El libro Emociones y juventudes desde la perspectiva sociocultural, es el quinto volumen de la serie Emociones e interdisciplina, la cual es editada por la Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la UNAM y por el ITESO. Este volumen, al igual que los anteriores, es coordinado por Rocío Enríquez Rosas y Oliva López Sánchez, ambas investigadoras reconocidas en el campo de estudios de las emociones en nuestro país y fundadoras de la Red Nacional de Investigadores en los Estudios Socioculturales de las Emociones. Los trabajos reunidos aquí son de autoría de investigadores e investigadoras pertenecientes a dicha red.
Los estudios sobre juventud en México constituyen uno de los campos de investigación más abundantes a partir sobre todo de la década de los ochenta. Su riqueza estriba en el desarrollo de una agenda de investigación en la que existen numerosos subcampos: estudios sobre jóvenes en el mundo laboral, en la escuela, o en el barrio; en torno a sus consumos culturales; sobre su participación política y sus formas de disidencia; sus problemas con el alcohol y las drogas; las diversas manifestaciones de la violencia y el suicidio juvenil; las diferencias entre los jóvenes rurales, urbanos, indígenas y migrantes; las desigualdades genéricas; entre muchos otros. Uno de los temas más trabajados ha sido el de la sexualidad por su vinculación con cuestiones de salud pública, los cuales pretenden intervenir en la prevención de enfermedades de transmisión sexual y del embarazo adolescente; mientras que los estudios sobre afectividades emergieron sobre todo en la primera década del nuevo siglo y se han ido desarrollando más intensamente en los últimos años.
El estudio de las emociones entre los jóvenes no forma parte de los abordajes tradicionales sobre éstos. Es hasta los últimos años que se ha vuelto cada vez más frecuente y este libro es una manifestación de ello. La relevancia que tiene el que se haya dedicado un volumen de la colección a la temática de las emociones juveniles estriba en que se visibiliza un conjunto de importantes hallazgos sobre una dimensión de la vida de las y los jóvenes que permite ver la riqueza de diversas experiencias subjetivas que revelan tanto determinaciones estructurales que les constriñen, así como su capacidad de agencia para remontar determinaciones de diverso tipo mediante estrategias y tácticas emocionales marcadas por la familia de origen, el género, el nivel educativo, la cultura en la que se encuentran inmersos, etcétera.
Por otra parte, estos hallazgos contribuyen a desmontar una visión aún presente en las opiniones de sentido común que circulan entre los adultos que enjuician las conductas juveniles desde creencias y prejuicios orientados por una visión sobre los jóvenes como incapaces de controlar sus emociones, como sujetos gobernados por impulsos irracionales causados por la edad y la influencia de las hormonas en sus comportamientos. Así lo afirmaba Carlos Cuauhtémoc Sánchez en su famoso best seller Juventud en éxtasis editado en 1994: “¡Que la juventud está en éxtasis ante el espejismo de la sensualidad y que esa absorción le impide tomar correctamente decisiones cardinales...!”. Analizar las emociones juveniles desde perspectivas antropológicas, sociológicas y psicosociales tales como las que contiene este libro, permiten ver que este ámbito merece ser descubierto sin tapujos morales pues permite descubrir los complejos contextos en los que los jóvenes están situados y que inciden en la configuración de sus emociones.
El libro reúne 11 capítulos organizados en tres ejes analíticos. El primero de los ejes se denomina: Emociones, espacio público y jóvenes, y se integra con cuatro trabajos. El capítulo inicial es el de Tania Libertad Sánchez Garrido y se titula “Una propuesta para el análisis sociopolítico de las emociones basada en un estudio de caso sobre jóvenes conductores de taxis-pirata en Cuautepec”. Los jóvenes conductores con quienes trabaja la autora no terminaron sus estudios y pasan en promedio de ocho a 11 horas diarias manejando un taxi desde que cumplen 15 años, lo hacen en condiciones laborales de total informalidad e ilegalidad, lo cual habla de su condición de exclusión, precariedad y baja autoestima. El encuentro con estos jóvenes generó algunos cuestionamientos en la autora: ¿cómo asimilan su condición juvenil? ¿Qué expectativas tienen y cómo sienten ser jóvenes en este contexto? ¿Qué contradicciones revelan sus emociones en un espacio donde negocian con las expectativas frustradas por una realidad excluyente? El trabajo se posiciona desde un enfoque sociopolítico del estudio emocional, así como en una amplia elaboración teórica sobre el cuerpo y sus sentires, utilizando la perspectiva de la teoría fundamentada. En términos metodológicos Tania Sánchez realizó etnografía y entrevistas yendo como pasajera en los mismos taxis.
