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Papeles de población
versión On-line ISSN 2448-7147versión impresa ISSN 1405-7425
Pap. poblac vol.10 no.39 Toluca ene./mar. 2004
El ingreso en hogares con migración hacia Estados Unidos*
The income in home with migration to United States
Elsa Resano Pérez*, Rebeca Wong Luna** y Leticia Martínez Martiñón***
* Instituto Nacional de Salud Pública
** Universidad de Maryland
*** Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática.
Resumen
En este trabajo se exploran las condiciones de relativa desventaja en relación con el ingreso que prevalecen en los hogares que tienen migración a Estados Unidos, comparándolos con el total de los hogares de México. La información proviene de la muestra censal del XII Censo General de Población y Vivienda 2000. En primer término se aborda el análisis de la distribución porcentual de los ingresos totales mensuales, después se analizan las distribuciones de los ingresos mensuales por trabajo y posteriormente se estudian los ingresos por remesas. En cada una de estas partes se toma una distribución de ingresos con base en siete estratos, utilizando el salario mínimo vigente en febrero de 2000. Finalmente, se establecen una serie de ideas que podrían explicar el fenómeno migratorio a Estados Unidos desde la visión del ingreso en los hogares mexicanos.
Palabras clave: migración internacional, migrante, hogar, ingresos totales mensuales, ingresos mensuales por trabajo, remesas.
Abstract
The paper seeks to explore the relative position among households that report migration to the USA with respect to their level of income, compared to the total households in Mexico. The analysis data comes from the Censal Sample of the XII General Census of Population and Dwellings 2000. First, the article presents the percent distribution of monthly total income. This is followed by the distribution of monthly labor income, and then income from remittances. In each of these parts we distribute the population in seven income strata using the minimum wage as of February 2000. Finally, a series of ideas are set forth regarding the migratory phenomenon to the USA from the perspective of the income level among Mexican households.
Key words: international migration, migrant, household, monthly total income, monthly labor income, remittances.
Introducción
De acuerdo con la literatura acerca del comportamiento de la migración internacional, un movimiento migratorio voluntario se realiza como parte de una decisión racional, motivada por el deseo de hacer una inversión al capital humano. El argumento involucra a un individuo o una familia que decide migrar porque desea mejorar su nivel de bienestar en el largo plazo (Todaro, 1980; Massey et al., 1993). En forma sintetizada, la idea es que los beneficios totales esperados deben ser mayores que los inconvenientes y gastos, de tal forma que se toma la decisión de migrar. Aunque todos los beneficios y contrariedades no sean observados o no se capitalicen en el corto plazo, el argumento es que en el largo plazo la inversión tendrá un saldo neto positivo. La literatura empírica sobre las consecuencias de la migración se ha orientado a describir las condiciones o comportamientos de la población después del movimiento migratorio en su destino, o los determinantes de movimientos migratorios en el origen. Otra serie de trabajos ha sido dedicada a las consecuencias de la migración en las áreas de origen, ya sea a las familias de los migrantes que se quedan detrás o a las áreas o comunidades de origen (Durand et al, 1996). Estos últimos trabajos enfatizan en particular el papel de las remesas como posible motor que promueve o aumenta el bienestar de la población o el nivel de desarrollo de las comunidades donde se reciben las remesas.
El censo de población de Estados Unidos 2000 reporta 9.2 millones de personas nacidas en México que residían en Estados Unidos al momento del censo. Este total constituye una tercera parte de la población residente en aquel país y nacida en el extranjero, e implica que México es el principal país de nacimiento fuera de Estados Unidos (Census, 2003). Además de la importancia numérica en el país del norte, el volumen de migración de México a Estados Unidos tiene consecuencias significativas para la vida social y económica de México. A nivel agregado, se estima que las remesas familiares del exterior recibidas en México (en su mayoría provenientes de Estados Unidos) ascendían a 4.9 mil millones de dólares en el año 1997. Este volumen de divisas representaba 85 por ciento de los ingresos turísticos. Además del papel que las remesas de Estados Unidos juegan para poder solventar el consumo familiar entre los hogares en México, se ha documentado la importancia para apoyar inversiones en microempresas, posiblemente aumentando el número de empleos en México (Papail, 2003; Massey et al, 1993).
