Introducción
El conocimiento de la distribución histórica y actual de cada especie es valioso para determinar los factores bióticos y abióticos que han afectado su distribución geográfica en el espacio y tiempo, específicamente en las especies con menor tolerancia a la presión humana, y vulnerables al impacto de los humanos (Prugh et al., 2008; Torres-Romero y Olalla-Tárraga, 2014). Algunas especies silvestres de mamíferos son más susceptibles que otras a las presiones antrópicas (i.e. densidad de población humana, pérdida y fragmentación de hábitat), lo que frecuentemente se manifiesta como aislamiento poblacional y en ocasiones llegan a la extinción local o global del taxón (Cardillo et al., 2005; Prugh et al. 2008; Olalla-Tárraga et al., 2015).
Las especies de mamíferos terrestres con comportamientos oportunistas y generalistas pueden habitar ambientes (i.e. bosques de pino, bosques tropicales hasta desiertos y matorrales) y hábitats diversos modificados por el hombre (i.e. áreas de cultivos, de ganadería, zonas urbanas y suburbanas). Estas especies son tolerantes, se adaptan fácilmente a las perturbaciones humanas y poseen plasticidad ambiental sobresaliente (Hidalgo-Mihart et al., 2004; Valenzuela-Galván, 2005).
El estado de Chiapas, México, se caracteriza por su gran biodiversidad de mamíferos ya que alberga a 205 especies terrestres (Naranjo et al., 2005). Este estado enfrenta cambios significativos en la modificación del paisaje por la pérdida y fragmentación de sus coberturas forestales, lo que ocasiona hábitats diversos y áreas con grado diferencial de perturbación. Una actividad antrópica es el aprovechamiento forestal, que puede afectar directamente la presencia de vertebrados terrestres, como los mamíferos silvestres; aunque, algunos de ellos pueden ser tolerantes y coexistir con esta actividad, pero otros tienden a desaparecer. Sin embargo, en el estado de Chiapas existen predios privados como “Los Ocotones” que promueven el manejo forestal con vegetación nativa y así mantener la cobertura arbórea alta, y conservar áreas amplias de bosque, para mantener conexión con otros remanentes de vegetación de importancia biológica y ecológica (i.e. Reserva de la Biosfera “El Ocote” y La Reserva de la Biosfera “La Sepultura”). Por lo anterior, es pertinente documentar si las zonas con manejo forestal activo (i.e. Los Ocotones) pueden considerarse áreas para registrar a especies de mamíferos terrestres de importancia para la conservación y que puedan conectar otras áreas naturales protegidas de la región. En Los Ocotones se aprovechan aproximadamente 10 mil m3 al año de madera (Gómez-Jiménez, 20114), esta tasa de aprovechamiento puede tener impacto diferencial negativo en la flora y la fauna silvestres de la región.
Por lo anterior, el conocimiento de la presencia de vertebrados terrestres en áreas con algún grado de perturbación humana permitirá diseñar estrategias de conservación de las especies en ambientes fragmentados por actividades antrópicas. Los Ocotones cuenta con registros de huellas y avistamientos de mamíferos silvestres reportados por los trabajadores y el propietario del predio. Por lo anterior, el objetivo de este estudio fue actualizar la información y confirmar la presencia de especies adicionales de mamíferos silvestres en la unidad de aprovechamiento forestal Los Ocotones, donde se aprovecha la madera y se conducen proyectos de manejo para la conservación de la vida silvestre.
Materiales y Métodos
Área de estudio
Los Ocotones (16° 38' 59" N y 93° 47' 59" O) ocupa 2400 ha, está a 36 km de Cintalapa, Chiapas, y a 50 km al SE de la Reserva de la Biosfera La Sepultura y al NE de la Reserva El Ocote (Figura 1). El área es parte de un gran macizo de vegetación, que se considera en buen estado de conservación, conocido también como Selva Zoque. Esta incluye a sierras como la Sierra Atravesada en Oaxaca y la Sierra Madre de Chiapas, también con áreas de vegetación bien conservadas en México (Lira-Torres et al., 2012). Además, los Ocotones está certificada por la organización Rainforest Alliance por su manejo forestal sostenible. El clima es cálido-húmedo con una temperatura anual de 18 a 22 °C, mayo es el mes más cálido con 18 °C y la precipitación anual varía de 1000 a 1800 mm (Arriaga et al., 2000). La altitud promedio oscila entre 1,000 y 1,220 msnm (INEGI, 2005). La vegetación en el predio es diversa, pero predominan el bosque de pino-encino, el bosque de encino-pino y el bosque tropical subcaducifolio (Rzedowski, 1978); de ellos, el bosque de pino es el que más se aprovecha.
Cámaras trampa
El monitoreo de la fauna lo implementaron la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas y el propietario del predio. El estudio se realizó entre febrero y septiembre de 2010 y de septiembre a marzo de 2011. Los mamíferos terrestres se documentaron fotográficamente con el método de cámaras-trampa digitales, tipo Cuddeback® (Expert 3.0; Mpx) y Moultrie® (D40 4.0; Mpx). Las cámaras trampa se programaron para tomar fotografías en el día y la noche, con un minuto de retraso entre cada evento fotográfico. Los equipos fotográficos se ubicaron y calibraron a entre a y 50 cm del suelo y 5 m entre el ocular y el punto de calibración. Las estaciones de monitoreo fueron 12 y las cámaras 15, tres estaciones tuvieron dos cámaras (cámara-trampa-doble) y nueve estaciones con solo una. Entre cada tres estaciones sencillas se instaló una estación doble separadas entre 500 a 1000 m. Las cámaras se instalaron a lo largo de los caminos usados para extraer la madera y en las áreas de rodales en los que no se practica aprovechamiento forestal, para disminuir la probabilidad de robo del equipo y obtener fotografías nulas por la actividad humana. La información de las cámaras se extrajo cada tres semanas. Las cámaras se rotaron cada dos meses hasta cubrir el área total del predio. Este procedimiento se realizó en los dos periodos de muestreo (2010 y 2011). Al final de cada periodo se cuantificaron las fotografías, identificaron las especies de mamíferos terrestres y verificó si las especies estuvieran o no incluidas en alguna norma de conservación nacional o internacional (NOM-059-SEMARNAT, 2010; CITES, 2015; UICN, 2015). La identificación de las especies se basó en el conocimiento de los investigadores responsables del proyecto y comparación con registros fotográficos en guías sobre mamíferos silvestres de México (Ramírez-Pulido et al., 1986).
Resultados y Discusión
El esfuerzo de muestreo totalizó 5,850 d por trampa y 516 fotografías. De ellas, 42 correspondieron al registro adicional de nueve especies de mamíferos terrestres, que no se habían confirmado en la unidad de manejo “Los Ocotones”. Estos incluyeron a jaguar (Panthera onca), tapir (Tapirus bairdii), grisón (Galictis vittata), viejo de monte o cabeza de viejo (Eira barbara), ocelote (Leopardus pardalis), tigrillo (Leopardus wiedii), leoncillo (Puma yagouaroundi), puma (Puma concolor) y coyote (Canis latrans) (Cuadro 1, Figura 2 y 3). Esos registros fotográficos se recopilaron en un bosque de pino-encino entre 1000 y 1200 m de altitud. Además, las cámaras-trampa registraron otras especies de mamíferos terrestres, que ya se habían identificado y confirmado, mediante huellas y avistamientos, por los trabajadores y el propietario del predio (Cuadro 1).
Especie | Frecuencia | IUCN | NOM-059 | CITES | Tipo de registro |
Galictis vittata | 1 | Preocupación menor | Amenazada | III | Nuevo |
Canis latrans | 2 | Preocupación menor | No Incluida | Nuevo | |
Eira barbara | 2 | Preocupación menor | Peligro de Extinción | III | Nuevo |
Puma yaguaroundi | 2 | Preocupación menor | Amenazada | I | Nuevo |
Tapirus bairdii | 2 | En peligro | Peligro de Extinción | I | Nuevo |
Leopardus wiedii | 4 | Casi amenazado | Peligro de Extinción | I | Nuevo |
Panthera onca | 7 | Casi amenazado | Peligro de Extinción | I | Nuevo |
Leopardus pardalis | 7 | Preocupación menor | Peligro de Extinción | I | Nuevo |
Mephitis macroura | 10 | Preocupación menor | No Incluida | Confirmado | |
Conepatus leuconotus | 14 | Preocupación menor | No Incluida | Confirmado | |
Puma concolor | 15 | Preocupación menor | No Incluida | II | Nuevo |
Didelphis virginiana | 19 | Preocupación menor | No Incluida | Confirmado | |
Didelphis marsupialis | 22 | Preocupación menor | No Incluida | Confirmado | |
Cuniculus paca | 24 | Preocupación menor | No Incluida | Confirmado | |
Dasypus novemcinctus | 28 | Preocupación menor | No Incluida | Confirmado | |
Mazama americana | 30 | Preocupación menor | No incluida | Confirmado | |
Procyon lotor | 30 | Preocupación menor | No Incluida | Confirmado | |
Nasua narica | 55 | Preocupación menor | No Incluida | III | Confirmado |
Pecari tajacu | 67 | Preocupación menor | No Incluida | II | Confirmado |
Urocyon cinereoargenteus | 85 | Preocupación menor | No Incluida | Confirmado | |
Odocoileus virginianus | 90 | Preocupación menor | No Incluida | III | Confirmado |
Las cámaras-trampa son una herramienta no invasiva y eficiente para registrar animales nocturnos, elusivos y de visualización difícil (Torres-Romero et al., 2017). Con las cámaras también se obtiene información de aspectos ecológicos, biológicos y conductuales de las especies (Maffei et al., 2002). En este estudio, las cámaras permitieron confirmar la presencia de nueve especies de mamíferos, de las que siete están en la categoría de riesgo, como en peligro de extinción o amenazadas (NOM-059-SEMARNAT, 2010).
Aunque los efectos de la actividad humana en la biodiversidad (i.e. reducción paulatina del área de distribución, caza y tráfico ilegal, fragmentación y perdida de hábitat) son perceptibles en niveles temporales y espaciales (Cardillo et al. 2005; Torres-Romero y Olalla-Tárraga, 2014 y 2015), este estudio aportó los primeros registros fotográficos que evidencian la presencia de nueve especies de mamíferos silvestres en Los Ocotones. Por lo tanto, a pesar de que esta es un área pequeña sujeta a presiones antrópicas de aprovechamiento forestal, aún es adecuada para la permanencia de especies con diferentes requerimientos espaciales. Además, el área puede considerarse como un corredor biológico conectando con otras selvas con interés estatal, como la Reserva de la Biosfera el Ocote y la Sepultura en Chiapas, los Chimalapas en Oaxaca, y la región del Uxpanapa en Veracruz, reconocidas por su importancia para la conservación de la biodiversidad regional.
Por lo tanto, la conservación de corredores biológicos, como Los Ocotones es esencial para mantener la conectividad entre los extremos y evitar el aislamiento poblacional de las especies (Grigione et al., 2009; Álvarez-Icaza, 2013). Así, destacamos:
1) La presencia del tapir, jaguar, ocelote, leoncillo, tigrillo, grisón y viejo de monte, todos mamíferos catalogados en riesgo, por lo que su cacería está prohibida en México. Su presencia ofrece oportunidades de manejo y conservación de las especies y de su hábitat. Mediante esfuerzos conjuntos entre el propietario del predio y del gobierno mexicano, Los Ocotones podría considerarse corredor biológico que conecta los remanentes de vegetación y contribuye a la conservación de las especies (Grigione et al., 2009).
2) La presencia de coyote, una especie con capacidad para tolerar niveles altos de perturbación humana, y su expansión geográfica probablemente ha ocurrido por la modificación de su hábitat natural (Sosa-Escalante et al., 1997; Hidalgo-Mihart et al., 2004). Es probable que durante la transición y modificación de la vegetación original de Los Ocotones, hace más de 16 años, la dispersión del coyote se favoreció del norte al sur de México (Sosa-Escalante et al., 1997; Hidalgo-Mihart et al., 2013; Peña-Mondragón et al., 2014). Los sitios con hábitat original, o mejor conservado, podrían funcionar como barreras geográficas que eviten la dispersión de especies plásticas, que se adaptan fácilmente a la modificación de su hábitat.
3) La relevancia de mantener corredores biológicos, como Los Ocotones, que pueden ser refugio o hábitat de paso de vertebrados (Grigione et al., 2009) y desarrollar programas de manejo entre áreas naturales protegidas, áreas privadas, unidades de manejo ambiental y unidades de manejo forestal que favorezcan y garanticen la conservación de especies prioritarias señaladas por las políticas públicas ambientales (SEMARNAT, 2010).
La presencia de especies, como Galictis vittata, Leopardus pardalis, Leopardus wiedii, Panthera onca, Puma yagouaroundi, Eira barbara y Tapirus bairdii con algún grado de protección de conservación declarado por el gobierno mexicano, registradas en la unidad de manejo Los Ocotones, confirma que la coexistencia entre humanos y estos mamíferos es posible. Por ello, podrían realizarse estudios más detallados, en espacio y tiempo, para evaluar el impacto de las prácticas de manejo forestal en las dinámicas poblacionales, principalmente de las especies que están calificadas con algún grado de riesgo en México.
Conclusiones
El uso de cámaras trampa permitió actualizar la información de especies de mamíferos terrestres que se visualizan difícilmente y confirmar la presencia de especies prioritarias en Los Ocotones. Los registros fotográficos son evidencia de que en esta unidad de manejo deben realizarse esfuerzos para conservar las especies reportadas en este estudio y otros vertebrados terrestres que pudiera albergar la unidad.