SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.10 número39El ingreso en hogares con migración hacia Estados UnidosEstratificación socioeconómica y salud materno infantil en México índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • No hay artículos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Papeles de población

versión On-line ISSN 2448-7147versión impresa ISSN 1405-7425

Pap. poblac vol.10 no.39 Toluca ene./mar. 2004

 

Casas Guanajuato: organización de migrantes en Estados Unidos

 

Casas Guanajuato: organisation of migrants in the United States

 

Germán Vega Briones*

 

El Colegio de la Frontera Norte.

 

Resumen

En el presente documento se analizan las características de la organización de los migrantes del estado de Guanajuato, al interior de lo que se ha denominado "casas Guanajuato", término usado para referirse a los clubes o asociaciones de guanajuatenses en el extranjero. En este sentido, el objetivo central es presentar un panorama general de dichas asociaciones dados sus antecedentes migratorios y organizacionales. Para tal efecto se vinculan trabajos y estudios realizados sobre los clubes o asociaciones de otros estados en términos de los patrones de desplazamiento, lugares de migración, lugares de origen, y actividades a las que se dedican. De manera particular, se efectuará el mismo proceso en el análisis de las casas Guanajuato. Esto nos permitirá establecer la importancia de estas Casas y conocer el capital social y económico de los migrantes guanajuatenses en el desarrollo y mejoramiento de sus comunidades de origen.

Palabras clave: clubes de migrantes, migración internacional, redes sociales.

 

Abstract

In the present paper the characteristics of the organisation of migrants from the State of Guanajuato are analysed in what has been named "casas Guanajuato", a term used referring to the clubs or associations of people from Guanajuato abroad (Home Town Associations). In this sense, the main objective is to present a general overview of these associations given their migratory and organisational background. For this, works and studies, conducted on the clubs or associations of other states, are linked with regard to displacement patterns, places of migration and origin, and labour activities. Particularly, the same process will be effected for the analysis of the "casas Guanajuato". This analysis allows us to establish the importance of these associations and to recognise social and economical funds of the migrants from Guanajuato in development and enhancement of their communities of origin.

Key words: home town associations (clubs), international migrations, social networks.

 

Como entretejiendo estambre, yo le aconsejo al bracero que, si no vuelve al enjambre,
siquiera mande dinero, porque las pollas con hambre se salen del gallinero.

Guillermo Velázquez, trovador guanajuatense.

 

Introducción

A pesar de que durante diciembre de 2002 fue anunciada formalmente la "desaparición" de la Oficina de Atención a Mexicanos en el Extranjero, el personal que componía ésta y las respectivas funciones que desarrollaba pasaron a formar parte de los consulados de México en Estados Unidos. Es decir, ahora son las oficinas consulares las que continúan atendiendo las necesidades de los migrantes mexicanos que residen en Estados Unidos, incluidos aquéllos que dieron forma a las asociaciones o clubes de migrantes en el extranjero. Aunque es demasiado pronto para poder evaluar las repercusiones de este tipo de decisiones, es indudable que la carencia de una oficina que atienda las necesidades y demandas de los migrantes organizados en clubes podría desalentar a los migrantes mexicanos a seguir participando en programas del tipo Dos por Uno, Tres por Uno u otro tipo de programas productivos en el que las remesas colectivas son centrales para la continuidad de este tipo de programas, mismos que habían sido aplicados conjuntamente con los diferentes niveles de gobierno.

La formación de clubes, asociaciones o "casas" (como se les conoce en el caso de los guanajuatenses) de migrantes constituye una forma nueva de organización de las comunidades de migrantes mexicanos que trabajan o residen en Estados Unidos. Generalmente están conformados por grupos de ciudadanos que comparten el mismo origen en México y que tienen como uno de sus principales objetivos maximizar recursos económicos para la puesta en marcha de una serie de actividades o proyectos que beneficien tanto a las comunidades de origen como a los mismos migrantes y, por tanto, a sus familias. En términos generales, estas acciones o proyectos pueden darse en dos formas:

1. Actividades de apoyo al migrante en Estados Unidos, tales como soporte logístico, orientación, capacitación e integración de grupos de familiares y amigos alrededor de actividades culturales y deportivas.

2. Apoyo al desarrollo de las comunidades de origen, en coordinación con las autoridades locales y estatales, en actividades como el mejoramiento de infraestructura, reparación y construcción de escuelas y jardines infantiles, generación de fuentes de empleo, etc. Las casas de migrantes, al igual que los clubes y asociaciones, efectúan un conjunto de acciones con un alto sentido social, vinculándose en su actuar con los gobiernos estatales y municipales, generalmente en coordinación con las oficinas consulares de México en Estados Unidos. Por medio de estas asociaciones, los migrantes, al mismo tiempo que se adaptan a las nuevas circunstancias sociales en el país de arribo, logran mantener vínculos, lealtades y compromisos con sus comunidades de origen tanto en México como en Estados Unidos, convirtiéndose éstas en un importante capital social y económico de los migrantes.

Contra el supuesto común sobre la asimilación de los migrantes mexicanos a Estados Unidos, los lazos y las lealtades hacia México de parte de este sector se han venido manteniendo e incrementando mediante una estrecha relación cultural y económica entre los migrantes y sus lugares de origen. En este sentido, la interacción constante entre migrantes y comunidades de origen ha construido una serie de redes socioculturales de la migración, convirtiéndose, por un lado, en una fuente importantísima de apoyos para los migrantes en términos de obtención de empleos, hospedaje y el aprendizaje de las reglas de convivencia en el nuevo país, y por otro, en un flujo considerable de divisas hacia México, lo cual contribuye al mejoramiento de la calidad de vida de sus comunidades de origen. Desde esta perspectiva, las redes sociales constituyen lo que diferentes investigadores han identificado como el "capital social" de los migrantes, el cual implica la acumulación de conocimientos, experiencias, y contactos con otros miembros de dichas redes, mismas que generan un potencial de diversos retornos en el tiempo para estos y otros migrantes que se agregan a estas u otras redes (Moctezuma, 2001, Escala, 2001, Zabin y Escala, 1998, González, 1995). Para los migrantes, este capital social es muy importante, particularmente en la determinación de las trayectorias de vida y laborales en Estados Unidos. Además, este capital social juega un rol central, al menos potencialmente, en términos de mejoramiento económico e incorporación social dentro de la nueva sociedad (Zabin y Escala, 1998).

En este trabajo, las casas de migrantes guanajuatenses se presentan y discuten dentro de un "nuevo patrón migratorio" contemporáneo, caracterizado por un incremento del tiempo en las estancias de los migrantes en el país de destino y el desplazamiento de núcleos familiares completos, gracias a mejores y más estables condiciones de la migración, lo cual facilita y hace más seguro este proceso para una mayor cantidad de miembros, incluidos familiares. Este nuevo patrón migratorio, sin embargo, también implica, al menos potencialmente, una reducción en el envío de remesas. Sin embargo, nosotros sostenemos que como reacción inversa a este patrón migratorio, los migrantes buscan mantener y fortalecer sus lazos mediante nuevas fórmulas de identidad, pertenencia y arraigo para con sus comunidades de origen, mecanismos que se han venido materializando en la formación de clubes, asociaciones o casas de migrantes (Moctezuma, 2001).

En este sentido, el objetivo central de este artículo es presentar un panorama general de dichas asociaciones dados sus antecedentes migratorios y organizacionales. Para tal efecto se vinculan trabajos y estudios realizados sobre los clubes o asociaciones de otros estados en términos de los patrones de desplazamiento, lugares de migración, lugares de origen y actividades a las que se dedican. De manera particular se efectuará el mismo proceso en el análisis de las "casas Guanajuato". Esto nos permitirá establecer la importancia de estos centros de reunión y conocer el capital social y económico de los migrantes guanajuatenses en el desarrollo y mejoramiento de sus comunidades de origen.

Por otro lado, la enorme literatura que se ha producido recientemente en torno a las denominadas home town associations o clubes de migrantes ha puesto su atención en la funcionalidad, éxito, límites y alcances del trabajo de las organizaciones de migrantes mexicanos. Estos clubes han sido cuestionados y a la vez justificados, especialmente sobre las bases de la cantidad y calidad de participación de sus miembros. Así, por ejemplo, Luin Goldring (1997) asegura que los miembros más activos provienen de estratos (económicos) más acomodados de "transmigrantes", considerando que estas organizaciones son vínculos importantes para la participación de la población en ambos lados de la frontera. Sin embargo, como se mostrará a lo largo de este documento, nosotros observamos una gran heterogeneidad al interior de los migrantes, característica que nos dificulta sustentar la afirmación de Goldrin (1997). Autores como González Gutiérrez (1997) sugieren que el trabajo de los clubes, a largo plazo, tiene impactos considerables aun cuando los miembros de las organizaciones que participan son una minoría. Este autor considera que el hecho de que las organizaciones sean principalmente integradas por inmigrantes de primera generación (algo difícil de sostener, dada la larga participación histórica de los guanajuatenses en el proceso migratorio), quienes están profundamente afectados por el proceso de socialización en México, afecta el desarrollo de los trabajos, aunque no aclara si de manera negativa o positiva (citado en Daza, 2001). En cuanto a la funcionalidad relacionada con que sean o no organizaciones basadas en sus lugares de origen, algunos académicos afirman que precisamente esta cualidad es la que ha ayudado a los inmigrantes a ascender en la escala socioeconómica y en la participación en el proceso político (Nagengast y Kearney, 1990; Light, 1972; Portes y Rumbaut, 1991, y Zabin y Escala, 1998, Daza, 2001).

En términos generales, los migrantes mexicanos se agrupan primordialmente atendiendo a su lugar de origen y después al grado de afinidad que exista entre ellos. Así puede verse que existe más de una decena de organizaciones oaxaqueñas que se agrupan por comunidad; algunos otros migrantes se organizan por municipios (por ejemplo, los michoacanos y guanajuatenses), y después, por estado de origen: Zacatecas, Jalisco, Durango, Guerrero, Nayarit, Puebla, Sonora, etc. A decir de Zabiny Escala (2002), las organizaciones son conformadas principalmente por originarios de zonas rurales, aunque las hay también de las grandes ciudades. Esta situación, la organización por lugar de procedencia, ha traído discusiones a colación, relacionándolas con la funcionalidad. Se dice que esta condición mantiene a los migrantes especialmente ligados a sus lugares de origen, enclavándolos en la esfera de acción mexicana (Zabin y Escala, 1998), rezagándolos y autoaislándolos de los avances experimentados por otros clubes (López et al, 2000, refieren el caso de la organización oaxaqueña de San Juan Teitipac), marginándolos en asuntos inamovibles o en trabajos secundarios del sector servicios que no requieren del uso del idioma inglés (Daza, 2001). Derivadas de las anteriores aseveraciones, el análisis de la funcionalidad o éxito de las organizaciones ha sido calificada severamente por algunos autores, argumentando que han enfrentado más obstáculos que logros. Entre estos obstáculos se señalan los siguientes (Daza, 2001; Zabin y Escala, 2002):

1. Que buscan tratar una gama amplia de problemáticas a las que se enfrentan sus miembros.

2. La centralización del poder de los líderes.

3. La división entre los líderes en cuanto a la percepción de que la cultura y la política se oponen (caso de las asociaciones oaxaqueñas).

4. La reserva al cambio de los líderes de las organizaciones.

5. La falta de relación entre comunidades e instituciones gubernamentales, por características especiales de los oriundos (caso de los oaxaqueños monolingües en alguna lengua nativa).

6. La improvisación y carencia de mecanismos institucionales de permanencia y evolución.

7. La ausencia de estructura formal de organización y funcionamiento, carencia de reglas y procedimientos establecidos por consenso de sus miembros: una declaración de principios, estatutos, manual de organización y funcionamiento, relaciones institucionales dentro de México y Estados Unidos, bases de elección y renovación de sus dirigencias, órganos internos y regímenes de gobierno y decisión.

8. La falta de acción real de vínculo social y cultural (caso de la comunidad de San Juan Teitipac).

9. Se ha dicho, también, que algunos de estos clubes no sólo han sido formados o impulsados por los distintos órganos de gobierno, sino que han sido justamente estas instancias de gobierno las más interesadas en impulsar la formación de clubes, dado el torrente de remesas que pudiera ser encauzado a través de estas organizaciones. Además, comúnmente algunas de estas asociaciones están basadas en liderazgos cuyas prácticas se asemejan en mucho al clientelismo tradicional, fundamentalmente al observado durante el predominio del PRI (no debemos olvidar que los clubes o asociaciones de migrantes fueron impulsados por la Secretaría de Relaciones Exteriores durante el periodo presidencial de Carlos Salinas de Gortari, cuando aun el PRI estaba en el poder).

10. El hecho de que estas organizaciones estén, en varios casos, precedidas por conflictos seculares entre pueblos indígenas y mestizos en México.

Pese a las críticas, diversos autores han sostenido que las asociaciones o clubes de migrantes han podido desarrollar trabajos en sus lugares de origen. Usan como ejemplo el caso de las federaciones Zacatecana y Jalisciense. Basta ver las publicaciones anuales elaboradas con motivo de sus concursos de belleza estados como Zacatecas y Jalisco. Un segundo ejemplo es el de las organizaciones oaxaqueñas con los trabajos de infraestructura que realizan en sus lugares de origen o con el apoyo al traslado de cadáveres de sus paisanos a su lugar de origen, la organización de actividades culturales en Estados Unidos, el apoyo en la defensa de los derechos laborales, humanos e indígenas, la prestación de servicios de gestoría y créditos financieros, el impulso de programas de capacitación, o bien, lo que hacen los poblanos en Nueva York; los guanajuatenses, en Texas, California e Illinois; los guerrerenses, en Chicago, etc. clubes y asociaciones de migrantes facilitan también la oportunidad de encontrar espacios de discusión política en su país adoptivo, por ejemplo, el Club Pagueros de Jalisco, especialmente ante la "propuesta 187", con lo cual generaron una manera de insertarse en la sociedad estadunidense e incrementaron las oportunidades de acceso a información y recursos, los cuales serían difíciles de obtener como grupos aislados. La mayoría de las organizaciones trabajan gestionando el apoyo económico, basándose en el respaldo de un aporte económico propio y con la figura y peso de la organización. A partir de esto surgieron programas de gobierno como el Dos por Uno (este ultimo empezó a funcionar en Guanajuato a partir de 2001, y en el cual participan actualmente 46 comunidades y cuyos dineros se destinan básicamente para la construcción de escuelas, perforación de pozos, arreglos de caminos, etc.), el Programa de Comunidades en el Extranjero en 1990, y el Programa Paisano en 1989 (Daza, 20001; González Gutiérrez, 1997; Zabin y Escala, 1998).

 

Antecedentes de asociaciones de migrantes en Estados Unidos

Los primeros intentos de organización de la población migrante mexicana datan de las primeras décadas del siglo XX y se dieron en torno a la lucha por la liberación de los mexicanos y chicanos que luchaban en contra del racismo y contra la estructura del capitalismo estadunidense. Estos intentos organizativos dieron como resultado un documento elaborado en forma conjunta por chicanos y mexicanos entre 1914 y 1915, llamado el Plan de San Diego (Daza, 2001). Posteriormente, la primera organización que se constituyó formalmente fue The Order of Sons of America, la cual surgió a comienzos de 1920 en el estado de Texas con el propósito de eliminar el prejuicio racial y obtener la participación política de los chicanos dentro de los asuntos de la comunidad, del estado y la nación; esta organización pretendía también el mejoramiento de las oportunidades educativas y la igualdad de los derechos civiles. Otra de las organizaciones mexicanas más antiguas en Estados Unidos fue el Comité de Beneficencia Mexicana, creado en Los Ángeles a principios de 1930 con la ayuda del cónsul mexicano. Este comité tenía el propósito de auxiliar a los paisanos afectados por las deportaciones que acompañaron a la depresión económica de 1929.

Sin embargo, la literatura sociológica contemporánea muestra que las organizaciones de ayuda mutua de mexicanos inmigrantes en Estados Unidos surgen en forma notoria con la inmigración de los últimos 25 años, coincidiendo con el auge de algunas ONG en áreas rurales de México (Alatorre y Aguilar, 1994; Zabin y Escala, 1998). Las organizaciones de mexicanos en Estados Unidos empezaron a funcionar como asociaciones mutualistas, más o menos formales, a nivel de población, poblado y barrio de migrantes. La mayoría se dedicaron a atender los problemas locales de sus lugares de origen y con algunos apoyos hacia los inmigrantes en torno a vivienda y empleo, en la migración hacia el norte y en el contacto con los recursos necesarios para construir una nueva vida (ver Daza, 2001; Zabin y Escala, 2002). Estos autores sostienen que las organizaciones tienen similitudes en cuanto a su forma de creación: inicialmente, los inmigrantes mexicanos tienden a visualizar su presencia en festividades (individuales o colectivas) de índole religioso o civil, y en actividades deportivas.1

La etapa que le sigue es la formación de comités, que representan las comunidades de origen, a los que integran miembros que inician los trabajos de discusión sobre los temas y proyectos a tratar, reproduciendo en muchos casos las mismas prácticas que se desarrollan en reuniones de discusión similares al pueblo de origen. Posteriormente, los clubes se agrupan en asociaciones de clubes por regiones de origen, para generar campos de acción mucho más amplios (Daza, 2001; Zabin y Escala, 2002).