Luis Martín Monárrez Lainez es el autor del segundo capítulo, titulado “Resonancias: un acercamiento a las emociones en un colectivo de artistas urbanos juveniles en Ciudad Juárez”. El autor se propone analizar cómo se manifiesta una cultura emocional en individuos específicos, miembros de Fearless Crew, cómo se regulan las emociones y cómo éstas se ligan a un contexto violento específico. Fearless Crew es un grupo de bailarines liderado por Bboy, originario de la colonia Revolución Mexicana de la ciudad fronteriza y con 16 años de experiencia en el break dance. Ciudad Juárez es un entorno extremadamente hostil al que los jóvenes se enfrentan en su cotidianidad y en el cual se les presenta una vorágine de violencias, consecuencia de una situación no sólo de la última década, sino de mucho más tiempo atrás. Se busca relacionar su cultura emocional, la regulación que presentan de las emociones y cómo éstas se encuentran ligadas al contexto violento propio de la ciudad y de su cotidianidad.
“Género y expresión emocional en situaciones experimentales con jóvenes universitarios” es un trabajo de Carlos Martínez-Munguía y Guillermo Hidalgo-Canales. El objetivo de este estudio es identificar si existen diferencias en la expresión emocional en hombres y mujeres ante ciertos estímulos que se les presentaron en un formato experimental. Si bien, al abordar el fenómeno desde una perspectiva de género se hace contacto con la normatividad social, lo que los autores buscaron fue señalar cómo se da el ajuste individual ante esas contingencias sociales, asumiendo que la historia individual resulta un factor importante. Adicionalmente, se utilizó el componente verbal, al pedirles a los participantes un reporte de la forma en que se sintieron emocionalmente durante un ejercicio visual.
Enseguida, Eduardo Osiel Martell Hernández presenta el escrito “Afectividades emergentes en los encuentros situados en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM”. El trabajo es una descripción de las sensaciones que emergen en los encuentros situados que sostienen los distintos actores que interactúan en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPYS) de la Universidad Nacional Autónoma de México, así como su relación con la construcción social del espacio derivado de esa dinámica. La categoría base utilizada como guía analítica para la construcción del objeto de estudio se refiere a la propuesta de centrar a la situación como una posibilidad de espacio común para el análisis de las emociones, como un momento diferenciado afectivamente del curso de la vida cotidiana. El trabajo tuvo entre sus objetivos establecer una descripción general de la relación entre la emergencia de sensaciones en los encuentros situados y la construcción social de los espacios de la FCPYS, conocer cómo inciden las afectividades emergentes en el desarrollo de las sesiones de clase, y explorar qué tipo de sentimientos emergen en las áreas abiertas de este espacio escolar.
El segundo eje del libro se titula Sexualidad, enamoramiento y jóvenes, y comienza con el texto de María Liliana Arellanos Mares: “‘Ahora los jóvenes ya se hablan solitos’. Afectividad y emociones en las relaciones de cortejo, noviazgo y matrimonio entre los indígenas de Tzicatlán, Veracruz”. En él se cuenta que en los últimos años ha descendido el arreglo de los matrimonios por parte de los padres, proceso que consistía en que la relación ritual del cortejo se inicia cuando el hijo pide a su padre que solicite el matrimonio a los padres de la muchacha. El arreglo del matrimonio dado por la costumbre indígena obedece a condiciones de pobreza donde el acceso a bienes materiales se conjuga con un peso moral y social; el seguir la norma significa “casarse bien”, cumpliendo reglas y modos de ser. Hoy se replantea la rigidez del matrimonio tradicional y se incorporan elementos como el amor, el cariño, la atracción física, entre la pareja. En las relaciones de cortejo, los jóvenes se dan el tiempo para ser novios, conocerse, gustarse, bailar, enojarse y reconciliarse. Esto ha sido facilitado por el mayor acceso a la educación y a las nuevas tecnologías de información, así como al proceso migratorio que aleja a los jóvenes de sus familias de origen.
