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Papeles de población

versión On-line ISSN 2448-7147versión impresa ISSN 1405-7425

Pap. poblac vol.15 no.59 Toluca ene./mar. 2009

 

Experiencias de mujeres migrantes que trabajan en bares de la frontera Chiapas-Guatemala

 

Experiences of migrant women who work in bars on the Chiapas-Guatemala border

 

Carmen Fernández-Casanueva

 

El Colegio de la Frontera Norte

 

Resumen

Se presenta una exploración de la experiencia migratoria de las mujeres centroamericanas que laboran en bares en la frontera sur de México, entre Chiapas y Guatemala, desde el momento en que toman la decisión de migrar, hasta el momento en que han cruzado la frontera y se encuentran trabajando en ese sector. Se busca comprender la relación dinámica que estas mujeres tienen con su contexto, y también el rol de las redes sociales durante el proceso.

Palabras clave: mujeres migrantes, trabajadoras sexuales, redes sociales, trayectorias migratorias, frontera sur de México.

 

Abstract

This article explores the entire migratory experience of female Central American migrant workers who work as sex workers on the southern border of Mexico, particularly between the state of Chiapas and Guatemala, from the moment they decide to migrate, cross the border, until they begin working in this economic sector. It also endeavors to understand the dynamic relationship that these women have with their context and the role that social networks play during the migratory process.

Key words: migrant women, sexual servants, social networks, migrant trajectories, southern border of Mexico.

 

Introducción

El análisis de la experiencia migratoria de las mujeres provenientes de Guatemala, Honduras y El Salvador que trabajan en el comercio sexual y bares en la región fronteriza entre Chiapas y Guatemala se llevó a cabo a partir de observar las 'trayectorias migratorias' de estas trabajadoras; es decir, através de un acercamiento a sus historias migratorias, desde el momento en que toman la decisión de dejar su comunidad, hasta el momento en que han cruzado la frontera y se encuentran en la región del Soconusco, en Chiapas. Esto forma parte de un estudio comparativo del movimiento migratorio de mujeres y hombres provenientes de Centroamérica que buscan entrar al territorio estadunidense (trayectorias transmexicanas)1 o que desean cruzar la frontera Chiapas-Guatemala con la intención de trabajar en la región del Soconusco, en Chiapas (trayectorias locales), en los sectores comercial, doméstico, agrícola, la construcción, el sector servicios y el trabajo sexual.

Así, con base en esa amplia investigación, en este artículo sólo se observa al grupo de las migrantes que prestan servicios sexuales en bares situados en la frontera entre Guatemala y Chiapas. Un grupo constituido por migrantes locales, pero que también se sitúa en el contexto de la migración hacia Estados Unidos.

El artículo está organizado en dos secciones. La primera describe de manera breve a la región fronteriza entre Chiapas y Guatemala y su fenómeno migratorio, la metodología utilizada para esta investigación, y el marco teórico para su análisis. En la segunda sección se presenta al grupo de las migrantes que trabajan en el sector sexual, para posteriormente analizar, por un lado, sus trayectorias migratorias, y por otro, discutir el rol de las redes sociales durante este proceso. Al final se presenta una breve conclusión en relación con la manera en que estas trabajadoras interactúan de forma dinámica con su contexto, a lo largo del proceso migratorio.

 

Sentando las bases

El Soconusco y su fenómeno migratorio

El Soconusco constituye ocho por ciento del territorio de Chiapas (74 415 km2). Seis de los 16 municipios de esta región hacen frontera con Guatemala: Suchiate, Frontera Hidalgo, Metapa, Tuxtla Chico, Cacahoatán y Unión Juárez.2 Estos municipios, junto con el municipio de Tapachula, son una zona que conecta América Central con el resto de México y siempre se ha considerado estratégica para la inversión extranjera (Arriola, 1995). El punto principal de cruce de Guatemala a Chiapas se encuentra entre Ciudad Hidalgo y Tecún Umán; dos ciudades divididas por el río Suchiate. Este es un cruce lleno de contradicciones, en el que los límites entre la legalidad y la ilegalidad son vagos.

En el contexto contemporáneo se distinguen diversos flujos migratorios provenientes no sólo de Centro y Sudamérica, sino también de países de fuera del continente americano. Sin embargo, el grupo más numeroso es el de migrantes (niños y niñas, hombres y mujeres) que provienen del llamado triángulo norte-centroamericano (Guatemala, Honduras y El Salvador). Estos migrantes, como mencioné anteriormente, tienen por objetivo migrar hacia Estados Unidos o cruzar la frontera para trabajar principalmente en la región del Soconusco, Chiapas, en sectores como el comercial, el doméstico, el agrícola, la construcción, el sector servicios y el sector de bares y trabajo sexual. Algunos migrantes en esta zona son indocumentados, otros no; los hay temporales y permanentes; algunos llegan a realizar su plan original de migración, pero otros tendrán que adaptar y reajustar dicha meta.

Anotaciones metodológicas

Este análisis está basado en una investigación de campo cualitativa realizada durante los años 2002 y 2003, en la cual se realizaron entrevistas a personas clave y 38 entrevistas semiestructuradas a migrantes en edad laboral, representantes de los siete grupos estudiados; es decir, a migrantes que trabajaban en los sectores comercial, agrícola, doméstico, de la construcción, de servicios, sexual y a migrantes transitorios o 'de paso', que no se encontraban trabajando en ningún sector. Durante este periodo también se llevó a cabo observación participante y análisis de documentos generados por actores locales tales como el Instituto Nacional de Migración (INM), Grupo Beta y el Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova (CDHFMC).

