemia.
La elaboración y venta de artesanías es una actividad primordial para cerca de nueve millones de mexicanos (Garcia, 2000). La diversidad de artesanías refleja la cosmovisión de las culturas indígenas y campesinas del país, la cual evoluciona y se mantiene en la memoria colectiva, presente en la vida diaria y festiva de las comunidades, pero también son un medio para obtener ingresos económicos (Shiomara del Carpio-Ovando y Freitag, 2012). Una característica del trabajo artesano en México es que usan principalmente recursos locales, entre otros barro, ámbar, madera, plantas cultivadas y recursos forestales no maderables (Martínez-Lópezet al., 2016; Vázquez y Munguía-Lino, 2016; Camarilloet al., 2020).
En México, el uso de recursos no forestales para la elaboración de artesanías se observa en muchas comunidades indígenas y campesinas, un ejemplo es el estado de Chiapas. Beutelspacher (2009) realiza un trabajo en la comunidad Lacandona, en donde presenta a 15 especies de plantas para la elaboración de collares y pulseras, en donde destaca el uso de Enterolobium cyclocarpum (Jack.) Griseb. (guanacastle) y Rhynchosia precatoria (H.& B. ex Willd.) DC. (ojito de pajarito), como en la presente investigación.
Rivera et al., (2008), en su trabajo sobre las artesanías en Santa Catarina del Monte, Texcoco mencionan como las artesanías son un patrimonio cultural que genera empleo en las comunidades rurales. Correa y González (2016), mencionan la necesidad de crear un reglamento y/o políticas públicas, que dignifiquen a los artesanos y preserven sus valores y tradiciones culturales en la elaboración de artesanías, así como implementar talleres para ayudarlos en temas como el régimen fiscal y la elaboración de planes de negocios.
Lo anterior es de suma importancia, debido a que en el trabajo realizado por el IFAEM y gobierno del Estado de México (S.A) sobre las ramas artesanales del estado, hacen mención de 13 ramas artesanales (alfarería y cerámica, textiles, madera, cerería, metalistería, orfebrería y joyería, fibras vegetales, papelería y cartonería, talabartería y peletería, lapidaria y canteras, hueso y cuero, vidrio y gastronomía) quedando fuera las artesanías realizadas con frutos y semillas para la elaboración de collares, aretes o pulseras. Lo que permite visualizar la importancia de realizar trabajos sobre la elaboración de artesanías por las comunidades rurales y suburbanas.
Uso y riqueza de especies
Los artesanos en Malinalco elaboran en promedio de 11 etnoartesanías, con una riqueza de especies que incluye 19 taxa; de las cuales 15 se identificaron hasta especie, y cuatro a nivel de género, con un total de 19 géneros y 12 familias. Respecto a las familias el 92% corresponden a plantas con flor del grupo de las angiospermas, mientras que el 8% son gimnospermas de la familia Pinaceae (Tabla 1).