 

La formación de clubes o asociaciones de migrantes

La actual formación de asociaciones o clubes de migrantes empezó a ser notoria a principios de la década de 1970 a través de la agrupación de migrantes organizados previamente en clubes de fútbol y por región de origen (Zabin y Escala, 1998). En 1972 se formó una de las primeras asociaciones que agrupó a varios clubes de zacatecanos. A mediados de la década de 1980, inmigrantes provenientes de estados de menor índice de expulsión, como Oaxaca, conformaron la Asociación Cívica Benito Juárez. Esta asociación fue concebida con dos objetivos primordiales: proporcionar información sobre los derechos laborales de los trabajadores agrícolas en California y propiciar mayor participación comunitaria en las decisiones del lugar de origen de los integrantes, como ocurrió en San Juan Mixtepec. Otras organizaciones formadas fueron las de Guanajuato, a partir del club de fútbol León del Este de Los Ángeles, fundado en 1945; la de Yucatán, cuyo origen fue la Liga Yucateca de Softball de Pasadena, creada desde 1979 en los Ángeles (Daza, 2001).

En el caso de las organizaciones de Guanajuato, durante el periodo presidencial de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) se le dio a éstas el nombre de "casas Guanajuato". Estas asociaciones están basadas en la organización civil y su objetivo central es el mejoramiento de sus comunidades, el fortalecimiento de los lazos de unión con su estado de origen y la integración al desarrollo de la comunidad (González y Hernández, 1998). Un antecedente relativamente exitoso de organización laboral mediante organizaciones de oriundos que aprovechó los lazos del lugar de origen a favor de los trabajadores fue el caso de los migrantes del pueblo El Maguey, Guanajuato (Dwyer, 1994; Ochoa, 1993; Vadi, 1994). Desde la conformación de esta organización ha quedado claro que las organizaciones de migrantes buscan, como objetivo principal, ayudar a sus comunidades de origen y proveer una manera en la que sus compatriotas mantengan un vínculo social con el país de origen (Daza, 2001).

En el fondo, las organizaciones de mexicanos no han variado mucho respecto de las razones que motivaron a los primeros inmigrantes a agruparse, quizás las condiciones sean diferentes, pero el deseo de brindar ayuda a los paisanos es la misma. Como refiere Santa María Gómez,

las organizaciones de los años posteriores a la revolución mexicana, las mutualidades, clubes y sindicatos que organizaban a los trabajadores mexicanos eran asignados con nombres en español y de héroes mexicanos; las fiestas patrias más celebradas eran el 16 de septiembre y el 5 de mayo; el mayor interés político estaba en los asuntos de México (Gómez, 1997).

Por otro lado, las organizaciones que se han formado en las últimas cuatro décadas, salvo excepciones, rompieron con la tradición forjada al norte del Río Bravo entre 1848 y 1937, constituyéndose en los principales vehículos de la relación política con el gobierno, los movimientos revolucionarios y los partidos políticos mexicanos (Daza, 2001). Como ejemplo de lo anterior se puede referir el caso de la organización oaxaqueña FIOB, misma que desde su formación ha tenido tintes claramente políticos. El excónsul de Asuntos Comunitarios en Los Ángeles, Carlos González Gutiérrez (1995), describía las características de las organizaciones mexicana en los siguientes términos:

Representan los intereses y articulan las demandas de sus agremiados frente a quienes permanecieron en la comunidad de origen, frente a las autoridades municipales, estatales y federales del gobierno de México y, en menor medida, frente a la sociedad civil y las autoridades locales de las ciudades donde residen (citado en Daza, 2001).

A partir de lo anterior se deduce que las organizaciones de mexicanos radicados en Estados Unidos han experimentado una evolución en cuanto a sus objetivos primarios, ampliando su rango de acción a actividades que van desde atender las necesidades de sus comunidades de origen hasta cuestiones políticas que atañen a estas comunidades en sus estados de origen y en el país receptor. La participación política en Estados Unidos se ha manifestado especialmente en el estado de California, mediante la oposición pública a la propuesta de ley llamada 187, durante la gubernatura de Pete Willson en el estado de California.

Durante esta etapa, las organizaciones de inmigrantes mexicanos fueron contactadas por los legisladores y líderes de origen hispano, a través de los consulados mexicanos, para manifestar su oposición a la propuesta 187, después de lo cual la participación de los migrantes mexicanos se ha fortalecido, haciéndose mas activa. Así, Zabin y Escala (1998) califican como actividad política la idea de los migrantes de convertirse en ciudadanos estadunidenses (caso del Club de Damas de Tecuala, Nayarit y del Club Sonora), por ser considerada ésta una de las formas en que los migrantes y las organizaciones en que están constituidos podrán tener más participación política en el futuro inmediato. Estas organizaciones, ciertamente, no han tenido una participación política abiertamente partidaria ni constante, pero cuando ha existido, la han manifestado particularmente dentro de la política mexicana más que en la estadunidense (Santamaría, 1997). Como ejemplo de lo anterior se puede referir la participación de las organizaciones (clubes o asociaciones de migrantes) mexicanas en temas como las elecciones presidenciales de 1988 y 1994, y las negociaciones del TLC, en las que hubo importantes manifestaciones públicas firmadas por varios clubes, particularmente de las áreas de Los Ángeles, San José y Chicago, en las que estas organizaciones apoyaban abiertamente, mediante desplegados y cartas a los periódicos y reuniones diversas, al Partido Revolucionario Institucional y al gobierno mexicano. En estos desplegados también se puso de manifiesto la posición de las organizaciones frente a la política interior y exterior de México, al expresar claramente el interés por el voto de los mexicanos en el extranjero (Daza, 2001).

Tanto Nava Treviño (1998) como Daza (2001) coinciden en señalar que a partir de los acontecimientos derivados de la sucesión presidencial y el desacuerdo con el resultado de las reformas económicas implantadas en nuestro país, desde 1995 se inició un movimiento político activo entre los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos. Estos autores comentan que hacia finales de febrero de 1998 algunas organizaciones de mexicanos en Estados Unidos integraron la Coalición de Mexicanos en el Exterior Nuestro Voto al 2000, con el propósito de presionar a las autoridades de México y asegurarse el derecho constitucional del ejercicio del voto para la elección federal de 2000.

En cuanto al involucramiento en la política estadunidense, no se observan mayores avances, lo cual podría reflejar, por un lado, rezagos de los vicios de la cultura política heredada del PRI, y por el otro, la ausencia de una verdadera consolidación de dichas organizaciones en Estados Unidos alrededor de un grupo o partido político. A continuación se citan algunas de las razones de la debilidad o ausencia de participación política en Estados Unidos por parte de los clubes o asociaciones de migrantes mexicanos (Zabiny Escala, 1998; Daza, 2001):

1. El gobierno mexicano no ha podido evitar reproducir en los clubes mexicanos en Estados Unidos los mecanismos de relación corporativa que establece con las organizaciones sociales al sur de la frontera. Los consulados, gobiernos municipales y estatales utilizan el clientelismo en diversas actividades, recursos financieros y materiales que fluyen de los clubes mexicanos en Estados Unidos hacia sus pueblos de origen.

2. Los migrantes traen tras de sí una profunda desconfianza, tanto de los procesos, como de los mismos políticos.

3. La división entre los líderes de las organizaciones.

4. La posibilidad de que la mayoría de los miembros de las organizaciones estén más ocupados en encontrar trabajo que en construir relaciones políticas, o bien, se concentran en los problemas de su pequeño lugar de origen y no en los grandes asuntos nacionales.

5. Que el extremo paternalismo limita a las organizaciones de oriundos mexicanos en su rol político.

Sin embargo, a pesar de que algunas de estas organizaciones han vivido experiencias desafortunadas durante procesos políticos y con algunos políticos mexicanos en general, algunos representantes, como el actual líder de la asociación guerrerense, han manifestado su intención de participar en la política de Estados Unidos para defender a su comunidad, y aunque varias son las voces que favorecen la participación política de las organizaciones, estas aún son pocas y representan a un número muy pequeño y su rango de influencia es limitado (Zabin y Escala, 2002).

