1. Introducción
Las quemaduras son un problema de salud pública debido al impacto físico, psicológico, económico y social que les ocasiona a los lesionados y a sus familiares. En México, de acuerdo con la Dirección General de Epidemiología (DGE) de la Secretaría de Salud (SS), las quemaduras antes del año 2010 no figuraban de manera continua entre las 20 principales causas de morbilidad general en el país. Ese año estas lesiones figuraron en la posición 18 (123,291 casos)1 y en el 2011 en el lugar 17 (129,779 casos) (2. De acuerdo con la morbilidad por enfermedades no transmisibles del año 2011, estas lesiones ocuparon la séptima posición, incluso tres posiciones por arriba de las ocasionadas por accidentes de transporte en vehículos con motor2.
Son dos los trabajos publicados sobre epidemiología de niños con quemaduras en México: el primero, un estudio epidemiológico descriptivo sobre quemaduras en niños atendidos en el Hospital Universitario Dr. José Eleuterio González, de Monterrey, Nuevo León, el cual describe las características demográficas y clínicas de aquellos pacientes con lesiones de segundo y tercer grado3; el segundo, un estudio de epidemiología de niños quemados atendidos en la Unidad de Quemados del Hospital de Traumatología Magdalena de las Salinas, en la Ciudad de México, del 2000 al 20064.
Ante la importancia de las quemaduras por su incidencia en la población y complicaciones a corto, mediano y largo plazo en las personas que las presentan, el objetivo del presente trabajo fue describir el perfil epidemiológico de los niños y niñas con quemaduras que acuden a atención médica a la Unidad de Niños con Quemaduras (UNQ) del Hospital Civil de Guadalajara Dr. Juan I. Menchaca (HCGJIM) de 2009 a 2011.
2. Métodos
Se realizó un estudio trasversal con muestreo de casos consecutivos a partir de enero del año 2009 a diciembre del año 2011 en la UNQ del HCGJIM. Este proyecto fue evaluado y aprobado por el Comité de Investigación y Ética del Instituto Regional de Salud Pública (IRSP) y del propio HCGJIM. La UNQ de este hospital recibe pacientes de toda la República Mexicana. El hospital al que está adjunta esta unidad es una institución de salud del tercer nivel de atención, la cual presta servicios de salud a personas sin seguridad social o con seguro popular. Los pacientes seleccionados fueron aquellos menores de 16 años que ingresaron por quemaduras a la UNQ, cuyo expediente clínico tuviera los datos necesarios para el estudio y que los padres de los mismos hubieran decidido participar en el estudio. Los criterios de exclusión fueron que los familiares no aceptaran ser incluidos en el estudio y la información obtenida del caso fuera inferior al 80%. Con estos criterios no hubo exclusión de casos por falta de información o por la no aceptación de los familiares.
Las variables incluidas se clasificaron en tres grupos:
Grupo 1. Datos del menor: sexo, edad y escolaridad
Grupo 2. Datos de los padres: edad, escolaridad y ocupación de la madre y del padre
Grupo 3. Datos de la lesión (quemadura): fecha en que se produjo, intencionalidad, había algún encargado del niño(a) en el momento del evento, quién era el responsable del niño(a) en ese momento, agente que produjo la quemadura, lugar donde se produjo la quemadura, horario en que ocurrió la quemadura (00:00 a 05:59 h, 06:00 a 11:59 h, 12:00 a 17:59 h, 18:00 a 23:59 h), grado de la quemadura (primer grado, segundo grado superficial y/o profundo, tercer grado), área corporal afectada (cabeza, cuello, extremidad superior, tronco, extremidad inferior y/o genitales), porcentaje de la superficie corporal quemada, lugar donde se brindó la primera atención médica y lapso de tiempo en recibir la primera atención médica.
Para la evaluación sobre la profundidad de las quemaduras se utilizó la clasificación la propuesta por Converse y Robb-Smith, que establece 1° grado, 2° grado superficial y profundo y 3°grado5. Los datos fueron capturados y analizados en el programa Epi Info para Windows6 (versión 3.5.4, Atlanta, GA), mediante frecuencias absolutas, relativas, intervalos de confianza de 95%, media, mediana y desviación estándar (DE). Para el mejor análisis de la temporalidad (en meses) de la ocurrencia de la quemadura se decidió agrupar los meses de acuerdo con las estaciones del año en el hemisferio norte; es decir, primavera (marzo, abril y mayo), verano (junio, julio, agosto), otoño (septiembre, octubre, noviembre) e invierno (diciembre, enero, febrero) y el análisis se realizó con el número de casos presentados en esos meses.
