Introducción
Llevar a cabo una investigación que se ubique dentro del periodo novohispano es un gran reto y un desafío, pues la mayoría de las veces no se cuenta con las fuentes históricas necesarias para un análisis de nuestro objeto de estudio. En la historiografía campechana, son escasos los trabajos históricos con rigor científico sobre la reconstrucción histórica de Campeche durante el periodo colonial. En este sentido, es importante señalar que las fuentes históricas que se requieren para estudiar el periodo colonial son las que se encuentran en los archivos tanto parroquiales como notariales, así como en los documentos generados por la Santa Inquisición, las cofradías, etcétera.
El presente artículo se hizo con base en la documentación localizada en el Archivo Histórico de la Diócesis de Campeche (AHDC). Se eligió el templo de Nuestra Señora de la Purísima Concepción por ser el primero y el más importante de la villa. Una vez expuesto lo anterior, es pertinente clarificar la siguiente interrogante: ¿qué tipo de patrones se dieron durante el registro de los niños expósitos en esta parroquia? Una vez identificado lo anterior, se podría estimar la población de infantes que no eran reconocidos por sus padres y eran entregados al cuidado de la Iglesia. Esto es de vital importancia, pues nos permitirá entender mejor la jerarquía de la Iglesia en esos momentos y la manera en la que influía en cada una de las etapas de la vida de los hombres: nacimiento, reproducción y muerte.
Ahora, son escasas las investigaciones de carácter científico que tratan temas relacionados con la villa de San Francisco durante la Colonia y, en particular, sobre los niños abandonados por sus padres. En este sentido, considero de gran importancia los resultados de esta investigación. Para tal efecto, se enumeran los siguientes objetivos: 1) identificar los nacimientos que se registraron en la parroquia de Nuestra Señora de la Purísima Concepción en la villa de San Francisco de Campeche, durante el periodo comprendido entre 1638 y 1700, y 2) analizar los patrones de los nacimientos que fueron tipificados como hijos de la Iglesia o niños expósitos en la villa de San Francisco de Campeche durante la etapa de los Habsburgo.
Hay que destacar que la cantidad de niños bautizados en el templo de Nuestra Señora de la Purísima Concepción de la villa de San Francisco de Campeche con la tipificación de niños expósitos fue considerable -posiblemente llegó a 40 por ciento-. Esto se debió a que la villa fue un puerto de gran importancia para la economía de la región y, como consecuencia, había mucha población flotante. Los bautizados siempre fueron registrados con un nombre religioso y tuvieron como padrino o madrina a personas importantes dentro de la estructura social novohispana.
Metodología
Llevar a cabo una investigación que se enmarque en el periodo novohispano presenta varias dificultades metodológicas, entre las cuales se pueden señalar las siguientes: en primer lugar, el acceso a la información, pues la mayoría de las veces los archivos parroquiales no están disponibles para consulta; en segundo, la escasez de documentos o libros del periodo colonial que se conserven en buenas condiciones físicas, y en tercero, la poca legibilidad de los documentos y la caligrafía de los escribanos de la época que los elaboraron, todo lo cual dificulta el desarrollo de la investigación.
Se analizaron fuentes primarias de la serie bautismos del Archivo Histórico de la Diócesis de Campeche; se consideraron los siguientes libros: libro 1, “Parroquia de Sagrario”, octubre 1638-octubre 1690, caja 1; libro 2, “Libro de Bautismo de esta villa de Campeche”, 1658-1678, caja 1; libro 3, “Bautismo de los negros, mulatos, indios, naboríos, criados de españoles”, 1675-1707, caja 1, y libro 5, “Bautismo de Españoles y Mestizos”, Santa Iglesia Parroquial de la Villa de Campeche, noviembre de 1690 a octubre de 1707, número de fojas 161, caja 2. De igual forma, se hizo un minucioso análisis de artículos y libros relacionados con el tema.
De los 3 039 registros de bautizados en la parroquia, en ninguno aparece el nombre del sacerdote o sacerdotes que realizaron el sacramento, sólo el del escribano que generó la anotación. En ocasiones, este último especificaba cuando el niño era bautizado por necesidad, y escribía el nombre de quien había efectuado el sacramento; en estos registros se logró identificar tanto a párrocos, como a personas civiles.1 Sin embargo, en algunas actas de defunciones sí aparece el nombre del sacerdote. En general, durante la etapa de los Habsburgo, los escribanos no proporcionan mucha información en los libros de bautizos, defunciones y matrimonios. Entre los escribanos, podemos destacar a Francisco Calderón de Campos, Baltasar Pérez, Francisco de Escobar, don Martín. En cambio, durante el periodo de los Borbones, se vislumbran muchos más datos, como la edad, el nombre de los padres, su descendencia, su oficio, su origen, en dónde viven, la casta a la que pertenecen, por citar algunos datos.
Se tuvo que acudir a las bondades de la paleografía para poder hacer la transcripción de los documentos, así como la interpretación de las abreviaturas utilizadas por los escribanos que elaboraron los registros de los bautizos de los niños durante el siglo XVII en la villa de San Francisco de Campeche.
En las siguientes líneas se hará la transcripción de un registro de bautizo de la parroquia del Sagrario, con la idea de poder identificar las características de los escribanos, al momento de realizarlo:
[…] en Veinte de octubre De mil y seiscientos treinta Y nueve. Bautice Puse olio Ycrisma a Domingo hijo de Don Diego y Da Anna Euan, fueron padrinos Matheo congo esclavo del cappitan Calvo. Y Gracia conga exclava de Doña Maria tello, albertirles parentesco y doctrina Y lo firme Yt supra.