Además, durante febrero del 2000 se difundió la creación de una Coalición Internacional de Mexicanos en el Exterior (CIME) bajo el lema de "Derechos iguales para todos los mexicanos", precedida por el abatimiento de la disposición del gobierno federal de México de imponer una fianza por internamiento temporal de vehículos hacia finales del año 2000 y que, supuestamente, representaba a todos "los mexicanos en Estados Unidos". Según Daza (2001), desde la convocatoria que hicieron sus líderes, la participación de mexicanos inmigrados de primera generación fue muy limitada y su creación adquirió la clásica forma de una simulación de poder, ya que a pesar de que se tocaron temas como el Programa Bracero, nunca fue invitada la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas y Migrantes, organización mexicana que ha estado luchando por la recuperación de los fondos descontados de los salarios de los trabajadores agrícolas por el gobierno estadounidense, mismos que fueron transferidos al gobierno mexicano entre las décadas de 1940 y 1960.

¿Cuántos son, quiénes son y a qué se dedican?

No existe un acuerdo acerca del número, registro, localización, organización y objetivos concretos de las asociaciones de mexicanos en el extranjero. Del análisis de diversos documentos se deduce que el número de organizaciones de mexicanos en el extranjero es considerable. Daza (2001) menciona aproximadamente 300 en una decena de estados de la Unión Americana y López (1999) da cuenta de 400 organizaciones registradas en el Consulado de Los Ángeles, Roger Díaz de Cossío et al. (2001) dan cuenta de 431 asociaciones, como se indica en el cuadro 1. Una distribución general por estados de origen y localización en Estados Unidos se presenta en dicho cuadro, con un total de 431 clubes o asociaciones. Estimaciones hechas por el NAID Center de la UCLA a partir de la información proporcionada por la Secretaría de Relaciones Exteriores menciona un total de 493 organizaciones de migrantes provenientes de diferentes estados mexicanos. Como se puede observar en los cuadros 1 y 2, los estados mexicanos que encabezan la conformación de asociaciones son: Zacatecas, Jalisco y Guanajuato (considerados como los estados tradicionales de expulsión migratoria) y la localización de los respectivos clubes se da principalmente en los estados de California, Illinois y Texas. El estado de Zacatecas cuenta con el mayor número de asociaciones, cuya localización se da prioritariamente en los estados de California, Illinois y Texas, lo cual está estrechamente ligado con su antigua y fuerte tradición migratoria desde el comienzo del Programa Bracero. Le sigue el estado de Jalisco, que comparte el mismo destino de concentración de migrantes observados en el caso de Zacatecas: en primer lugar California y segundo lugar Illinois. Guanajuato, por su parte, ocupa el tercer lugar y la distribución de clubes ("casas Guanajuato") se da principalmente en los estados de California, Illinois y Texas.

Un estudio realizado por López, Escala e Hinojosa en el año 2001 (cuadro 3), para los estados de Jalisco, Zacatecas y Oaxaca, muestra que la edad media de los miembros de las asociaciones es de 40 años, con un nivel de educación media de nueve grados, congruente con la fecha en que ingresaron a Estados Unidos. Si se tiene en cuenta que los jóvenes suelen emprender el traslado a Estados Unidos luego de concluir la escuela elemental, como sucede en la región de Los Altos de Jalisco, zona donde los jóvenes se suelen matricular en las escuelas secundarias únicamente con el propósito de obtener pasaporte para poder gestionar visas y así ir a Estados Unidos en busca de trabaj o o para reunirse con sus familiares (Vega, 1998). La mayoría de los migrantes que analizan López, Escala e Hinojosa (2001) han conformado una familia y poseen vivienda permanente en Estados Unidos. Lo anterior hablaría en favor de una mayor estabilidad como residentes, lo cual les permite asumir la tarea de organizarse para conformar dichas asociaciones. Resulta interesante observar que en el caso de las mujeres es menor su participación, apenas de 20 por ciento en promedio, lo cual tiene que ver con el comportamiento migratorio que históricamente han desempeñado las mujeres, mismas que en muchas ocasiones no solían trabajar y sólo acompañaban a sus esposos. Sin embargo, este patrón migratorio femenino, como ya lo habíamos mencionado, ha estado cambiando, observándose el incremento de éstas, que si bien es más reciente, ha incrementado su volumen y su presencia tiene que ver con fines de índole laboral.

En cuanto a las actividades que realizan dichas asociaciones se mencionan, entre otras: la recaudación de fondos por medio de bailes, quermeses, días de campo, rifas, charreadas, concursos de belleza. Por otro lado, generalmente estas asociaciones realizan una serie de proyectos sociales promovidos en sus lugares de origen con el objetivo de mejorar la calidad de vida de sus habitantes y que, en términos generales, comprenden, según Escala (2001):

1. Construcción y reparación de infraestructura pública (caminos, calles, plazas, centros deportivos, etc.).

2. Donación de vehículos y equipo (ambulancias, camiones escolares, equipo médico y de oficina, etc.).

3. Caridad (construcción y mantenimiento de orfanatorios y de asilos de ancianos).

4. Promoción educativa (programas de becas, construcción y mejoramiento de locales escolares, envío de materiales escolares).

 

Las casas Guanajuato

A partir de la creación de la Dirección para la Atención de las Comunidades Mexicanas en el Extranjero en 1990, la Secretaría de Relaciones Exteriores se propuso establecer oficinas similares en las diferentes entidades del país. Mientras que muchos migrantes en Estados Unidos se habían organizado sin necesidad de intervención estatal, como sucedió con los zacatecanos, los guanajuatenses -con algunas excepciones- no habían establecido agrupaciones o asociaciones destacadas.2 Es apenas durante el gobierno estatal del panista Carlos Medina Plascencia (1988-1992) cuando nace la idea de establecer una oficina semejante a la existente en la SRE, formalizándose la primera oficina en enero de 1994, encabezada por Fermín Salcedo Courtade, y posteriormente, después de la renuncia de éste, José Hernández Hernández tomo posesión en julio del 2000. Fue la primera oficina de su tipo en establecerse en un gobierno estatal. A partir de entonces comenzó una actividad que llevó al establecimiento de veinte casas Guanajuato en diferentes ciudades de Estados Unidos, todas ellas con recursos de los propios migrantes y algún apoyo financiero inicial del gobierno de la entidad (Rionda y Romero, 1999).

Como se pudo observar en los cuadros 1 y 2, Guanajuato es el tercer estado con mayor número de asociaciones. Estas organizaciones toman el nombre de "casas Guanajuato" y al igual que las organizaciones de migrantes del resto de estados comparten, en términos generales, varias de las características que menciona Escala (2001). Las casas Guanajuato han logrado coordinar actividades dirigidas al mejoramiento y desarrollo de los lugares de origen de los migrantes que las conforman, para lo cual han generado varias estrategias en la obtención de fondos, que van desde la tradicional recolecta hasta la inversión para proyectos productivos (cuadro 4). También han aplicado el proyecto gubernamental Mi Comunidad, e incluso han logrado invertir en una serie de maquiladoras textiles, con lo cual se pretende dar empleo a un gran número de personas de las comunidades, "logrando que los guanajuatenses se sientan tranquilos en sus lugares de origen y que los que residen en Estados Unidos sientan que han logrado contribuir al progreso de sus comunidades de manera productiva" (Revista Pa'l Norte, principal órgano de difusión de la Dirección de Atención a Comunidades Guanajuatenses en el Extranjero).

En cuanto a los proyectos productivos, muchos de ellos han permitido establecer relaciones de cooperación entre las casas de Guanajuato y las autoridades locales con el objetivo de optimizar los recursos. Por ejemplo, el presidente del municipio de Guadalupe (Casa Guanajuato de Guadalupe) y su contraparte de Salinas, California, formalizaron lazos de intercambio para la gestión de viajes de estudio de jóvenes del municipio de Guadalupe hacia Estados Unidos, tanto para estudiar inglés como alguna carrera profesional.

Como se puede apreciar en el cuadro 4, a partir de las casas Guanajuato se han establecido varias redes de intercambio y cooperación entre las cuales han destacado varios proyectos de mejoramiento y desarrollo tanto de las comunidades de origen de los migrantes en Guanajuato como en aquellas en las que residen en Estados Unidos (Pa' l Norte, ediciones varias). Entre estas redes se puede citar el esfuerzo pionero de la Red CALI-GUA 1997-2000 (California-Guanajuato), mediante la cual se ha podido involucrar a la Universidad de Guanajuato. Por medio de esta universidad se pretende ayudar a estudiantes mediante el obsequio de becas para guanajuatenses que deseen aprender inglés en la Universidad de Guanajuato y a estudiantes residentes en Estados Unidos para que conozcan más de sus orígenes. Otro ejemplo es la red Jerécuaro-Salinas-Greenfield., mediante la cual se ha iniciado el intercambio y ayuda mutua entre los migrantes en ambos lados de la frontera, particularmente en lo referente a ayudas para estudiantes, regalos, eventos culturales, exposición y venta de productos hechos en Guanajuato, etcétera (González, 1999).

Por otro lado, hablando en términos productivos (ahorro e inversión), se tiene noticia de que varias familias, originarias de Nuevo Chupícuaro, Guanajuato, regresaron con dólares a mejorar o construir sus casas. Estas familias trajeron, además, estilos de construcción, modas, autos, nuevas tecnologías, formas de hablar, etc. Sin embargo, como sucede en otros tantos pueblos de larga tradición migratoria, varias de estas casas permanecen vacías la mayor parte del año. Un testimonio da cuenta de que

a casi 50 años de la reubicación de Chupícuaro, luego de la construcción de una presa en 1949, la iglesia fue reconstruida, también el jardín principal. Un museo y varias calles se han estado pavimentando. Prácticamente todas estas obras se hicieron con aportaciones de los migrantes que han trabajado o trabajan en Estados Unidos (Revista Pal Norte, núm. 12, año 3, s/f.).

Otros testimonios recuperados en los diferentes boletines Pa'l Norte (órgano de difusión de la Dirección de Atención a Comunidades Guanajuatenses en el Extranjero) señalan que los principales rubros a los que son destinados las aportaciones económicas de los migrantes y de las casas Guanajuato tienen que ver con la construcción y reparación de infraestructura publica (caminos, calles, plazas, centros deportivos, etc.), la donación de vehículos y equipo (ambulancias, camiones escolares, equipo médico y de oficina, etc.), obras de caridad o de tipo social (construcción y mantenimiento de orfanatorios y de asilos de ancianos) y la promoción educativa y cultural (programas de becas, construcción y mejoramiento de locales escolares, envío de materiales escolares, concursos de belleza, etc.). En este tipo de actividades, las casas Guanajuato no se diferencian mucho de los clubes zacatecanos, jaliscienses o oaxaqueños. Habría que preguntarse, sin embargo, cómo se decide o quiénes deciden los principales rubros a que son destinadas las aportaciones que envían los migrantes y qué papel juegan en estas decisiones los diferentes niveles de gobierno y los liderazgos comunitarios.

Migración, proyectos productivos, obras y servicios

Desde el punto de vista del fenómeno migratorio, de acuerdo con Rionda y Romero (1999), en 1990 más de 700 mil personas originarias del estado de Guanajuato vivían en alguna otra entidad de la república. En contrapartida, más de 302 mil habitantes de este estado eran originarios de otra entidad. Son cantidades muy importantes, sobretodo si se toma en cuenta que en Guanajuato habitaban en ese periodo poco menos de 4 millones de personas. Entre 1970 y 1980, 258 045 individuos emigraron al estado de Guanajuato, pero igualmente salieron de la entidad 360 900, de acuerdo con el censo de 1990. Lo anterior permite hacerse una idea de la alta dinámica migratoria de este estado tanto a nivel interno como externo. En este sentido, Guanajuato continúa siendo el tercer estado que proporciona más inmigrantes a Estados Unidos, a la capital de la república y al estado de México, así como a las ciudades fronterizas de Tijuana y Ciudad Juárez. Cada año varias docenas de jóvenes mexicanos se incorporan al mercado de trabajo estadunidense; de ellos más de 100 son guanajuatenses. Esto obliga a los guanajuatenses a desplazarse a diferentes lugares, ya sea de forma temporal o permanente.

Desde los tiempos de la Revolución, los guanajuatenses se han visto obligados a trasladarse al norte del país y a los EU para buscar mejores oportunidades. Las contrataciones durante el Programa Bracero propiciaron el éxodo temporal de miles de abajeños y serranos que año a año solicitaban sus boletas de las oficinas de contratación de Irapuato y de otras partes del país (Rionda, 1977: 103-108).

Existe mucha información que confirma a Guanajuato como uno de los tres estados con mayor porcentaje de migrantes en Estados Unidos. Desde el primer Programa Bracero (1915-1922) se ha venido configurando una constante y creciente corriente de trabajadores guanajuatenses a ese país, incrementándose en el segundo Programa de Braceros (1942-1964) y manteniéndose en la actualidad (Rionda y Romero, 1999) (cuadro 5).

A partir del estudio de los giros postales recibidos de Estados Unidos en los años veinte se pudo establecer que la mayor parte de éstos se dirigían a Guanajuato (25.6 por ciento), luego a Michoacán (18.4 por ciento) y por último a Jalisco (18 por ciento). De acuerdo con la Encuesta de Trabajadores Inmigrantes Devueltos de Estados Unidos (Etideu), de los 9 631 trabajadores indocumentados encuestados, 745 manifestaron habitar en Guanajuato, y éstos a su vez expresaron trabajar en distintos lugares de Estados Unidos. Existe una fuerte polarización de migración de guanajuatenses hacia ciertos estados de la unión americana, dándose con predilección hacia el suroeste de California, a Texas e Illinois.

La Dirección Estatal de Apoyo a las Comunidades Guanajuatenses en el Extranjero, formada por el gobierno del estado a instancias de la Secretaria de Relaciones Exteriores en 1994, calcula que aproximadamente un millón de trabajadores hispanos de Estados Unidos (tanto legales como ilegales) son originarios de Guanajuato. Áreas como las de Dallas Fort-Worth han llegado a concentrar a casi 300 mil paisanos, según las matrículas consulares3 (Rionda y Romero, 1999).

El fenómeno migratorio del estado de Guanajuato puede explicarse, por un lado, como un producto de las bajas condiciones salariales imperantes en la zona, los cuales eran inferiores al promedio nacional y, por otro, debido al conflicto religioso denominado Guerra Cristera de 1926-1929, imperante por ese entonces (Rionda y Romero, 1999). Aunque Guanajuato no posee los extremos de marginación social que padecen estados como Oaxaca, Chiapas, Hidalgo o Guerrero, la pobreza social afecta a sectores importantes de su población urbana y rural. Las diferencias salariales, por un lado, y las fuertes redes migratorias construidas a lo largo de por lo menos cien años han permitido que la migración se presente en un amplio estrato de la población.

Al igual que lo que sucede en otros estados (Vega, 1999), a pesar de la pobreza y de las políticas restrictivas de Estados Unidos, muchos guanajuatenses están dispuestos a endeudarse a fin de poder trabajar en ese país. Como resultado, muchas de las comunidades guanajuatenses están semivacías de hombres y familias enteras durante el verano, aunque "reviven" regularmente durante el invierno, con el regreso de los "norteños". En este sentido, como señalan Rionda y Romero (1999), la migración debe ser asumida como un proceso con determinantes estructurales, pues constituye una respuesta ante factores sustantivos de orden económico, no necesariamente asociados con pobreza, que obligan al traslado. Estos autores explican, por ejemplo, que los proyectos productivos que se empezaron a planear por el gobierno del estado de Guanajuato, particularmente durante el periodo de gobierno de Vicente Fox, y que fueron concebidos para atender las necesidades locales de trabajo e ingreso, sólo podrán tener éxito en cuanto puedan ser competitivos con la alternativa migratoria hacia Estados Unidos; proyectos que, además, deberán prestar atención a factores culturales como la cohesión social, el prestigio, la formación de la identidad, etc. Desde el punto de vista sociocultural, emigrar se considera como un "rito de paso" necesario para que los jóvenes de las comunidades se consideren adultos. Rionda y Romero (1999) explican que, en este sentido, las alternativas locales de ocupación deberán enfrentar el reto de satisfacer las expectativas en cuanto al nivel de ingresos económicos competitivos y de posibilidades de progreso de la población, particularmente los jóvenes, en la definición de nuevos programas que atiendan a la población migrante.

En relación con los proyectos productivos relacionados con el fenómeno de migración, éstos se materializan como ayudas y apoyo por parte de los diferentes grupos de migrantes para la realización de diferentes proyectos en sus lugares de origen, liderados por las casas Guanajuato. En 1992 y 1993, por ejemplo, Desarrollo Rural de Guanajuato organizó 850 comités de obra en otras tantas comunidades (cuadro 6). Aunque las obras son básicamente de beneficio social, muy pocas de tipo productivo, muestran las aportaciones e involucramiento de los migrantes en el desarrollo y mejoramiento de sus comunidades. Si bien para estos años aun no se había formalizado la creación de las casas Guanajuato, y aunque estas contaron con el patrocinio del gobierno estatal, han sido las remesas de los migrantes la principal fuente con que se han financiado muchas de estas comunidades, tanto en necesidades colectivas como en la realización de obras de orden productivo o prioritarias (Rionda y Romero, 1999).

