INTRODUCCIÓN
La disminución de la incidencia de la diabetes mellitus tipo 2 (DMT2) y de sus complicaciones es una de las prioridades para los sistemas de salud en todo el mundo1,2. En 2017, la prevalencia mundial de DMT2 fue de 8.8 % (425 millones de personas)3. En México, la incidencia y la falta de diagnóstico de esta enfermedad es más alta en hombres que en mujeres4,5. Respecto a los hombres con tal diagnóstico, se sabe que acuden poco a los servicios de salud6, que cuando reciben recomendaciones médicas no las siguen7,8 y que tienen mayor riesgo de desarrollar complicaciones9.
Un problema identificado en los hombres con DMT2 es la no aceptación de su enfermedad, situación que ha sido poco estudiada y en la cual se encuentra, en parte, la explicación de su conducta10. Según Kübler-Ross11, la aceptación es la última etapa del proceso de duelo y se presenta cuando un adulto es diagnosticado con alguna enfermedad crónica. La forma en la que las personas afrontan el diagnóstico de diabetes puede favorecer o retrasar la aceptación de su nueva condición; así, si no aceptan su enfermedad se resignan a vivir con ella, rechazando inconscientemente el tratamiento12. Algunas investigaciones reportan que, al no aceptar la DMT2, las personas llevan a cabo pocas acciones de cuidado a su salud, lo que se manifiesta en un descontrol glucémico13,14, índice de masa corporal (IMC) elevado, hipercolesterolemia, depresión15, consumo de alcohol y de tabaco10.
La no aceptación de la DMT2 en los hombres pudiera asociarse con el machismo, entendido este como toda creencia, actitud y conducta relacionada con la masculinidad tradicional, representada por su carácter dominante, de autosuficiencia, fortaleza, valentía, tomadora de riesgos y proclive al consumo de alcohol o tabaco16. De esta forma, según Courtenay17, cuando los hombres enferman ocultan su enfermedad para evitar ser asociados con características femeninas y se esfuerzan por preservar su masculinidad y por mantener su jerarquía social y familiar. Así, ante la DMT2 los hombres adoptan este tipo de posturas como una forma de demostrar valentía y desinterés por el diagnóstico o los cuidados10; usualmente no hablan de sus problemas y necesidades de salud, pero, en cambio, sí acuden con mayor frecuencia a los servicios de urgencias18.
Desde las creencias machistas, el trabajo es la principal actividad de la vida diaria para el hombre adulto, este le permite desempeñar su papel de proveedor y con ello afirmar su hombría19. Cumplir con este papel lo lleva a negar su enfermedad, a fin de evitar comentarios vergonzosos de sus compañeros20; incluso le evita estresarse al considerar que su enfermedad puede limitarlo para seguir trabajando21, pues esto afectaría su capacidad para suplir las demandas familiares. Estas circunstancias provocan que el hombre no vea su salud como una prioridad22; y que sea hasta que presenta síntomas graves cuando acepta su debilidad y necesidad de ser cuidado por otros23. En dicho contexto, los factores relacionados con roles, normas y creencias sobre la masculinidad se interpretan como barreras para la aceptación de la DMT2 en los hombres adultos. Sin embargo, a pesar de la evidencia mostrada, no existen estudios que aborden la relación del machismo con la aceptación de la DMT2.
En ese sentido, los profesionales de enfermería son responsables de facilitar el automanejo de esta enfermedad en hombres adultos que la padecen. Cumplir con esta función les exige entender el proceso de la construcción social del machismo y su efecto en la aceptación o negación de la misma. El objetivo de esta investigación consistió en identificar la relación del machismo con la aceptación de la DMT2 en adultos masculinos en edad productiva. Los resultados contribuyen a mejorar el conocimiento y comprensión del fenómeno de la aceptación de la enfermedad, para, en un futuro, ser más efectivos con la educación y el monitoreo proporcionado a personas del sexo masculino con este padecimiento crónico.
MÉTODOS
Estudio con diseño correlacional y transversal. La población de interés fue de hombres diagnosticados con DMT2 del área metropolitana de Monterrey, Nuevo León, México. El tamaño de muestra fue calculado para regresión múltiple, con efecto medio, p < 0.05 y se utilizó muestreo no probabilístico, debido a la falta de asistencia de los hombres a los centros de atención primaria. La muestra fue de 121 individuos. Los criterios de inclusión fueron tener entre 20 y 59 años de edad, con diagnóstico previo de DMT2 de al menos un año de establecido. Se excluyó a quienes presentaban depresión o algún trastorno psiquiátrico diagnosticado, así como a quienes hubieran perdido recientemente a un familiar (en duelo).
