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Desacatos
versión On-line ISSN 2448-5144versión impresa ISSN 1607-050X
Desacatos no.32 Ciudad de México ene./abr. 2010
Saberes y Razones
Crónica de una epidemia pregonada*
Chronicle of a proclaimed epidemic
Eva Salgado Andrade** y Frida Villavicencio Zarza***
** Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social-Distrito Federal, México. esalgado@ciesas.edu.mx
*** Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social-Distrito Federal, México. frida@ciesas.edu.mx
Recepción: 15 de septiembre de 2009
Aceptación: 7 de octubre de 2009
Resumen
En este artículo se revisa el proceso de construcción periodística de la contingencia sanitaria decretada a raíz de la epidemia de influenza abiertamente reconocida por el gobierno federal de México el 23 de abril de 2009. El corpus de análisis consta de 81 primeras planas, publicadas en seis periódicos de circulación nacional, entre el 24 de abril y el 7 de mayo, desde que entró en vigor la suspensión de clases hasta que se anunció la vuelta a la normalidad. Los resultados, presentados en secuencia cronológica, dan cuenta de diversos capítulos, actores, estrategias y procesos que intervinieron en esta historia que cimbró a México y el mundo.
Palabras clave: influenza, prensa, análisis de discurso, discurso periodístico, semiótica.
Abstract
This article reviews the process of journalistic construction regarding the health contingency, decreed due to the influenza epidemic and openly recognized by the Mexican government on April the 23rd, 2009. The analysis corpus is composed of 81 frontpage news, published in six national newspapers, between April 24th and May 7th, from the enforcement of school suspension, later on followed by the announced return to normal life. The results presented in a chronological sequence, show the different chapters, actors, strategies and processes that intervened in this history that made Mexico and the world shiver.
Key words: influenza, press, discourse analysis, journalistic discourse, semitotics.
Hacia las once de la noche del jueves 23 de abril de 2009, el gobierno federal, por voz del secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos, hizo un anuncio inesperado e impactante para los habitantes del Distrito Federal y el Estado de México. En un mensaje emitido en cadena nacional, el funcionario dio a conocer que al día siguiente se suspenderían las clases en todas las escuelas públicas y privadas, desde preescolar hasta el nivel superior, debido a una epidemia de influenza registrada en estas entidades.
Al correr de las horas y los días, las expresiones emergencia sanitaria, contingencia, influenza, influenza porcina, influenza humana, epidemia, pandemia, virus, virus A (H1N1), antivirales, vacunas, farmacias, hospitales, tapabocas, contagios, muertos, OMS, OPS, nivel de alerta… se adueñaron de los espacios público y privado. De manera apabullante, todos los medios informativos daban voz a funcionarios federales, locales, médicos, epidemiólogos, comentaristas y locutores que lanzaban torrentes de advertencias, recomendaciones respecto a cómo protegernos de un posible contagio, informaciones y opiniones relativas al virus que acechaba la salud de millones de personas en México. En la vida cotidiana, este torrente de información y opiniones era recibido por familiares, vecinos, amigos o compañeros de trabajo que durante dos semanas convivieron con el temor frente a este virus nuevo, letal, peligroso y muy contagioso. Los temibles síntomas de la enfermedad (fiebre alta, dolor de cabeza, garganta y cuerpo, etc.) eran repetidos una y otra vez por todos los medios y en todos los lugares y momentos, en incesante letanía para que los contagiados de influenza (o quienes presumieran estarlo) salieran presurosos a atenderse a un centro de salud. A la suspensión de las clases se añadiría la suspensión de misas y espectáculos públicos, y el cierre de centros de trabajo y reunión…
La capital del país se paralizó y el mundo no tardó en enterarse y en reaccionar. Dos semanas después de iniciada la contingencia sanitaria, la normalidad pareció retornar paulatinamente. Se nos dijo que el virus no se había ido, que debíamos aprender a convivir con él; también que las medidas puestas en marcha habían logrado controlarlo.
Más allá de las consideraciones de tipo sanitario o epidemiológico, este episodio, por su trascendencia, por su naturaleza inusitada, por la huella con la que trastocó diversos ámbitos de la vida pública y la privada, merece varios tipos de reflexión. Ésta es la tarea a la que nos sumamos con este trabajo. Concretamente, ponemos nuestra mirada en el proceso de construcción de este episodio en la prensa nacional. Nuestro corpus de análisis está conformado por 81 primeras planas, con énfasis en la nota principal (titulares y subtitulares), publicadas en seis periódicos de circulación nacional: El Universal, Excélsior, La Crónica de Hoy, La Jornada, Milenio Diario y Reforma entre el 24 de abril y el 7 de mayo de 2009, es decir, desde el día en que entró en vigor la suspensión de clases hasta que se anunció que el país volvía a la normalidad1.
Esta investigación se inscribe en los lineamientos generales del análisis del discurso que plantea que la lingüística y la semiótica, aplicadas al examen de materialidades discursivas, permiten comprender diversos fenómenos sociales que tienen al lenguaje (verbal y no verbal) como materia prima. El discurso, más que un simple efecto, reflejo o memoria de los procesos y de la organización social, es parte del proceso social. Constituye significaciones y prácticas sociales o, como sostiene Benveniste (1978: 99), "primero, la lengua es el interpretante de la sociedad; segundo, la lengua contiene la sociedad". El discurso es no sólo una unidad de comunicación, sino toda una gama de ideas o cuerpo de conocimiento acerca de algún tópico articulado en instancias determinadas de comunicación (Peterson, 2003: 95).
El discurso periodístico es una práctica social que mantiene una relación dialéctica con las situaciones, instituciones y estructuras sociales en las cuales se produce, es decir, está moldeado por ellas; pero, a su vez, contribuye a darles forma (Fairclough y Wodak, 2000: 367). En función de esta relación dialéctica, Van Leeuwen (1993: 193) propone que el discurso asume fundamentalmente dos grandes vertientes: el discurso como instrumento del poder y el discurso como instrumento de construcción social de la realidad. En conjunto, el discurso periodístico está formado por "un lenguaje mixto en el que concurren distintos lenguajes que apelan siempre a la vista, aunque con mecanismos intelectuales diferentes" (Edo, 2003: 23).
La prensa, con sus códigos relativamente estrictos de periodicidad y disposición de la información, siempre con una primera plana en la que una noticia destaca entre todas, y la permanencia que le confiere el lenguaje escrito, se convierte en un registro de las sociedades modernas, de lo que, día con día, los grupos de poder o de resistencia al poder, si acaso tienen acceso a la prensa, han juzgado como lo más destacado dentro de la inabarcable sucesión de hechos públicos y la opinión que han merecido. La comunicación y la información masiva nos confrontan con un continuo proceso de producción de significados que coadyuvan a una construcción social de la realidad, en la que se privilegia hablar de ciertos procesos políticos, económicos y culturales, en tanto que se silencian otros (Jensen y Jankowski, 2003 [1991]: 19).
Durante las dos semanas que abarca nuestro corpus, la prensa en su conjunto privilegió una gama de información sobre la influenza. Ante la contingencia sanitaria, fueron prácticamente silenciados muchos otros temas que llenaban la agenda periodística, relacionados con la política nacional (para esas fechas, eran ya inminentes las elecciones intermedias de julio de 2009) o con el intento de combate al narcotráfico y a la corrupción y sus secuelas de violencia (sobre todo en los días recientes). Todo esto se silenció y la prensa se ocupó del virus, del temor que despertó entre buena parte de la población, de las medidas desplegadas para combatirlo y de las consecuencias, nacionales e internacionales, de la contingencia.
No obstante que trabajamos con un corpus acotado (81 primeras planas), la lectura y varias sucesivas relecturas del material nos plantearon muchas incógnitas, inquietudes, observaciones y conclusiones, que es imposible siquiera mencionar en esta primera exploración. Ante este mar de información nos planteamos una pregunta que guiará el análisis: ¿qué historia contó la prensa y cómo se vinculó con el contexto público de esos días? A fin de cuentas, las noticias son una historia, una historia que establece sus propias reglas intrínsecas y coherencia lógica (Tuchman, 2003 [1991]: 81). En el caso de la emergencia sanitaria puesta en marcha para controlar una epidemia de influenza en un área tan densamente poblada como el Distrito Federal y la zona conurbada, estábamos frente a un hecho que merecía ser contado y pasar a la historia de este país. Lo que nos interesa es observar cómo se fue dando cuenta, día con día, de los sucesos; cómo se fue construyendo esta historia.