Un buen ejemplo de proyectos productivos lo constituye la ciudad de Irapuato, en la cual una organización autogestiva, el Consejo Rural de Irapuato, fue impulsada por la iniciativa privada a través de Desarrollo Rural de Guanajuato y algunas autoridades municipales, instancias que han apoyado diferentes proyectos productivos y de dotación de servicios mediante el Consejo Rural de Irapuato, existente desde 1993,4 conformado por los delegados de las comunidades, pero sin la aspiración a la participación activa. Al respecto, vale la pena comentar que la ciudad de Irapuato tiene una antigua tradición en cuanto a emigración hacia Estados Unidos, misma que constituyó uno de los centros de contratación de braceros durante la década de 1950. Al término de este programa, muchos migrantes continuaron trasladándose, sobretodo de forma estacionaria e ilegal a los campos de California y a otros estados. Gracias a la Amnistía de la Ley Simpson-Rodino de 1986, gran cantidad de irapuatenses se legalizaron y se llevaron consigo a sus familias. También se ha iniciado en el municipio de Irapuato un movimiento migratorio legal hacia Canadá, basado en un programa especial de contrataciones agrícolas (Rionda y Romero, 1999). De acuerdo con lo anterior, los proyectos productivos varían según región y estado. En el estado de Guanajuato se ha venido impulsando toda una gama de proyectos que no sólo comprenden el beneficio social de la comunidad con obras de infraestructura, sino que dan impulso al desarrollo en general como son aquéllos relacionados con proyectos de inversión para generar empleo y capacitación tanto en Guanajuato como en el extranjero.

Los proyectos productivos

Con el cambio de gobierno y el ascenso a la gubernatura de Vicente Fox (PAN), se emprendieron actividades más relacionadas con la producción y el fomento del arraigo en las comunidades de origen. Con el programa denominado Mi Comunidad, cuyo objetivo central fue "generar fuentes de empleo en comunidades de los municipios más pobres de Guanajuato y de esta manera contribuir a la disminución del índice de migración a Estados Unidos", se inició la instalación de una serie de maquiladoras con un capital inicial de 120 mil dólares aportado por mitad por el gobierno del estado y paisanos migrantes, con la meta de llegar a las 30 maquiladoras, aunque a la fecha sólo están en función seis y otras seis están en formación (Rionda y Romero, 1999). A sugerencia de la Dirección de Atención a Comunidades Guanajuatenses en el Extranjero (DACGE) se invitó a la maquiladora del Tigre en el municipio de Yuriria, al sur de la entidad, para reactivar la confección de prendas y privilegiar el empleo de mano de obra femenina. Inicialmente, el capital lo aportaron diez socios (hombres), cinco de ellos con experiencia migratoria y legalizada. Esta maquiladora inició sus operaciones el 24 de enero de 1997 con 60 personas, con maquinaria usada e instalaciones rentadas. Aunque esta maquiladora fue mostrada como ejemplo de desarrollo exitoso, resulta evidente que ha enfrentado una serie de problemas para continuar funcionando: los socios se están separando y solamente tres le prestan atención a la organización del taller (Rionda y Romero, 1999).

Durante el año de 1998 se privilegió trabajar con mujeres, mientras que en años anteriores, previos a 1991, éstas estuvieron prácticamente ausentes. Es importante resaltar que varios de los proyectos productivos han sido desarrollados en comunidades expulsoras de población. Un caso típico es el de la producción domiciliaria de prendas de acrilán en Rincón de Cano, en el municipio de Tierra Blanca, que se puso en funcionamiento en octubre de 1998 y se ha apoyado con un monto total de 50 mil pesos. Veintidós mujeres encontraron ocupación en ese taller, aunque con ingresos modestos, dado que la producción es adquirida por intermediarios.

Al igual que en otros estados, en Guanajuato ha empezado a operar el programa Dos por Uno, mediante el cual, por cada dólar que es enviado por los migrantes o "casas Guanajuato", el estado se compromete a poner dos dólares para obras de mejoramiento de las comunidades. Estas aportaciones pueden destinarse lo mismo para determinados proyectos productivos como para el mejoramiento de infraestructura de dichas comunidades (cuadro 7). En el caso del estado de Guanajuato, éste es un programa que, a diferencia de otros estados como Zacatecas o Jalisco, se puso en marcha éste a mediados del año 2001; por tanto, resulta aún difícil evaluar los diferentes proyectos que se programaron debido a que varios de éstos todavía están en proceso de desarrollo y algunas obras están por concluir, aunque no la gran mayoría.

¿Cuántas son y dónde están?

Las casas Guanajuato, a pesar de su corto tiempo como organizaciones formales, han logrado establecerse en prácticamente toda la unión americana con un total de 42 casas, asentadas en 19 estados americanos (cuadro 8, mapa 1). 

Las casas Guanajuato se establecen a partir de la organización previa que ya se había creado en Estados Unidos por medio de los clubes de fútbol y de oriundos, a cuyos líderes se les invitó a establecer casas Guanajuato. Así, por ejemplo, en marzo de 1998, la Dirección de Atención a Comunidades Guanajuatenses en el Extranjero tenía registrados 500 equipos de fútbol, integrados por jóvenes guanajuatenses que trabajan en Estados Unidos. Las Casas Guanajuato son organizaciones de oriundos que se constituyen en Estados Unidos bajo las leyes de ese país, como "asociaciones sin fines lucrativos" (non profit organizations), cuyos programas están encaminados al desarrollo de la comunidad guanajuatense, al fortalecimiento de los lazos de unión con su estado de origen, y al mejoramiento personal, es decir, a la promoción integral del ser humano. Sus directivos son elegidos lo más democráticamente posible por los miembros de las comunidades a las que pertenecen. Idealmente, una casa Guanajuato es un club donde tienen cabida todos los guanajuatenses, de la ciudad o región en la que se establece la asociación, sin que importe su ideología, filiación política, religión y condición económica.

Según sus estatutos, las casas Guanajuato se norman bajo el criterio de autonomía, es decir, tratan de evitar el carácter paternalista por parte del gobierno estatal, evitando así depender de algún gobierno, estado o consulado. El gobierno de Guanajuato solamente les da un impulso inicial por medio de programas como el de las casas Guanajuato. No reciben recursos federales, y se promueven a través de diversas actividades para obtener fondos, tales como eventos de tipo cultural, educativos, lúdicos, que les permitan, tanto a los que dejaron su tierra como a las nuevas generaciones nacidas en territorio estadunidense, acrecentar las raíces, valores, costumbres de donde son originarios (Ramón Flores a Germán Vega, diciembre de 2001).

Según el representante de la Dirección de Atención a los Guanajuatenses en el Extranjero (Ramón Flores), uno de los principales problemas encontrados en la constitución de las casas Guanajuato es la identificación de los líderes o representantes, debido, entre otras causas, al nivel sociocultural tan elemental de la mayoría de sus miembros (nivel primaria en promedio). Esto aunado al sistema económico en el que están inmersos, al régimen de vida tan estandarizado y esclavizante (horarios rígidos que no dejan tiempo libre) que tienen los migrantes en Estados Unidos, dificulta mucho que esta población pueda desarrollar actividades altruistas como la de ser presidente de una casa Guanajuato (Ramón Flores a Germán Vega, diciembre de 2001). A pesar de lo anterior, la DACGE ha encontrado bastante eco entre los migrantes, de tal manera que en la actualidad se habla de 42 casas Guanajuato funcionando, aunque sólo 15 de éstas están "debidamente registradas bajo las leyes estadunidenses," y se espera poder formar más en el futuro. Así, Ramón Flores Rodríguez, actual responsable de la DACGE, explica que "Actualmente, noviembre de 2001, existen 15 casas Guanajuato ubicadas en seis estados de la unión americana que se encuentran trabajando de manera activa, esto es, que cuentan con su propia mesa directiva (cuadro 9).

El cuadro anterior muestra los lugares de origen y de destino de los migrantes, así como el año de su fundación. Es interesante observar que de 15 casas de migrantes sólo dos están encabezadas por mujeres y corresponden a las primeras dos de las casas establecidas. De acuerdo con los datos de este cuadro, el estado de Texas presenta el mayor número de casas (seis), las cuales se han venido constituyendo en varias ciudades desde 1994, siendo Dallas el lugar donde fue organizada la primera casa. Esta agrupa a oriundos de los municipios de Ocampo, Cortázar, Irapuato, Salamanca, León, Dolores Hidalgo, Coachití, Apaseo el Grande, Comonfort, Silao, Celaya y León. Le siguen, en orden de importancia, el estado de Illinois, con tres casas, la primera de las cuales se estableció en Chicago, está representada por una mujer y agrupa oriundos de Xichú, Yuriria y Salvatierra. El estado de California, que agrupa a oriundos de El Tigre y Timbinal en el municipio de Yuriria y migrantes de Chupícuaro, localidad perteneciente al municipio de Acámbaro. El estado de Georgia cuenta con representantes de León, Apaseo el Grande, Comonfort y San Felipe, y el estado de Atizona, con oriundos de Santiago Maravatío, Salamanca, Irapuato y León. El cuadro 8 nos permite ver, también, las fechas de formación de estas casas: la más antigua se fundó en Dallas, Texas (en 1994), y las más recientes se constituyeron durante 2001 enPhoenix, Arizona; KennethSquare, Pensilvania, y Kankankee, Illinos. Lo anterior da idea de la antigüedad y solidez de las redes de migrantes guanajuatenses en esos estados y la relación estrecha entre la experiencia migratoria y la facilidad para conformar clubes o casas Guanajuato, capital social que les ha permitido la conformación de casas a partir de sus antiguas formas de asociación.