Los participantes fueron reclutados en centros de atención primaria y en una empresa del transporte urbano entre septiembre de 2016 y marzo de 2017. En los centros de atención primaria las personas fueron abordadas en la sala de espera. Respecto a la empresa de transporte urbano, la invitación se realizó vía electrónica por medio del personal de enfermería y personal médico del servicio de salud ocupacional (participación voluntaria). En ambos casos se leyó el consentimiento informado previo al levantamiento de datos; así, una vez que la persona aceptaba participar firmaba dicho documento y posteriormente se aplicaban los cuestionarios.
El machismo se midió con el Inventario de Conformidad de las Normas Masculinas24 en la versión adaptada a la población mexicana25. Este inventario se compone de 22 reactivos agrupados en 11 subescalas: ganar, control de emociones, conductas de riesgo, violencia, poder sobre la mujer, mujeriego, dominio, independiente, primacía del trabajo, homofobia y búsqueda de estatus social. Con respuestas tipo Likert del 0-3 (0 = totalmente desacuerdo a 3 = totalmente de acuerdo), sumatoria de 0-66 puntos, el valor más alto indica machismo elevado y el más bajo menor machismo; el inventario tiene un Alpha de Cronbach de 0.78.
La aceptación de DMT2 se midió con la versión adaptada a la población mexicana25 de la Escala Aceptación en DMT213. Esta escala contiene 28 reactivos en cuatro subescalas: aceptación de la diabetes, motivación al tratamiento, negación de la enfermedad y sufrimiento emocional por tener diabetes. Se midió bajo respuesta tipo Likert con cuatro alternativas (0 = nada de acuerdo a 3 = muy de acuerdo), sumatoria de 0-84 puntos; la puntuación más alta indica mayor aceptación de la diabetes y una puntuación baja, menor aceptación, con un Alpha de Cronbach de 0.95.
Para las variables sociodemográficas, antropométricas, clínicas, consumo de alcohol y de tabaco se construyó un cuestionario exprofeso. Se tomó en cuenta la edad, años de escolaridad, la circunferencia de cintura (CC), IMC y la presión arterial. El consumo de bebidas alcohólicas, cigarrillos y horas de trabajo se registraron en un cuestionario con preguntas directas para cada aspecto, ejemplo: ¿cuántos días a la semana consume alguna bebida alcohólica?, ¿cuántas horas trabaja a la semana? A partir de las respuestas se obtuvo: a) cantidad de bebida alcohólica consumida a la semana en mililitros; b) cantidad de cigarrillos fumados a la semana; y c) horas trabajadas a la semana.
En el análisis estadístico, las variables continuas se determinaron a través de medidas de tendencia central y dispersión. Para las variables categorizadas fueron frecuencias y porcentajes. Se ajustó un modelo de regresión lineal múltiple con las variables de machismo, horas semanales de trabajo, cantidad de alcohol y número de cigarrillos consumidos por semana, estas como variables independientes; la variable dependiente correspondió a la aceptación de la DMT2. Se empleó el programa estadístico SPSS v. 25. El proyecto fue aprobado por el Comité de Ética de la Facultad de Enfermería de la Universidad Autónoma de Nuevo León, con número de registro FAEN-D1198.
RESULTADOS
La edad promedio fue de 48.8 años (DE = ± 7.5), 9.4 años de escolaridad (DE = ± 3.7) y 7.6 años de diagnóstico de la enfermedad (DE = ± 6.2). Un porcentaje elevado (90.9 %) presentó obesidad abdominal con CC > 90 cm; según IMC, 81.8 % tiene sobrepeso/obesidad. La presión arterial sistólica estuvo por encima de 140 mmHg en poco menos de la mitad de los participantes (42.1 %); referente al valor de la diastólica, una cuarta parte de la muestra registró cifras mayores a 90 mmHg. Del total de participantes, 46.3 % consume alcohol y 28.1 % fuma cigarros, el análisis descriptivo se observa en la Tabla 1. La variable de machismo mostró tendencia a la centralidad, pues del total de dimensiones, primacía del trabajo, búsqueda de estatus social, ganar y homofobia tuvieron mayor puntuación. Mientras que la aceptación de la DMT2, la dimensión de la aceptación y motivación al tratamiento estuvieron mejor valoradas, según se observa en la Tabla 2.
Tabla 1 Variables sociodemográficas, laborales y conductuales en hombres con diagnóstico de DMT2
Variable | M (DE ±) | Mínimo | Máximo |
Edad | 48.8 (7.5) | 30.0 | 59.0 |
Escolaridad | 9.4 (3.7) | 0.0 | 20.0 |
Circunferencia de cintura | 104.8 (11.8) | 76.0 | 132.0 |
IMC | 29.2 (4.7) | 19.1 | 35.9 |
Tiempo de diagnóstico (años) | 7.6 (6.2) | 1.0 | 25.0 |
Horas trabajo/semana | 57.7 (19.6) | 12.0 | 119.0 |
Consumo Alcohol/semana (litros) | 2.7 (1.9) | 0.350 | 9.6 |
Consumo de tabaco/semana | 42.0 (73.4) | 1.0 | 420.0 |
Nota: n = 121 participantes, M = media, DE = Desviación Estándar
Tabla 2 Análisis descriptivo del machismo y aceptación de DMT2
Variable | M (DE ±) | Mínimo | Máximo |
Machismo | 33.0 (8.3) | 0.0 | 48.0 |
Primacía del trabajo | 4.7 (1.2) | 0.0 | 6.0 |
Dominio | 3.2 (1.3) | 0.0 | 6.0 |
Toma de riesgos | 2.9 (1.6) | 0.0 | 6.0 |
Poder sobre la mujer | 1.6 (1.1) | 0.0 | 4.0 |
Control de emociones | 3.0 (2.0) | 0.0 | 6.0 |
Homofobia | 3.4 (1.7) | 0.0 | 6.0 |
Violencia | 1.4 (1.2) | 0.0 | 6.0 |
Búsqueda de estatus social | 4.1 (1.4) | 0.0 | 6.0 |
Ganar | 3.8 (1.2) | 0.0 | 6.0 |
Mujeriego | 1.5 (1.4) | 0.0 | 6.0 |
Independiente | 3.0 (1.6) | 0.0 | 6.0 |
Aceptación de DMT2 | 53.0 (20.3) | 0.0 | 84.0 |
Aceptación | 13.4 (5.8) | 0.0 | 21.0 |
Motivación al tratamiento | 13.3 (5.6) | 0.0 | 21.0 |
Negación | 7.3 (6.0) | 0.0 | 21.0 |
Sufrimiento | 9.1 (4.0) | 0.0 | 21.0 |
Nota: n = 121 participantes, M = media, DE = Desviación Estándar
Para el análisis inferencial se ajustaron modelos de regresión múltiple. En el primer modelo para la aceptación de la DMT2, las variables predictoras de machismo, horas semanales de trabajo, consumo de alcohol y tabaco, explicaron 30.5 % de la varianza (Tabla 3). El resultado más relevante se identificó en la variable machismo.
Tabla 3 Predictores para la aceptación de la diabetes mellitus tipo 2
Modelo 1 | |||
Variable | β | IC 95 % | |
Constante | 105.5** | 88.4 | 122.7 |
Machismo | - 0.266** | -1.097 | -0.232 |
Trabajo | - 0.174* | -0.353 | -0.017 |
Alcohol | - 0.098 | -0.191 | -0.043 |
Tabaco | - 0.242** | -0.002 | 0.001 |
F | 11.5** | ||
R2a | 0.305 |
Nota: n = 121, *p < 0.05, ** p < 0.01, R2a = R cuadrada ajustada
Dada la gama e importancia de las dimensiones que integran el machismo, se profundizó el análisis introduciendo las subescalas de estos como variables predictoras de la aceptación de la diabetes. La subescala de homofobia fue la única dimensión significativa que explicó 20.4 % de la varianza (Tabla 4).
Tabla 4 Modelo predictor para aceptación de la diabetes con subescalas de machismo
Modelo 1 | |||
Variable | β | IC 95 % | |
Constante | 88.2** | 72.0 | 104.5 |
Trabajo | - 0.009 | -0.213 | 0.195 |
Dominio | - 0.004 | -0.180 | 0.172 |
Toma de riesgo | - 0.069 | -0.194 | 0.092 |
Poder mujer | - 0.090 | -0.299 | 0.102 |
Violencia | - 0.126 | -0.307 | 0.059 |
Estatus social | - 0.046 | -0.216 | 0.133 |
Mujeriego | 0.167 | -0.013 | 0.305 |
Independiente | - 0.066 | -0.224 | 0.123 |
Control emociones | - 0.143 | -0.255 | 0.052 |
Homofobia | - 0.216* | -0.289 | -0.014 |
Ganar | - 0.185 | -0.384 | 0.022 |
F | 3.79** | ||
R2a | 0.204 |
Nota: n = 121, *p < 0.05, **p < 0.01, R2a = R cuadrada ajustada, IC = intervalo de confianza
DISCUSIÓN
El objetivo de la presente investigación fue identificar la relación del machismo con la aceptación de la diabetes mellitus tipo 2. Los resultados muestran la relación de las variables en un grupo de personas en plena edad productiva, mismos que manifestaron un puntaje medio en la aceptación de la enfermedad crónica.
La aceptación de la DMT2 es una de las etapas que se presenta a diversos intervalos de tiempo después de conocer el diagnóstico de la misma26. En la mayoría de las personas, saberse enfermos ocasiona una reacción de temor y desesperanza e inclusive de negación al hecho que se les está presentando27. La aceptación de una enfermedad es un proceso en el que los afectados llegan a reconocer su padecimiento, lo integran a su vida diaria y manifiestan o desarrollan estabilidad emocional28,29. Sin embargo, al no aceptar la DMT2, se presentan consecuencias como mostrar bajo control glucémico, menor autocuidado y desajuste emocional13,15,30.
Los resultados señalan que los hombres adultos con puntuaciones más altas de machismo tienen menor aceptación al diagnóstico de la DMT2. Esto tal vez se debe a que los estándares de ser hombre en la sociedad están por encima de la salud, pues los individuos deben demostrar control de emociones y mantenerse fuertes y dominantes de sus necesidades físicas proyectando un modelo a seguir para otros sin desmeritarse como hombres31,32. Dentro de las dimensiones del machismo, se encontró que, a mayor homofobia, menor aceptación de la DMT2. Esto se debe a que, tener una enfermedad crónica requiere cuidados (asociados a características femeninas), refleja vulnerabilidad y fragilidad, lo cual es contradictorio a la idea de ser hombre en la sociedad y puede poner en duda su hombría33.
Por otro lado, como parte del machismo, las actividades laborales son consideradas prioridad para mantener el rol como proveedor económico17; dentro de esta idea, las horas de trabajo son otro factor que interviene en la aceptación de la DMT2. En algunos estudios se ha observado que los hombres rechazan su enfermedad por que están en posibilidad de trabajar10, pues no han manifestado síntomas graves. Además, las personas con mayor número de horas laboradas a la semana tienen menor tiempo para confrontar su enfermedad debido a las exigencias asociadas al lugar de trabajo. Así, los hombres dedican mayor tiempo a resolver los problemas laborales y a llevar el sustento a su familia en lugar de dar atención a una enfermedad que no refleja ser grave.
Por último, el consumo de tabaco es considerado como una conducta de los hombres machistas que forma parte de las normas sociales, concepción que también afectó la variable respuesta. Mantener el consumo de esta sustancia después de haber sido diagnosticado con DMT2 puede verse como una forma de rechazar su enfermedad, pues una de las recomendaciones es evitar el consumo de tabaco para mejorar la calidad de vida en dichos pacientes. Sin embargo, esta conducta en los hombres se llega a mantener hasta el final de la vida al no aceptar su padecimiento10.
CONCLUSIONES
Los resultados de esta investigación son importantes para su consideración en futuros estudios e intervenciones de profesionales de la salud que contribuyan a favorecer la aceptación de la enfermedad. Así, se considera que también el personal de salud en el primer nivel de atención debe desarrollar programas para la aceptación de la DMT2 en personas de reciente diagnóstico; esto como una de las prioridades en la atención y tratamiento del padecimiento, con la finalidad de que los pacientes afronten su enfermedad, y de que sea posible coadyuvar en el autocuidado, en el control glucémico y en la prevención de complicaciones a largo plazo.
Este trabajo cuenta con diversas limitaciones, en primer lugar, al ser un estudio transversal no se puede determinar causa y efecto. Por otro lado, los resultados de esta investigación corresponden a hombres adultos de Monterrey, Nuevo León, los cuales fueron seleccionados por conveniencia, por lo que los resultados deben interpretarse con cautela y no deben generalizarse a otras poblaciones que no correspondan a la población de estudio.
RESPONSABILIDADES ÉTICAS
Protección de personas y animales. En esta investigación no se realizaron experimentos en personas o animales, se respetó los derechos de la Declaración de Helsinki y a la Ley General de Salud en materia de investigación
Confidencialidad. Todo participante otorgó su consentimiento informado por escrito. En los resultados no se reportan nombres de los participantes o alguna información que los identifique.
Financiamiento. No se recibió ningún tipo de financiamiento para la presente investigación.
Conflicto de intereses. Los autores declaran no tener conflicto de intereses.