Introducción
El Estado de México es la entidad más poblada del país y es también una de las más desiguales. El Programa de Naciones Unidas sobre Desarrollo (PNUD) señala a la entidad como una de las que más contribuye a la desigualdad nacional. A diferencia de los estados sureños como Chiapas y Oaxaca, la pobreza en el Estado de México es principalmente de carácter urbano.1
De acuerdo con el Consejo Nacional de Población (CONAPO), el Estado de México se divide en dos regiones metropolitanas: La Zona Metropolitana de Toluca (ZMT) que incluye 15 municipios2 y la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) que circunscribe 59 municipios.3 Por el criterio de municipios urbanos, contiguos a la Ciudad de México y rezago socioeconómico, Pérez (2014) también propone dos sub-zonas: Zona Noroeste4 y la Zona Oriente del Valle de México (ZOVM). Ésta última comprende los municipios de Chalco, Valle de Chalco Solidaridad, Ixtapaluca, Chimalhuacán, La Paz y Chicoloapan.
En este contexto y comparando las sub-zonas, se aprecia una asimetría muy marcada en cuanto al desarrollo industrial de las regiones, pues los polos principales están muy localizados en la Zona Noroeste y el valle de Toluca, quedando excluidas territorios como la ZOVM cuyo papel se reduce a servir como “ciudades dormitorio” (Pérez, 2014: 47).
En el oriente mexiquense resalta el mayor nivel de hacinamiento y marginación que se registra en Valle de Chalco, en comparación con el municipio de Chalco. Del mismo modo, la Zona Oriente en su conjunto, aporta apenas 6.2 por ciento al Producto Interno Bruto (PIB) estatal, monto similar a la aportación del municipio de Cuautitlán Izcalli (6.4 por ciento). Por otro lado, Valle de Chalco y Chicoloapan juntos contribuyen únicamente con uno por ciento del PIB del estado, lo cual evidencia la enorme brecha existente en el desarrollo económico entre la Zona Oriente y las otras zonas (Pérez, 2014).
La desigualdad y pocas oportunidades para obtener ingresos en los municipios de la ZOVM, generan la necesidad de buscar trabajo en las zonas de mayor desarrollo. El hecho que define el papel económico de los cinturones de miseria del oriente mexiquense es que su población trabajadora genera riqueza en otros municipios del Estado de México y demarcaciones de la Ciudad de México (Pérez, 2014).
En este contexto, Bunge (2008) señala que la desigualdad pronunciada es lo que genera infelicidad, baja autoestima, envidia, codicia, deshonestidad, anomia, insatisfacción con el orden social y sus manifestaciones sociales son la no cooperación, violencia, eventualmente las rebeliones y sus secuelas sangrientas. El mismo autor destaca que cuanto más marginal es el individuo tanto menos obligado se siente a obedecer los códigos moral y legal vigentes en la sociedad. Bunge define la marginación como la exclusión de los individuos de por lo menos uno de los tres aspectos del subsistema social: económica, política o cultural. De la misma forma Saraví (2004), Rodríguez (2004) y el Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud (2002) afirman que no existe correlación entre la pobreza y violencia; sin embargo, admiten la asociación de la criminalidad con los niveles de desigualdad existentes en una sociedad. También Azaola (2012), afirma que las grandes desigualdades son un destructor del capital social.
Bajo esta panorámica, el presente trabajo pretende examinar los factores precursores, de riesgo y contenedores de la violencia en una zona urbana. Se debe enfatizar que no se está sosteniendo la hipótesis de que la pobreza engendra la violencia; más bien, se argumentará como posibles causas la exclusión y la marginación socioeconómica. La investigación tomó como caso de estudio al municipio de Valle de Chalco Solidaridad, Estado de México. Éste es uno de los municipios con mayor índice marginación urbana y presenta uno de los más altos índices de violencia a nivel estatal.
La investigación que se presenta es una aproximación general al problema de violencia; es decir, los resultados pretenden aportar una visión socioeconómica. No obstante, queda claro que son muchos los factores que intervienen y las políticas necesarias de disminución de la violencia deben ser integrales.
Antecedentes
En este apartado se desglosa primero la caracterización y las múltiples manifestaciones de la violencia. Después se resumen algunos trabajos que abordan la violencia con un enfoque directa o indirectamente socio-económico.
Domenach (1981: 36) conceptualiza la violencia como “el uso de una fuerza abierta u oculta, con el fin de obtener de un individuo, o de un grupo, algo que no quiere consentir libremente”. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la define como “el uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra persona, un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones.5
Pasando a los tipos de violencia, Galtung (1969) fue el primer investigador en realizar una tipología sistemática y multidimensional de la violencia, identificando la violencia como: internacional, involuntaria, manifiesta, latente, personal, estructural, motivada y sin motivo.
Al respecto, Khan (1981) afirma que el tipo de violencia existente depende de tres factores: i) el sistema económico, ii) el sistema político y iii) el contexto coyuntural.
Aplicando un modelo integrado de las causas de la violencia, Moser y Shrader (1999) concluyen que se pueden agrupar en: estructural, institucional, interpersonal e individual.
En el Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud del año 2002 se clasifica la violencia como: autoinfligida, interpersonal y colectiva. Dentro de la violencia colectiva se encuentra la violencia económica que comprende los ataques por parte de grupos más grandes motivados por el afán de lucro económico, tales como los llevados a cabo con la finalidad de trastornar las actividades económicas, negar el acceso a servicios esenciales o crear división económica y fragmentación (Krug et al., 2003).
De esta manera, durante el paso del tiempo diversos estudios sobre la violencia han llegado a la conclusión sobre su carácter multifacético, su ubicuidad en diversas escalas (micro, meso, macro o mega), ámbitos (individuos, familias, grupos, instituciones, civilizaciones), sobre sus orígenes y causas que las detonan (social, económico, cultural y medioambiental). Efectivamente en el mundo actual la violencia se manifiesta en las guerras y en todas las instituciones que las soportan: en el ejército, en la economía (falta de recursos, explotación, discriminaciones, marginación), en la política (dominio de uno o varios partidos, totalitarismo, exclusión de los ciudadanos en la toma de decisiones, lucha armada por el poder), en la ideología (subordinación de la información a intereses ajenos a la verdad, manipulación de la opinión pública, propaganda de conceptos de trasfondo violento y discriminador), en la familia (autoritarismo, discriminación de la mujer, subordinación de los hijos), en la enseñanza (pedagogías no liberadoras, autoritarismos pedagógicos, castigos corporales, intransigencias, desobediencia injustificada) y hasta en la cultura (etnocentrismo, racismo, xenofobia, discriminación de género, androcentrismo, consumismo) (Jiménez, 2012).