Solamente las casas Guanajuato de Dallas, Texas; Moline, Illinois, y Soledad, California, tienen su registro como non profit organziation, y las 12 restantes se hallan en proceso de obtención de este registro.

En este momento no contamos con un registro de personas que se benefician en cada casa Guanajuato, ya que éstas permanecen abiertas para toda sociedad que desee participar en pro de la comunidad guanajuatense, no importando su situación legal, status económico, preferencia política, religiosa, ni origen (Ramón Flores a Germán Vega, diciembre del 2001).

 

La conformación de las redes

En su estudio sobre "La red de migrantes que unen a Guanajuato con Texas", González (1999) señala que "líderes y autoridades locales informaron que se trataba de una población (de guanajuatenses) de alrededor de un cuarto de millón de individuos, incluidos los inmigrados y sus hijos, los recién llegados con o sin documentos." Según esta autora, se puede asegurar que existen más de 250 000 individuos originarios del estado de Guanajuato. La mayoría vinieron de San Felipe, Ocampo, León, Cortázar, San Francisco del Rincón, San Miguel de Allende, Acámbaro, Guanajuato, Yuriria, Valle de Santiago, Pueblo Nuevo y también de Tierra Blanca, Xichú, Pénjamo, Cuararamo, Tarimoro, Hanimaro, Romita, Silao, Coroneo, Abasólo, Moroleón, Jerécuaro, Jaral, Salvatierra, Uriangato, Manuel Doblado, los dos Apaseo y Tarandacuo. En el mapa 1 se observa la distribución de los distintos municipios de Guanajuato de donde provienen los migrantes que han conformado las diferentes casas Guanajuato, los cuales coinciden con los municipios tradicionalmente expulsores de población.

Por otro lado, al parecer, las redes de migrantes guanajuatenses en Dallas, han servido como base para la formación de otras redes en diferentes estados de la unión americana. En su estudio sobre las "redes", González (1999) relata que según el señor Enrique y Filiberto Martínez, hijos de una de las primeras parejas emigradas, los primeros en llegar y establecerse en el territorio de Dallas a principios de siglo fueron migrantes originarios del municipio de San Felipe, concretamente los esposos José Martínez Calvillo y María de Jesús Rodríguez de Martínez, quienes llegaron a trabajar en la cementera que existía en Eagle Ford, esta compañía se llamaba Trinity Portland Cement Company, en la cual don José trabajó por 50 años.

Hacia 1994, el entonces gobernador Carlos Medina declaró que la población migrante se componía de unas 600 000 personas asentadas principalmente en los estados de Texas, Illinois y California. El gobierno estatal calcula que para 1998 existían 1 700 000 guanajuatenses de todas las generaciones distribuidos mayoritariamente en Texas (800 000), California (700 000), e Illinois (240 000) (González, 1999). Cálculos basados en la información recogida por El Colegio de la Frontera Norte señalaban que aproximadamente 10.8 por ciento de la migración mexicana era de origen guanajuatense, misma que ha ocupado por varias décadas uno de los cuatro principales estados expulsores de migrantes, junto con Jalisco, Michoacán y Zacatecas (Rionda y Romero, 1999).

González y García (1999) comentan que en Texas existen casas Guanajuato en McAllen, Dallas, Houston, y San Antonio. En California existen varias casas, en primer lugar, una gran agrupación en la ciudad de Los Ángeles que reúne guanajuatenses provenientes de 12 municipios del estado. Esta casa es una de las mayores y más diversas en términos de la cantidad de municipios representados por el origen de sus migrantes. También en California hay casas Guanajuato en Salinas, Guadalupe, Napa, y San José; al igual que en Aurora, Colorado, Arcadia, Labelle, y Coconut Creek, Florida; y en Chicago y Elgin, en Illinois; Omaha, en Nebraska; y Eugene, en Oregon. También están en formación las casas Guanajuato de Moline, Waukeagan, y Rockford Illinois; la de Denver, en Colorado; la de Salt Lake City, Utah; y la de Granger, Washington. Pero estos autores no ofrecen más detalles al respecto.

 

Consideraciones finales

Como ha podido verse a lo largo del documento, la organización de las distintas comunidades de migrantes que llegan a Estados Unidos constituye un proceso que comienza como una estrategia para superar, por un lado, las dificultades implícitas al enfrentarse a un modelo socioeconómico y cultural diferente al suyo, que implica manejarse en un nuevo idioma y, en ocasiones, en una cultura y legislación desconocida. En este sentido, los migrantes se buscan y se acompañan, se identifican y se curan sus tristezas y sus añoranzas, y construyen mancomunadamente sus nuevos sueños. En este entretejer de sueños individuales van surgiendo los domingos de familiares y amigos, los partidos de fútbol (estos fueron los que dieron origen a los clubes o casas Guanajuato). En medio de este reconocerse como paisano, los migrantes se organizan en actividades elementales de fraternidad, ayuda y cooperación. Después descubren su fuerza y potencialidad, descubren que han construido una gran experiencia, y que pueden enfrentar nuevos retos más allá de sus contactos conocidos, en una red que crece y se extiende cada vez más lejos. Podría decirse entonces que las asociaciones de migrantes en Estados Unidos se constituyen en los grandes nodos de estas redes, que surgen como un paso superior de organización de los paisanos (González, 1999).

Quisiéramos comentar, finalmente, que en el caso de las casas Guanajuato, al igual que en otros estados, la organización de los migrantes ha surgido de parte de las diferentes instancias de gobierno y se han montado sobre liderazgos locales y asociaciones deportivas como los clubes de fútbol, esto, sin embargo, no nos debe llevar a suponer que los migrantes son un ente pasivo ni que al participar en esta labor de organización no tengan o expresen sus propios intereses, tanto de índole económico como político. Y si bien pudiera uno hablar de cierto uso de los migrantes, no debemos olvidar que éstos no sólo contribuyen con sus remesas a complementar los magros ingresos percibidos en sus comunidades de origen, también ellos aprovechan coyunturas como la formación de casas Guanajuato y han aprendido a demandar de los funcionarios mexicanos mayor respeto y atención a sus problemáticas particulares.

En síntesis, la formación y consolidación de organizaciones como las casas Guanajuato nos enseñan que si bien el estado mexicano pretende beneficiarse y beneficiar a las comunidades de oriundos, los migrantes también han aprendido a aprovechar los espacios que, junto con el estado, se han venido construyendo a fin de beneficiarse mutuamente. Constancia de ello pudimos observarla in situ a través de lo que los migrantes nos comentaron sobre el Programa Paisano:

Este año no vimos tanta extorsión como en arios pasados, suponemos que ahora sí el gobierno se está dando cuenta de la importancia de los migrantes, de los dólares que mandamos a nuestras comunidades y del potencial político que representamos en el futuro para el gobierno mexicano en Estados Unidos. Pero el asunto no termina en formar clubes de migrantes, tenemos que contar con un gobierno con voz y presencia fuerte, con nuestro derecho a votar y ser votados en el extranjero y con el respeto a nuestras formas de organización y la atención a nuestras demandas, de lo contrario no sólo vamos a votar por partidos que favorezcan nuestros intereses, vamos también a aprovechar estas organizaciones y a hacer escuchar nuestras voces, ya sea en forma organizada o sin organización (representante de un club de migrantes a Germán Vega, diciembre de 2001).