Nombre científico | Nombre común |
Familia | Hábito | Parte usada |
Lugar de obtención |
Artesanía |
---|---|---|---|---|---|---|
Agave sp. | Arbolito Maguey. | Asparagaceae | Herbáceo/ arbustivo | Escapo y espinas de las hojas. | S.B.C. y H.F. | Adornos (colibrí, arbolitos de Malinalco) |
Caesalpinia sp. | Fabaceae | Arborea | Fruto, semillas | S.B.C. y jardines | Aretes y flores | |
Ceiba pentandra (L.) Gaertn. | Espinas de pochote | Malvaceae | Arborea | Espinas | S.B.C. | Adornos (pirámides) |
Guadua angustifolia Kunth | Bambú, carroso de bambú | Poaceae | Herbáceo | Tronco | S.B.C. y H.F | Instrumento musicales y popotes. |
Coffea arabica L. | Café | Rubiaceae | Arbustiva | Semillas | H.F. | Aretes |
Crescentia alata Kunth | Cuatecomate | Bignoniaceae | Arborea | Frutos | S.B.C. y H. F | Instrumentos musicales y jícaras para agua |
Cucumis melo L. | Semilla de melón | Cucurbitaceae | Herbáceo | Semillas | H.F | Aretes |
Erythrina coralloides Moc. & Sessé ex DC. | Colorín | Fabaceae | Arborea | Semillas | S.B.C | Aretes, collares y pulseras |
Jacaranda mimosifolia D. Don | Jacaranda | Bignoniaceae | Arborea | Frutos | S.B.C y Bosque de pinos | Adornos, cortinas, lámparas, pulseras y exhibidores de joyería |
Lagenaria siceraria (Molina) Standl. | Guaje o bule | Cucurbitaceae | Enredadera | Frutos | S.B.C. y H.F. | bules para agua |
Leonotis leonurus (L.) R.Br. | Espolón del diablo | Lamiaceae | Herbáceo | Flores | S.B.C. | Flores |
Mucuna mutisiana (Kunth) DC. | Ojo de gato o de venado | Fabaceae | Arborea | Semillas | H.F. y Bosque | Collares, adornos |
Opuntia sp. | Nopal | Cactaceae | Herbáceo | Cladodios secos | S.B.C. y H.F. | Adornos (colibrí) |
Pinus sp. | Piñas de ocote | Pinaceae | Arborea | Conos | Bosques de pinos | Instrumentos musicales y adornos |
Pithecoctenium crucigerum (L.) A. H. Gentry | Lengua de Vaca | Bignoniaceae | Arborea | Frutos y semillas | S.B.C. | Flores, adornos y exhibidores de joyería |
Rhynchosia precatoria DC. | Fabaceae | Herbáceo | Semillas | S.B.C. | Adornos y resorteras | |
Thevetia peruviana (Pers.) K. Schum. | Ayoyote | Apocynaceae | Arborea | Frutos | S.B.C. | Instrumentos musicales |
Trichilia hirta L. | Meliaceae | Arborea | Frutos | S.B.C. | Flores, adornos | |
Zea mays L. | Olotes, hojas de maíz | Poaceae | Herbáceo | Frutos, brácteas | Milpa | Adornos |
Fuente: Elaboración propia con datos de campo.
Nota: H.F. (Huerto familiar), S.B.C. (selva baja caducifolia).
Las familias mejor representadas son Fabaceae con cuatro especies (Caesalpinia sp., Erythrina coralloides Moc. & Sessé ex DC., Mucuna mutisiana (Kunth) DC. y Rhynchosia precatoria DC.), Bignoniaceae con tres (Crescentia alata Kunth, Jacaranda mimosifolia D. Don y Pithecoctenium crucigerum (L.) A. H. Gentry y Cucurbitaceae y Poaceae con dos especies (Cucumis melo L., Lagenaria siceraria (Molina) Standl. y Guadua angustifolia Kunth, Zea mays L. respectivamente) (Tabla 1).
Los artesanos entrevistados utilizan RFNM principalmente de las familias, Bignoniaceae, (28.94%), Asparagaceae (15.78%) y Fabaceae, Cucurbitaceae y Poaceae (10.26%). En particular de las Bignoniaceas, la especie Crescentia alata conocida como “coatecomate, cuatecomate o cirian”, es uno de los recursos forestales más utilizados en la población, elaborando con sus frutos tanto instrumentos musicales (sonajas o maracas) como jícaras decoradas. Olivares-Pérez et al., (2018) y Solares (2004), mencionan la importancia de Crescentia alata como recurso forestal en la selva baja caducifolia en la economía de las poblaciones, y que puede llegar hacer un recurso con una alta potencialidad forestal. De igual manera, Ordoñez y Ferrufino-Acosta (2020) y Castro et al., (2018), mencionan la importancia de esta especie en la elaboración de artesanías en Honduras y Venezuela.
Respecto a la Jacaranda mimosifolia (jacaranda) esta especie es de origen sudamericano, tiene gran utilidad como árbol ornamental en las poblaciones por sus vistosas flores moradas (Aparicio et al., 2022). Su fruto es una capsula leñosa con dehiscencia valvar, son muy utilizadas para la realización de artesanías. Toribio y Noris (2009) y Ordoñez y Ferrufino-Acosta (2020) señalan la utilidad de estos frutos en la elaboración de aretes o dijes. En la comunidad de Malinalco son elaboradas, aparte de aretes, cortinas, alas de colibríes y lámparas.
Asimismo, dentro de la familia Bignoniaceae la especie Pithecoctenium crucigerum, conocida en Malinalco como “lengua de vaca”, posee grandes cápsulas oblongas con dos valvas que se utilizan como exhibidores para aretes, así como semillas que tienen un ala hialina, son utilizadas para la elaboración de flores (Fig. 2).
Otra de las familias con un elevado uso artesanal en la comunidad es Asparagaceae, particularmente el género Agave sp. Este género es el que mejor representa los recursos forestales no maderables en la comunidad favorecido por su belleza en las artesanías, y versatilidad para el uso de toda la planta. Este agave es utilizado en la elaboración de mezcal (Gallardo, 2017; García-Aguilar, 2017) y su escapo, frutos y espinas de las hojas para la elaboración de artesanías. Según el relato del artesano Yolando “las artesanías realizadas con la inflorescencia del maguey es una de las más conocidas en la zona y es llamada “Los arbolitos de Malinalco” (Fig. 3).
En cuanto a las formas de vida, de los 19 taxa utilizados, el 52.63% fueron árboles y el 42.10% herbáceas. Martinez (2006) y Feuillet et al., (2011) coinciden en que los árboles son los recursos más utilizados para la elaboración de artesanías, sin embargo, la mayor diversidad de usos no proviene de la madera. Los frutos e inflorescencias, así como las semillas son los recursos no maderables con mayor presencia en la elaboración de artesanías, 47 % y 16% respectivamente. Lo cual es evidenciado por el uso de recursos de la familia Pinaceae, en los bosques de pinos, en la Selva Baja Caducifolia con familias como Meliaceae y Bignoniaceae, y en los huertos familiares con las familias Fabaceae y Myrtaceae (CONAFORT, 2009; CONABIO, 2021); siendo esto últimos donde mayormente se obtienen de los recursos para la elaboración de las artesanías selva baja caducifolia 58% y huertos familiares 19% bosque de pinos 8% principalmente.
Finalmente, el 37% de las artesanías elaboradas con recursos forestales no maderables son los adornos, en donde podemos encontrar flores, cortinas, lámparas, así como los denominados “arbolitos” y los bules de agua hechos con Lagenaria siceraria (Molina) Standl., los cuales dejaron de tener una utilidad de reservorios de agua y pasaron hacer artesanías decorativas.
Los resultados son evidencia contundente de que los productos forestales no maderables constituyen una colección de recursos biológicos que incluye una gran variedad de beneficios, no sólo la obtención de alimentos, aceites esenciales o resinas, entre otros. También la elaboración de etnoartesanías, que preservan el patrimonio biocultural del país y dan muestra tangible de los usos, manejo y conocimiento de los recursos en su entorno natural (Tapia-Tapia y Reyes-Chilpa, 2008).
Conclusiones
En la presente investigación, se obtuvieron 11 diferentes etnoartesanías elaboradas con RFMN por los artesanos de la comunidad de Malinalco, con una diversidad de 15 especies, 19 géneros y 12 familias.
Las familias mejor representadas fueron Fabaceae (4 especies) y Bignoniaceae (3 especies); mientras que los artesanos utilizan principalmente recursos de las familias Bignoniaceae (28.94%) y Asparagaceae (15.78%). Las especies más representativas utilizadas fueron Agave sp., Crescentia alata y Jacaranda mimosifolia, utilizándose principalmente los frutos (46.34%).