De la muestra de migrantes a quienes se les aplicaron entrevistas semiestructuradas, siete fueron trabajadoras sexuales. Además de estas entrevistas, por medio de la observación participante pude entablar charlas informales con varias de ellas y con actores con quienes ellas se relacionan (personas tales como el personal del centro de salud en Ciudad Hidalgo, encargados de algunos bares, vecinos de los bares y 'coyotes'). Esto me dio la oportunidad de complementar la información documental y la obtenida mediante entrevistas, de tal modo que logré una visión más amplia sobre su experiencia migratoria.

El enfoque, al colectar la información, consistió en ubicar las razones por las cuales las migrantes trabajan en este sector, la manera en que iniciaron su trabajo en él, y la relación entre su trabajo y sus planes originales de migración; es decir, el grado de ajustes que estas migrantes han tenido que hacer a sus planes originales y al destino que querían alcanzar en un inicio (muchas de ellas planeaban trabajar en Estados Unidos) de acuerdo con las circunstancias que encuentran durante el proceso migratorio. Fue prioritario también anotar el rol de las redes sociales en este proceso.

Anotaciones teóricas

El marco teórico para el análisis se fundamenta en la teoría de la estructuración; concretamente, la migración vista como un proceso de estructuración (Morawska, 1985, 2001). Este planteamiento hace posible entender al fenómeno desde el inicio del proceso y a lo largo del mismo, considerando estructuras en el nivel global, medio y local, interactuando de forma dinámica con las acciones y motivaciones de los agentes (los y las migrantes).

Con base en ello, mi argumento es que las trayectorias migratorias van tomando forma por la manera en que los migrantes reaccionan a las circunstancias que deben enfrentar a lo largo del proceso. Estructuras en distintos niveles, desde un nivel global hasta las estructuras más inmediatas (entre ellas las redes sociales), establecen las condiciones que expulsan y atraen migrantes, lo cual da forma a sus experiencias durante el proceso. Sin embargo, éste es un proceso de doble sentido, puesto que los migrantes son agentes activos con capacidad creativa, que tienen emociones, motivaciones y metas, y que reaccionan de forma distinta entre sí —de acuerdo con las oportunidades que el contexto les presenta— a las imperfecciones o huecos que encuentran en dicho contexto, y al mismo tiempo, de acuerdo con sus objetivos y motivaciones individuales.

Dentro del marco de la teoría de la estructuración también considero la contribución que Sewell (1992) y Emirbayer y Mische (1998) hicieron, replanteando el modelo original elaborado por Giddens (1976) y Bourdieu (1977). Sewell sugiere que ser un agente implica justamente tener la capacidad para transformar, pero esta capacidad está adscrita a un marco cultural e histórico. Sewell considera que la 'capacidad de gestión autónoma' del agente (o agency como es su término en inglés) es "la capacidad del actor para reinterpretar y movilizar un conjunto de recursos en esquemas culturales distintos a los que originalmente habían constituido".3 De esta forma, las estructuras —concluye— son dinámicas y evolucionan a lo largo del tiempo.

Por su parte, el replanteamiento que Emirbayer y Mische (1998) hacen del concepto de "gestión autónoma" (o agency) permite entender cómo las decisiones y acciones de los agentes (masculinos y femeninos) están directamente relacionadas con su pasado, su presente y su futuro; considerados éstos no como simples etapas sucesivas en el tiempo, sino como dimensiones que influyen las acciones de la o el agente de manera simultánea. De esta forma, Emirbayer y Mische consideran que la 'capacidad de gestión autónoma' del agente es tridimensional —noción crucial para mi análisis: una dimensión 'repetitiva', una 'práctico-evaluativa' y una 'proyectiva' presentes de manera simultánea.4 La primera se refiere a los patrones interiorizados que ayudan a construir identidades y universos sociales. La segunda dimensión está relacionada con la capacidad de tomar decisiones prácticas para afrontar situaciones y urgencias presentes. La tercera tiene una orientación hacia el futuro y está relacionada con la imaginación, los sueños y posibles opciones y trayectorias de acción para el futuro. Estas tres dimensiones dotan al agente de capacidad creativa para enfrentar (y modificar) su medio ambiente.

También tomo en consideración la distinción de Schutz (1967a; 1967b) sobre los motivos que tienen las personas para actuar: los 'motivos de razón de ser', que se refieren a fuerzas basadas en estructuras externas y en recursos externos, y los 'motivos de finalidad', que representan los sueños y las motivaciones de las personas.5

 

L as trabajadoras sexuales

Dentro de este contexto, la industria sexual se ha establecido dependiendo fuertemente del trabajo de mujeres centroamericanas que cruzan para trabajar en la región fronteriza o que cruzaron con el objetivo de llegar a Estados Unidos. Estas migrantes son trabajadoras provenientes principalmente de Guatemala, Honduras y El Salvador, las cuales iniciaron el trabajo en este sector a edad temprana, en algunos casos desde los 14 años (Vázquez, 2001).

Mediante mis visitas a los bares y al Centro de Salud en Ciudad Hidalgo, así como por información contenida en documentos, me fue posible identificar que, al igual que en el sector doméstico, el empleo en bares es una opción principalmente para mujeres, pero que la diferencia es que las mujeres que trabajan en el sector doméstico y los servicios de bar vienen de condiciones familiares muy distintas. Mientras que las mujeres que trabajan en el sector doméstico emigran principalmente de zonas rurales, las sexoservidoras pueden ser también tan jóvenes como las trabajadoras domésticas, pero vienen de ambientes más urbanizados y la mayoría de ellas enfrentan violencia intrafamiliar —usualmente con sus parejas—, además de que la mayoría son madres.

Mediante entrevistas con personal del INM y el CDHFMC, así como por medio de observaciones realizadas durante el trabajo de campo, fue claro que el estatus migratorio de una trabajadora sexual es normalmente indocumentado: viven y trabajan sin autorización oficial. No cuentan con ningún contrato formal, lo que les permite cierta 'libertad' para moverse de un bar a otro (siempre y cuando no estén en deuda con el dueño). Pero al mismo tiempo, el trabajar de forma irregular las sitúa en una posición vulnerable, en la cual deben soportar malas condiciones de trabajo, abusos de las autoridades y de sus empleadores. Además, aun en los casos en que decidan quedarse en la región, la posibilidad de solicitar un FM36 es mínima; y aunque lograran obtener este documento, su posición marginal no cambiaría. Al mismo tiempo, es posible notar que aun cuando no cuentan con ninguna protección legal, ni tienen documentos de residencia y su contrato es informal, sí tienen la obligación de hacerse una prueba de VIH cada sábado en el centro de salud local. Estos centros de salud tienen un lista de las mujeres que trabajan en cada bar, lista que el dueño tiene la obligación de presentar. Si por alguna razón no asisten el sábado al centro de salud, son multadas, lo cual también significa que las autoridades locales tienen conocimiento de su presencia y del lugar donde trabajan.

Trayectorias de migrantes sexoservidoras

Las trayectorias de migrantes trabajando en el sexoservicio, desde el momento en que toman la decisión de migrar, hasta el momento en que se encuentran en la región del Soconusco en Chiapas, son el resultado de la interacción entre ellas, su medio ambiente y las circunstancias que tienen que enfrentar a lo largo del proceso.

Mediante la información recogida durante el trabajo de campo se pudo identificar que este movimiento migratorio se sitúa dentro de una estructura tolerante (o permeable) cuando se trata de trayectorias locales; es decir, cuando los migrantes permanecen en la región para trabajar. Sin embargo, cuando se trata de migración hacia Estados Unidos, la trayectoria se construye dentro de estructuras restrictivas. Estas estructuras restrictivas enfocadas a detener la migración indocumentada en territorio mexicano, en combinación con las estructuras locales permeables y tolerantes, donde existe una demanda alta para el trabajo sexual, da como resultado que muchas mujeres migrantes tengan que quedarse en la región, en lugar de continuar su camino hacia el Norte.

Antes de migrar: el momento de tomar la decisión

La decisión de migrar es, para las trabajadoras sexuales, una combinación de estrategia personal con familiar. Es una estrategia familiar en el sentido de que puede representar la posibilidad de obtener un salario para enviarlo como remesa. Sin embargo, a diferencia de los migrantes que trabajan en otros sectores, para las trabajadoras sexuales la migración es una estrategia personal que permite escapar de una situación de violencia intrafamiliar. De esta forma, la idea de migrar puede significar para muchas de estas mujeres una manera de separarse de la familia —algunas veces dejando hijos con abuelas o algún otro familiar femenino— y al mismo tiempo una buena alternativa para poder ayudarlos con las remesas.

Las condiciones estructurales dentro del hogar influyen para que estas agentes emigren, al tiempo que las estructuras en el Soconusco propician el espacio para que ellas hagan trabajo en este sector. El sueño por un mejor futuro, la posibilidad de tener un mejor salario (dimensión proyectiva), junto con el conocimiento respecto a la posibilidad de emigrar (dimensión repetitiva) y la necesidad urgente de dejar el hogar (dimensión práctica-evaluativa), establecen las condiciones para desarrollar la capacidad de gestión de las migrantes (aun cuando una vez trabajando en el bar quizá estos sueños de liberación no necesariamente se cumplan).

De esta forma, además de las necesidades económicas, las migrantes también deciden dejar su comunidad en reacción a estructuras agresivas y represivas en donde su condición de mujeres las pone en una posición vulnerable dentro del hogar. De hecho, todas las trabajadoras sexuales con las que tuve oportunidad de conversar (en pláticas formales y en entrevistas) tenían hijos, seis de las migrantes entrevistadas estaban separadas de sus parejas y tres reconocían que su decisión para dejar su país se debió a problemas con sus parejas.

En el siguiente testimonio, Irene, una mujer hondureña de 23 años, habla de su experiencia en este sentido:

Era ama de casa, era casada, tengo tres niños. Pues cuando me peleé con mi marido allá hicimos un plan con dos amigas mías para hacer intento de pasar a Estados Unidos, entonces llegamos a Guatemala, a Tecún Umán.

Este testimonio confirma lo detectado por un estudio conducido por el Instituto Nacional de Salud Pública en 1999 en la región fronteriza de Chiapas, donde se muestra que casi la mitad de las trabajadoras sexuales entrevistadas en la región declaraba que habían escapado por violencia intrafamiliar (Rojas, 2002: 99). De hecho, "razones económicas y el deseo del cambio... son igualmente importantes, y en muchas ocasiones se traslapan" (Tacoli, 1999: 670).

Aun cuando para estas mujeres migrar es al mismo tiempo una estrategia personal y familiar, para las migrantes con trayectorias locales y con trayectorias transmexicanas el proceso de toma de decisión no es el mismo. Las migrantes locales tienen la intención de trabajar en Chiapas desde el inicio, mientras que las transmigrantes tienen como objetivo emigrar a Estados Unidos y este tipo de empleo es únicamente una parada en el camino o una alternativa que no se escogió libremente.

A continuación presento los testimonios de dos trabajadoras sexuales: Melany, una salvadoreña de 30 años de edad que dejó a su hijo con su madre porque quería trabajar en la región (trayectoria local), y el de Mercy, salvadoreña de 39 años de edad, quien dejó a sus tres hijos para reunirse con su pareja, que había emigrado el año anterior (trayectoria transmexicana):

Ah pues porque tenía bastantes motivos para irme, o sea, por lo económico allá en El Salvador y además nos dejamos con mi marido y yo, de decepción me vine.

