SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.32 número2Estrés oxidativo y diabetes mellitus índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • No hay artículos similaresSimilares en SciELO

Compartir


REB. Revista de educación bioquímica

versión impresa ISSN 1665-1995

Rev. educ. bioquím vol.32 no.2 Ciudad de México jun. 2013

 

Editorial

 

Las evaluaciones de ingreso

 

La evaluación es muy difícil aun cuando se trata de evaluar algo que se enseñó durante un curso. Pero la tarea de predecir con la evaluación si la persona será un buen candidato y funcionara bien en los programas es mucho más complicada.

Lo anterior se complica aún más cuando se enfrenta la exigencia del sistema de tener una gran cantidad de alumnos que ingresan y una optima eficiencia terminal; es decir, la exigencia de que se ingresen a muchos y que todos terminen bien y a tiempo.

A reserva de discutir y polemizar en otro momento sobre la pertinencia, motivaciones y consecuencias de estas exigencias del sistema, es conveniente reflexionar brevemente al respecto de la evaluación en sí misma.

Seleccionar correctamente al candidato que dará una eficiencia terminal satisfactoria no es nada fácil, ya que los elementos que necesitamos son variados y difíciles de evaluar. Evidentemente quisiéramos un aspirante con excelente memoria, con sólidos y amplios conocimientos del área, con adecuada integración de conceptos, buena estructura lógica de su pensamiento, buen manejo de su expresión oral y escrita, leer y escribir satisfactoriamente en inglés, correcta inteligencia emocional, capacidad para concentrarse y una motivación profesional y personal. Sin embargo, de nuestro precario sistema educativo solo de vez en vez encontramos alumnos con un perfil como el anteriormente descrito. Y no estamos diciendo que no hay capacidad en el estudiante de nuestro país, estamos diciendo que el propio sistema educativo se encarga de que esos perfiles sean escasos.

Lo anterior hace que nuestros problemas sean mayores, porque trabajando intensamente en promociones y tareas de acercamiento de candidatos al programa y aun logrando tener muchos candidatos a un programa, la probabilidad de que en un buen porcentaje de ellos se cubran satisfactoriamente todos los elementos del perfil es baja. Generando una disyuntiva: si acepto a muchos y seguramente muchos sin las características, lo que seguramente reducirá la eficiencia terminal o si acepto a pocos con las características correctas mejorando la eficiencia terminal y afectando los números de ingreso.

Hay muchos elementos a considerar, las instituciones y los diferentes programas lo resuelven de diversas maneras, lo que resalta aun más las dificultades intrínsecas que se enfrentan. Los sistemas de educación prácticamente obligan a que una vez que se ingresa el alumno debe de terminar, asegurando la eficiencia terminal y promoviendo el ingreso, hecho que genera finalmente la formación de profesionistas sin la preparación adecuada. La realidad ha mostrado que aun con estas medidas la eficiencia terminal se afecta debido a las deserciones, evidentemente menos que con las reprobaciones, pero no parece ser la solución, aunque para algunos funcione.

La siguiente encrucijada es, dado que no tendré alumnos con todos los aspectos que sería deseable cubrir, entonces ¿Qué aspectos evalúo? Sin duda un gran problema.

Los programas que evalúan preferentemente conocimientos, con frecuencia enfrentan la situación de bajas calificaciones en el examen, lo cual es mayor entre más profundidad y más materias se exploran en la evaluación y con ello tienen que establecer promedios generacionales o históricos y variarlo según la oferta y la demanda de ingreso; dando la impresión que no se cubren los requisitos de un ingreso homogéneo y una exigencia académica y si ese es el caso, afectando la eficiencia terminal y aumentando las dificultades que el alumno enfrentará en el desarrollo del plan de estudios del programa. Por otro lado, de aplicar el criterio de evaluación predefinido se estará seleccionando a menos aspirantes pero con conocimientos firmes, con el riesgo de dejar fuera quien en ese examen no pudo mostrar cierto tipo de conocimientos, aun cuando tuviera otras características adecuadas y deseables, es decir tendríamos fuera a algunos aspirantes que hubieran podido hacer un buen papel en el programa.

Otros programas optan por examinar si el aspirante cuenta con herramientas y habilidades básicas: de lenguaje (lectura-comprensión y redacción), de matemáticas elementales y de lógica básica. Estas evaluaciones frecuentemente se acompañan con exámenes psicológicos y de conducta o en otros casos con entrevistas o seminarios y el análisis de sus cartas de motivos, las cartas de recomendación y su historial académico. Todo lo cual trata de explorar las motivaciones personales, vocacionales, su capacidad de ejecución de objetivos y su inteligencia emocional. En este caso se privilegia la evaluación de las capacidades elementales del aspirante, restándole importancia a los conocimientos previos que pueda demostrar en un examen, esta evaluación es más acorde con la idea de buscar un aspirante con habilidades y posibilidades de ejecutar y aprender, pero sin duda es más permisivo para que aspirantes sin capacitación puedan ingresar, es decir es posible que esta evaluación deje entrar a aspirantes que posiblemente no logren su eficiencia en el programa por falta de conocimientos.

Por supuesto que la aplicación de los dos enfoques en la evaluación (conocimientos y habilidades básicas) es una forma como los programas evalúan el ingreso. Esta modalidad es relativamente extenuante para los aspirantes y suele arrojar resultados difíciles de hacer compatibles sin un patrón de análisis correcto. Los programas que aplican esta modalidad dual tienen que trabajar exhaustivamente en la generación de los algoritmos adecuados para ponderar los resultados obtenidos de las diferentes áreas evaluadas. Hay programas que escalonan la aplicación de los exámenes y no permiten el avance del aspirante si no aprueba la fase anterior, lo más frecuentemente observado es que se inicie con la fase de habilidades básicas y después la de conocimientos. En otros programas se tiene toda la información y se pondera con un algoritmo solo conocido por sus comités de admisión y que ponderará lo que al programa interesa y con los riesgos ya mencionados. Los resultados de esta evaluación mixta dependen del algoritmo, ya que de dar mucho peso a una u otra área se comportará con las virtudes y defectos ya indicado para cada una de ellas, pero sin duda ofrece la oportunidad de conocer mejor al candidato y entender mas a detalle las características del mismo para una toma de decisiones en base a elementos objetivos.

Como podemos derivar de la pequeña visión mostrada, la evaluación de ingreso es todo un reto y eso sin tocar el tema de la generación de los exámenes que tendrían que tener características de estar diseñado como opción múltiple, ser objetivo, confiable, calibrado y encontrarse validado. Pero de ello podemos ahondar posteriormente.

Lo que es claro es que los integrantes de los programas tenemos que trabajar intensamente y muchas veces con pocos elementos de especialización en el área para logar la generación de sistemas de evaluación de ingreso, lidiando con la presión de la demanda y la oferta, adicionalmente a las presiones de las instituciones que requieren resultados óptimos en todos los aspectos, aun cuando las mismas instancias no son capaces de asegurar una adecuada formación en los niveles inmediatos anteriores. Sin duda tenemos que trabajar en opciones confiables y en algoritmos adecuados para la selección de nuestros aspirantes a los programas de pregrado y posgrado.

 

Dr. José Víctor Calderón Salinas
Departamento de Bioquímica
Centro de Investigación y Estudios Avanzados

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons