Streptococcus salivarius es una bacteria con morfología esférica y características de grampositiva, la cual se agrupa en pares o cadenas cortas. Este microorganismo pertenece a la familia de Streptococcus viridans, por lo que se considera como un anaerobio facultativo. Se comporta de forma infrecuente como patógeno1.
Se presenta el caso de una mujer de 34 años, procedente de la ciudad de Tunja (Colombia), sin antecedentes relevantes. Consultó por un cuadro clínico de 1 mes de evolución consistente en picos febriles no cuantificados junto con astenia, adinamia, mialgias, artralgias, parestesias en las extremidades, diaforesis nocturna y cefalea global.
En la exploración física se encontraba con taquicardia, febril (38.1 °C), alerta, orientada, con signos de gingivitis y caries dental, con hallazgos de galope en ruidos cardiacos y soplo cardiaco diastólico de grado II en foco aórtico. El resto de la exploración estaba dentro de los parámetros normales. Los estudios paraclínicos de ingreso mostraban leucocitosis con predominio de neutrófilos, velocidad de sedimentación globular elevada, aumento de transaminasas, hipopotasemia leve, gases arteriales con alcalosis respiratoria simple, sin hiperlactatemia. El hemocultivo reportó la presencia de S. salivarius.
Se realizó un ecocardiograma transesofágico que evidenció una válvula aórtica bivalva (bicúspide) con insuficiencia moderada y estudio negativo para vegetaciones. Sin embargo, se consideró que se trataba de una paciente con diagnóstico de endocarditis infecciosa por la presencia de un criterio mayor y tres criterios menores en la escala de Duke.
La paciente cursaba con endocarditis subaguda por S. salivarius, por lo cual se deja en manejo con ceftriaxona a dosis de 2 g/24 h por vía intravenosa, por 28 días, y se logra una adecuada evolución.
S. salivarius se comporta como un hemolítico, crece en cultivos de agar sangre y está presente en la cavidad oral, generalmente en el dorso de la lengua, y en la mucosa faríngea y el tracto respiratorio superior e inferior1,2. Esta bacteria había sido considerada tradicionalmente como un microorganismo no virulento y su aislamiento en hemocultivos se atribuía a contaminación, puesto que se puede encontrar de forma transitoria. Esto había hecho que se considerara como un microorganismo oportunista, puesto que afecta principalmente a personas en estados de inmunosupresión, como los pacientes neutropénicos con cáncer y los cirróticos, entre otros3,4. La paciente del caso presentado tenía una predisposición a desarrollar endocarditis valvular nativa, dada su válvula aórtica bicúspide y una mala higiene bucal5.
Dentro de las patologías que puede ocasionar S. salivarius se han reportado casos de caries, septicemia en pacientes neutropénicos4 y algunos casos aislados de meningitis, absceso cerebral2, endoftalmitis, endocarditis, neumonía y osteomielitis6. Se ha descubierto que S. salivarius afecta las respuestas inmunitarias al inhibir las vías inflamatorias, lo que sugiere un papel en la modulación de las respuestas inmunitarias de las células epiteliales humanas, y de manera similar a la colonización con Streptococcus pyogenes, afecta la secreción de interleucina 8 y las vías de respuesta inmunitaria innata en las células epiteliales bronquiales y faríngeas, lo que sugiere un papel en las respuestas inmunitarias nasofaríngeas humanas6,7.
El hemocultivo tiene una sensibilidad del 5% (0.13-24.87%), pero con un valor predictivo positivo del 100%, lo cual demuestra que la presencia de un resultado positivo confirma la presencia del microorganismo en sangre y obliga a tomar medidas terapéuticas inmediatas con el fin de obtener los mejores resultados para los pacientes8; sin embargo, los estudios concuerdan en mencionar que la sensibilidad es más alta mediante el uso de la reacción en cadena de la polimerasa para identificar estos microorganismos en las válvulas cardiacas9.
Dentro del manejo de este microorganismo se encuentran algunas opciones terapéuticas, entre las que los betalactamicos son considerados como primera línea de tratamiento2, seguidos de antibióticos acompañados de inhibidores de betalactamasas, vancomicina y gentamicina, entre otros10. Es importante tener en cuenta que las endocarditis pueden generar algunas complicaciones distantes al corazón, dentro de las que se encuentran las patologías neurológicas como los accidentes isquémicos y los abscesos cerebrales2.
Se debe tener en cuenta que este patógeno afecta principalmente a personas con alguna inmunodeficiencia, y de ahí el interés de este caso, pues se trata de una persona inmunocompetente con deterioro del estado dental, lo que demuestra que por encontrarse en la flora habitual puede infectar a pacientes ya sea por su condición clínica o hasta por el simple manejo dental, confirmando así el papel patógeno del microorganismo.