Como se ha resaltado, la violencia es un problema que tiene múltiples causas por lo que no se puede abordar este fenómeno bajo el enfoque de mantener todo lo demás constante. En este orden de ideas, Rodríguez (2004) expresa que es un fenómeno heterogéneo, atravesado por múltiples y complejas aristas, que no admite simplificaciones de ningún tipo, por lo que ya no es posible sostener el vínculo simplista y exclusivo entre violencia y pobreza. Saraví (2004) está de acuerdo con Rodríguez remarcando que efectivamente existe en las ciencias sociales un conocimiento aceptado respecto a que no existe tal correlación y menos aún causalidad estadística entre la pobreza y la violencia. No obstante, admite que existe un mayor consenso en lo que se refiere a la asociación de la criminalidad con los niveles de desigualdad existentes en una sociedad y (aunque más discutido) con las tasas de desempleo prevaleciente.
Asimismo el Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud, sostiene que existe una correlación entre violencia y desigualdad, no entre violencia y pobreza. Los países más igualitarios tienen menores tasas de violencia. La tensión que se genera en estas sociedades es muy alta y produce la sensación de que no hay un “juego limpio”, lo que repercute en la confianza que se deposita en las instituciones. Las grandes desigualdades son un destructor del capital social: crean desconfianza, cinismo, falta de interés en la asociatividad y apatía. La exclusión de amplias capas de la sociedad, en particular de oportunidades de educación y empleo, es otro factor que propicia manifestaciones de violencia (Azaola, 2012).
Rodríguez (2004) señala que es necesario superar los enfoques simplistas predominantes hasta el momento; mismos que se limitan al despliegue de respuestas de neto corte “represivo” o al desarrollo de campañas “moralistas” o aún a la asimilación mecánica entre “pobreza” y “delincuencia”, que postula el combate a la pobreza como respuesta casi “mágica”. La violencia para este autor es una adulteración de las relaciones humanas como producto de instituciones sociales (la familia, escuela, grupos a los que se pertenece, cárceles, la policía, instituciones oferentes de servicios) que la permiten, generan, o recrean cuando se distorsionan. Muchos entre aquellos que realizan actos violentos se han visto impulsados, estimulados, seducidos u obligados a cometerlos.
Por otra parte y mediante el enfoque de distancia social, Arteaga y Lara (2004) argumentan que los mecanismos de diferenciación se profundizan no sólo en la esfera de la identidad social; arguyen que es reconocido el hecho de que se ha incrementado la exclusión de amplios sectores de la población con respecto a los beneficios que tradicionalmente había proporcionado el mercado capitalista. Adicionalmente, exponen que la presencia de un capitalismo desorganizado, fundamentalmente financiero, caracterizado por sus constantes crisis en el mercado internacional ha generado esta dinámica de consecuencias desastrosas para millones de personas. Apuntan que el efecto de esta transformación se expresa en la constante fragilidad del trabajo y la fractura de las relaciones sociales tradicionales de aquellos que se localizan en las franjas de vulnerabilidad. Pobreza y violencia vuelven a estar como en siglos anteriores, relacionados por el poder político, soslayando el hecho de que el meollo del problema no se encuentra en la violencia, sino en aquello que lleva a los individuos a distanciarse unos de otros en la esfera de la estructura socioeconómica; distanciamiento que debe ser entendido también como un desligamiento en relación con los objetivos y medios que estructuran la existencia de los sujetos a través del conjunto de la vida social.
En una extensa investigación, Azaola (2012) sostiene que una de las raíces de la violencia que se padece tiene que ver con la insuficiencia de políticas sociales y económicas para reducir las desigualdades, además de las injustificables distancias para promover la inclusión de amplios sectores que cada día ven reducidas sus expectativas de desarrollo. Asimismo, ha hecho falta una mayor y mejor articulación e integración de las políticas sociales y económicas con las de seguridad en torno a fines comunes capaces de generar un consenso social (Azaola, 2012).
En referencia a la situación particular de Valle de Chalco Solidaridad, Hiernaux et al. (2000) citado por Herrera y Molinar (2010), aseveran que la violencia estructural y social es un rasgo fundamental de este asentamiento, en la medida en que fue concebido como un territorio concentrador de la po breza. Alberga población desplazada y excluida de otros espacios de la ciudad de México así como miles de trabajadores asalariados que ante la crisis de 1982 y el impacto de las políticas de ajuste estructural migraron al sector informal.
De esta manera, dado su proceso de conformación como municipio a partir de los años 80´s este municipio en general ha transitado por varias etapas conflictivas: i) fraccionamiento de los ejidos para vivienda, ii) altercados entre ejidatarios y nuevos colonos por derechos de propiedad, iii) movilizaciones por obtención de servicios públicos y iv) actualmente movilizaciones y manifestaciones por inundaciones, además de conflictos económicos y socio-políticos (Molinar, 2003).
De acuerdo con Herrera y Molinar (2010), la carencia económica de las familias que habitan Valle de Chalco genera estilos de vida ligados a la sobrevivencia, donde lo imperativo es asegurar la subsistencia cotidiana en condiciones de trabajo oscilantes y con baja remuneración. Ello depende de “la suerte que se tenga en el día” y demanda la incorporación silenciosa de las mujeres a actividades de tipo remunerativo que se suman a su ya pesada jornada interminable de trabajo doméstico.
Ubicación del municipio
Valle de Chalco Solidaridad es un municipio de reciente creación en el Estado de México; se conformó como el municipio 122 (de 125 que tiene el Estado de México) en 1994 mediante el Decreto 50 publicado en la Gaceta Oficial el 9 de noviembre de 1994.
Se localiza al oriente del Estado de México, en las coordenadas 19 grados 16 minutos de latitud norte y 98 grados 56 minutos de longitud oeste, a una altura de 1 250 metros sobre el nivel del mar. Limita al norte con los municipios de Ixtapaluca, San Vicente Chicoloapan y La Paz, al oriente con Chalco y al sur con la Delegación de Tlahuac del Distrito Federal. La superficie total del municipio es de 46.36 kilómetros cuadrados y representa 0.22 por ciento de la superficie del estado. Se compone de las siguientes colonias: Del Carmen, Alfredo del Mazo, Avándaro, Independencia, Santiago, Concepción, María Isabel, Niños Héroes I, Niños Héroes II, Providencia, El Triunfo, Alfredo Baranda, Jardín, Guadalupana I, Guadalupana II, Xico I, Xico II, Xico III, Xico IV, Ampliación Emiliano Zapata, Xico La Laguna, Cerro del Marqués, Santa Cruz, San Isidro, Darío Martínez I, Darío Martínez II, San Juan Tlalpizahuac, Ampliación Santa Catarina, Américas I, Américas II, Santa Catarina II y La Asunción.6
Materiales y métodos
Para detectar la percepción de violencia y los factores asociados a ella entre los habitantes del municipio, se aplicaron entrevistas a informantes clave y grupos focales. Las entrevistas fueron de tipo estructurada y semiestructurada. Las estructuradas se aplicaron en particular a grupos focales de estudiantes. Se identificaron y entrevistaron a un total de 32 actores sociales clave. Estos actores fueron funcionarios municipales, directivos de escuelas, asociaciones civiles, líderes religiosos, ex reclusos, policías y estudiantes. También se desarrollaron 10 grupos focales con temas como: discriminación de género, comunicación, violencia intrafamiliar y acoso escolar. Estas entrevistas se llevaron a cabo entre los meses de septiembre-diciembre de 2011. Por cuestiones de anonimato, en las citas de los resultados sólo se ponen como informantes clave. También se debe aclarar que la información obtenida de los actores sociales y grupos focales versa sobre diferentes temáticas relacionadas con la violencia, no obstante en este trabajo sólo se reporta aquella información concerniente con la marginación y exclusión.
Para analizar los aspectos de ingreso, empleo, salarios y unidades económicas se recurrió al análisis de los datos de censos económicos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), además de la información del Instituto de Información e Investigación Geográfica, Estadística y Catastral del Estado de México (IGECEM).
Para determinar la marginación o exclusión, se hicieron comparaciones de las zonas propuestas por Pérez (2014), a saber: La Zona Oriente del Valle de México (ZO) integrada por los municipios de Chalco, Valle de Chalco Solidaridad, Ixtapaluca, Chimalhuacán, La Paz y Chicoloapan contra la Zona Noroeste (ZN) compuesta por los municipios de Atizapán, Ecatepec, Cuautitlán Izcalli, Huehuetoca, Huixquilucan, Naucalpan, Tlalneplantla y Tultitlán.
Resultados y discusión
Unidades económicas
De acuerdo con el censo económico 2014, se tienen registros detallados de las unidades económicas para 47 municipios del Estado de México. A las localidades restantes, el INEGI los agrupa en el concepto de resto de los municipios por tener menos de dos mil unidades económicas.
En este sentido, en el Estado de México había 534 838 unidades económicas en 2014. La mayor concentración de las entidades económicas se da en tres municipios: Ecatepec, Nezahualcóyotl y Toluca (ver Tabla 1).
Dentro de los diez primeros lugares de concentración de unidades económicas, se encontraron seis municipios de la ZN (la zona se conforma de 8 municipios), misma que concentró 31.8 por ciento del total de unidades existentes en la entidad, mientras que la ZO aglutinó 15.11 por ciento.
Valle de Chalco Solidaridad se ubicó en el lugar 11 con 14 431 entidades económicas. Es de resaltar que en la Zona Oriente, Valle de Chalco fue superado por Chimalhuacán e Ixtapaluca.
Dentro de la economía formal y de manera agregada por sectores, las actividades terciarias constituyeron la principal fuente de empleo en el municipio. La economía de la población en estudio, se basa principalmente en las actividades comerciales al por menor, ya sea en establecimientos fijos o semifijos. El 55.28 por ciento de las unidades económicas tienen el giro de comercio al por menor, que se refiere principalmente a tiendas de abarrotes, alimentos, bebidas, hielo y tabaco. También destacan los comercios que se dedican a la venta de artículos de papelería, para el esparcimiento y otros artículos de uso personal.
Continuando con los giros comerciales, el segundo lugar se refiere a servicios de reparación y mantenimiento, salones o clínicas de belleza, baños públicos, bolerías, lavanderías y tintorerías. El tercer lugar se refiere a servicios de preparación de alimentos y bebidas. En cuarto lugar de importancia se refiere a la industria manufacturera.
Las unidades económicas de este municipio suelen ser pequeñas, se caracterizan por contar con inversión e infraestructura familiar propia y no llevar una contabilidad formal del negocio.
En este tenor, los activos fijos son toda la infraestructura, maquinaria, herramientas, etc., que la unidad económica usa para producir los bienes y servicios. Con respecto al valor monetario actual de los activos fijos, se tiene que 70.8 por ciento del valor total de la entidad se distribuye sólo en ocho municipios que son: Toluca, Tlalnepantla, Naucalpan, Ecatepec, Cuautitlán, Cuautitlán Izcalli, Tultitlán y Lerma. Valle de Chalco Solidaridad aporta sólo 0.54 por ciento al valor total de los activos fijos del estado.
Referente a la evolución histórica, los giros comerciales han tenido más dinamismo, mientras que las unidades manufactureras han decrecido de 2008 a 2014 (Figura 1).
El recorrido en campo mostró los efectos que no se pueden apreciar en las estadísticas; esto es, el gran predominio de las unidades económicas informales. Al respecto, el informante clave 4 (8/12/2011) afirmó que “hoy en día el comercio informal es el que predomina en el municipio. Son muchas personas las que han tratado de establecer un negocio, pero debido al comercio informal no tienen mucha oportunidad de crecer…”
Empleo generado
A nivel estatal las unidades económicas emplean a un total de 2 023 837 personas. A pesar de que Toluca ocupa el tercer lugar en unidades económicas totales, se ubica en el primer lugar en cuanto a generación de empleos, aportando 221 323 al total estatal.
La Zona Noroeste creó 42.45 por ciento de los empleos en el Estado de México, por su parte la Zona Oriente generó tan sólo 9.63 por ciento (Tabla 2).
Los municipios que en promedio por unidad económica generaron mayores empleos son: Lerma (10.8), Tlanepantla (7.53), Cuautitlan 7.44, Naucalpan 6.75, Toluca (5.6) y Metepec (5.30). Ecatepec a pesar de tener la mayor cantidad de unidades económicas sólo genera 3.15 empleos por unidad; seguramente debido a su gran población.
Comparado con los municipios aledaños de la ZO, Valle de Chalco es superado por Chalco y La Paz. Valle de Chalco se ubica en el lugar 18 con 30 241 empleos creados en 2014.