 

Bibliografía

Alarcón, Rafael, 2001, "Hometown associations and remittances in Mexico", en Rodolfo de la Garza y B. Lindsay Lowell, (eds.), Sending money home: latino remittances to Latin America. Boulder, Rowman& Littlefield Publishers (forthcoming).         [ Links ]

Balderrama, Francisco, 1982, "In defense of la raza: the Los Angeles mexican consulate and the mexican community, 1926-36", en El Estado mexicano y las organizaciones transmigrantes. ¿Reconfirmando la nación, ciudadanía, y relaciones entre Estado y sociedad civil?, Universyty of Arizona Press, Tucson.         [ Links ]

Besserer, Federico, 1999, Moisés Cruz Sánchez. Historia de un transmigrante, Universidad Autónoma de Sinaloa/Universidad Autónoma Metropolitana. Iztapalapa, México.         [ Links ]

Bilbao, Elena y María Antonieta Gallart, 1981, Los chícanos. Segregación y educación, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, ed. Nueva Imagen, México.         [ Links ]

Daza Hernández, Rita, 2001, "Breves antecedentes de las organizaciones de inmigrantes mexicanos en Estados Unidos", en http://www.paisano.gob.mx.         [ Links ]

Dwyer, Augusta, 1994, "On the line. Life on the US-Mexican border", en Carol Zabin y Luis Escala Rabadán, Mexican hometown associations and mexican immigrant political empowerment in Los Angeles, Monthly Review Press, California Nonprofit Research Program. Working Papers Series, The Aspen Institute, Nueva York.         [ Links ]

Escala Rabadán, Luis, 2001, Nuevos horizontes organizativos de las asociaciones de migrantes mexicanos en California, Cuadernos de Trabajo de El Colef, julio.         [ Links ]

Goldring, Luin, 1997, "El Estado mexicano y las organizaciones transmigrantes. ¿Reconfirmando la nación, ciudadanía y relaciones entre estado y sociedad civil?", en Ponencia presentada en el XIX Coloquio de Antropología e Historia Regionales, Michoacán.         [ Links ]

González Gutiérrez, Carlos, 1995, "La organización de los inmigrantes mexicanos en Los Angeles: La lealtad de los oriundos", en Revista Mexicana de Política Exterior, núm. 46, enero-marzo, México.         [ Links ]

González Gutiérrez, Carlos, 1995, "The mexican diaspora in California: the limits and posibilities of the mexican goverment", en El Estado mexicano y las organizaciones transmigrantes. ¿Reconfirmando la nación, ciudadanía, y relaciones entre estado y sociedad civil?        [ Links ]

González Martínez, Laura y José Hernández Hernández, 1998, Presentación del Coloquio Internacional sobre Migración Mexicana a Estados Unidos, Gobierno del Estado de Guanajuato, México.         [ Links ]

González Martínez, Laura y Víctor García, 1999, "Guanajuatense and other mexican immigrants in the United States: new communities in non-metropolitan and agricultural regions", en Dallas Working Paper núm. 47, december, The University of Texas.         [ Links ]

González Martínez, Laura, 1998, El Impacto de la Migración Internacional en las Familias Guanajuatenses, Ponencia preparada parael primer Foro Estatal sobre Población y Desarrollo/Coespo, septiembre 17-18, Guanajuato.         [ Links ]

González Martínez, Laura, 1999, Las redes de migrantes guanajuatenses, manuscrito.         [ Links ]

Kearney, Michael y Carole Nagengast, 1989, Anthropological perspectives on transnational communities in rural California, Grupo de Trabajo Agrícola y la Pobreza Rural, California Institute for Rural Studies, Documento de trabajo núm. 3.         [ Links ]

Kearney, Michael, 1991, "Borders and Boundaries of the State and Self at the End of Empire", en Journal of Historical Sociology 4(1).         [ Links ]

Kearney, Michael, 1992, "Desde el indigenismo a los derechos humanos: etnicidad y política más allá de la Mixteca", Basado en la presentación para el panel Work and ethnicity: mexican indian migrants, encuentro de la Latin American Studies Associations, Los Angeles.         [ Links ]

López, Felipe et al., 2000, Migrant associations, remittances, and regional development between los angeles and Oaxaca, México, North American Integration and Development Center, School of Public Policy and Social Research, University of California, Los Angeles.         [ Links ]

López, Felipe, 1999, Asociación de migrantes y desarrollo local, manuscrito.         [ Links ]

Martínez, Elizabeth, 1991, 500 años del pueblo chicano/500 years of chicano history in pictures, editado por South West Organizing Project (SWOP), Albuquerque.         [ Links ]

Moctezuma, Miguel, 2001, Clubes de migrantes, expresión organizada del migrante colectivo, manuscrito        [ Links ]

Nagengast, Carole y Michael Kearney, 1990, "Mixtee identity: Social Identity, Political Consciousiness and Political Activism", en Latin American Research Review, Mexican Hometown Associations and Mexican Immigrant Political Empowerment in Los Angeles.         [ Links ]

Ochoa, Joel, 1993, Drywalls strike in the southern California, Paper presented at the Southern California Library for Social Research. November 20, en Mexican Hometown Associations and Mexican Immigrant Political Empowerment in Los Angeles.         [ Links ]

Parrillo, Vincent, 1996, Strangers to these Shores, Ally & Bacon.         [ Links ]

Ponce Nava, Trevifio, Félix, 1998, "El ejercicio del voto de los mexicanos en el extranjero", en Este País. Tendencias y Opiniones, núm. 91, octubre, México.         [ Links ]

Rionda y Romero, 1999, Proyectos de desarrollo regional y comunitario en tres estados mexicanos generadores de flujo migratorio hacia Estados Unidos, Grupo de Trabajo sobre Migración y Desarrollo Regional, Universidad de Guanajuato y Procuraduría de los Derechos Humanos de Guanajuato, México.         [ Links ]

---------- S/a, 1999, "Global and local survival: the zapotecos in Los Angeles", paper presented at the en Talking change of economic change: exploring the common struggles of the peoples of the american, Conference at California State university, mayo 22, Los Angeles.         [ Links ]

Santa María Gómez, Arturo, 1997, "Política sin fronteras o la nacionalidad posmoderna, Los emigrados entre México y Estados Unidos", en Ponencia presentada en él XIX Coloquio de Antropología e Historia Regionales, Michoacán.         [ Links ]

Sherman, Racel, 1997, "From state introversion to state extension: mexico's emigrants and the politics of return, 1900-1996", manuscript, University of California, Berkeley en El Estado mexicano y las organizaciones transmigrantes. ¿Reconfirmando la nación, ciudadanía, y relaciones entre Estado y sociedad civil?        [ Links ]

Smith, Michael y Bernardette Tarallo, 1993, "California's changing faces: news immigrant survival strategies and state policy", en Michael Kearney, The effects of transnational culture, economy and the migration on Mixtee identity in Oaxaca, Berkeley California Policy Seminar.         [ Links ]

Smith, Robert, 1997, "Reflexiones sobre migración, el estado y la construcción, durabilidad y novedad de la vida transnacional", en Ponencia presentada en el XIX Coloquio de Antropología e Historia Regionales, Colegio de Michoacán.         [ Links ]

Torres, Federico, S/f, EL capital de los migrantes: ¿un gigante dormido?, manuscrito.         [ Links ]

Vadi, Joseph, 1994, From scabs to pathfinders: militant latino workers in Southern California and global economic restructuring, Papers presented at the Western Social Science Association Conference Alburqueque.         [ Links ]

Verduzco Chavez, Basilio, S/f, Tendencias y perspectivas para las iniciativas locales como instrumento de desarrollo endógeno, manuscrito Universidad de Guadalajara, México.         [ Links ]

Zabin, Carol y Luis Escala Rabadán, 1998, Mexican hometown associations and mexican immigrant political empowerment in Los Angeles, California Nonprofit Research Program, Working Papers Series, The Aspen Institute.         [ Links ]

 

Notas

1 Al principio, la gente de Pegueros nos juntábamos seguido para algunos eventos, en especial para los eventos deportivos... Yo llevaba a mi familia a los juegos de futball y de beisball, en donde yo jugaba, y la mayoría de los jugadores hacía lo mismo, y no eran solamente nuestras familias, había mucha gente que venía como espectadores, porque a donde quiera que íbamos éramos los que más porra llevábamos.

Y fue a partir de reunimos en estos eventos deportivos que se nos ocurrió formar una asociación que sirviera también para otros fines, sobre todo para hacer frente a las necesidades de nuestra gente en Pegueros. De hecho, nuestro primer proyecto fue la donación de una ambulancia para nuestro pueblo. (Sr. RG miembro fundador del Club Pegueros-Jalisco en Los Ángeles. Entrevista efectuada por Luis Escala en 2001).

2 Las excepciones podrían ser la Asociación de Dolores en Chicago y la Asociación de Romitenses en California y Texas (Rionda y Romero, 1999).

3 Entrevista a la dra. Laura González, investigadora de la Universidad de Guanajuato y la UT-Dallas.

4 Integrado al movimiento de solidaridad encabezado a nivel del estado por Gilberto Magaña de Irapuato.

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons