Introducción
El análisis del discurso es un amplio campo de estudio que incluye variadas disciplinas y perspectivas teórica-metodológicas. Se le considera una actividad científica destinada a describir, explicar, incluso predecir el uso del lenguaje en la comunicación humana1. El Análisis del Discurso Crítico (ADC) se diferencia de los otros enfoques porque no sólo describe e interpreta los discursos en sus contextos, sino que ofrece una explicación del por qué y cómo el discurso opera2. Basado en una perspectiva política, social y critica, el ADC analiza cómo el discurso se usa y abusa -en diferentes contextos- para establecer, legitimar o ejercer/resistir el poder y la dominación en la sociedad3. Sus inicios datan de los años setenta con los trabajos desde la lingüística iniciados en Gran Bretaña. En los años ochenta derivan con una propuesta crítica, generada por un grupo de analistas del discurso, en el que destacan Norman Fairclough, Ruth Wodak, Gunther Kress, y Teun van Dijk. Estos autores consolidan su propuesta en un simposio realizado en la Universidad de Ámsterdam, Holanda, en el año 1991, iniciándose así su expansión a través de diversos medios de difusión como revistas especializadas, programas de intercambio docente y estudiantil, así como proyectos colaborativos entre diversas universidades4. Hoy en día, el ADC es un enfoque interdisciplinario teórico y metodológico del estudio del discurso que considera al lenguaje como una forma de práctica social, en el que enfatizan un cambio lingüístico en el ámbito de las ciencias sociales, ya que se centraliza en “la forma que el lenguaje -como herramienta cultural- intercede o media en las relaciones de poder y privilegios dadas en las interacciones sociales, instituciones y cuerpo de conocimientos”5.
El propósito del ADC es analizar las relaciones estructurales trasparentes u opacas de dominación, poder, y control involucradas en el lenguaje, como lo señalan Fairclough6, “explora sistemáticamente cuan frecuente las relaciones opacas de causalidad y su determinación se dan entre las practicas discursivas, eventos, o textos con la estructura social y cultural; y con sus relaciones y procesos. Así, se debe investigar como tales prácticas, eventos y textos surgen y son formados ideológicamente por las relaciones y conflictos de poder”. De este modo, el ADC sostiene que el discurso es socialmente constituido y también socialmente condicionado, actualmente en las sociedades modernas, el discurso es un objeto de poder opacado, por tanto sus analistas se centralizan en hacerlo (al discurso) más visible y trasparente7.
Los analistas del discurso crítico se orientan hacia los problemas sociales, tales como temas de género, racismo, discursos en la prensa, político, económico, educación, ideología, organizacionales, y, las dimensiones de identidad. Todos son temas interdisciplinarios y eclécticos donde se busca resaltar las asimetrías de poder, explotación, manipulación y las inequidades estructurales4,7.
Fairclough y Wodak declaran ocho principios necesarios para conducir un ADC: “se relaciona con problemas sociales; las relaciones de poder son discursivas; el discurso está constituido por la sociedad y la cultura; el discurso hace un trabajo ideológico; el discurso está situado históricamente; se necesita un enfoque socio-cognitivo para entender como son mediadas las relaciones entre texto y sociedad; su análisis es interpretativo y explicativo y usa una metodología sistemática, y está socialmente comprometido al paradigma científico”6. Por tanto, los investigadores que aplican este modelo se centran en desmitificar las ideologías y el poder a través de investigaciones y análisis conducidos con datos semióticos. Es decir, incorporan lo escrito, lo hablado y lo visual, de esta forma buscan hacer explícitas sus propias posiciones e intereses mientras retienen sus metodologías respectivas con un remanente reflexivo del proceso investigativo8.
Por lo expuesto, en este artículo de revisión de narrativa se busca exponer los lineamientos teóricos-conceptuales y en forma específica, la metodología de N. Fairclough y su modelo de ADC -3D, con el fin de incentivar a investigadores en comprender la interacción del lenguaje como practica social-cultural en salud. Se dan ejemplos de su aplicación en salud.
Desarrollo
I. Aspectos teóricos y conceptuales del ADC
La Escuela de Frankfurt y los aportes de J. Habermas son en primer lugar las raíces del ADC, al basarse en la Teoría Crítica cuyo énfasis y orientación se realiza hacia la crítica y el cambio social. Es así como la Teoría Crítica9 es un conjunto de teorías que intenta localizar y confrontar temas de poder, privilegios y la hegemonía. Kincheloe y MacLaren10 sostienen que la orientación de la Teoría Crítica significa que, aunque todo es mediado por las relaciones de poder -que son social e históricamente situadas- los hechos no pueden ser aislados del dominio de valores o eliminados de alguna forma de adscripción ideológica. El lenguaje es fundamental en la formación de la subjetividad, porque hay ciertos grupos humanos que tienen y se perciben con más privilegios que otros. Además, afirman que la opresión que caracteriza las sociedades contemporáneas es reproducida más fuertemente cuando el subordinado acepta el estatus social como natural y, por ende, como una situación inevitable. De esta forma, el ADC se encarga de develar como la vida de las personas está organizada fuera de sus experiencias y control; y cómo el poder social, la dominación y la subordinación conforman o determinan las experiencias de ellas en la cotidianidad diaria8.
En segundo lugar, el ADC sostiene preceptos claves que la distinguen en su orientación y que permiten su aplicación en el ámbito sanitario:
1.- El Discurso: La palabra discurso proviene del latin discursus (corriente) y en ADC se plantea la presunción de que todo el lenguaje es social y que las estructuras sociales y la interacción producen y sostienen los discursos. Es decir, la imagen y pensamiento de un sujeto no son el producto de las experiencias que tenga, sino más bien estas son incrementadas por las relaciones externas que penetran en la conciencia y forman lo que piensa/sabe. Igualmente, cómo se entiende el sujeto consigo mismo, o en relación con otros sujetos. De este modo, las personas participan en los discursos y su participación las reproduce. El discurso, entonces, permanece menos en lo profundo o en la terminología, sino más bien, se sitúa en las relaciones que producen una forma específica de entendimiento y da respuestas entre las personas y los eventos. Es el vehículo que actúa con poder, con relaciones negociadas y que proporciona el significado contextual del lenguaje. Es decir, el ADC alerta que los discursos no son neutros, sino que están siempre embebidos en lo social, político, racial y económico9,10.
Sin embargo, el discurso individual necesita observarse en un contexto macro para capturar su significado y efectos, así Gee11 hace una distinción entre los discursos d y D; la “d” se refiere a porciones o pedazos de lenguaje o de gramática de lo que se dice o expresa y el “D” se refiere a las formas de representación, creencia, valores y participación desde los segmentos de lenguaje. En otras palabras, los D no sólo incluyen las partes del lenguaje sino también las identidades y significados que van más allá de las formas de hablar. Es decir, son las formas de conducirse, interactuar, valorar, pensar, creer y hablar. En resumen, Gee plantea que los Discursos (con mayúscula) son formas de ser en el mundo, -son formas de vida-. Están siempre presentes donde existan relaciones sociales y se generen productos de las historias sociales.
2.- Lo crítico: los investigadores que son críticos tienden a alinearse con una agenda política que los lleva a un compromiso por desafiar las bases de poder relativo de los discursos. Su foco de análisis es identificar quienes tienen acceso y a qué tipo de discurso. Wodak y Meyer4 sostienen que la parte crítica la otorga la Teoría Critica, puesto que se focaliza en la sociedad y su especificidad histórica. Esta plantea un mayor entendimiento de la sociedad y su interés será producir y confluir conocimiento crítico, que sea capaz de emancipar a los seres humanos de todas las formas de dominación, a través de la auto-reflexión. El rol del investigador aquí es vital, ya que: “significa no tomar las cosas, así como se ven. Hay que abrirse a la complejidad, desafiar el reduccionismo, dogmatismo y las dicotomías y para ello hay que ser reflexivo en la investigación. A través de ese proceso hacer que las estructuras opacas de las relaciones de poder y la ideología se manifiesten”12.
3.- La Ideología: en forma genérica es un conjunto de creencias y valores relativamente estables y coherentes. Históricamente, la ideología se desarrolló hace dos siglos como una incipiente ciencia de las ideas y son generadas por nuestro ambiente social percibido por medio de los sentidos, con un sentido positivo, progresista, libre de las religiones y de la metafísica13. Con el tiempo, K. Marx acotó que la historia de las ideas era el producto del intelecto reformulado a lo largo del materialismo14. Es así, que la ideología es central para los ADC, ya que la ven como al conjunto de creencias que moviliza prácticas y puntos de vista que resultan en sostener inequidades en la sociedad, es decir, la ideología sirve para proteger los intereses de los grupos poderosos15. En esa lógica, Gee16 señala que la ideología es parte de la visión que tiene la teoría social que involucra generalizaciones sobre como la riqueza se distribuye en la sociedad. Es decir, la ideología como conjunto de creencias ha trascendido hacia la explotación de las organizaciones sociales. Ejemplo es la ideología capitalista que se basa en la ilusión o apariencia de un intercambio libre, pero que realmente sirve de interés a una clase social dominante; aquellos quienes ostentan el capital y el poder4.
Fairclough15 concibe la ideología como las “representaciones de aspectos del mundo, es decir, la realidad. Esto contribuye a establecer y mantener relaciones de poder, dominación y explotación”. Basándose en Antonio Gramsci, Fairclough asume que hay instituciones y formas de organizaciones sociales que reflejan un interés ideológico. Se puede observar como este interés opera en el lenguaje, ya que este es una conducta social común donde se comparten diferentes puntos de vista. Es decir, la ideología16 representa ciertas ideas que en el plano de la discusión algunas prevalecen y otras no. Así habrá organizaciones o dominios que tienen más poder y tratarán de influir con su ideología en la sociedad para que esté más cerca de sus intereses. Por consiguiente, los Discursos son inherentemente ideológicos, resistentes al criticismo interno y auto-escrutinio y definen la posición de quienes hablan o se conducen y están íntimamente relacionados con la distribución del poder social y la estructura jerárquica de la sociedad: -son siempre y donde sean productos ideológicos-. Por tanto, al ADC le interesa develar lo más oculto y latente de las creencias diarias y que se manifiestan en los discursos.
4.- El Poder: Tradicionalmente el poder, ha sido definido, “como la oportunidad que tiene un individuo en una relación social para alcanzar su propio bienestar en contra de la resistencia de otros”17. No obstante, con el trabajo de Foucault18 el poder se define como un elemento sistemático y constitutivo de la sociedad con diferentes ángulos. Así menciona las tecnologías del poder como aquel ejercicio del poder con intención: es decir, qué tipo de conocimiento es aceptado y sobre cómo se debe ejercer el poder. Por ejemplo, hoy el marketing es una tecnología del consumo feliz de las personas-consumidores constituyéndose en un ejercicio de poder. Habermas19 relacionaba el poder y el lenguaje, donde el lenguaje es también un medio de dominación y fuerza social que sirve para legitimar las relaciones del poder organizado. De este modo, la dominación se basa en el ejercicio del poder social de los grupos de elites, instituciones y asociaciones que finalmente generan inequidad social de clase, de raza, de género u otras. Para los ADC, entonces; “el poder es central para entender las dinámicas y control especifico en la sociedad moderna, porque este permanece generalmente invisible”4. Entonces, se busca analizar las formas lingüísticas que son utilizadas en variadas expresiones y manipulaciones de poder, pero interesándose en cómo las relaciones de poder producidas por los discursos son mantenidas y/o cambiadas a través de los textos y prácticas que afectan su producción, recepción y diseminación20.
En síntesis, para los investigadores de ADC su fin es analizar los discursos en sentido crítico de ver más allá dentro de la ideología dominante y entonces se focalizará en el análisis del poder y su manifestación en la realidad social, a través de las prácticas discursivas que se sostienen en la ideología prevalente, especialmente aquellas que involucran relaciones de poder desiguales. De tal modo, que los discursos se constituyen de cierta forma y la labor del analista del discurso crítico es develar lo que está oculto o invisible de la realidad.
Para realizar o como proceder al ADC, hay diferentes concepciones teóricas y autores4-20, entre ellas se encuentran los siguientes; el análisis de dispositivos de Maier y Jager sobre prácticas discursivas/no discursivas basado en la epistemología de constructivismo social de Laclau. Su análisis utiliza la combinación de discurso y realidad social; el enfoque socio-cognitivo de van Dijk focalizado en la dimensión psicosocial del ADC, y usa la teoría de representación social. Su análisis tiene un elemento socio-cognitivo y un análisis lingüístico en un sentido estructural -funcional; el enfoque del discurso-histórico de Wodak y Reisgil que busca establecer una teoría del discurso con la unión de campos de acción, géneros, discursos y textos; el enfoque de actores sociales, de Theo van Leeuwen con un ámbito desde teorías lingüísticas y sociológicas, que explican el rol de la acción para establecer la estructura social; y, el enfoque dialectico-relacional de Norman Fairclough, quien toma una posición más teórica-metodológica con objetivos emancipatorios, adopta principios teóricos del análisis funcionalista del lenguaje que contribuye a la (re)producción de inequidades sociales. En resumen, el ADC no tiene un cuerpo metodológico empírico único y delimitado. Algunos comparten un par de enfoques con similitud teórica y preguntas de investigación específicas.
II. El análisis del discurso crítico de Fairclough: aspectos conceptuales y metodológicos
Norman Fairclough21 construyó una teoría social del discurso y proporcionó un sistema metodológico para la práctica de ADC. Está basado en los siguientes conceptos y definiciones que a continuación se mencionan: a. Discurso: lenguaje usado como práctica social, b. evento discursivo: instancia del uso de lenguaje analizado como texto, practica discursiva y social, c. texto: referido al lenguaje escrito o hablado en un evento discursivo, d. interdiscursividad: la constitución de un texto desde diferentes discursos y géneros, e. un discurso: como sustantivo contable de una experiencia significativa observada desde una perspectiva particular, f. el género: utilización del lenguaje asociado con una actividad social particular; Por ej.: el género de avisos, y g. el orden de los discursos: totalidad de las prácticas discursivas de una institución y las relaciones entre ellas. Por ej.; dentro de un hospital, los órdenes de los discursos serían las practicas discursivas que tienen lugar en las consultas médicas con los pacientes; el lenguaje técnico de las enfermeras; y, en las relaciones publicas escritas y habladas por el personal, y cada practica discursiva usa en formas diferentes los tipos de discursos textuales y hablados22.
Según Fairclough5,21,23, su modelo 3-D necesita analizarse considerando su versión teórica dialéctica-relacional como metodología de investigación social (como una forma de no separar la teoría del método), para ello se refiere a “etapas”23, las cuales se pueden resumir en:
Etapa 1: Focalizarse en un “problema social” en algún aspecto semiótico. Por ejemplo, temas de pobreza, formas de inequidad, falta de libertad, racismo, etc. En un primer paso, seleccionar el tema de investigación el cual se relaciona con lo social que pueda ser un problema social, y en el segundo paso, construir los objetivos de investigación para identificar los tópicos de investigación a través de la teorización en forma interdisciplinaria.
Etapa 2: Identificar obstáculos para dirigirse al problema social: Requiere analizar el orden social, y puede ser usado en primer lugar un análisis semiótico (por lo cual se seleccionarán y analizarán los textos relevantes) y seguir con los otros niveles de análisis.
Etapa 3: Considerar si el orden social necesita o no del problema social: como un diagnóstico social, ¿en qué sentido, -dice Fairclough23-, el orden social necesita de la supresión de diferencias políticas en la economía global y nacional, para así crear un consenso nacional, y que es considerablemente realizado por el discurso?, pues eso será la discusión posterior, y afirma; -si el orden económico global basado en los principios neoliberales requiere que el estado sea capaz de operar en apoyo a esta estrategia-. Entonces, esta etapa conecta la pregunta de la ideología, ya que el discurso es ideológico, y así, contribuye a sostener una relación de poder y dominación.
Etapa 4: Identificar posibles maneras de superar los obstáculos: Requiere de un análisis crítico positivo al identificar -se deberá considerar la relación dialéctica entre semiosis y otros elementos-, las posibilidades dentro del proceso social existente de sobrepasar los obstáculos que señala la pregunta social en cuestión. Se requiere construir puntos de entrada semióticos dentro de la investigación en los cuales los obstáculos son testeados, cambiados o resistidos (por ej. grupos sociales, movimientos sociales, o personas más informadas en su diario vivir).
III. Descripción del Modelo 3-D de Fairclough
Para cada instancia del lenguaje usado hay un evento comunicativo que según Fairclough5,24, plantea en su modelo 3-D (Figura 1) que hay tres niveles para el análisis:
A.-El discurso como texto: basado en la lingüística crítica, sus objetos de análisis son el texto verbal/visual o ambos, en el que se consideran tres aspectos del discurso: a. el que contribuye a modelar las relaciones sociales entre las personas, ya que las interacciones se definen en función de las formas específicas de comunicarse entre sí de los participantes de una relación. Por ej.: jefe-empleado, estudiante -profesor, enfermera-paciente. b. el que produce y pone en circulación representaciones y creencias particulares acerca de la realidad. c. el que contribuye a la construcción de identidades sociales al ubicar a los sujetos que interactúan discursivamente en ciertas posiciones, las que son formas particulares de ser y estar en el mundo. De esta forma, todo texto es lenguaje en uso, contribuye a constituir: las acciones, las relaciones sociales, los sistemas de creencias y conocimientos, y las identidades sociales.
B. El discurso como practica discursiva: es el proceso por el cual el objeto se reproduce y es observado. Por tanto, los eventos discursivos se generan en términos de procesos de producción. Es decir, el modo en que los sujetos producen e interpretan los textos a partir de un conjunto de recursos discursivos socialmente disponibles y relativamente estables, que constituyen el orden de los discursos. Este se refiere al conjunto ordenado de prácticas discursivas asociadas con un dominio social o institución particular. Por ej., una entrevista psiquiátrica que se realiza en un hospital o una clase universitaria. Es decir, son las formas particulares de utilizar el lenguaje para interactuar, representar e identificarse dentro de un dominio social especifico. Sólo los sujetos son quienes pueden producir textos a partir de un conjunto de convenciones previas. En otras palabras, se refiere al orden de los discursos disponibles y legitimados socialmente en ámbitos específicos. -de este modo el lenguaje se utiliza en forma concreta y localizada-. De aquí nacen las prácticas discursivas como una mediación entre la estructura social y los textos. Su nivel de análisis será intertextual . Se busca cómo un determinado texto, es el producto de una mezcla de distintos recursos disponibles (géneros, recursos, estilos) que están establecidos en el orden de los discursos.
C. El discurso como práctica social: son las condiciones sociohistóricas que gobiernan esos procesos. Todo evento discursivo es parte de una práctica social y está inserta en un conjunto de situaciones, instituciones, y macro-contextos que hacen condicionar el lenguaje. Hay tres niveles de prácticas: un primer nivel, el concreto donde el evento discursivo ocurre; un segundo, el nivel institucional del cual la situación social es parte; y un tercero que es el nivel más amplio y referido al entramado sociopolítico-cultural.
IV. Análisis del Modelo 3-D de Fairclough: procedimientos
1.- Descripción de los textos: Se debe examinar la organización, la estructura y el vocabulario del texto escrito. Con especial atención en la función de las palabras; en los discursos adicionales en relación a la consistencia del mensaje; en los supuestos hechos de las inferencias; en las referencias hechas de otros textos y, en cómo las cláusulas y sentencias están unidas. Las descripciones pueden proporcionar una gran información sobre el discurso. Es similar al análisis de contenido temático; ya que el centro de la investigación no se focaliza en las minuciosidades del lenguaje utilizado, sino en los temas generales que emergen en el texto en relación con el debate como un todo. Involucra un análisis lingüístico en términos de vocabulario, gramática, semántica, sonidos, y la cohesión sobre el nivel de las sentencias. Fairclough5,25 se basa en la lingüista Sistémico-Funcional de Hallidays. En esta, el texto se analiza en forma multifuncional. Cada sentencia es analizada en términos de la articulación de las siguientes funciones: las representaciones particulares y recontextualización de la práctica social, (una particular ideología), la construcción de la relación específica y única entre el escritor y el lector (cercano, lejano, formal o informal) y las construcciones particulares de las identidades del escritor y lector (por ejemplo, qué se enfatiza, el estatus y rol de los aspectos de la identidad). Un ejemplo de ello se puede observar en Figura 2: Discurso textual/imagen14.
En síntesis, esta sección analítica-descriptiva examina los aspectos de la gramática, de las palabras, las metáforas, los ethos y su control. Se relaciona con la presencia o la ausencia en el texto de las representaciones y categorías de los participantes, construcción de identidad y/o de las relaciones de los participantes.
2.- Las practicas Discursivas: Hay dos dimensiones: la primera referida al proceso discursivo de una institución (organización), y la segunda está orientada al proceso discursivo del texto (producción/texto y consumo). Es decir, como dice Rojo26, “da cuenta de la relación que existe entre el texto y su contexto”. Por ejemplo, en las practicas discursivas relacionadas con documentos legales se debe focalizar en cómo se crean (que reglas se utilizan y el uso de lenguaje que se asigna en las instituciones/gobiernos) y en las formas (como ellos son distribuidos y leídos). Fairclough5 dice que estas prácticas se relacionan con la producción, distribución y consumo de un texto. Por lo tanto, incluyen la producción paso a paso sobre como las personas producen e interpretan los textos para hacer visibles las prácticas discursivas utilizadas. En este nivel de análisis hay también un análisis lingüístico, llamado intertextualidad. Este se centraliza en los márgenes del texto y las prácticas discursivas. Es decir, hay que buscar en el texto los trazos de esas prácticas discursivas. Su análisis es interpretativo.
Hay dos tipos de intertextualidad27: la manifiesta que se refiere a la constitución heterogénea de los textos por los cuales otros argumentos específicos son abiertamente expuestos dentro de un discurso. Por ej., en comillas indicando la presencia de otros textos; y la constitutiva que se refiere a la constitución heterogénea de textos fuera de los elementos del orden de los discursos (inter-discursividad). Esta clase de intertextualidad se refiere a la estructura de convención de discursos que van en la producción de un nuevo texto. Locke28 dice que se requiere de un análisis para identificar desde donde los textos se originan, el texto en sí y de los receptores del texto. Es decir: a.- Producción de textos: requiere de la inter-discursividad. Es decir, la forma en que los textos aparecen para suscribir uno o más discursos. Ver si la intertextualidad manifiesta es la forma en la cual otros textos son utilizados en la construcción de un determinado texto. b.- Distribución del Texto: la forma como un texto determinado llega a ser parte de una cadena intertextual al ser transformado en otro tipo de texto. c.- Interpretación del Texto: disposición del lector (coherencia para Fairclough25), es decir: ¿a cuántos lectores está respondiendo el texto?
3.- Las practicas socioculturales (explicaciones): implica comprender los procesos sociales generados por el texto e incluye las condiciones sociales y el contexto en el cual estos procesos ocurren. Los aspectos sociales de un evento comunicativo son los políticos, económicos y culturales. Su entendimiento lleva al investigador a valorar el texto dentro del ambiente en el cual se crea y se adhiere al lenguaje utilizado. Es decir, examina cuáles son los poderes y las ideologías dominantes en un contexto sociocultural y como estos afectan la caracterización de las identidades y las instituciones discutidas en el texto. El investigador se interesa en saber cómo las personas y los eventos están representados. Además Incluyen quién y qué está representado o no y cuáles son los componentes que están incluidos. Este análisis pone atención en cuán abstracto o concreto son representados los eventos, procesos o personas y cómo son recontextualizados. Explora sobre si un texto determinado apoya una clase particular de hegemonía discursiva o a una práctica social determinada; o si permanece en una relación contra-hegemónica para ciertas condiciones prevalente. Responde a las siguientes preguntas: ¿sirve el texto para reproducir una particular práctica discursiva y social? y si es así, ¿hay impulsos transformativos en el texto? Este nivel de análisis tiene un fuerte soporte en cómo el texto es creado, cómo es recibido, y lo que contiene. Necesita ser examinado como una parte integral del análisis general del texto.
En síntesis, el Modelo 3-D permite a los investigadores realizar un ADC que en el campo de la salud puede resolver o poner en evidencias conflictos y discusiones, con la aplicación de las ciencias sociales a fin de expandir el conocimiento en áreas de: salud mental, psiquiatría, enfermedad, cuidados, conflicto laboral y tantos otros29,30.
V. Aplicación del Modelo de Fairclough en salud
La metodología ADC permite el análisis de una perspectiva amplia, que involucra a los sujetos, objetos y escenarios que forman y son parte del discurso. De esta forma, permite identificar experiencias de salud que son generadas, al interior de las relaciones humanas y con etiología multidimensional. Por tanto, las experiencias del modelo 3-D en el ámbito de la salud son diversas y emergentes, como los siguientes ejemplos:
1.- En España, Ávila y Gras presentaron el estudio: “No sin él”: del ADC de las campañas de prevención del VIH dirigidas a hombres que tienen sexo con hombres en España (2006-2011)31. El fin fue establecer qué estrategias de regulación se (re)producían en los discursos de la promoción de la salud sexual dirigida a hombres gais y bisexuales y, para ello, presentaron el análisis de los distintos modos -principalmente, texto escrito e imagen gráfica- que conformaban el discurso de las campañas de prevención de VIH dirigidas a la población objetivo. El análisis consideró la forma y contenido de estas campañas, así como la interdependencia entre ambos niveles; además se tuvo en cuenta aspectos relacionados con la formulación del texto escrito en todas sus dimensiones (léxica, gramatical, textual), así como ciertos recursos semióticos de la imagen gráfica (las imágenes propiamente y la selección de los colores). Con respecto al contenido, el análisis consideró aspectos tales como, los atributos que contribuyen a la construcción discursiva del destinatario o la tipología de los argumentos empleados para justificar las estrategias de prevención propuestas. El ADC permitió comprender cómo las elecciones lingüísticas tenían implicaciones ideológicas; se delimitó así, cómo las campañas de prevención respondían a un determinado contexto social de poder y participaban, en la configuración de dicho contexto. También mostró que existía un intento evidente por alejarse de los estereotipos sobre la infección por VIH, las campañas los repetían en sus discursos, construyendo un destinatario ideal que no es agente de la infección y a quien se le advertía del riesgo que existía cuando tiene, de forma repetida, sexo esporádico sin protección con otros hombres. Por tanto, las campañas establecían, en definitiva, unos parámetros de qué es lo que la persona tiene que hacer, desde los límites de lo que es lo correcto/normal y, en contraposición, lo que es incorrecto/anormal.
2.- En México, Hernández-Ibarra y Mercado-Martínez se plantearon examinar la atención médica que brinda el Seguro Popular a los enfermos crónicos, con la perspectiva de estas personas y también de los profesionales de la salud32. En este estudio cualitativo, crítico-interpretativo, aplicaron entrevistas a 40 personas enfermas, ocho médicos y seis enfermeras de tres centros de salud. Para el ADC, en las entrevistas se exploró la función textual, la relacional y la ideacional. Se hizo una lectura general del corpus para explorar lo que las personas decían, los temas emergentes y su magnitud. Posterior a ello, se realizó una lectura línea por línea, para extraer literalmente la voz de los actores, tanto para narrar los eventos, como para definir su posición en el mundo social y representar al "otro" diverso. El ADC permitió establecer en sus resultados que todos los participantes expresan su aceptación y conformidad inicial con el Seguro Popular de Salud, sin embargo, emergieron una serie de situaciones contradictorias y problemáticas.
3.- En la línea institucional, Perdomo y Hernández, basados en el paradigma de planificación normativa y el de modernización neoliberal en las reestructuraciones productivas de los hospitales públicos en América Latina; compararon las características paradigmáticas, la relación entre sus tecnologías con los contextos y su articulación con los dispositivos disciplinarios y de seguridad-control. Usaron metodología cualitativa, con interpretación del significado que los productores de discursos ideológicos les daban a estos33. El carácter ideológico fue abordado buscando la relación entre los discursos con los contextos sociales de emergencia, e identificaron las formas como sus propuestas técnicas se articularon a ciertos dispositivos de poder que permitieron asegurar el orden social hospitalario hegemónico. Para dicho análisis trabajaron la revisión de una serie de textos de Planificación sanitaria elaboradas por el Banco Mundial, OPS, sin embargo, los autores no explicitaron las formas de análisis más detallada. Los resultados del estudio señalan que los contextos de emergencia de los discursos de ambos paradigmas corresponden a un momento específico del capitalismo y a la preponderancia de un tipo de capital.
4.- Las enfermeras brasileñas Netto, Lara y Do Santos, estudiaron el “Desarrollo de competencias para la promoción de la salud y cambio de modelo de atención”34. Se usó un estudio de caso con abordaje cualitativo con entrevistas, se buscó recoger ejemplos de situaciones vividas por los entrevistados, para conocer lo que hicieron, sintieron o pensaron; de igual manera se plantearon conocer cuáles fueron los resultados obtenidos en determinadas situaciones.
Se aplicó modelo 3-D (texto, práctica discursiva y práctica social) en el contexto sociohistórico en el que se desarrolló la experiencia. Se inició un análisis horizontal de las narrativas contenidas en los textos, y se identificaron las regularidades y las vivencias singulares, por medio de los sentidos subyacentes a las ideas descritas en las palabras. Se continuó con un análisis vertical del conjunto de textos, se buscó identificar los temas comunes que -relacionados entre sí- permitieron la categorización empírica. Finalmente, en una síntesis interpretativa, por medio de un análisis cruzado, se discutieron los puntos de vista y las expresiones singulares de los participantes, confrontándolos en un movimiento dialéctico con la interpretación crítica frente a las categorías analíticas. Los hallazgos indican que, estrategias innovadoras de los currículos pueden romper con la matriz social del discurso de carácter reproductivo, normativo y convencional y estimular la creatividad en la formación de la enfermera como elemento social, en donde ejerzan su rol de defensa de la salud de las personas.
Conclusiones
El ADC se basa en algunos supuestos del discurso que emanan de la teoría crítica y reúne una serie de preceptos que la determinan: lo crítico, lo ideológico, el poder y la hegemonía. Tiene un carácter multidisciplinar y disidente. La metodología de investigación se centra en el análisis discursivo para ver de qué manera el abuso de poder y la desigualdad social se representan, reproducen, legitiman y resisten en la expresión del lenguaje hablado y escrito, se consideran los contextos sociales y políticos en los que se desarrollan dichos discursos. Esta situación de desigualdad social, es posible observarla en el ámbito de la salud. El paciente se acerca en busca de ayuda sanitaria y lo hace desde una relación de desigualdad respecto a los sanitarios y las instituciones, que le proveen cuidados para recuperar la salud.
El Modelo 3-D establece que existe un orden social prevalente situado históricamente, relativo, mutable y construido socialmente. En este orden social prevalente, los procesos sociales son muy poco constituidos por la voluntad de los individuos. Estos más bien están conformados por construcciones particulares o versiones de la realidad más profundas y contundentes, a menudo referidos como Discursos (en mayúscula). De este modo, los Discursos son una ideología productiva y versátil, en donde el poder social no es impuesto por sujetos individuales, sino más bien surge como efecto inevitable de una configuración discursiva. Con arreglos de privilegios de algunos sujetos con posición de más estatus sobre otros.
Norman Fairclough, reconocido analista del discurso crítico ha creado un modelo teórico-metodológico aplicado en una variedad de escenarios sociales: educación, político y económico. El Modelo Tridimensional (3-D) de N. Fairclough comprende tres ámbitos: el primero, el discurso como texto con un análisis descriptivo que determina las formas en que están las posiciones discursivas de los lectores y se analizan los patrones del texto en el vocabulario, gramática, cohesión y estructura. El segundo, de la práctica discursiva plantea una interpretación centralizada en cómo el texto ha sido producido, incluye la relación con textos similares y modos de divulgación e incorpora las formas en como éste fue recibido, interpretado y utilizado por los sujetos. Por tanto, se analizan los actos, la coherencia, y la intertextualidad, que son los aspectos que unen el texto a su contenido. Y también ve la representación de los discursos: es decir, que citaciones fueron seleccionadas, cambiadas o contextualizadas. Y, el tercero, el discurso como práctica social con un análisis social explicativo de las prácticas socioculturales, donde el foco es la situación inmediata que se ha dado por las prácticas de producción y socioculturales. Tanto a nivel institucional y de sociedad que proporcionan el contexto de relevancia y, por tanto, se analizan los efectos ideológicos y el proceso hegemónico en el cual el discurso da una señal.
Finalmente, se exponen algunos trabajos en el ámbito de la salud, que revelan temas sociales problemáticos que son susceptibles de analizar, los que impregnados por estructuras dominantes neoliberales actuales como la competencia o eficiencia en salud, con el uso de ideología del mercado y del marketing de la publicidad han creado y producido una realidad social y cultural que opaca o distorsiona a otras, invisibilizándolas.