Esta información sugiere que las entidades económicas de Valle de Chalco son pequeñas ya que generan en promedio 2.09 empleos por unidad.
Asimismo, los sectores que generan mayores empleos son: el comercio al por menor, industrias manufactureras, otros servicios excepto actividades gubernamentales, servicios de alojamiento temporal y de preparación de alimentos y bebidas, comercio al por mayor y el de servicios educativos.
En cuanto a la evolución histórica de los empleos generados, se observa que de 2008 a 2014 muestran una tendencia a la baja (Figura 2). Este factor sería una posible explicación para la caída de los ingresos y la movilidad hacia el sector informal como fuente de trabajo.
La dinámica demográfica del municipio apunta hacia los jóvenes incorporándose masivamente a la población económicamente activa. No obstante, se enfrentan a la problemática de saturación de la mano de obra en las unidades económicas, por lo que se están reduciendo las oportunidades de tener trabajo remunerado. En este contexto, uno de los informantes clave externó lo siguiente:
ante la falta de empleo formal de los jóvenes, las autoridades municipales están tratando de encausar la educación acorde con las necesidades del municipio. Se tienen escuelas con licenciaturas e ingenierías, pero no existen empresas que puedan absorber a los egresados. A futuro tienen que crearse licenciaturas que sean necesarias para el municipio y acordes con los recursos e infraestructura que se posee (informante clave 4, 8/12/2011).
Ingresos por remuneraciones al trabajo
Respecto a las retribuciones que las unidades económicas realizan a los empleados, en Toluca se tienen los mejores pagos; es decir, ocupa el primer lugar en cuanto a la cantidad total de remuneraciones al factor trabajo en la entidad.
Asimismo, 54.71 por ciento del total de sueldos y salarios se concentraron nuevamente en los ocho municipios de la Zona Noroeste, mientras que la Zona Oriente obtuvo tan sólo 4.7 por ciento del total de los ingresos por factor trabajo.
Para 2014, Valle de Chalco Solidaridad fue uno de los municipios que recibió los salarios más bajos en la entidad; esto es, a pesar de ubicarse en el lugar 11 con respecto al total de las unidades económicas, se sitúa en el lugar 25 en cuanto a remuneraciones. En este aspecto, la población ocupada de Chalco, Ixtapaluca y La Paz tuvieron mejores salarios.
Se deduce que al haber salarios muy bajos, los habitantes tienen que salir a buscar empleo ya sea en la Ciudad de México o en municipios aledaños que ofrecen mejores retribuciones.
En 2005, la Zona Oriente registró el porcentaje más bajo de personas empleadas que percibían un ingreso mayor a dos salarios mínimos. Casi la mitad (47 por ciento) de las personas ocupadas en Valle de Chalco ganó menos de dos salarios mínimos (Pérez, 2014).
A nivel nacional ocurrió una recesión económica que afectó al desempeño de los sectores económicos en 2001 manifestándose en una contracción del PIB (Producto Interno Bruto). Aunque en 2004 ocurrió una recuperación moderada de la economía nacional, en el año 2008 estalló la crisis mundial, de esta manera al bajar los precios del petróleo afectó a la economía mexicana con una fuerte caída del PIB en 2009 que impactó en el desempleo de la población.
De 2008 a 2014 los ingresos van en picada y se prevé que estos sigan con la misma tendencia dada la situación macroeconómica mundial y los continuos recortes al presupuesto nacional. Bajo este contexto macroeconómico, la población de los municipios periurbanos como el caso de Valle de Chalco Solidaridad también resultaron directa o indirectamente perjudicados.
Con los datos presentados de empleos generados y remuneraciones, se puede aseverar que en años recientes los ingresos de las familias vallechalquenses fueron a la baja debido a la caída de los salarios percibidos y esto ha conducido a que las familias trabajen más horas y en múltiples actividades para complementar los ingresos.
Valor agregado censal bruto
El valor agregado censal bruto de una unidad económica, lo define el INEGI como el valor de la producción que se añade durante el proceso de trabajo por la actividad creadora y de transformación del personal ocupado, el capital y la organización (factores de la producción), ejercida sobre los materiales que se consumen en la realización de la actividad económica. Se le llama bruto porque no se le ha deducido el consumo de capital fijo.7
Con datos del censo económico de 2014, se puede afirmar que una persona ocupada Toluca en promedio es cuatro veces más productiva que otra persona ocupada en Valle de Chalco Solidaridad. Además sólo con una pequeña diferencia respecto a Valle de Chalco, Chimalhuacán aparece en el fondo de la lista en cuanto al valor promedio agregado por persona. Con ello, es evidente que en el nivel comercial, la Zona Oriente no es competitiva.
Actividades informales y otras fuentes de empleo
En el sector informal, la principal actividad de las familias es el comercio sobre ruedas. A tal grado que en el municipio existen un total de 48 tianguis. Esta actividad data desde los inicios de la creación del poblado en los 80´s cuando comenzaron los líderes de las agrupaciones sociales a establecer el comercio ambulante.
En la entrevista, el informante clave 1 (22/09/11) afirmó que el comercio informal es
un mal necesario, porque no se tiene que ofrecer a esa gente, mientras no se tenga un empleo a dónde meterlos tampoco se les va a impedir que vendan. El problema no es del que vende jitomates y chiles, el problema es del que quiere vender autopartes robadas. Es ahí donde hay que tener mucho cuidado o el que se fue a robar anoche a una casa y quiere vender la bicicleta en el tianguis, ese es el problema que hay que cuidar mucho, sentenció.
Por otra parte, el mismo informante anónimo 1 (22/09/11) señala que:
un tema delicado son las narcotiendas que han proliferado y aunque los vecinos las denuncian nadie se atreve a hacerlo por escrito, sólo dan un papelito y dicen ese es el domicilio, por lo tanto se dificulta el ejercicio y aplicación de la ley. Es preocupante que haya un alto índice de delincuencia. La siguiente cuestión es la reproducción de los bares clandestinos. Algunas organizaciones se han dedicado a ampararlos y eso impide la acción, además es el mismo problema que con los tianguis ya que hay lideres a los que se afectan sus intereses; no obstante, también se torna complicado por las amenazas al emprender procedimientos.
Frente a las situaciones de crisis y ante la falta de generación de empleos formales para las familias, y en particular para los jóvenes, ha aumentado el empleo en la economía informal y la delincuencia.
De acuerdo con el informante clave 5 (7/12/2011),
todos los días hay tianguis de avenida en avenida, son lugares de distracción para la familia. Sin embargo, un factor que no se ha analizado, es que ahí se genera violencia. Hay mucha piratería, existen unos 20 o 30 puestos de películas que están poniendo películas con escenas muy violentas en tres o cuatro pantallas, cortando cabezas etc. Aquí son las 7 de la mañana y aún están abiertos los lugares en donde se venden cerveza, no hay regularización.
Beneficiarios de programas sociales
De acuerdo con la información de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL, 2011), existen 12 programas sociales en funcionamiento para impulsar o fortalecer las capacidades y potencialidades de las familias, elevar su nivel de vida, generar oportunidades y propiciar su incorporación al desarrollo integral. En 2011, había 12 398 beneficiarios del Programa OPORTUNIDADES. Por su parte Liconsa entregó leche fortificada a 72 595 habitantes vallechalquenses. El Programa de Apoyo Alimentario (PAL) transfirió apoyos a 63 009 beneficiarios; mientras que el Programa 70 y más apoyó a 115 adultos mayores.
En la colonia Ampliación (San Miguel Tláhuac) y Xico, el programa Habitat ejecutó obras que beneficiaron a 1 712 habitantes. Las obras de Habitat se encaminaron principalmente a la construcción de infraestructura física de beneficio social básico de la comunidad con dotación de servicios públicos: agua potable, drenaje, electrificación, pavimentación, entre otros. Dicho programa, también apoyó en la creación de infraestructura para el mejoramiento y equipamiento de centros especializados de atención a víctimas de la violencia.
Por su parte, el Programa para el Desarrollo de Zonas Prioritarias (PDZP) benefició a 2 124 habitantes con obras que se engloban dentro del sistema de mantenimiento de agua potable, drenaje, infraestructura educativa, productiva, centros de salud y comunicativa. Además, este programa también apoyó a las familias para el mejoramiento de sus viviendas con pisos firmes, servicios sanitarios, muros reforzados y techos. Se encontró que había sólo ocho beneficiarios del Programa de Jornaleros Agrícolas en la localidad de Xico. El Programa de Rescate de Espacios Públicos (PREP) realizó obras en casi todas las localidades, con excepción de la colonia Ampliación.
El Programa de Estancias Infantiles para Apoyar a Madres Trabajadoras (PEI) únicamente apoyó a las familias de la localidad de Xico, en donde se cuidan a los niños de 441 madres de familia. En la colonia Ampliación (San Miguel Tláhuac) se entregaron subsidios federales destinados a edificar, adquirir, ampliar o mejorar la vivienda de 50 familias.
Por parte del Programa de Apoyo a los Avecindados en Condiciones de Pobreza Patrimonial para Regularizar Asentamientos Humanos Irregulares (PASPRAH), se entregaron apoyos a 584 jefes de familia de la comunidad de Xico. Se registraron dos artesanos apoyados por el Fondo Nacional de Fomento a las Artesanías (FONAR) en Xico y 14 estancias infantiles se unieron a la Red de Estancias Infantiles.
Se indican a continuación el orden de importancia de los programas sociales de acuerdo con el número de habitantes beneficiados: Liconsa, Pal, Oportunidades, Pdzp, Habitat, Pasprah, Pei, 70 y Más, Prep, Tu Casa, Jornaleros Agrícolas Y Fonart.
Con respecto a la cobertura, Oportunidades, Liconsa, Pal, Jornaleros Agrícolas, Pei, Pasprah y Fonart se concentraron casi en su totalidad a beneficiar a los habitantes de la localidad de Xico. Mientras que Habitat y Tú Casa operaron esencialmente en la localidad Ampliación (San Miguel Tláhuac). Entre los programas que registraron una cobertura más amplia fueron: 70 y Más, Prep y Pdzp. Aunque este último transfirió apoyos en alrededor de 60 por ciento de los recursos totales a Xico.
De acuerdo con la información del informante clave 4 (8/12/2011):
la agricultura no es un sector económico relevante en el Municipio. El cultivo de hortalizas y flores predomina principalmente en Mixquic, donde existe una franja agrícola que abarca una superficie de alrededor de 1 720 hectáreas. Sin embargo, los apoyos no han podido fluir adecuadamente en beneficio de los productores debido a problemas de derechos de propiedad dado que los ejidatarios viven en la delegación Tláhuac y su unidad de producción está ubicada en Mixquic.
Esto es, los productores no están viviendo en el núcleo agrario. Prosigue el informante, explicando
que se tiene pensado crear un centro de acopio de productos agropecuarios; sin embargo, no hay proyecto ejecutivo para sustentar la acción por los problemas de propiedad, aunado a las inconformidades de ciertos líderes a los que afectarían los intereses. Dada esta situación, se agruparon algunos productores los cuales son ejidatarios habitantes de Valle de Chalco y de manera informal o irregular establecieron una central de abastos para colocar los bienes agrícolas.
Coexisten otros programas sociales que coordina la Secretaría de Economía (SE), la Secretaría de Desarrollo Económico (SDE) y la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS). Sin embargo, el municipio carecía de un padrón de beneficiarios con los montos específicos de apoyos. No obstante, se estima que el monto de apoyo de los programas de la SE fluctuaba en los 25 mil pesos para inversión en maquinaria y equipos de negocios como tortillerías, panaderías, estéticas, entre otros. Los apoyos de los programas de fomento al autoempleo de la STPS son destinados a las personas ya establecidas y dedicadas a las actividades de servicios como estilistas, costureros, hojalateros, carpinteros, etc.
La pobreza y la desigualdad
A nivel nacional, la situación de la pobreza no ha presentado cambios sobresalientes, las cifras han sido de 46.1, 45.5 y 46.2 por ciento de pobres respecto a la población total para los años 2010, 2012 y 2014, respectivamente. Por su parte en el Estado de México ha pasado de 42.9, 45.3 y 49.6 por ciento para los mismos años.8
Por su nivel de pobreza patrimonial (que agrupa también a quienes sufren la alimentaria y de capacidades), destacan en orden descendente: Chimalhuacán, Valle de Chalco y Chalco. El primero tiene 3.5 veces más habitantes por debajo de la línea de pobreza patrimonial que Cuautitlán Izcalli y Chalco registra el doble de habitantes por debajo de la línea de pobreza que Atizapán. En los tres municipios pobres se concentra alrededor de la mitad de la población en situación de pobreza patrimonial de la Zona Oriente; es decir, de cada diez habitantes cinco pueden catalogarse por debajo de la línea de pobreza patrimonial (Pérez, 2014). También se encontró que 57.8 por ciento de la población no tiene derecho a servicios médicos de alguna institución pública o privada, 21.4 por ciento están afiliados al IMSS, 11.6 por ciento al seguro popular, cinco por ciento al ISSSTE y 3.5 por ciento tiene otro tipo de servicio médico (CONAPO, 2010). En los últimos años esta situación ha empeorado los estándares de vida de los trabajadores y de la población en general.
Para Valle de Chalco Solidaridad, el Coneval reportó que en el año 2010 58.3 por ciento de la población se encontraba en situación de pobreza (46.2 por ciento en situación de pobreza moderada y 12.1 por ciento en pobreza extrema). En 2005, 64.8 por ciento de la población estaba en pobreza de patrimonio, 27.3 por ciento en pobreza de capacidades y alrededor de 15 por ciento en pobreza alimentaria. No obstante, el grado de rezago social (-0.91349) del municipio en 2010 fue muy bajo y ocupó el lugar 1 978 a nivel nacional. En 2000 ocupó el lugar 2102, mientras que para el 2005 ocupó el lugar 1 950.
El Consejo Nacional de Población (CONAPO) reportan dos tipos de marginación: la marginación para todo el país y la marginación exclusivamente urbana. De acuerdo con el Conapo, para 2010 el índice de marginación del Municipio de Valle de Chalco Solidaridad fue de -1.22461, lo que lo cataloga como un municipio con grado bajo de marginación, con ese índice ocupó el lugar 2 182 a nivel nacional, mientras que a nivel estatal se ubicó en el lugar 83.
Dadas las características geográficas y socioeconómicas del municipio es más adecuado analizar el índice de marginación urbana. En 2005, el municipio tenía marginación medio-alto; sin embargo, en su mayoría la población se encontraba en situación de marginación alta. Chalco y La Paz también tienen grado de marginación medio-alto, mientras que Ixtapaluca se halla en mejores condiciones ya que su grado de marginación se ubicó en grado bajo a muy bajo.
Comalchica es la colonia de Valle de Chalco Solidaridad con alto grado de marginación. En marginación medio están las colonias El triángulo y Colonia Ampliación (San Miguel Tláhuac). Xico es la localidad con bajo grado de marginación (CONAPO, 2005).
De acuerdo con los datos del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en 2000 el valor del índice de desarrollo humano (IDH) de Valle de Chalco Solidaridad fue de 0.7694, ocupando el lugar 531 a nivel nacional. Para el año 2005, el valor del índice fue de 0.8128 y subió al lugar 452.
Acorde con los datos institucionales presentados, se revela que las condiciones de bienestar de la población del municipio han mejorado en los últimos años; no obstante, la percepción de los habitantes es totalmente contradictoria al afirmar que
la mayoría de las personas pertenecen a la clase baja y estos que tienen bajos recursos se acostumbran a que solo les den. La mayoría que tiene los recursos o negocios grandes no están dentro del municipio; sin embargo, hay algunas casas que se observan están muy ostentosas (informante clave 2 (22/09/2011).
Factores que inciden en la generación de violencia en valle de Chalco Solidaridad
Después de describir las circunstancias socioeconómicas del municipio de Valle de Chalco Solidaridad, se presentan algunos posibles factores que constituyen los elementos que pueden formar parte para la gestación de la violencia, dadas las condiciones de marginación y exclusión.
Factores precursores
Un primer factor precursor lo constituye el sobrepoblamiento de la Ciudad de México en los años 70, debido a la migración masiva rural hacia la zona urbana. Con la presión demográfica escasearon las viviendas y aumentaron los alquileres para vivir en la ciudad. Los incrementos de los alquileres en la ciudad obligaron a las familias obreras a buscar un patrimonio propio a bajo costo en las periferias de la ciudad.
El segundo factor lo constituyen las crisis económicas recurrentes desde 1982. En este contexto, aumentó el desempleo y los salarios cayeron, por lo que las condiciones de vida en la ciudad de México empeoraron y esto expulsó a la masa de asalariados hacia la periferia fundando las colonias en zonas de alto riesgo.
Un tercer factor fue el sismo ocurrido en 1985 que obligó a muchas familias que residían en la ciudad migraran para ubicar sus residencias en la periferia, sin alejarse demasiado de sus fuentes de empleo.
El municipio de Valle de Chalco Solidaridad es relativamente nuevo y en su proceso de formación ha atravesado por diferentes etapas conflictivas. De esta manera el proceso de asentamiento ha provocado:
Los conflictos entre colonos y ejidatarios (Martínez, 2011: 45-49) por reclamo de servicios públicos como electrificación, agua potable, drenaje, educación, transporte público y salud. Todas estas demandas fueron los principios de violencia en el nuevo poblado. Los conflictos surgieron debido a que los ejidatarios pretendían mantener subyugados a los nuevos habitantes con el artificio del control sobre los servicios públicos que ellos mismos prestaban con la anuencia de algunas autoridades. Al respecto el informante clave 9 (22/11/2011) expresó lo siguiente: “el papel de la mujer ha sido fundamental porque se dieron a la tarea de luchar por servicios, íbamos caminando a Chalco, los hombres no es que no nos quisieran apoyar sino que ellos se tenían que ir a trabajar. Las mujeres gestionamos banquetas, agua, escuelas, jalábamos la luz desde Ayotla. La población se comenzó a organizar en contra de los supuestos líderes que se aprovechaban de la necesidad de la gente y surgió mucha delincuencia. Caminábamos distancias muy grandes a pelear a Chalco, a veces nos dormíamos frente al palacio para que nos cobraran el predio, porque nos sentíamos más seguros con ese recibo del predio ya que no teníamos escrituras. Después de que cubrimos las necesidades de servicios se perdió ese liderazgo social y de ahí ya vinieron los líderes políticos, los que se aprovechan. Antes parecíamos una sola familia, nos cuidábamos, pero ya se perdió porque ya no hay necesidad, cada quien en su mundo”.
Presión y competencia por la obtención de ingresos monetarios en el municipio. Debido al poblamiento tanto de las áreas cultivables como de las zonas destinadas a infraestructura social por invasores o paracaidistas, la población se enfrentó a la necesidad de crear fuentes de ingreso en un municipio con escasa planeación urbana, por lo que se fueron creando gradualmente las fuentes informales de empleo.
Factores de riesgo
Asimetría en el desarrollo de las zonas urbanas del Estado de México. La Zona Noroeste y Toluca presentan mayor crecimiento económico y por ende un desarrollo superior a la Zona Oriente. Aunque en la zona oriente se tiene una buena cantidad de unidades económicas, éstas tienden a ser pequeñas y no alcanzan a absorber a la población económicamente activa en constante crecimiento. La zona donde se ubica Valle de Chalco no ha tenido la inversión suficiente en infraestructura productiva para generar empleos mejor pagados, por lo que se presenta una exclusión y marginación del proceso de desarrollo económico.
Caída del nivel de salarios y disminución de los ingresos por remuneraciones al trabajo. La caída de los ingresos se debe principalmente al descenso de los sueldos y salarios; esto es, de 2008 a 2014 los ingresos han disminuido y casi la mitad de la población gana menos de dos salarios mínimos. Incluso dentro de la ZO, municipios como Chalco, Ixtapaluca y La Paz tienen mejores niveles salariales.
Incremento de las tasas de desocupación. Las mayores tasas de desocupación se presentaron después de la crisis mundial de 2008. En un municipio como Valle de Chalco, con pequeñas unidades de producción y con tan bajos salarios es de esperar que la rotación de personal sea muy alta. Sin embargo, en esta rotación también influye la falta de preparación académica del empleado. Con información del CONAPO (2010) 66.6 por ciento de la población de 15 años y más tan sólo posee educación básica, lo que constituye una mano de obra fácilmente reemplazable al no poseer habilidades únicas. Al respecto el informante clave 7 (20/10/2011) externó su sentir al mencionar “que la falta de fuentes de empleo, la falta de preparación académica y en consecuencia el empleo mal remunerado es la parte que provoca la ociosidad en principio. El hecho de que el muchacho ya no fue a la escuela ni al trabajo y ahí se mantiene porque su papá ya no tuvo para pagar el uniforme ni la inscripción… al rato ya genera la adicción de alguna sustancia y eso obliga a la delincuencia, la violencia, a la descomposición social”.
Altas tasas de ocupación en sector informal. La tasa de ocupación en el sector informal también muestra tendencias a la alza, siendo que para el 2014 poco más de la mitad de la población se encontraba laborando en dicho sector (50.93 por ciento). Antes de la crisis de 2008, sólo 33.82 por ciento de la población se ocupaba en las actividades informales. La principal actividad en este sector económico es el comercio ambulante, con la existencia de alrededor de 48 tianguis. Al respecto el informante clave 5 (7/12/2011), expresó: “cuando estamos en la búsqueda de oportunidades y esas oportunidades no se dan, entonces se buscan algunas otras alternativas y esto hace el clima de violencia. Ahora las banditas fueron absorbidas por organizaciones criminales, los que se dedicaban a robar fueron controlados por agrupaciones criminales más grandes. Difícilmente se va a poder hacer algo porque si quieres sobresalir y poner tu negocio ya existe la extorción, en Valle de Chalco ya están extorsionados todos los negocios y ahora lo que resulta es que ya nadie quiere poner su changarro y la única actividad rentable es la delincuencia”.
Ingreso de las mujeres al mercado laboral. La participación en la aportación de ingreso monetario al hogar por parte de las mujeres ha ido en aumento. La población femenina está tomando cada vez más, parte activa en el mercado laboral. Ello implica que están asumiendo un doble rol: el papel de amas de casa y educadoras de los hijos, pero además, aportadoras de ingresos al hogar.
Poca cobertura de los programas sociales. No obstante que los subsidios y transferencias realizadas a las familias del municipio cumplen con los criterios de acuerdo a la zona geográfica y socioeconómica, existe una cobertura deficiente ya que los programas sociales se destinan principalmente a la localidad de Xico y en menor medida a las colonias con la población en situación de pobreza y con mayor grado de marginación.
Ubicación del municipio en una zona con riesgo de inundaciones. El Río de la Compañía se ha desbordado en varias ocasiones (en los años 2000 y 2010), primero en mayo del año 2000 en el tramo ubicado entre Ixtapaluca y Valle de Chalco. En esa ocasión provocó daños a más de 1 200 familias, y dejó sus casas “inundadas por aguas negras, en colonias como El Triunfo, Avándaro, San Isidro, Emiliano Zapata, Tlalpizáhuac y El Molino”. El segundo gran desbordamiento ocurrió en junio de ese mismo año, y afectó seriamente al municipio de Valle de Chalco. En claro contraste, cabe agregar aquí que ninguna de las otras regiones urbanas estudiadas ha registrado siniestros de esta naturaleza; en ellas el control y manejo de las aguas negras ha sido mejor diseñado; dicho de otra forma, no se encuentran en el abandono en que se tiene a la Zona Oriente (Pérez, 2014).
Factores de contención
Las transferencias entre hogares. Las interacciones de ayuda en el municipio son clave para la contención de la violencia. Estas interacciones funcionan desde diversas perspectivas donde los hogares tienden a ayudarse tanto monetariamente como en especie y estas relaciones se intensifican en situaciones de crisis. Al respecto González y Ziccardi (2011) apuntan que durante la inundación del 5 de febrero de 2010 fueron vecinos afectados quienes inicialmente reaccionaron realizando acciones de salvamento y de evacuación de la población que dormía cuando ocurrió el desastre, además las comunidades eclesiales jugaron un papel importante en la articulación de la solidaridad local. Incluso los habitantes se agruparon para hacer presión al Gobierno cuando consideraron que era importante que los apoyos fluyeran hacia los damnificados.
Los negocios familiares y autoconsumo. Se ha encasillado a los comercios informales como factores de riesgo; empero, también pueden ser un factor de contención tal y como apunta el informante clave 1 (22/09/11) aseverando que “los tianguis son un mal necesario en la medida que no se puedan ofrecer mejores alternativas de empleo formal”.
Cercanía de la Ciudad de México. La Ciudad de México sigue siendo muy atractiva como fuente de empleo remunerado para muchos hogares. La ciudad ofrece las mejores condiciones de sueldo, prestaciones y acceso a las instituciones de salud respecto al municipio, a pesar de los inconvenientes que se ha esbozado previamente.
Respecto a los factores de riesgo planteados, Herrera y Molinar (2010) aseveran que la pobreza engendra sentimientos de marginalidad, impotencia, dependencia, inferioridad, inestabilidad y malestar, que se agudizan ante los conflictos vividos en el interior de las familias donde se suman problemas de adicción al alcohol o drogas, el abandono paterno y aún más doloroso el abandono materno, la violencia intrafamiliar, entre muchos otros males sociales.
También Scheper-Hughes y Bourgois (2004), citados por Azaola, (2012) subrayan que a menudo los comportamientos violentos en las familias no son sino una respuesta a exclusiones sociopolíticas o económicas que hicieron parecer al comportamiento violento como el único posible dentro de las circunstancias. Destacan que la violencia estructural, es decir la de la pobreza, el hambre, la exclusión social y la humillación inevitablemente se traduce en violencia doméstica e íntima.
En el caso particular del ingreso de las mujeres al mercado laboral, Herrera y Molinar (2010) deducen que cuando las mujeres tienen que afrontar la jefatura económica, las mujeres se sienten culpables por descuidar a sus hijos y son las hijas mayores o las abuelas las que asumen esta tarea. En la mayoría de los casos, las madres abrumadas por cubrir lo mínimo necesario y realizar su interminable jornada de trabajo no disponen de tiempo ni energía emocional para enfrentar las necesidades de interacción y cariño con sus hijos, además de reconocer que no saben mostrar sus afectos. Al respecto el informante clave 3 (17/11/2011) sostiene que “los hijos ya no se crían con amor después de largas jornadas de trabajo, no hay tiempo de jugar con ellos y menos de hacer juntos la tarea”.
En la cuestión de la asimetría en el desarrollo de las zonas urbanas, Arteaga y Lara (2004) de manera indirecta plantean que la distancia social (es decir la exclusión de ciertas localidades y beneficiarios potenciales) se convierte en un fenómeno que requiere análisis en la medida en que permite observar la conformación y mediación de los conflictos sociales y su conformación en posibles detonadores de violencia.
Entre otras aportaciones realizadas en el municipio de Valle de Chalco Solidaridad están: Trejo (2008), quien estudió los procesos inmersos en la creación de identidad de los jóvenes de este municipio; Mendoza (2009) realizó un análisis de la situación de los migrantes hacia Estados Unidos; González y Ziccardi (2011) abordan el cambio climático y el caso de la inundación en 2010; y Martínez (2011: 19) trata sobre el proceso de generación de la clase política existente. Estos autores también tocan algunos temas de violencia al interior de Valle de Chalco Solidaridad; sin embargo, ninguno de ellos analiza los factores de generación de violencia por lo que resulta difícil encontrar similitudes o diferencias con el presente trabajo.
Conclusiones
Toluca, junto con los municipios de Huxquilucan, Naucalpan, Atizapán, Metepec y Valle de Bravo son las localidades con mayor desarrollo económico en la entidad. El gobierno estatal debe generar las condiciones para que los demás municipios y sobre todo la Zona Oriente accedan a las mismas condiciones de inversión en la planta productiva.
Existe una caída de los empleos formales, lo que lleva a los jefes familiares a buscar alternativas en la economía informal para la obtención de ingresos monetarios que les permita sostener a sus dependientes. El empleo en la informalidad es la opción que puede considerarse el menor de los males; sin embargo, está latente el peligro de que en dichas actividades los jefes familiares puedan realizar actividades ilícitas para lograr el sustento. Las actividades ilícitas pueden ir desde el robo hasta la privación de la libertad de algunas personas. Efectivamente, algunos informantes clave comentaron que en el municipio existen viviendas que funcionan como casas de seguridad. La informalidad es un hecho innegable a nivel nacional pero en Valle de Chalco Solidaridad se agudiza más por estar en la periferia de la ciudad de México. En este sentido el informante clave 4 (8/12/2011)) asevera que
se han hecho pláticas para establecer un espacio fijo a estos comercios y regularlos; empero, es un asunto muy complejo ya que en principio este sector funge como contenedor de violencia y en dado caso de que se quite este medio de sobrevivencia se puede incrementar la delincuencia en el municipio.
Se necesita un análisis profundo por parte de las autoridades encargadas de ministrar los apoyos de los programas sociales con el fin de ampliar la cobertura ya que las condiciones actuales de operación de dichos Programas fomentan la exclusión de algunas colonias al concentrarse los apoyos en los Programas en la localidad de Xico.
En suma, la totalidad de autores aquí citados mencionan la multiplicidad de factores para la generación de violencia. En el presente estudio también se concluye ésta particularidad; no obstante, se sostiene la idea de que dados determinados factores (culturales, psicológicos, educativos, etc.), la marginación y exclusión agudizan más el problema social. Por ejemplo, los sentimientos de exclusión y de pocas oportunidades crean en la población juvenil descontento y desconfianza en las instituciones tanto gubernamentales como sociales.
En este sentido Saraví (2004) también concluye que la privación económica conjugada con otros problemas locales coadyuvaría al desarrollo de un medio social en el que se produce el aumento del crimen; sin que la experiencia individual de privación económica pueda ser considerada la única variable explicativa del delito.
Las políticas actuales de combate al crimen, homicidios, narcotráfico, etc. no han disminuido dichos problemas, dado que se están atacando solo los efectos del problema.
Para aminorar las situaciones de violencia, se necesitan los planteamientos de enfoques integrales. Se debe comenzar con políticas económicas de estabilidad que garanticen un crecimiento y desarrollo económicos sostenidos. Estas políticas económicas deben privilegiar la generación de empleos formales con acceso a prestaciones obligatorias por ley. El crecimiento económico garantizaría una mayor producción, lo que implicaría un aumento en el nivel de salarios.
También se deben buscar mecanismos para incrementar el capital social; esto es, los lazos que unen a una determinada comunidad. Las interacciones de ayuda en el municipio son clave para la contención de la violencia. En este sentido, el informante clave 6 (12/12/2011) comentó que:
entre los vecinos se organizan para cuidarse unos a otros, sus casas y cuando ven a alguien sospechoso lo remiten a las autoridades, quiénes los dejan salir de inmediato utilizando los Derechos Humanos. Esta organización entre ciudadanos origina que los asaltantes realicen sus fechorías en otros lugares. De igual manera, entre los vecinos se organizan para llevar despensas a la iglesia y ayudar a los más necesitados. Aseguró que en el ayuntamiento solo prestan ayuda a los militantes de su partido.
La necesidad de incrementar este capital social surge por las expresiones de algunos pobladores como el informante clave 8 (14/11/2011) que atestiguó:
dentro de mi colonia hay veces que se han organizado, pero a raíz de que hay nuevas generaciones es más difícil. Antes la gente chiflaba y todos salían, ahora a raíz de que han ido creciendo las nuevas generaciones y de que también están involucrados en eso (en la delincuencia) se hace más difícil. Ya no hay tanta comunicación porque dicen “es que a ese yo no lo puedo enfrentar porque también mi familiar está involucrado y antes no se daba eso”.