En ningún momento. Nunca he soñado irme para allá, porque aquí llego y me regreso pa' mi casa. No, nunca he tenido el sueño americano. Quedándome aquí puedo ir y regresar a mi casa (Melany).

Las ventas están malas, pero no fue tanto porque me fuera mal sino por irme por mi esposo, no funciona un hogar así, él allá. Él me decía: "Seguime", pero luego me dijo que me esperara. Y yo me apresuré a venirme, y yo le dije: "De México, yo te llamo", Y él espera que yo le llame (Mercy).

De esta forma, para las mujeres que planean migrar a Estados Unidos, la decisión de quedarse en la región del Soconusco a trabajar es parte de un plan para emigrar al Norte o es una consecuencia de las barreras encontradas en el camino —es común que las mujeres con planes de emigrar a Estados Unidos continúen considerando ese país como su destino final, a pesar de que en realidad muchas de ellas se quedan trabajando en la región por periodos largos. Esta situación representa los motivos de 'razón de ser' y los de la 'finalidad' de la acción de las migrantes (en términos schutzianos): la capacidad de gestión de los migrantes que responden a condiciones estructurales, motivaciones, planes y sueños por un mejor futuro.

Después de migrar: durante el camino

Como se apuntó en la sección anterior, la experiencia de las transmigrantes (es decir, aquellas migrantes de tránsito, con el objetivo de emigrar a Estados Unidos) que trabajan en este sector, difiere de las que habían planeado trabajar en la región desde el inicio del proceso migratorio. Es común que las mujeres transmigrantes hayan cruzado la frontera varias veces, tratando de avanzar hacia el Norte (no sólo atravesar el Estado de Chiapas), antes de que iniciaran trabajo en bares. Las que tenían como plan original trabajar en un bar (aun cuando no fuera una decisión escogida libremente) pueden cruzar el río y llegar a su destino (no lejos del borde fronterizo), sin mayores barreras en el camino.

Además, es importante recordar que al igual que en otros sectores (como el de la construcción), existe una diferenciación entre guatemaltecos y otros centroamericanos: no-guatemaltecos no pueden acceder al pase local y deben viajar distancias más largas utilizando el CA4,7 lo que los diferencia de los guatemaltecos, sin importar cuál era su plan original de migración. Estas diferencias estructurales, desde el inicio y durante todo el proceso, pueden influir en la forma que tomará la trayectoria migratoria y, por tanto, la capacidad de gestión de las migrantes.

Aquéllas que tenían como idea original la transmigración, es decir, el camino hacia y a través de México, pueden representar una experiencia cargada de frustración y abusos que eventualmente lleve al trabajo sexual. Es común encontrar casos de trabajadoras sexuales que fueron engañadas, robadas y abandonadas por 'coyotes' y asaltantes. Es posible encontrar también casos en que estas migrantes tuvieron que enfrentar agentes de migración que las detuvieron y deportaron anteriormente, e incluso que las extorsionaron.

En el siguiente fragmento del testimonio de Mercy se ejemplifica la manera en que ella se involucró en este tipo de empleo, a pesar de que en un inicio su idea era emigrar a Estados Unidos. Ella había estado en Chiapas sólo por una semana al momento de la entrevista y aún tenía la idea de seguir adelante:

Pues me detuvieron y me obligaron. Me dijeron que o pagaba multa o que si quería trabajar y la doña pagaba la multa. "Es un restaurante", me dijeron, y no era un restaurante sino un bar. Cuando venimos nosotras, ¡llorábamos! Pero mi prima logró salirse y empezar a trabajar en un lugar ahí, haciendo comida (Mercy).

Como es posible notar, estas mujeres se pueden ver obligadas a hacer trabajo sexual porque personas relacionadas con este negocio les hacen creer que sin su intervención (pagando una 'multa' a las autoridades) habrían sido deportadas. Asimismo, también es común encontrar mujeres a las cuales se les ofreció trabajo en el sector servicios, cuando en realidad llegaron a trabajar en el comercio sexual.8

Una vez en Chiapas

Migrantes locales y transmigrantes por igual, las trabajadoras sexuales enfrentan abusos de autoridades y usualmente se ven envueltas en situaciones donde deben dinero al dueño del bar que ha pagado a las autoridades para liberarlas o han cubierto la cuota por su prueba semanal de VIH-SIDA —como fue previamente explicado. Estas circunstancias (motivos de 'razón de ser') las obligan a quedarse en un bar específico hasta poder pagar la deuda. Esto, aunado a la facilidad para encontrar personas en la región que estén dispuestas a conectarlas con trabajo dentro del sector, potencia las posibilidades para que ellas trabajen en el negocio sexual (condiciones estructurales que influyen la capacidad de acción del agente).

Las formas que las trayectorias migratorias relacionadas con el sector de bares toman durante el proceso son el resultado de la combinación dinámica entre condiciones estructurales, recursos disponibles, motivaciones y necesidades personales. El periodo que ellas se quedan trabajando en este sector y en la región puede variar de acuerdo con sus planes y las posibilidades que se les presentan. Si aun tienen en mente emigrar a Estados Unidos no van a planear quedarse por un periodo prolongado y tratarán de seguir adelante. Para algunas de ellas, trabajar en un bar es simplemente una parada en su viaje y puede representar una manera de cubrir sus gastos y adquirir información útil y establecer contactos con personas que puedan ayudarlas —por ejemplo, algún trailero dispuesto a transportarlas o una autoridad que pueda ayudarlas para obtener documentos migratorios.

