Introducción
Los tumores cardiacos primarios son raros en todos los grupos de edad, con una incidencia del 0.0017-0.027%, en la necropsia en población infantil se informa que la incidencia es del 0.25%1. Los rabdomiomas son los tumores cardiacos más frecuentes en niños, seguidos de fibromas (25 a 30%) y con menos frecuencia mixomas, lipomas, teratomas, hemangiomas, mesoteliomas y tumores de células de Purkinje. Suelen asociarse a esclerosis tuberosa, el cual puede afectar a todos los órganos del cuerpo, siendo más común cerebro, riñón, corazón y pulmones2.
Presentamos dos casos clínicos de rabdomiomas cardiacos diagnosticados en nuestra unidad, haciendo énfasis en el resultado a nivel cardiaco y su asociación con esclerosis tuberosa.
Material y métodos
Por referencia a nuestra unidad de alta especialidad, todas las mujeres con embarazo de alto riesgo son monitoreadas con ecocardiografía fetal. Durante los años 2018 y 2019 se documentaron dos casos de rabdomiomas intracardiacos. Los exámenes se realizaron en el tercer trimestre del embarazo, excluyendo los casos de cardiopatías congénitas.
El ecocardiograma prenatal se realizó transabdominal, con sistema Philips IE33 con transductor sectorial 8S. Se adquirieron imágenes en modo bidimensional, modo M y Doppler pulsado y continuo. El diagnóstico se confirmó realizándose ecocardiogramas posnatales en el mismo tipo de equipo, incluyéndose un examen clínico y electrocardiograma. Con seguimiento posterior a la consulta externa de cardiología pediátrica.
Reporte de casos
- El primer caso se trata de una paciente de 20 años de edad, sin antecedentes heredofamiliares de importancia, la cual inicia control de embarazo de alto riesgo en tercer nivel por múltiples amenazas de aborto. Derivada a nuestro hospital a las 36 semanas de gestación, realizándose el primer ecocardiograma prenatal por parte de nuestro servicio detectando tumores cardiacos compatibles con rabdomiomas, con imagen ecogénica en aurícula derecha de 18 mm y en ventrículo derecho de 20 mm con septum interventricular de 8 mm (Fig. 1), sin datos de obstrucción al tracto de salida, por lo que se decide continuar con el embarazo. Nace por cesárea, sin complicaciones. Se realiza ecocardiograma posnatal de control con los hallazgos previos, reportando tumoración a nivel de la cava superior de 13 x 18 mm, tumoración en surco atrioventricular de 15.4 x 4.5 mm, en ventrículo derecho con tumoración de 17.4 x 22 mm, siendo bilobulado, a nivel del ventrículo izquierdo con múltiples tumoraciones adheridas al septum y a la pared anterior la mayor de 7.7 x 8.2 mm (Fig. 2), corroboradas por resonancia magnética (Fig. 3). Debido a la asociación de tumores intracardiacos con esclerosis tuberosa fue valorado por el Servicio de Neurología, en donde mediante la realización de resonancia magnética de encéfalo se evidencia lesión nodular intraaxial en el giro recto derecho y nódulos subependimarios en ambos ventrículos laterales (Fig. 4), con hallazgos referidos que se encuentran dentro del espectro de esclerosis tuberosa. Se mantiene en vigilancia, en control por la consulta externa de dicho servicio.
Valorado por el Servicio de Electrofisiología por el riesgo de desarrollo de arritmia, como parte de protocolo de estudio, con electrocardiograma y Holter de 24 horas, encontrando frecuencia cardiaca media de 156 lpm, frecuencia máxima de 250 lpm. El total de QRS registradas fue de 166,470, lo cual representa el 11.8% del total de QRS registradas, iniciando tratamiento con propranolol, en seguimiento por la consulta externa.
- Nuestro segundo caso corresponde a una paciente de 26 años de edad, sin antecedentes heredofamiliares de importancia, la cual inicia control de embarazo de alto riesgo en tercer nivel por hallazgo en ultrasonido fetal de control imágenes sugestivas de tumores intracardiacos. Derivada a nuestro hospital a las 35 semanas de gestación, se realizó el primer ecocardiograma por parte de nuestro servicio en este periodo, en el cual se detectó imagen hiperecogénica a nivel del aparato valvular izquierdo de 11 x 7 mm, la cual impresiona compresión de la válvula aórtica; se observa otra imagen hiperecogénica de 8 x 6 mm en pared externa de ventrículo derecho, adyacente a válvula tricúspide se observa otra imagen de las mismas características en pared externa de ventrículo izquierdo de 7 x 7 cm (Figs. 5 y 6), sin datos de obstrucción al tracto de salida, por lo que se decide continuar con el embarazo. Nace por cesárea programada, sin complicaciones.
Valorado por el Servicio de Electrofisiología con electrocardiograma y Holter de 24 horas, sin alteraciones en ritmo, por lo que se mantiene solo en vigilancia por la consulta externa.
En este caso también se realizó pesquisa para descartar esclerosis tuberosa, descartándose por estudio de imagen cerebral.
