INTRODUCCIÓN
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) declaró que la integración de las TIC al contexto escolar ha originado diversas situaciones que deben ser afrontadas por las instituciones educativas; el objetivo de esta inclusión debe orientarse a mejorar la calidad educativa, la cual se reflejará, principalmente, en el aprendizaje de los estudiantes (2011). La Unesco (2004) estableció algunos criterios para asegurar que el uso de las TIC sea provechoso en las escuelas, entre ellos, el acceso a las TIC e internet por parte de estudiantes y alumnos, la accesibilidad a recursos educativos digitales de calidad y profesores competentes en la aplicación pedagógica de las TIC.
En la última década, la investigación en México sobre educación y tecnología se ha diversificado y ha generado diferentes trabajos sobre la integración de las TIC al proceso educativo; por ello, este metaanálisis pretende ofrecer un panorama sobre lo que ha ocurrido en los últimos diez años en materia de investigación educativa relacionada con las TIC en educación en los distintos niveles educativos del país.
... diferentes instituciones e investigadores del país han promovido proyectos de investigación relacionados con la integración de TIC al proceso educativo con la finalidad de propiciar avances significativos que permitan contribuir a elevar la calidad educativa en los distintos sectores de la población.
CONTEXTO GENERAL DE MÉXICO EN EDUCACIÓN Y TECNOLOGÍA
Según los resultados del Censo de Población y Vivienda realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2015), México tiene una población de 119 530 753 personas, de las cuales 35.2 millones están matriculadas como estudiantes en educación básica escolarizada, lo que representa 73.4% de la matrícula del sistema educativo (Gobierno de la República, 2013). Respecto a la educación media superior, se brinda servicio educativo a 4.4 millones de jóvenes, y en educación superior hay 3.3 millones de alumnos, lo que significa 29.2% de cobertura (Gobierno de la República, 2013), distribuidos en siete mil planteles en todo el país (Secretaría de Educación Pública [SEP], 2013).
Por otra parte, los resultados del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA), aplicado en 2012, revelan que la matrícula en educación formal aumentó en los jóvenes mayores de quince años, así como su aprovechamiento en matemáticas y lectura. Sin embargo, 55% de los estudiantes no lograron el nivel de competencias básica en la prueba de matemáticas (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos [OCDE], 2014).
La Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT, 2013), encargada de la medición anual del índice de desarrollo de las TIC (IDT), reportó que México obtuvo una calificación de 3.78 (el IDT se pondera en una escala del 0 al 10) y se posicionó a nivel mundial en el puesto número 82 en 2011 y en el lugar 83, con una puntuación de 3.95, en 2012. Por su parte, el Banco Mundial reportó en 2011 que México destinó 0.43% del producto interno bruto (PIB) a ciencia y tecnología, a diferencia de otros países con más inversión en este rubro, entre ellos, Japón e Islandia, con 3.39 y 2.6%, respectivamente.
Aunque en el país el porcentaje de analfabetismo bajó y la cobertura en educación básica aumentó (SEP, 2013), existe baja inversión en materia de ciencia y tecnología y el país se encuentra rezagado en cuanto a los indicadores del IDT (UIT, 2013). No obstante, diferentes instituciones e investigadores del país han promovido proyectos de investigación relacionados con la integración de TIC al proceso educativo con la finalidad de propiciar avances significativos que permitan contribuir a elevar la calidad educativa en los distintos sectores de la población.
OBJETIVO
El objetivo general de este estudio fue realizar un metaanálisis que categorice en líneas de generación y aplicación del conocimiento (LGAC) diversos productos de investigación científica concernientes a la integración de las TIC al proceso educativo y de formación que se han llevado a cabo en México.
Los objetivos específicos fueron: identificar el tipo de población al que están dirigidas las investigaciones; comparar los tipos de población con mayor y menor número de investigaciones; comparar las LGAC que cuentan con más y menos estudios; e identificar poblaciones y líneas emergentes de investigación.
METODOLOGÍA
En primer lugar, determinamos qué tipo de documentos se recopilarían y cuáles serían las fuentes; optamos por artículos en revistas, tesis de posgrado (maestría o doctorado) y ponencias en congresos de reconocimiento nacional e internacional. Los repositorios seleccionados y su dirección electrónica se encuentran en la Tabla 1.
Los criterios para seleccionar los repositorios fueron los siguientes: a) que fueran publicaciones o instituciones reconocidas a nivel nacional e internacional; b) que los autores de las investigaciones representaran a diversas instituciones del país; y c) en el caso de las revistas, que estuvieran indexadas en bases de datos. Además, para elegir los artículos de las revistas, tomamos en cuenta los siguientes criterios de inclusión: investigaciones de autores mexicanos o extranjeros realizadas en México, publicadas entre 2004 y 2016, y clasificadas como investigación, investigación o presentación temática, aporte de discusión o reseña metodológica.
Respecto a las memorias de congresos, consideramos las ponencias de investigaciones terminadas, proyectos de innovación educativa y prácticas innovadoras. Analizamos las publicaciones de las áreas de educación superior, ciencia y tecnología, y entornos virtuales de aprendizaje para el COMIE, así como de tecnologías para la educación, gestión en innovación educativa, innovación académica en salud y tendencias educativas para el Congreso Internacional de Innovación Educativa, congreso organizado por el Tecnológico de Monterrey. Además, buscamos que fueran de autores mexicanos o extranjeros que hubieran efectuado su investigación en el país y cuyo documento contara con los siguientes elementos: datos de los autores, institución de procedencia, resumen y metodología.
Respecto a las tesis, elegimos el repositorio de la UNAM por ser considerada una de las principales universidades mexicanas, donde estudian e investigan científicos de todo el país (UNAM, 2014).
Una vez que los repositorios fueron seleccionados, delimitamos las LGAC que se utilizarían para clasificar y analizar la información. La elección tomó como referencia las áreas de investigación propuestas por el COMIE y se integraron las LGAC consideradas en el programa interinstitucional de doctorado en Sistemas y Ambientes Educativos, posgrado de calidad apoyado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) que se ofrece en las siguientes instituciones: Universidad Veracruzana, Instituto Tecnológico de Sonora, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y Humboldt International University (Florida, Estados Unidos).
En total, establecimos 16 LGAC específicas: procesos innovadores en educación superior y sociedad del conocimiento; políticas para la instrumentación y equipamiento de las TIC en espacios educativos; análisis sobre el empleo de las TIC en el proceso educativo; innovación educativa en los entornos diferenciados o emergentes de aprendizaje; contribución de los espacios y recursos virtuales de aprendizaje; análisis sobre la influencia del empleo de internet en los procesos educativos; estudios sobre los niveles, modelos y modalidades de educación mediados con tecnología; estudios sobre el fenómeno de la virtualización educativa; movimiento educativo abierto; formación en competencias digitales; redes de conocimiento y aprendizaje; modelos y ambientes educativos; gestión y calidad de programas educativos; multimedia y desarrollo educativo; política educativa y cambio social; y línea general, a la que se integraron los documentos no clasificados en alguna de las otras quince áreas.
Para la recopilación de tesis de posgrado, la búsqueda estuvo orientada por las siguientes palabras clave: educación, TIC, tecnología, innovación, innovación educativa, multimedia, ambientes virtuales de aprendizaje, entornos virtuales de aprendizaje y software educativo.
Después, procedimos a recopilar la información necesaria para desarrollar la investigación. En el rubro de artículos, consultamos la versión electrónica de la Revista Mexicana de Investigación Educativa, desde el volumen IX (2004) hasta el XIX (2014); 16 números de la revista Apertura (2009-2016); 21 números de la Revista Iberoamericana de Tecnologías del Aprendizaje (2006-2012); y 12 números de la Revista Iberoamericana para la Investigación (2010-2016), afiliada al Centro de Estudios e Investigaciones para el Desarrollo Docente, organismo avalado por el Conacyt.
En cuanto a las ponencias, revisamos las memorias electrónicas del COMIE en su edición IX (2007), X (2009), XI (2011) y XII (2013). La memoria del congreso correspondiente a 2005 no se pudo obtener, por lo cual omitimos su consulta. Respecto al Congreso Internacional de Innovación Educativa, examinamos 534 ponencias, publicadas en dos volúmenes (2014-2015), de las cuales seleccionamos los documentos que cumplieron con los criterios de inclusión antes mencionados.
Para la recopilación de tesis de posgrado, la búsqueda estuvo orientada por las siguientes palabras clave: educación, TIC, tecnología, innovación, innovación educativa, multimedia, ambientes virtuales de aprendizaje, entornos virtuales de aprendizaje y software educativo.
Finalmente, procedimos a especificar las categorías para identificar el tipo población al que se dirigían las investigaciones, las cuales quedaron conformadas de la siguiente manera:
Preescolar. Comprende los años de escuela antes de ingresar a la primaria; puede ir de uno a tres años de estudio. Los niños, por lo general, lo estudian entre los tres y seis años de edad. En México, el tercer año de preescolar es obligatorio desde el ciclo escolar 2004-2005 (Dictámenes de las comisiones unidas de puntos constitucionales y de educación pública y de servicios educativos. Gaceta Parlamentaria, 2001).
Primaria. Son los seis años de estudio posteriores al preescolar. La edad promedio en que los niños cursan esta etapa va de los cinco y doce años de edad.
Secundaria. Son los tres años posteriores a la educación primaria; es el último nivel de la educación básica.
Básica. Está formada por los niveles de preescolar, primaria y secundaria. Algunos estudios de los analizados mencionan que la investigación se realizó en educación básica, sin especificar el nivel.
Bachillerato. También se le conoce como educación media superior; implica tres años de estudios previos a la formación universitaria; incluye planteles tecnológicos.
Bachillerato y superior. Algunas investigaciones se dirigieron a una población mixta que incluía estudiantes de educación media superior y superior; por ello, agregamos esta categoría.
Superior. El nivel superior es el que se conoce como formación universitaria; en algunos lugares también se llama estudios de pregrado; incluye instituciones tecnológicas y normalistas.
Docentes. Investigaciones orientadas a analizar diversos fenómenos asociados a la práctica docente, independientemente del nivel educativo en el que los profesores ejercen su labor.
Posgrado. Estudios formales que se cursan posteriores a la universidad. Para el análisis de esta investigación, consideramos estudios de posgrado los niveles de maestría y doctorado.
Superior y posgrado. Categoría mixta que incluimos al encontrarse investigaciones dirigidas a alumnos universitarios y de posgrado.
Adultos. Esta categoría incluye aquellos estudios en los que no especifica a qué nivel educativo se refiere, pero que explican que el trabajo se realizó con población adulta.
No especificado. Documentos que contienen información general sin precisar un nivel educativo o actores específicos.
Emergente. Investigaciones que consideramos como un tipo de población emergente para trabajar en materia de TIC y educación; por ejemplo, adultos tardíos y población indígena.
ANÁLISIS Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS
Para conocer la realidad de México en cuanto a las investigaciones relacionadas con la inclusión de TIC en el ámbito educativo durante el periodo 2004-2016, analizamos un total de 470 documentos, de los cuales 160 corresponden a artículos de revista (34.04%), 282, a ponencias de congreso (60.0) y 28, a tesis de posgrado (5.96). En la Tabla 2 se muestran los resultados por población y en la Tabla 3, los relacionados con las LGAC.
Como puede observarse, en México predominaron las investigaciones dirigidas al nivel de educación superior (50.21%, es decir, más de la mitad de los estudios). En seguida, se situaron las relacionadas con la educación básica general (de preescolar a secundaria, 11.28), el nivel medio superior (10.43) y la población docente (9.15). También identificamos poca investigación enfocada al nivel preescolar y adultos en general, así como investigaciones dirigidas a poblaciones mixtas, por ejemplo, bachillerato-universidad y superior-posgrado.
Encontramos como poblaciones emergentes aquellas orientadas a centros comunitarios digitales (Flores, López y De la Torre, 2009), adultos tardíos (Aldana y García, 2011; Ramírez, 2015; Sevilla, 2015), adultos en comunidades rurales (Salinas, Huerta, Porras, Amador y Ramos, 2006), población indígena (Jiménez y Gutiérrez, 2010; López, Rosales y Simón, 2015), estudiantes con necesidades educativas especiales (Aquino, García e Izquierdo, 2014; Aquino, Izquierdo, García y Valdés, 2016; Camacho y Varela, 2011; Caro, Nevárez, Ayala, Gastélum y Covarrubias, 2015; Rodríguez, Covarrubias y Ayala, 2015; Román, 2015) y estudios centrados en la comunidad de investigadores (Mortera-Gutiérrez, 2011; Torres, Cárdenas, Dodero y Juárez, 2010).
Observamos que sobresalen los documentos relacionados con el análisis sobre el empleo de TIC en el proceso educativo (75 documentos) y los referentes a la contribución de los espacios y recursos virtuales de aprendizaje (74 documentos). En la primera línea, encontramos investigaciones sobre la inclusión de las TIC en educación secundaria (Cedillo, 2006; Porras, López y Huerta, 2010) o en la formación de docentes y alumnos (Aragón, 2011; Arias, 2011; Ávila, 2009; Breceda y Eudave, 2013; Caporal, 2009; Correa, 2012; De los Santos, 2013; García, Corrales y Maldonado, 2013; Hernández, Sánchez, Rodríguez, Caballero y Martínez, 2014; Javier y Ricoy, 2013; López, 2007; López, Flores y Espinoza, 2011; Miranda, 2009; Rodríguez, 2011; Rosas, 2013; Treviño y Morales, 2007; Ugarte, 2008). Por otra parte, en cuanto a la contribución de los espacios y recursos virtuales de aprendizaje, identificamos investigaciones que tienen que ver con objetos de aprendizaje, plataformas, entornos y ambientes virtuales (Contreras, Herrera y Ramírez, 2009; García, Ramos y Ramírez, 2009; González, 2014; Hernández, 2007; Ramos, Herrera y Ramírez, 2009; Tirado, 2007; Velasco, Bojórquez y Armenta, 2009).
Asimismo, se tienen los estudios de los procesos innovadores en educación superior y sociedad del conocimiento (54 documentos), y con multimedia y desarrollo educativo (49 documentos). En procesos innovadores existen estudios acerca de modelos e innovaciones para ejercer la docencia en ambientes virtuales (Olea y Garduño, 2011; Chávez, 2011), el diseño de tutoriales o sistemas inteligentes (Rodríguez, Castillo y Lira, 2013; Salazar, García, Balderrama y Rodríguez, 2016 ), y el desarrollo de software o aplicaciones para incluir en los procesos de aprendizaje el uso del teléfono inteligente, realidad aumentada, aula invertida o la gamificación (Flores, Camarena y Ávalos, 2014; García, Valdovinos, Salgado, Alejo y Muñoz, 2014; Heredia, 2014; Medina, Jaques, y Noguez, 2014; Hinojosa y Rodríguez, 2015; Organista-Sandoval, McAnally-Salas y Lavigne, 2013; Rincón, 2015; Rodríguez, 2014; Tenorio, 2014). En la línea de multimedia y desarrollo educativo, destacan estudios del uso de software educativo en diversos niveles (Álvarez, 2011; Catalán, Serrano y Concari, 2010; Flores, Otero y Lavallée, 2010; López, Illanes y Domínguez, 2013; Otero, 2011; Portillo, 2013; Quiroz, 2012; Ramírez, 2005) y referentes al uso de recursos multimedia y su integración al proceso educativo (Fernández, 2013; Gasca, 2008; Muñoz, 2007; Pérez, 2007; Portillo, 2013; Rodríguez, 2012; Villaseñor, 2007) .
Las últimas líneas que destacaron por su número de investigaciones fueron la de redes de conocimiento y aprendizaje, y la de estudios sobre el fenómeno de la virtualización educativa (39 y 38 documentos, respectivamente). En la primera de éstas, encontramos estudios sobre el uso de foros (García y Pineda, 2010), comunidades virtuales de aprendizaje (Bautista y Sánchez, 2009), uso de redes sociales en el proceso educativo (Cuautle, 2011; Medina, Romero y González, 2011) y acerca de la interacción de docentes y alumnos en diversas plataformas, educación en línea o presencial con apoyo de tecnología (Bautista y Sánchez, 2009; Carvajal, 2011; Casas, 2011; Fernández, 2011; Sotelo y Juárez, 2009; Torres y García, 2007; Trejo y Celis, 2011; Vasconcelos, 2011).
Respecto a estudios sobre el fenómeno de la virtualización educativa, identificamos investigaciones relacionadas con procesos de gestión, con percepción y con evaluación y efectividad en programas virtuales o a distancia (García y Aquino, 2010; García, Hernández, Santos y Fabila, 2009; Pioquinto, Noguez, Jaquez y Neri, 2014; López, Lozano y Rodríguez, 2015; Ramos, 2015; Rivera, Rivera y Campos, 2010; Vázquez, 2014; Yáñez, Rodríguez y Briones, 2011). El resto de las líneas tuvo un porcentaje inferior, que osciló entre 6.17 (modelos y ambientes educativos) y 0.21 (gestión y calidad de programas educativos).
En este análisis, identificamos como temas de investigación emergente los referentes a centros comunitarios digitales (Flores, López y De la Torre, 2009); uso de las TIC para estimular procesos cognitivos (Aldana y García, 2011); uso significativo de la tecnología en el medio rural para la educación de adultos (Salinas, Huerta, Porras, Amador y Ramos, 2006); desarrollo de tutores inteligentes, plataformas, software y aplicaciones móviles (Organista-Sandoval et al., 2013; Palmero y González, 2015; Rodríguez, Castillo y Lira, 2013; Salazar et al., 2016; Santiago, Quezada y Delgado, 2014); y uso de realidad virtual, tercera dimensión y videojuegos (gamificación) como estrategias para favorecer el aprendizaje (Flores et al., 2014; García et al., 2014; Rodríguez, 2014; Romero y Lankenau, 2015; Ruiz y Ríos, 2014).
CONCLUSIONES
De acuerdo con los resultados analizados, el desarrollo que en la última década se ha originado en México en la investigación sobre la integración de las TIC en educación ha sido abordado exponencialmente. Hecha la observación anterior, existen aportes recientes (Edel y Navarro, 2015) sobre el metaanálisis de los entornos virtuales de aprendizaje para el periodo 2002-2011 que, a través de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, han hecho un grupo de investigadores de universidades nacionales. Este progreso puede observarse en la diversidad de LGAC sobre las que investigadores nacionales y extranjeros están realizando sus trabajos. No obstante los avances, aún hay bastante camino que recorrer, ya que existen rezagos en algunos sectores de la población educativa, tal es el caso de la educación básica, en especial el nivel preescolar, en el cual hay una significativa carencia de estudios.
Gran parte de la investigación se está orientando a la educación superior y de adultos, ante lo cual surge la interrogante de por qué los investigadores prefieren dirigir sus esfuerzos a este sector de la población. De aquí derivan algunas hipótesis, por ejemplo, la consideración de que la mayoría de personas dedicadas a la investigación laboran en planteles de educación superior; porque es más accesible trabajar con personas adultas o porque las universidades son las instituciones más accesibles al momento de abrir sus puertas a los grupos de investigadores. Estos son puntos que se dejan para futuros estudios.
A partir de los resultados obtenidos también concluimos que existen algunas áreas emergentes de investigación poco atendidas, las cuales han surgido por necesidades específicas, como los adultos tardíos o los habitantes de comunidades rurales. Esta situación denota el dinamismo que está tomando el proceso investigativo en México, ya que se están explorando nuevas vías para brindar soluciones a los problemas presentados por diversos sectores de la población.
Finalmente, destaca el contraste entre las LGAC sobre la que se está investigando y algunos vacíos del conocimiento. Por un lado, una parte significativa de los estudios están relacionados con analizar cómo se emplean las TIC en el proceso educativo, cuáles son las aportaciones ofrecidas por los recursos y entornos virtuales de aprendizaje y temas que tienen que ver con multimedia y desarrollo educativo. Por otra, advertimos la necesidad de que se realice más investigación acerca de la gestión y calidad de programas educativos, la virtualización de la educación, niveles, modelos y modalidades de educación mediados con tecnología, y estudios referentes a política educativa y cambio social.
Es significativo el avance logrado en la última década en el país, pero también se avizoran grandes retos para la comunidad investigadora, ante los cuales se abre un abanico de nuevas posibilidades para explorar, con innovadores aspectos por indagar y poblaciones tradicionales o emergentes que demandan su atención.
Los trabajos futuros sobre este objeto de estudio deben estar orientados a comentar, analizar y categorizar información relacionada con la producción de tesis de grado y posgrado; la producción de foros científicos (memorias de congresos); la producción en base de datos de artículos; el análisis de artículos de libre acceso; y la producción bibliográfica de libros en formato impreso y digital.