Marta, una trabajadora sexual hondureña, explica en este fragmento de entrevista lo que representa su presencia en la región fronteriza para sus planes. Ella viajó con un coyote la primera vez, pero después de que éste la robó y abandonó, se vio forzada a hacer ajustes a su estrategia original:

Aquí me dicen: "Tú te subes a un autobús, vas a hacer esto, lo otro..." Y entonces me están como asesorando, porque aquí sí me encuentro con mexicanos y me dicen: "Tú vas a hacer esto, yo te puedo ayudar, te puedo conseguir un documento." Y entonces yo aquí me he hecho de amigos que me van a ayudar para que vaya legalmente. Llevo tres semanas de trabajar en este bar y ya soy bien conocida.

En el siguiente testimonio, Brenda, una hondureña de 20 años de edad, explica de qué forma se vio envuelta en trabajo sexual, cambiando sus planes originales de migración para poder ahorrar dinero para su viaje a Estados Unidos.

Yo, supuestamente, venía a trabajar sólo a Tecún, con unas amigas. Ya estando ahí, en Tecún, fue que conocí a ese señor y nos animó a irnos a Estados Unidos. Al coyote lo conocí ahí en un hospedaje. Él llegaba a comprar y entonces lo conocimos. Y le hablé a mi hermano de Estados Unidos para que nos mandara dinero, él aceptó pero hasta llegar al Distrito Federal. Entonces el coyote nos dejó tiradas en un pueblo en Chiapas, de ahí nosotras seguimos solas.

El trabajo sexual puede verse como una estrategia que mujeres transmigrantes utilizan para ahorrar y pagar el resto del viaje hacia Estados Unidos. Además, sin importar lo que el trabajo sexual implica, puede también verse como una oportunidad en el sentido de que la demanda para este trabajo es alta y permanente, diferente al trabajo en otros sectores como el agrícola o el de la construcción (sectores en donde migrantes hombres tienen acceso). De esta forma, condiciones estructurales a nivel medio y local están puestas de manera tal que el uso de la sexualidad o empleos específicos para mujeres pueden ser una ventaja para los actores durante su recorrido migratorio, desde su comunidad, hasta el destino planeado.

Sin embargo, también es cierto que las mujeres pueden encontrarse en una posición de mayor vulnerabilidad que los hombres, particularmente en el caso de las trayectorias originalmente transmexicanas, en los casos en que falte el apoyo de una red social fuerte. En este sentido, barreras estructurales obstruyen la capacidad que tienen las migrantes para actuar, modificando e incluso bloqueando sus planes originales. De esta forma, estando inmersos en estas condiciones estructurales, las tres dimensiones de la capacidad de gestión de los agentes operan de manera simultánea: las migrantes harán uso de su conocimiento pasado sobre medios para migrar y llegar al destino planeado (dimensión repetitiva), tendrán que atender urgencias inmediatas (dimensión práctica-evaluativa) y, al mismo tiempo, tendrán que ajustar sus planes, metas y motivaciones originales (dimensión proyectiva).

Dadas las condiciones estructurales restrictivas para la migración hacia el Norte, particularmente las barreras a las que se enfrentan las mujeres, es posible notar que mujeres transmigrantes trabajando en este sector decidan ya no migrar a Estados Unidos y quedarse en la región a trabajar. Cuando pasa esto, usualmente visitan su comunidad durante el año. Pero sean cuales sean los ajustes que se han visto en la necesidad de hacer a sus planes originales de migración, y aun cuando trabajar en el sector sexual pueda convertirse en un proyecto más estable, nunca representará para ellas un plan a largo plazo. Querrán emigrar a Estados Unidos si es que mantienen este plan original de migración, o aquéllas que no desean seguir adelante tendrán el deseo de cambiar de actividad, ya sea en México o en su país, o alimentarán el sueño de casarse con un hombre que pueda alejarlas del trabajo sexual y mantenerlas a ellas y a sus hijos:

Quiero seguir trabajando para sacar adelante a mis hijos donde Dios me dé fuerzas. Darles estudios, alimentos, lo mejor que yo les pueda dar a los tres, también al que se quedó con mi mamá. Sí, ya cuando consiga un marido que le dé todo a mis hijos, pues con él me quedo. Mientras sigo trabajando (Bety, guatemalteca de 25 años de edad).

Sin embargo, aun cuando tengan la ilusión de trabajar en otro sector, emigrar a Estados Unidos o casarse con un hombre que las quiera y pueda mantener, durante su tiempo en Chiapas estarán en una posición desventajosa y usualmente encontrarán difícil alcanzar estos sueños. En el caso particular del trabajo en este sector, ser indocumentada y mujer expone a las migrantes a engaños y abusos. De hecho, por esa condición es que ellas fueron obligadas a involucrarse en el sexoservicio en primer lugar. Ser mujer indocumentada, migrante y trabajadora sexual las coloca en el lugar más marginado de la región, haciéndolas vulnerables al abuso de empleadores, autoridades y población local. Estas estructuras restrictivas sirven para marginarlas, mientras que al mismo tiempo demandan su presencia. En este contexto, ellas utilizan su capacidad creativa como mecanismo de supervivencia para acomodarse de una u otra manera a las circunstancias que se les presentan.

Red social de las trabajadoras de bares

Para tener un mejor entendimiento de la red social de una trabajadora de bares es preciso identificar a las personas que en momentos decisivos y críticos, una vez iniciado el proceso migratorio, interactúan de alguna u otra manera con las migrantes. También es necesario ubicar el lugar en que estas personas están localizadas (como Chiapas, otro lugar de México, Estados Unidos), el tipo de relación que tienen con la migrante (si es un familiar, pariente, amigos, amiga, coyote, etc.) y la naturaleza del lazo que los une (si es fuerte o débil como clasifica Granovetter, 1974). También debe darse cuenta de si la relación es casual o estable, si la relación es vertical u horizontal y si esta relación se sostiene con un actor masculino o femenino. Asimismo, deben quedar claros los elementos (o dimensiones) de las redes sociales9 y la información clave, el conocimiento o el apoyo que dicha red proporciona a la migrante, poniendo especial atención en el tipo de apoyo que se recibe; es decir, si es emocional, económico o transaccional. Al reconocer los recursos con los que estas migrantes cuentan será posible identificar el capital social10 que poseen al formar parte de una red social: la manera en que la red social, como estructura inmediata (como motivo de 'razón de ser'), provee de herramientas al migrante para desarrollar su capacidad de gestión autónoma.

De esta forma, debe comenzarse reconociendo que es posible asegurar que la estructura de la industria sexual y bares está tan bien establecida en esta región fronteriza que para adquirir un trabajo dentro de ella no es indispensable contar con una red social altamente efectiva y fuerte. De hecho, la estructura existente desde que la migrante sale de su comunidad, a lo largo del camino y una vez en la región, permite encontrar trabajo en la región fronteriza, particularmente en este sector.

Una vez que la migrante ha dejado su comunidad, será posible tener contacto con personas involucradas en el negocio durante todo el trayecto y hasta llegar a Chiapas. Al cruzar la frontera (incluso antes de hacerlo), la migrante puede tener contacto con proveedores de servicio (hombres y mujeres), dueños y encargados de los bares (pueden ser hombres o mujeres), otras trabajadoras sexuales (principalmente mujeres), autoridades (principalmente hombres) y la comunidad local (mujeres y hombres).

Después de que la migrante deja su comunidad, el primer contacto que tiene son proveedores de servicio con quienes podrá establecer una relación temporal. Transaccional local: es posible encontrar a estos actores en lugares tales como hostales cercanos a la frontera o en la estación de autobuses en Tecún Umán, buscando atraer mujeres para el trabajo en bares. Es posible también que una vez que han cruzado, un taxista o triciclero11 lleve a las mujeres a un bar —apoyo transaccional— o le proporcione información respecto a un bar en específico que esté reclutando mujeres.

En el siguiente testimonio se describen las maneras en que una trabajadora sexual puede recibir información y apoyo para encontrar su primer trabajo en el sector una vez que ha dejado su comunidad:

Pues aquí, cuando uno viene a conseguir trabajo, quienes te ayudan son los tricicleros. Uno les dice lléveme a un bar y ellos mismos te llevan, o los taxistas. [Al llegar a un bar] sólo llega uno, pide cuarto y ya le dan el cuarto a uno. Siempre lo colocan a uno. Entre más mujeres tengan, mucho mejor para ellos. Nunca te dicen que no ni escogen. En otros lugares más finos sí, pero por acá no (Bety).

Cuando la migrante es contratada, genera lazos débiles temporales con el dueño y encargados del bar donde labora, con compañeras de trabajo, con la policía local, las autoridades de salud, con agentes de migración y con clientes.

La migrante establece una relación vertical, transaccional y económica con el dueño y con el encargado del bar. Ellos son los que establecen las reglas que ella debe seguir y las cuotas que puede recibir por su trabajo sexual. Es también común que la trabajadora sexual reciba préstamos de estas personas, lo que genera una obligación de devolver el favor. Mientras tanto, la trabajadora sexual también desarrolla una relación temporal con los clientes, intercambiando el servicio por dinero (relación transaccional y económica).

Este es el testimonio de Irene, en el cual describe algunas de las reglas que ella y sus compañeras tienen que seguir. Ella no reconoce nada opresivo en su relación con el empleador y justamente esta falta de reconocimiento me lleva a pensar que la interacción entre ambas partes es coercitiva y no totalmente justa y trasparente.

No, por ejemplo, ahorita que no es hora de trabajo y queremos un refresco le pedimos a él [el jefe] que nos lo dé y de ahí le pagamos. Pero a la hora de trabajo uno gana quince pesos por cada cerveza que le inviten a uno. Todos los días, menos domingos. Se trabaja de tres, bueno aquí él no exige a qué hora tiene uno que empezar, depende, ¿verdad? Pero el horario es de tres de la tarde a dos de la mañana; pero tenemos libertad, no hay que trabajar todas las horas. No es como en otros bares en que si no están a las tres de la tarde ya cambiada y lista les ponen cien pesos de multa (Irene).

Mientras la migrante está trabajando en el bar, también desarrolla lazos con sus compañeras de trabajo. En relación a esto, la mayoría de mis entrevistadas expresó no tener una relación muy cercana con sus compañeras, pues pensaban que era más sano no involucrarse y mantener una cómoda distancia con ellas. Sin embargo, aunque no lo reconocieron, considero que aun cuando estas relaciones son complejas y pueden tender a ser tensas e incluso agresivas, ellas trabajan y viven juntas, lo que implica un intercambio de pensamientos, sentimientos e información respecto a oportunidades para laborar en otros lugares e, incluso, para migrar a Estados Unidos. Mediante la interacción diaria con esta red social femenina, aprenden y adquieren información respecto al sector, a la vida en la región y a la vida como migrante en sí, y de ahí su importancia.

Sí, o sea, yo no me meto con nadie, llevo una vida feliz, y si hay problemas, pues yo me aparto de los problemas. Bien, soy reservada y amistosa, si no se meten conmigo pues no me meto yo, pero si me pongo, también no me voy a dejar. Pero por la gracia de Dios nos llevamos bien (Melany).

La relación que las trabajadoras sexuales tienen con las autoridades es vertical, pero varía de acuerdo con el tipo de autoridad y la relación generada entre ambas partes. De acuerdo con las entrevistadas, ellas tienen una relación "positiva" con la policía local en el sentido de que estas autoridades las "protegen" e incluso les advierten antes de que haya una inspección migratoria en el bar —las trabajadoras sexuales temen a los agentes migratorios puesto que están trabajando sin documentos; además, la relación con las autoridades del centro de salud se limita a una transacción— hacerse la prueba del VIH cada sábado.

Al paso del tiempo, la trabajadora sexual establece mayor número de lazos: con niñeras, nuevos empleadores, clientes, migrantes que trabajan en este sector, más residentes locales (vecinos, por ejemplo), otros migrantes que conocieron una vez en Chiapas y, en ocasiones, nuevas parejas. Mientras más conocimiento y contactos externos tengan con mujeres y hombres (más lazos débiles) mayores posibilidades para moverse de un bar a otro y de generar las condiciones para establecerse en la región, es decir, la migrante adquiere mayor capital social. De esta forma, el tamaño y densidad de la red se expande.

Un buen ejemplo de los beneficios alcanzables mediante los nuevos lazos establecidos una vez que la migrante vive en la región lo brinda el testimonio de Bety, quien explica cómo es que un mexicano con quien se involucró emocionalmente la ayudó a traer a sus hijos a Ciudad Hidalgo:

...llegamos a Cacahuatán por primera vez y ahí comencé a trabajar. Y ahí conocí a un mexicano y me junté con él. Por este muchacho que estaba viviendo conmigo, fuimos y los trajimos a mis hijos. Ellos vivían con mi mamá y ahora viven aquí en el Rosario, aquí arriendo una casa. Vivo en el día con ellos y ya de noche me voy a trabajar. Entro a las ocho y salgo a las dos (o) una de la mañana (Bety).

En el siguiente testimonio, Megan, una guatemalteca de 22 años, presenta una clara descripción de la interacción entre una migrante con diferentes actores en momentos clave; las autoridades del centro de salud, el dueño de un bar, la policía local y una mujer residente local:

[Ahora trabajo] en Los Amigos, primero a donde me llevó fue a La Rielera. Ahí duré dos días porque caímos presas porque no nos habíamos hecho el análisis y pues no fuimos porque no teníamos dinero porque acabábamos de empezar, y la señora dueña no dijo nada, no prestó el dinero. Entonces un muchacho policía me sacó y fue cuando me pasé al negocio donde estoy ahorita. Entonces yo le platiqué a una señora y me dijo la señora que me prestaba el dinero para salir (Megan).

Asimismo, cito a continuación algunos fragmentos del testimonio de Irene, quien describe claramente la manera en que desde su posición marginada, como mujer indocumentada que trabaja en este sector, interactúa con empleadores, diferentes autoridades y residentes locales, incluyendo nuevas parejas y niñeras.

...la policía nos protege, incluso anoche hubo un operativo. Viene mucha policía, patrullas. Porque somos ilegales, porque la mayoría de las personas que trabajan en bares somos ilegales. Y ese día se llevaron a unas de otros bares de abajo, pero a nosotros nos vinieron a avisar (los policías) y nos dijeron que nos fuéramos y yo me salí por ahí (por una cerca trasera). Y yo estaba con fiebre anoche y así salí. Fue como a las siete de la noche, cuando escucho "¡migración!" y de los mismos nervios que yo andaba, una, unas sandalias, agarré los tenis y no hallaba qué hacer. Porque nosotros no molestamos ni asaltamos a nadie como otros migrantes que andan robándole a las personas, y por eso nos apoyan (los policías).

Entonces yo conocí a un muchacho que trabaja en un banco en Ciudad Hidalgo, entonces él le pagó todo lo que yo debía y me sacó y yo me hice mujer de él. Entonces de ahí viví con él y les ayudó bastante a mis amigas también, ya de ahí mis amigas trabajaron sanamente e hicieron dinero y se regresaron para Honduras. Yo me quedé con él. Pues todavía me veo con él pero el problema fue de que como yo no le había contado que yo tenía hijos, entonces me traje a mi hija que aquí la tengo. Y cuando él vio a mi niña cambió todo, ya no le gustó. Sí, tiene un año. La cuida una señora muy buena que conocí enfrente del bar donde nos fueron a vender a nosotras (Irene).

Durante el proceso migratorio, las mujeres que trabajan en este sector mantienen los lazos fuertes que existían desde el inicio del proceso migratorio. Es decir, lazos formados con mujeres que cuidan a sus hijos (pues muchas veces no los pueden traer), sus hijos mismos y algún otro miembro de la familia, parientes y amigos. Estos lazos permanentes con sus hijos, familiares, parientes y amigos, tienen el importante rol de proveer a la migrante del soporte emocional necesario. En el caso particular de los lazos formados con quienes cuidan a sus hijos, ya sea en su comunidad de origen o en Chiapas, la relación es generalmente vertical y mantiene una obligación de retribuirlas económicamente.

Mientras mantiene estos lazos, al paso del tiempo, la migrante adquiere mayor capital social, pues ha generado suficientes lazos, expandiendo su red y generando un papel de mayor centralidad dentro de ésta. Sigue siendo vulnerable y carece de poder frente autoridades y dueños de bares. Pero al mismo tiempo es posible que alcance suficiente poder de movimiento para cambiar de un bar a otro, pagar a alguien que cuide a sus hijos, brindar información, conocimiento y apoyo a nuevas migrantes y a miembros de su comunidad de origen.

Por tanto, es posible afirmar que aun dentro de esa postura marginada en la región, usando su posición de mujer y laborando en este sector, las trabajadoras sexuales también tienen acceso a información y pueden recibir apoyo de personas clave. Son capaces de crear lazos con autoridades y coyotes, adquirir información y apoyo que eventualmente, si ése es su objetivo, podría ser usado para seguir hacia Estados Unidos. Al mismo tiempo, las mujeres que han cambiado sus planes originales de trasmigración (o nunca los han tenido), crean lazos con miembros de la comunidad local o con otros migrantes mejor establecidos (por ejemplo, mujeres que puedan cuidar a sus hijos o un hombre con quien pueden iniciar una relación) y de esta forma se establecen en la región.

 

Conclusiones

Como se ha descrito, las estructuras locales en la región fronteriza de Chiapas han establecido las condiciones para una industria sexual alimentada en gran medida por migrantes centroamericanas. Trabajar en este sector no es una opción ideal para estas mujeres, quienes muchas veces se encuentran involucradas sin que éste haya sido su plan original de migración, hecho que puede cuestionar su capacidad de gestión y acción. Sin embargo, a través del análisis de las trayectorias migratorias de estas mujeres y la exploración del rol de sus redes sociales durante su proceso migratorio, considero que ha sido posible clarificar que aun cuando la capacidad de gestión de estas mujeres es limitada, sus experiencias durante el proceso y las redes sociales que crean les permiten acumular el capital social necesario para aumentar esta capacidad de gestión autónoma (acción y movimiento), de tal suerte que puedan influir estructuras locales aun cuando algunas veces estas estructuras les dejen pocas posibilidades.

Así, a lo largo del tiempo, los y las agentes (las trabajadoras sexuales en este caso) afectan y modifican estructuras a nivel local a través de sus acciones; y aun cuando estos cambios muchas veces sean imperceptibles, son un indicador de que ellas son también agentes de cambio e interactúan de forma dinámica con estructuras inmediatas; y a través de este intercambio es que se sostienen y toman forma los procesos migratorios.

 

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Notas

1 A migrantes con trayectorias transmexicanas también se les denomina 'transmigrantes'. Este término ha sido utilizado dentro de la literatura de trasnacionalismo y se refiere a migrantes que viven en dos o más espacios sociales (Glick Schiller, 1992). Sin embargo, en mi estudio, el concepto se utiliza para diferenciar a aquellos migrantes que intentan cruzar el territorio mexicano para trabajar en Estados Unidos, de los y las que emigran para trabajar en Chiapas.

2 Los municipios de la región del Soconusco son Acacoyagua, Acapetagua, Cacahoatán, Escuintla, Frontera Hidalgo, Huehuetán, Huixtla, Mapastepec, Mazatán, Metapa, Villa Comaltitlán, Suchate, Tapachula, Tuxtla Chico, Tuzantán y Unión Juárez (Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal, 2003; Arriola, 1995: 17).

3 Cita original en inglés: "the actor's capacity to reinterpret and mobilize an array of resources in terms of cultural schemas other than those that initially constituted the array" (Sewell, 1992: 19).

4 Términos traducidos del inglés: iterational (repetitiva), practical-evaluative (práctico-evaluativa), y proyective (proyectiva). (Emirbayer y Mische, 1998).

5 Términos traducidos del inglés: because of motives ('motivos de razón de ser') e in order to motives ('motivos de finalidad') (Schutz, 1967a; 1967b).

6 FM3 es el documento que faculta a los no nacidos en México a trabajar y vivir en el territorio mexicano.

7 El CA4 significa 'Centro América 4' y es el documento que permite a los centroamericanos transitar por los países de Centroamérica por un periodo limitado.

8 Es posible afirmar que la mayoría de estas mujeres son forzadas a realizar trabajo sexual una vez que han dejado su comunidad. Con la información que tengo, no podría afirmar que no existan casos en que la mujer haya sido forzada desde el inicio de su trayectoria migratoria, es decir, desde su país de origen.

9 Tamaño se refiere al número de personas que conforman la red social; densidad, a la cantidad de lazos entre ellas; centralidad, a la distribución de poder entre los miembros —siendo una relación horizontal cuando dos miembros tienen el mismo poder dentro de la red, y vertical, cuando la distribución de poder es desigual—. La dimensión de agrupamiento está relacionada con las diferentes densidades dentro de una misma red: los miembros de la red tendrán más lazos con algunos integrantes que con otros, creando agrupaciones con éstos. Finalmente, la multiplexidad se refiere al traslape de diferentes tipos de lazos entre miembros de una red; por ejemplo, dos miembros pueden ser de manera simultánea parientes y compañeros de trabajo (los términos fueron traducidos del inglés: size, density, centrality, clustering y multiplexity, respectivamente (Portes, 1995: 9-10).

10 Coleman (1988) explica que el capital social está inserto y se adquiere a través de las redes sociales (microestructuras) y que aunque no es tangible como otros tipos de capital, hace posible alcanzar ciertas metas trazadas. Bourdieu y Wacquant (1992: 119) definen al capital social como "la suma de recursos, reales o virtuales, que acumula un individuo o un grupo a través de la posesión de una red durable con relaciones más o menos institucionalizadas de reconocimiento mutuo" (cita traducida del inglés. Texto original: "the sum of the resources, actual or virtual, that accrue to an individual or a group by virtue of possessing a durable network of more or less institutionalized relationships of mutual acquaintance and recognition").

11 Persona que conduce un bicitaxi o triciclo, que es el término que se utiliza en la región fronteriza.

 

Información sobre la autora

Carmen Fernández-Casanueva. Realizó estudios de posgrado en el Departamento de Sociología de la Universidad de Essex, en el Reino Unido. Obtuvo el título de doctora (PhD) en junio de 2006, con una tesis sobre la migración laboral centroamericana a través de la frontera entre Guatemala y Chiapas, desde una perspectiva de redes sociales, estrategias de supervivencia y género. Actualmente está a cargo del proyecto Papel y aportación de los y las migrantes hondureños (as) residentes en la región del Soconusco, Chiapas, financiado por Fomix-Chiapas. Es cofundadora y coordinadora técnica de la Red de Estudios Migratorios en la Frontera Sur de México (Remisur), la cual agrupa a investigadores que tratan el tema de la migración en esta frontera. Correo electrónico: cfernandez@ecosur.mx

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