Un incremento en el nivel de ingreso es obviamente uno de los motivantes para realizar un movimiento migratorio, por lo que el estudio del ingreso y la estructura del mismo han recibido atención como un factor que se encuentra altamente asociado con la migración internacional. Para los hogares, contar con mayor ingreso en el corto plazo permite satisfacer las necesidades básicas para subsistir, como vivienda, alimentación, vestido; permite acceder con mayor facilidad a la educación o atender un problema de salud, y puede proporcionar los satisfactores básicos de todo individuo, lo que se puede reconocer como un escalón dentro del nivel de bienestar.
De acuerdo con lo anterior, el supuesto que se maneja en este artículo es que los hogares en los que se da el fenómeno de migración a Estados Unidos se encuentran en desventaja relativa con respecto a los ingresos, comparados con el resto de los hogares en México. Por ello, en parte, ocurre la migración al vecino país del norte de uno o varios de los miembros de aquellos hogares, a pesar de los riesgos y cambios de vida, como dejar a la familia y demás pérdidas o limitantes que implica la migración internacional. El objetivo del trabajo es evaluar, usando datos nacionales recientes, si la migración de México a Estados Unidos se da en hogares con características de ingreso radicalmente diferentes de la generalidad de los hogares de México, en términos de composición y nivel del ingreso. Por definición, entonces, se hace énfasis en un indicador del bienestar solamente (el ingreso), y en el corto plazo (migración reciente). Es decir, que las consecuencias positivas de la migración pueden no ser evidentes en este contexto limitado del trabajo. Sin embargo, ofrece una respuesta parcial a la pregunta global acerca de los determinantes y las consecuencias de la migración internacional.
El artículo se divide en tres partes: en la primera se analiza la distribución porcentual de los ingresos totales mensuales de los hogares tomando siete estratos, los cuales se conformaron con base en número de salarios mínimos ingresados. Para este caso, se compararon tres distribuciones: el total de hogares en México, los que tienen al menos un migrante en Estados Unidos y aquéllos que no tienen migración a Estados Unidos. La segunda parte considera el ingreso mensual obtenido solamente por concepto de trabajo, estableciendo los mismos grupos de comparación. La tercera parte comprende la estimación de los ingresos por remesas provenientes de Estados Unidos para el total de hogares y para los que tienen flujo migratorio, lo que permite conocer la importancia relativa de estas divisas en la economía de estos hogares. Finalmente, se presenta un análisis en cada uno de estos rubros para las 15 entidades con mayor volumen de migración a Estados Unidos en el periodo 1995-2000. Al final se presentan las conclusiones.
Metodología y fuente de datos
Para los propósitos de este artículo se utilizó la información obtenida con la muestra censal del Censo de Población y Vivienda 2000 realizado por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e informática (INEGI, 2001).
A partir de 1992, con la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (Enadid 1992), se inició en México una manera diferente de medir la migración internacional por medio de encuestas en hogares a nivel nacional. Para ello se conformó una sección de preguntas que se aplica a nivel de hogar y que está especialmente creada para obtener un acercamiento al volumen de la migración internacional y caracterizar a los migrantes de acuerdo con algunos aspectos socioeconómicos y demográficos. Con este módulo se identifica inicialmente a aquellos hogares donde alguna persona que era residente en México e integrante del hogar se fue a vivir a otro país aproximadamente durante los cinco años previos a la fecha de la entrevista. Con esta base se establece la lista de personas que siendo integrantes del hogar migraron a otro país en los últimos cinco años y se capta para cada uno de ellos algunas características como son:
1. Sexo.
2. Edad al emigrar.
3. Entidad de donde partió.
4. Mes y año de partida.
5. País de destino.
6. País de residencia actual.
7. Mes y año de retorno.
Desde el año 1992 y hasta el 2000, se han realizado cuatro encuestas que permiten medir el fenómeno migratorio internacional de los mexicanos, con la misma metodología y con una periodicidad de dos años y medio en promedio. Dichas encuestas son:
1. Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica 1992 (Enadid 1992)
2. Encuesta del Conteo de Población y Vivienda 1995 (Conteo 1995)
3. Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica 1997 (Enadid 1997)
4. Muestra Censal del XII Censo General de Población y Vivienda 2000 (muestra censal).
La muestra censal es una encuesta por muestreo probabilístico y de propósitos múltiples, con un tamaño de muestra de 2.2 millones de viviendas, lo que permite asegurar la precisión y confianza fijados para la estimación, entre otros temas, del fenómeno de la migración internacional, y realizar la inferencia a toda la población bajo estudio; en este caso, son todas las personas que siendo residentes del hogar, en los cinco años anteriores a la entrevista, cambiaron su residencia hacia otro país, independientemente de que hayan regresado o no a vivir a México. Como la información acerca de migración se obtiene a nivel hogar, no es posible identificar aquellas personas que vivían en hogares conformados por una sola persona (hogar unipersonal) antes de migrar, las personas de hogares que migraron completos y los hogares que desintegraron su composición original en el transcurso del periodo de referencia de la encuesta y conformaron nuevos hogares.
La encuesta de la muestra censal corresponde al llamado cuestionario ampliado del XII Censo General de Población y Vivienda 2000. Esta encuesta tiene una cobertura temática de 11 temas y 59 variables que permiten obtener información sobre las viviendas, hogares, residentes habituales y migrantes internacionales. Los temas incluidos son:
1. Características de las viviendas
2. Configuración del hogar
3. Estructura por edad y sexo
4. Estado conyugal
5. Migración interna e internacional
6. Características educativas
7. Características económicas
8. Religión, lengua indígena y pertenencia étnica
9. Fecundidad y mortalidad infantil
10. Servicios de salud
11. Discapacidad
La estimación de los ingresos del hogar se hizo con base en dos preguntas; la primera es la variable "ingresos por trabajo", la cual se aplica a todas las personas de doce años o más de edad que la semana anterior a la entrevista tenían trabajo, eran residentes habituales de la vivienda y miembros del hogar.
La segunda pregunta corresponde a la variable «otros ingresos», que se aplica a todas las personas de doce años o más de edad residentes habituales de la vivienda y miembros del hogar, la cual considera los ingresos por:
1. Jubilación o pensión
2. Ayuda de familiares en el interior del país
3. Ayuda de familiares del extranjero
4. Procampo o Progresa (hoy Oportunidades)
5. Becas, rentas, intereses bancarios.
Los ingresos totales por hogar comprenden la suma del total de las dos preguntas de cada uno de los miembros del hogar. En el caso de los ingresos por remesas del hogar sólo se consideran los ingresos provenientes de ayuda de familiares desde Estados Unidos,1 es decir, no se incluyen las remesas provenientes de México.
El estudio consiste en el análisis comparativo de las distribuciones del ingreso de los hogares en México con énfasis en las 15 principales entidades expulsoras de migrantes a Estados Unidos para el periodo 1995-2000, según las características siguientes:
1. Tres grupos de hogares: total de hogares y según condición de migrantes a Estados Unidos en el hogar durante el quinquenio 1995-2000.
2. Ingresos totales mensuales de los hogares.
3. Ingresos mensuales por trabajo de los hogares.
4. Ingresos mensuales por remesas de los hogares.
5. Conformación de siete estratos de ingresos tomando como base el salario mínimo mensual vigente en el año 2000.
Características de los ingresos de los hogares con migración a Estados Unidos
La muestra censal 2000 estima 22.6 millones de hogares en México, y el porcentaje de éstos con al menos una persona que migró a Estados Unidos en el periodo 1995-2000 es de cinco por ciento. De manera general, los hogares que reportan migrantes a Estados Unidos tienen jefes con edad ligeramente mayor (47.2 años) al promedio nacional (44.7 años), Como es de esperarse, los hogares con migración de este tipo reportan también una tipología de hogares un tanto distinta a la nacional. Casi 33 por ciento de los hogares con migrantes son ampliados, comparado con 24.8 por ciento a nivel nacional. Por otro lado, 65 por ciento de los hogares con migrantes a Estados Unidos son nucleares, a diferencia de 73.8 por ciento entre los hogares del país. Esto puede ser consecuencia de que los hogares buscan arreglos ampliados y quizá con generaciones mayores para poder apoyar el envío de migrantes a Estados Unidos. Por otro lado, es posible que la migración se dé entre los hogares ampliados como respuesta a la necesidad económica, y que las mismas limitantes económicas motivan tanto los arreglos residenciales ampliados y con generaciones mayores, así como la migración hacia Estados Unidos.
Ingreso total de los hogares
La distribución de los hogares por nivel de ingreso total2 mensual en el hogar confirma las grandes brechas en el nivel de ingresos de los residentes en el país, ampliamente documentadas en la literatura (Cortés, 2002).3 La gráfica 1 permite observar que seis de cada cien hogares reporta no recibir ingreso, 11.5 de cada cien recibe menos de un salario mínimo al mes, 18 de cada cien de ellos tiene ingresos de hasta dos salarios mínimos totales mensuales, mientras que sólo 10 de cada cien de los hogares percibe más de 10 salarios mínimos. Resulta conveniente aclarar que, para el año 2000, el salario mínimo mensual en la república mexicana oscilaba entre 981 y 1 137 pesos mexicanos.
El nivel de ingresos totales mensuales de los hogares con al menos un migrante en Estados Unidos es menor que el nacional, ya que para los dos primeros grupos de ingresos totales más bajos se tienen porcentajes de 8 y 14 de cada cien hogares, respectivamente. Por otro lado, los dos grupos de niveles más altos de percepción de ingresos totales al mes representan 17 y 9 de cada cien de los hogares con migrantes a Estados Unidos. Es de destacar que mientras 35.6 por ciento de los hogares mexicanos perciben hasta dos salarios mínimos al mes, en el caso de los hogares con flujo migratorio a Estados Unidos, este rango es 38.6 por ciento. En relación a los grupos de ingresos superiores, 28 por ciento de los hogares en el país perciben más de cinco salarios mínimos al mes, y entre los hogares con migración al vecino país son 26.4 por ciento. La distribución porcentual por grupos de ingresos totales mensuales en los hogares sin migración al vecino país es igual a la que presenta el total de los hogares.
Con la finalidad de facilitar el análisis de los ingresos totales para las principales entidades expulsoras a Estados Unidos se presenta la gráfica 2 que da cuenta de las diferencias entre los hogares con flujo migratorio y el total de hogares de la entidad, para el grupo que no recibe ingresos o que recibe menos de un salario mínimo al mes.
Al comparar las proporciones de hogares con menos de un salario mínimo entre el total de hogares y los hogares con migrantes durante el periodo 1995-2000, se encuentra que en el Distrito Federal, San Luis Potosí e Hidalgo se tienen proporciones similares en ambos tipos de hogares.
Para Veracruz, Guerrero y Oaxaca, los hogares con flujo migratorio y que no perciben ingresos o que perciben menos de un salario mínimo presentan porcentajes menores que los hogares en su conjunto, estas diferencias son del orden de 2.4, 3.8, y 3.6 puntos porcentuales respectivamente, por abajo del porcentaje de hogares que en la entidad no recibe ingresos o recibe menos de un salario mínimo. Los restantes 11 estados tienen un porcentaje mayor de hogares que recibe menos de un salario mínimo en aquéllos con flujo migratorio al vecino país del norte, comparados con los hogares en conjunto del estado. Las diferencias oscilan entre 8.1 puntos porcentuales para Guanajuato y 2.4 para Chihuahua.
La información descrita permite ver que las condiciones de marginación en estas entidades podrían presentar dos situaciones. En los estados considerados con más alta marginación,4 como son Oaxaca, Guerrero y Veracruz, la migración a Estados Unidos no se da en los hogares con menor nivel de bienestar, sino que ésta se presenta en hogares con mejores condiciones de ingreso. Por su parte, otros estados no considerados como los de más alta marginación muestran que en ellos la migración a Estados Unidos se gesta en los hogares con menor nivel de condiciones de bienestar dentro del estado. Finalmente, los hogares donde se presenta el fenómeno migratorio sí son en general los hogares con mayor nivel de marginación en el conjunto.
Ingresos por trabajo de los hogares
En lo que toca a los ingresos por trabajo que perciben los hogares mexicanos, se tiene que 17 de cada cien hogares no perciben ingresos por trabajo y 24 de cada cien de los hogares en México perciben a lo más dos salarios mínimos de ingresos por trabajo al mes y sólo nueve de cada cien de ellos obtiene un ingreso por trabajo mayor a los diez salarios.
La situación es más crítica en el caso de los hogares que tienen migración a Estados Unidos, ya que 32 de cada cien, no reciben ingresos por trabajo, es decir, 89 por ciento más que el común de los hogares mexicanos. Si se analizan los siguientes grupos de ingresos, se tiene que a excepción del grupo de menos de un salario mínimo, donde se hallan 6.6 de cada cien hogares, en el resto de los grupos las diferencias entre los hogares totales y los hogares con migración al país vecino se incrementan a medida que aumenta el nivel de ingresos por trabajo. Las diferencias van desde 11.6 por ciento menos de hogares con esta característica para el grupo que recibe entre uno y dos salarios, hasta 31.6 por ciento por debajo en los hogares que perciben más de diez salarios al mes como ingreso por trabajo.
Para los hogares que no tienen migración a Estados Unidos se tiene que 16 de cada cien hogares no reciben ingresos por trabajo, y para el resto de los grupos de ingresos por trabajo los hogares sin migración tienen una distribución similar a la de los hogares en su conjunto, esto es, que estos hogares se encuentran en una mejor situación a la de los hogares con flujo migratorio al vecino país del norte (gráfica 3).
En lo referente a las proporciones de los hogares que no reciben ingresos o reciben menos de un salario mínimo al mes por ingresos provenientes sólo de trabajo, se observa que las 15 principales entidades federativas expulsoras de migración a Estados Unidos tienen mayores porcentajes de hogares con ingresos menores a un salario mínimo por trabajo cuando se tiene migración a Estados Unidos. Estos porcentajes son en todos los casos menores en más de tres puntos porcentuales, comparados con el total de hogares (gráfica 4).
El Distrito Federal es la entidad con menor diferencia, pues en los hogares con al menos un migrante al vecino país del norte el porcentaje de ellos que no recibe o recibe menos de un salario mínimo es 16.2 por ciento, mientras que en el total de los hogares en el Distrito Federal ese rango representa 11.9 por ciento. En el otro extremo se encuentran Guanajuato, Durango y Zacatecas, con diferencias mayores a 18 puntos porcentuales entre los hogares en conjunto de cada uno de los estados y aquéllos que tienen migración a Estados Unidos.
En las 11 entidades restantes las diferencias en los porcentajes de hogares que reciben menos de salario mínimo al mes con migración al vecino país, oscilan entre los 9 y 15 puntos porcentuales, respecto a los hogares en su conjunto.
La información anterior ratifica que en los hogares con migración de México a Estados Unidos el grueso de los miembros que permanecen en México no se incorporan al mercado laboral, sino que los hogares perciben sus ingresos por las remesas que son enviadas desde Estados Unidos, y que estas remesas logran disminuir un poco la brecha que existe en estos hogares y los que no tienen migrantes, pero no la abaten, ya que aun considerando los ingresos totales la distribución por grupos de ingresos presenta más iniquidad para los hogares que tienen al menos una persona en Estados Unidos.
Ingreso de los hogares por remesas
El análisis de los ingresos por remesas de otro país resulta fundamental para conocer el monto de dinero que sale de Estados Unidos y entra a México y entender la estructura del ingreso en los hogares mexicanos que tienen migración a Estados Unidos. De la muestra censal se estima que los ingresos por remesas de otro país ascienden a 2 231 millones de pesos al mes, lo que es aproximadamente 223 millones de dólares (al cambio de 10 pesos por un dólar en el año 2000). De estos ingresos, 985 millones de pesos, esto es, 44.2 por ciento, los reciben los hogares que declararon tener al menos un migrante en Estados Unidos en el periodo 1995-2000; el resto, 55.8 por ciento de los ingresos por ayuda de familiares de otro país lo reciben hogares que declararon no tener personas que migraron a Estados Unidos durante este periodo. Lo anterior refleja la existencia de un componente de población emigrante de México por un periodo mayor a los cinco años. Los 2 231 millones de pesos representan 1.8 por ciento del total de los ingresos mensuales que tienen los hogares en su conjunto, pero constituye 17.9 por ciento del total de ingresos que percibe la población que reside en hogares con flujo migratorio en el quinquenio mencionado (cuadro 1).
Por otra parte, para las principales entidades expulsoras de población a Estados Unidos se observa que en el Distrito Federal y en Chihuahua el porcentaje de ingresos por remesas en hogares con migración al vecino país no sobrepasa los10 puntos; sin embargo, en Guerrero (38.9 por ciento), Zacatecas (30.8 por ciento), Veracruz (30.4 por ciento) y Oaxaca (30.3 por ciento), los ingresos de ayuda por familiares de otro país constituyen más de 30 por ciento de los ingresos totales al mes en este tipo de hogares.
El estado de México y Jalisco tienen porcentajes de 12.3 y 15.5 por ciento, respectivamente, y en las siete entidades restantes los ingresos por remesas representan entre 20.91 y 28.3 por ciento del total de ingresos mensuales en los hogares con migración a Estados Unidos.
Al comparar estas cifras del total de hogares en los estados, se aprecia que para ninguna de las entidades los ingresos de ayuda por familiares de otro país alcanzan 10 por ciento, ya que el porcentaje más alto se da en Zacatecas con 6.7 por ciento. En el Distrito Federal con 0.5 y el estado de México con 0.8 por ciento, presentan los porcentajes más bajos de ingresos por remesas con respecto al total de ingresos mensuales en los hogares.
Conclusiones
Los resultados presentados en este trabajo muestran la desigualdad en ingresos existente en los hogares que tienen al menos un migrante en Estados Unidos, tanto en lo que toca a los ingresos que se perciben por trabajo como en el total de ellos, al compararlos con los hogares que no tienen migración o con el total de hogares de México.
También es posible concluir que el bajo nivel del ingreso puede representar un componente determinante en la decisión de los mexicanos de migrar al vecino país del norte con el fin de alcanzar un mejor nivel de bienestar. Sin embargo, se observa en las cifras presentadas que aun con las remesas recibidas los ingresos en los hogares con migrantes se encuentran por debajo del total de hogares mexicanos. Esto no quiere decir que, eventualmente, los hogares con migrantes no alcancen mayores niveles de ingreso, sino que simplemente esto no se observa dentro de un periodo de cinco años de haberse dado el movimiento del migrante.
Además, se concluye que:
1. Los hogares donde se da el fenómeno migratorio a Estados Unidos son en su mayoría hogares con un nivel de marginación mayor al del conjunto.
2. En las entidades de mayor marginación, la migración a Estados Unidos se da en los hogares que tienen mejores condiciones de ingreso. En las entidades que no presentan el mayor nivel de marginación, este fenómeno se presenta en los hogares con más bajos ingresos.
3. La población residente en hogares con al menos un migrante a Estados Unidos parece no incorporarse al mercado laboral con la misma intensidad que los demás hogares en México. Esto puede deberse a que las personas que permanecen en el hogar se dedican a labores de cuidado y crianza de los menores, labores domésticas y estudio. Sin embargo, es difícil determinar si esto es por decisión propia o por limitantes del contexto en que se desarrollan.
4. Es posible que ante la imposibilidad de incorporación de esa población a la fuerza de trabajo en México, o a los niveles de ingresos ya sean totales o por trabajo que esta población alcanza, alguno o algunos de los miembros del hogar emigran a Estados Unidos con la expectativa de mejorar el ingreso familiar de los que se quedan en México. Se observa en los datos que las personas de estos hogares que permanecen en el país tienen una menor propensión a trabajar, quizá por falta de acceso al mercado laboral. Aunque es posible que la falta de acceso a mercados laborales haya motivado la migración de algún o algunos miembros del hogar, también es posible que la migración y las subsecuentes remesas permitan que esta sección de la población decida no participar en el mercado laboral.
5. Los ingresos por remesas representan una fracción importante (18 por ciento en promedio) de los ingresos que perciben los hogares con al menos un migrante en Estados Unidos en los últimos cinco años. Esta fracción llega a ser mucho mayor, hasta de 39 por ciento del ingreso total, en promedio, en entidades donde se dan los mayores flujos migratorios hacia Estados Unidos. Esto indica que, efectivamente, la migración ayuda a incrementar significativamente el nivel de ingreso de los hogares. Habría que seguir profundizando si este nivel más alto de ingreso representa mayor inversión al capital humano de México, por ejemplo, en recursos para atender la salud o para la educación de las personas que permanecen en México.
6. La distribución porcentual de los ingresos totales, que ya incluyen las remesas de otro país, no se traduce en una ventaja en cuanto a los ingresos de los hogares que tienen migración al país vecino del norte para ninguno de los grupos de ingresos al compararlos con los hogares de todo el país o sin este tipo de migración. Lo que se observa en esta distribución porcentual es que los hogares con migración tienen una mayor marginación en cuanto a su nivel de ingreso. Habría que seguir analizando si las remesas recibidas del exterior se transforman en otras ventajas, quizá en forma de acumulación de bienes, negocios u otro tipo de capital que permite mejorar el nivel de bienestar de estos hogares. También sería necesario evaluar si a un plazo más largo, más allá de los cinco años contemplados en este trabajo, los beneficios de la migración alcanzan a traducirse en ventajas también en el nivel de ingreso.
Por último, es conveniente señalar la importancia de seguir estudiando las consecuencias de la migración México-Estados Unidos desde el punto de vista de las familias que permanecen en el país, tanto a corto como a mediano y largo plazos, incluyendo el efecto de dicha migración sobre la siguiente generación, por ejemplo. La teoría de la migración indica que, efectivamente, los beneficios de la migración pueden ser capitalizados a muy largo plazo, inclusive no necesariamente a las personas que migran. Los resultados de este trabajo parecen indicar que al menos en los primeros cinco años, y al considerar el ingreso, los beneficios de la migración para la familia que queda atrás son importantes, pero no tanto como para representar mayores ventajas.
Bibliografía
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* El presente trabajo fue apoyado en parte por un estudio sobre la migración de México a Estados Unidos realizado para el Census Bureau de Estados Unidos. El artículo presenta los puntos de vista de los autores, y no representan los de las instituciones de su afiliación ni los del Census Bureau. Los autores agradecen la colaboración de Juan Ramón Mena.
1 La información de ayuda de familiares de otro país no es posible diferenciarla por país de procedencia, pero dado que en el periodo de 1992 a 1995 el flujo migratorio a Estados Unidos es 98% de la migración internacional y para el periodo 1995-2000 es 96 por ciento, en el artículo se maneja el supuesto de que las remesas provienen de Estados Unidos en al menos 96 por ciento.
2 Percepción en dinero que la persona declare recibir en forma regular proveniente de ingresos por trabajo, ayuda de familiares dentro del país, ayuda de familiares fuera del país, jubilación o pensión, Procampo y Progresa (hoy Oportunidades), Otros como becas, renta o intereses bancarios, etcétera.
3 Cortés reporta un ingreso promedio por hogar de $5628.00 en agosto de 2001, con la información de ENIGH 2000, y la muestra censal reporta un promedio de $5620.00 en febrero de 2000. Es conveniente señalar que estas diferencias no son ocasionadas por un incremento en el promedio, sino por las diferencias conceptuales y metodológicas entre un levantamiento censal y una encuesta especializada en ingresos. Adicionalmente se tienen diseños y tamaños de muestra diferentes que producen estimadores con precisión y confianza distinta.
4 Índices de marginación, 2000, Consejo Nacional de Población (CONAPO), 2002.