Para aproximarnos al discurso construido en torno a la contingencia sanitaria nos propusimos la siguiente ruta: partir de una primera lectura o escaneo de las primeras planas, como lo definen Kress y Leeuwen (1998: 205), para reconstruir los momentos más importantes de esos catorce días y así advertir si los distintos diarios contaban una historia similar y cuáles fueron sus capítulos; detectar si hubo alguna pauta en torno a la información difundida, quiénes fueron los protagonistas reconocidos de estos episodios, qué componentes del complejo llamaban su atención y cómo fueron referidos.
Al tiempo que trataremos de identificar cuál fue, a grandes rasgos, la historia o las historias contadas, no podemos soslayar que, si bien una de las funciones manifiestas más importantes de la comunicación socialmente institucionalizada es la informativa, otra de sus funciones, quizá primordial, es de orden normativo (Verón, 1976: 142). Así, resultó interesante advertir cómo, en las distintas fases de cobertura de la emergencia sanitaria, más allá de la obvia función informativa, los medios de comunicación, y en especial la prensa, se convirtieron en un importante elemento normativo de conductas colectivas e individuales para hacer frente a los distintos capítulos de este episodio. El público fue instruido sobre las medidas higiénicas que debía tomar ante la contingencia, los cambios de conducta que tendría que hacer en su vida cotidiana: cómo usar el tapabocas, cómo lavarse las manos, cómo elaborar antibacterial casero, cómo conducirse en el transporte público, cómo llamar al virus, qué hacer durante los días de la emergencia, cómo reaccionar y qué pensar ante las medidas tomadas por otros países.
Cabe hacer otras aclaraciones con respecto al proceso de análisis. En primer lugar, conviene recordar que los elementos que integran el discurso de la prensa pertenecen a tres grupos interdependientes: lingüísticos, semióticos e icónicos. Estos elementos están en constante transformación: al tiempo que la sociedad cambia, se requieren nuevos recursos semióticos y nuevas formas de usar los existentes (Van Leeuwen, 2005: 26). Hay una tendencia creciente en la que el texto escrito ya no se estructura sólo por medios lingüísticos, conectores verbales u otros mecanismos de cohesión; ahora, en cambio, la escritura depende cada vez más del diseño, la disposición de bloques de texto, fotografías y otros elementos gráficos (Kress y Van Leeuwen, 1998: 187). En consecuencia, quienes los producen hacen un uso cada vez mayor y más deliberado de una gama de modos de representación y comunicación que coexisten dentro de un texto dado (Kress, LeiteGarcía y Van Leeuwen, 2000: 374).
¿Cómo se lee una primera plana? En un artículo dedicado exclusivamente a este tema, Gunther Kress y Theo van Leeuwen (1998: 205) proponen que, ya sea que el lector "lea" sólo las fotografías o los encabezados o también parte de un texto, está garantizada una complementaridad, un ir y venir entre texto e imagen y entre los diversos elementos de la página. La primera página de un diario se lee de manera especial, y se lee en más de un modo. Por principio, la página es visualmente asimilada en su conjunto antes de que se lea cualquier artículo, si acaso se lee. En algunos casos, el artículo ni siquiera aparece en la primera plana, así que éstas se convierten en una especie de resumen, marcando tanto la relación entre el periódico y sus lectores como la relación entre ambos y los acontecimientos y temas representados en sus páginas, y en el periódico en su conjunto.
Por último, es importante advertir (por obvio que parezca) que el análisis de los materiales no puede hacerse al margen de la experiencia individual y colectiva de quien se aproxima a ellos. Por su naturaleza, el discurso está relacionado con su propia historia; debemos ir hacia atrás en el tiempo para percatarnos de que los elementos significantes contenidos en cada discurso, las nuevas formas de pensar, los nuevos intereses, prácticas y relaciones sociales están, en cierta forma, concatenados en el tiempo. Por esta razón, Theo van Leeuwen (2005: 9899) sostiene que la historia de un discurso es parte importante para una aproximación semióticosocial del mismo. Desplazando esto al estudio de la construcción social de la contingencia sanitaria a raíz de la influenza, es imposible dejar de lado toda una serie de cargas individuales, colectivas, sociales, que trae aparejada la simple evocación del episodio. Es incuestionable que los 14 días comprendidos entre el 24 de abril y el 7 de mayo dejaron huella en la historia personal de millones de personas. En otras palabras, los resultados que aquí se presentan difícilmente han podido sustraerse de la fuerte carga emotiva que para el país y buena parte del mundo supuso ver modificada nuestra vida cotidiana ante la irrupción y el apabullamiento mediático frente a la noticia construida en torno a la aparición de un nuevo virus.
HUBO UNA VEZ UN PREGÓN
Tal y como señalábamos en el breve relato inicial de este trabajo, el jueves 23 de abril, hacia las once de la noche, el secretario de Salud anunció la suspensión de clases, en todos los niveles, en las escuelas del Distrito Federal y del Estado de México. El acontecimiento reunía muchos de los factores de interés tradicionalmente explorados por la prensa, tal y como los resume Sohr (1998: 8390): magnitud del fenómeno (a cuántas personas afecta); proximidad del hecho (qué tanto se relaciona con la audiencia); inmediatez (cuándo ocurrieron los hechos); espectacularidad (novedad determinada por lo inusual); comprensión (la inteligibilidad de los hechos); periodicidad; cobertura previa; credibilidad de la información y su fuente; y exclusividad (todo medio quiere golpear a la competencia).
Viernes 24 de abril
Pese a lo avanzado de la hora en que se decretó el cierre de escuelas y la suspensión de clases por causa de la influenza, este acontecimiento fue lo suficientemente impactante como para merecer la nota principal de la primera plana en todos los diarios analizados. Llama la atención la similitud de las construcciones lingüísticas empleadas como titulares mayores que reproducimos a continuación:
Las notas destacaron una acción ("cierran escuelas", "paran / suspenden clases") y su causa ("por la influenza / emergencia sanitaria"), pero omitieron explicitar el sujeto. Ningún nombre propio o institucional alcanzó los titulares mayores ese primer día; "ellos", los sujetos, están desdibujados y quedan casi en el anonimato. En efecto, todos los titulares se construyeron en tercera persona del plural, pero en ningún caso se consignó el nombre o el cargo de quienes suspendieron las clases y cerraron las escuelas. La forma elegida da dos lecturas; por una parte, "ellos" no importan tanto como la acción que realizaron: decretar la suspensión de clases en todos los niveles, de preescolar a universidad. Por otra, los únicos que podían llevar a cabo una acción de esta naturaleza no necesitaban nombrarse, eran funcionarios de la más alta jerarquía, con el poder político y administrativo suficiente para ejecutarla; la medida provenía de "ellos", los gobernantes, así, en conjunto, como bloque. Esta forma de expresarlo daba cuenta de que algo realmente grave pasaba, algo lo suficientemente importante para que el gobierno federal (en manos del Partido Acción Nacional, PAN), el del Distrito Federal (en manos del Partido de la Revolución Democrática, PRD) y el del Estado de México (en manos del Partido Revolucionario Institucional, PRI) dejaran de lado sus rencillas y enfrentamientos cotidianos: la influenza.
Por otra parte, se había decretado la suspensión de clases por "la epidemia de influenza". La forma elegida para enunciar la causa (se habló de la epidemia y no de una epidemia cualquiera) implicaba que, en alguna medida, este tema ya era conocido, si bien no se habían dado, creado o alentado las condiciones para colocarlo como el tema dominante en la prensa nacional. En efecto, la influenza como tema había sido introducida previamente en la esfera del discurso público. La amenaza de una epidemia de esta naturaleza flotaba en el ambiente noticioso de los días previos y en varios periódicos se había empezado a cuestionar a las autoridades sobre el asunto.
Resulta interesante advertir que para el único periódico que no señaló alguna causa para el cierre de clases, Reforma, la influenza era ya un tema de primera página desde dos días antes. Los subtitulares de este diario dan cuenta de su posición crítica ante el manejo que el gobierno había dado hasta entonces al tema. Por una parte, consigna su asombro ante la forma intempestiva en que finalmente se dio el anuncio: "Hace el anuncio la SSA… ¡a las 11:00 de la noche!" La presentación de esta frase con los tres puntos suspensivos aunados a los signos de admiración que enmarcan la hora en la que fue hecho el anuncio subrayan una temporalidad que se presupone no adecuada. Por otra parte, el subtitular "Reconocen epidemia de influenza en el DF y Edomex" implica que, aunque la epidemia ya existía, sólo hasta ese momento era reconocida por las autoridades. La inclusión de una fotografía de su edición del miércoles 22, en la que ya se había señalado la inminente epidemia y sus estragos: "Golpea influenza al DF " refuerza esta crítica y se presenta como prueba de que el diario había ya dado cuenta de la noticia. Cabe señalar que, en sus primeras planas, otros periódicos no hicieron alusiones a la desinformación u ocultamiento que hasta entonces habían mantenido los funcionarios de salud, aunque algunos de ellos ya habían tocado el tema con anterioridad.
A partir del viernes 24 de abril la influenza se convertiría en el tema principal de todos los medios de información nacional. Poco importaba que, en días anteriores, hubiese sido minimizada por los actores públicos que ahora la colocaban en la palestra. A fin de cuentas, como advierte Kapuscinski (2003: 22): "Desde que se considera una mercancía, la información ha dejado de estar sometida a los criterios tradicionales de la verificación, la autenticidad o el error. Actualmente se rige por las leyes del mercado".
A partir de esta fecha, todos los medios de comunicación, incluyendo la prensa, estaban ahí no sólo para informar los sucesos más relevantes sobre el fenómeno, sino para guiar al público. En tanto el propósito de las noticias es ubicar lo que todos tienen que saber para actuar socialmente y, por medio de estas acciones, construir una identidad común, un efecto de la invasión comunicativa es garantizar la construcción de una cohesión social (Tuchman, 2003 [1991]: 81). Fuimos testigos, precisamente, de cómo la epidemia se convirtió paulatinamente en "la influenza nuestra de cada día". Desde el primer momento, las recomendaciones e instrucciones dictadas por las autoridades circularon de forma reiterativa en todos los medios de comunicación, y la prensa no fue la excepción: "no saludar de beso ni de mano y evitar sitios concurridos, entre las acciones para evitar más contagios" (E), "Recomienda Salud a personas con síntomas no acudir a centros de trabajo" (M). También, a partir de esa fecha supimos todo acerca de la influenza y cómo nombrar al virus que la causaba, aunque el origen de la enfermedad y su nombre se habrían de precisar, e incluso cambiar, a lo largo de los días.
¿Qué se decía en los periódicos además de la suspensión de clases? ¿Qué temas habrían ocupado ese día el lugar de honor? De acuerdo con la información que aporta el tamaño de la tipografía de cada nota publicada en el encabezado, no había ese día otro tema que permeara en el ambiente público, según se desprende del hecho de que en todos los diarios la segunda nota principal tenía un referente distinto:
Obvio es decirlo, los debates sobre el aborto, la polémica ley anticrimen, los nexos de candidatos políticos con el narcotráfico, las inconcebibles declaraciones del episcopado para justificar la pederastia en sacerdotes, las dudas de Hillary Clinton sobre la aplicación del plan Mérida o el anuncio de los planes de una empresa líder en tecnología para invertir en México, pasarían casi desapercibidos para el grueso de la población que, a partir de entonces, y durante varios días, se vio invadida por la influenza como discurso público.
Y LA INFLUENZA AVANZÓ HASTA CUBRIRLO TODO…
En los días sucesivos la influenza se volvió la nota más importante, y logró prácticamente invadir el conjunto: portadas, contraportadas, muchas notas, diferentes titulares sobre el mismo hecho; un proceso de invasión del medio por la noticia que se convertía en un "mecanismo para metacomunicar su importancia", como definió Verón (1976: 131) al analizar varios años atrás un episodio mediáticamente invasivo en Argentina.
En los medios masivos, y la prensa no era la excepción, asistíamos a una sobreexposición informativa. La abundancia de datos, por cierto, no es una fluctuación imprevista y accidental de la oferta informativa, sino que representa, a decir de Roszak (1988: 199), una estrategia de control social utilizada de forma deliberada y a menudo experta. "Es uno de los medios principales de que se valen actualmente los gobiernos y los grupos con intereses creados para oscurecer los problemas en beneficio propio; deslumbran y distraen con más datos 'crudos' de los que la ciudadanía es capaz de digerir."
Sábado 25 de abril
La parálisis inminente del Distrito Federal y los municipios mexiquenses colindantes, el corazón del país, fue el tema recurrente. La suspensión de toda suerte de actividades públicas comenzó a extenderse, según dieron cuenta las notas principales de tres diarios (El Universal, Excélsior y Reforma), y los subtitulares de todos. El cierre de museos, teatros, cines, antros y bibliotecas; la cancelación de conciertos y mítines políticos y la realización de actos deportivos a puerta cerrada (que sólo serían accesibles mediante las transmisiones por televisión) daban cuenta de este momento de impasse.
La duración de la medida de emergencia fue otro tema que surgió ese día. La Jornada publicó un pronóstico preciso, basado en fuentes oficiales: "Serán 10 días de emergencia" dijo en su nota principal, en tanto que otros rotativos, en subtitulares, abrían la probabilidad de que las medidas se extendieran al menos una semana, pero no se comprometían de manera tajante: "Prevén suspender clases la próxima semana" (E), "Planean extender una semana la interrupción de clases" (U). También en subtitulares, La Crónica de Hoy no comprometía fechas: "No hay fecha para el regreso a clases" (C). La naturaleza del virus siguió siendo tema de noticia: "Identifican el virus como nueva cepa de influenza porcina" (M), "Es un virus mutante, de la cepa porcina euroasiática" (C).
Ante el hecho, y pese a lo declarado el día anterior por Córdova Villalobos, el temor comenzó a hacer presa de los habitantes del Distrito Federal y del Estado de México y se constituyó así en otro de los temas. Milenio Diario deslizó en su encabezado un cierto escepticismo y dejó constancia de la afectación en el ánimo popular: "Hay medicina, hay cura, hay psicosis". La psicosis, como la tituló este diario, se debía en buena medida a que la información, aunque abundante, resultaba contradictoria en algunos aspectos y dejaba ver que no todos estaban de acuerdo en cómo manejar la situación: "Ningún acuerdo en sesión del Consejo de Salubridad General" (J). Supimos así de un organismo cúpula cuya existencia era conocida por muy poca gente. También supimos que, al igual que pasaba en política, ante una emergencia sanitaria como la que estábamos viviendo los acuerdos eran difíciles de conseguir.
Dos temas de ese día daban cuenta de otras contradicciones que se deslizaban en los medios: las cifras y la posibilidad de alivio. Por un lado, el número de contagios y muertes que se reconocía a causa de la influenza era fluctuante. Se pudo leer un fatídico reporte: "Van 68 muertos y 1 004 infectados en el Valle de México" (C), pero este número no coincidía con la cifra de muertos reconocida en el subtitular que consignó: "mil 4 infectados, 20 muertos" (M). Las cifras, que a la postre se convertirían en un importante motivo de polémica, empezaban a diferir.
En cuanto a las posibilidades de cura, se informó de la disposición de antivirales para hacer frente a la situación: "Hay abasto suficiente de antivirales, asegura la Secretaría de Salud" (C). Supimos que se contaba con un millón de antivirales, pero también que no había vacuna contra el nuevo virus: "El Gobierno del DF ya no aplicará vacunas… ninguna de ellas sirve ante este nuevo virus" (C). Los subtitulares de este día dejaron entrever una contradicción entre el gobierno federal y el gobierno local.
En cuanto a los actores, el gobierno del Distrito Federal (GDF) y la Secretaría de Salubridad y Asistencia (SSA) fueron citadas como las instituciones de donde emanaban las medidas, la información sobre la duración de la emergencia y las cifras. Felipe Calderón, presidente del país, apareció como el único funcionario expresamente nombrado ese día, emitiendo una declaración por demás indefinida: "Calderón anuncia que se tomarán las medidas de urgencia necesarias" (U). En el plano internacional hizo su aparición la Organización Mundial de la Salud (OMS), que llamó a una reunión de urgencia, y el Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos que, supimos, ya conocía la situación y venía monitoreando el brote. La epidemia se expandía por toda América, y México entraba a la esfera noticiosa mundial vía la influenza.
En medio de la tragedia que se avecinaba, comenzaron a surgir los héroes. Milenio , Reforma y Excélsior publicaron sendas fotografías de soldados distribuyendo tapabocas entre automovilistas de la ciudad de México. Luego de varios meses, los soldados tenían una ocupación distinta a la tan polémica guerra contra el narcotráfico. Al activarse el Plan DNIII supimos que la cosa era seria y vimos al ejército en las calles de la capital recuperando su histórico papel de paz. El fin seguía siendo el mismo, proteger a la ciudadanía, esta vez otorgándole un arma defensiva que la resguardaría de todo mal: el tapabocas, objeto que se convertiría en el conjuro al que recurriría buena parte de la población.
Domingo 26 de abril
La epidemia seguía expandiéndose y con ella las notas sobre el miedo, y las medidas de prevención. Los cierres de establecimientos públicos se fueron adueñando cada vez más de los medios de comunicación. Se confirmó que la suspensión de clases se prolongaba: "Clases, el 6 de mayo" (E) era la noticia reiterada: "Se reanudarán clases el 6 de mayo en el DF, Edomex y SLP " (C), "No habrá clases hasta el 6 de mayo (E), "Anuncia Gobierno nuevas acciones: se reanudarán clases hasta el 6 de mayo" (R). Milenio fue más cauto: "10 días más de alerta… en principio": la aclaración después de los puntos suspensivos dejaba abierta la posibilidad de un periodo más largo. Como en un principio, importaba la disposición, no los personajes que la habían decretado: aunque esta vez las formas lingüísticas utilizadas fueron diversas, los actores también se omitieron.
Otro tema que surgió ese día tenía que ver con una disposición no gubernamental: "Cancelan misas" (R), "…suspenden misas" (U). Los subtitulares ampliaron la nota: "Adopta Arzobispado medida de solidaridad con las autoridades" (R), "Suspenden misas en la capital" (E), "Se suspenden misas en la ciudad de México, pero los templos permanecerán abiertos para los fieles que quieran acudir a orar" (C). Aunque las autoridades eclesiásticas se solidarizaban con las civiles en la lucha contra la influenza, no por eso dejaban desamparada a su grey. Más tarde seríamos testigos de cómo los jerarcas de la Iglesia católica harían mucho más que solidarizarse con las medidas del gobierno y buscarían un papel protagónico en esta historia.
Excélsior llevó a su principal titular la nota sobre la última disposición presidencial: "Autorizan entrar a casas de enfermos y aislarlos" se leía. Algunos subtitulares ampliaban la información: "Decreto presidencial: La SSA puede aislar a pacientes contagiados y allanar residencia" (M). Una declaración del ejecutivo parecía querer minimizar la gravedad del decreto: "Pide 'tranquilidad'. La situación es grave, pero hay medicinas: Calderón" (M). Es interesante observar que el personaje de mayor jerarquía en el gobierno sólo fue referido expresamente en este diario y en un subtitular; no obstante las acciones realizadas, Felipe Calderón no alcanzó, tampoco esa vez, los titulares principales.
La que sí alcanzó los titulares de este día fue la Organización Mundial de la Salud: "Emergencia de Salud Pública decreta OMS " (C); "Lanza la OMS alerta mundial" (J). Sus subtitulares daban cuenta de la situación en el ámbito internacional: "La situación por la influenza es 'grave, imprevisible y evoluciona deprisa'", "Imposible contener la dispersión: EU; detectan en Nueva York y Kansas 10 infectados más", "Declaran alerta en Centroamérica; Nicaragua restringe importaciones porcinas de México". El mal se expandía rápidamente más allá de nuestras fronteras y la comunidad mundial empezaba a señalar a los cerdos y a México como el origen de la amenaza.
No obstante que las cifras seguían fluyendo y en las rondas de prensa transmitidas por televisión Córdova Villalobos tropezaba con ellas una y otra vez, este tema no alcanzó los titulares principales del día aunque sí algunos subtitulares: "El secretario de Salud reporta 81 muertes, de las cuales sólo 20 han sido ya comprobadas de haber tenido como causa la influenza" (C), "Balance de Salud. Sube a 1 324 la cifra de afectados y a 81 la de muertos" (M), "Son ya 81 decesos; más de mil 300 personas infectadas" (U), "El número de muertos aquí pasa de 68 a 81 en un día; el de enfermos de 1 004 a 1 324" (J).
A lo largo de la muestra, se registró una diferencia interesante en los diarios en función del formato. Tres de los diarios (Milenio Diario, La Crónica de Hoy y La Jornada) tienen un formato tabloide, en tanto que los tres restantes (Excélsior, El Universal y Reforma) son de formato clásico. En los tres primeros, la invasión de la influenza prácticamente ocupó el 100% de la superficie impresa en primera plana; en los de formato clásico, aunque la emergencia sanitaria fue el tema de la nota principal, parte de la superficie publicable atendió otros asuntos. Si bien sería interesante registrar cuáles fueron los temas que lograron deslizarse a la palestra en una sociedad invadida por la contingencia, esto rebasaría los objetivos propuestos para este trabajo, por lo que sólo nos limitamos a señalarlo como un futuro tema de interés.
Una constante en las imágenes fueron las calles y lugares públicos vacíos, y los rostros cubiertos con tapabocas. A este respecto surgen dos reflexiones. La primera tiene que ver con la emergencia de un nuevo símbolo semiótico, el tapabocas, que se fue convirtiendo en un amuleto, una defensa contra el enemigo invisible. Conforme pasaban los días, fueron en aumento los rostros con tapabocas: policías, soldados, transeúntes, taqueros, meseros, portando invariablemente el rectángulo de tela sobre la nariz y la boca, se convirtieron en una imagen común a lo largo de estos días. Por otra parte, es interesante advertir que, en casi todos los casos, no sólo el rostro permaneció parcialmente oculto, también se perdió el nombre. "Los capitalinos", "familiares de enfermos", "María (la de la foto)", personas anónimas, cuyos rostros (más bien cuyas miradas de angustia) poblaron las primeras páginas de la prensa, eran los ciudadanos, mujeres y hombres comunes en actividades de todos los días; la vida cotidiana no sería ya la misma después de la emergencia.
Lunes 27 de abril
El avance de la influenza amenaza paralizar toda la ciudad: "Prevén detener toda la actividad en el DF " (U), "Avanza la influenza… DF se va paralizando" (C) un titular que permitió apreciar el fenómeno como un proceso, "Vive el DF en suspenso", "Analiza el Gobierno capitalino ordenar paro total" (R). El cierre de guarderías y tribunales, la restricción de visitas en los reclusorios y la posibilidad de parar el transporte público se sumaban a las medidas tomadas en la capital.
Ese día Marcelo Ebrard, el jefe del gobierno capitalino, disputó un lugar en los titulares de la prensa: "Estamos en momento crítico, reconoce Ebrard" (C), "Plantea Ebrard parar transporte público y GDF " (M). No era para menos, tenía en sus manos una de las decisiones más importantes de su gestión.
Esta vez las cifras sí alcanzaron los titulares: "Suman 103 las posibles muertes por la influenza" (J), "Dan de alta a más de 60% de los mil 614 afectados" (C). Cifras, cifras y más cifras en los subtitulares, ya no era sólo Córdova Villalobos la fuente, también Calderón y Ebrard daban sus cifras: "103 muertos y 1 614 casos, reporta Córdova" (C), "Calderón: son 1 384 infectados; 929 fueron dados de alta, 374 hospitalizados y 81 murieron" (U). Las cifras esgrimidas como testimonio de que los gobernantes estaban haciendo su trabajo: "Se han atendido mil 614 personas: Córdova Villalobos" (J), "Mueren 5 capitalinos del sábado al domingo; reciben hospitales del DF 44 enfermos" (C). La discrepancia era patente, cada quien contaba lo que le interesaba: los muertos, los infectados, los atendidos, los dados de alta, los hospitalizados, dos decesos confirmados a causa del virus, y cada quien contaba a su manera. Entre todos creaban un solo efecto: nadie sabía, bien a bien, cuantificar la influenza.
El Excélsior llevó a sus titulares la repercusión económica del fenómeno, una nueva amenaza que se cernía sobre la golpeada capital de la República: "Se infecta la economía". La forma reflexiva utilizada en la formulación de esta nota permite dar cuenta del hecho, sin señalar un responsable específico: "Pérdidas millonarias reportan empresarios afectados en el fin de semana; analistas temen impacto en el PIB e inflación" (E).
Los administradores de las industrias culturales son muy sensibles a los estados de ánimo y a los sentimientos de los muchos públicos de la nación. Su trabajo, por el cual se les paga estupendamente, es hacer todos los días, cuando no cada hora, el análisis de esos sentimientos (Schiller, 1993 [1989]: 205206). ¿Hay algo tan poderoso para exaltar los estados de ánimo como los feligreses buscando el resguardo del mismísimo Señor de la Salud? El mismo día, en Reforma y Milenio Diario, aparecieron sendas fotografías tituladas exactamente igual: "Tres siglos después". En ellas se ve al Señor de la Salud saliendo de Catedral, encabezando una procesión para pedir por los capitalinos. La ciudad en busca de un milagro.
Imagen y lema forman un conjunto visual que alude a toda una historia nacional y remite a un debate de actualidad: el papel abiertamente protagónico que la Iglesia católica reclama en el juego de poderes políticos de este país. La procesión religiosa, práctica colonial suspendida (con las leyes de Reforma y la lucha cristera de por medio) pero no olvidada, resurge a la primera provocación. La jerarquía religiosa, junto con los grupos políticos y civiles de derecha aprovecharon la coyuntura que daba la emergencia para salir a medir fuerzas; en el propio corazón de la capital y de la República, frente a las oficinas centrales del GDF, mostraban, con una actitud que no por piadosa dejaba de ser retadora, hasta dónde podía llegar su solidaridad con las autoridades capitalinas (con filiación de izquierda).
Por otra parte, esta imagen resalta la búsqueda en la fe de una respuesta al fenómeno que se había presentado, desde su inicio, como propio del campo científico. Ante la apabullante cantidad de información proveniente de investigadores y médicos expertos en el tema; ante un fenómeno mediático en el cual la ciencia estaba desempeñando un papel protagónico, en un escenario en el que se apelaba a ella como la instancia poseedora de la verdad y de la cual emanaría la solución a esta amenaza; después de que por estos mismos medios supimos que los científicos sabían muy poco sobre el nuevo virus y sus efectos; que no se contaba aún con una vacuna segura, que dudaban en cómo llamarlo; ante las limitaciones de la ciencia, emerge la fe como recurso último, la fe para encontrar consuelo ante la tragedia y una esperanza de cura.
Martes 28 de abril
La influenza y el temor avanzan imparables: "La influenza afecta ya a todo México" (C). Ante el embate de la epidemia, la suspensión de clases se extendió a todo el territorio nacional, así lo informaron todos los diarios.
La expansión mundial del virus fue la otra nota relevante del día: "… virus brinca a más países" (U); y con ella el incremento de la alerta mundial decretada por la OMS. El organismo internacional cumplía diligente su tarea de semantizar el grado de peligrosidad del fenómeno: "Ya es nivel 4; 'inútil cerrar fronteras': OMS" (M), "Eleva OMS la alerta", "Pasa la advertencia de nivel 3 a 4; rompe record histórico" (R), "En la antesala de la pandemia: OMS ", "…ninguna región está a salvo, dice" (J), "La influenza porcina llevó a la OMS a declarar por primera vez la escala 4 de riesgo sanitario" (E). De acuerdo con Sohr (1998: 89), "la credibilidad de una noticia a menudo está más ligada a la fuente que la emite que a la verosimilitud del acontecimiento; dicho de otra forma, es más importante quién lo dice que qué es lo que dice". A lo largo de estos días, la OMS alcanzó varias veces los titulares y subtitulares de la primera plana, era el referente internacional obligado; en consecuencia, su actuación y sus declaraciones daban credibilidad a la actuación del gobierno mexicano.
Las cifras de decesos, contagiados y hospitalizados siguen fluyendo, aunque esta vez sólo alcanzaron los subtitulares. Los distintos diarios coinciden y citan la "cifra oficial": 1 995 casos, 149 muertos, 776 hospitalizados. De manera constante, varios periódicos acompañan las imágenes y los textos con gráficas, estadísticas y esquemas, información que permitía a los lectores percibir, apenas al primer vistazo, la dimensión de la tragedia, el ciclo de reproducción del virus, los síntomas de la enfermedad y otros datos comparativos que cumplían cabalmente la condición de que su comprensión fuera más sencilla que la lectura llana de las cifras. "Los periodistas ingleses dicen que un gráfico debe regirse por el principio KISS (Keep it simple, stupid!)" (Sohr, 1988: 213).
La prensa también dio cuenta de cómo la naturaleza contribuyó al ambiente de pánico. Un sismo de 5.7 grados Richter registrado el día anterior agravó el clima de miedo. Comienzan las compras de pánico; los diarios muestran imágenes de centros abarrotados donde gente embozada con tapabocas se surte con despensas tan abundantes como les permite su exigua economía.
Aunque todavía en subtitulares, las consecuencias económicas de la emergencia sanitaria y las reacciones de empresarios y trabajadores eran temas que ya flotaban en el ambiente noticioso de este día: "GDF y empresarios deciden no detener actividades en el DF " (U), "Reportan en la capital pérdidas de $728 millones diarios" (C).
El personaje que ganó los subtitulares del día fue Córdova Villalobos, quien con sus últimas declaraciones pretendió levantar los alicaídos ánimos: "Panorama alentador". "El titular de la SSA afirma que se redujo el ritmo de los decesos" (M), "Los casos no se incrementaron significativamente ayer: Córdova" (J). En este tenor, también nos anunció que ya se cultivaba el virus para obtener una vacuna y que se adquirirían otras 400 mil dosis de medicamento (C).
Resulta significativo que el único otro funcionario que alcanzó un subtitular ese martes fue el secretario del Trabajo al minimizar las faltas de empleados y obreros a sus centros de labor: "Bajo ausentismo. El secretario Lozano dice que son pocas las inasistencias laborales" (M), "El lunes el ausentismo laboral fue de 1 a 3%" (C).
Y VINO LA REACCIÓN
A partir del sexto día, al tema de la influenza, su propagación mundial y la prolongación de la emergencia sanitaria, se sumarían las diversas reacciones provocadas en el ámbito tanto nacional como internacional. Este nuevo capítulo de la historia se extendería por una semana.
Miércoles 29 de abril
Por primera vez, la colonización casi absoluta de la influenza en las primeras planas parece mermar. En Reforma, la mitad izquierda de su primera plana dio cuenta de un hecho preocupante, que pasaría casi desapercibido: "Avala Senado dosis máximas de drogas". También informó cómo, en el mitigado ambiente electoral, candidatos del PRI y del PAN encontraron en el reparto de tapabocas y gel antibacterial un nuevo elemento para hacerse promoción: la influenza y sus productos se politizaban.
Sólo dos titulares principales se ocuparon de la influenza ese día, uno para notificar que la emergencia se prolongaba "Va para largo" (R), y otro para evidenciar el afán del secretario Córdova de restarle importancia a la situación: "Según SSA, no es 'para tanto' la gripe porcina" (J). La forma utilizada, con un evidencial inicial mediante el que el diario se deslindó de lo dicho, y el hecho de presentar entre comillas la expresión para tanto confieren un tono crítico a la noticia. El diario se mostró escéptico ante la minimización del fenómeno después de la andanada de medidas por demás extraordinarias a las que nos había sometido el gobierno desde el inicio de la emergencia. Este tono continúa en el subtitular que recoge las nuevas cifras oficiales y lleva al secretario de Salud a primera plana: "Rectifica Córdova: sólo siete muertes confirmadas". La rectificación de las cifras fue recogida también en otros subtitulares: "Bajan muertos de 20 a 7" (M), "Son ya 159 los decesos en México, pero sólo atribuyen 7 a la influenza porcina" (C), aunque en ninguno se alude explícitamente al titular de Salud. La rectificación del conteo nos recordó que "todo es según el color del cristal con que se mira": la influenza no era tan mortal como nos habían dicho; tenía razón el secretario: "no era para tanto".
Marcelo Ebrad también fue citado en los subtitulares del día, su advertencia parecía un poco más realista: "Vamos a tener que coexistir con el virus por un largo periodo" (M) y (R). La OMS siguió en la palestra aunque esta vez no alcanzó los titulares. Sus declaraciones advertían sobre el posible agravamiento de la emergencia: "OMS: hay que prepararse 'para lo peor'" (J), "OMS convoca a estar listos para pandemia" (C), "Virus tenderá en desaparecer semanas o meses: OMS y GDF" (R).
La afectación a la economía fue el otro tema que disputó los titulares del día: "Epidemia de pérdidas", "Casi $800 millones diarios, colapso en el DF ", "Cancelaciones en cascada y suspensión de actividades agravan estragos por la crisis" (E), "Cierran los restaurantes; DF pierde al día 777 mdp", "Se vacían los hoteles; la ocupación entre 5% y 10%" (U), "DF: empresarios, furiosos; pierden 1 500 mdp al día", "Cuestionan cierre de restaurantes, cafés y gimnasios por la epidemia" (M). La Crónica de Hoy no desaprovechó la oportunidad para criticar al gobierno perredista del Distrito Federal: "Decretazo del GDF cierra restaurantes, bares, cabarets, salones de fiestas, billares…"
Jueves 30 de abril
Dos temas alcanzan los titulares del día; por un lado, el puente decretado el día anterior por el ejecutivo federal; por el otro, el incremento del nivel de la epidemia anunciado por la OMS. El día anterior, Felipe Calderón, en un mensaje transmitido en cadena nacional, había hecho oficial la suspensión de labores "no esenciales" en todo el país del 1 al 5 de mayo: "Decretan puente", "Paralizan sectores público y privado actividades no esenciales del 1 al 5 de mayo", "Exhortan a estados y municipios a replicar medidas para prevenir contagios de influenza" (R). "El gobierno para labores", "La burocracia no esencial suspenderá tareas durante el puente del 1 al 5 de mayo" (C). "Ordena el gobierno federal suspender actividades no esenciales en todo el país del 1 al 5 de mayo" (M). "Suspenden trámites públicos" (E). "Paran fábricas y gobierno 5 días" (U). Es interesante que Felipe Calderón alcanzó los titulares no por el decreto de suspensión de labores, sino por sus consejos sobre qué hacer y dónde pasar el puente: "'Quédense en su casa': Calderón" (M), "Hogar, el lugar más seguro, afirma Calderón" (U).
La OMS fue destacada en los titulares de La Jornada: "OMS : alerta en fase 5; el virus en 10 países", "Queda 'poco tiempo' para enfrentar la pandemia", "El organismo llama al mundo a activar programas de emergencia", "Revela que hay infectados que nunca estuvieron en México". La Crónica también tocó el tema: "OMS declara fase 5", "La humanidad, bajo la amenaza de la pandemia, 'es inminente', afirma". El virus era ya un problema no sólo de los mexicanos sino de la humanidad toda y "pandemia" era la nueva palabra para referir al fenómeno: "Pandemia inminente" (M), "La pandemia inminente; pasa OMS a alerta 5" (U), "La OMS declara fase 5: a punto de pandemia" (E).
Por otra parte, la otrora llamada "influenza porcina" dejaba de serlo para convertirse en humana: "Definen como influenza humana a la enfermedad" (E). Esta vez la tercera persona plural refería a los científicos que corregían una denominación que estaba teniendo ya consecuencias económicas muy serias en el ámbito internacional. El sempiterno tema de la denominación y sus implicaciones (Lyons, 1980 [1977]: 204): el cambio de nombre fue científicamente justificado y con esto se proponía de manera explícita cambiar la connotación negativa que conllevaba la anterior y deslindar de toda responsabilidad al género porcino. A fin de cuentas los cerdos no tenían la culpa de lo que nos pasaba: se insistió en que "La carne de cerdo se puede comer sin problema" (U).
Milenio dio paso en sus subtitulares a dos notas que, aunque presentadas como marginales, nos decían mucho de cómo se estaba construyendo esta historia. La primera versaba sobre el tema económico: "Pronóstico de Banxico. Aun sin el efecto de la gripe, la economía se desplomará 4.8%". Si con la nota sobre la nueva denominación del virus supimos que no debíamos achacar ninguna culpa a los cerdos, con ésta Banxico ponía el dedo en una de las llagas más dolorosas: el deplorable estado económico del país tampoco era imputable a la influenza. El otro subtitular informaba sobre la opinión pública: "Encuesta De las Heras. Los medios dicen la verdad: 57%, exageran opinan 37%". El tema de la credibilidad no había pasado inadvertido para un ojo experto como el de De las Heras. Después de todo, la forma en que nos estaban contando esta historia no era del todo fluida, por momentos parecía armada a tropezones, y el público, al menos en parte, fue sensible a ello.
Viernes 1 de mayo
Día de descanso obligatorio, que sólo acataron La Jornada y La Crónica. Milenio dedicó sus titulares a la propagación de la epidemia y dio las nuevas cifras: "Suben contagios de 99 a 312: SSA ", "La cepa, en 11 países", "Prosigue alerta en fase 5". Los otros tres periódicos que también se publicaron ese día optaron por destacar los efectos del fenómeno. El Excélsior editó un encabezado en tono coloquial que resumía el creciente rechazo que los capitalinos experimentaban frente al resto de connacionales que los consideraban propagadores del mal: "Brote antichilango", y en un subtitular abundaba: "No quieren que capitalinos infectados visiten estados; en Guerrero apedrean dos vehículos del DF". El Reforma volcó su atención a los empresarios y sus acciones: "Confunde paro a la IP ", "Mantendrán centros comerciales abiertas sus puertas", "Suspenden actividades algunas empresas a partir de hoy, aunque de manera parcial". El Universal , por su parte, atendió a la situación de los trabajadores: "Trabajadores pagarán el mayor costo del paro"; destacó la desprotección en la que se encontraba este sector de la población ante una situación como la que estábamos viviendo: "La ley no obliga a patrones a cubrir salarios por el puente de la influenza", y la tibia reacción que ante este hecho mostraban las autoridades y los especialistas en materia laboral: "Especialistas laborales piden a la IP que por 'sensibilidad' otorguen sueldos". Se apelaba a la "sensibilidad" de los patrones porque, pese a la emergencia, pese a que se trataba de un problema que competía a la humanidad toda, pese a que los trabajadores dejaban de laborar no de motu propio sino por acatar como buenos ciudadanos el decreto presidencial, las leyes de este país o al menos la interpretación que se les estaba dando los dejaban desprotegidos. Como siempre que sucede un desastre, la peor parte la llevan los más pobres; los trabajadores sufrirían no sólo la influenza sino sus consecuencias económicas ante la mirada compasiva, pero impasible, de los funcionarios del gobierno federal.
Sábado 2 de mayo
Los caminos se dividen y cada quien toma el suyo. Ese día cada diario contó su propia historia excepto Milenio y La Crónica, que se ocuparon de notificar a sus lectores el inicio de la contención de la enfermedad: "Se desinfla la influenza" (M), "Ninguna nueva muerte por influenza en el DF " (C).
El Reforma optó por destacar el desplome de la industria turística: "'Mata' virus al turismo", "Prevén una caída hasta del 85 por ciento", "Advierte secretario que en Cancún las cancelaciones son de 70%". El Universal se ocupó del rechazo que la comunidad internacional mostraba a los mexicanos: "Crece rechazo en el mundo a mexicanos", "Un pasaporte nacional genera en el extranjero sospecha y aversión". La Jornada llevó a los titulares a José Ángel Córdova y destacó las confusiones y enredos del responsable de salud del país ante las poco claras cifras que había dado sobre el alcance real de la enfermedad: "Culpa Córdova a los estados de la maraña de cifras", "Han sido 'irregulares' los reportes sobre influenza, acusa", "No funciona el sistema de notificación obligatoria, creado en 1994", "La secretaría deja de dar información sobre las muertes acumuladas". Este conjunto de titulares implicó una crítica abierta al secretario y lo mostró como un funcionario poco hábil. La actitud cuestionadora del diario se manifestó además con la imagen escogida ese día para la primera plana. Como desafiando los intentos por volver humana la influenza que se había nombrado en un principio porcina, publicaba, en gran formato y a todo color, una cruenta fotografía de restos de cerdos, conocidos como biodigestor , en una granja porcícola de Perote, Veracruz, en donde se especulaba pudo haber surgido el virus.
El Excélsior tomó su propio camino y llevo a sus titulares el deceso de un extranjero: "Consigue asilo y lo mata la influenza", "'Nosotros no trajimos el virus': afirman bengalíes", "Mamun Hesain falleció sin saber qué infección lo aquejaba: hoy su familia relata la historia y aclara inexactitudes". La nota del día fue ilustrada con una fotografía en la cual un hombre joven posa de frente, para alguna cámara, en el Bosque de Chapultepec; por el pie de foto y la historia que le acompaña, nos enteramos de que se trata de un bengalí, Mamun Hosain, muerto a consecuencia de la influenza. Éste es un caso aparte porque se trata del único ser humano identificado con nombre y rostro en todas las primeras planas analizadas, que murió, al decir del diario, de influenza. Esta nota plantea muchas preguntas cuyas respuestas trascienden por ahora los propósitos de este trabajo: ¿por qué la única persona plenamente identificada como víctima de la influenza no fue mexicana? El balazo que acompaña a la nota merecería también reflexiones detalladas en las que no entraremos por el momento. Hay que recordar, como sostiene Ducrot (1984), que cuando se presenta una negación en el discurso es válido suponer que el hablante niega lo que otros afirman. Trasladado este planteamiento al caso de los bengalíes: ¿quién afirmó que ellos trajeron el virus? ¿Era, tal vez, un intento por contrarrestar la creciente ola de discriminación mundial hacia los mexicanos y su influenza? Es notable también en esta primera plana el recuadro que tiene como fuente a la SSA ("Virus es menos letal de lo que se previó").
Domingo 3 de mayo
La reacción continúa y esta vez se extiende al ámbito internacional. El tema que acapara la atención fue el de las medidas tomadas por otros países con respecto a personas y productos provenientes de México y la reacción de la cancillería ante estos hechos: "Condena la SRE casos de discriminación a mexicanos", "La cancillería pidió no viajar a China, donde se aplican medidas de exclusión a connacionales, sin importar si pueden o no estar contagiados", "Tienen aislados a 71 compatriotas, algunos encerrados en un hotel", "'Todo lo malo viene de México: las drogas, los virus…', dicen en la radio canadiense", "Países extreman medidas contra viajeros provenientes de México" (C). "Epidemia infecta política exterior", "Cancillería responde por maltrato a connacionales", "La SRE pide no viajar a China, Ecuador, Cuba, Perú y Argentina por las medidas que han tomado" (E). "Trato discriminatorio e injusto a mexicanos", "Recomienda SRE no viajar a China por sus medidas 'inaceptables'" (U). "China segrega a 71 mexicanos", "La SRE reprocha 'injusticia y discriminación' a Pekín, Cuba, Argentina y Perú", "En Colombia, le cancelan presentaciones a Café Tacuba y Chespirito" (M).
La SRE fue la protagonista del día, normó la opinión y la conducta de los mexicanos, calificó lo sucedido de trato "injusto y discriminatorio", nos dijo que se trataba de "medidas inaceptables". Pocas veces se había visto que los responsables de las relaciones internacionales de este país alzaran su voz con tal prontitud y vehemencia para defender a los mexicanos en el extranjero. La SRE no permitiría tal atropello, respondería por los mexicanos; podíamos estar seguros de que el orgullo nacional se defendería y esta vez no sería en una cancha de fútbol sino en las más altas esferas de la diplomacia.
Los países censurados por la cancillería fueron los villanos de este episodio; entre ellos destacó China. Se nos pidió no viajar a ese país. Ésta era una recomendación inecesaria, sobre todo para los trabajadores, a quienes, como se informó el día anterior, no se les pagarían los días no laborados. Cuba, Argentina, Perú y Colombia también fueron puestos en la lista negra. Esta última nación había llegado al extremo de cancelar las presentaciones nada menos que a Café Tacuba y Chespirito.
Reforma y La Jornada se separaron del resto de los diarios y destacaron en sus titulares otros temas. El primero consignó: "Ignoró México las alertas de la OMS ", "Prevén una caída de hasta 85 por ciento", "Advierte Secretario que en Cancún las cancelaciones son del 70%". La Jornada , por su parte, decidió notificarnos lo que parecía ser la estabilización de la epidemia: "El DF, sin decesos por la influenza dos días; 54 altas ayer", "La epidemia está en etapa de estabilización, afirma la SSA", "Sin datos concretos, apunta que disminuyen los ingresos a hospitales", "En algunos estados ha faltado una actuación honesta, acusa Córdova". Nuevamente el diario volvió a cuestionar el manejo de la emergencia por parte del secretario de Salud, quien por ello mereció una mención explícita en sus titulares. Por una parte, el funcionario hablaba "sin datos concretos"; por la otra, había llegado a "acusar" a algunos estados. Entre líneas se podía leer que, pese a lo que se pregonaba, no todo estaba bajo control.
Calderón fue el otro personaje nombrado explícitamente ese día, gracias a su informe al presidente estadounidense sobre el desarrollo de la epidemia en nuestro país: "Calderón a Obama: signos alentadores en la contención del problema" (J), "'Signos alentadores de contención' reporta Calderón a Obama" (M).
Y LA INFLUENZA SE FUE…
La última parte de esta historia empezó hacia el onceavo día desde el anuncio del cese de clases. Las autoridades reconocieron un franco descenso de la epidemia y comenzaron a preparar el regreso paulatino a las actividades cotidianas. Parecía que la influenza se había ido como vino; el pregón cesaba por decreto. La historia estaba llegando a su fin y, como todo buen relato, requería un final feliz. "Los relatos sobre problemas, conflictos o desastres también requieren finales felices […]. Y en los relatos de desastres, esperamos con gran tensión las operaciones de rescate y que los héroes resuelvan el problema (como fue el caso, por ejemplo, del problema del hambre en Etiopía, en 1985). La noticia negativa sin elementos positivos de ningún tipo puede ser muy difícil de digerir" (Van Dijk, 1996 [1980]: 179).
Lunes 4 de mayo
El reconocimiento de que habíamos llegado a la "fase de descenso" y las medidas que se tomarían para reanudar las actividades cotidianas fueron los temas más recurrentes en los titulares de prensa del 4 de mayo. "La epidemia llega a 'fase de descenso'", "Preparan medidas para retomar la actividad económica del país" (U). "Fijan reglas para reanudar labores", "Habrá 2 metros de distancia entre comensales", "En salas de cine habrá dos butacas de distancia entre espectadores; no prestarán plumas ni teléfonos" (E). "Ponen restricciones", "Plantea la SSA colocar filtros de revisión en cine, teatro y trabajo para contener la influenza" (R). "Este miércoles podrían ser reabiertos restaurantes y otros giros comerciales" (J). "Nuevos lineamientos. Preparan regreso a clases y reactivar la producción en el DF ", "1 025 casos en el mundo. 524 contagios y 22 muertes en el país, tres días sin decesos" (M).Pero no todos los periódicos atendieron los nuevos temas. Milenio Diario mantuvo énfasis en el desencuentro con la comunidad internacional y citó explícitamente al ejecutivo. "México no pide caridad, pero sí respeto: Calderón", "Recomienda la SRE no viajar a China; tripulaciones francesas se rehúsan a venir".
La Jornada, por su parte, decidió destacar el papel que la pobreza jugaba en toda esta historia: "SSA: pobreza sí agrava el riesgo de transmisión". En subtitulares habló de la expansión del brote en toda la República: "La influenza humana se extendió a 23 estados; los fallecimientos llegaron a 22", "Aparecen casos en Tabasco, Sonora y Yucatán", "El virus se ha concentrado en ciudades; posible 'cerco especial' dice Córdova". También en subtitulares trajo a colación el tema de la "corbata", que el secretario de Salud había puesto en el discurso: "La corbata, receptáculo de microbios; 'uno estornuda y luego la mete a la sopa'". Es interesante observar que el rotativo continúa su línea crítica sobre la actuación del secretario. Por un lado, con el reconocimiento de que los pobres estaban en mayor riesgo ante la influenza podía abrirse la discusión sobre el aspecto social del fenómeno, un tema álgido que había estado presente en la opinión pública de esos días. Si bien la influenza es una enfermedad altamente contagiosa, la pobreza, la falta de servicios de salud y la mala nutrición agravaban el riesgo. Este factor había pasado prácticamente desapercibido en la esfera pública, dedicada como estaba a subrayar las medidas tomadas por un gobierno dispuesto a combatir las consecuencias de la epidemia mas no las causas de su gestación. Por otro lado, las declaraciones de Córdova sobre la corbata implicaban una cierta visión del secretario sobre México y los mexicanos; en un país donde más de 50% de la población vive bajo niveles de pobreza cabía preguntarse, ya que el secretario no lo hizo, ¿qué porcentaje de la población mexicana acostumbra usar corbata?
Martes 5 de mayo
El tema de la vuelta a la normalidad va ganando espacio en los titulares. Conforme se acerca a su fin el prolongado puente, el país y su gente se preparan para retornar a clases, a trabajar, a las calles. El regreso sería, se nos dijo, paulatino: "Mañana reabren comercios y el jueves reinician clases", "El día 7 regresan a las aulas en bachillerato y en educación superior; el lunes 11, primarias, preescolar, secundarias y guarderías", "Martes y miércoles habrá limpieza de planteles; pondrán filtro para detectar enfermos" (C). "Regreso a clases será escalonado", "Prepa y universidad, el jueves; primaria y secundaria, el lunes" (U).
La Jornada informaba en titulares: "Decretan vuelta condicionada a la 'normalidad'". El entrecomillado del titular principal presuponía cierto escepticismo ante la expresión utilizada por el ejecutivo, todos sabíamos que difícilmente volveríamos a la "normalidad", que nada sería igual después de este episodio. Milenio, desafiando la lógica que durante años ha imperado en el periodismo (No news, good news), ostentó como encabezado un escueto y esperanzador mensaje: "Buenas noticias", y en un subtitular apelaba a los números para sostener la esperanza: "Estadística. Sólo 1 de cada 10 se infecta".
El otro tema del día fue la reacción del gobierno mexicano ante el rechazo internacional. Excélsior dedicó sus titulares al asunto: "México inicia lucha contra mala imagen", "Lanza ofensiva diplomática". También en Milenio se pudo leer: "[…] Calderón; pide que cesen medidas vejatorias a connacionales". "Diplomáticos. México pide en la ONU frenar xenofobia". Calderón, los diplomáticos, en suma, México entero luchando por una causa: la reivindicación del país. Sólo quedaba esperar que el mundo hiciera caso.
Tres funcionarios alcanzaron mención explícita ese día: Felipe Calderón, José Ángel Córdova Villalobos y Marcelo Ebrard, aunque ninguno estuvo en los titulares principales. En cuanto a Calderón, se veía activo como nunca: "Los contagios se han estabilizado, dice Calderón" (E), "Calderón anuncia apoyos fiscales para el turismo" (U), "La propagación del virus se estabilizó y ya podemos retomar el camino a la normalidad: Calderón" (M). Los otros personajes fueron citados en relación con las disposiciones que acompañaban el retorno: "Sin aflojar prevención, habrá reanudación paulatina de actividades económica y escolar; reinician tareas las oficinas públicas: Córdova Villalobos", "Seguirán cerrados los cines, antros, discotecas, salones de bailes, teatros, auditorios y estadios, anuncia Marcelo Ebrard" (C).
Los gobernantes de los estados tambiém alcanzaron los titulares del día. Reforma dedicó sus encabezados a su reclamo: "Lanzan SOS estados", "Exigen medidas al presidente", "Piden Gobernadores acciones para reactivar economía y mejorar la imagen del país". Cabe notar que ésta fue la única mención en titulares que merecieron los gobernadores de otros estados de la República.
Miércoles 6 de mayo
Este día los temas más reiterados en los titulares de prensa fueron de índole económica. Por un lado, el costo económico de la epidemia y, por el otro, las medidas que el gobierno planeaba tomar para resarcir dicho costo. Las pérdidas, supimos, fueron cuantiosas: "De 30 a 100 mil mdp, costo de la epidemia", "Sólo el DF perdió casi 15 mil mdp del 24 de abril hasta ayer" (U); "Prevén hoyo fiscal de $90 mil millones", "$17.4 mil millones, pérdidas por influenza"; "$27,400 millones para mitigar daños del virus", "10 mil millones de pesos corresponden a la caída en la recaudación" (C).
Las medidas anunciadas no convencieron a todos y fueron inmediatamente impugnadas: "El gobierno federal recurrirá a recortes y a más endeudamiento", "GDF , sectores y partidos ven insuficiente apoyo; piden abrir el presupuesto" (U). "Las presiones hacendarias ponen en riesgo la calificación crediticia de México, advierte la agencia Fitch" (E). "$27 mil millones, a sectores sacudidos por la epidemia" (J). "Engañan con apoyo", "Critican empresarios medidas anunciadas por Hacienda", "Señala IP que el plan del Gobierno tendrá un escaso beneficio para las compañías" (R). "7 mil 400 a estímulos fiscales al sector productivo y otros 10 mil a créditos que dará la banca de desarrollo", "Destinarán los 'apoyos' a la industria turística, aerolíneas, cruceros y el ramo alimentario" (C). Dos aspectos de la noticia merecen destacarse: por un lado, el rechazo a las medidas anunciadas por el gobierno provino de la iniciativa privada; fueron los empresarios quienes alzaron su voz para criticar al gobierno. Por otro, no obstante haber sido el sector de la población más golpeado, los trabajadores no aparecen en estos titulares; las negociaciones posemergencia los excluyeron.
Agustín Carstens, funcionario encargado de anunciar el plan económico, fue el personaje del día. La Jornada tejió todos sus subtitulares en torno a sus declaraciones y lo nombró explícitamente: "Serán apoyos fiscales y crediticios, anuncia Agustín Carstens", "Se destinarán principalmente a hoteles, restaurantes y al rubro porcícola", "Prevé pronta recuperación, pues no se dañó la infraestructura productiva", "Calcula en $30 mil millones las pérdidas causadas por la gripe nueva". El Universal también aludió al secretario en uno de sus subtitulares para señalar la discrepancia de sus cifras con las de otros analistas: "Carstens: impacto de 0.3% del PIB; analistas: será del 1%". Nuevamente el secretario de Hacienda daba muestras de ser poco avezado en diagnósticos, una vez más nos hablaba de "un catarrito" en donde otros habían pregonado una epidemia.
Milenio Diario fue el único rotativo que se apartó de los temas económicos e insistió en el tema internacional. Nos proporcionó un recuento de los últimos hechos en el plano mundial: "No todos los casos son de México: OMS", "'Hemos defendido a la humanidad', dice Calderón", "'actuamos pronto y con responsabilidad'". "Escalas en 3 ciudades. Rescata la SRE a 70 connacionales retenidos en China y a 80 más", "Chile se disculpa". Las noticias no podían ser mejores, las declaraciones de la OMS nos eximían de la exclusividad de la culpa; según las declaraciones del ejecutivo, los mexicanos pasaríamos a la historia por este hecho heroico; nada teníamos que temer, la SRE estaba rescatando a nuestros compatriotas en el extranjero, la lucha emprendida rendía ya sus primeros frutos y las disculpas empezaban a llegar. Sin embargo, y a pesar de estas noticias, nos quedaba una sensación amarga: estábamos endeudados y éramos discriminados; ése fue el costo que pagamos por "haber defendido a la humanidad".
Jueves 7 de mayo
Las noticias más destacadas del día fueron, de nueva cuenta, el fin de la contingencia y la vuelta a la anunciada "normalidad": "Baja la alerta. La ciudad al 100%" (C). "Reabre el GDF todo" (R). "Reabrirán bares, cines y gimnasios" (E). "Los negocios reabren hoy sin restricción" (U).
Curiosamente, ese día La Jornada ocupó sus titulares para reseñar las actividades y declaraciones del ejecutivo: "En Haití se mueren de hambre, no del virus, dice Calderón", "Censura que ese país rechazara la ayuda en alimentos", "Reinicia sus giras y reprueba las actitudes hostiles contra México". El mismo tema apareció en los titulares de Milenio: "Increpa Calderón a China y Argentina", "Esas naciones discriminan, pero manejaron mal los brotes de SARS y dengue, reprocha", "Lanza crítica a Haití". Vimos al jefe del ejecutivo ejerciendo la política exterior sin ningún recato, con poco apego a la mejor tradición diplomática mexicana.
La pesadilla de los 14 días anteriores iba quedando atrás. A partir del día siguiente, la influenza cedió su lugar protagónico a otros temas en la agenda periodística.
¿EPÍLOGO?
"Los golpes permiten imponer la pauta noticiosa a toda la prensa; es una forma de fijar la agenda" (Sohr, 1998: 213). Tres meses después, el 11 de agosto, Margaret Chan, directora general de la OMS, decretó la fase 6 de la enfermedad, a la que declaró como la primera pandemia del siglo. La noticia fue publicada el 12 de agosto como la nota principal en la primera plana de La Jornada, pero apareció apenas en un recuadro de la primera plana de La Crónica de Hoy y en páginas interiores de Excélsior, Milenio Diario y Reforma. En El Universal la nota sería publicada el 14 de agosto. Era indudable, la influenza, el virus, la pandemia, la OMS… habían dejado de ser temas capaces de asestar un golpe mediático.
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*Todas las gracias sean dadas a Gabriel García Márquez y al inspirador título de su Crónica de una muerte anunciada.
1 En lo que sigue referiremos por siglas a los periódicos que conformaron nuestra muestra, así La Crónica de Hoy = (C), Excélsior (E), La Jornada (J), Milenio Diario (M), Reforma (R) y El Universal (U).
Información sobre los autores
Profesorainvestigadora de tiempo completo en el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS)Distrito Federal. Doctora en lingüística hispánica por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y maestra en ciencias de la comunicación por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCP y S) (UNAM), donde se desempeña como profesora de asignatura en la Unidad de Posgrado. Forma parte del Sistema Nacional de Investigadores y de la Academia Mexicana de Ciencias. Ha publicado diversos trabajos sobre análisis del discurso, discurso político, discurso periodístico, difusión de las ciencias sociales e historia oral. Actualmente está en prensa su libro Qué dicen los periódicos. Reflexiones y propuestas para el análisis de la prensa escrita (CIESAS).
Profesorainvestigadora de tiempo completo en el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS)Distrito Federal. Doctora en lingüística por El Colegio de México. Forma parte del Sistema Nacional de Investigadores y de la Academia Mexicana de Ciencias, así como de la línea de estudios del lenguaje del doctorado en antropología del CIESAS. Se interesa en el estudio del lenguaje desde un marco que reconoce la estrecha relación entre lengua, cultura y sociedad. Entre los temas de su interés se encuentran las estrategias de negociación presentes en los discursos públicos y el contexto en el que se producen; el poder y su ejercicio, la inequidad y la desigualdad social y su justificación, así como los procesos de resistencia y las respuestas desde la subalteridad, las cuales transitan transversalmente su práctica analítica.