Br. Juan Cano.2
Resultados
Contexto y delimitación del tema
Espacio
La presente investigación se encuentra insertada en el espacio identificado como la villa de San Francisco de Campeche, hoy conocida como la ciudad de San Francisco de Campeche. La fundación de la villa se dio a finales de 1540 o principios de 1541; tal acontecimiento fue de vital importancia para los planes de conquista de los españoles, pues fue el primer paso para consolidar su dominio en el territorio mesoamericano.3 La villa4 fue fundada por Francisco “el mozo”, hijo del Adelantado, el 4 de octubre de 1540.5
Tiempo
La investigación se desarrolló de 1638 a 1700, prácticamente el periodo en donde la dinastía de los Habsburgo tuvo injerencia directa durante el proceso de colonización del nuevo territorio, que a la postre se conocería como la Nueva España. Se toma como inicio 1638, porque es el registro más antiguo que se tiene de la partida de bautizos de la villa, y se considera 1700 como año de terminación porque con él concluye la etapa de los Habsburgo.
La Villa de San Francisco de Campeche
Yucatán fue descubierta gracias al teniente Gobernador de Cuba, Diego de Velázquez, quien comisionó, en 1517, a Francisco Hernández de Córdoba, con tres navíos y aproximadamente cien hombres para lograr su cometido.6 Como se dijo, la villa fue fundada a finales de 1540 o principios de 1541, bajo la dirección de Francisco el Mozo, quien, una vez logrado esto, convocó a todos los caciques mayas de la región para renovar el juramento de lealtad a los españoles que habían hecho con anterioridad. Los únicos que no lo hicieron fueron los caciques Na Pot Canché Canul y Na Chan Canché Canul, señores de los pueblos de Tenabo y Calkiní.7 Tales acciones perjudicaban notablemente las pretensiones de los españoles, por lo que, de manera inmediata, el capitán general Montejo estableció como alternativa atacar a los insubordinados y, para ello, envió a su primo, el capitán Francisco Montejo el sobrino, quien se dirigió a la provincia de Acanul y, después de varios enfrentamientos, logró someter a los rebeldes. Al parecer, Na Pot Canché Canul falleció, y Na Chan Canché Canul8 fue privado de todos sus derechos; en su lugar, se nombró a Nabatun Canche Canul como cacique de la provincia de Acanul.9
Es pertinente señalar que el Gobierno y Capitanía General de Yucatán quedó dividido por Mérida, Valladolid, Salamanca de Bacalar y la Villa de San Francisco de Campeche. En estas cuatro regiones se concentró la mayor cantidad de españoles.10 Los ayuntamientos, en general, estuvieron conformados de la siguiente manera: “dos alcaldes ordinarios y de la Santa Hermandad, alguacil mayor, alférez mayor, regidores, fiel ejecutor, depositario general, procurador general y escribano”.11 Dichos cargos no fueron aplicados en su totalidad y cada ayuntamiento variaba en sus nombramientos. En el caso de la villa, el gobierno se componía de dos alcaldes ordinarios, un alguacil mayor, un alférez mayor, cinco regidores y un procurador general, el cual era elegido por los alcaldes. En la villa se establecieron tres compañías de infantería española: “las dos se forman de los vecinos, y una de los forasteros, hay otra de mulatos y ocho de indios piqueros y flecheros”. Las dos regiones que lograron destacar fueron Mérida y San Francisco de Campeche; la primera, por ser la capital de la provincia, en donde se estableció la sede del gobierno de todo Yucatán, y la segunda por su importancia comercial. Cabe agregar que, en el caso de la villa de San Francisco de Campeche, el alcalde era también el teniente de capitán general.12
La vida cotidiana de Campeche estaba íntimamente ligada a las actividades marítimas del Golfo de México. Por esta razón, en la villa de San Francisco de Campeche poco a poco se fue consolidando un importante desarrollo comercial. Del puerto se exportaban sal, mantas de algodón, palo de tinte, cera, añil, jarcia, grana, y se importaban telas de vestir, armas, vajillas, loza, materiales para la industria, drogas, comestibles, vajillas de plata. Todos estos productos se comercializaban con España y con las colonias cercanas.13 Con base en Piña Chan, a mediados de siglo XVI, los colonos se dedicaron a “desarrollar la agricultura, el comercio, y otras, industrias; se introdujeron mulas y cerdos que se sumaron a carneros y gallinas introducidos con anterioridad; a la vez que se trajeron naranjas, limones, limas, dátiles, plátanos, cocos y mameyes, de España y de las Indias Occidentales”.14
A decir de Aznar Barbachano y Carbó, la población campechana se “dedicaba al comercio, a la navegación, a la pesca, a la construcción naval, al corte de palo de tinte, a la explotación de las salinas y otros trabajos duros y de riesgo”.15 De igual forma, para 1650, en el barrio de San Román, se logró establecer un astillero “con buenos carpinteros y calafates, que producían buenas construcciones navales”.16 Gracias a los armadores, don Diego García de la Gala y don Antonio Maldonado de Aldana, y a excelentes carpinteros locales de ribera, la marina campechana empezó a progresar notablemente.17
Todo esto provocó que la Villa sufriera varios ataques de piratas, corsarios, bucaneros y filibusteros,18 con la principal finalidad de saquear la provincia y de despojarla de las riquezas que se comercializaban en el puerto. Es necesario recalcar que estos saqueadores eran un conjunto de marinos europeos cuyo principal objetivo era atacar las embarcaciones y las colonias españolas, y limitar el comercio existente entre España y sus posesiones.19 La villa fue atacada en seis ocasiones -1560, 1561, 1597, 1633, 1663 y 1678- sin tardar más de tres días, y fue tomada dos veces, tardando más de dos días: en 1663 (19 días) y en 1685 (56 días).20
La ciudad y su población
De acuerdo con Leal Sosa, podemos afirmar que en “el trazo de las primeras ciudades coloniales los conquistadores emplearon como norma general el trazado en cuadricula o damero, que correspondía al modelo clásico, y al modelo regular, así como las variantes de ambos”.21 Desde su fundación, la villa de San Francisco tendía a crecer de manera horizontal, frente al mar; fue ahí donde se ubicaron los grupos sociales más poderosos.22
La villa de San Francisco de Campeche fue una población colonial española y, como tal, su traza urbana seguía los cánones establecidos en Europa: el parque principal, la iglesia parroquial, el palacio de gobierno y, a su alrededor, las familias adineradas. Entre las características arquitectónicas generales de los siglos XVI y XVII se destaca el uso de la piedra calcárea, techos altos, construcciones espaciosas, muros anchos de mampostería, techos de vigas de madera, casas de un solo piso, elementos decorativos sólo en portada (especialmente en las jambas de piedra labrada en el XVII), y muy sencillas. Durante el siglo XVI y principios del XVII, las casas eran de mampostería, y se establecieron un total de 13 manzanas en el norte y quince en el sur.23 Con base en el plano más antiguo de Campeche, efectuado en 1623 por Nicolás Cardona, se señala: “La villa sólo tiene siete hileras de casas distribuidas con cierta regularidad, tiene una construcción muy cerca del mar y una iglesia vecina a la plaza, al suroeste de la villa e inmediato a la costa hay otro fuerte por el rumbo de San Román y la pescadería”.24 Basándonos en el plano enviado por el gobernador de Yucatán, Juan Francisco de Esquivel, se sabe que en 1664 la villa era:
[…] más amplia en su traza cuadriculada, compuesta por veinte manzanas en el sentido del mar a la tierra. En ella quedaban comprendidos la plaza principal, la parroquia, la audiencia, las ermitas del Jesús y de San José, el hospital de San Juan de Dios, el puente, la Mejorada y la iglesia de Guadalupe, así como el convento de San Francisco y la iglesia de San Román, en las afueras de la ciudad. También se observa el fuerte de San Bartolomé, la fuerza principal, con su lienzo de muralla frente a la plaza, y el fuerte de San Benito, hacia la playa de San Román.25
Durante el periodo colonial, la ciudad intramuros albergó a la clase con poder adquisitivo: los europeos, quienes eran navieros, comerciantes y hacendados. En el sector extramuros habitaban los restantes grupos étnicos: los mayas, en campechuelo -hoy San Francisco-; en el barrio de San Román vivían indios descendientes de aztecas -que habían sido traídos a la región-, y en el barrio de Santa Ana corría sangre descendiente de negros y mulatos.26
Respecto a la población establecida en la villa de San Francisco de Campeche, podemos mencionar lo siguiente: la villa quedó poblada con treinta conquistadores;27 en 1548, veinte vecinos con doscientas casas;28 a finales del siglo XVI, Campeche contaba con más de 86 españoles o criollos.29 Es interesante el dato que proporciona Peter Gerhard, en el que se hace una estimación, en 1517, de 3 000 casas, lo que representaría un mínimo de 35 000 personas. Para 1548, el número registrado de tributarios fue de 630, lo que representa unas 2 500 personas. El número de españoles se fue incrementando de manera lenta y paulatina; para 1639, había 300 vecinos, incluidos mulatos y mestizos. En el caso de la población no española, era probablemente de 2 000 personas a mediados del siglo XVI, y para 1580, no pasaban de 1 800. En el censo de 1688 se registraron 1 465 familias. A finales del siglo XVIII, la población total y de sus alrededores era de 17 000; posiblemente, 8 200 entre españoles y mestizos y 1 800 negros y mulatos.30
Nuestra Señora de la Purísima Concepción
Como parte importante de la conquista espiritual, se tuvo que fundar una parroquia en donde los españoles pudieran escuchar misa y recibir los Santos Evangelios, y se pudiera llevar a cabo la cristianización de los nativos. Para tal efecto, se edificó el primer templo que llevó por nombre Nuestra Señora de la Purísima Concepción. Aunque no se tiene una fecha exacta de su fundación, se cree que ésta ocurrió en “mil y quinientos y cuarenta, por un auto del capitán general D. Francisco de Montejo, fecho en Mérida el de cuarenta y dos siguiente, en donde dice que hizo la erección de ella con título de la Concepción de la Virgen Santa María Señora nuestra”.31
Con base en Leal Sosa,32 se sabe que la parroquia se construyó con materiales de la región, como palma y bajareque. Para 1546 y con la llegada de los primeros franciscanos, iniciaron la construcción de una capilla abierta en el mismo templo de la Purísima Concepción, con una nave techada y elaborada con materiales perecederos de la región; el presbiterio fue construido de canto y cal.
Por mucho tiempo el templo no sufrió grandes modificaciones; sin embargo, entre 1650 y 1656 se empezaron a dar las primeras transformaciones: “por ser una iglesia tan corta, se comenzó a fabricar otra muy capaz y aunque se hizo gran parte de ella, ha muchos años que cesó la obra, por no haber rentas particulares para su fábrica”.33
A decir de Ojeda Mas y Huitz Baqueiro, y con base en las cimentaciones de la planta arquitectónica de la parroquia, se puede considerar
[…] una nave rectangular, con el cuerpo del campanario al frente y adosado al costado izquierdo de la nave. El baptisterio se halla en la parte posterior del cuerpo del campanario y está integrado a la nave. La sacristía en el costado izquierdo posterior de la nave se acompañaba de otras probables crujías en la parte trasera del muro testero o ábside que no se llegaron a explorar y donde estaría seguramente los aposentos para el servicio de los religiosos.34
A principios del siglo XVIII, y con las donaciones de doña Margarita Guerra, se logró concluir la edificación de la parroquia y fue bendecida el 14 de julio de 1705. No incluía las torres, por lo que no era del tamaño que se conoce actualmente; poseía un altar mal edificado y tenía un piso de ladrillos donde se enterraba a las personas distinguidas de la sociedad y a los clérigos.35 A decir de Cárdenas Valencia, la parroquia contaba con cinco cofradías y se ofrecían misas de manera semanal en beneficio de vivos y fallecidos. Entre las cofradías podemos destacar a las Ánimas del Purgatorio, la Purísima Concepción, la Virgen de la Soledad, la Santa Veracruz y el Santísimo Sacramento.36 El primero que fue enterrado en la bóveda de la parroquia se registró de la siguiente manera: “seis de octubre de mil Setecientos y sinco: murió el Capp. Ju de frias Zalazar, marido que fue de Da Ma farias Zalazar recivio los Santos Sacra.tos y testo y se enterro en la Santa iglesia parrochial de esta Villa; fue el primero que se enterro en la bóveda de dicha iglesia nuestra”.37
Niños expósitos de Nuestra Señora de la Purísima Concepción
La base de la sociedad novohispana fue la familia, y la idea de familia que establecieron los españoles en el nuevo territorio estuvo fundamentada en una “estructura de parentesco muy extensa y en la cual las relaciones a través de la mujer se reconocían tanto como las que existían a través del varón”.38 En este sentido, el modelo que se estableció fue el que se conoce como familia nuclear, en donde se construye una fuerte relación de la triada padre-madre-hijos,39 y cuyo objetivo primordial es perpetuar el linaje.
Cecilia Rabell define a la familia como el grupo de personas que viven en una misma casa y “que conforman un núcleo de reproducción (madre y padre con o sin hijos; madre o padre e hijos) (y) cuando hay otras personas que conviven en la misma casa pero no forman parte del núcleo de reproducción”.40
Es importante señalar que el concepto de familia va a estar constituido y justificado por la percepción cristiana, y es contemplado dentro de un marco legislativo.41
El matrimonio desempeñó un papel muy importante en la sociedad novohispana, pues por medio de éste se podía garantizar la hegemonía política, económica y social de las familias. De acuerdo con Ott, el matrimonio va a ser el séptimo sacramento y será considerado como un acto religioso en donde se aceptaba la unión del hombre y de la mujer. En estos términos, la mujer aceptaba, libre y cristianamente, unirse a su esposo.42
Sanchiz establece algo similar, ya que percibe el matrimonio como un sacramento de la Iglesia mediante el cual se establece un pacto entre los hombres y Dios, es decir, no era sólo un compromiso entre hombres.43 Esto es muy importante si tomamos en cuenta que los romanos consideraban el matrimonio como una relación civil.44
Por su parte, Manuel Miño define el matrimonio como una estrategia para llevar a cabo alianzas entre las familias importantes que se encuentran en el poder, y, con ello, mantener su hegemonía dentro de las élites. En este sentido, el matrimonio ya no se relaciona con el amor -como lo afirma Santo Tomás de Aquino-, sino que se asocia con la legitimidad y la herencia de las propiedades.45
La descendencia durante el periodo novohispano se clasificaba en hijos legítimos o ilegítimos, dependiendo de si existía o no un matrimonio previo. Los legítimos eran concebidos dentro de esta institución; los ilegítimos se dividían en naturales y espurios. Los primeros “eran los nacidos de hombre y mujer que al tiempo de su concepción o de nacimiento podían casarse sin dispensa: y espurios todos los demás ilegítimos que no son naturales, esto es, los incestuosos [...] los sacrilegios [...] y los mánceres”.46 Dentro de este grupo, podemos contemplar a los hijos expósitos o hijos de la Iglesia, cuyos padres no los reconocían y eran dejados a su suerte en la iglesia.
En este sentido, “el concepto de ‘expósito’ era de uso común en el contexto hispanoamericano y designaba como tal al niño o niña abandonada a las puertas de las iglesias y en las casas particulares o bien en lugares públicos”;47 el motivo, generalmente, era no poder criarlos o para que no se supiera que eran hijos suyos.
Al respecto, Pilar Gonzalbo Aizpuru refiere lo siguiente:
La casa de niños expósitos de Madrid, conocida comúnmente con La inclusa, había sido fundada en 1587 y su administración y mantenimiento estuvo a cargo de una cofradía de señores principales de la corte que se reunían en el convento de La Victoria. En esa casa se recogían niños abandonados (expuesto o expósitos en las puertas de las iglesias o conventos) a quienes se bautizaba y se añadía a su nombre el apellido, común a todos ellos, de Expósito.48
Es importante señalar que dichos lugares desempeñaron un papel fundamental para lograr incorporar a los niños expósitos a las actividades cotidianas de la sociedad: a los niños se les enseñaba un oficio y a las niñas tareas vinculadas a las actividades de las mujeres.
Tratar el tema de los niños expósitos durante la Colonia no es fácil. Las fuentes no abundan ni son tan explícitas, pero, sobre todo, se ignora qué sucede con los niños registrados como expósitos. Por ello, las siguientes líneas se enfocarán en analizar a los niños expósitos de la villa de San Francisco registrados en la parroquia de Nuestra Señora de la Purísima Concepción. El análisis se hará con base en los cuatro libros de bautizos en los cuales se les empadronó. Primero, se dará el registro de los niños bautizados, y luego se procederá al análisis de los expósitos.
De acuerdo con los libros 1, 2, 3 y 5, que comprenden el periodo de 1638 a 1700, se reconocieron un total de 3 039 bautizos, de los cuales 1 506 fueron femeninos y 1 533 masculinos (véase Grafica 1). Sólo uno fue registrado como adulto de nacionalidad inglesa.49
Fuente: elaboración propia con base en los cuatro libros de bautizos de la iglesia de Nuestra Señora de la Purísima Concepción, del periodo de 1638 a 1700 (AHDC).
Podemos identificar que se llevaron a cabo 454 bautizos tipificados como niños expósitos o hijos de la Iglesia; 233 fueron femeninos y 221 masculinos. El mayor registro se dio en 1688, con 39 bautizados (21 femeninos y 18 masculinos), mientras que las anotaciones más bajas se dieron en 1644 (1 femenino); 1647 (1 masculino); 1660 (1 femenino), y 1696 (1 masculino). Se debe agregar que se bautizó a Sebastián y a Isabel como expósitos de un solo vientre.50 Asimismo, se lograron identificar cinco casos en donde el escribano especificó que los niños fueron abandonados en la casa de un particular (1697, una niña y un niño; 1698, una niña, y 1700, dos niñas). Como ejemplo, podemos hacer referencia al caso del bautizo del niño Juan, abandonado en la casa del capitán Esteban Pérez del Hoyo, quien fungió como su padrino,51 y el de Cristóbal, expósito a las puertas de la casa de Isabel García, cuyo padrino fue don Baltasar Miguel de Menguia.52
En el Cuadro 1 se observan los casos de bautismos de niños expósitos considerando el grupo étnico y la condición social a los que pertenecían.53 Para 1659, se registró a una niña como española, mientras en que 1688 se bautizó a un niño identificado como pardo y una niña como laboría. Al año siguiente, se reconoció una niña identificada como india y un niño como esclavo. Para 1693, se bautizó un niño como indio y otro como moreno. Finalmente, para 1696 y 1699 se reconoció a dos niñas como españolas. En las demás anotaciones, los escribanos no especifican ni la etnia ni la condición social a las que pertenecían.
Año | Femenino | Masculino |
1659 | 1 española | |
1688 | 1 laboría | 1 pardo |
1689 | 1 india | 1 esclavo |
1693 | 1 indio 1 moreno |
|
1696 | 1 española | |
1699 | 1 española |
Fuente: elaboración propia con base en los cuatro libros de bautizos de la iglesia de Nuestra Señora de la Purísima Concepción, del periodo de 1638 a 1700 (AHDC).
En las siguientes líneas, se presentan seis gráficas en las que se analiza a detalle cómo se fueron dando los bautizos en la parroquia durante la etapa de los Habsburgo.
En la Gráfica 2 se logró identificar que los bautizos en la parroquia no superan 40 por ciento; el índice más alto se dio en 1638 con un total de 36 registros (16 femeninos y 20 masculinos); en 1639 hubo 34 (19 femeninos y 15 masculinos), y en 1648 se presentó el índice más bajo, con tan sólo 5 bautizados (2 femeninos y 3 masculinos). Respecto a los niños expósitos, se logró determinar que los años con mayor presencia fueron 1638 (2 femeninos y 5 masculinos); 1639 (1 femenino y 6 masculinos), y 1640 (3 femeninos y 4 masculinos). En 1647 sólo se registró un niño expósito. Cabe resaltar que en junio de 1648 llegó la peste a la Villa. Y durante el periodo 1648-1654, la península sufrió de marea roja, sequía, peste y hambruna.
Fuente: elaboración propia con base en AHDC, Serie: Bautizos, libro 1, Parroquia de Sagrario, octubre 1638-octubre 1690, caja 1; libro 2, Libro de Bautismo de esta villa de Campeche, 1658-1678, caja 2.
De acuerdo con la Gráfica 3, en 1658 se tuvo el nivel más alto de bautizos: 77 (38 femeninos y 39 masculinos) y en 1654 el índice más bajo: 14 registros (6 femeninos y 8 masculinos). Respecto a los niños expósitos, la mayor cifra se presentó en 1658 (9 femeninos y 7 masculinos) y 1659 (10 femeninos y 6 masculinos); para 1657, se tuvo la anotación más baja (2 femeninos). Como ya se mencionó, entre 1648 y 1654 la península se vio afectada por varias catástrofes: marea roja, sequía, peste y hambruna, y, en 1659, fue azotada por la viruela y el sarampión, lo que provocó una disminución de la población.
Fuente: elaboración propia con base en AHDC, Serie: Bautizos, libro 2, Libro de Bautismo de esta villa de Campeche, 1658-1678, caja 2.
En el periodo 1660-1669 (Gráfica 4), se logró identificar un total de 263 bautizos (122 femeninos y 141 masculinos); 1667 y 1669 denotaron los índices más elevados, registrando 50 (23 femeninos y 27 masculinos) y 49 (18 femeninos y 31 masculinos), respectivamente. En el caso de los niños expósitos, 1667 y 1669 tuvieron los índices más altos: 2 femeninos y 9 masculinos, y 4 femeninos y 8 masculinos, respectivamente. En 1660, sólo se reportó una niña expósita. Durante estos diez años se dio el registro más bajo de niños expósitos, con un total de 30 (15 femeninos y 15 masculinos). Finalmente, entre 1663 y 1664 no existe ningún registro de bautizo en la parroquia. Podemos hipotetizar que esto se debió a los ataques y saqueos que vivió la Villa en 1663; uno duró tres días, pero el segundo se prolongó 19 días. También debe considerarse el ataque de langostas que sobrellevó la villa ese mismo año. Además, la península se vio afectada por una fuerte sequía (1661) y por la presencia de la viruela (1669).
Fuente: elaboración propia con base en AHDC, Serie: Bautizos, libro 2, Libro de Bautismo de esta villa de Campeche, 1658-1678, caja 2.
En la Gráfica 5 se muestra un total de 406 bautizados (213 femeninos y 193 masculinos); el índice más alto se presentó en 1676 con 86 registros (51 femeninos y 35 masculinos) y en 1674 el menor registro, con 17 (7 femeninos y 10 masculinos). Por su parte, en 1679 se confirmó a 22 expósitos (13 niñas y 9 niños) y en 1674 a tan sólo 2 niños (as), con el mismo apelativo. Durante 1672 y 1673, no se dio ningún registro por parte de los escribanos. En 1672, Laurent Graff “Lorencillo” desembarcó en el barrio de San Román y quemó dos naves de los astilleros. Para 1673, se desconoce las razones. A pesar de que en 1678 la villa fue saqueada sin tardar más de tres días, se reconocieron 67 bautizos (31 femeninos y 36 masculinos).
Fuente: elaboración propia con base en AHDC, Serie: Bautizos, libro 2, Libro de Bautismo de esta villa de Campeche, 1658-1678, caja 2; libro 3, Bautismo de los negros, mulatos, indios, naboríos, criados de españoles, 1675-1707, caja 1.
En la Gráfica 6 se identificaron 440 registros de bautizos (218 femeninos y 222 masculinos). El mayor índice se dio en 1688, con 140 registros (62 femeninos y 78 masculinos), y 1680 representó el índice más bajo, con tan sólo 3 registros (2 femeninos y 1 masculino). Para 1685, solamente hubo 8 bautizados (4 femeninos y 4 masculinos); 2 de ellos (1 femenino y 1 masculino) en calidad de expósitos. Estos índices bajos los podemos asociar al ataque y saqueo que sufrió la Villa durante 56 días ese mismo año. Ahora, en 1688 se reportó la cifra más alta de niños expósitos, con 39 bautizados (21 femeninos y 18 masculinos). Sin embargo, entre 1682 y 1684 no existe ninguna referencia de algún registro en la parroquia, y se desconocen las razones o motivos.
Fuente: elaboración propia con base en AHDC, Serie: Bautizos, libro 3, Bautismo de los negros, mulatos, indios, naboríos, criados de españoles, 1675-1707, caja 1.
En la última década de la dinastía de los Habsburgo, se reflejó un alto registro en los bautizos: 1 328 (650 niñas y 678 niños); cabe señalar que en 1700 se bautizó a un adulto de nacionalidad inglesa. El año con mayor porcentaje fue 1694; se lograron 176 registros (90 femeninos y 86 masculinos), y para 1690 solamente 81 (3 femeninos y 43 masculinos). Respecto a los niños expósitos, esta década también representó el índice más alto con 129 (60 femeninos y 68 masculinos). El mayor registro se dio en 1700, con 18 expósitos (9 femeninos y 9 masculinos); 1695 mostró la cifra más baja (4 femeninos y 1 masculino).
En el caso de los padrinos, tenemos 2 115 (1 058 femeninos y 1 057 masculinos); es importante destacar que hubo padrinos que registraron más de un niño. Éste fue el caso del capitán Juan Ambrosio Patrún y su mujer, doña María Badal, quienes bautizaron a Leonarda,54 Manuela,55 Francisca56 y Antonia;57 así también lo hicieron el licenciado Francisco de Espinosa y su mujer, doña Magdalena González, que bautizaron a Pedro58 y a Nicolasa;59 y el regidor don Luis Izquierdo de Rivera y su mujer, doña Ana de Bejarano, quienes bautizaron a Pedro,60 Francisca61 y María.62
En 1679, aparece especificado que los padrinos son de origen indio, y en 1696 se les anota como pardos. En los demás años, los escribanos no especifican su origen étnico; sin embargo, con base en el grado, nombramiento civil o militar, se puede deducir que 278 padrinos eran españoles o de origen español. Cinco fueron religiosos (3 frailes, 1 vicario y 1 presbítero), 79 civiles (36 alféreces, 12 licenciados, 7 bachilleres, 3 secretarios, 2 ayudantes, 2 regidores, 4 alféreces mayores, 4 alcaldes, 3 tesoreros y 1 alguacil mayor) y 199 militares (170 capitanes, 13 sargentos y 16 sargentos mayores). Como ejemplos tenemos el bautizo de Petrona, cuyo padrino fue fray Mateo de Media, religioso de la orden de San Francisco;63 a Mariana y su padrino, el capitán y defensor de los naturales Francisco Crespo,64 y a Domingo (pardo), cuyos padrinos fueron el alférez Juan de Benavides y doña Mariana del Coronado.65
Fuente: elaboración propia con base en AHDC, Serie: Bautizos, libro 3, Bautismo de los negros, mulatos, indios, naboríos, criados de españoles, 1675-1707, caja 1; libro 5, Bautismo de españoles y mestizos, santa iglesia parroquial de la Villa de Campeche, noviembre de 1690-octubre de 1707, 161 fs., caja 2.
En dicho periodo, 131 niños fueron registrados con dos nombres. Se debe agregar que la mayoría de los nombres que le pusieron a los niños se encuentra fuertemente vinculado con el Evangelio o con la persona que fue su padrino o madrina: pueden destacarse los siguientes casos: Ana Concepción, María del Rosario, Josefa María, Juana María, María de los Ángeles, Ángela Jesús, Cristóbal Antonio, Juan Sebastián, Joseph Jesús, Juan Diego, Felipe, Francisco, Pedro Francisco y Pedro Joseph.
En 79 bautizados, su nombre y apellido -o alguno de los dos- estuvieron relacionados con su padrino o madrina; como ejemplos tenemos al niño Pedro José, quien tuvo como padrino a don Pedro José Maldonado y a doña María Maldonado;66 a Magdalena, cuyos padrinos fueron don Domingo (Galereia) y su mujer, doña Magdalena Bracamonte,67 y a Felipe, que tuvo como padrinos al alférez don Felipe de la Barrera y a doña María Florencia Pacheco.68
Además, en 278 bautizos los padrinos tuvieron un estatus social, militar y religioso importante dentro de la estructura social campechana. Entre ellos, podemos hacer referencia al bautizo del niño Fernando, quien tuvo como padrinos al regidor Pedro Fernández y a doña Isabel Magaña;69 a la niña Juana, cuyos padrinos fueron el licenciado don Juan del Paso y doña María Rodríguez,70 y, por último, al niño Diego (esclavo del capitán Diego García), apadrinado por el capitán don Francisco de Aguilar y doña Lorena Enríquez.71
Discusión
Es importante poder estimar el crecimiento natural de la población de la villa de San Francisco de Campeche durante el periodo novohispano. Vale la pena decir que es un tema poco investigado. Para lograrlo es necesario analizar e interpretar las tasas de natalidad y mortandad de la población. En este sentido, los registros de bautizos y defunciones parroquiales son de vital importancia, pues permiten una aproximación a la población que vivió durante el periodo novohispano.
Un tema fuertemente relacionado con los bautizos y que no ha sido investigado es el de los niños abandonados por sus padres, ya sea por no contar con los recursos económicos necesarios para poder mantenerlos o por ser hijos no reconocidos.
Con base en los cuatro libros de bautizos de la parroquia de Nuestra Señora de la Purísima Concepción, se logró identificar un total de 3 039 bautizados, de los cuales sólo 14.93 por ciento fueron tipificados como hijos expósitos. Hasta donde se ha podido indagar, no existe ninguna investigación que trate dicho tema en la Villa de San Francisco. Es muy lamentable no encontrar información que nos indique qué sucedió, a dónde fueron canalizados para continuar con su educación o quiénes se hicieron responsables de su alimentación y de incorporarlos a la sociedad. Deduzco que, para ello, la Iglesia desempeñó un papel muy importante, gracias a las donaciones, obras pías o cofradías.
Un claro ejemplo fue el caso de la casa de niños expósitos de Madrid, conocida comúnmente como La Inclusa, y fundada en 1587. El AHDC cuenta con 39 cofradías, pero ninguna se encuentra dentro de la temporalidad de nuestro objeto de estudio ni trata el tema de los niños expósitos; sólo tocan aspectos relacionados con las cuentas, los asientos, la correspondencia, así como sobre las ánimas, almas del Purgatorio de Nuestra Señora de la Concepción, de San Román, de San José, de Guadalupe, de la Virgen del Carmen, y de los poblados de Pocixum, Lerma, Hool y Hecelchakán.
Esta investigación se enfocó solamente en la parroquia de Nuestra Señora de la Purísima Concepción, es decir, intramuros. Sería de suma importancia un análisis extramuros, en el cual se contemplara a las parroquias de San Román, Guadalupe, San Francisco y Santa Ana, para efectuar una comparación con la información intramuros. Esto es muy relevante, si tomamos en cuenta que en el sector intramuros se asentó la población que tenía el control político, económico, social y religioso de la sociedad novohispana, mientras que en el sector extramuros se establecieron quienes trabajaban en las haciendas, los muelles, las tierras, como servidumbre, etcétera.
Conclusión
Son escasas las investigaciones de carácter científico que se enfocan en el periodo novohispano de la villa de San Francisco de Campeche, en cuyo panorama destaca el tema de los niños expósitos durante la etapa de los Habsburgo.
Se lograron identificar 3 039 registros de bautizos (1 506 femeninos y 1 533 masculinos) en la parroquia de Nuestra Señora de la Purísima Concepción, y, de este total, sólo 14.93 por ciento se tipificó como expósitos. En un inicio, se había planteado que el número de expósitos sería de 40 por ciento, pero la investigación arrojó otro resultado. Se pudo determinar que 85.07 por ciento de los bautizados provinieron de matrimonios legalmente establecidos, quienes, de manera probable, podían con su manutención. No se sostiene la hipótesis de que la Villa, al ser reconocida como un puerto de gran importancia y servir como paso de mucha población flotante, provocaría que numerosos nacimientos se concibieran fueran del matrimonio, y, como consecuencia, el índice de niños expósitos fuera elevado. En este sentido, puede reconocerse el papel trascendental que tenía la religión en la sociedad campechana, la cual influía en el ciclo de vida del hombre: nacimiento, vida y muerte. Los concilios provisionales desempeñaron un papel determinante y establecieron varios puntos acerca de la regulación y el fortalecimiento de la fe cristiana en el nuevo territorio, y la sociedad campechana los acató sin miramiento alguno. Esto va a traer como consecuencia, por un lado, que la población cumpliera los sacramentos al pie de la letra y, por el otro, que, al tratarse de una parroquia intramuros en la que se albergaba a los españoles, así como a sus descendientes, los índices de niños expósitos fueran muy bajos. Sería importante establecer una comparación con las parroquias extramuros -en donde se establecieron los demás grupos étnicos- e identificar el comportamiento de los niños expósitos.
Con base en los patrones efectuados durante el registro de los niños expósitos, podemos discernir que 51.32 por ciento eran femeninos y 48.67 por ciento masculinos. En cuanto a los nombres utilizados para los niños, se vio una fuerte influencia del Evangelio, y en 214 ocasiones se les bautizó con dos nombres; también, se logró identificar que en varios registros se les ponía el nombre o el apellido del padrino o madrina. Respecto a la calidad y condición social, se distinguió a tres niñas españolas, un pardo, una laboría, una india, un esclavo, un moreno y un indio. Lamentablemente, los escribanos no asentaron la edad de los niños, ni dieron más referencia de los padrinos.
De los padrinos, se reconoció a un indio y a dos pardos; en los demás registros no aparece especificado su origen étnico. Sin embargo, y con base en el grado, se determinó que 278 padrinos eran españoles o de origen español. Cinco fueron religiosos (3 frailes, 1 vicario y 1 presbítero), 79 civiles (36 alféreces, 12 licenciados, 7 bachilleres, 3 secretarios, 2 ayudantes, 2 regidores, 4 alféreces mayores, 4 alcaldes, 3 tesoreros y 1 alguacil mayor), y 199 militares (170 capitanes, 13 sargentos y 16 sargentos mayores).
En este sentido, se ha dado una importante contribución en la historiografía campechana durante la etapa novohispana, al señalar los patrones de los registros que establecieron los escribanos al efectuar sus anotaciones de los niños bautizados.
Bautizos | Niños expósitos | |||||
año | femenino | masculino | total | femenino | masculino | total |
1638 | 16 | 20 | 36 | 2 | 5 | 7 |
1639 | 19 | 15 | 34 | 1 | 6 | 7 |
1640 | 7 | 8 | 15 | 3 | 4 | 7 |
1641 | 7 | 8 | 15 | 1 | 3 | 4 |
1642 | 13 | 16 | 29 | 4 | 2 | 6 |
1643 | 13 | 9 | 22 | 2 | 2 | |
1644 | 18 | 13 | 31 | 1 | 173 | |
1645 | 8 | 4 | 12 | 4 | 4 | |
1646 | 9 | 6 | 15 | |||
1647 | 13 | 13 | 26 | 1 | 1 | |
1648 | 2 | 3 | 5 | En junio, la peste se manifestó en la Villa.74 | ||
1649 | 6 | 6 | 12 | 2 | 2 | 4 |
1650 | 11 | 6 | 17 | 2 | 2 | 4 |
1651 | 22 | 16 | 38 | 6 | 1 | 7 |
1652 | 6 | 9 | 15 | 2 | 3 | 5 |
1653 | 5 | 13 | 18 | 4 | 4 | |
1654 | 6 | 8 | 14 | 2 | 1 | 3 |
1655 | 10 | 17 | 27 | 2 | 2 | 4 |
1656 | 39 | 24 | 63 | 3 | 5 | 8 |
1657 | 12 | 22 | 34 | 2 | 2 | |
1658 | 38 | 39 | 77 | 9 | 7 | 16 |
1659 | 22 | 24 | 46 | 10 | 6 | 16 |
1660 | 13 | 25 | 38 | 1 | 1 | |
1661 | 13 | 13 | 26 | 1 | 4 | 575 |
1662 | 1 | 2 | 3 | |||
1663 | 1) La Villa fue atacada y saqueada en dos ocasiones; el primer ataque duró tres días, y el segundo 1976 2) Ataque de langosta.77 | |||||
1664 | ||||||
1665 | 23 | 17 | 40 | 4 | 4 | |
1666 | 12 | 12 | 24 | 2 | 2 | |
1667 | 23 | 27 | 50 | 2 | 9 | 11 |
1668 | 19 | 14 | 33 | 3 | 1 | 4 |
1669 | 18 | 31 | 49 | 4 | 8 | 12 |
1670 | 22 | 26 | 48 | 5 | 8 | 13 |
1671 | 33 | 20 | 53 | 8 | 7 | 15 |
1672 | Laurent Graff (“Lorencillo”) desembarcó en el barrio de San Román y quemó dos naves de los astilleros.78 | |||||
1673 | ||||||
1674 | 7 | 10 | 17 | 2 | 2 | |
1675 | 39 | 38 | 77 | 9 | 4 | 13 |
1676 | 51 | 35 | 86 | 13 | 9 | 22 |
1677 | 20 | 15 | 35 | 3 | 1 | 4 |
1678 | 31 | 36 | 67 | 8 | 5 | 1379 |
1679 | 10 | 13 | 23 | 1 | 1 | 2 |
1680 | ||||||
1681 | 2 | 1 | 3 | |||
1682 | ||||||
1683 | ||||||
1684 | ||||||
1685 | 4 | 4 | 8 | 1 | 1 | 280 |
1686 | 38 | 31 | 69 | 5 | 3 | 8 |
1687 | 59 | 61 | 120 | 7 | 11 | 18 |
1688 | 62 | 78 | 140 | 21 | 18 | 39 |
1689 | 53 | 47 | 100 | 22 | 2 | 24 |
1690 | 39 | 43 | 81 | 5 | 10 | 15 |
1691 | 63 | 67 | 130 | 5 | 9 | 14 |
1692 | 44 | 52 | 96 | 5 | 5 | 10 |
1693 | 54 | 49 | 103 | 5 | 7 | 12 |
1694 | 90 | 86 | 176 | 5 | 5 | 10 |
1695 | 69 | 64 | 133 | 4 | 1 | 5 |
1696 | 80 | 74 | 154 | 5 | 5 | 10 |
1697 | 59 | 76 | 135 | 9 | 4 | 13 |
1698 | 66 | 67 | 133 | 3 | 3 | 6 |
1699 | 41 | 52 | 93 | 5 | 11 | 16 |
1700 | 45 | 48 | 93 | 9 | 9 | 18 |
Fuente: elaboración propia con base en los cuatro libros de bautizos de la iglesia de Nuestra Señora de la Purísima Concepción, del periodo de 1638 a 1700 (AHDC).