Después de la inmovilidad forzada derivada de la pandemia del Covid-19 el ciclo migratorio se vuelve a reactivar. Dicho ciclo migratorio conlleva riesgos, así como vulnerabilidades desde el origen, en el tránsito, destino y retorno (Arjona, 2021). Pero a la vez, se identifican novedades y continuidades de la migración, específicamente, en la de América Latina. Por ejemplo, la emigración venezolana hacia América Latina y el Caribe constituye el fenómeno migratorio más importante y voluminoso de las últimas seis décadas (Eguren, 2022). Es el foco de atención de su tránsito, de su permanencia o devolución desde Estados Unidos a México.
Pero antes de revisar su situación en Estados Unidos y México, destacamos tres destinos geográficamente hablando de los venezolanos y venezolanas: i) Colombia y Brasil, naciones con las que Venezuela comparte frontera, están siendo afectadas por estos movimientos migratorios; ii) en segundo lugar, los que tienen como destino a otros países latinoamericanos que no comparten frontera con Venezuela: Perú, Ecuador, Chile, Argentina, Bolivia, Paraguay, Costa Rica, México, Panamá, República Dominicana y Uruguay; iii) el tercer lugar de destino se refiere a Estados Unidos y España. El éxodo venezolano se ha sumado a las caravanas a su paso por México, que hoy día ocupa un lugar importante como grupo de migrantes transnacional producto de la crisis económica y política venezolana.
Desde 2015 más de cinco millones de personas han abandonado la República Bolivariana de Venezuela debido a la persistente inestabilidad económica y política del país. Más de cuatro millones se han trasladado a otros países de América del Sur. Colombia tiene la cifra más alta de inmigrantes venezolanos, que a julio de 2021 superaban 1.7 millones. En ese momento, los otros países sudamericanos de acogida de venezolanos eran Perú (más de un millón), Chile (cerca de 460 mil) y Ecuador (más de 360 mil). Se han implementado iniciativas de regularización masiva para apoyar a los venezolanos, de los que más de la mitad está en situación irregular. En febrero de 2021, Colombia aplicó una política que ofrecía a los venezolanos desplazados una protección temporal para los próximos diez años (OIM, 2022:111).
Los datos de la OIM (2022) indican que Estados Unidos ocupa el segundo lugar de destino de venezolanos y el tercer país de acogida es España fuera del ámbito de Latinoamérica. Hoy día, el contexto de transformaciones tecnológicas, geopolíticas, la pandemia, crisis económica e incertidumbre sistémica, alimentaria y ambiental, impactarán el futuro de la migración de los venezolanos, pero que a la vez enfrentan expulsiones desde Estados Unidos y restricciones o deportaciones desde México.
Venezolanos en Estados Unidos
Los inmigrantes venezolanos y venezolanas residentes en Estados Unidos se han incrementado en los últimos diecinueve años. Pero, principalmente, después de 2013, fecha en la cual Nicolás Maduro asumió la presidencia de ese país. En él se presenta la mayor desigualdad en la distribución de ingresos del mundo, donde diez por ciento más rico de la población recibe en promedio 36 por ciento del ingreso total y 40 por ciento más pobre recibe apenas en promedio 14 por ciento (CEPAL, 2019). A partir de 2014 hasta 2020, el crecimiento de inmigrantes venezolanos residentes en Estados Unidos creció en promedio más de diez por ciento anualmente. Destaca en mayor medida la de las mujeres con relación a la de los hombres. Es decir, desde 2001 hasta 2020, los porcentajes oscilaron en 52 por ciento para mujeres y 48 por ciento en inmigrantes masculinos. Dichos porcentajes son contrarios a la de los mexicanos. Por lo que se podría decir que hay una feminización de la migración venezolana a Estados Unidos en los últimos 19 años (Figura 1).
Venezolanos en y a su paso por México
Las cifras de venezolanos y venezolanas en nuestro país, al igual que en Estados Unidos, se han incrementado desde 2000 hasta 2020. Por ejemplo, en nuestro país, en el año 2000 había 2,823 venezolanos y en 2020, la cifra era de 56,198. Con mayor presencia en la Ciudad de México, el Estado de México, Baja California y Nuevo León, principalmente.
Pero la migración venezolana no es exclusiva en estas entidades federativas. En este momento podemos observar notas periodísticas de la migración en tránsito de ciudadanos de otros países que incluyen a la venezolana. Por ejemplo, se dice que la migración venezolana colapsa México 1, miles de venezolanos varados en un limbo burocrático en la frontera entre México y Estados Unidos2, autoridades rescatan a 82 migrantes en Monterrey, Nuevo León3, Gobierno de la CDMX traslada a migrantes venezolanos a albergues4, aumenta flujo de migrantes venezolanos en Tequisquiapan5, la lista es interminable en las notas periodísticas sobre dicha migración (Figura 2).
El éxodo o caravanas6 de venezolanos constituye en estos momentos el desafío más importante para la comunidad de Norteamérica, en el ámbito latinoamericano y caribeño de la movilidad humana en su tránsito por diversos países y que no tiene comparación en la historia de este país, por lo menos en las últimas décadas.
Pero los desafíos más importantes de esta migración son la exposición al riesgo y sus vulnerabilidades. Riesgos de la inseguridad, de enfermarse, de ser deportado, de ser secuestrado, de sufrir por los cambios climáticos-ambientales, de fallecer, por su carencia de redes sociales, de sufrir prácticas discriminatorias en el mercado laboral, en el acceso a la educación, a la vivienda, a los servicios de salud, de ser golpeados, en otros aspectos de la exclusión social durante el tránsito o destino debido a su carácter de indocumentado.
Este y otros tantos temas demográficos constituyen los desafíos para realizar diagnósticos como nuevas narrativas en el contexto de la pospandemia. La revista Papeles de Población tiene como objetivo dar a conocer dichas investigaciones, difundiendo con ello nuevos entendimientos de los procesos poblacionales en el presente siglo.