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Boletín médico del Hospital Infantil de México
versión impresa ISSN 1665-1146
Bol. Med. Hosp. Infant. Mex. vol.65 no.6 México nov./dic. 2008
Presentación
La obesidad y sus aristas
Obesity and its edges
Samuel Flores-Huerta, Juan Pablo Méndez
Departamento de Investigación en Salud Comunitaria, Hospital Infantil de México Federico Gómez México, D.F., México,
En el pasado se consideraba al tejido adiposo blanco como un reservorio de energía prácticamente inerte; hoy en cambio se considera un importante órgano endocrino. Participa activamente en los procesos de lipogénesis y lipólisis, en la regulación del equilibrio energético y en los procesos metabólicos asociados al mismo, como el apetito y la saciedad, así como en la producción de sustancias pro y antiinflamatorias. Debido a que se carece de recursos terapéuticos eficaces para enfrentar a la obesidad en todas las edades, ha cobrado excepcional relevancia el avance en el conocimiento de diversos mecanismos que han permitido proponer estrategias de prevención. La epidemiología señala que en prácticamente todo el mundo la obesidad tiene una magnitud de epidemia con diferentes repercusiones según la edad; tiene mayor incidencia en la edad escolar, pero mayor prevalencia en la edad adulta, asociándose con diversas enfermedades crónicas y degenerativas que constituyen las principales causas de muerte. La genética ha contribuido demostrando que existen polimorfismos que protegen o predisponen a los individuos a padecer la obesidad, con la salvedad de que aún se requiere profundizar en dicho tipo de estudios para poder tener conclusiones más contundentes. La nutrición, la medicina y las ciencias sociales han aportado un conocimiento que más parece emanar del sentido común que de la investigación, mostrando que como consecuencia de comer mucho y mal y por ejercitarse poco, se produce un desbalance a favor del exceso de energía, la cual en forma de lípidos se acumula paulatinamente en los adipocitos, a pesar de la estricta regulación metabólica. Por lo tanto las personas crecen en ambientes calificados de obesogénicos y la obesidad se ha convertido en un estereotipo de bienestar. El abordaje clínico de esta enfermedad se ha convertido en un desafío, porque el verdadero tratamiento es que la familia cambie sus hábitos de vida, lo cual a su vez requiere de cambios en el ambiente obesogénico en el que se vive.
A pesar del tamaño del reto, con optimismo se espera que si coordinadamente se ejecutan acciones basadas en evidencias científicas a nivel de los individuos y de las familias, a nivel de la escuela y de los maestros, si se suman la sociedad civil y el gobierno con el fin de que toda la población adquiera hábitos de vida saludables, será posible en un futuro, prevenir este problema de salud.
El problema de la obesidad no es un asunto estrictamente médico sino de toda la sociedad y cada cual debe cumplir su correspondiente responsabilidad, para así, ir revirtiendo el desbalance energético. El problema tampoco es asunto de niños o de adultos sino de todos los individuos en una línea de vida, que crece a medida del tiempo y que tiene que prevenirse desde la niñez. Asimismo, estrictamente no es una responsabilidad de los trabajadores de la salud, sino también de los educadores, de quienes producen los bienes de consumo (principalmente alimentos y bebidas), de los medios de comunicación masiva que los promueven y de los gobiernos como organismos reguladores.
Cada uno de estos temas se aborda en este número del Boletín Médico por profesionales de diferentes instituciones, que poseen el conocimiento y la experiencia en este complicado tema, desde diversas perspectivas. Esperamos que la comunidad se beneficie de estas aportaciones para así poder ayudar a prevenir este importante reto en salud de nuestros tiempos.