3. Resultados
Durante los 3 años del estudio se recopilaron los datos de 322 niños con quemaduras que requirieron atención médica de la UNQ del HCGJIM, de los cuales el 63.4% correspondió al sexo masculino y el 65.2% menores 5 años de edad (Tabla 1). La escolaridad se cumplió de acuerdo con la edad en el 69.2% de los casos. El resto no cursaba el nivel de escolaridad que correspondería con su edad (Tabla 2).
* La suma no resultó de 322 niños debido a que 139 no tenían la edad para iniciar su educación preescolar y de 11 no se contaba con edad o escolaridad.
El perfil de los padres de los pacientes con quemaduras resultó de la siguiente manera: el 58.1% las madres tenía entre 15 a 30 años, el 67.7% contaba con estudios de educación básica y el 71.7% se dedicaba al hogar. Con respecto a los padres, casi en la mitad de los casos la edad fluctuaba entre 31 años y más; el 62.4% contaba con estudios de educación básica y el 83.2% contaba con empleo (Tabla 3).
En cuanto a la quemaduras, el mecanismo de la lesión fue no intencional en casi su totalidad (95.7%), el agente que ocasionó la mayoría de las lesiones fue el agua (56.2%), el 39.4% de estos eventos ocurrieron en la cocina y sucedieron en el lapso de tiempo de las 12:00 a 17:59 h (37.6%) y de las 18:00 a 23:59 h (35.4%). La profundidad de la quemadura producida fue de segundo superficial y profundo en el 33.2% de los niños, y el 74.5% tuvo menos del 20% de superficie corporal quemada. De acuerdo con el sexo fue posible observar que los niños se queman con mayor profundidad que las niñas y tienen predominio en todos los agentes causantes de las quemaduras. El promedio del porcentaje de superficie corporal quemada fue del 15.9% (DE 11.8) y la mediana de 12.3%. Con respecto al sexo, el porcentaje promedio de superficie corporal quemada en los varones fue del 15.1% (DE 11.4) y en las mujeres del 17.3% (DE 12.3) (Tabla 4).
* Las frecuencias absolutas no suman 322 porque un solo paciente puede tener más de un área corporal afectada. El porcentaje se calculó con el total de la población.
En estos casos, en el momento en que ocurrió la quemadura había alguien responsable del cuidado de los chicos (93.2%); en la mayoría de las ocasiones fue la madre (57.8%). El lugar donde los lesionados y sus padres recurrieron como primera instancia fue a un centro de atención de primer nivel (39.8%) o una institución que solo ofrecía servicios de urgencia (39.1%). Solo el 44.1% llegaron a recibir la primera atención médica en la primera hora o menos tiempo de sucedido el evento (Tabla 5).
De acuerdo con la incidencia de casos por quemaduras de 2009 a 2011, se aprecian diferencias en los tres años: mientras que en 2009 el ingreso de pacientes fue superior en las estaciones de invierno, primavera y verano en comparación a los dos siguientes años, en 2010 la incidencia de pacientes con quemaduras se mantuvo similar en el número de casos durante las estaciones de invierno a verano, y en otoño se observó una ligera disminución. Finalmente, en 2011 el incremento más importante ocurrió en verano; incluso fue mayor que los dos años anteriores. En conjunto, el número de casos por estación del año pone en los primeros lugares al invierno (79 casos) y a la primavera (74 casos). Los meses del año es los cuales se produjeron con mayor frecuencia las quemaduras fueron diciembre (13.4%), noviembre (10.6%) y mayo (8.8%). (Figura 1).
De acuerdo con la profundidad de la quemadura, el fuego causó la mayor parte de las quemaduras de tercer grado y las de segundo grado profundo y tercer grado; en las otras categorías de profundidad de la quemadura, el agua fue la causa principal (Tabla 5).
4. Discusión
El perfil epidemiológico del niño lesionado por quemaduras está representado por varones menores de 5 años de edad1,4,5,7-19 que se lesionan con mayor frecuencia que las mujeres7-7,20-22, excepto en el caso de la Unidad de Quemados del Hospital Materno Infantil de Tegucigalpa en Honduras18, donde las niñas se lesionan con mayor frecuencia. Son hijos de madres con escolaridad básica incompleta que se dedican al hogar. En cuanto a la población que se atiende en el HCGJIM se coincide con lo reportado en otros estudios elaborados en unidades de atención a quemaduras o en hospitales de países como Israel7,10, Brasil11, Sudáfrica14, Chile15 y, en contexto mexicano, como en los estados de Nuevo León3 y Distrito Federal4. Así mismo, el perfil de la madre de estos lesionados concuerda con el de madres de los lesionados del municipio de Fortaleza en Colombia23.