Discusión
Los tumores cardiacos son extremadamente raros en niños (0.027 a 0.17%). La gran mayoría de los tumores cardiacos primarios en los niños son benignos, mientras que aproximadamente el 10% son malignos2. De este total, los rabdomiomas son los tumores cardiacos más comunes, presentándose en el 43-60% de los casos, y se encuentran asociados a la esclerosis tuberosa3.
Esta es una condición dominante autosómica con penetrancia y expresividad variables, aunque la mayoría de los casos nuevos representan nuevas mutaciones. Se han identificado al menos dos locus genéticos, en el brazo largo del cromosoma 9 (9q34) y en el brazo largo del cromosoma 11 (11q14.1-23). Se desconoce el déficit genético específico en sí, así como el proceso subyacente por el cual se produce el tumor4.
Los rabdomiomas se diagnostican fácilmente por ultrasonido, debido a su aspecto hiperecogénico, con apariencia de masas nodulares hiperecoicas múltiples ubicadas en las cavidades cardiacas. La mejor exploración para evaluar correctamente la masa del corazón es la vista de cuatro cámaras, la ecocardiografía permite una determinación precisa de la extensión y ubicación de la masa5. Aunque los rabdomiomas pueden formarse en cualquier parte del corazón, generalmente se detectan en los ventrículos y las áreas septales interventriculares y a menudo son masas múltiples.
El hallazgo de estos tumores representan un factor de riesgo para insuficiencia cardiaca y muerte súbita neonatal intrauterina, siendo importante el estudio con Doppler, útil para evaluar posibles modificaciones en la hemodinámica intracardiaca6.
La presencia de múltiples tumores que afectan al miocardio ventricular es indicativo de rabdomiomas. Cuando se aísla la lesión, se debe realizar un diagnóstico diferencial con respecto a otros tumores cardiacos, como teratomas, fibromas y hemangiomas. Los teratomas son las segundas neoplasias más frecuentes en la infancia7. La mayoría de ellos son extracardiacos y se encuentran en la base del corazón. Los fibromas apenas se diferencian de los rabdomiomas debido a su apariencia ecográfica similar; a menudo son pedunculados, pueden crecer hasta tamaños enormes y pueden sufrir degeneración quística y calcificada8.
También se debe evaluar el ritmo cardiaco fetal, pues en los raros casos de localización auricular pueden surgir arritmias9. El tamaño del tumor debe controlarse durante el embarazo para evaluar el posible crecimiento del tumor, lo que puede deberse a una alta concentración de hormona gestacional que estimula una respuesta hiperplásica e hipertrófica en el tumor10.
En un metaanálisis realizado por Chao, et al. estos informaron de que la mayoría de los rabdomiomas cardiacos se detectaron después de la 24.a semana de gestación y solo el 13.7% de los casos se detectaron antes de la semana 24 de gestación11. En nuestros casos, los diagnósticos se realizaron en el último trimestre del embarazo, cerca del término de este, debido a que las pacientes no programaron controles en el primer e inicio del segundo trimestre12.
La involución puede estar relacionada con la incapacidad de los tumores para dividirse mientras crecen las cámaras cardiacas y esta consideración puede indicar que algunos factores aún incompletamente identificados, involucrados en la regulación homeostática de la biología cardiaca, podrían conducir a la regresión de las masas13.
De hecho, después del nacimiento, las células de rabdomioma pierden su capacidad de dividirse y la regresión del tumor en la infancia es un resultado esperado, independientemente del tamaño del tumor. La resolución completa de más del 80% de los tumores puede ocurrir durante la primera infancia. La regresión puede dejar una pared de cámara delgada con cicatrices14.
En el caso de los rabdomiomas asintomáticos, la cirugía cardiaca es innecesaria, porque los rabdomiomas disminuyen después del nacimiento a la edad de dos meses a dos años con una media de ocho meses, pero deben realizarse visitas pediátricas regulares para detectar un diagnóstico posterior de esclerosis tuberosa. Si el niño se ve afectado por esta patología, se requiere asesoramiento genético de los padres después del nacimiento o la interrupción del embarazo15,16.
La recomendación actual es un enfoque conservador cuando sea posible, dada la regresión espontánea bien documentada de los rabdomiomas, especialmente para pacientes de menor edad y tumores de menor tamaño, evitándoles la morbilidad de la cirugía17. Sin embargo, un estudio reciente mostró que aproximadamente el 25% de un grupo de pacientes requirió intervención quirúrgica y algunos autores abogan por la intervención temprana como una estrategia profiláctica para evitar complicaciones relacionadas con la masa, como embolización tumoral, insuficiencia valvular grave y arritmias ventriculares18.
Conclusiones
Los tumores cardiacos fetales son infrecuentes y aunque regularmente son benignos, su manejo y seguimiento será normado de acuerdo con su evolución clínica. El estudio ecocardiográfico fetal ha permitido un diagnóstico prenatal precoz, con toma de decisiones respecto a la intervención médica o quirúrgica a seguir, mejoría en el control prenatal y posnatal, con tratamiento oportuno de estas, mejorando la supervivencia y el pronóstico de estos pacientes.