Karla Alejandra Contreras Tinoco y Laura Nadhielii Alfaro Beracoechea comparten el capítulo “Emociones asociadas con la sexualidad de jóvenes heterosexuales de entre 15 y 19 años: análisis a partir de la teoría fundamentada”. El trabajo parte de una crítica a la forma en que ha sido abordada la sexualidad juvenil desde perspectivas higienistas, colocándola como un problema de salud pública que desconoce las causas y motivaciones de la vida sexual de los jóvenes. Desde su punto de vista, es fundamental comprender las creencias, actitudes y emociones asociadas con los eventos sexuales, pues reconocerlas les permitirá tener experiencias sexuales más placenteras, conscientes y planificadas. En contextos como el de la población de Ocotlán, Jalisco, lugar del estudio, los jóvenes se encuentran envueltos en múltiples contradicciones entre, por un lado, tendencias globalizadoras e individualizantes, combinadas con la presencia de modelos tradicionales de pareja, y la persistente influencia de la institución religiosa y familiar sobre sus vidas, por otro. Entre sus resultados las autoras encuentran que el amor, la confianza, la seguridad son emociones que permiten una sexualidad más dialogada, disfrutable, reflexiva. Por el contrario, el miedo, la vergüenza, la incomodidad y, en algunos casos, el deseo, son emociones que tienen efectos negativos en la manera de experimentar la sexualidad y que pueden constituirse en obstáculos para llevar a cabo la protección y la planificación de la misma.
A continuación, Mariana Vega Prianti, Cinthia Dafne Ayala Jiménez, Montserrat Soriano Chavero, Ma. Alejandra Salguero Velázquez y Gilberto Pérez Campos trabajan un capítulo sobre “Emociones y enamoramiento en jóvenes universitarios”. Parten desde la psicología sociocultural que considera a las emociones como aprendidas de forma distinta según el género y en cuyo proceso la familia cumple un papel fundamental. Les interesa acercarse a la perspectiva y discurso de los jóvenes varones para identificar los procesos de aprendizaje sobre las emociones y sentimientos, las formas de implicación en la relación de pareja y la trayectoria amorosa. Desde una perspectiva sociocultural, las emociones y el enamoramiento forman parte de procesos socioculturales al incorporar prácticas, significados, creencias e ideales del grupo cultural, la familia o por los procesos de socialización que cambian en cada momento histórico. En los dos casos que las autoras y autor trabajan, descubren que dependiendo de la relación que se construya con la pareja, se posibilitará la expresión o no de las emociones, considerando que están en juego las expectativas, creencias y significados socioculturales de lo que representa ser mujer, ser hombre y ser pareja.
El último capítulo de esta sección es el de María Alejandra Salguero Velázquez y Montserrat Soriano Chavero, y se titula “Emociones en hombres jóvenes ante la noticia de un embarazo no planeado”. Las autoras plantean que las emociones en los hombres jóvenes ante la noticia de un embarazo no planeado tienen como contexto los significados del “ser hombre”, donde históricamente se han elaborado modelos y parámetros desde las diversas instituciones como la familia, la educación, la salud, en las que se considera y valora lo que es adecuado o no para un joven en su trayectoria de vida, el tipo y manifestación de emociones, la posibilidad de externarlas, en qué situaciones y ante qué personas. Analizaron en primer término las emociones ante la noticia del embarazo, las cuales incluyen asombro, sorpresa, enojo y hasta alegría, cuando el embarazo ayuda a afianzar la relación sentimental y se contempla la idea de una vida en pareja durante la juventud, sin que eso implique necesariamente tener los recursos económicos para sustentar dicha decisión. Prosiguen con la etapa subsecuente relativa al darles la noticia a los padres y a las reacciones negativas que algunos jóvenes tienen ante la responsabilidad de ser padres, con las consecuencias negativas sobre su relación de pareja. Para otros en cambio, representa una experiencia feliz y de asunción de responsabilidades, orientando sus trayectorias de vida.
La tercera sección del libro se dedica al eje Emociones, educación y jóvenes. El primer trabajo es de Luis Arturo Guerrero Azpeitia y Armando Ulises Cerón Martínez y se denomina “Emociones y contexto sociocultural en el desarrollo de capacidades básicas en el nivel universitario. Un estudio exploratorio”. El texto se concibe con la necesidad de reconocer la importancia que para el desarrollo de capacidades básicas tienen tanto las emociones como el contexto sociocultural de estudiantes universitarios de las universidades politécnicas de Tulancingo (UPT) y Metropolitana de Hidalgo (UPMH). La preocupación concreta surge porque ellos se encuentran inscritos en un modelo educativo basado en competencias y bajo un calendario escolar cuatrimestral que es considerado como un sistema intensivo. La educación basada en competencias enfrenta dos retos. En primer plano, la resistencia mostrada por los remanentes de la educación escolástica, basada en la autoridad y la razón, donde el docente es visto como fuente de sabiduría y el alumno como un ignorante. En segundo plano, rompe con el criterio heredado por la sociedad occidental, que divide las ciencias en términos de disciplinas, dejando fuera el carácter integral del individuo y la coexistencia de otras inteligencias (cenestésica, espacial, introspectiva y, desde luego, la emocional).
Enseguida se encuentra el capítulo de María Antonieta Covarrubias Terán: “Las emociones y cogniciones en las prácticas parentales coercitivas”. Este trabajo se centra en analizar aquellos padres y madres que utilizan la estrategia coercitiva centrada en el establecimiento del control del comportamiento de sus hijos/as y la obediencia incondicional a su autoridad por medio de exigencias rigurosas y la aplicación de sanciones, al tiempo que no proporcionan elementos discursivos para resolver la situación ni consideran la afectividad de sus hijos/as o su postura. La autora se pregunta: ¿cuáles son los motivos que tienen padres y madres para ejercer prácticas parentales coercitivas? ¿Qué emociones-cogniciones tienen al aplicar una estrategia coercitiva en sus hijos/as? La intención de María Antonieta es analizar las implicaciones afectivas y cognitivas en la aplicación de estrategias disciplinarias de coerción en familias mexicanas y para ello realizó un estudio micro en una institución privada de educación básica, ubicada en al área metropolitana de la Ciudad de México y lo encontrado en las entrevistas en profundidad se expone en dos grandes apartados definidos por las tendencias coercitivas más comunes: las sanciones verbales y el castigo físico. La autora destaca la importancia de identificar los elementos cognitivo-emocionales-comportamentales que subyacen en las prácticas parentales coercitivas en aras de coadyuvar a resignificar las posturas coercitivas de cada padre-madre y promover un proceso de autorregulación afectivo-cognitiva.
El tercer texto es de Luz María Ledesma Reyes, con el capítulo “La vergüenza ante la deserción escolar. Los condicionantes en la elección de empleo en jóvenes conductores de taxis ‘pirata’ en Cuautepec”. En este estudio se analiza el papel que ejerce la vergüenza ante la elección del empleo, partiendo de experiencias de deserción escolar de los jóvenes conductores del servicio informal de taxis en Cuautepec, ubicado al norte de la Ciudad de México. Se trata de un análisis que vincula las experiencias de deserción escolar (entendida o experimentada como fracaso) con la ocupación laboral de taxista pirata, que implica una situación de ilegalidad y precariedad laboral y, por tanto, devaluada por la sociedad. Para ello, Luz María estudió las experiencias de abandono escolar en jóvenes taxistas de esta comunidad, con el fin de saber cómo esta situación desencadena la vergüenza como un factor que interviene y condiciona la elección de empleo, ya que esta emoción no siempre es verbalizada. Entre sus conclusiones se destaca que la vergüenza crea sentimientos de miedo, culpa y desconexión, que a su vez exhiben una red de expectativas en la comunidad social, en conflicto y competencia. El tomar el trabajo de choferes de taxi pirata se constituye en una estrategia de empoderamiento para estos jóvenes excluidos.
Como hemos visto, los temas tratados a lo largo del libro Emociones y juventudes desde la perspectiva sociocultural, aporta una mirada rica e inspiradora sobre diversos fenómenos que forman parte de las vidas de las y los jóvenes mexicanos. La presencia de las emociones es fundamental en la significación del espacio, sea el de la ciudad o el de la universidad; en el desempeño de trabajos informales y precarios; en la educación formal/escolar, así como en la recibida en casa a través de padres y madres; en los procesos de enamoramiento, en la experiencia de la sexualidad y en la de convertirse en padres; en la formación genérica, así como en la expresión emocional derivada de ésta; o en la adscripción a colectivos que permiten resistir la violencia cotidiana. Espero haber despertado su curiosidad por revisar algunos o todos los trabajos contenidos en este valioso libro.