En términos de morbilidad, las quemaduras más frecuentes en niños se deben al contacto con líquidos calientes, los cuales ocasionan escaldaduras. Esto ocurre en hospitales de otros países7,8,11,12,14-17,19-22,24, pero no así en Ikeja-Lagos, Nigeria9, o en Beer-Sheva, Israel10, donde el agente principal fue el fuego. El lugar donde principalmente suceden los eventos de quemaduras en niños es en el hogar, dentro de la cocina, como en otros estudios7,11-13,16,18-20,24. Sin embargo, es diferente lo que se ha reportado que ocurre en el centro sur de China, donde el lugar principal en el que se producen estas lesiones es la sala20.
Con respecto a los datos clínicos de la quemadura, estudios anteriormente publicados coinciden en que la profundidad de la quemadura más frecuente es de segundo grado4,11,16,17. Los resultados del presente trabajo coinciden con otros estudios11,21 donde la parte corporal más afectada por las quemaduras es el tronco, aunque hay otros estudios que reportan que las extremidades superiores son las principalmente afectadas9,13,15,17,20. De acuerdo con la región corporal, se observó que el 16.5% de los niños se quemaron los genitales, y que los niños se queman con mayor frecuencia que las niñas. Se realizó un subanálisis del agente de la quemadura y la edad del niño de los que presentaron quemadura en genitales; del 9.0% reportado en varones, el 3.7% ocurrió en menores de cinco años de edad; y del 7.5% presentado en mujeres, el 4.7% ocurrió en menores de cinco años de edad. Con los datos obtenidos del presente estudio no es posible explicar por qué se presentan estas diferencias, pero la mecánica del evento mostró que los menores se encontraban jugando cerca del área de trabajo de sus padres, y al dejar objetos con líquidos calientes en el suelo, los niños caen en los recipientes; o calientan el agua para bañarse en otro medios diferentes al boiler, lo dejan en el suelo y al menor descuido el niño resulta con quemaduras.
El porcentaje promedio superior de superficie corporal quemada obtenido en este estudio coincide con los promedios del Hospital Universitario del Estado de Lagos, en Ikeja-Lagos, Nigeria9; el Hospital de Quemaduras de Motahari de Terán, Irán12; y en el Hospital Brno, Republica Checa21; con porcentaje inferior se encuentran los casos de la Unidad de Quemaduras de Istanbul, Turquía8; del Centro Médico Sheba, Israel7; el Centro Médico Universitario Soroka, de Beer-Sheva, Israel9; el Hospital Pediátrico de Michigan en los Estados Unidos24; y la Unidad de Quemaduras del Hospital Xiangya de Changsha, China20.
Coincidió que el mes de diciembre fue el mes del año con la mayor incidencia en el caso de los estudios realizados en Israel7 y Honduras18, en contraste con lo reportado en estudios de Brasil11, China20 y los Estados Unidos24.
La primera atención médica que solicita esta población de pacientes son los servicios del primer nivel de atención, por lo cual se requiere que el personal de este sector tenga la preparación y capacitación necesarias para brindar los primeros auxilios, limitar la extensión y profundidad de las quemaduras, así como las posibles complicaciones de corto plazo a consecuencia de estas lesiones. A este respecto, el Centro Nacional para la Prevención de Accidentes (CENAPRA) cuenta con guías para la población general25 y los profesionales de la salud26, donde se incluyen secciones sobre prevención pre-evento, los primeros auxilios a realizar una vez presentadas las quemaduras y un bosquejo general del manejo médico de las mismas. Esto último solo se presenta en la guía para los profesionales de la salud.
Este estudio tiene la fortaleza de mostrar el perfil epidemiológico y comportamiento de las quemaduras de niños sin seguridad social de la región occidente del país que acuden al HCGJIM. Esto ofrece un panorama para sugerir medidas preventivas para disminuir la incidencia y gravedad de las lesiones de este problema de salud pública. Las limitaciones del mismo se deben a que, al ser un estudio descriptivo, provee de hipótesis para trabajos posteriores e impide hacer inferencias causales.
En conclusión, haber determinado un perfil epidemiológico de los niños con quemaduras atendidos en el Hospital Civil de Guadalajara Dr. Juan I. Menchaca permite el conocimiento de características generales y clínicas de estos eventos, que podrían permitir la planeación y diseño de programas de promoción y prevención de quemaduras en esta etapa de la vida, y también la revisión de las medidas conocidas al respecto, dirigidas a niños, adultos y al ambiente (Tabla 6). Un aspecto que debería promoverse es la incorporación en el currículo preescolar y escolar de las medidas preventivas para las quemaduras, tal como se estipuló anteriormente con la educación vial.
Responsabilidades éticas.
Protección de personas y animales. Los autores declaran que para esta investigación no se han realizado experimentos en seres humanos ni en animales.
Confidencialidad de los datos. Los autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes.
Derecho a la privacidad y consentimiento informado. Los autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes.